viernes, enero 02, 2004

Buenos propósitos
Mi fracaso -que últimamente se pasa los días echándola de menos y deseando verla aunque ella se acabe de marchar- empleó la esteril tarde del primer día del año en hacer algo que desde hacía tiempo venía queriendo hacer: ver "Cleopatra" de Joseph Leo Mankiewickz.

Sin lugar a dudas, y en términos relativos, "Cleopatra" es la película más cara de la historia del cine y probablemente lo sea siempre porque los 44 millones de dólares que en su totalidad el proyecto costó quizá supongan hoy en día una cantidad diez veces superior.

Curiosidades:
- Su protagonista, Elizabeth Taylor, fué el primer actor en cobrar un millón de dólares por una película (y eso que lo dijo de coña, para que le dejaran en paz)
- El proyecto comenzó con un director distinto: Rouben Mamoulian, amigo personal del productor Walter Wanger y reputado director de actrices.
- Se decidió rodarla en los estudios Pynewood de Londres; Lo inclemente del clima inglés unido al ligero vestuario diseñado para la Taylor trajeron como consecuencia un catarro que, convertido en peligrosa neumonía, a punto estuvo de llavarse por delante a la estrella. Si uno se fija puede ver una cicatriz en la parte delantera del cuello de la actriz, la cicatriz de la traqueotomía que los médicos tuvieron que hacerle.
- El proyecto tuvo otro reparto: Peter Finch (Julio César), Stephen Boyd (Marco Antonio) y Keith Baxter (Octavio)
- Joseph Leo Mankiewickz reemplazó a Mamoulian tras el fracaso del rodaje en el Reino Unido. Cinco meses de fil´mación y sólo diez minutos de película útil.
- El rodaje se trasladó a Italia, a los estudios Cinecitá, donde hubo que empezar de nuevo, incluído un nuevo reparto que sería el definitivo.
- Mankiewickz rodaba por el día y continuaba el guión de las noches, llegando a convertirse en un auténtico despojo humano pendiente única y exclusivamente de las inyecciones de vitaminas (y supongo que más cosas) que los médicos del rodaje le ponían dos veces al día.
- El propósito del director era repartir el metraje de la película en dos películas de tres horas: "Cesar y Cleopatra" y "Marco Antonio y Cleopatra"... Darryl F. Zanuck, responsable de la Fox no se lo permitió: lo que le interesaba al público era asistir al espectáculo de las chispas que saltaban entre la Taylor y Richard Burton y no estaba dispuesto a correr el riesgo de hacerles esperar.
- El rodaje de la película duró en torno a tres años, rodándose las últimas escenas -que curiosamente son cronológicamente las primeras de la película- en Almería en el año 1963. Una vez que el rodaje hacía meses que había sido dado por terminado y como consecuencia de la mala calidad de las anteriores.
- La espectacular entrada de Cleopatra en Roma fue rodada dos veces, ante el veto del director de fotografía Leon Shamroy.
- Roddy MacDowall, que interpretaba a Octavio Augusto, era un firme candidato a ganar el oscar al mejor actor secundario, pero el fatal error del proponerle para el premio al mejor actor principal le privó del mismo.

Hay muchas más anécdotas, pero, y aún siendo una flamante y espectacular producción, lo que siempre más me ha atraído de esta cinta es su guión: el sinpar genio de Mankiewicz para plantear situaciones y llenarlas, como una piñata, de dialogos lúcidos y chispeantes.
44 millones de dólares dependiendo de una pluma y un papel sabiamente utilizados por uno de los más grandes en la soledad de una habitación de hotel.
Un enorme cuerpo bestial dependiendo de un alma pequeña, del tamaño de un cuaderno para escribir.

No nos equivoquemos nunca más.
Si no nos emocionamos con la historia que Cleopatra le cuenta a Marco Antonio, la del sepulcro donde un amante había escrito: "¿Vendrás esta noche a descansar?", es que algo malo nos pasa y que algo mucho peor, más adelante, nos puede pasar: hacernos viejos y no tener nada que contar.
Ante el sepulcro de Alejandro Magno, César le dice a Cleopatra que a sus 52 años lo único que de verdad le importa es que el mundo no le conquiste, mantenerse libre y capaz de seguir adelante.

Los años pueden pasar sobre nosotros y de hecho lo hacen, como viento que lentamente nos desgasta y nos lleva-, pero nuestra voluntad, nuestra fuerza, nuestras ganas de seguir adelante, jamás deben pasar.

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