viernes, mayo 25, 2012

El mecanismo perverso de los estados totalmente expuestos a la especulación...

"El otro instrumento que se creó para eliminar la Europa social es el Banco Central Europeo que, en realidad, no es un banco central. Esta afirmación sorprenderá a mucha gente, pero los hechos así lo muestran. Un banco central imprime dinero, y con este dinero ayuda al Estado comprándole deuda pública, manteniendo los intereses de sus bonos relativamente bajos. Protege así a los Estados frente a la especulación de los mercados financieros sobre su deuda pública. En ausencia de tal protección, los mercados financieros (sobre todo los bancos y las compañías de seguros) especulan con la deuda pública, creando la percepción de que los Estados tienen problemas para pagar su deuda, forzándole así a tener intereses altos en sus bonos. Si hubiera un banco central en cada país, este banco central imprimiría dinero y compraría deuda pública del Estado bajando así los intereses de los bonos e impidiendo la especulación por parte de la banca privada (los llamados mercados financieros).
 Pues bien, el Banco Central Europeo no hace esto. Sí que imprime dinero, pero se lo da (a un interés bajísimo, de un 1%) a los bancos privados para que compren bonos públicos (a unos intereses mucho más elevados, un 6% en el caso de los bonos públicos españoles). Es un enorme negocio para la banca a costa de los Estados. Y ahí está el problema. Sin un Banco Central que les proteja, los Estados están totalmente expuestos a la especulación. No son los mercados financieros el problema, sino la ausencia de un Banco Central, hecho que está diseñado de esta manera para debilitar a los Estados a fin de que tengan que reducir su gasto público y su protección social y facilitar la disminución de los salarios."
(¿Por qué se ha creado la crisis?, Vicenç Navarro)
No veo Gran Hermano.
No se lo que ha pasado.

jueves, mayo 24, 2012

Gracias a todos por recordarme que hoy es mi cumpleaños
Thank you all for reminding me that today is my birthday
Gràcies a tots per recordar-me que avui és el meu aniversari
Grazie a tutti per avermi ricordato che oggi è il mio compleanno
Tak til alle for at minde mig om, at i dag er min fødselsdag
Σας ευχαριστώ όλους για υπενθυμίζοντας μου ότι σήμερα είναι τα γενέθλιά μου
Obrigado a todos por me lembrar que hoje é meu aniversário

HILO DE ARIADNA (detalle)


Algún inflexible moralista económico deberá responder de este horror si queremos estar a la altura de la condición de humanos que alegremente nos atribuimos...

"El músico y su madre son las dos últimas víctimas de una enfermedad silenciosa pero letal en Grecia: la depresión aguda. Cada día se suicidan de dos a tres griegos, según cálculos no oficiales de los colegios de doctores y ONG. Unos 2.500 helenos se habrían quitado la vida en los últimos tres años, aunque estas cifras no están confirmadas.
El último dato conocido, de 2009, arrojaba 393 suicidios, un 20% más que en años anteriores. Los cálculos no oficiales señalan un incremento del 40% entre las personas que se quitan la vida.
La mayoría de las historias de los fallecidos no llegan a los medios: "Hombre muerto tras caer al metro" o "cae de un puente" suelen ser los fríos titulares de la prensa helena. Sin embargo, hay ocasiones como esta en la que es imposible abstraerse del suceso."
('Me he quedado sin dinero, no tengo para comer. ¿Alguien conoce alguna solución?', El Mundo)

¿De qué hablamos cuando hablamos de economía?

miércoles, mayo 23, 2012

1
Tiene gracia que esta Europa de los mercados se plantee prescindir de Grecia.
Resulta irónico que lo que, sobre el papel, se supone es el máximo logro de lo que queda de la Europa Ilustrada pueda llevarse a cabo sin Grecia y lo que esta significa: nada mas ni nada menos que el corazón y la conciencia intelectual de toda esta cada vez más enlodada unidad de destino en lo universal.

