En la tradición islámica —especialmente en la rama chií que rige Irán— una fatwa es un dictamen jurídico-religioso emitido por un erudito o autoridad suprema. No es una “ley” en el sentido occidental, sino una interpretación de la sharía (la ley islámica) aplicada a un caso concreto.
En la República Islámica de Irán, las fatwas tienen un papel singular porque la Constitución declara que todas las leyes y regulaciones deben basarse en los principios islámicos (artículo 4). Por lo tanto, una fatwa emitida por el Líder Supremo, que es la máxima autoridad política y religiosa del país, puede tener fuerza vinculante, ya que se entiende como una guía obligatoria para el Estado y sus instituciones.
El derecho islámico y las fatwas
En el derecho islámico, la sharía no es un único texto legal cerrado como un código civil; es un conjunto de principios y normas que se interpretan a partir del Corán, la sunna (tradición del profeta Mahoma) y la jurisprudencia islámica (fiqh).
Dentro de este marco, la fatwa es una herramienta fundamental: es una opinión jurídica emitida por un jurista o autoridad religiosa para resolver cuestiones nuevas o complejas que no tienen respuesta directa en los textos sagrados.
En la tradición chií, que es la dominante en Irán, los grandes ayatolás (marŷa‘ taqlīd) y, sobre todo, el Líder Supremo, pueden emitir fatwas que sirven de guía interpretativa obligatoria para sus seguidores y, en el caso de Irán, para las instituciones del Estado.
Así, las fatwas no sustituyen la ley escrita, pero la complementan, la interpretan y la concretan para casos específicos, manteniendo la coherencia con los principios de la sharía.
Por todo lo anterior, en Irán, una fatwa del Líder Supremo no pasa por el Parlamento: se dicta desde la cúspide del poder religioso-político y se convierte en una directriz de obligado cumplimiento para el régimen. En la práctica, actúa como un mandato supremo, pero su fuerza depende de la autoridad personal y religiosa del Líder y puede ser reinterpretada o revocada por él mismo si lo justifica el “interés supremo” (maslaha) de la comunidad.
Así, una fatwa de un Líder Supremo no es idéntica a una ley codificada, pero tiene un peso normativo superior a cualquier ley civil ordinaria si se refiere a materias fundamentales para el Estado.
👉 De hecho, en toda la historia de la República Islámica, ninguna fatwa emitida por un Líder Supremo —ni Jomeiní ni Jameneí— ha sido desobedecida abiertamente, ya que desafiarla sería poner en cuestión la legitimidad del propio régimen..
La fatwa de Ali Jameneí sobre las armas nucleares
Dentro de este marco, una de las fatwas más citadas internacionalmente es la que el ayatolá Ali Jameneí, Líder Supremo desde 1989, emitió a principios de los años 2000. En ella, Jameneí declaró que la producción, almacenamiento y uso de armas nucleares es haram (prohibido por el islam) y, por tanto, inmoral y contrario a la ley islámica.
Esta fatwa se hizo pública oficialmente en 2003 y fue reiterada en 2005, cuando Irán la presentó como parte de su posición ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Desde entonces, las autoridades iraníes la han citado en múltiples foros diplomáticos como prueba de su compromiso religioso de no desarrollar armamento nuclear.
Hasta la fecha, esta fatwa no se ha derogado ni modificado, y ninguna fatwa emitida por Jameneí como Líder Supremo ha sido jamás ignorada dentro del sistema político iraní —al igual que sucedió con las de su predecesor, el ayatolá Jomeiní. Aunque algunos sectores dentro del régimen —como facciones más radicales de la Guardia Revolucionaria— han sugerido en ocasiones que podría reconsiderarse si la seguridad nacional se viera gravemente amenazada, Jameneí nunca la ha revocado de forma oficial, y romperla abiertamente equivaldría a desafiar la autoridad suprema del Estado.
Conclusión: ¿Fabricar armas nucleares es ilegal en Irán?
Sí. Mientras esta fatwa esté vigente, el desarrollo de armas nucleares va contra la interpretación oficial de la sharía, y por tanto, es ilegal dentro del sistema jurídico de la República Islámica de Irán. No existe una ley civil escrita específica que diga “prohibido fabricar armas nucleares”, pero la Constitución obliga a que toda norma esté alineada con la sharía, y la fatwa del Líder Supremo define claramente la posición.
Por eso, a nivel interno e internacional, Irán sigue afirmando que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos, ya que producir un arma nuclear sería contrario a su propia doctrina religiosa y política, al menos mientras esta fatwa siga en pie.