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jueves, junio 23, 2011

Es fácil criticar al movimiento del 15-M.

Y no digo que sea fácil desde un punto de vista peyorativo, sino que lo digo porque realmente es fácil criticarlo... y lo es porque hay muchas contradicciones que hasta yo mismo detecto cómodamente sentado en el sofá de mi salón.

Desde luego que hay peticiones, unas peticiones que en su estructura básica reproducen una parte del programa de reconstrucción de la izquierda que la chilena Marta Harnecker propone en su libro ya clásico del mismo nombre. Especialmente, la apelación a la creación de nuevos mecanismos de canalización y depuración de la expresión de la voluntad popular.

Hay planteamientos y peticiones pero, y desde su inicio, el movimiento está sometido al ojo escrutador de nuestra sociedad y de sus medios de comunicación, decenas de ojos y cerebros movidos por diferentes intereses que constantemente están hablando, opinando, produciendo discursos a favor y en contra. Ante ellos ni siquiera la mujer del César parecería honesta y, por ellos, el movimiento del 15M es constantemente, día tras día, puesto sobre la mesa de disección y continuamente analizado... y, claro, las contradicciones aparecen porque están ahí.

El conflicto entre la legalidad y la acción espontánea, los comportamientos violentos... Si se mira bien, las contradicciones aparecen.

Se le acusa de poco democrático, de no entender los rigores del inexorable mecanismo que rige la realidad de nuestra situación económica y más cosas, pero éste no es el tema.

Una vez más ésta sociedad cerrada que es enemiga de sí misma se pierde en los detalles, en el recuento y consideración de las partes, en la sistemática evaluación estructural de los efectos y olvida las causas, el todo, la visión global y sintética de un movimiento social que es mucho más pulsional que racional.

Los descontentos individuales ante una situación cada vez más deteriorada han terminado aflorando por nuestras calles y en este sentido, y recordando a Jung, lo que aflora es la sombra del lado luminoso de nuestra sociedad. No será la primera vez ni, espero, será la última. La historia está llena de revueltas y motines en los que, convocada por el propio estado de las cosas, la endiablada sombra social aparece y si algo es esa sombra es la manifestación de todo lo inconsciente, todo lo que subyace bajo los titulares de los periódicos.

Y esa sombra al no ser racional sólo puede ser contradictoria.

Bajo la apariencia racional, narrativa, de las peticiones, del programa del 15M emerge la complejidad contradictoria de lo social... pero también esa manifestación incontrolada encierra mucha verdad en su existir contradictorio, esa verdad que no queremos ver y que hemos apartado al olvido y a las sombras precisamente por ser cierta.

Por supuesto que el 15M tiene un programa, pero lo más importante es su carácter emocional y por eso es muy fácil criticarlo desde un punto de vista racional, porque hay contradicciones, cómo no va a haberlas y por eso se está convirtiendo en deporte nacional de opinadores y periodistas el enumerar las cosas en las que el 15 M no está a la altura, lo que nos gusta o nos deja de gustar, lo que deberían hacer o deberían dejar de hacer. Pero siempre olvidando lo más importante, la complicada y extrema situación en la que se encuentra nuestra sociedad como consecuencia de su mala posición económica.

Hay muchas maneras de hacer las cosas, pero, y en general (y salvo aficionados a cualquier clase de orden sin entrar en mayores detalles), deberíamos estar orgullosos de un país que no se resigna con cualquier explicación, con cualquier situación, con cualquier palabra y que sale a la calle a hacer lo que como mínimo le es posible hacer: quejarse y patalear.

Y hasta ahora la mayoría de las críticas no se centran en el fondo, en las causas, sino en una especie de obsesión procedimental, por las formas, aplicada de forma indiscriminada con independencia de lo excepcional de la situación en que nos encontramos.

Reduciendo al extremo las cosas: si te van a desahuciar espera a las próximas elecciones, si te quedas sin ingresos organiza una plataforma y monta un referendum. Todas esas vías son mecanismos practicables en una situación de normalidad, pero, y si se me apura, me parece una manifestación mas de ese liberalismo cruel el pretender que las personas sufran en silencio, de una manera acorde a las normas. Contribuyendo a generar una situación de normalidad que en absoluto es la que viven aquellos que sufren una de estas tragedias personales ocasionadas por la crisis.