Y quizás esta aparente incapacidad de Grecia para encajar en los planteamientos cuadriculados y formales de un mundo cifrado y monetizado, que constantemente se decepciona con las insuficientes respuestas de los griegos, no deba entenderse de una manera negativa.
Puede que haya una positividad, un valor absoluto descentrado y extraño que esta Europa retorcida de las horas en punto y los balances cuadrados no está entendiendo, quizá por absoluta incapacidad metafísica.
Me refiero a la democratización del despilfarro y del dispendio.

En esta Europa que se cierra como una tumba sobre todos nosotros con la aquiescencia y colaboración de los miserables, los miedosos y los formales, el despilfarro y el dispendio no desaparecerán en absoluto.
Su posibilidad se restringirá como el más preciado de los privilegios pasando a ser el derecho de unos pocos.
No nos engañemos.
No dejaremos de contaminar ni de endeudarnos ni de producir por encima de unas necesidades artificialmente generadas.

Se debe recortar para que la oligarquía económico-financiera pueda mantener intacta su capacidad de despilfarrar a discreción, cuando no incrementarla con nuevas casas, nuevas piscinas, nuevos coches, nuevas amantes y la falsa promesa que sólo consuela a esos miserables, miedosos y formales de poder llegar algún día a alcanzarles.
Y como bien decía Bataille, la acumulación sin gasto va contra natura.
Y un sistema que basa su mecánica esencial en la acumulación sin objeto, sólo por acumular, debe inexorablemente tener necesaria contrapartida en un gasto sin objeto, sólo por gastar.

No hay estrategia bienintencionada sino táctica de intereses inconfesables
Y en esta crisis el tema de fondo que silenciosamente se está ventilando (y que también se está resolviendo) a través de las políticas dogmáticamente orientadas ideológicamente por el neoliberalismo es el régimen político-económico del despilfarro.
De lo que se trata no es de evitar el despilfarro sino de evitar el derecho de la mayoría a despilfarrar condenándola a la frugalidad y el ahorro en un mundo cuya realidad física empieza a no admitir más despilfarro. Pero, insisto, ese no es el problema.

No hay ninguna preocupación edificante por el futuro de la humanidad en todo ésto.
Es mentira.
Lo que hay es un discurso de poder siendo ejecutado con fría y quirúrgica mano.
No podemos despilfarrar ya todos, sólo unos pocos.
Los elegidos.
Para ellos asuntos como el ahorro y la frugalidad son un arma táctica en este conflicto por la supervivencia en un hedonismo consumista cada vez más insostenible.
Nombres de dioses constantemente citados en vano
Temas esenciales como la ecología y la sostenibilidad son desplazados desde los fines a los medios para convertirse en munición que una y otra vez disparan esas armas tácticas de la comunicación.
Otros nombres de otros dioses también citados en vano.


2
No es casualidad que el repunte del neoliberalismo tenga su pistoletazo de salida con la caída del muro de Berlín.

Fue fría, pero fue una guerra. Una guerra que enfrentaba dos modos alternativos de concebir la sociedad y al individuo, cada uno de los cuales relativizaba al otro disputándole el estatuto de verdad absoluta.

Y esa guerra como casi todas las guerras se saldó con la derrota de uno de los bandos y, como no podía ser de otra manera, en esa derrota trajo consigo la desligitimación y desaparición de cualquier alternativa. Con la victoria en la Guerra Fría, los ideólogos del bloque occidental obtuvieron la absolutización de un modo de vida que hasta entonces podía ser cuestionado, era relativo.
Para algunos, como Milton Friedman, fue patente de corso para la posesión de la verdad absoluta.

Tras la celebración, la desmovilización y el desarme son las consecuencias necesarias de una victoria. Los recursos destinados al esfuerzo bélico deben ser destinados a otras tareas que ahora resultan más productivas y como consecuencia de ello muchas cosas ya no son necesarias. Y entre esas cosas están las concesiones tácticas que a nivel social y económico se hicieron con la inmensa mayoría a este lado del telón de acero.

No se habla mucho de la vertiente política y táctica de la sociedad de consumo, de su vertiente fidelizadora de segmentos sociales susceptibles de ser captados como quinta columna por el bando competidor, pero incontestablemente lo tiene hasta el punto de que el llamado "aburguesamiento de la clase obrera" fue una de las victorias más decisivas del bando occidental en  la Guerra Fría.

