lunes, octubre 20, 2003

¿Cuándo estrenarán Bubba Ho-tep en España?

sábado, octubre 18, 2003

Con veinte minutos de metraje adicional se presenta el nuevo montaje que Ridley Scott ha hecho del metraje total rodado para su película Alien....

1
Antes de nada he de decir que soy un fan absoluto de la película tal y como quedó montada en el año 1978, pero que los resultados de la nueva cinta mejoran áun más los resultados.
Con esos veinte minutos añadidos el ritmo de la película no se resiente e, incluso, ese fluir preciso mejora en claridad puesto que la mayor parte del material añadido corresponde a la primera parte de la película, a la del planteamiento de la trama. Los siete tripulantes aparecen más, mostrándose de mejor forma el juego de interacciones que se producen entre ambos.
Por lo demás, y aunque algunos efectos especiales 'canten' por antiguos, Alien es una película que siempre funciona. Quizá, la mejor obra de su director Ridley Scott.

2
Con maneras góticas -la refinería que el remolcador Nostromo arrastra simula una vieja mansión encantada de pasadizos secretos y pasillos oscuros- , la historia apela al animal que todos llevamos dentro y al temor que se animal tiene a ser devorado por un superpredador más fuerte e invencible.
El poderoso hombre que siempre pensamos que seremos en un futuro lejano -nuestra confianza en el futuro siempre es inmensa- es puesto contra las cuerdas por otra raza de criaturas en cierto sentido más primitivas que la cultura que las descubre en un asteroide perdido. Los alien asemejan animales incapaces de, como nosotros, asociarse y generar una cultura propia pero, por otro lado, resultan ser unas criaturas letales, absolutamente preparadas para sobrevivir y perdurar como especie.
Alien convierte el supertecnológico futuro de la Nostromo y sus tripulantes en un olvidado pasado pretecnológico, cuando los hombres vivían solos, en cuevas, constantemente amenazados por un mundo paleolítico siempre dispuesto a devorarlos.
El sueño de alcanzar las estrellas es como cualquier otro: puede convertirse en pesadilla, la pesadilla de terminar volviendo al punto de partida.

3

- Sonidos de Alien
- Imágenes de Alien

lunes, octubre 13, 2003

1
Me gustó mucho ver 'Te doy mis ojos', la nueva pelí­cula de Iciar Bollaí­n.
Eran las ocho y media de la tarde de un domingo más y andaba yo a palos con el sueño -la noche anterior sólo habí­a dormido dos horas y por varios motivos no hubo siesta de por medio-. Me temí­a lo peor, pero la pelí­cula consiguió despertarme e incluso emocionarme. Me dió lo mejor y acabó saliendo del cine a mil kilómetros del sueño absolutamente fascinado con todo lo que adivinaba en las miradas de sus dos protagonistas, intuiciones que no hubieran sido posibles sin la genial interpretación de Laia Marull y Luis Tosar.

2
Huyendo de soluciones argumentales más sensacionalistas y quizá más demagógicas por lo superficial, la directora se mueve en terrenos más movedizos.
Dar los ojos no es otra cosa que una hermosa metá¡fora sobre las relaciones personales llevadas a un último extremo. Cuando uno da su mirada está también dando al sujeto que está detrá animandola y éso es lo que pretende el personaje encarnado por Luis Tosar. Quiere el control total de ese sujeto. Convertirla en un elemento más de un paisaje forjado en el fracaso y en la mediocridad, a espaldas de una realidad que constantemente le supera y cuestiona.
Ante ello, la única solución es refugiarse en la casa para por lo menos ser el incuestionable señor de esos escasos ochenta metros cuadrados. Transformarse en la única fuente de sentido, soberano absoluto y dictador de las dos personas que viven con él. Se abandona la lucha fuera y el hogar se convierte en la última posición, la de la resistencia desesperada y la lucha cuerpo a cuerpo hasta la muerte.
Y la lucha no tarda en producirse porque ella no está dispuesta a ser el sujeto pasivo de la vida de nadie, un mero elemento del paisaje que el demiurgo quita y pone a voluntad. Primero sin ser consciente de su propia reivindicación de identidad y luego, más adelante, despertada a gritos y empujones, cuando se disipa la bruma del amor, de una forma intencionada y precisa.
Ella quiere vivir y él, borracho de su porpia muerte, no está preparado para semejante 'traición'.
Por amor ella le da sus ojos, pero sólo por amor. Pero a él se le escapa la grandeza de ese gesto. No puede comprenderlo. El bosque de su fracaso vital le impide ver el arbol de un amor sincero.

