"Pero la condición para gobernar (en contra del pueblo, como ha de ser), es gobernar. Es explicar. Es razonar. Es elaborar frases complejas: quiero decir con sujeto, verbo y predicado. Es abrir un profundo debate nacional sobre el perdón, la sangre y el olvido. Es situar al pueblo ante las rigurosas y difíciles elecciones morales que comporta la seguridad. Nada que esté haciendo este gobierno, ni que haya pensado hacer, en la más rigurosa textualidad de la expresión."
Más
martes, septiembre 27, 2005
UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO
Bill Bryson es un escritor norteamericano residente en las islas británicas.
Entré en contacto con su obra hace ya un tiempo, por recomendación de E., mi hermana de Carolina del Norte. En su momento discutíamos mucho sobre la vida en Norteamerica, sobre la realidad (que aportaba ella) y la imagen que se tenía desde fuera (que aportaba yo) y cierto día ella me sugirió que leyera alguno de sus libros de viajes por los Estados Unidos.
Ella me decía que, después de haber estado viviendo más de 20 años en Europa, sus ojos eran los de un europeo y esta cualidad hacía de sus libros un interesante material... y empecé por "I'm a Stranger Here Myself: Notes on Returning to America After 20 Years Away ".
En absoluto me defraudó.
Descubrí una mirada sensible e inteligente, capaz de percibir en la realidad lo importante, una mirada también llena de sentido del humor e incluso de ternura.
Todo un descubrimiento: el perfecto viajero y también el perfecto escritor, puesto que sus libros están muy bien escritos. Se leen casi sin querer y disfrutando cada página del placer de la lectura.
Cuando descubrí que Bryson había escrito un libro de divulgación científica no lo dudé ni un segundo. Lo compré.
Tampoco me sorprendió que un escritor de libros de viajes escribiera "Una breve historia de casi todo", después de todo la Ciencia también es un viaje... en el tiempo y sobre el saber, pero viaje al fin y al cabo.
Y tampoco me he sentido defraudado.
Todo lo contrario. Estoy entusiasmado con su talento para narrar aspectos tan complicados como las nuevas teorías sobre el origen del universo. Para ser más correcto, sigo estándolo.
Como ha hecho con los Estados Unidos (y con otras zonas del mundo), Bryson ha sido capaz de poner ante el lector el apasionante territorio de la ciencia al alcance de su mano.
Sus más de 500 páginas pasan volando.
Se leen con interés y atención porque los temas lo merecen y también porque el autor se las arregla para hacer con su inteligente sentido del humor el viaje aún más gradable de lo que en realidad ya es.
Bryson no escribe literatura (que yo sepa), pero sin lugar a dudas es un gran narrador que hace los mundos que nos descubre sean aún más grandes de lo que ya son.
Altamente recomendable... si uno tiene la inquietud de conocer.
Bill Bryson es un escritor norteamericano residente en las islas británicas.
Entré en contacto con su obra hace ya un tiempo, por recomendación de E., mi hermana de Carolina del Norte. En su momento discutíamos mucho sobre la vida en Norteamerica, sobre la realidad (que aportaba ella) y la imagen que se tenía desde fuera (que aportaba yo) y cierto día ella me sugirió que leyera alguno de sus libros de viajes por los Estados Unidos.
Ella me decía que, después de haber estado viviendo más de 20 años en Europa, sus ojos eran los de un europeo y esta cualidad hacía de sus libros un interesante material... y empecé por "I'm a Stranger Here Myself: Notes on Returning to America After 20 Years Away ".
En absoluto me defraudó.
Descubrí una mirada sensible e inteligente, capaz de percibir en la realidad lo importante, una mirada también llena de sentido del humor e incluso de ternura.
Todo un descubrimiento: el perfecto viajero y también el perfecto escritor, puesto que sus libros están muy bien escritos. Se leen casi sin querer y disfrutando cada página del placer de la lectura.
Cuando descubrí que Bryson había escrito un libro de divulgación científica no lo dudé ni un segundo. Lo compré.
Tampoco me sorprendió que un escritor de libros de viajes escribiera "Una breve historia de casi todo", después de todo la Ciencia también es un viaje... en el tiempo y sobre el saber, pero viaje al fin y al cabo.
Y tampoco me he sentido defraudado.
Todo lo contrario. Estoy entusiasmado con su talento para narrar aspectos tan complicados como las nuevas teorías sobre el origen del universo. Para ser más correcto, sigo estándolo.
Como ha hecho con los Estados Unidos (y con otras zonas del mundo), Bryson ha sido capaz de poner ante el lector el apasionante territorio de la ciencia al alcance de su mano.
Sus más de 500 páginas pasan volando.
Se leen con interés y atención porque los temas lo merecen y también porque el autor se las arregla para hacer con su inteligente sentido del humor el viaje aún más gradable de lo que en realidad ya es.
Bryson no escribe literatura (que yo sepa), pero sin lugar a dudas es un gran narrador que hace los mundos que nos descubre sean aún más grandes de lo que ya son.
Altamente recomendable... si uno tiene la inquietud de conocer.
sábado, septiembre 24, 2005
SENSACIONAL REVELACIÓN
Acabo de escuchar en la televisión que el pelo que luce la Virgen de la Macarena pertenece a la tonadillera Juanita Reina... ¡Impresionante revelación!
Me pregunto con terror de quién serán los ojos, las manos o la piel...
No se por qué pero imagino a alguien parecido a Vincent Price peinando a la virgen antes de cada procesión.
Acabo de escuchar en la televisión que el pelo que luce la Virgen de la Macarena pertenece a la tonadillera Juanita Reina... ¡Impresionante revelación!
Me pregunto con terror de quién serán los ojos, las manos o la piel...
No se por qué pero imagino a alguien parecido a Vincent Price peinando a la virgen antes de cada procesión.
jueves, septiembre 22, 2005
APOCALÍPTICO
"En todo caso, para la evolución del ser humano, Mill entendía que la lucha decisiva, la lucha que efectivamente podría llamarse lucha por la vida, era el combate que el propio individuo emprendía por la autoformación de su carácter. Ésta era la lucha que podía mantener abiertas las vías evolutivas e impedir que se cegaran hasta hacer del hombre un animal gregario... Ahora vemos la clave de la complexio oppositorum de Mill y el sentido de la construcción de hombres de carácter fuerte. Mientras éstos no tomen responsablemente sobre sí la conducción de la revolución democrática formal, conformando una nueva política, el despotismo cesarista será inevitable. Éste hará de la política el órgano de las tendencias y los instintos de la masa y aspirará a complacer esos instintos reflejando en su forma de poder la mediocridad colectiva."