La posibilidad de la conciencia de una diferencia y de un cuestionamiento subsiguiente, que el otro bando pudiera desaprovechar, desaparecieron contagiando a la inmensa mayoría con la enfermedad del deseo, una patología típicamente burguesa como el psicoanálisis documenta. Como el hombre más rico, el humilde podía tener un coche, una casa, ropa, vacaciones, una vida tranquila a la sombra de la sociedad de consumo. Y se acabó pensando que no había diferencias, que Marx estaba muerto y que el horror sólo estaba de un lado que además no resultaba atractivo como consecuencia de sus propias contradicciones internas.

Al final, occidente enrolado en torno a la bandera del deseo consiguió derrotar a un herrumbroso y pesado monstruo de metal que además se reveló hueco. Pero, y con la guerra terminada, ese enorme trasvase de renta que supuso la sociedad de consumo y el estado del bienestar ya no era un gasto necesario.

No había alternativa.

Las propias contradicciones del derrotado se bastaban por si solas para generar rechazo.

No era necesario invertir en fidelidad. Era suficiente con mostrar el cadáver del ogro y ejercer el privilegio del vencedor sobre la historia haciendo un cuidadoso inventario de sus bestialidades.

Por si faltaba algo, la historia y las imágenes certificaban y bendecían esa verdad absoluta. No era necesario dar y quienes ya lo tenían todo empezaron a edificar el lento edificio de la recuperación de toda esa renta trasvasada. Y llevan veinte años en ello.

Quieren esa renta.

En la comodidad de su victoria nunca han visto la necesidad de compartirla y su avaricia, como estamos comprobando, no tiene límites.
Lo nuevo de Baz Luhrman

Veremos que hace el director australiano con el texto de Francis Scott Fitzgerald. Pero, y en principio, los veo como perfectos invitados, en la misma fiesta, charlando de sus cosas mientras el exceso les sonríe y contempla.


martes, mayo 22, 2012

TOKYO MONOGATARI

En mi esquema de valores todavía hay una categoría por encima de la consideración de "obra maestra".

Hay películas que son "inolvidables", experiencias totales en las que uno ve pero también es visto y "Tokyo monogatari" del maestro Ozu es una de ellas.

Por encima de todo "Tokyo monogatari" es lo que dice ser: un hermoso cuento lleno de belleza en el que, con asombrosa naturalidad y delicadeza, parece no estar contándose nada cuando en realidad se está contando el todo.

Pura magia que devuelve al cine esa trascendencia esencial que le asciende de forma de entretenimiento a obra de arte.

El planteamiento es sencillo.

Los Hirayama, un matrimonio de ancianos, decide viajar a Tokyo para visitar a sus hijos. En su interacción con los miembros de su familia, insertos y poseídos por las preocupaciones de la vida en la gran ciudad, irán exponiéndose temas tan esenciales como el paso del tiempo, el envejecimiento, la vida, la muerte, la alegría, la pena, el placer, el dolor... todo contado con esa sencillez casi proverbial que tenía el maestro Yasujiro Ozu para contar sus historias, siempre pareciendo tan tenues, siempre resultando tan impactantes y esenciales como para que uno no pueda olvidar fácilmente alguna de sus películas una vez las ha visto.

Y "Cuento de Tokio" es una de sus inolvidables obras maestras.

La película está llena de inspiración, de momentos absolutamente plenos en las que se obra ese absoluto milagro de la verosimilitud cuyo efecto más relevante es la naturalidad, como si las imágenes fuesen pedazos de realidad cortados a cuchillo con el filo del encuadre.

Y con mucho el milagro que "Tokio monagatari" ofrece con humildad a todo aquel que quiera verlo es el de la contemplación misteriosa y total, contradictoria y compleja, de la vida misma en el simple y atrabiliario viaje a Tokyo de un matrimonio de ancianos.

Suavemente, pero también sin concesiones como corresponde al tema en cuestión.

Casi nada.

Inolvidable.

