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sábado, julio 16, 2011

"La revolución keynesiana contra el laissez-faire le estaba saliendo muy cara al sector privado. Lo que hacía falta para recuperar el terreno perdido era claramente una contrarrevolución contra el keynesianismo, un retorno a una forma de capitalismo que tuviera incluso menos trabas que el capitalismo de antes de la Depresión. No era una cruzada que pudiera liderar el propio Wall Street, no en aquel clima. Si Walter Wriston, gerente de Citibank e íntimo amigo de Friedman, se hubiera atrevido a decir que el salario mínimo y los impuestos a las empresas deberían abolirse, le hubieran acusado al instante de ser un explotador. Y ahí es donde entró en juego la Escuela de Chicago. Pronto quedó claro que cuando Friedman, que era un matemático brillante y un hábil orador, afirmaba exactamente esas mismas cosas, éstas adquirían un cariz muy distinto. Puede que se rechazaran como equivocadas, pero quedaban imbuidas de un aura de imparcialidad científica. El efecto enormemente beneficioso de hacer que las posiciones de las empresas fueran presentadas en boca de instituciones académicas o cuasi académicas hizo que llovieran donaciones sobre la Escuela de Chicago pero además, en muy poco tiempo, dio a luz a una red global de think tanks de derechas que darían cobijo a los soldados de a pie de la contrarrevolución en todo el mundo."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
"Este fin era la gloria de Dios; ¿pero no era Dios, en cierto sentido, una expresión distante del hombre, percibida en la angustia de la intimidad?"
(La parte maldita, Georges Bataille)

miércoles, julio 06, 2011














Explicando el estoicismo de los japoneses ante aquel tsunami...

"El significado completo del giri hacia el propio nombre no se puede comprender sin situar en el contexto todas las virtudes no agresivas que en el Japón se incluyen en el giri. La venganza es solamente una de las virtudes que el giri puede en ocasiones exigir, pero también implica muchas veces un comportamiento tranquilo y templado. El estoicismo, el dominio de sí mismo exigido a un japonés que se respete, es una parte del giri
hacia su nombre. La mujer no debe gritar durante el parto, y el hombre debe sobreponerse al dolor y al peligro. Cuando las aguas inundan torrencialmente una aldea japonesa, toda persona que se respete a sí misma recoge las pertenencias que piensa llevar consigo y busca tierras más altas. No hay gritos, ni carreras alocadas, ni pánico.Cuando llegan los vientos y las lluvias equinocciales con fuerza huracanada, se observa un autocontrol similar. Tal comportamiento es parte del respeto que una persona tiene hacia sí misma en el Japón, aunque sepa que no va a sobrevivir. En su opinión, la dignidad personal implica autocontrol. Este autocontrol japonés se identifica, en parte, con noblesse oblige, y en los tiempos feudales, por tanto, se exigía más del samurai que del pueblo llano; pero esta virtud, a pesar de ser menos exigente para unos, era una norma que debían acatar todas las clases. Si samurai había de hacer lo imposible para sobreponerse al dolor corporal, el pueblo tenía que soportar con idéntica serenidad las agresiones del samurai armado."
(La espada y el crisantemo, Ruth Benedict)

martes, julio 05, 2011

"Me volví hacia la extensión de tierras y me pregunté has dónde ir. Exactamente la misma pregunta que me hice antes, cuando nadaba en el océano. ¿A partir de qué lugar empieza a ser peligroso seguir alejándose? Y comprendí que uno se lo pregunta cuando ya empieza a creer que ha ido demasiado lejos."
(Crónicas de motel. Sam Shepard)

domingo, julio 03, 2011

"sus canarios
caían como moscas
cada mañana
aparecía un nuevo canario
tieso
en el suelo de la jaula

el Veterano le dijo
que era por las bacterias
del agua que les daba
pero él sabía
que era
por su modo de vivir"
(Crónicas de motel. Sam Shepard)

