Vuelvo a leer "Crimen y castigo".
No es la primera vez que pienso que tras Raskolnikoff, tras su atormentada duda moral, se encuentra el propio autor.
Dostoyevsky era un jugador empedernido y, después de todo, el plan del protagonista de su novela más esencial no es otra cosa que una enorme, terrible y definitiva apuesta a favor de él mismo y en contra de su propio destino.
Siempre que me enfrentó a esta novela tengo la impresión de que para Dostoievsky la vida es un juego y nuestros planes, grandes o pequeños, son las jugadas que desarrollamos en el tablero espacio-temporal de la vida.
Lo único que hace terrible a este juego de vivir es lo que uno puede llegar a perder si la jugada sale mal, tan terrible que hasta nos ponemos serios, trascendentes y nos resistimos a pensar que simplemente se trate de un juego... Y es al revés. No hay nada más serio que un juego, que apostarlo todo a una sola jugada, que se lo digan a Raskolnikoff.
La eternidad trascendente del instante despertando una marejada de primeras y últimas consecuencias.
La vida misma.
miércoles, noviembre 30, 2005
viernes, noviembre 25, 2005
"Adventures in the screen trade" es un buen libro.
Da gusto leerlo.
El mundo del cine desde la perspectiva de un guionista, una perspectiva dependiente y sufrida... La conclusión tras cerrar el libro no puede ser otra... Incluso uno tiene la impresión de que no se trata de un buen trabajo, de que asiste a la historia del circo contada por el último mono: los cambios, los despidos inesperados, los directores que quieren una misma escena narrada desde todos los ángulos posibles (Paul Mazursky es el miserable en cuestión), los dislogos de última hora, las reuniones tensas mantenidas entre personas que quieren cosas diferentes o que, simplemente, no tienen ni pajolera idea de lo que quieren... Y a todo eso se añade los problemas propios de la escritura: las inseguridades, el folio en blanco, los miedos.
Un panorama estremecedor que William Goldman cuenta con un relativamente amargo sentido del humor que resulta muy adecuado al contenido general de la historia.
El libro está escrito en 1982. Por aquel entonces Goldman era un reputado guionista responsable de textos como "Marathon man" o "Dos hombres y un destino" o "Todos los hombres del presidente" o una joya olvidada llamada "Hot Rock" .... Y todavía no había escrito "La princesa prometida".
Estaba en condiciones de hablar con conocimiento de causa y, desde luego, lo hace.
A lo largo de sus más de 300 páginas, Goldman da un repaso a los principales oficios y cargos de la industria, mostrando al mismo tiempo las complejidades que conlleva el proceso de generación de un producto cinematográfico y trufando el recorrido con divertidas anécdotas que hacen aún más placentero el viaje.
Especialmente recomendable es la parte desdicada al proceso de escritura de un guión que Goldman concibe como estructuras de ingeniería narrativa que funcionan y en los que la literatura es lo último que entra en liza.
El sentido práctico aplicado a este tipo de escritura, la justa visión descarnada de epopeyas propia del profesional, resultará sorprendente para quienes todavía piensan que el guionista es sólo un escritor.
Retrato nada complaciente de un mundo complacido y nada plácido.
Lectura imprescindible para aquellos que quieren saber un poco más, esos que como yo no se conforman con ver salir al conejo de la chistera y quieren saber cómo.
Da gusto leerlo.
El mundo del cine desde la perspectiva de un guionista, una perspectiva dependiente y sufrida... La conclusión tras cerrar el libro no puede ser otra... Incluso uno tiene la impresión de que no se trata de un buen trabajo, de que asiste a la historia del circo contada por el último mono: los cambios, los despidos inesperados, los directores que quieren una misma escena narrada desde todos los ángulos posibles (Paul Mazursky es el miserable en cuestión), los dislogos de última hora, las reuniones tensas mantenidas entre personas que quieren cosas diferentes o que, simplemente, no tienen ni pajolera idea de lo que quieren... Y a todo eso se añade los problemas propios de la escritura: las inseguridades, el folio en blanco, los miedos.