De repente han surgido en salones y plazas cientos de demócratas, guardianes de la formas y de la normalidad, que no se dónde estaban cuando, por ejemplo, los responsables de las bancarrotas de ciertas cajas de ahorro abandonan sus puestos sin dar cuenta de su gestión.

Se acusa al movimiento del 15M de un posicionamiento político, pero también hay otro posicionamiento en lo que no quieren, y creo que realmente no quieren, entender la genealogía de este movimiento recurriendo a cualquier argumento válido o no para desligitimarlo. Y tengo que reconocer que argumentos válidos hay, pero lo que no estoy dispuesto a aceptar es que un padre que roba para comer sea solamente un ladrón.

Por supuesto debe de existir un orden social, pero también una cierta justicia. Porque las apelaciones al orden sin el reconocimiento de la necesidad de justicia o de le existencia de una injusticia, de una presión que ha hecho reventar a la gente por las calles, no están a la altura del ser humano como criatura inteligente, aunque si lo están de ese ser humano como animal esclavo de sus intereses.

Y clama al cielo, a mi cielo por supuesto, que ya no se hable de la genealogía de esta situación, que no se vaya más allá de la crítica estratégica hacia el irresponsable y mentiroso Zapatero.

No se pregunta por qué de pronto no hay dinero, a dónde ha ido, por qué la corrección de los déficits públicos tiene que hacerse de una manera tan veloz, por la eficacia del año de medidas liberales que ya llevamos sobre Grecia, de la deuda externa ilegítima, de la necesidad de pagar a costa de destrozar una sociedad aspecto relacionado con la velocidad con que la deuda es reclamada... De nada de ésto, y de más cosas, se habla, quizá porque entonces habría demasiados silencios o porque las posiciones interesadas y desinteradas resultarían más evidentes.

En cualquier caso, estoy orgulloso de un país que ha sido capaz de generar un movimiento social como el 15 M, no tanto de aquellos que se empeñan en ver ciertos árboles en lugar de todo el bosque.

Honestamente creo que toda persona honesta e inteligente debería sentirse indignada. Otra cosa es el valor, las líneas que se estén dispuestas a cruzar para manifestar esa indignación.

El miedo es libre, bien lo saben aquellos que con astucia saben manejarlo.

miércoles, mayo 18, 2011



¡Olé!

domingo, mayo 15, 2011

Miles de personas exigen dejar de ser 'mercancías de políticos y banqueros...


















"Esto no es una crisis, es una estafa"


sábado, enero 29, 2011

"Desde cualquier óptica parece una situación absurda y aberrante. Todas las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria las paga el cliente y el banco sale inmaculado gracias a que los ciudadanos responden con todos sus bienes, según la legislación española. Lo que dice la ley -que CIU ha intentado cambiar sin éxito- es que solo el cliente comete errores y paga por ello, pero la entidad (cualquiera que sea, porque la mayoría actúan igual) no tiene ninguna responsabilidad. ¿Alguien puede pensarlo? El oficio de banquero se caracteriza por la prudencia, el conocimiento del mercado y la valoración de los riesgos. Cobran por ello. ¿Se ha actuado correctamente? La negligencia y la codicia son algunas de las razones que explican esta crisis.
El Banco de España alertó de que se estaba calentando el ladrillo desde 2006, pero se quedó ahí. No penalizó los préstamos por el 100% de la tasación, ni los de promotores o hipotecas basura. No cabe duda de que el ciudadano, mayor de edad y responsable de sus actos, debía saber lo que hacía. Pero algo grave ha fallado en el sistema financiero cuando se ha alimentado una burbuja en la que los pisos subían un 100% mientras los sueldos se incrementaban un 25%. Incluso el suelo se revalorizó un 500% entre 1997 y 2007."
(La banca siempre gana, Iñigo Barrón)