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La democracia sólo funciona sobre la base de la discusión de opiniones fundamentadas emitidas por individuos formados e implicados en lo problemas de su tiempo.
Todo lo demás es lo que ahora tenemos: una sociedad que descuida su sistema educativo y que en lugar de generar individuos con criterio se dedica a producir máquinas trabajadoras/consumidoras a las que de cuando en cuando les hace partícipes de la ilusión sacramental de una toma de decisión.
Una decisión que es realmente imposible de tomar puesto que ni se tiene toda la información ni tampoco se tiene la capacidad de procesarla de acuerdo con un personal modo fundado de ver las cosas... De este modo, un político puede decir una misma cosa y la contraria dentro de un lapso relativamente corto de tiempo sin que realmente pasa nada. De su lado, tiene los slóganes y la posibilidad de repetir una mentira en los medios de comunicación afines el número suficiente de veces como para que se convierta en verdad.
Ahora nuestras vidas transcurren muy lejos de la política, como si de una forma inconsciente reconociéramos nuestra manipulada condición, pero hubo un tiempo en que lo fue todo... y de ese tiempo provienen muchas de las cosas que constituyen nuestro bienestar actual.
Quizá las acabemos perdiendo.
Quizá, como escribe Mill, "Europa tenderá a convertirse en una nueva China", un régimen despótico en el que la individualidad no cuenta nada...
"En todo caso, para la evolución del ser humano, Mill entendía que la lucha decisiva, la lucha que efectivamente podría llamarse lucha por la vida, era el combate que el propio individuo emprendía por la autoformación de su carácter. Ésta era la lucha que podía mantener abiertas las vías evolutivas e impedir que se cegaran hasta hacer del hombre un animal gregario... Ahora vemos la clave de la complexio oppositorum de Mill y el sentido de la construcción de hombres de carácter fuerte. Mientras éstos no tomen responsablemente sobre sí la conducción de la revolución democrática formal, conformando una nueva política, el despotismo cesarista será inevitable. Éste hará de la política el órgano de las tendencias y los instintos de la masa y aspirará a complacer esos instintos reflejando en su forma de poder la mediocridad colectiva."
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La democracia sólo funciona sobre la base de la discusión de opiniones fundamentadas emitidas por individuos formados e implicados en lo problemas de su tiempo.
Todo lo demás es lo que ahora tenemos: una sociedad que descuida su sistema educativo y que en lugar de generar individuos con criterio se dedica a producir máquinas trabajadoras/consumidoras a las que de cuando en cuando les hace partícipes de la ilusión sacramental de una toma de decisión.
Una decisión que es realmente imposible de tomar puesto que ni se tiene toda la información ni tampoco se tiene la capacidad de procesarla de acuerdo con un personal modo fundado de ver las cosas... De este modo, un político puede decir una misma cosa y la contraria dentro de un lapso relativamente corto de tiempo sin que realmente pasa nada. De su lado, tiene los slóganes y la posibilidad de repetir una mentira en los medios de comunicación afines el número suficiente de veces como para que se convierta en verdad.
Ahora nuestras vidas transcurren muy lejos de la política, como si de una forma inconsciente reconociéramos nuestra manipulada condición, pero hubo un tiempo en que lo fue todo... y de ese tiempo provienen muchas de las cosas que constituyen nuestro bienestar actual.
Quizá las acabemos perdiendo.
Quizá, como escribe Mill, "Europa tenderá a convertirse en una nueva China", un régimen despótico en el que la individualidad no cuenta nada...
miércoles, septiembre 21, 2005
SOBRE LA FELICIDAD
"La felicidad sólo se da en esta tierra como añadidura a la búsqueda positiva de otra cosa que no es ella. Apuntando hacia otra cosa los hombres encuentran incidentalmente la felicidad. La clave reside en no hacer de la felicidad el objetivo inmediato y directo de la vida, pues ello nos obligaría a someter su idea a un examen riguroso, a prolijas reflexiones, a interrogantes permanentes, en suma, a infinitas sospechas.... Pero esta respuesta es la mitad del asunto... No cabe esperar la añadidura de la felicidad si no se pone en el lugar central de la vida humana el cultivo interno del individuo... Es preciso formar y educar, reforzar y dirigir el mundo de la interioridad... la atención a todas las facultades humanas y a su equilibrado desarrollo.
La felicidad no se puede entregar al hombre desde el exterior"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
"La felicidad sólo se da en esta tierra como añadidura a la búsqueda positiva de otra cosa que no es ella. Apuntando hacia otra cosa los hombres encuentran incidentalmente la felicidad. La clave reside en no hacer de la felicidad el objetivo inmediato y directo de la vida, pues ello nos obligaría a someter su idea a un examen riguroso, a prolijas reflexiones, a interrogantes permanentes, en suma, a infinitas sospechas.... Pero esta respuesta es la mitad del asunto... No cabe esperar la añadidura de la felicidad si no se pone en el lugar central de la vida humana el cultivo interno del individuo... Es preciso formar y educar, reforzar y dirigir el mundo de la interioridad... la atención a todas las facultades humanas y a su equilibrado desarrollo.
La felicidad no se puede entregar al hombre desde el exterior"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
martes, septiembre 20, 2005
NORTHFORK
La visión de esta pequeña obra maestra ha sido todo un descubrimiento para mí, un puro enamoramiento.
Northfork es el nombre de un pueblo de Montana que está a punto de ser tragado por las aguas de una presa en construcción, pero también es la historia de un pequeño huérfano llamado Irwin cuya joven vida ya se acaba. Cuidado por el padre Harlan (un M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O Nick Nolte), la imaginación de Irwin volará sobre la también agonizante Northfork acompañándole hasta el final de su viaje.
Nadie debería perderse esta difícil relato crepuscular de ritmo cadencioso y suave, elegante y lúcido, lleno de una sútil y sobria sensibilidad poética, una especie de largo adios pronunciado entre sonrisas y lágrimas
Me gustaría escribir muchas cosas más sobre Northfork, pero es mejor no contarla. Se me hace imposible hablar de ella. Cualquier cosa que dijera no terminaría de hacer justicia a su magia.
La visión de esta pequeña obra maestra ha sido todo un descubrimiento para mí, un puro enamoramiento.
Northfork es el nombre de un pueblo de Montana que está a punto de ser tragado por las aguas de una presa en construcción, pero también es la historia de un pequeño huérfano llamado Irwin cuya joven vida ya se acaba. Cuidado por el padre Harlan (un M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O Nick Nolte), la imaginación de Irwin volará sobre la también agonizante Northfork acompañándole hasta el final de su viaje.