Un panorama estremecedor que William Goldman cuenta con un relativamente amargo sentido del humor que resulta muy adecuado al contenido general de la historia.
El libro está escrito en 1982. Por aquel entonces Goldman era un reputado guionista responsable de textos como "Marathon man" o "Dos hombres y un destino" o "Todos los hombres del presidente" o una joya olvidada llamada "Hot Rock" .... Y todavía no había escrito "La princesa prometida".
Estaba en condiciones de hablar con conocimiento de causa y, desde luego, lo hace.
A lo largo de sus más de 300 páginas, Goldman da un repaso a los principales oficios y cargos de la industria, mostrando al mismo tiempo las complejidades que conlleva el proceso de generación de un producto cinematográfico y trufando el recorrido con divertidas anécdotas que hacen aún más placentero el viaje.
Especialmente recomendable es la parte desdicada al proceso de escritura de un guión que Goldman concibe como estructuras de ingeniería narrativa que funcionan y en los que la literatura es lo último que entra en liza.
El sentido práctico aplicado a este tipo de escritura, la justa visión descarnada de epopeyas propia del profesional, resultará sorprendente para quienes todavía piensan que el guionista es sólo un escritor.
Retrato nada complaciente de un mundo complacido y nada plácido.
Lectura imprescindible para aquellos que quieren saber un poco más, esos que como yo no se conforman con ver salir al conejo de la chistera y quieren saber cómo.
jueves, noviembre 24, 2005
EL OJO DEL HURACÁN
No le sobra tiempo.
El reloj le quema en la muñeca.
No le queda tiempo, pero decide detenerse. Decide mirar.
A su alrededor, el espectáculo del propio movimiento.
el hormiguero, la colmena,
sucede como un interminable vórtice de carne y aire.
Se imagina a si mismo llendo y viniendo,
teniendo prisa,
entrando y saliendo.
No puede ser mucho más distinto que alguno de ellos.
Se imagina saliendo,
tumbándose en el suelo,
descansando al borde de un abismo de instantes que no le pertenecen
porque cobra por ellos.
Se recuerda de pronto,
pequeño y sin tiempo.
Apresuradamente se viste la prisa.
Todos los trenes están ya partiendo.
No le sobra tiempo.
El reloj le quema en la muñeca.
No le queda tiempo, pero decide detenerse. Decide mirar.
A su alrededor, el espectáculo del propio movimiento.
el hormiguero, la colmena,
sucede como un interminable vórtice de carne y aire.
Se imagina a si mismo llendo y viniendo,
teniendo prisa,
entrando y saliendo.
No puede ser mucho más distinto que alguno de ellos.
Se imagina saliendo,
tumbándose en el suelo,
descansando al borde de un abismo de instantes que no le pertenecen
porque cobra por ellos.
Se recuerda de pronto,
pequeño y sin tiempo.
Apresuradamente se viste la prisa.
Todos los trenes están ya partiendo.
miércoles, noviembre 16, 2005
No me resisto a transcribir una maravillosa anécdota que he leído en el libro de William Goldman: "Adventures in the screen trade. A personal view of Hollywood".
El protagonista es Harry Cohn, responsable de la Columbia en la época dorada de Hollywood.
En un funeral un conocido se le acercó y le comentó su asombro ante la gran cantidad de personas que habían acudido a despedir al muerto.
La contestación de Cohn fue la siguiente: "Da a la gente lo que quiere y acudirá".
Puro humor negro.
El protagonista es Harry Cohn, responsable de la Columbia en la época dorada de Hollywood.
En un funeral un conocido se le acercó y le comentó su asombro ante la gran cantidad de personas que habían acudido a despedir al muerto.
La contestación de Cohn fue la siguiente: "Da a la gente lo que quiere y acudirá".
Puro humor negro.
martes, noviembre 15, 2005
jueves, noviembre 10, 2005
Dos películas absolutamente recomendables:
- "La novia cadaver" de Tim Burton.