Interesante artículo.
Se incide mucho sobre la responsabilidad del individuo que firma la hipoteca y es cierto. Es responsable porque firma. Nadie le obliga... ¿O si?
La base ideológica de nuestras democracias occidentales tiene en el concepto de individuo una de sus bases. El individuo que reflexiona, que decide, que juzga, que valora, que decide la mejor opción para maximizar sus beneficios. El individuo que se organiza en una sociedad civil, que genera la opinión pública...
Y quizá en ningún momento como ahora el verdadero individuo ha estado más lejos de ese concepto que, sin embargo, es uno de los pilares de nuestra sociedad.
El debate sobre esa responsabilidad es capital para analizar los males de nuestro tiempo. La distancia entre deber ser y ser nunca ha sido tanta, especialmente es enorme la distancia que separa al individuo conceptual sobre el que se basa nuestro ordenamientos jurídico, económico y político del individuo real.
¿Y si descubriéramos que los individuos están perdiendo la capacidad para la responsabilidad individual?
Sería interesante investigar por qué las personas firmaron esas hipotecas, las razones o sin razones que les llevaron a hacerlo.
Estoy convencido de que esos resultados nos ofrecerían un retrato nada halagüeño de esta sociedad en la que vivimos que está encantada de conocerse, que vive ahogada en la imagen deformada que tiene de sí misma.
Estoy seguro de que casi siempre fueron sinrazones.

¿Dónde está ese individuo del que se habla?
Yo no lo veo.
Sólo veo masa.

viernes, octubre 22, 2010

Zygmunt Bauman: “La izquierda abandonó a los débiles

Ya era hora de que alguien se atreviera a decirlo.
Para eso están nuestros mayores, para ser los sabios de la tribu y Bauman lo es.

miércoles, julio 14, 2010

"Y en mitad de ese paisaje desolado por la tradición, los mitos y la homogeneización mental del siglo veintiuno, los abertzales piden solidaridad para no sé qué asunto de no sé qué fotos de unos asesinos. "
(La patria vasca, Mi mesa cojea)

Fantástico post destroyer!

martes, diciembre 18, 2007














España (punto naranja) se encuentra por debajo de la recta de regresión, lo que implica que su nivel tecnológico es inferior al que le correspondería según su nivel económico... Yo diría que el nivel es bastante inferior.

El gasto total en tecnologías de información es uno de los más bajos de los países de la OCDE

No nos vendría mal un poco de I+D +i...

Fuente: Informe de Telefónica sobre la Sociedad de la Información en España. Año 007.

domingo, octubre 07, 2007

EL HORROR

Más que interesante el articulo que leo en el número 110 de la REIS (Revista Española de Investigaciones sociológicas).

En "La cultura del horror en las sociedades avanzadas: de la sociedad centrípeta a la sociedad centrífuga", Eduardo Bericat reflexiona sobre el papel que cumplen las emociones colectivas en el mantenimiento del orden social.

El punto de partida es el hecho de que las noticias más importantes que aparecen en los medios de comunicación sean noticias de horror.

Muy interesante la visión sociológica de algo tan eminentemente irracional como el horror:

"Pero el orden social sólo queda perfecta y nítidamente delimitado cuando establece las fronteras del mal que le separan del caos o la contingencia absoluta. Esta frontera define su identidad frente a todo aquello que pueda considerarse aborrecible, brutal, demoníaco, inhumano, bárbaro, malévolo y monstruoso. El horror es el abrupto sentimiento colectivo evocado en aquellas situaciones en las que las oscuras fuerzas del mal contenidas más allá de las murallas de la ciudad logran abrir una brecha y penetrar en su interior poniendo en riesgo su propia identidad y supervivencia."

El horror habita en las sombras que la luz de nuestra conciencia no puede iluminar dentro de nosotros mismos.

