sábado, octubre 14, 2006

THEY WERE EXPENDABLE


Esta madrugada he vuelto a verla.

Filmada en 1945, cuando la guerra mundial daba sus últimos coletazos (atómicos), "They were expendable" es una atípica película de hazañas bélicas de las que Hollywood produjo como rosquillas como el conflicto para cuidar la moral tanto en la vanguardia como en la retaguardia.

La película cuenta la historia de una derrota, la de las tropas americanas en las Filipinas y de hecho el titulo de la película se refiere a todos aquelos que fueron vencidos en la isla por las tropas japonesas, pudiendo traducirse el título original por "Fueron sacrificados". Al final, los personajes intepretados por George Montgomery y John Wayne, que han demostrado las posibilidades de las lanchas torpederas en la lucha naval hundiendo bastantes barcos japoneses defendiendo las Filipinas, escapan hacia Australia mientras su tripulación, los sacrificados, observan y escuchan volar el avión mientras escapan hacia ninguna parte perseguidos por las tropas japonesas.




Como en todas las películas de John Ford (soy fan), " They were expendable" es una película brillante llena de momentos de puro cine en los que las imágenes hacen innecesaria la presencia de cualquier palabra con su arrolladora presencia expresiva, momentos nacidos del inmenso talento del maestro para contar y también para estilizar la puesta en imágenes del espectáculo del ser humano desplegando todo su abanico de contradicciones.

Uno de esos momentos sucede cuando la derrota es inevitable, por radio se escucha el arrollador avance japonés y la rendición de las tropas americanas en Bataan.

Wayne acaba de oficiar un funeral por los miembros de su tripulación muertos en el hundimiento de la lancha torpedera que comanda. Está abatido y necesita un trago. La radio habla de derrota. Es entonces, cuando Wayne saca sus dólares americanos para pagar la botella de whisky que ha pedido.

Ford nos muestra la mesa, la botella y las manos de Wayne. Los billetes están arrugados y las manos de Wayne los sopesan para luego lanzarlos sobre la mesa.

Ya no tienen ningún valor.

Por encima de todo, y por increíble que parezca, "They were expendable" es una película sobre la esperanza, positiva y llena de fuerza que uno puede ver con emoción en todos aquellos que se quedan (inmenso Ward Bond como siempre) mientras Wayne y Montgomery vuelan a Australia para continuar la guerra.

Quiza esta cualidad sea lo que más me gusta de esta valiente rareza que Ford decidió producir y filmar en 1945, cuando ya existían muchas victorias de las que hablar y que, por cierto, está escrita por Frank "Spig" Wead; militar y escritor sobre cuya vida el propio Ford rodó en el año 1957 una -como no podía ser menos- inolvidable película, "The wings of eagles". Aquí creo que se titulo "Escrito bajo el sol".

viernes, octubre 13, 2006

Maravilloso artículo.

Así funciona nuestro mundo actual, el que nos hace fumar y conducir deprisa:

"No importa si todo se tambalea, si las instituciones quedan en entredicho. Si las razones argumentadas no tienen consistencia, no importa. Lo realmente interesante es que el discurso consiga convencer a los afectados. Así, superamos los efectos que se han producido sobre la imagen del personaje. Ese es el objetivo, y los problemas acaban ahí. "

Ir al artículo.
"El que puede decir cómo arde sólo vive una pequeña pasión"
(Petrarca, Sonetos, 137)
UN PERRO ANDALUZ...
TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN

Después de todo lo escuchado y visto con el tema del ácido bórico y la cinta de la Orquesta Mondragón, empiezo a pensar que todo el problema radica en que la derecha española no sabe echarse al monte.... Porque también, y para éso, hace falta una buena razón.
Es una pura cuestión genética, una insuperable barrera que sólo generaciones de mestizaje político podrán curar... supongo.

Ahora mismo, más que una peligrosa cuadrilla de francotiradores y bandoleros parecen una manada de Blanche Dubois instaladas en un continuo y constante delirio por entre los valles y las peñas, como Quijotes penitentes, igualitos, con las piernas al aire y en jubón.
Quizá se queden tranquilos si se descubre que los islamistas y los etarras escuchan el mismo tipo de música. Después de todo, éso también es una conexión.

La verdad que buscan -con la boca cada vez más pequeña (ya se están dando cuenta)- es por muchas y variadas razones un imposible.