Un relato con aspiraciones de cuento que se mueve entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.
Pasmosa envoltura de fantásticas marionetas y decorados para un fondo amable y bienintencionado que busca a toda costa emocionar al espectador recurriendo a mecanismos narrativos pertenecientes al ámbito de la fábula y el cuento: sublimación del amor, crueldad de la realidad (bodas obligadas) frente a la sensibilidad de una aspiración (bodas soñadas), final feliz... Nada que no haya intentado hacernos llorar antes, nada que no nos haga llorar cuando menos lo esperemos.
Personalmente disfruté mucho con el encuentro de los vivos con los muertos y con ese maravilloso perro muerto, siempre fiel a su dueño.
- "Match point" de Woody Allen.
Es la primera película de Allen que realmente me interesa en mucho tiempo.
La historia de un arribista sin escrupulos. Patricia Hisgmith pasada por el tamiz de las vivisecciones emocionales sin conceciones que tan adicto a practicar está volviéndose Ingmar Bergman en sus últimos trabajos (que no es otro que el Bergman de "Persona" mucho más concentrado y viejo).
Escenas de un matrimonio, escenas de un adulterio.
Magníficamente interpretada.
Soberbiamente filmada.
Una obra de madurez que coloca a Allen en una dimensión cercana a la del maestro sueco, aunque siempre salvando la distancia que siempre existirá entre ambos, una distancia que en mi opinión se cifra en intensidad de descarnada ética protestante.
- "La novia cadaver" de Tim Burton.
Un relato con aspiraciones de cuento que se mueve entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.
Pasmosa envoltura de fantásticas marionetas y decorados para un fondo amable y bienintencionado que busca a toda costa emocionar al espectador recurriendo a mecanismos narrativos pertenecientes al ámbito de la fábula y el cuento: sublimación del amor, crueldad de la realidad (bodas obligadas) frente a la sensibilidad de una aspiración (bodas soñadas), final feliz... Nada que no haya intentado hacernos llorar antes, nada que no nos haga llorar cuando menos lo esperemos.
Personalmente disfruté mucho con el encuentro de los vivos con los muertos y con ese maravilloso perro muerto, siempre fiel a su dueño.
- "Match point" de Woody Allen.
Es la primera película de Allen que realmente me interesa en mucho tiempo.
La historia de un arribista sin escrupulos. Patricia Hisgmith pasada por el tamiz de las vivisecciones emocionales sin conceciones que tan adicto a practicar está volviéndose Ingmar Bergman en sus últimos trabajos (que no es otro que el Bergman de "Persona" mucho más concentrado y viejo).
Escenas de un matrimonio, escenas de un adulterio.
Magníficamente interpretada.
Soberbiamente filmada.
Una obra de madurez que coloca a Allen en una dimensión cercana a la del maestro sueco, aunque siempre salvando la distancia que siempre existirá entre ambos, una distancia que en mi opinión se cifra en intensidad de descarnada ética protestante.
"Hay algo terrible en la realidad y no se qué es"
(Giulianna en "El desierto rojo" de Michelangelo Antonioni)
Pues tiene donde elegir: el fracaso, el éxito, la decepción, la alegría, los demás, uno mismo, el pasado, el presente, el futuro, el más allá, el más acá... y en general todos los vaivenes del destino a los que se ve sometida esa nuestra levedad del ser que a Milan Kundera le parecía tan insoportable.
Todo cambia y nada es para siempre.
La eternidad no es otra cosa que un presente vivido intensamente, como si jamás fuera a terminarse.
Todo lo demás pertenece al imaginario ámbito de los dioses, la proyección reificada de nuestras limitaciones: A ellos nos confiamos y cuando lo hacemos en realidad no hacemos otra cosa que entregarnos al fantasma de nuestras incapacidades, imposibilidades y contradicciones... Otra cosa bastante inquietante, por cierto.
En general, somos absoluta y totalmente incapaces de vernos tal y como somos.
Nuestro lado inteligente y racional no puede soportarlo.