"En el origen no existe ni Bien ni Mal sino una monstruosa brutalidad, un absoluto desorden, un caos primordial necesario para superar y vencer al caos mismo. Tras una intensa lucha aparece el acto creativo que establece
distinciones, que separa, que mide y que pone orden en el mundo (Ricoeur, 1967:
175). En suma, Bien y Mal constituyen dos naturalezas extrañas
e inconmensurables, pero el Bien -de la misma forma que el orden social- se construye desde el horizonte del Caos, se nutre de la materia del Mal. Ambos, por estas razones, siempre andan estrechándose la mano en una compleja y aparentemente extraña unidad. Y de ahí emerge fundamentalmente el horror, pues el caos y el desorden palpitan en una especie de interior-exterior de la naturaleza erigida por el orden social"

En ese continuo y mortalmente ilegal flujo fronterizo entre humanidad e inhumanidad el horror existe como señal de alarma. Nos indica que hemos alcanzado un peligroso límite y nos conmina a trabajar para suturar la grieta y reestablecer el orden.

Dicho ésto, Bericat define dos tipos de sociedades.

Las sociedades centrífugas son aquellas que se centran en un sólido núcleo moral de valores que las orientan hacia el futuro. La legitimidad y el orden de esas sociedades descansa en la adhesión
inquebrantable de sus miembros a esas creencias, a esos grandes valores que
los individuos hacen suyos y los convierten en guía de sus vidas.

Las sociedades centrípetas son sociedades que han perdido el poder de atracción gravitacional que les proporcionaba ese núcleo y por tanto tienden a la dispersión. El orden racional que las sustentaba han perdido ese fascinador poder de atracción. Es cuestionado. Ya nadie lo cree con la suficiente intensidad como para sentirse atraído por él.
El resultado es la tendencia a la dispersión moral de sus miembros.

Para mantener el orden social se recurre a engrosar esa barrera que separa el orden del desorden. Se trabaja en el horror para mantener a los individuos dentro de la muralla.
El continuo recuerdo de las brutalidades exteriores termina conduciendo a una ceremonia de afirmación de la propia identidad: Nosotros no somos capaces de éso.

"Cada ritual del horror es como una piedra que se añade en la muralla que delimita el contorno de la ciudad"

Posteriormente, Bericat considera que las sociedades modernas fueron paradigma de sociedades centrífugas hasta que por una serie de circunstancias han entrado en crisis en la segunda mitad del siglo XX y se ha convertido en centripeta.
Las razones de esa crisis son complejas y han sido muy bien contadas por los miembros de la Escuela de Frankfurt: Horkheimer, Adorno, ...

En esta sociedad centrípeta los medios de comunicación social cumplen esa función de escenificación continua y diaria del horror ante nuestros ojos:

"El horror que hoy nos provocan los desastres naturales no deriva
de la absoluta devastación que causan, sino de la vergüenza que nos produce
comprobar nuestra impotencia frente a unas fuerzas que creíamos ya dominadas...
Somos la causa del mal y somos nosotros quiénes debemos transformar la
naturaleza humana y social para evitar el espectáculo del horror"
Somos todos uno, los que se horrorizan.

domingo, junio 24, 2007

Menos poder adquisitivo

"La economía española crece desde hace una década a un ritmo claramente superior al de la media de la Unión Europea, pero este prolongado ciclo expansivo no se ha traducido en una paralela reducción de la brecha social. Mientras los beneficios empresariales se multiplicaban -el 73% entre 1999 y 2006-, el salario medio real de los españoles perdió el 4% de su poder adquisitivo en la década que va desde 1995 a 2005, según un informe de la OCDE difundido esta semana en París."
(El País)


Más

Y tan contentos que estamos todos pagando la hipoteca....

jueves, marzo 29, 2007

UNA BUENA TEORÍA

I
"En España hay tantos mileuristas porque las universidades españolas educan a la gente a ser subordinados que memorizan y repiten. El contraste con el sistema por ejemplo del Instituto de Empresa donde enseño es enorme. Para mi el IE es un modelo a seguir para el resto del sistema universitario. Por eso España, pese a ser la octava economía del mundo, es un país periférico de sueldos bajos, porque la mayoría de la gente no fué educada para crear y dirigir sino para repetir y obedecer y los que repiten y obedecen simplemente ganan menos."