Para la próxima, propongo que fichen a gente de Izquierda Unida o del PSOE para que les instruyan en los misterios de echarse al monte, aunque sea con corbata de seda y gomina.
TRANSPARENCIAS

jueves, octubre 12, 2006

MODOS DE VIVIR

Es curioso....
No nos damos cuenta, pero constantemente lo hacemos.
Más tarde o más temprano siempre ponemos el énfasis en los presuntos riesgos que esta u otra actividad tienen para quienes las desempeñan.
El martes pasado viajaba en el metro y a mi lado una persona leía en uno de estos periódicos de usar y tirar un artículo sobre el riesgo que los tatuajes acarreaban a quienes se los hacían.... Se trataba de la hepatitis C. Frente a mi, y en otro períódico un artículo hablaba de los riesgos del exceso de tiempo pasado frente al ordenador.

Riesgos....
En la esfera pública, y para cualquier asunto o actividad, tarde o temprano termina apareciendo alguien, generalmente un médico, que nos informa de los posibles riesgos que acarrea su práctica.
Se pone mucho énfasis en ésto.
Vivimos constantemente avisados de los posibles problemas que nos pueden producir cualquier cosa que estemos haciendo.

Riesgos....
En exceso, todo puede matarnos... como si ya no lo estuviera haciendo el tiempo sigilosamente, en las catacumbas de nuestra fisicidad mientras somos conscientes de tanto riesgo y nos cuidamos -formales que somos- de que nada malo nos pase mientras resignadamente seguimos trabajando de nueve a siete.

No debemos entregarnos a nada en exceso.
No debemos desear algo con la falta de ocntrol suficiente como para incurrir en los consabidos riesgos para la salud.

La máquina tiene que estar en perfecto funcionamiento para seguir funcionando, cumpliendo con su parte dentro del hormiguero.

Y es cierto que existen los riesgos pequeños.
Y que si no tenemos cuidado podemos caer en ellos, pero existen otros riesgos más grandes de los que nunca se habla, riesgos más globales que afectan a la persona y al lugar que ésta ocupa en el mundo.

Constantemente hablamos de estilos de vida insanos, del tabaco, de la conducción enloquecida y descuidada, del alcohol, de querer trabajar de día y vivir de noche -todo a la vez- y pensamos correctamente que son hábitos que nos producen enfermedades letales. Pero, quizá, esa corrección no sea del todo suficiente.
Es posible que esos comportamientos excesivos sean valvulas de escape para seres que viven aprisionados por las propias circunstancias. Ortega decía que el hombre era la suma de éste y de aquellas, pero qué sucede cuando el hombre sólo es la suma de sus circunstancias, cuando no hay nada más que lo que se ve y se ha comprado en una tienda.

En estos casos en que se me va la olla, siempre recuerdo un poema de Sam Shepard:

"sus canarios
caían como moscas
cada mañana
aparecía un nuevo canario
tieso
en el suelo de la jaula

el Veterano le dijo
que era por las bacterias
del agua que les daba
pero él sabía
que era
por su modo de vivir"
(Crónicas de motel)

Y de pronto me llega la cordura.
No nos mata el cáncer o la carretera.
Nos mata el modo en que vivimos, que nos hace fumar en exceso o conducir demasiado deprisa. Quizá llega un día en que abandonamos toda esperanza y nos dejamos ir y fumamos y conducimos y bebemos y follamos a diestro y siniestro sin condón y nos hacemos tatuajes y nos compramos una casa sin poder permitirnoslo y nos traen sin cuidado los riesgos porque ya estamos perdidos.

La vida que llevamos nos hace, pero también nos deshace si perdemos el rumbo o la esperanza de construir algo por pequeño que sea. La naturaleza aborrece el vacío y el espíritu tanático/autodestructivo enseguida entra a ocupar el lugar que ha dejado el espíritu erótico/constructivo.

El milagro del vivir es siempre un regalo envenenado.

martes, octubre 10, 2006


"La vida afectiva. La única que vale la pena. La otra sólo sirve para organizar en la conciencia el proceso de la inutilidad del todo"
(Miguel Torga)
PSICOLOGÍA ÉPICA

Lentamente,
con cuidado y precisión,
coloca las balas en el tambor de su revolver.

Al otro lado el desorden y el caos rugen,
arañan la puerta de su conciencia con sus mil y una garras.

Ni un paso atrás.
He decidido detenerse,.
enfrentarse a la jauría de rostros abominables
que le persiguen por los alargados pasillos de su existir.
Este sitio es tan bueno como cualquier otro
para trazar la raya que ninguno podrá atravesar.

Los conoce perfectamente.
Para cada uno de ellos tiene reservada una bala,
aunque su derrota es segura.
CENTINELA

ESPEJISMO

FAMILIA

No se por qué suena en mi cabeza "Moon river"...