Nadie debería perderse esta difícil relato crepuscular de ritmo cadencioso y suave, elegante y lúcido, lleno de una sútil y sobria sensibilidad poética, una especie de largo adios pronunciado entre sonrisas y lágrimas
Me gustaría escribir muchas cosas más sobre Northfork, pero es mejor no contarla. Se me hace imposible hablar de ella. Cualquier cosa que dijera no terminaría de hacer justicia a su magia.
lunes, septiembre 19, 2005
MARIA TERESA CAMPOS
Aprovecho mis dos semanas de vacaciones para recuperar mi inconfesabe faceta de televidente y al encender el televisor me encuentro con ella.
Se la nota mucho más tensa, mucho más nerviosa, como si tuviera el convencimiento de que con cada minuto que pasa una décima más de su audiencia estuviera marchándose a la competencia, como si pensara que debe hacer algo pero no supiera muy bien qué hacer.
Por lo demás -y teniendo en cuenta lo poco que he visto- su programa presente se diferencia muy poco de anteriores programas de su pasado: tertulias sinergégicas sobre programas de la cadena, colaboradores poniendo a parir Rivera Ordóñez... La misma mierda de siempre. Lo único que ha pasado sobre ella es el tiempo y quizá lo haya hecho definitivamente.
Ls diferencia más importante es que la reventona Tererelu no está. Sólo por éso debiera haber subido la audiencia.
Contemplando su nerviosismo, sus verbalizados esfuerzos patéticos y desesperados por presentarse como portavoz del sentir de los televidentes o diciéndole a Santiago Segura que ella nunca se equivoca, me viene a la cabeza un pensamiento: Lo peor de ser el número uno en cualquier faceta de la vida es ser simplemente éso, ser el o la mejor.
Como si la identidad propia procediera única y exclusivamente de la comparación favorable con los otros y no por aspectos que pertenecen al exclusivo ámbito del "uno mismo".
El tiempo pasa y algún día son otros los que disfrutarán los manjares habitualmente dispuestos en lo que hasta ayer fue nuestra diaria cena.
Y entonces ya no habrá nada.
La obsesión por volver a ser lo que fuimos terminará por matarnos.
Aprovecho mis dos semanas de vacaciones para recuperar mi inconfesabe faceta de televidente y al encender el televisor me encuentro con ella.
Se la nota mucho más tensa, mucho más nerviosa, como si tuviera el convencimiento de que con cada minuto que pasa una décima más de su audiencia estuviera marchándose a la competencia, como si pensara que debe hacer algo pero no supiera muy bien qué hacer.
Por lo demás -y teniendo en cuenta lo poco que he visto- su programa presente se diferencia muy poco de anteriores programas de su pasado: tertulias sinergégicas sobre programas de la cadena, colaboradores poniendo a parir Rivera Ordóñez... La misma mierda de siempre. Lo único que ha pasado sobre ella es el tiempo y quizá lo haya hecho definitivamente.
Ls diferencia más importante es que la reventona Tererelu no está. Sólo por éso debiera haber subido la audiencia.
Contemplando su nerviosismo, sus verbalizados esfuerzos patéticos y desesperados por presentarse como portavoz del sentir de los televidentes o diciéndole a Santiago Segura que ella nunca se equivoca, me viene a la cabeza un pensamiento: Lo peor de ser el número uno en cualquier faceta de la vida es ser simplemente éso, ser el o la mejor.
Como si la identidad propia procediera única y exclusivamente de la comparación favorable con los otros y no por aspectos que pertenecen al exclusivo ámbito del "uno mismo".
El tiempo pasa y algún día son otros los que disfrutarán los manjares habitualmente dispuestos en lo que hasta ayer fue nuestra diaria cena.
Y entonces ya no habrá nada.
La obsesión por volver a ser lo que fuimos terminará por matarnos.
COMIENZO
Mi nueva historia empieza así:
"Sabe que es un sueño.
Sabe que duerme.
No es la primera vez que se encuentra de pie, en medio de una geografía vagamente familiar de suaves colinas verdes, bajo un tremendo cielo azul de primavera.
El pasado no existe.
Simplemente se ha encontrado a sí mismo allí, sintiéndose como vagamente abandonado, notando el molesto aliento de una helada brisa que le invisible le llega, escuchando su sonar fantasmal conjugarse arrítmicamente con el profundo batir de su corazón cansado.
No es la primera vez que no siente calor. No es la primera vez que quiere sentirlo por encima de cualquier otra cosa.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor.
Nada se mueve.
Todo parece detenido. Se le antoja una suerte de inmensa naturaleza muerta, un espacio artificial que carece del invisible bullir de la vida. Ni un pájaro, ni una hormiga, ni una abeja… Nada. Sólo él, el viento y la clara sensación de haber ya estado aquí antes.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor sintiéndose como constantemente atravesado por el invisible filo helado de esa brisa.
Su corazón late aún más fuerte.
Y de pronto sobre una colina donde antes no había nada, está él. Quieto, vestido de negro, mirándole, pareciendo una fantasmal aparición de las que narra Henry James.
Hay sangre en su blanca camisa.
Puede ver el rojo destacando sobre el blanco en la distancia… pero la figura es negra. No sabría explicarlo mejor. Simplemente lo es.
No es la primera vez que comprende que la taladrante brisa es en realidad una mirada, la de ese desconocido que en realidad no es tal.
Enseguida, una pegajosa sensación de calor se aferra a su pecho.
También es sangre.
Un río de lágrimas brota incontenible de sus ojos, lo siente caer caliente por sus mejillas.
Su corazón ha dejado de ser un corazón. Es un tam-tam africano celebrando la alegría de un encuentro, el definitivo reconocimiento de un camino que le conducirá inexorablemente hacia esa colina donde esa persona le espera.
Ya no siente frío.
Sonríe.
Comprende.
Sabe que enseguida despertará…, justo cuando se proponga empezar a caminar."
Mi nueva historia empieza así:
"Sabe que es un sueño.
Sabe que duerme.
No es la primera vez que se encuentra de pie, en medio de una geografía vagamente familiar de suaves colinas verdes, bajo un tremendo cielo azul de primavera.
El pasado no existe.
Simplemente se ha encontrado a sí mismo allí, sintiéndose como vagamente abandonado, notando el molesto aliento de una helada brisa que le invisible le llega, escuchando su sonar fantasmal conjugarse arrítmicamente con el profundo batir de su corazón cansado.
No es la primera vez que no siente calor. No es la primera vez que quiere sentirlo por encima de cualquier otra cosa.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor.
Nada se mueve.