Más

II
"La diferencia entre los países ricos ricos, y los países más o menos ricos --digamos la diferencia entre Inglaterra y España-- se debe en mi opinión a que Inglaterra es un país principalmente de jefes y España es un país principalmente de subordinados, cuyos jefes están en otros países.
Los jefes ganan más que los subordinados. Inglaterra es un país de jefes, porque tiene más casas matrices de multinacionales, mejores universidades, más centros de investigación, desarrollo y creación cultural aplicada que España. ¿Cómo puede llegar España a ser un país de jefes? No es fácil.
Un país de jefes es un país de emprendedores con ideas que obtienen recursos para llevarlas a cabo en el mundo de los negocios, la ciencia y la creatividad. Pero, como sabemos, es más fácil ser emprendedor en el Reino Unido que en España, ya que en el Reino Unido hay una cultura de riesgo más desarrollada que aquí y mucho más respeto y menos envidia al emprendedor.

(...)

A los ingleses les enseñan a razonar, entender y organizar. A los españoles les enseñan a memorizar, repetir y obedecer. El resultado es que "los mejores expedientes también son mileuristas", cosa que sorprende hasta que te das cuenta que ser un alumno sobresaliente en memorizar, recitar y obedecer te llevará a ser....mileurista.
Para dejar de ser mileurista tienes que saber razonar, crear, y gestionar. Tienes que aprender a ser diferente a destacarte. Hasta que la educación española deje la tradición franquista de que el profe sabe y el alumno no, España va a criar alumnos....mileuristas."

Más

No se si será verdad, pero bien traído está.

lunes, octubre 23, 2006

HISTORIAS

I
El que desarrolla Wim Wenders es un interesante punto de vista acerca de las historias y el poder hipnótico que desde el principio de los tiempos aquellas ejercen sobre nosotros, los seres humanos:

"Pero, por supuesto, las historias tienen su interés. Son poderosas e importantes para la humanidad. Proporcionan a la gente lo que buscan y lo hacen en un nivel muy profundo -son mucho más que entretenimiento, acción y suspense. Uno de las necesidades principales de la gente es que cierta cantidad de coherencia les sea proporcionada de alguna forma y las historias proporcionan a quienes las escuchan el sentimiento de que existe un sentido. Al final y en el fondo existe un orden por debajo de la increíble y caótica confusión de las sensaciones y los fenómenos que les rodea y ese orden es lo que la gente necesita más que ninguna otra cosa. Casi diría que el concepto de orden y de historia está directamente relacionado con la idea de Dios. Las historias la substituyen o se tratan de otra forma de llamar a la misma cosa.

(...)

Las historias son mentiras. Pero son increiblemente importantes para nuestra superviviencia. Sus estructuras artificales nos yudan a superar nuestros peores miedos: la ausencia de un Dios, la idea de que no somos nada más que un conjunto de pequeñas partículas vibrantes dotadas de percepción y conciencia, pero perdidas en un universo que en su mayor medida permenece más allá de nuestra comprensión. Produciendo coherencia, las historias hacen que la vida sea soportable y combaten nuestros miedos. Esa es la razón que lleva a los niños a querer escuchar un cuento antes de dormir y también que hace de la Biblia una historia muy larga y también la razón que explica el final feliz de casi todas ellas."
(Historias imposibles, Wim Wenders)

III
Necesitamos constantemente escuchar historias.
Su mentira encierra una poderosa verdad que nos permite, a su vez, sustentar en ellas nuestra propia certeza.

La capacidad de generar un sentido, un mundo, puesta por obra ante nuestros ojos.


viernes, octubre 13, 2006

Maravilloso artículo.

Así funciona nuestro mundo actual, el que nos hace fumar y conducir deprisa:

"No importa si todo se tambalea, si las instituciones quedan en entredicho. Si las razones argumentadas no tienen consistencia, no importa. Lo realmente interesante es que el discurso consiga convencer a los afectados. Así, superamos los efectos que se han producido sobre la imagen del personaje. Ese es el objetivo, y los problemas acaban ahí. "

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