Esta mañana mi abuela ha abandonado este mundo.
Tenía 106 años y me cuentan con la voz encogida por el dolor desde la castellana Salamanca donde vivía que simplemente dejó de respirar. Su vida se fue apagando lentamente, como una llama lentamente ahogada por el viento.

.... quizá porque en mi cabeza sólo se publica la leyenda

Hacía mucho tiempo que no la veía y las pocas noticias que me llegaban procedían de una familia con la que mantengo unas relaciones no demasiado fluidas, pero -y sin embargo- en mi memoria tengo un retrato consistente de su distante presencia (que ha heredado mi padre). Impenetrable rostro inmóvil de indio de las praderas asturianas.

Muchas historias corren sobre la rama norteña de mi familia.
Nuestras pequeñas brumas de avalon han dado que hablar durante décadas: antepasados que cazaban osos pardos a cuchillos o que recibían a tiros al destacamento entero de la guardia civil o que resolvían viejas pendencias con la autoridad con autodestructivos toques peckinpahianos... , pero, y condiferencia, la mejor historia es la de mi abuela.

A principios de siglo y en el Occidente Asturiano si un chico conocía a una chica y se gustaban las cosas no eran tan fáciles y claras como ahora. Uno tenía que contar con el permiso de ambas familias y con unas ciertas "posibilidades" materiales que hicieran pensar en un futuro agradable para la novia.
Por lo visto, mi abuelo no tenía ninguna de esas cosas. Lo único que tenía eran ojos para mi abuela que pertenecía a una familia importante de la zona. Su bisabuelo, "El Chamusco" (por lo pelirrojo) había sido alcalde del Concejo de Tineo -el más grande de Asturias- por aquella época y su casa "Buenavista" (en Asturias todas las casas tienen un nombre) no era una casa cualquiera.
Mi abuelo ni siquiera pudo optar a pedir su mano.
Todo entre ellos sucedía deseperadamente en secreto.

Afortunadamente existía una solución de emergencia sólo apta para los más valientes y arrojados... Subir por la ventana, coger a la novia y raptarla. Y eso fue lo que hizo mi abuelo. Una buena noche de sus veinte años mi abuela abrió la ventana de su habitación y, con apenas lo puesto, se dejó raptar por mi abuelo.

Los dos escaparon a Cuba, perseguidos por una maldición que afectaría a todos los primogénitos de aquella espúrea línea de descedencia. Cosa que le fue contada años más tarde a mi abuela cuando no le quedó más remedio que regresar a España y maldición que mi padre esgrimió como un arma de destrucción masiva alguna vez en mi contra en alguna de nuestras interminables discusiones sin sentido entre primogénitos malditos.

Allí, en La Habana nació mi padre y también mi tía… Y allí también murió mi abuelo antes de que naciera mi padre y al que, por tanto, los dos nunca hemos conocido nada más que en el cuerpo presente de su leyenda.

Seguramente fue la gripe.
Improbablemente, la maldición.... aunque Iker Jiménez seguramente tendría algo que decir a este respecto.

Y después vino un luto de ochenta años, casi eterno… que ha terminado hoy de primera mañana. Quizás, por las mismas horas en que él la raptó.

Supongo que unos nudillos invisibles que sólo ella tenía permitido escuchar llamaron a su puerta (justo cuando yo soñaba que peleaba con mi padre una vez más) marcando la definitiva hora en punto y ella se levantó a abrir su ventana una vez más. La definitiva. Para siempre jamás.

Mi abuela era una mujer de las de antes.
Desde que la conozco e incluso antes de conocerla, en las desgastadas fotos grises y ocres de los más viejos tiempos, mi abuela siempre vistió de negro.

Hoy, 106 años después, todo ha terminado.

Y cuando la muerte llega, la realidad deja de importar.
Sólo quedan las historias, los recuerdos que persistirán mientras nuestra conciencia siga existiendo lanzada siempre hacia delante por esa desconocida fuerza que nos situó en este mundo, moviéndose por este confuso espacio rebosante de eventos y trayectotrias en el que perseguimos constantemente la victoria de encontrar un cierto camino/sentido antes de que nos suene la hora en punto y la cena se nos enfríe definitivamente.
Y estas son las historias que recuerdo.

Los otros nunca mueren.
La única muerte verdadera es la propia.
La forma más definitiva y radical del olvido.

Y lo que se recuerda son las historias.
Y tras ellas, el misterio radical de la memoria.
FLAGS OF OUR FATHERS

La nueva película de Clint Eastwood se acerca.

- Sobre la película
- Sitio oficial

lunes, octubre 09, 2006

LA, LA, LA, LA, LA, ....