Todo parece detenido. Se le antoja una suerte de inmensa naturaleza muerta, un espacio artificial que carece del invisible bullir de la vida. Ni un pájaro, ni una hormiga, ni una abeja… Nada. Sólo él, el viento y la clara sensación de haber ya estado aquí antes.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor sintiéndose como constantemente atravesado por el invisible filo helado de esa brisa.
Su corazón late aún más fuerte.
Y de pronto sobre una colina donde antes no había nada, está él. Quieto, vestido de negro, mirándole, pareciendo una fantasmal aparición de las que narra Henry James.
Hay sangre en su blanca camisa.
Puede ver el rojo destacando sobre el blanco en la distancia… pero la figura es negra. No sabría explicarlo mejor. Simplemente lo es.
No es la primera vez que comprende que la taladrante brisa es en realidad una mirada, la de ese desconocido que en realidad no es tal.
Enseguida, una pegajosa sensación de calor se aferra a su pecho.
También es sangre.
Un río de lágrimas brota incontenible de sus ojos, lo siente caer caliente por sus mejillas.
Su corazón ha dejado de ser un corazón. Es un tam-tam africano celebrando la alegría de un encuentro, el definitivo reconocimiento de un camino que le conducirá inexorablemente hacia esa colina donde esa persona le espera.
Ya no siente frío.
Sonríe.
Comprende.
Sabe que enseguida despertará…, justo cuando se proponga empezar a caminar."
PROPÓSITO
He decidido volver a escribir una historia.
Las estanterías de todas las casas en las que he vivido están llenas de carpetas llenas de folios que cuentan historias sin terminar.
Siempre me ha faltado constancia.
He preferido vivir.
Músicos que venden su alma al diablo, jóvenes que demasiado tarde comprenden que de quién estaban verdaderamente enamorados era de la propia muerte, todopoderosos que desesperadamente intentan comprar el amor, mujeres hermosas de expresión ausente que despreocupadamente se dejan llevar, preciosas cantantes que siempre producen el silencio cada vez que cantan, elegíacas cabalgadas contra los cañones en pos de alguna ilusión o de algún sueño... Recuerdo perfectamente a muchos de esos hijos míos muertos antes de nacer (en realidad asesinados por mí) y espero que esa feroz crítica de los ratones que Karl Marx menciona en alguna de sus páginas no haya sido dura con ellos.
Siguen en mi cabeza y hoy he llegado al convencimiento de que debo volver a escribir.
Me lo debo a mí mismo, porque realmente sólo me siento realmente feliz en muy pocas situaciones y una de ellas es cuando escribo.
Quizá sólo soy feliz ante la pantalla blanca del ordenador (perdonadme mujeres de mi vida).
Puede que haya nacido para escribir.
Siempre he tenido esa sospecha.
La cicatriz que cruza mi mejilla derecha me tira.
Va a cambiar el tiempo.
Tengo que escribir.
No prometo nada, pero intentaré acabar esta vez.
He decidido volver a escribir una historia.
Las estanterías de todas las casas en las que he vivido están llenas de carpetas llenas de folios que cuentan historias sin terminar.
Siempre me ha faltado constancia.
He preferido vivir.
Músicos que venden su alma al diablo, jóvenes que demasiado tarde comprenden que de quién estaban verdaderamente enamorados era de la propia muerte, todopoderosos que desesperadamente intentan comprar el amor, mujeres hermosas de expresión ausente que despreocupadamente se dejan llevar, preciosas cantantes que siempre producen el silencio cada vez que cantan, elegíacas cabalgadas contra los cañones en pos de alguna ilusión o de algún sueño... Recuerdo perfectamente a muchos de esos hijos míos muertos antes de nacer (en realidad asesinados por mí) y espero que esa feroz crítica de los ratones que Karl Marx menciona en alguna de sus páginas no haya sido dura con ellos.
Siguen en mi cabeza y hoy he llegado al convencimiento de que debo volver a escribir.
Me lo debo a mí mismo, porque realmente sólo me siento realmente feliz en muy pocas situaciones y una de ellas es cuando escribo.
Quizá sólo soy feliz ante la pantalla blanca del ordenador (perdonadme mujeres de mi vida).
Puede que haya nacido para escribir.
Siempre he tenido esa sospecha.
La cicatriz que cruza mi mejilla derecha me tira.
Va a cambiar el tiempo.
Tengo que escribir.
No prometo nada, pero intentaré acabar esta vez.
"John Stuart Mill también echó de menos otro tipo de hombre, muy diferente del que veía a su alrededor. Él mimo lo deseó ser con todas sus fuerzas analíticas, y este deseo le costó una amarga crisis. Salió de ella, como los genios de la cultura alemana, con la lectura de poesía, de mucha poesía"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La poesía es también -y quizá sobre todo- una forma de conocimiento superior (de uno mismo, de los otros, del mundo que nos rodea... No se...)
Los conceptos elaborados y complejos: las religiones, las filosofías y las ciencias siempre acaban haciendo poesía cuando intentan abordar las esencias: la metáfora del espejo en las teorías más avanzadas sobre el orígen del Universo, cualquier clase de mística religiosa, Hölderlin y los filósofos alemanes, Nieztsche y su alucinada verborrea lúcida,....
La metáfora y la metonimia, la condensación y el desplazamiento son a veces la única forma de acercarnos a los que aún nos queda demasiado lejos.
Son sombras luminosas que nos llevan de su huidiza mano por el camino correcto, una senda que en una eterna aproximación jamás nos llevará al encuentro total con la auténtica verdad sobre el sentido de las cosas (quizá porque no es posible, quizá porque nuestra capacidad de hacernos preguntas es muy superior a la de encontrar las correspondientes respuestas).
No deberíamos vivir de espaldas a la poesía.
Deberíamos tratar todos y cada uno de nosotros encontrar a nuestro poeta, ese que dice las cosas que no sabemos cómo decir.
Al final de esa búsqueda siempre estaremos nosotros mismos, esperándonos en cualquier recodo del interminable camino.
Por lo menos ya no haremos el viaje solos.
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La poesía es también -y quizá sobre todo- una forma de conocimiento superior (de uno mismo, de los otros, del mundo que nos rodea... No se...)
Los conceptos elaborados y complejos: las religiones, las filosofías y las ciencias siempre acaban haciendo poesía cuando intentan abordar las esencias: la metáfora del espejo en las teorías más avanzadas sobre el orígen del Universo, cualquier clase de mística religiosa, Hölderlin y los filósofos alemanes, Nieztsche y su alucinada verborrea lúcida,....
La metáfora y la metonimia, la condensación y el desplazamiento son a veces la única forma de acercarnos a los que aún nos queda demasiado lejos.