sábado, julio 02, 2011

"Mi novia trazó mi carta astral de acuerdo con los datos fraudulentos que le había suministrado la enfermera jefe. Me dijo que me aguardaba una vida interesante pero muy difícil, y que Saturno estaba en la misma posición que ocupaba en el nacimiento de Goethe. No le pedí más detalles. Tenía un aspecto tierno e inocente"
(Crónicas de motel, Sam Shepard)

viernes, julio 01, 2011

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"El nuevo mundo del trabajo tecnológico refuerza así un debilitamiento de la posición negativa de la clase trabajadora: ésta ya no aparece como la contradicción viviente para la sociedad establecida. Esta tendencia se fortalece por efecto de la organización tecnológica de la producción al otro lado de la barrera: en la gerencia y la dirección. La dominación se transforma en administración. Los jefes y los propietarios capitalistas están perdiendo su identidad como agentes responsables; están asumiendo la función de burócratas en una máquina corporativa. Dentro de la vasta jerarquía de juntas ejecutivas y administrativas que se extienden mucho más allá de la empresa individual hasta el laboratorio científico y el instituto de investigaciones, el gobierno nacional y el interés nacional, la fuente tangible de explotación desaparece detrás de la fachada de racionalidad objetiva. El odio y la frustración son despojados de su propósito específico y el velo tecnológico oculta la reproducción de la desigualdad y la esclavitud. Con el progreso técnico como su instrumento, la falta de libertad en el sentido de la sujeción del hombre a su aparato productivo se perpetúa e intensifica bajo la forma de muchas libertades y comodidades. El aspecto nuevo es la abrumadora racionalidad de esta empresa irracional, y la profundidad del condicionamiento previo que configura los impulsos
instintivos y aspiraciones de los individuos y oscurece la diferencia entre conciencia falsa y verdadera. Porque en realidad, ni la utilización de controles administrativos más que físicos (el hambre, la dependencia personal, la fuerza), ni el cambio de carácter en el trabajo pesado, ni la asimilación de las clases ocupacionales, ni la nivelación en la esfera de consumo, compensan el hecho de que las decisiones sobre la vida y la muerte, sobre la seguridad personal y nacional se toman en lugares sobre los que los individuos no tienen control. Los esclavos de la sociedad industrial desarrollada son esclavos sublimados, pero son esclavos, porque la esclavitud está determinada no por la obediencia, ni por la rudeza del trabajo, sino por el status de instrumento y la reducción del hombre al estado de cosa. Ésta es la forma más pura de servidumbre: existir como instrumento, como cosa. Y este modo de existencia no se anula si la
cosa es animada y elige su alimento material e intelectual, si no siente su «ser cosa», si es una cosa bonita, limpia, móvil. A la inversa, conforme la reificación tiende a hacerse totalitaria gracias a su forma tecnológica, los mismos organizadores y administradores se hacen cada vez más dependientes de la maquinaria que organizan y administran. Y esta dependencia mutua ya no es la relación dialéctica entre señor y siervo, que ha sido rota en la lucha por el reconocimiento mutuo, sino más bien un círculo vicioso que encierra tanto al señor como al
esclavo."
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"El círculo vicioso parece en verdad la imagen más apropiada de una sociedad que se autoexpande y autoperpetúa en su propia dirección preestablecida; guiada por las crecientes necesidades que genera y, al mismo tiempo, contiene."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)

lunes, junio 27, 2011

"Aunque estén profundamente interiorizados a través de la escuela y el aprendizaje social, esos valores igualitarios conscientes de derecho, justicia, etc., continúan siendo relativamente frágiles y nunca bastarían para integrar una sociedad en la que contradicen visiblemente la realidad objetiva. Digamos que en un nivel ideológico, las contradicciones siempre pueden volver a
estallar. Pero el sistema se apoya mucho más eficazmente en un dispositivo inconsciente de integración y de regulación. Y éste consiste, a diferencia de la igualdad, en implicar a los individuos en un sistema de diferencias, en un código de signos. Eso es la cultura, eso es el lenguaje y eso es el consumo en el sentido más profundo del término. La eficacia política estriba, no en hacer que donde había contradicción haya igualdad y equilibrio, sino en hacer que donde había contradicción, haya DIFERENCIA. La solución a la contradicción social no es la igualación,
sino la diferenciación. No hay revolución posible en el nivel de un código (o bien tienen lugar todos los días y son las «revoluciones de la moda» que son inofensivas y desbaratan las otras revoluciones posibles).
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)