3
Ambos personajes, en el fondo, luchan por su propia supervivencia y componen versiones antagónicas, el lado luminoso (ella) y el oscuro (él) de un mismo hecho. El triunfo y el fracaso, el afán de superación y el afán por no ser superado.
Sólo por amor ella se hundiría con él, pero al mismo tiempo es él quién la libera de semejante compromiso con su esfuerzo por mantener en el hogar un orden que, para éll, ya no existe puertas afuera.
Un orden que ella cuestionará siempre porque ella no es quién él cree que es. Ella quiere vivir. Opina. Tiene ideas e iniciativas. Es un sujeto con mirada propia
Incapaz de la menor reflexión e introspección, ví­ctima de siglos de fracasos, él no puede salvarse. No está en absoluto preparado para ser él mismo -porque ni se gusta ni se acepta- y tampoco puede soportar que los demás sean ellos mismos -porque un día le mirarán y quizá le ven tal y como él se ve- y los unicos seres que aún puede controlar son los más cercanos y próximos.

4
'Te doy mis ojos' es una gran película sobre el fracaso, un final que siempre empieza por la incapacidad para ser uno mismo y, como consecuencia, siempre termina en la imposibilidad de comunicarse.
Cansados, los otros siempre terminan alejándose, especialmente si son como ellas: seres libres capaces de sentir las emociones más puras, capaces de entregarse a sí mismos y a su libertad por amor.
Ojalá jamás cometamos el enorme pecado de no reconocerlos y el aún mayor de recurrir a la violencia para intentar retenerlos.

domingo, octubre 12, 2003

1
"Qué tierno es el abrazo, el roce
de su piel, tan suavísima, en la mía.

Qué agradable es tener una mujer.

Y qué grato el cansancio placentero
que adormece la sangre dulcemente."

2
"Y estoy envejeciendo. Mas rechazo
esta figura mía en el camino
del penúltimo tramo de la vida.
Antes tengo que usar la juventud.

Estos años atrás, que dicen jóvenes,
tuve que dedicarlos a buscar
amor, gloria, dinero... No podía
detenerme a vivir. Era lo urgente
atrapar el amor, gloria y dinero.

Debía sorprenderlos en atajos
que irían señalándome mis obras.
¡Estaba tan seguro! Ganaría
un lugar prominente en el Olimpo.
Y trabajé y sufrí. No tengo nada.

Necesito más tiempo de ser joven
pues trabajé y sufrí para poseer
amor, gloria y dinero siendo joven.
Y nada he conseguido. Ni ser joven."