"El terror de una sociedad es el diluvio, el torrente: el diluvio es el flujo que rompe la barrera de los códigos. Las sociedades no tienen temor porque todo está codificado, la familia está codificada, la muerte está codificada, pero lo que les da pavor es el hundimiento de algo que hace crujir los códigos."
(El Anti-Edipo, Gilles Deleuze y Felix Guattari)
Entrevista a Charles Ferguson, autor de "Inside Job" con motivo de la publicación de su último libro "Corporate criminals go wild"... No tiene desperdicio...

"If you have already got 96 percent of what you want,” Ferguson told Salon, “why not take the remaining 4? That’s where the culture of American finance is right now, and I think it’s really dangerous for the country." (Leer más)

lunes, mayo 21, 2012

INOLVIDABLE

All that jazz... Bye bye life


"La tarea impuesta a los humanos de hoy es esencialmente la misma que les fue impuesta desde los comienzos de la modernidad: autoconstituir su vida individual y tejer redes de vínculos con otros individuos autoconstituidos, así como ocuparse del mantenimiento de esas redes. Esa tarea nunca fue cuestionada por los teóricos críticos. Pero esos teóricos sí dudaban de la sinceridad de los intereses que hacían que los individuos humanos fueran liberados para cumplir con la tarea que les había sido asignada. La teoría crítica acusaba de falsedad e ineficiencia a los responsables de generar las condiciones necesarias para la autoafirmación: había demasiadas restricciones a la libertad de elección, y existía esa tendencia totalitaria endémica al modo en que la sociedad moderna había sido construida y manejada y que amenazaba con abolir de plano la libertad, reemplazando, por la fuerza o solapadamente, la libertad de elección por una homogeneidad insulsa."
(La modernidad líquida, Zygmund Bauman)
La OTAN anuncia que su escudo antimisiles está parcialmente operativo... Ahora ya sólo nos falta encontrar un enemigo
¡Grecia puede estar bien!
Así se podría justificar su salida del Euro y la incapacidad de cumplir con sus compromisos... No cumplen porque son malos ¡Perfecto!
Muy pronto podremos leer el libro y ver la película.
Lo importante es que todo encaje aunque el juego consista en meter un triangulo en la forma de un cuadrado.

domingo, mayo 20, 2012

COUP DE TORCHON

En 1981 el cineasta francés Bertrand Tavernier llevó a cabo la adaptación cinematográfica de la novela "1280 almas" del escritor norteamericano Jim Thompson.

Su protagonista Nick Corey es un sheriff psicópata que a lo largo de la novela se encarga de garantizarse la reelección realizando todo tipo de desmanes en la localidad cuyos vecinos en realidad debiera proteger.

Corey es un asesino frio y nihilista y a través de él, narrando la historia en primera persona, Thompson vehicula su visión descarnada y cruel de la naturaleza humana... algo así como si el Hobbes que dijo "el hombre es un lobo para el hombre" escribiera novela negra en los Estados Unidos de mediados del pasado siglo XX.

Tavernier traslada la novela al Africa Occidental francesa en la época previa a la Segunda Guerra Mundial y convierte a Corey en Lucien Cordier, jefe de policía de una pequeña comunidad tan corrupta y amoral como la Pottsville del libro y frente a cuya miseria Cordier primero es indiferente hasta resultar un estúpido patán que constantemente huye de sus responsabilidades como garante de la ley hasta que, perseguido por la propia miseria que acepta, no le queda otro remedio que actuar.

Cordier, magnificamente interpretado por Phillipe Noiret, resulta ser un calculador asesino a sangre fría dedicado, entre palabras amables y actos cobardes y sumisos, a amputar como un cirujano todos aquellos elementos de la ciudad que le impiden vivir con tranquilidad la nada en la que se encuentra.

Pareciendo como si en el fondo el policía buscara un poco de paz en el vacío infierno en que se encuentra y dedicara la película a tramar y llevar a la práctica una calculada conspiración contra todo aquello que subitamente se ha convertido en una insoportable molestia.

