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Mostrando las entradas etiquetadas como historia

Israel: el último proyecto colonial, sobreviviendo por lo civil y casi siempre por lo penal

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En publicaciones anteriores vimos que Israel no es una democracia plena ni para todos sus ciudadanos judíos ni, mucho menos, para la población árabe. También analizamos cómo su construcción estatal se apoyó en una élite ashkenazí ilustrada y occidentalizada que asumió sobre sí una misión civilizadora : modernizar, homogeneizar y “redimir” al resto de los judíos —sefardíes, mizrajíes, etíopes, tradicionales— considerados atrasados o improductivos. Esta autopercepción supremacista, nacida en la Europa ilustrada y nacionalista del siglo XIX, no era distinta del discurso con el que los imperios justificaban su dominio sobre otros pueblos: la mission civilisatrice francesa, el white man’s burden británico. Cuando esa élite construyó el Estado de Israel, la lógica interna de “civilizar” a los propios judíos se proyectó con aún más fuerza sobre la población árabe palestina. Si dentro del judaísmo el ashkenazí secular era el modelo a imitar, frente a los árabes el proyecto sionista asumió...

La falsa paz social: cómo se borró la lucha que hizo posible nuestros derechos

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Cuando pensamos en Rosa Parks, la recordamos como una mujer tranquila que se negó a levantarse de su asiento en un autobús de Montgomery. Pero aquel gesto fue un delito: Parks fue detenida, acusada y señalada por “alterar el orden público”. Hoy la celebramos como heroína porque su acto abrió una grieta en un sistema racista. Sin embargo, olvidamos que entonces fue vista como una peligrosa amenaza. La historia convierte en estatuas inofensivas a quienes, en su tiempo, incomodaron al poder. Esa operación de memoria no es inocente. Vivimos en sociedades que se narran a sí mismas como pacificadas y definitivas : democracias liberales y economías de mercado que, tras la caída del bloque soviético, habrían llegado al “fin de la historia” anunciado por Francis Fukuyama. Si el presente es el destino final, todo conflicto aparece como una anomalía, un error que perturba un orden natural. Cómo nació la ilusión de la paz social La sensación de que hoy habitamos sociedades “resueltas” —sin anta...

Querido empresario franquista: los españoles sí trabajan (el problema es otro)

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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha declarado recientemente que “los españoles no quieren trabajar” . Una frase que suena más propia de un empresario franquista de hace medio siglo , de esos que aparecen en las cacerías de La escopeta nacional,  persiguiendo a la Barbara Rey de turno con más torpeza babosa que acierto,  que de quien preside hoy la principal patronal de un país moderno (aunque se trate de España). Y por si esto no fuera poco, Garamendi se permite además el lujo depravado de comparar al trabajador español con un deportista de élite . Un alarde retórico más propio del muro de LinkedIn que de un análisis económico serio: el empleado convertido en atleta de alto rendimiento que debe “dar el máximo” cada día, con la obvia diferencia de que aquí no hay sueldos millonarios ni contratos blindados, sino la justificación —casi siempre implícita— para una explotación inmisericorde que muchos de esos mismos empresarios defienden sin sonrojo. Con esta caricatura...

Israel como reliquia colonial: del sueño sionista ashkenazí a la democracia estratificada

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  Israel sigue presentándose —y siendo presentado en muchos foros internacionales— como “la única democracia de Oriente Medio”. El eslogan funciona porque evoca un contraste cómodo: un oasis de pluralismo rodeado de autoritarismos. Pero cuando rascamos un poco, la imagen se resquebraja. En una  entrada anterior vimos que esa democracia es con apellidos: plena para los judíos, condicionada para los árabes. En esta nueva entrega damos un paso más: incluso dentro del propio mundo judío, esa democracia se fractura en categorías. No todos los judíos han gozado de la misma inclusión ni de los mismos derechos. El sionismo que dio forma al Estado de Israel nació con una impronta ashkenazí que definió quién representaba al “pueblo judío” y quién quedaba en los márgenes. Y esa huella sigue presente hoy.. Desde sus orígenes, el sionismo político no fue un proyecto que incluyera a todas las comunidades judías por igual. Al contrario, fue concebido y dirigido por una élite ashkenazí cent...