La desnudez de la carne y la sangre.
El incierto silencio entre latido y latido.
Las voraces dentelladas del tiempo.
El exacto número de los días que tenemos.
La neurosis nos constituye.
Sedientos, bebemos y bebemos.
Es la primera costumbre de nuestro sentir.
No es un defecto.
(Giulianna en "El desierto rojo" de Michelangelo Antonioni)
Pues tiene donde elegir: el fracaso, el éxito, la decepción, la alegría, los demás, uno mismo, el pasado, el presente, el futuro, el más allá, el más acá... y en general todos los vaivenes del destino a los que se ve sometida esa nuestra levedad del ser que a Milan Kundera le parecía tan insoportable.
Todo cambia y nada es para siempre.
La eternidad no es otra cosa que un presente vivido intensamente, como si jamás fuera a terminarse.
Todo lo demás pertenece al imaginario ámbito de los dioses, la proyección reificada de nuestras limitaciones: A ellos nos confiamos y cuando lo hacemos en realidad no hacemos otra cosa que entregarnos al fantasma de nuestras incapacidades, imposibilidades y contradicciones... Otra cosa bastante inquietante, por cierto.
En general, somos absoluta y totalmente incapaces de vernos tal y como somos.
Nuestro lado inteligente y racional no puede soportarlo.
La desnudez de la carne y la sangre.
El incierto silencio entre latido y latido.
Las voraces dentelladas del tiempo.
El exacto número de los días que tenemos.
La neurosis nos constituye.
Sedientos, bebemos y bebemos.
Es la primera costumbre de nuestro sentir.
No es un defecto.
martes, noviembre 01, 2005
lunes, octubre 31, 2005
viernes, octubre 28, 2005
Una de las cosas buenas que tiene el mundo en que vivimos es que las despedidas ya no existen (si uno no quiere despedirse).
La tecnología ha abolido la distancia.
La gente no se va (si de verdad no quiere irse).
Siempre hay un correo electrónico, un messenger, una video conferencia llegándote cuando menos la esperas.
Los olvidos empiezan a depender de la voluntad de olvidar que tenga cada uno mismo.
La tecnología ha abolido la distancia.
La gente no se va (si de verdad no quiere irse).
Siempre hay un correo electrónico, un messenger, una video conferencia llegándote cuando menos la esperas.
Los olvidos empiezan a depender de la voluntad de olvidar que tenga cada uno mismo.
jueves, octubre 27, 2005
GRIPE AVIAR
Con toda la gente que vive en Asia, me parecen muy pocas las personas que durante este año han muerto infectadas por la gripe aviar y sin embargo éste es un tema que obsesiona, atemoriza y preocupa a nuestra opulenta sociedad (que vive dando la espalda a las gallinas).
Manejo mentalmente la cifra de 60 muertos y me parece muy pequeña comparada con los miles de millones de habitantes que pueblan Asia... Seguro que han muerto más personas atragantadas con costillas de "celdo" asadas con salsa Teriyaki y no por ello hemos dejado de pedirlas en los chinos.
Es cierto que el virus que ataca a los animales puede mutar y afectar al hombre, pero hay otro montón de seres minúsculos que están también dispuestos a mutar, por ejemplo, el anthrax... y es que estar vivo es un milagro.
La vida es un delicado equilibrio que constantemente está a punto de irse al traste.
Los peligros son múltiples y nos acechan por todas partes, como indios comanches.... pero, y centrándonos en el tema aviar, para que el virus mute tienen que darse unas cuantas circunstancias bastante excepcionales. Circunstancias que por cierto aún no se han dado en sociedades compuestas por cientos de millones de personas. Sociedades caracterizadas por niveles más bajos de salubridad y cuya gran parte de integrantes convive con estos animales como si fueran de la familia... y todos sabemos que donde hay confianza da asco.
Esas circunstancias a las que me refiero tienen que ver con el hecho de que en un organismo humano infectado por el virus de la gripe normal se vea también infectado por el virus de la gripe aviar y además esos dos organismos tienen que conocerse y caerse bien, unirse en santo y mortal matrimonio.