En la boca de Cordier brilla el talento de Thompson para modelar frases lapidarias llenas de un absoluto y desesperanzado nihilismo sobre el hombre y su presencia en la tierra y en sus actos transparenta el esfuerzo encaminado a reproducir en el exterior la soledad y el silencio que el policía siente dentro de sí.

Todo un predador... aparentemente del lado de la ley.

"Coup de torchon" es una extraordinaria película... la brillante adaptación de una extraordinaria novela..


NADER Y SIMIN: UNA SEPARACIÓN


A veces los premios valen para algo.

El hecho de que haya sido premiada con el Oso de Oro del Festival de Berlin y con el Oscar de Hollywood a la Mejor Película de Habla no Inglesa (o, lo que es lo mismo, premiada en Europa y en Estados Unidos, por las dos maneras de entender el cine en los que -concebidos como polos extremos-, se desarrolla el discurso cinematográfico actual), nos da una idea de la calidad cinematográfica de esta película iraní.

Porque es incontestable el valor cinematográfico en toda la extensión de la palabra de "Nader y Simin: una separación", una obra que conecta al cine de manera directa con sus orígenes, con su capacidad para generar imágenes que muestran una realidad, un mundo.

El efecto de verdad, de realidad, que tiene esta película resulta arrollador para la mirada del espectador que se ve sumido en una pequeña historia con toda la complejidad que tiene la vida misma que sucede en el lejano Teherán de nuestros días.

Nader y Simin no se entienden. Ella quiere dejar el país para poder dar un mejor futuro a su hija y él no puede marchar porque siente la necesidad de cuidar de su anciano padre aquejado de Alzheimer. Y como consecuencia de ese desencuentro Simin abandona su casa en un último y desesperado gesto de convencer a Nader, quién se verá obligado a contratar a alguien que cuide de su padre durante el día, mientras él está en el trabajo. A tal fin contratará a Razieh sin saber que los problemas personales de la mujer se añadirán a los suyos para hacer su vida aún más difícil de lo que ya es.

Desprende talento por todas partes esta película, el talento de su director Asghar Farhadi y de un reparto coral de actores, que se las arreglan para producir el inmenso milagro de la transmutación de la ficción en realidad. Porque si algo tiene este melodrama casi costumbrista es un poderoso efecto de realidad que engancha la mirada del espectador desde el primer momento y le implica en un proceso de intensidad creciente en el que se ventila algo que tiene un valor universal: la complejidad de las relaciones humanas.

Una complejidad que es susceptible siempre de enturbiarse aún más con el peso que los sentimientos y las emociones siempre juegan y cuyo efecto siempre se traduce en la aparición distorsionante de la verdad, la mentira, las medias verdades y las medias mentiras.

Y parece que están demasiado lejos, viviendo en su Teherán oscuro y fundamentalista, y al final resulta que están muy cerca, que son como nosotros que también nos hemos subido alguna vez en esa "ronde" de aciertos y equívocos en el que lo que se puede ganar o perder matiza todas nuestras acciones por las emociones que genera.

Y este es el segundo aspecto que, en mi opinión, cifra el inmenso atractivo de esta película: su carácter universal desde una localidad que afirma orgullosa su carácter diferencial ante el mundo. La gente vive sus vidas en el Teheran islámico y sus vidas no son en lo sustancial demasiado distintas a las nuestras... aunque luego como siempre vengan con la noche los escuadrones tristes, los heraldos negros, con sus matizaciones que ansiosamente buscan el desencuentro y la diferencia para dejar las cosas en su lugar: nosotros arriba y ellos debajo.

Pero el canto a la igualdad desde la diferencia que respira como un feto dentro del vientre de esta historia ahí está para el que quiera tener el valor y, ahora que se habla tanto de ella, la responsabilidad de escucharlo.

Abandonar la soberbia de creerse el Dios verdadero siempre ayuda.

Obra maestra.

