Cronología incómoda: cada vez que Hamas aceptó canjear rehenes, Israel dijo no
Uno de los reproches más repetidos contra quienes critican el genocidio de Gaza es sencillo: “si Hamas devolviera los rehenes, todo acabaría”. Pero basta seguir la cronología de las negociaciones para ver que ese argumento se derrumba. Hamas ha puesto sobre la mesa en varias ocasiones propuestas que implicaban liberar rehenes; algunas llegaron a concretarse en intercambios efectivos, otras fueron bloqueadas o limitadas. Lo que muestra el recorrido no es la ausencia de liberaciones, sino que Israel ha preferido prolongar la guerra antes que aceptar marcos que implicaban treguas estables y concesiones políticas.
Cronología de las negociaciones
¿Qué pasó realmente con los rehenes?
Lejos de ser un asunto bloqueado únicamente por la voluntad de Hamas, hubo varias rondas de propuestas, aceptaciones y acuerdos a lo largo de más de un año. Algunas se tradujeron en liberaciones concretas; otras quedaron bloqueadas por la negativa israelí a aceptar un alto el fuego duradero o una retirada.
Octubre de 2023: las primeras condiciones
A las pocas semanas del ataque del 7 de octubre, Hamas declaró que no liberaría rehenes sin un alto el fuego. Israel, en cambio, insistía en que cualquier pausa consolidaría a Hamas. Desde entonces, el nudo de las negociaciones quedó claro: rehenes a cambio de tregua.
Noviembre de 2023: el primer acuerdo parcial
Con mediación de Qatar y Egipto, se alcanzó un acuerdo temporal: Hamas liberó a más de 100 mujeres y menores a cambio de 150 presos palestinos y entrada de ayuda. Fue la prueba de que el intercambio era posible. Sin embargo, Israel se negó a extender la tregua más allá de unos días y reanudó los bombardeos.
Mayo–junio de 2024: aceptación de marcos amplios
El 6 de mayo Hamas anunció que aceptaba una propuesta de alto el fuego en tres fases presentada por Qatar y Egipto. Pocos días después, Biden hizo público un plan casi idéntico: alto el fuego escalonado, liberación progresiva de rehenes, retirada israelí y reconstrucción.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ese marco (Resolución 2735). Hamas respondió aceptando el plan y pidiendo garantías de que el cese sería permanente y con retirada total. Israel, sin embargo, se negó a comprometerse en esos términos.
Julio de 2024: disposición a liberar a todos
Hamas comunicó que aceptaba incluso iniciar conversaciones sobre liberar a todos los rehenes, incluidos soldados, 16 días después de la primera fase del acuerdo. El obstáculo volvió a ser el mismo: la negativa israelí a aceptar un final de la guerra sin destruir a Hamas.
Enero de 2025: el acuerdo que sí se firmó
Finalmente, tras más de un año de guerra, se concretó un acuerdo en enero de 2025, mediado por Qatar, Egipto y Estados Unidos. Entró en vigor el 19 de enero e incluyó liberaciones graduales de rehenes y presos, junto a un cese del fuego. Israel aceptó este marco, aunque bajo una aplicación parcial y vigilada. Fue la confirmación de lo que ya se sabía desde noviembre de 2023: si había voluntad política, los rehenes podían volver a casa.
Lo que realmente muestra la cronología
La cronología revela cuatro hechos clave:
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Sí hubo liberaciones de rehenes. En noviembre de 2023 y en enero de 2025 se produjeron acuerdos que implicaron intercambios reales. Hamas liberó a decenas de cautivos, Israel aceptó liberar presos y permitir pausas de la ofensiva.
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Hamas aceptó marcos más amplios en varias ocasiones. En mayo–junio y en julio de 2024, la organización se mostró dispuesta a liberar progresivamente a todos los rehenes, siempre que Israel aceptara un alto el fuego permanente y una retirada.
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El bloqueo no fue técnico, sino político. Israel rechazó o demoró esos marcos porque implicaban detener la ofensiva, reconocer un final de la guerra y admitir la continuidad de Hamas como actor. La coalición de Netanyahu prefirió sostener la guerra antes que asumir ese coste político y estratégico.
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Los rehenes se convirtieron en excusa más que en prioridad. El discurso oficial presentó su liberación como un objetivo absoluto, pero en la práctica se subordinó a metas mayores: castigar a la población civil de Gaza, mantener la ofensiva y buscar ventajas geopolíticas.
Conclusión
La exigencia de que Hamas libere los rehenes suena tajante y moralmente impecable. Pero la historia de estos dos años muestra otra cosa: los rehenes fueron liberados cuando hubo voluntad política para aceptarlo, y pudieron ser liberados antes si Israel hubiera aceptado los marcos de tregua propuestos.
Quien quiera de verdad que los rehenes regresen, debería exigir también a Israel que acepte las treguas y canjes que ya han estado al alcance de la mano.
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