José María Fonollosa. La destrucción de la mañana

(Poeta catalán perteneciente a la generación de 1916 según Ortega-Marías; tambien conocida como Primera Generación de Postguerra por haberse manifestado, como grupo, en los años cuarenta.)
Más Fonollosa
Me gustan las ciudades. No lo puedo evitar.
Regresábamos en coche desde Toledo y frente a nosotros, carretera adelante, un resplandor anaranjado se erigía al otro lado de la línea del horizonte. Bajo tan intangible cúpula sabíamos que se escondía el constante incendio bullicioso de las calles y las aceras que tan bien conocíamos. En alguna parte de aquel futuro que se materializaba ante nuestras miradas -un tanto alcoholizadas- se encontraba nuestro lugar en el mundo. No pertenecíamos a la impenetrable oscuridad que por todas partes nos rodeaba, sino a aquel incendio cuya alargada sombra se prolongaba cielo arriba.
Por un momento traté de imaginarme a mí mismo abandonado, en medio de aquel inhóspito espacio sin marcas ni huellas. Interrogando a los dioses y escuchando el silencio de las estrellas. Intentando palpar algo parecido a un seguro camino a casa... ¡Qué gran invento el de la luz! De la grandeza de su hallazgo hablan sus míticos orígenes, su espúreo carácter de preciada posesión robada por el hombre a los adocenados y desprevenidos dioses.
Y había mucha luz allá delante, en la ciudad. Un lugar al que todos regresábamos en fila india, como hijos obedientes, y que comenzaba a erigirse frente a nuestro cansancio como un enorme barco fondeado en la inmensidad de un ignoto mar de noche.
El maldito objeto de ese imposible delito persistiendo real ante nuestros ojos incrédulos.

lunes, septiembre 29, 2003

Tras dos grandes fracasos comerciales: Barbarroja (1965) y Do-Des-Ka-den (1970) -que tambien fue un desastre económico pues el cineasta japonés se implicó en labores de producción-, el gran director cinematográfico japonés Akira Kurosawa estuvo sumido en una grave crisis personal que incluso le llevó a cometer un intento de suicidio -que casi fue exitoso-.
De esta situación, Kurosawa escapó como sólo los más grandes pueden escapar: filando 'Dersu Uzala' en 1975, con dinero de la Unión Soviética.
El oscar de hollywood a la mejor película extranjera le fue otorgado y con la estatuilla en el kimono Kurosawa pudo obtener la financiación necesaria -via George Lucas y Steven Spielberg- para realizar, en 1980, Kagemusha, también conocida por 'La sombra del guerrero'.
Situada entre dos obras maestras como 'Dersu Uzala' y 'Ran' (1985), Kagemusha cuenta la historia de un gran señor feudal que, en trance de controlar todo el Japón, cae herido de muerte en el asedio de una fortaleza. Su gran preocupación en su lecho de muerte es que su clan se debilite con su prematura marcha y ésta inquietud se materializa en un último deseo: su muerte no debe trascender durante tres años y medio. Un ladrón, perfecta imagen del señor, deberá ocupar su lugar durante todo ese tiempo.
Al principio todo irá bien, pero, como siempre, ese gran pesimista llamado Kurosawa no puede evitar contarnos cómo todo se va torciendo y encaminandose a un final fatal, un final dramático que los errores humanos y locuras aún más humanas no pueden sino preparar.
El señor de Shingen pretende que el orden por el que tanto ha peleado persista después de su muerte: un doble puede reemplazarle y garantizar con su presencia el éxito de su clan; Pero nada es mas vano que los esfuerzos del hombre por intentar dar un orden y un concierto a la comedia humana.
En contra de la conocida idea liberal de que la persecución egoísta del propio interés redunda en el bien común, Kurosawa cree lo contrario. Para él, primero en Kagemusha y más tarde -de una forma más rotunda- en Ran (1985) -Caos en japonés-, la esencia de la vida es un continuo desorden producido por la individual persecución del propio interés.
En este entramado loco y brutal, todo orden, encarnado por los dos señores feudales que protagonizan ambas películas, es una mera situación temporal, un evento inesperado y afortunado que no tardará en desaparecer devorado en el inmenso oceano de la estupidez humana (después de mil y un esfuerzos por pasar por quién no es, el doble de Shengen se descubre jugando con un niño y queriendo montar a caballo).
Más Shakesperiano que nunca y utilizando una conocida frase del dramaturgo inglés, para Kurosawa la vida es como un cuento relatado por un idiota; un cuento lleno de palabrerí­a y frenesí­, contado a voces y que no tiene ningún sentido... aunque tenga como decorado la tranquilidad de un jardí­n Zen.