Son sombras luminosas que nos llevan de su huidiza mano por el camino correcto, una senda que en una eterna aproximación jamás nos llevará al encuentro total con la auténtica verdad sobre el sentido de las cosas (quizá porque no es posible, quizá porque nuestra capacidad de hacernos preguntas es muy superior a la de encontrar las correspondientes respuestas).
No deberíamos vivir de espaldas a la poesía.
Deberíamos tratar todos y cada uno de nosotros encontrar a nuestro poeta, ese que dice las cosas que no sabemos cómo decir.
Al final de esa búsqueda siempre estaremos nosotros mismos, esperándonos en cualquier recodo del interminable camino.
Por lo menos ya no haremos el viaje solos.
domingo, septiembre 18, 2005
APUNTES DE ANTROPOLOGÍA
Una de las cosas -pienso- que nos diferencia del resto de animales es, precisamente, el esfuerzo por dejar de serlo.
Por lo visto, y escribo de memoria, el cerebro humano se estructura en una serie de capas hasta hacer un total de 3. Cada una de ellas no es otra cosa que los distintos cerebros que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra evolución como especie.
Esto quiere decir que el cerebro que teníamos cuando eramos monos arborícolas convive con el cerebro del hombre que nos ha llevado hasta este siglo XXI (que por cierto debería ser un siglo XIX en lo político y lo social o no será nada... pero esa es otra historia).
Dentro, muy dentro de ese orgáno tan misterioso y espectacular se esconde el animal que fuimos y seguimos siendo. Ligado y conectado más intimimamente que ninguno a nuestro cuerpo está el cerebro de ese animal que en algún momento tan abiertamente fuímos.
Es nuestra infraestructura emocional.
Por encima de él están los otros dos cerebros, los que progresivamente nos han apartado de ese animal creando la ética y la moral, las religiones y creencias.
Todo el aparato estructural que nos ha permitido construir y producir
Esos cerebros nos han permitido limitar con una serie de reglas a ese animal abandonado a los impulsos básicos de placer, destrucción y supervivencia.
Un ejemplo es, en teoría política, el paso del Estado de Naturaleza (en que cada uno sigue individualmente y de forma egoísta la propia vida y el propio beneficio) por el Estado deDerecho (pacto por el que los individuos firmantes deciden entregar parte de su libertad a una autoridad dimanada de ellos mismos, autoridad que impone una serie de reglas para ordenar la vida de esas personas, reglas a las que esas personas voluntariamente se someten)
Son la superestructura de nuestras emociones.
Y es el esfuerzo por someternos a esas reglas lo que nos hace más humanos.
Siempre hay una lucha para intentar dominar esa infraestructura básica, por dejar de ser un animal precisamente para beneficio de nosotros mismos como especie.
El ser humano funciona mejor colaborando
El animal lo quiere todo para sí mismo, busca su propia supervivencia.
El ser humano pacta, define unas reglas éticas y morales, políticas y vitales y se ciñe a ellas.
Necesita convivir, sabe que el éxito de su empresa depende de la colaboración de los otros... y decide pactar, aceptar unas determinadas reglas y asumir el compromiso de seguirlas.
El animal tiene que desaparecer para que exista algo que verdaderamente merezca la pena.
Una de las cosas -pienso- que nos diferencia del resto de animales es, precisamente, el esfuerzo por dejar de serlo.
Por lo visto, y escribo de memoria, el cerebro humano se estructura en una serie de capas hasta hacer un total de 3. Cada una de ellas no es otra cosa que los distintos cerebros que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra evolución como especie.
Esto quiere decir que el cerebro que teníamos cuando eramos monos arborícolas convive con el cerebro del hombre que nos ha llevado hasta este siglo XXI (que por cierto debería ser un siglo XIX en lo político y lo social o no será nada... pero esa es otra historia).
Dentro, muy dentro de ese orgáno tan misterioso y espectacular se esconde el animal que fuimos y seguimos siendo. Ligado y conectado más intimimamente que ninguno a nuestro cuerpo está el cerebro de ese animal que en algún momento tan abiertamente fuímos.
Es nuestra infraestructura emocional.
Por encima de él están los otros dos cerebros, los que progresivamente nos han apartado de ese animal creando la ética y la moral, las religiones y creencias.
Todo el aparato estructural que nos ha permitido construir y producir
Esos cerebros nos han permitido limitar con una serie de reglas a ese animal abandonado a los impulsos básicos de placer, destrucción y supervivencia.
Un ejemplo es, en teoría política, el paso del Estado de Naturaleza (en que cada uno sigue individualmente y de forma egoísta la propia vida y el propio beneficio) por el Estado deDerecho (pacto por el que los individuos firmantes deciden entregar parte de su libertad a una autoridad dimanada de ellos mismos, autoridad que impone una serie de reglas para ordenar la vida de esas personas, reglas a las que esas personas voluntariamente se someten)
Son la superestructura de nuestras emociones.
Y es el esfuerzo por someternos a esas reglas lo que nos hace más humanos.
Siempre hay una lucha para intentar dominar esa infraestructura básica, por dejar de ser un animal precisamente para beneficio de nosotros mismos como especie.
El ser humano funciona mejor colaborando
El animal lo quiere todo para sí mismo, busca su propia supervivencia.
El ser humano pacta, define unas reglas éticas y morales, políticas y vitales y se ciñe a ellas.
Necesita convivir, sabe que el éxito de su empresa depende de la colaboración de los otros... y decide pactar, aceptar unas determinadas reglas y asumir el compromiso de seguirlas.
El animal tiene que desaparecer para que exista algo que verdaderamente merezca la pena.
viernes, septiembre 16, 2005
OJOS DE PERRO AZUL
I
Estoy de vacaciones y no estoy en Benidorm,
ensuciando la playa y tostándome al sol,
en el mismo centro del tópico descanso vacacional.
Estoy de vacaciones y sigo en la ciudad.
Me gusta pasearla,
observar desde fuera su mecanismo,
el ordenado funcionamiento de sus engranajes de carne y sangre.
Nadie me ve.
Sólo los animales y algún niño.
II
Mis ojos observan
Altos niveles de endeudamiento familiar,
elevado precio de las viviendas,
contratos basura,
precariedad laboral,
salarios aún más precarios
y la misma vida de siempre esperando
al final del trabajo
(para los otros, los que están parados,
no hay vida que valga,
sólo la esperanza de alguna oportunidad
a la que agarrarse),
la misma apurada cena de todas las madrugadas.
Mis ojos procesan.
Comprenden entonces
que España sea el lugar donde más cocaína se consume del mundo.
Es un síntoma.
Algo hay que tomar
para poder seguir adelante
como si nada estuviera sucediendo.
III
“We've crossed the border and we're still here.