Supongo que habrá más elementos a tener en cuenta.
Supongo que en alguna parte tiene que existir un blog sobre la Gripe Aviar llamado quizas "Chicken Kills" con más y mejor información.
Puede que algún día mute y todos nos veamos obligados a jugar nuestra personal partida de ajedrez con la muerte, pero quizá antes nos mate el estrés, los conservantes y colorantes, el tabaco, la velocidad, las viejas enfermedades de siempre, los compañeros de trabajo hijos de puta, el alcohol, el nuevo disco de la Kelly Family, el estatut, la radiación de los móviles, las fotografías robadas de Leticia Ortiz en el Hospital o, simplemente, el propio tiempo, que es la peor de las enfermedades.
Pero nadie habla del tiempo.
Sólo poetas y filósofos lo hacen y casi nadie los lee.
Con toda la gente que vive en Asia, me parecen muy pocas las personas que durante este año han muerto infectadas por la gripe aviar y sin embargo éste es un tema que obsesiona, atemoriza y preocupa a nuestra opulenta sociedad (que vive dando la espalda a las gallinas).
Manejo mentalmente la cifra de 60 muertos y me parece muy pequeña comparada con los miles de millones de habitantes que pueblan Asia... Seguro que han muerto más personas atragantadas con costillas de "celdo" asadas con salsa Teriyaki y no por ello hemos dejado de pedirlas en los chinos.
Es cierto que el virus que ataca a los animales puede mutar y afectar al hombre, pero hay otro montón de seres minúsculos que están también dispuestos a mutar, por ejemplo, el anthrax... y es que estar vivo es un milagro.
La vida es un delicado equilibrio que constantemente está a punto de irse al traste.
Los peligros son múltiples y nos acechan por todas partes, como indios comanches.... pero, y centrándonos en el tema aviar, para que el virus mute tienen que darse unas cuantas circunstancias bastante excepcionales. Circunstancias que por cierto aún no se han dado en sociedades compuestas por cientos de millones de personas. Sociedades caracterizadas por niveles más bajos de salubridad y cuya gran parte de integrantes convive con estos animales como si fueran de la familia... y todos sabemos que donde hay confianza da asco.
Esas circunstancias a las que me refiero tienen que ver con el hecho de que en un organismo humano infectado por el virus de la gripe normal se vea también infectado por el virus de la gripe aviar y además esos dos organismos tienen que conocerse y caerse bien, unirse en santo y mortal matrimonio.
Supongo que habrá más elementos a tener en cuenta.
Supongo que en alguna parte tiene que existir un blog sobre la Gripe Aviar llamado quizas "Chicken Kills" con más y mejor información.
Puede que algún día mute y todos nos veamos obligados a jugar nuestra personal partida de ajedrez con la muerte, pero quizá antes nos mate el estrés, los conservantes y colorantes, el tabaco, la velocidad, las viejas enfermedades de siempre, los compañeros de trabajo hijos de puta, el alcohol, el nuevo disco de la Kelly Family, el estatut, la radiación de los móviles, las fotografías robadas de Leticia Ortiz en el Hospital o, simplemente, el propio tiempo, que es la peor de las enfermedades.
Pero nadie habla del tiempo.
Sólo poetas y filósofos lo hacen y casi nadie los lee.
miércoles, octubre 26, 2005
Se nota que es su primer día de trabajo.
Poniendo los cafés, montando los pinchos de tortilla sobre los pequeños platos...
Sus movimientos son todavía demasiado lentos, como si todas las acciones tuvieran un propósito, un sentido que ella tuviera que memorizar para poder desempeñar su nuevo trabajo de la forma más perfecta posible.
La teoría.
Sus movimientos también son cuidadosos, como si la lentitud pudiera conjurar el terrible fantasma de posibles errores y descuidos.
La práctica.
Se maneja con cuidado.
Se fija en todo.
Quiere hacerlo bien.
Cualquiera podría verlo.