viernes, septiembre 26, 2003

De lo poco que veo 'Gran Hermano' el aspecto que más atrae mi cansina atención de vagabundo 'zappeador' es el incontrovertible -en mi opinión- hecho de que un italiano -en definidas cuentas un forastero por muy europeos que nos tengamos- esté desgañitandose para tratar de que doce españoles ordenen su vida y no se maten entre sí.
Estamos ante la más pura metonimia: el pequeño todo de trece payasos de la tele -solo falta Milikito- mostrando un atisbo de una gran verdad.
Después de todo, y si mal no recuerdo, el término español quiere decir -más o menos- 'los que viven en Hispania'. Es decir, es un término dado por gente que nos vió desde fuera y decidió llamarnos así. Actitud que, por un lado, muestra que el turismo aún no era un gran invent y, por otro, refleja el poco interés que despertábamos en nuestros civilizados convecinos fenicios, griegos y etruscos.
Para todos ellos simplemente eramos los que viven en Hispania y para mi esa definición presenta de forma muy obvia el escaso o nulo interés que el definidor mostraba por lo definido: ¿Quiénes son? Pues lo que viven en Hispania. Ese ruidoso y caótico batiburrillo de enanos cetrinos en el que no merece la pena detenerse a diferenciar (Puedo incluso imaginar el displicente gesto del brazo señalando las verdes costas de Ampurias). Simplemente son ellos, los españoles. No les des más vueltas Asdrúbal. (Quizá también haya algún guiño de complicidad). Hazme caso y no te metas, que cada uno es de su padre y de su madre y es un lio.
Y ahora Nicola se empeña en enseñarnos a tirar de la cadena. También intenta que nos llevemos bien, nosotros, un poco más altos y menos cetrinos, mejor alimentados, pero siempre los que viven en Hispania.
Desde los lejanos tiempo del 'pasota' Asdrubal las cosas están cambiando.
¿Conseguirá el macarra pero voluntarioso Nicola un mínimo orden, un suficiente concierto que satisfaga su exigente gusto europeo?
No lo se, pero escribir con mierda en la pared del retrete ya me parece un gesto desesperado.

jueves, septiembre 25, 2003

Apenas el tiempo justo para una despedida,
un tímido instante de honda proximidad
acompasadamente sentido por sus cuerpos
agotados en una larga noche sin tregua ni sueño.

La luz del sol, avanzando sobre las despeinadas sábanas,
enmarca y define la terminación de su tiempo.

El adiós es más que una certeza,
pueden tocarlo el uno al otro
en las abiertas yemas de sus dedos.

martes, septiembre 16, 2003

'No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada'
(Francisco de Quevedo y Villegas)

Auténtico zen mesetario!!!!
'El periodismo musical consiste en gente que no sabe escribir entrevistando a gente que no sabe hablar para gente que no sabe leer'
(Frank Zappa)

Sus frases son mejores que alguno de sus discos...
'Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar'
(Proverbio japonés)

La decepción es más rápida, nos gana por la mano y siempre llega antes.