domingo, junio 26, 2011

1
"Hay que tener claro que el consumo no se organiza alrededor de un individuo con sus necesidades personales que luego se indexan de acuerdo con una exigencia de prestigio o de conformidad, en un contexto de grupo. Primero hay una lógica estructural de la diferenciación que produce esos individuos personalizados, es decir, que los hace diferentes unos de otros, pero siguiendo modelos generales y un código a los cuales esos individuos se ajustan en el acto mismo de singularizarse... En otras palabras, la conformidad no es igualación de las posiciones sociales, la homogeneización consciente del grupo (en la que cada individuo se alinea en relación con los otros), sino que es el hecho de tener el mismo código en común, de compartir los mismos signos que hacen que todos en conjunto sean diferentes de tal otro grupo. Lo que establece la paridad de los miembros de un grupo (más que la conformidad) es la diferencia con el otro grupo... el sistema nunca se apoya en las diferencias reales (singulares, irreducibles) que existen entre las personas. Precisamente, lo que lo funda como sistema es el hecho de que elimina el contenido propio, el ser propio de cada individuo (necesariamente diferente) para sustituirlo por la forma diferencial, industrializaba y comercializable como signo distintivo. Elimina toda cualidad original para retener únicamente el esquema distintivo y su producción sistemática."
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"Antes, las diferencias de nacimiento, de sangre, de religión, no se intercambiaban: no eran diferencias de moda y tenían que ver con lo esencial. No se las «consumía». Las diferencias actuales (de indumentaria, de ideología, hasta de sexo) se intercambian en el seno de un vasto consorcio de consumo. Es un intercambio socializado de los signos. Y si, con la forma de signo, todo puede intercambiarse así, no es por la gracia de alguna «liberalización» de las costumbres, sino porque las diferencias se producen sistemáticamente según un orden que las integra como signos de reconocimiento."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)

domingo, junio 19, 2011

"Por consiguiente, en líneas generales, los consumidores, en su condición de tales, son inconscientes y están desorganizados, una situación semejante a la de los obreros de comienzos del siglo XIX. En este concepto, son el objeto de exaltación, adulación y alabanza de los buenos apóstoles que los denominan «la opinión pública», realidad mística, providencial y soberana. Así como la democracia exalta al pueblo, siempre que éste permanezca en su lugar (es decir, no intervenga en la escena política y social), a los consumidores se les reconoce su soberanía («Powerful consumer», según Katona), siempre que no pretendan actuar como tales en el escenario social. El pueblo son los trabajadores, mientras permanezcan desorganizados. El público, la opinión pública, son los consumidores siempre que se contenten con consumir."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
"La singularidad inicial se sustituye entonces por la inestabilidad de un Universo primordial vacío, en el 'que el espacio-tiempo se curvaría radiando materia de la misma forma que un átomo excitado vuelve a su estado fundamental radiando luz."
(Entre el tiempo y la eternidad. Ilya Prigogine)
"El sistema tiene necesidad de los individuos, en su condición de trabajadores (trabajo asalariado), en su condición de ahorristas (impuestos, préstamos, etc.), pero cada vez más en su carácter de consumidores... El aspecto en el cual el individuo es hoy necesario y prácticamente irremplazable es su condición de consumidor."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras)
COSMÓPOLIS


Es un libro interesante.

Escrito por el filósofo británico Stephen Toulmin, "Cosmópolis" profundiza en el discurso filosófico de la modernidad  para detectar algunas importantes contradicciones que han tenido consecuencias en el desenvolvimiento histórico de las sociedades occidentales.