Poniendo los cafés, montando los pinchos de tortilla sobre los pequeños platos...
Sus movimientos son todavía demasiado lentos, como si todas las acciones tuvieran un propósito, un sentido que ella tuviera que memorizar para poder desempeñar su nuevo trabajo de la forma más perfecta posible.
La teoría.
Sus movimientos también son cuidadosos, como si la lentitud pudiera conjurar el terrible fantasma de posibles errores y descuidos.
La práctica.
Se maneja con cuidado.
Se fija en todo.
Quiere hacerlo bien.
Cualquiera podría verlo.
martes, octubre 25, 2005
No sólo me gustan los días de lluvia, también me gustan las buenas librerías.
No son fáciles de encontrar, pero existen.
Yo conozco alguna.
En las buenas librerías uno no sólo suele encontrar lo que busca sino que también, simplemente, encuentra lo que no estaba buscando.
Es difícil salir sin un libro de ellas.
Sus propietarios te lo ponen muy complicado colocando en la sección de poesía un libro que contiene 100 poemas de Li Bai o en la sección de literatura algún libro de Sam Shepard, Vila-Matas o John Fowles.
Normalmente, hay poca gente en las buenas librerías.
Los movimientos son lentos.
El silencio es consustancial.
Todos saben que en cualquier momento el tesoro puede brillar ante sus ojos y esperan.
No hay prisa.
En mi caso, tardé poco en encontrar "La Ideología alemana" de Karl Marx.
El deslumbramiento fue total.
No son fáciles de encontrar, pero existen.
Yo conozco alguna.
En las buenas librerías uno no sólo suele encontrar lo que busca sino que también, simplemente, encuentra lo que no estaba buscando.
Es difícil salir sin un libro de ellas.
Sus propietarios te lo ponen muy complicado colocando en la sección de poesía un libro que contiene 100 poemas de Li Bai o en la sección de literatura algún libro de Sam Shepard, Vila-Matas o John Fowles.
Normalmente, hay poca gente en las buenas librerías.
Los movimientos son lentos.
El silencio es consustancial.
Todos saben que en cualquier momento el tesoro puede brillar ante sus ojos y esperan.
No hay prisa.
En mi caso, tardé poco en encontrar "La Ideología alemana" de Karl Marx.
El deslumbramiento fue total.
viernes, octubre 21, 2005
miércoles, octubre 19, 2005
martes, octubre 18, 2005
miércoles, octubre 12, 2005
RETRATO Nº1
Está sentado al principio de la escalera.
Con pensativa displicencia consume más veneno de su cigarrillo.
La ingesta es pausada y lenta, como si en el fondo pensara que hay tiempo para todo, incluso para envenenarse un poco más.
Al fondo, ante sus ojos, la calle y la ciudad, en un oscuro atardecer de otoño.
Como extrañas flores nocturnas, las luces empiezan a brotar por todas partes.
Muy pronto anochecerá, pero hay tiempo.
Hay tiempo para pensar en todo y también en nada.
Está sentado al principio de la escalera,
como de espaldas a un mundo cuya inexorable y acostumbrada mecánica sucede a su alrededor.
Medita.
Piensa.
Quizá, espera.
Simplemente, deja pasar el tiempo a la espera de que algo nuevo, en el tiempo, suceda.
Está sentado al principio de la escalera.
Con pensativa displicencia consume más veneno de su cigarrillo.
La ingesta es pausada y lenta, como si en el fondo pensara que hay tiempo para todo, incluso para envenenarse un poco más.
Al fondo, ante sus ojos, la calle y la ciudad, en un oscuro atardecer de otoño.
Como extrañas flores nocturnas, las luces empiezan a brotar por todas partes.
Muy pronto anochecerá, pero hay tiempo.
Hay tiempo para pensar en todo y también en nada.
Está sentado al principio de la escalera,
como de espaldas a un mundo cuya inexorable y acostumbrada mecánica sucede a su alrededor.
Medita.
Piensa.
Quizá, espera.