How many borders must we cross to reach home?"
(The Suspended Step of the Stork -1991-,Theo Angelopoulos)
I
Estoy de vacaciones y no estoy en Benidorm,
ensuciando la playa y tostándome al sol,
en el mismo centro del tópico descanso vacacional.
Estoy de vacaciones y sigo en la ciudad.
Me gusta pasearla,
observar desde fuera su mecanismo,
el ordenado funcionamiento de sus engranajes de carne y sangre.
Nadie me ve.
Sólo los animales y algún niño.
II
Mis ojos observan
Altos niveles de endeudamiento familiar,
elevado precio de las viviendas,
contratos basura,
precariedad laboral,
salarios aún más precarios
y la misma vida de siempre esperando
al final del trabajo
(para los otros, los que están parados,
no hay vida que valga,
sólo la esperanza de alguna oportunidad
a la que agarrarse),
la misma apurada cena de todas las madrugadas.
Mis ojos procesan.
Comprenden entonces
que España sea el lugar donde más cocaína se consume del mundo.
Es un síntoma.
Algo hay que tomar
para poder seguir adelante
como si nada estuviera sucediendo.
III
“We've crossed the border and we're still here.
How many borders must we cross to reach home?"
(The Suspended Step of the Stork -1991-,Theo Angelopoulos)
miércoles, septiembre 14, 2005
WHY NOT
I
Ayer estuve viendo "La cruz de hierro" (1977), una de las últimas películas que firmó ese genio airado y misógino llamado Sam Peckinpah.
Tenía ganas de volver a verla. Recordaba la meticulosa reconstrucción y presentación de un sinsentido y no quedé decepcionado. Allí estaba, ante mis ojos y ante los del Cabo Steiner, sucediendo demoledor e inevitable.
"I believe God is a sadist, but probably doesn't even know it. "
(Steiner)
Me reafirmo.
Lo mejor de "La cruz de hierro" no es el terrible espectáculo brutal de una guerra, sino la mostración de otro espectáculo mucho más sobrecogedor: el del hombre mismo mostrando sus lados más oscuros.
Después de todo, la guerra no se hace sola: la hacen todos y cada uno de los hombres que participan en ella.
No es más que un escenario.
La continuación por otros medios de un mismo espectáculo: el de la naturaleza humana en sus cosas buenas y sus cosas malas.
Cada vez que veo "La cruz de hierro" aflora en mi la misma incapacidad de comprender por qué se condena la guerra y nunca se condena al hombre, como si las guerras se hicieran solas y surgieran de la nada, como si fuera algo que no nos pertenece, que no forma parte de nuestras capacidades como especie.
Decir "no" a la guerra, es decir "no" a una parte importante de nosotros mismos.
La neurosis.
Marx hablaba de la REIFICACIÓN. En pocas palabras y de memoria, dar entidad a las cosas. El capital, la contaminacíón o la guerra tienen vida propia.
La maldad de nuestras obras no nos pertenece.
Simplemente la padecemos.
Otra mentira más que necesitamos para seguir existiendo.
II
Casi al final de la película, pronunciada en labios de Steiner surgió un viejo conocido dentro del cine de Peckinpah: la frase "Why not".
Siempre afirmada con desidia y al mismo tiempo con la convicción necesaria para afrontar las consecuencias que al personaje acaerrará el pronunciarla.
Siempre pronunciada como preludio a la catársis final con que Peckinpah culmina las películas en que aparece.
Su pronunciación sentencia el definitivo abandono de los protagonistas de Peckinpah al absurdo en el que se encuentran envueltos.
Dejan de escapar y acceden a un último y definitivo enfrentamiento.
Se abandonan a la violencia como última y definitiva expresión de su presencia en el mundo.
La violencia en los personajes de Peckinpah se convierte en un último y desesperado acto de comunicación de la propia autodestrucción, el definitivo abandono a los rigores de un mundo cuya fría mecánica biológica de fuertes y débiles destruye a todos aquellos que se le resisten.
Los hombres del "Grupo Salvaje" o el cabo Steiner de "La cruz de hierro" son hombres a quienes el desgaste de los años vividos va tornando la fuerza en debilidad.
Hombres que en un momento se encuentran cansados y al final de su camino
Hombres que no temen enfrentarse a su nueva realidad, que son capaces de mirarse fijamente y que tienen las narices suficientes como para pronunciar la palabra mágica que les hará desaparecer: Why not.
Y es la propia moral, el seguimiento hasta las últimas consecuencias del propio código, el agente desencadenante de la propia destrucción.
La primera bala que les llega al corazón es la de su propia palabra empeñada o dada.
No puede ser de otra forma en el brutal mundo de Peckinpah.
Un mundo de sucios caballeros andantes en el que la muerte es la dama que todos cortejan.
III
Hay mucha poesía en su cine.
Una poesía palpitante y oscura
que me estalla en la mente como una bala.
I
Ayer estuve viendo "La cruz de hierro" (1977), una de las últimas películas que firmó ese genio airado y misógino llamado Sam Peckinpah.
Tenía ganas de volver a verla. Recordaba la meticulosa reconstrucción y presentación de un sinsentido y no quedé decepcionado. Allí estaba, ante mis ojos y ante los del Cabo Steiner, sucediendo demoledor e inevitable.
"I believe God is a sadist, but probably doesn't even know it. "
(Steiner)
Me reafirmo.
Lo mejor de "La cruz de hierro" no es el terrible espectáculo brutal de una guerra, sino la mostración de otro espectáculo mucho más sobrecogedor: el del hombre mismo mostrando sus lados más oscuros.
Después de todo, la guerra no se hace sola: la hacen todos y cada uno de los hombres que participan en ella.
No es más que un escenario.
La continuación por otros medios de un mismo espectáculo: el de la naturaleza humana en sus cosas buenas y sus cosas malas.
Cada vez que veo "La cruz de hierro" aflora en mi la misma incapacidad de comprender por qué se condena la guerra y nunca se condena al hombre, como si las guerras se hicieran solas y surgieran de la nada, como si fuera algo que no nos pertenece, que no forma parte de nuestras capacidades como especie.
Decir "no" a la guerra, es decir "no" a una parte importante de nosotros mismos.
La neurosis.
Marx hablaba de la REIFICACIÓN. En pocas palabras y de memoria, dar entidad a las cosas. El capital, la contaminacíón o la guerra tienen vida propia.
La maldad de nuestras obras no nos pertenece.
Simplemente la padecemos.
Otra mentira más que necesitamos para seguir existiendo.
II
Casi al final de la película, pronunciada en labios de Steiner surgió un viejo conocido dentro del cine de Peckinpah: la frase "Why not".