En pocas palabras, la Modernidad es un proceso histórico, social y filosófico que comienza en el siglo XVII y que busca convertir la razón en la norma trascendental y vertebradora de toda la sociedad.

Como no podía ser de otra forma, Toulmin se centra en Descartes, en "Su pienso, luego existo" como fuente originaria de todo este movimiento, pero, y de manera brillantemente dismitificadora, realiza un análisis histórico y social de las consecuencias que este modo de pensar a tenido para el desenvolvimiento de las sociedades europeas.

Para Toulmin, la principal consecuencia nefasta del pensamiento moderno es la traslación de la posibilidad de una verdad objetiva a esferas de pensamiento y vida como la ética y la moral. La más nefasta influencia de la Modernidad es la creencia, casi religiosa, en la posibilidad de la existencia de una verdad moral con indepenencia de las partes.

Usando el pensamiento es posible llegar a una conclusión objetiva y cierta que invalide como falsos todos los modos de vivir y pensar. Y la principal consecuencia de todo ello son las guerras de religión que asolan toda Europa durante la práctica totalidad del siglo XVII.

Los productos de la razón pasan a ser indiscutibles por contraposición al modo de pensar humanista, renacentista, en el que nadie ambicionaba estar en la verdad, por considerarse incapaces de encontrar verdades absolutas en asuntos de índole tan complicada como los éticos y morales.

Toulmin contrapone el espiritu librepensador de Montaigne al estricto método cartesiano que se aplica todo como si el mundo fuera susceptible de ser trasladado a unas estructuras matemáticas y geométricas.

Y lo sacrificado en ese proceso, mucho más que la verdad, allá donde se encuentre (si es que se encuentra), es la capacidad para el diálogo entre opiniones contrapuestas que caracterizaba esa actitud dialogante propia del humanismo renacentista.

Tener la razón, estar en lo cierto se convierte también en un arma que es esgrime contra el otro, un arma que resuelve los debates de manera rápida impidiendo la discusión, negando la posibilidad del punto de vista y absolutizando los asuntos éticos y morales.

Del mismo modo que solo hay un Dios verdadero, también hay una única verdad verdadera,

Merece la pena leerlo.

lunes, junio 13, 2011

"Una de las mejores pruebas de que el principio y la finalidad del consumo no son el goce es que hoy el goce es obligado y está institucionalizado, no como derecho o como placer, sino como deber del ciudadano... El consumidor, el ciudadano moderno, no tiene posibilidad de sustraerse a esta obligación de felicidad y de goce, que es el equivalente, en la nueva ética, de la obligación tradicional de trabajar y producir. El hombre moderno pasa cada vez menos parte de su vida en la producción del trabajo y cada vez más en la producción e innovación continua de sus propias necesidades y de su bienestar. Debe ocuparse de movilizar constantemente todas sus posibilidades, todas sus capacidades consumidoras. Si lo olvida, se le recordará amable e instantáneamente que no tiene derecho a no ser feliz. Por lo tanto, no es verdad que sea pasivo: por el contrario, despliega y debe desplegar una actividad continua. Si no correría el riesgo de contentarse con lo que tiene y volverse asocial."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
"Ese día corría la voz en el refugio de que Richard Baker, un destacado congresista republicano de Nueva Orleans, le había dicho a un grupo de presión: «Por fin hemos limpiado Nueva Orleans de los pisos de protección oficial. Nosotros no podíamos hacerlo, pero Dios sí». Joseph Canizaro, uno de los constructores más ricos de Nueva Orleans, también había expresado una opinión parecida: «Creo que podemos empezar de nuevo, pasando página. Y en esa página blanca tenemos grandes oportunidades». Durante toda la semana, por el parlamento estatal de Luisiana en Baton Rouge habían desfilado grupos de presión, y gente de toda ralea con influencias y ganas de aprovechar esas grandes oportunidades: menos impuestos, menos regulaciones, trabajadores con salarios más bajos y «una ciudad más pequeña y más segura», lo que en la práctica equivalía a eliminar los proyectos de pisos a precios asequibles y sustituirlos por promociones urbanísticas. Al escuchar frases y expresiones como «empezar de nuevo» y «pasar página», casi se le olvidaba a uno el hedor nocivo de los escombros, las mareas químicas y los restos humanos que se amontonaban a unos pocos kilómetros, en la autopista.
En el refugio, Jamar no podía pensar en otra cosa: «Para mí no tiene nada que ver con limpiar la ciudad. Lo que yo veo es un montón de gente del centro que ha muerto. Personas que no deberían estar muertas».
Hablaba en voz baja, pero un hombre mayor que estaba en la cola, delante de nosotros, le oyó y se dio la vuelta como si le hubieran dado un latigazo: «¿Qué les pasa a esos tipejos de Baton Rouge? Esto no es una oportunidad. Es una maldita tragedia. ¿Están ciegos o qué?»."
(La doctrina del shock. Naomi Klein)