Simplemente, deja pasar el tiempo a la espera de que algo nuevo, en el tiempo, suceda.
lunes, octubre 10, 2005
viernes, octubre 07, 2005
"17. Me gustaría saber tu opinión sobre Sam Peckinpah, el cual yo creo rodó dos de los mejores westerns modernos (The Wild Bunch y Ride The Hgh Country) además de otras grandes películas como La balada de cable hogue o Mayor Dundee
William Holden diciéndole a su pandilla "¿Vamos?" y éstos respondiéndole: "¿Por qué no?" La última mirada a las montañas del agonizante Joel Mc Crea en "Duelo en la alta sierra". Cable Hogue preguntándole al reverendo Johsua Duncan Sloane: "¿Por qué será que aunque hayas conocido a infinitas mujeres siempre aparece alguna que te toca en lo más hondo?" Y el reverendo respondiéndole: "Bueno, no es grave. Supongo que se pasa con la muerte". Teresa María Santiago asegurándole con tristeza al resacoso Amos Dundee: "Para usted, Mayor, la guerra no acabará nunca". ¿Tengo que explicarle que el cine de Peckinpah pertenece a mi alma?"
(Carlos Boyero)
La poética del ruido y de la furia.
Para siempre, Amén.
William Holden diciéndole a su pandilla "¿Vamos?" y éstos respondiéndole: "¿Por qué no?" La última mirada a las montañas del agonizante Joel Mc Crea en "Duelo en la alta sierra". Cable Hogue preguntándole al reverendo Johsua Duncan Sloane: "¿Por qué será que aunque hayas conocido a infinitas mujeres siempre aparece alguna que te toca en lo más hondo?" Y el reverendo respondiéndole: "Bueno, no es grave. Supongo que se pasa con la muerte". Teresa María Santiago asegurándole con tristeza al resacoso Amos Dundee: "Para usted, Mayor, la guerra no acabará nunca". ¿Tengo que explicarle que el cine de Peckinpah pertenece a mi alma?"
(Carlos Boyero)
La poética del ruido y de la furia.
Para siempre, Amén.
martes, octubre 04, 2005
Somos muy celosos de nuestra intimidad... hsta que alguién nos llama al móvil.
Casi todas las mañanas, casi todas las tarde, corro el riesgo de enterarme al detalle de la vida de una persona que no conozco.
A voz en grito y mientras el autobús avanza torpemente en el atasco las miserias del desconocido me llegan altas y claras... casi nunca interesantes, porque por lo menos podrían obsequiar a su cautivo público con alguna historia cautivante... No se. Corrupciones políticas, intrigas de espionaje internacional, nuevas posturas sexuales, historias de fantasmas, agudos comentarios filosóficos, chistes graciosos que luego podamos contar... No se. Cosas que sean de provecho para los que estamos obligados a escuchar, pero no: tallas ganadas, llaves perdidas, ya te lo había dicho yo, papá si, mamá no... Seguro que hay silencios más interesantes.
No lo entiendo y no lo soporto.
Menos mal que tengo los cascos.
Menos mal que la música, una vez más, acude a salvarme.
Casi todas las mañanas, casi todas las tarde, corro el riesgo de enterarme al detalle de la vida de una persona que no conozco.
A voz en grito y mientras el autobús avanza torpemente en el atasco las miserias del desconocido me llegan altas y claras... casi nunca interesantes, porque por lo menos podrían obsequiar a su cautivo público con alguna historia cautivante... No se. Corrupciones políticas, intrigas de espionaje internacional, nuevas posturas sexuales, historias de fantasmas, agudos comentarios filosóficos, chistes graciosos que luego podamos contar... No se. Cosas que sean de provecho para los que estamos obligados a escuchar, pero no: tallas ganadas, llaves perdidas, ya te lo había dicho yo, papá si, mamá no... Seguro que hay silencios más interesantes.
No lo entiendo y no lo soporto.
Menos mal que tengo los cascos.
Menos mal que la música, una vez más, acude a salvarme.
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