lunes, septiembre 15, 2003

PATALEO
Hablo con mi amigo J. por teléfono.
Con resignación me confirma de que la oferta laboral publicada en las páginas dominicales de un conocido diario corresponde a su puesto de trabajo y yo no doy crédito. Este mundo hace tiempo que lo agotó.
Me dice que aún tiene que confirmar ciertos aspectos y que la vida es así.
Yo le contesto que así de mierdera es lo que es y él no puede estar más de acuerdo conmigo.
Después de colgar, me pregunto cuántas conversaciones de ésta o parecida índole se producen a lo largo del día. Y también dudo ¿es la vida una mierda tan grande como decimos que es o son algunas personas, los que publican ofertas de puesto de trabajo sin avisar a su titular -por ejemplo-, quienes nos llevan a tener ese pensamiento?
Y me viene a la mente el concepto marxista de REIFICACIÓN... A mi fracaso siempre le vienen a la mente estas ideas y no pensamientos tan constructivos -como por ejemplo publicar a traición ofertas de trabajo- y por eso es mi fracaso y yo tanto le quiero...
En resumidas cuentas, se produce la reificación cuando una obra del hombre deja de convertirse en objeto para pasar a ser un sujeto con identidad y vida propia. Marx lo usaba pare referirse a la mercancía y al hecho de que se olvidara el trabajo humano que se esconde tras su presencia hecha valor.
Honestamente pienso que lo mismo pasa con esta mierda de mundo en donde vivimos: los hombres que lo hacen peor de lo que ya es con su absoluta falta de decencia y sentido humano de la vida se esconden detras. Al fin y al cabo, la naturaleza es lo que es. Un absurdo mecanismo triturador al que no se le pueden pedir peras porque es un olmo. Una ciega mecánica que nos tritura a cada segundo que pasa y punto. No es ni malo ni bueno. Es lo que es. Las reglas de un juego en el que nadie nos pidió permiso para hacernos jugar y en el que acabaremos perdiendo -la vida por lo menos-.
Pero, y una vez sabido ésto, que es muy triste y tal y esas cosas ¿qué papel juega el hombre en todo ésto?
Racionalidad, conciencia, moral... ¿Instrumentos para hacernos más agradable este viaje a ninguna parte? ¿Aquello que hace del hombre la obra cumbre de la creación? Permitanme que me ría. Putas bestias peleando por medio acre de infierno es lo que somos. Animales con infulas. Nuevos ricos de la naturaleza sin cojones para otra cosa que no sea la propia supervivencia... La distancia que nos separa de los animales no es tanta.

martes, septiembre 09, 2003

As I walked out on the streets of Laredo.
As I walked out on Laredo one day,
I spied a poor cowboy wrapped in white linen,
Wrapped in white linen as cold as the clay.

"I can see by your outfit that you are a cowboy."
These words he did say as I boldly walked by.
"Come an' sit down beside me an' hear my sad story.
"I'm shot in the breast an' I know I must die."

"It was once in the saddle, I used to go dashing.
"Once in the saddle, I used to go gay.
"First to the card-house and then down to Rose's.
"But I'm shot in the breast and I'm dying today."

"Get six jolly cowboys to carry my coffin.
"Six dance-hall maidens to bear up my pall.
"Throw bunches of roses all over my coffin.
"Roses to deaden the clods as they fall."

"Then beat the drum slowly, play the Fife lowly.
"Play the dead march as you carry me along.
"Take me to the green valley, lay the sod o'er me,
"I'm a young cowboy and I know I've done wrong."

"Then go write a letter to my grey-haired mother,
"An' tell her the cowboy that she loved has gone.
"But please not one word of the man who had killed me.
"Don't mention his name and his name will pass on."

When thus he had spoken, the hot sun was setting.
The streets of Laredo grew cold as the clay.
We took the young cowboy down to the green valley,
And there stands his marker, we made, to this day.

We beat the drum slowly and played the Fife lowly,
Played the dead march as we carried him along.
Down in the green valley, laid the sod o'er him.
He was a young cowboy and he said he'd done wrong.

(Johnny Cash, Streets of Laredo)

domingo, septiembre 07, 2003

A mi entender, lo peor que puede hacer una obra de ficción es decepcionar y, en este sentido, 'La liga de los hombres extraordinarios' es una película que decepciona.
Los buenos planteamientos, la interesante idea (procedente del comic) de hacer ficción con personajes que ya llevan más de un siglo en ella, la sombría y muy lograda puesta en escena (con alguna excepción lamentable como todas las aquellas que suceden al aire libre y en el puente del Nautilus, que más se parecen a un capítulo tonto de 'Vacaciones en el mar' -aunque sin niña explotada ni sobrecargo drogadicta- que a otra cosa) de un Londres fin de siglo y, finalmente, el propio Sean Connery se diluyen en una boba persecución cuyas claves cualquier espectador con memoria y experiencia en ese tipo de cine puede perfectamente prever.
Y es que lo último que debe hacer la ficción es decepcionarnos. Su última responsabilidad, creo, es la de proporcionarnos un espacio donde nuestras expectativas sean verdaderamente colmadas. Para disgustos y contratiempos, la realidad ya se basta por sí sola y no creo que nadie se meta en un cine para recuperar esas sensaciones que, precisamente, deseamos olvidar en la entrada.
A este respecto, 'La liga de los hombres extraordinarios' es una película llena de ordinariez y que tiene el dudoso honor de convertir al malvado Moriarty en un miserable negociante, al poetico Nemo en un karateka recién salido de una película de John Woo y al trágico Doctor Jekyll en una marica histérica.
En fin, diversión para después de la sesión de 'electro-schock' con algún que otro detalle a tener en cuenta:

- la presencia del incombustible Sean Connery. Una de las pocas estrellas con que cuenta el estrellado (en el pavimento) cine actual ¿Qué sería de este engendro sin su presencia divina, por encima de todas las cosas? Quizá, la versión cinematográfica de 'Los Chiripitiflauticos'.
- la sinuosa y ladina interpretación que del sinuoso y ladino Dorian Gray hace Stuart Townsend
- el diseño rutilante del Nautilus, realmente majestuoso y más parecido a una opera acuática que a una nave.

Y poco más. Demasiado poco para casi dos horas de metraje.
Contratando a Jack 'El Destripador' hubieran terminado antes.

(NO ME COJE LOS ACENTOS. MIS DISCULPAS A LOS QUE SEPAN LA SUFICIENTE ORTOGRAFIA)

Tras otra deliciosa y refinada sesion de sadomasoquismo consistente en encontrar alguna oferta de trabajo interesante en las webs de empleo, mi fracaso escucha una y otra vez las canciones del ultimo disco de Jhonny Cash -y algunas del anterior- y no puede evitar pensar en el existencialismo y especialmente en las ideas de Martin Heidegger (el rey sin corona de la filosofi­a del siglo XX) a proposito de la obra de arte y, en concreto, de la poesia.
Quiza por eso mi fracaso es mi fracaso, porque no piensa en otras cosas... Pero esa es otra historia.

Como dijo Jack 'el Destripador', vayamos por partes...

1
'La manifestacion del ser del hombre y con ello su autentica realizacion acontece por la libertad de la decision. Esta aprehende lo necesario y se mantiene vinculada a una aspiracion mas alta.', escribe Heidegger en 'Holderlin y la esencia de la poesi­a'.
Esta libertad de decision no consiste en otra cosa que en lo siguiente:

- el ente (la parte fisica y real) que se supone poseido por un ser (la parte simbolica e imaginaria) reconoce ese ser como propio y tambien como proyecto
- Y libremente toma la decision de realizar ese proyecto en el mundo utilizando las cosas fisicas que le rodean y forman parte de ese mundo tomandolas como instrumentos con los que realizar ese proyecto
- Y ¿por que? Porque descubre que su razon de estar en el mundo es la realizacion de ese proyecto
- Tambien puede tomar otras decisiones. Es libre para ello, pero todas ellas implican no ser quien debiera ser. (cosa que debieron haber hecho los chicos de Gran Hermano o Jim Carrey, por ejemplo)

En este sentido -y en otros- la filosofi­a de Heidegger es existencialista porque exige al hombre bastarse a si­ mismo, no apoyarse en un mundo de realidades superiores, en un orden sobrenatural para fundar su existencia, sino escucharse para ser.
Esa voz que el hombre escucha viene del interior de si mismo, de su ser y es responsabilidad de ese ente fi­sico percibirla para tener una autonomia y un propio proyecto; de lo contrario, y como cosa existente en el mundo para la percepcion de los otros entes, simplemente sera un instrumento mas en los proyectos de otros, una existencia dependiente, no realizada y por lo tanto frustrada.

2
La palabra que nombra a los dioses, es decir, la que nombre ese proyecto o ese ser, es siempre una respuesta a la continua exigencia/invocacion que ese ser nos hace para ser escuchado ('sal del armario, sal del armario', por ejemplo).
Heidegger escribe que 'esta respuesta brota, cada vez, de la responsabilidad de un destino', un destino que el ente asume como propio, como su ser.