"En adelante no hubo más que la filosofía y la ciencia «profanas», es decir, la negación de la verdadera intelectualidad, la limitación del conocimiento al orden más inferior, el estudio empírico y analítico de hechos que no son vinculados a ningún principio, la dispersión en una multitud indefinida de detalles insignificantes, la acumulación de hipótesis sin fundamento, que se destruyen incesantemente las unas a las otras, y de visión fragmentaria, que no pueden conducir a nada salvo a esas aplicaciones prácticas que constituyen la única superioridad efectiva de la civilización moderna; superioridad poco envidiable por lo demás, y que, al desarrollarse hasta asfixiar a toda otra preocupación, ha dado a esta civilización el carácter puramente material que hace de ella una verdadera monstruosidad."
(La crisis del mundo moderno, René Guenon)

sábado, mayo 19, 2012

LUCK

David Milch, Michael Mann, Dustin Hoffman... Grandes nombres congregados ante "Luck", buque insignia de la ficción televisiva de la HBO para el pasado año 2011.

La historia comienza con la salida de la cárcel de Ace Bernstein (Dustin Hoffman), un hombre de negocios con un pie en los bajos y otro en los altos fondos cuya pasión son los caballos y las carreras de caballos. Tras tres años de la cárcel Bernstein regresa con la idea de un nuevo negocio en la cabeza y la voluntad firme de vengarse de quienes le mandaron a la cárcel durante tres años. Con un poco de suerte podrá conseguir ambas cosas a la vez.

Esta es la línea argumental principal que se combina con otras que reflejan distintas maneras de ver la vida en el hipódromo que Bernstein quiere controlar: los jugadores, los propietarios, los jockeys, los entrenadores.

Y todas las historias metafóricamente reunidas cada una de ellas en torno a un caballo en cuya generosa naturalidad animal parece descansar la complejidad del destino de una serie de humanos cuyo destino parece descansar en el resultado de su esfuerzo sobre la pista.

Junto al jockey y montado a su grupa cabalgan los planes, deseos y esperanzas de los personajes que protagonizan este interesante trabajo de ficción televisiva.

No obstante, el principal problema que tiene "Luck" es el excesivo alargamiento de la historia. La serie tarda demasiado en arrancar y no puedo quitarme de la cabeza que la historia habría funcionado mejor en una película de larga duración, dirigida por el propio Mann, o como miniserie de no más allá de cuatro capítulos de duración.

Porque el problema de "Luck" es llegar a los tres últimos capítulos tras un comienzo no demasiado electrizante, tranquilo, que no prepara en absoluto para unos capítulos intermedios en los que las líneas argumentales se despliegan con demasiada pereza.

Hay personajes que para el peso que tienen y el interés que despiertan resultan demasiado poco interesantes y claramente la historia se hubiera beneficiado de una mayor concreción a la hora de contar lo que realmente importa, en lugar de abusar de lo coral queriendo contarlo todo, aspirando a reproducir la realidad de un mundo, cuando la historia que tiene entre manos se basta por si sola para contar ese mundo y otros tantos.

No obstante, y si se consigue superar algún importante momento de caída de tensión narrativa, "Luck" es una historia que no decepciona y que interesa, aunque la falta de foco a la hora de entender qué es lo importante y lo que no conduzca a la serie a momentos de riesgo en que su continuidad no depende de sí misma sino de la paciencia del espectador.

Aun así, y pese a sus imperfecciones, merece la pena ver "Luck".

En "Luck" los caballos terminan siendo en perfectas metáforas que pueden llevar a quienes los montan mucho más allá del eterno circuito cerrado del hipódromo.





viernes, mayo 18, 2012

"Y además, si se enferman, se presupone que es porque no han sido lo suficientemente constantes y voluntariosos en su programa de salud; si no consiguen trabajo, es porque no han sabido aprender las técnicas para pasar las entrevistas con éxito, o porque les ha faltado resolución o porque son, lisa y llanamente, vagos; si se sienten inseguros respecto del horizonte de sus carreras y los atormenta su futuro, es porque no saben ganarse amigos e influencias y han fracasado en el arte de seducir e impresionar a los otros.
Esto es, en todo caso, lo que se les dice en estos días y lo que han llegado a creer, de forma tal que se comportan como si fuera de hecho así. Como lo señala acertada y agudamente Beck, "el modo en el que uno vive se vuelve una solución biográfica a contradicciones sistémicas". Los riesgos y las contradicciones siguen siendo producidos socialmente; sólo se está cargando al individuo con la responsabilidad y la necesidad de enfrentarlos."
(La modernidad líquida, Ulrich Beck)