Siempre afirmada con desidia y al mismo tiempo con la convicción necesaria para afrontar las consecuencias que al personaje acaerrará el pronunciarla.
Siempre pronunciada como preludio a la catársis final con que Peckinpah culmina las películas en que aparece.
Su pronunciación sentencia el definitivo abandono de los protagonistas de Peckinpah al absurdo en el que se encuentran envueltos.
Dejan de escapar y acceden a un último y definitivo enfrentamiento.
Se abandonan a la violencia como última y definitiva expresión de su presencia en el mundo.
La violencia en los personajes de Peckinpah se convierte en un último y desesperado acto de comunicación de la propia autodestrucción, el definitivo abandono a los rigores de un mundo cuya fría mecánica biológica de fuertes y débiles destruye a todos aquellos que se le resisten.
Los hombres del "Grupo Salvaje" o el cabo Steiner de "La cruz de hierro" son hombres a quienes el desgaste de los años vividos va tornando la fuerza en debilidad.
Hombres que en un momento se encuentran cansados y al final de su camino
Hombres que no temen enfrentarse a su nueva realidad, que son capaces de mirarse fijamente y que tienen las narices suficientes como para pronunciar la palabra mágica que les hará desaparecer: Why not.
Y es la propia moral, el seguimiento hasta las últimas consecuencias del propio código, el agente desencadenante de la propia destrucción.
La primera bala que les llega al corazón es la de su propia palabra empeñada o dada.
No puede ser de otra forma en el brutal mundo de Peckinpah.
Un mundo de sucios caballeros andantes en el que la muerte es la dama que todos cortejan.
III
Hay mucha poesía en su cine.
Una poesía palpitante y oscura
que me estalla en la mente como una bala.
martes, septiembre 13, 2005
AMONESTACIÓN
A veces me pregunto qué es lo que la gente quiere decir cuando dice que te quiere.
Incluso, cuando el resto de su decir y estar está comunicando lo contrario. Algunas personas aún son capaces de decirte con la mejor de sus sonrisas que te quieren.
Y eso es porque ya vale todo cuando dentro no se tiene nada, un vacío que bajo ningún concepto quiere estar sólo.
Un vacío que llama a otro vacío, que desesperadamente lo busca... y que no tardará en encontrarlo.
El grado más bajo de la esperanza.
La confusión del todo con la nada.
A veces me pregunto qué es lo que la gente quiere decir cuando dice que te quiere.
Incluso, cuando el resto de su decir y estar está comunicando lo contrario. Algunas personas aún son capaces de decirte con la mejor de sus sonrisas que te quieren.
Y eso es porque ya vale todo cuando dentro no se tiene nada, un vacío que bajo ningún concepto quiere estar sólo.
Un vacío que llama a otro vacío, que desesperadamente lo busca... y que no tardará en encontrarlo.
El grado más bajo de la esperanza.
La confusión del todo con la nada.
lunes, septiembre 12, 2005
" Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz. Y ahora todavía al apoyarte en la ancha espalda del sueño, aun cuando te hunden en el pecho aletargado del pronto, buscas rincones donde el negro se ha gastado y no resiste, buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón y abrirlo a la luz."
(Yorgos Séferis)
No lo olvidéis nunca. Vuestro asunto es la luz.
(Yorgos Séferis)
No lo olvidéis nunca. Vuestro asunto es la luz.
"La eternidad y un día" de Theo Angelopoulos y "Río Grande" de John Ford.
Mi programa doble favorito.
He convocado a mis demonios para que lo veamas juntos. Quizá, así me comprendan y me dejen en paz, pero... Siguen sonriendome.
Siempre me sonríen.
Nunca han dejado de hacerlo, como si en realidad mi destino les perteneciera,
Yo me resisto. Siempre lo he hecho, pero ahí están ellos sobrios y sonrientes, como esperándome, haciendo como que miran a Bruno Ganz o a John Wayne, pero en realidad fijándose en mi.
Os diré algo.
Tiene mucho mérito haber llegado a los 39 años con esa clase de demonios constantemente arañándome las espaldas.
Y además no beben.
Solo bebo yo.
Absenta.
Mi único consuelo es entretenerlos,
que se queden conmigo para que no os atormenten a vosotros.
Puedo con ellos.
De verdad que puedo.
Decirme que si.
No me jodais mi único consuelo.
Mi programa doble favorito.
He convocado a mis demonios para que lo veamas juntos. Quizá, así me comprendan y me dejen en paz, pero... Siguen sonriendome.
Siempre me sonríen.
Nunca han dejado de hacerlo, como si en realidad mi destino les perteneciera,
Yo me resisto. Siempre lo he hecho, pero ahí están ellos sobrios y sonrientes, como esperándome, haciendo como que miran a Bruno Ganz o a John Wayne, pero en realidad fijándose en mi.
Os diré algo.
Tiene mucho mérito haber llegado a los 39 años con esa clase de demonios constantemente arañándome las espaldas.
Y además no beben.
Solo bebo yo.
Absenta.
Mi único consuelo es entretenerlos,
que se queden conmigo para que no os atormenten a vosotros.
Puedo con ellos.
De verdad que puedo.
Decirme que si.
No me jodais mi único consuelo.
sábado, septiembre 10, 2005
CINDERELLA MAN, ANOTHER BEAUTIFUL MIND
1
La historia de Jim Braddock, el hombre que se negó a ser tumbado sobre la lona, es un relato emocionante y edificante.
El trabajoso y complicado viaje que el irlandés realiza desde la cola del paro hasta el campeonato del mundo de los pesos pesados es un monumento de carne y sangre a la tenaz voluntad de un hombre.
Cada golpe que el boxeador recibe de la vida o propina a sus contrincantes engrandecen su propia dimensión y enseguida uno llega a la inevitable conclusión de que podemos ser nuestros propios dioses si nos lo proponemos.
Braddock lo fue.
Un dios de la voluntad inasequible al desaliento.
Un ejemplo para sus compatriotas en aquellos malos momentos de la Depresión.
La inspiración precisa.
El milagro de su propia vida reconducida desde la insegura pobreza hasta la tranquilidad de una vida bien ganada a pulso da fe de ello.
Me gustaría pensar un mundo en el que aún quedan hombres como él.
Intentaré hacerlo.
Cinderella man, another beautiful mind.
2
No se si he hablado alguna vez de Russell Crowe.
No se si ya he escrito que nos encontramos ante un gran actor, quizá el sucesor de Brando tanto por sus capacidades técnicas como por su magnetismo personal.
Ni siquiera se si es necesario decirlo ya.
