Peter Kingsley es un filósofo británico experto en todo el pensamiento filosófico griego que precede a los tres grandes nombres de la filosofía griega clásica: Sócrates, Platón y Aristóteles.
Todo ese conjunto de filósofos y pensadores se engloban bajo el nombre de presocráticos y en ellos se encierra el lento viaje desde el pensamiento mágico, mítico y salvaje del hombre primigenio neolítico, que tan bien describe Levi-Strauss, hasta el pensamiento analítico, científico y racional que caracteriza al hombre moderno.
Dentro de los Presocráticos el papel que ocupan Parmenides (o Parmeneides como le llama Kingsley) y pitagóricos es bastante crucial. En concreto, la obra de Platón y Aristóteles, y en general cualquier filósofo griego posterior, es en extremo deudora de la obra de Parménides.
Del mismo modo que Descartes, con su método analítico-deductivo, Parménides crea por decirlo así un primer método, una primera "via de verdad", que indaga por lo esencial del ser y del ente y que se contrapone a una "via de opinión", centrada en aspectos más físicos y menos metafísicos.
En tanto en cuanto ningún arqueólogo encuentre ninguna nueva inscripción o tablilla, Parménides fue el primero en sentir la necesidad de sistematiza rla manera de conocer las cosas... y, fundamentalmente, lo que hay detrás de ellas.
Y en este sentido Parménides ocupa un lugar central en la historia del pensamiento occidental, pero quizás esta no fuese la principal preocupación y ocupación de Parmenides.
En el modo de abordar está evolución desde lo mágico a lo racional ha primado siempre la puesta del acento en lo racional, caracterizando a todo vestigio o presencia de pensamiento mágico como de impureza distorsionante susceptible de no consideración, cuando no de directa eliminación especialmente en lo que respecta a la configuración del pensar de estos presocráticos.
La heterodoxa aparición de Kingsley viene a invertir esta tendencia, por lo menos a lo que Parménides y a todos los demás filósofos de la ciudad de Elea, llamados Eleatas, incluyendo a Zenón su discípulo y continuador.
En "Los oscuros lugares del saber", Kingsley realiza una génesis de un otro Parménides diferente al Parménides cuya figura nos ha venido definida desde la perspectiva Ateniense, potencia colonial y dominante de la época entre cuyos privilegios se encontró el de poder escribir la historia a medida de sí misma.
A lo largo del libro, Kingsley desarrolla paso a paso una investigación arqueológica que nos descubre a Parménides como un chamán, un sacerdote de un culto místico que se desarrolla bajo la mirada del dios Apolo y cuyo principal mecanismo de conocimiento no era el analítico-racional sino el sintético basado en la intuición de la esencia de las cosas mediante el trance.
En este sentido, Kingsley pone de manifiesto algo que se daba por supuesto, el caldo de cultivo del pensamiento racional que no es otro que un pensamiento religioso-mágico que precisamente buscaba ir más allá de esa realidad que se aparece ante los ojos y que está a disposición de las diferentes capacidades de conocer que tiene el ser humano. Entre ellas se encuentra el modo analítico-racional pero para Parménides, un sacerdote y místico que recurría al trance y a la intuición para conocer, no era la manera esencial de conocer distinguiendo claramente lo que permite conocer para comprender y lo que permite conocer las cosas para poder influir sobre ellas y operar en el mundo.
Pero Kingsley no se queda ahí.
En la última parte del libro dibuja el esfuerzo ateniense por disfrazar y ocultar, cuando no vilipendiar, aspectos esenciales de Parménides para destacar otros, centrados en su perspectiva de conocimiento racional, que sirve de base para los filósofos de la gran ciudad-estado, más centrados en un saber práctico y operativo.
Y en este sentido, Atenas demuestra una vez más la capacidad del poderoso para construirse una realidad a medida dentro de la cual hay un Parménides que no encaja y que queda borrado, especialmente en lo que respecta a la importancia que tiene el otro conocimiento, el que se basa en la intuición y la comprensión global de las cosas y sus misterios. Un conocimiento que precisamente busca conocer y que tanto caracteriza al modo de pensar oriental. Un modo de pensar que no analiza, descompone en partes usando la razón, sino que sintetiza, trata de captar globalidades desde un mínimo de contemplación.
Esta revisión ateniense de Parménides implica no sólo el nacimiento del modo de pensar occidental sino la obvia y consecuente separación con respecto del modo de pensar oriental del que hasta el momento los presocráticos eran parte integrante.
"En los oscuros lugares del saber" es un libro que se lee bien, casi como una historia de detectives en la que prueba a prueba, hallazgo a hallazgo, vamos conociendo tanto la verdadera identidad de una victima, Parmenides, como la identidad de sus asesinos y sus posibles razones, los atenienses.
Interesante.