Y si no cumplen se cierra el circulo/losa sobre el individuo con juicios tales como "el pueblo roba". No hay salida ni cuestionamientos "out of the box".
Son las personas y no el sistema quienes siempre fallan.
"Cornelius Castoriadis afirma que lo que está mal en la sociedad en la que vivimos es que ha dejado de cuestionarse a sí misma. Se trata de un tipo de sociedad que ya no reconoce la alternativa de otra sociedad, y por lo tanto se considera absuelta del deber de examinar, demostrar, justificar (y más aun probar) la validez de sus presupuestos explícitos o implícitos.
Sin embargo, esto no significa que nuestra sociedad haya eliminado (o pueda eliminar, cerrando el paso a un levantamiento generalizado) el pensamiento crítico como tal. Tampoco ha desalentado (y menos aun amedrentado) su exteriorización. Muy por el contrario: nuestra sociedad -una sociedad de "individuos libres"- ha hecho de la crítica de la realidad, de la desafección de "lo que es" y de la exteriorización de esa desafección una parte obligatoria a la vez que inevitable de las ocupaciones vitales de cada uno de sus miembros. Tal y como nos lo recuerda una y otra vez Anthony Giddens, en la actualidad, todos estamos comprometidos en la "política de vida"; somos "seres reflexivos" que observan con atención cada movimiento que hacen, que rara vez están satisfechos con sus resultados y que siempre están deseosos de rectificarlos. No obstante, de alguna manera esa reflexión no logra alcanzar los complejos mecanismos que conectan nuestros movimientos con sus efectos y que deciden sus resultados, y menos aun las condiciones que hacen que esos mecanismos jueguen con total libertad. Estamos quizá mucho más "predispuestos críticamente", más atrevidos e intransigentes en nuestra crítica de lo que nuestros ancestros pudieron estarlo en su vida diaria, pero nuestra crítica, por así decirlo, "no tiene dientes", es incapaz de producir efectos en el programa establecido para nuestras opciones de "políticas de vida". Como nos previniera Leo Strauss hace ya largo tiempo, la libertad sin precedentes que nuestra sociedad ofrece a sus miembros ha llegado acompañada de una impotencia también sin precedentes"
(Modernidad líquida, Zygmund Bauman)

jueves, mayo 17, 2012

"Una sociedad puede codificar la pobreza, la penuria, el hambre; lo que no puede codificar, es cuándo aparece esa cosa, entonces se dice: ¡¿qué es esa gente?! Entonces, en un primer momento, se agita el aparato represivo, si no se los puede codificar, se intenta aniquilarlos. En un segundo momento, se intenta encontrar nuevos axiomas que permitan, bien que mal, recodificarlos.
Un cuerpo social, se define así: perpetuamente las cosas, los flujos chorreando sobre el, chorreando de un polo a otro, y perpetuamente codificando; y hay flujos que escapan a los códigos,y después hay un esfuerzo social para recuperarlos, para axiomatizarlos, para rehacer un poco el código, a fin de darle un lugar a flujos tan peligrosos; y todo a la vez. Hay gente joven que no responde a los códigos, empiezan a tener un flujo de cabello que no estaba previsto, ¿qué se hará con ellos? Se intenta recodificarlos, añadiendo un axioma, se intenta recuperarlos, o bien hay algo más allá, que continua no dejándose codificar, ¿entonces qué?
En otros términos, el acto fundamental de la sociedad es: codificar los flujos y tratar como enemigo lo que, con relación a ella, se presente como un flujo no codificable, porque, una vez más, esto pone en cuestión toda la tierra, todo el cuerpo de esta sociedad."
(El anti-edipo, Gilles Deleuze)


La culpabilidad general es una forma de recodificar la protesta desde el orden establecido... El pueblo roba. No tiene razón para quejarse.
En nombre de la preservación del orden social cualquier crimen (intelectual) está permitido.