domingo, junio 12, 2011

"¿Comprender los fenómenos y no «salvarlos», es decir, someterlos a una norma que garantizaría su cientificidad? Puede parecer extraño que el desarrollo de la física inspire hoy conclusiones similares a las de un Diderot, por ejemplo, mientras que la física de ayer había llevado a Kant a conclusiones opuestas: el científico no debe «aprender» de la Naturaleza sino dirigirse a ella como un juez que sabe a priori cómo debe responder a qué principios está sujeta."
(Tiempo y eternidad, Ilya Prigogine)
"El aparato productivo, y los bienes y servicios que produce, «venden» o imponen el sistema social como un todo. Los medios de transporte y comunicación de masas, los bienes de vivienda, alimentación y vestuario, el irresistible rendimiento de la industria de las diversiones y de la información, llevan consigo hábitos y actitudes prescritas, ciertas reacciones emocionales e intelectuales que vinculan de forma más o menos agradable los consumidores a los productores y, a través de éstos, a la totalidad. Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad. Y a medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más clases sociales, el adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se convierten en modo de vida. Es un buen modo de vida —mucho mejor que antes—, y en cuanto tal se opone al cambio cualitativo. Así surge el modelo de pensamiento y conducta unidimensional en el que ideas, aspiraciones y objetivos, que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son rechazados o reducidos a los términos de este universo."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)

sábado, junio 11, 2011

"De nuevo nos encontramos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir las comodidades, de convertir lo superfluo en necesidad y la destrucción en construcción, el grado en que esta civilización transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del hombre hace cuestionable hasta la noción misma de alienación. La gente se reconoce en sus mercancías; encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa, su equipo de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el control social se ha incrustado en las nuevas necesidades que ha producido."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)

viernes, junio 10, 2011

"Bajo el gobierno de una totalidad represiva, la libertad se puede convertir en un poderoso instrumento de dominación... La libre elección de amos no suprime ni a los amos ni a los esclavos. Escoger libremente entre una amplia variedad de bienes y servicios no significa libertad si estos bienes y servicios sostienen controles sociales sobre una vida de esfuerzo y de temor, esto es, si sostienen la alienación. Y la reproducción espontánea, por los individuos, de necesidades súperimpuestas no establece la autonomía; sólo prueba la eficacia de los controles."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
"La economía clásica imaginaba los primeros intercambios en forma de trueque. ¿Cómo iba a creer que, en el origen, un modo de adquisición como el intercambio no respondió a la necesidad de adquirir, sino a la necesidad contraria de perder o de derrochar... El potlatch es, como el comercio, un medio de circulación de riqueza, pero excluye el regateo. Frecuentemente, consiste en la donación solemne de riquezas considerables, ofrecidas por un |efe a su rival a fin de humillar, de desafiar, de obligar. El donatario debe borrar la humillación y recoger el desafío: debe cumplir con la obligación contraída al aceptar la donación; no podrá responder, más tarde, más que por un nuevo potlatch, más generoso que el primero: debe devolver con usura."
(La parte maldita. Georges Bataille)