"If the sun refuse to shine
I don't mind.
If the mountains fell in the sea
let it be.
It ain't me.
If the six turned out to be nine
I don't mind.
If all the hippies cut up all their hair
I don't care.
Cause I like my own world to live through
and i ain't gonna copy you."
(If six was nine, The Jimi Hendrix Experience)

Y no te voy a copiar,
porque tengo mi propio modo de hacer las cosas bien
y de hacer las cosas mal.

domingo, octubre 08, 2006

"Las imágenes son frágiles. En la mayoría de las ocasiones las palabras no les hacen justicia y cuando éstas las traicionan el verdadero significado de aquellas se desvanece. La escritura ha de ser muy cuidadosa con las imágenes."
(On Film. Wim Wenders)

viernes, octubre 06, 2006

LOST HIGHWAY

KING OF BEATS

No se si la biografía de Miles es un retrato ajustado del personaje.
A lo largo de sus páginas, Kerouac se nos revela como un personaje complejo, absolutamente egoísta y únicamente preocupado por sí mismo como escritor. Uno tiene la impresión de que Miles no simpatiza en absoluto con el personaje... y la verdad es que, de ser ciertas todas las fechorías que cuenta el autor, nos sería bastante difícil tolerar en nuestras vidas a alguien tan imposible como Jack Kerouac.

Esa duda se la dejo a los eruditos expertos en la Generación Beat (entre los que en absoluto me encuentro), porque lo que más me interesa de este retrato en negro del autor de "On the road" es la puesta en evidencia de todo lo complejo y contradictorio que alberga el alma humana. Y en este sentido, el Kerouac de Miles (porque los biografiados siempre, en mayor o menor medida, son personajes de sus autores) es un buen ejemplo de esa eterna lucha antropológica del hombre contra sus propias contradicciones (una lucha que casi nunca se gana, a veces se equilibra y casi siempre se pierde).

En un momento determinado del libro, Kerouac -entrecomillado por Miles- habla con sobrecogimiento de la gran y grave responsabilidad que siente por estar vivo, una responsabilidad que experimenta constantemente como una tensión irresoluble que le hace incluso -a veces- desear estar muerto. Pero, y a la vez, esa misma tensión le llevó de forma evidente a ser quién fue: un viajero incansable en busca de si mismo con el mundo como escenario.

Para Kerouac y su gente, el acto de echarse al camino es un acto de deconstrucción en el que uno no puede llevarse nada más que a sí mismo. Las cosas sobran. Las personas vienen, van y al final, y por un puro proceso de decantación espacial y temporal, uno debiera encontrarse, en un determinado espacio y en un determinado tiempo, consigo mismo, frente a frente y quizás, y como consecuencia directa de ese hallazgo, con el propio destino brillando irresistible al final de horizonte.

El abandono de todo lo conocido y la autodestrucción social -y probablemente personal- consiguiente se convierten en una suerte de ascesis purificadora.

Retirarse al modo de los nativos norteamericanos el tiempo suficiente como para tener una visión personal e intransferible que de sentido a la propia vida, incluso los nativos cambiaban su nombre adoptando uno relativo a esa visión.

Y Kerouac siempre esperó encontrar un escritor más allá del arco iris de su propia locura de continuar siempre adelante, contra todo y todos. Esa era su visión.

Todos los que vinieron después encontraron en Kerouac al profeta de un estilo heterodoxo de vida transhumante que desafiaba la moral de la américa de la década de los 50, un país-continente en el que empezaba a imperar una sociedad de consumo que ya comenzaba a reclamar al animal que todos somos un pedazo de alma, un trozo de lucidez, a cambio de los placeres de una maravillosa comodidad homogeneizadora. Una mujer, un marido, unos hijos, una casa, un coche, un trabajo... Esa era su visión.

miércoles, octubre 04, 2006

PENUMBRA

















BALAKLAWA

Cannon to right of them,
Cannon to left of them,
Cannon in front of them
Volley'd and thunder'd;
Storm'd at with shot and shell,

Boldly they rode and well,
Into the jaws of Death,
Into the mouth of Hell
Rode the six hundred.
("The charge of the light brigade", Alfred Lord Tennyson)

Y si no puede ser en las Termópilas, cabalgaremos con el vigesimoséptimo. Otra batalla desesperada librada en desventaja contra un enemigo mejor armado y posicionado... aunque en este caso la justicia de la causa sea cuestionable.

Puestos a terminar con todo ésto. No querríamos que fuese de otra forma sino cabalgando contra los cañones. Siendo uno más de los seiscientos.
BOUTADE OPUS 12345

Sólo leo autores muertos.
La muerte otorga una sabiduría especial a quienes la padecen.