El juego continuo entre fortaleza de carácter y debilidad (memorable la escena en que pide limosna a viejos amigos y enemigos), la intensidad telúrica de su mirada... Material de primera.
Como sucede con los grandes actores (Gasmann, Pacino, De Niro o el propio Brando), la película se sostiene sobre sus anchas espaldas y Crowe se encuentra cómodo, lo suficiente como para transmitir una pasmosa sensación de autenticidad que provoca en más de una ocasión el tenso silencio de las emociones despertadas dentro de la sala, tan cómodo como Brando en "Apocalypse Now" o Bruno Ganz en "Der Untergang".
Uno de los grandes atractivos de la película es él.
El espejo de su rostro se convierte en el agujero negro que aboserbe todas las miradas del público.
3
También Paul Giamatti y René Zellweger están bien.
Lo mejor que se puede decir de ellos es que junto a Crowe no desentonan.
4
El guión de Cliff Hollingsworth y Akiva Goldman es otro de los puntos sobre los que se apoya la grandeza de esta película.
Su mayor virtud es la sobriedad.
Los guionistas mantienen un tono contenido en el que nada va más allá de lo necesario y así la historia fluye por sí misma, sin maquillaje y con la cara lavada.
El drama de un hombre que lucha por si mismo y por los suyos no necesita más.
5
Por último, Clint Eastwood puede morir tranquilo.
Ron Howard, en la que me parece su mejor película hasta el momento, presenta su candidatura en nombre del cine clásico.
1
La historia de Jim Braddock, el hombre que se negó a ser tumbado sobre la lona, es un relato emocionante y edificante.
El trabajoso y complicado viaje que el irlandés realiza desde la cola del paro hasta el campeonato del mundo de los pesos pesados es un monumento de carne y sangre a la tenaz voluntad de un hombre.
Cada golpe que el boxeador recibe de la vida o propina a sus contrincantes engrandecen su propia dimensión y enseguida uno llega a la inevitable conclusión de que podemos ser nuestros propios dioses si nos lo proponemos.
Braddock lo fue.
Un dios de la voluntad inasequible al desaliento.
Un ejemplo para sus compatriotas en aquellos malos momentos de la Depresión.
La inspiración precisa.
El milagro de su propia vida reconducida desde la insegura pobreza hasta la tranquilidad de una vida bien ganada a pulso da fe de ello.
Me gustaría pensar un mundo en el que aún quedan hombres como él.
Intentaré hacerlo.
Cinderella man, another beautiful mind.
2
No se si he hablado alguna vez de Russell Crowe.
No se si ya he escrito que nos encontramos ante un gran actor, quizá el sucesor de Brando tanto por sus capacidades técnicas como por su magnetismo personal.
Ni siquiera se si es necesario decirlo ya.
El juego continuo entre fortaleza de carácter y debilidad (memorable la escena en que pide limosna a viejos amigos y enemigos), la intensidad telúrica de su mirada... Material de primera.
Como sucede con los grandes actores (Gasmann, Pacino, De Niro o el propio Brando), la película se sostiene sobre sus anchas espaldas y Crowe se encuentra cómodo, lo suficiente como para transmitir una pasmosa sensación de autenticidad que provoca en más de una ocasión el tenso silencio de las emociones despertadas dentro de la sala, tan cómodo como Brando en "Apocalypse Now" o Bruno Ganz en "Der Untergang".
Uno de los grandes atractivos de la película es él.
El espejo de su rostro se convierte en el agujero negro que aboserbe todas las miradas del público.
3
También Paul Giamatti y René Zellweger están bien.
Lo mejor que se puede decir de ellos es que junto a Crowe no desentonan.
4
El guión de Cliff Hollingsworth y Akiva Goldman es otro de los puntos sobre los que se apoya la grandeza de esta película.
Su mayor virtud es la sobriedad.
Los guionistas mantienen un tono contenido en el que nada va más allá de lo necesario y así la historia fluye por sí misma, sin maquillaje y con la cara lavada.
El drama de un hombre que lucha por si mismo y por los suyos no necesita más.
5
Por último, Clint Eastwood puede morir tranquilo.
Ron Howard, en la que me parece su mejor película hasta el momento, presenta su candidatura en nombre del cine clásico.
APUNTES PARA UNA FILOSOFÍA DEL FRACASO.
DE CÓMO EL OPTIMISMO HUNDE SUS RAÍCES EN LA IGNORANCIA
1
"Se puede decir, en resumen, que la contradicción máxima en la que repara Schopenauer es la de la existencia emponzoñada por la muerte, propia del individuo que se sabe solo. Que en la vida entre la noticia terrible de la muerte, resulta inevitable por la misma ley de la individuación"
2
"Que en un ser con una dimensión infinita y consciente de ella -la imaginación originaria de la voluntad de vivir-, se pronuncie la condena a la finitud, como la otra dimensión de su propia realidad, como un plazo fijo de disfrute de la infinitud, ahora ya rebajada a ficción, no puede entenderse sino como una refinada tortura"
3
"Es el dolor de una contradicción profunda y real. Porque si la muerte acaba con todo, a qué esta lucha sin cuartel. Si no existe perpetuación para la existencia, la lucha cósmica desde el principio está decidida como derrota y por tanto está ausente de objetivo final"
4
"La única posibilidad de que la vida se mantenga feliz reside en la ignorancia de la derrota inevitable, en la entrega al dominio del impulso ciego y desprovisto de conocimiento"
(Historia de la filosofía contemporánea, Jose Luis Villacañas)
DE CÓMO EL OPTIMISMO HUNDE SUS RAÍCES EN LA IGNORANCIA
1
"Se puede decir, en resumen, que la contradicción máxima en la que repara Schopenauer es la de la existencia emponzoñada por la muerte, propia del individuo que se sabe solo. Que en la vida entre la noticia terrible de la muerte, resulta inevitable por la misma ley de la individuación"
2
"Que en un ser con una dimensión infinita y consciente de ella -la imaginación originaria de la voluntad de vivir-, se pronuncie la condena a la finitud, como la otra dimensión de su propia realidad, como un plazo fijo de disfrute de la infinitud, ahora ya rebajada a ficción, no puede entenderse sino como una refinada tortura"
3
"Es el dolor de una contradicción profunda y real. Porque si la muerte acaba con todo, a qué esta lucha sin cuartel. Si no existe perpetuación para la existencia, la lucha cósmica desde el principio está decidida como derrota y por tanto está ausente de objetivo final"
4
"La única posibilidad de que la vida se mantenga feliz reside en la ignorancia de la derrota inevitable, en la entrega al dominio del impulso ciego y desprovisto de conocimiento"
(Historia de la filosofía contemporánea, Jose Luis Villacañas)
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