3
¿Como escuchar?
Para Heidegger, 'la poesi­a es instauracion por la palabra y en la palabra. Que es lo que se instaura? Lo permanente.'. El poeta es capaz de nombrar al ente por lo que en realidad es, por su ser.
En este sentido, 'La poesia es la instauracion del ser con la palabra' y lo es, en un sentido social y tambien en un sentido personal'.
Me explico.
Hay poetas reconocidos como tales que pueden ser capaces de mostrar la esencia del tiempo en que viven(asi, pensaba Heidegger de Horderlin) y luego esta el poeta que todos y cada uno de nosotros podemos ser escuchando nuestro propio destino, nuestra propia verdad (porque la existencia es poetica y este es uno de los grandes secretos del cine de John Ford).

4
En la voz de los poetas, esta la voz de los dioses y por eso todos callamos cuando habla uno autentico y verdadero. Abocados al sinsentido de una vida sin trascendencia, una vida frente a la muerte, la presencia de un sentido y vivido como tal nos hace callar.
Como bien escribe el filosofo aleman, 'el poeta esta expuesto a los relampagos de dios' y esos relampagos tambien nos ciegan a nosotros cuando le escuchamos.
'En la poesia los hombres se reunen sobre la base de su existencia. Por ella llegan al reposo, no evidentemente al falso reposo de la inactividad y vaci­o del pensamiento, sino al reposo infinito en que estan en actividad todas las energias y todas las relaciones', al infinito reposo que nos da la contemplacion de una verdad entre tanta mentira y simulacro.

5.
Y tambien callamos porque 'son los dioses mismos quienes dan esa capacidad de hablar', porque no todos somos capaces de escuchar esa voz interna ya sea propia, ya sea del mundo que nos rodea. Porque no somos capaces de encontrar por nosotros mismos lo que nos es propio y necesitamos claves para interpretar e interpretarnos. Por esa razon tambien callamos, porque queremos saber y sabernos mejor.


5
'Poeticamente el hombre habita esta tierra' y mi fracaso siempre calla cuando escucha la voz rotunda y cavernosa de Johnny Cash.

6
¿Con quien callas tu?




martes, septiembre 02, 2003

Técnicas para encontrar trabajo.
Pragmática y ética de la esclavitud.
Sumisión y olvido de uno mismo.
Domingos en el campo y sábados en Alcampo.
Noches que el cansancio vela.
Preocupaciones.
Diario funeral de ese niño que -dicen- todos llevamos dentro.
Existir para dejar de ser.
Papeles y más papeles.
Mil y una manos peleando por un sorbo de agua caliente,
por medio acre de infierno

¿Aún no tienes una estrategia,
un plan de escape,
un proyecto propio de tardes junto al mar,
de mañanas en el parque?

Cuando ya no les sirvas,
creeme,
será demasiado tarde.

viernes, agosto 22, 2003

Mientras bebo, solo, a la luz de la luna
Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.


Se dice que Li Po, el autor del texto que acabas de leer, llegó a escribir más de 20.000 poemas a lo largo de su vida y cosa tan asombrosa encuentra, a mi entender, una explicación más que razonable en una frase que he encontrado en la red atribuída a otro poeta chino, no se si contemporáneo o no, llamado Tu Fu. La frase en cuestión dice lo siguiente: "En cuanto a Li Po, dénle un vaso de vino y les escribirá cien poemas".

Y es que es posible que los poemas no sólo se escriban sino que tambien -y de un modo previo- se vivan con una copa de vino en la mano. Quizá estén ahí, brillando en el fondo de esos instantes precisos que vivimos de la mano de las personas más adecuadas -la luna, la propia sombra o incluso alguien mucho mejor y más cierto-, insuflándoles sentido y vida y sólo los poetas como Li Po sean capaces de captar ese esencial brillo genésico para después trasladar su deslumbramiento al papel.

Leo que las obras de Li Po son un canto a la buena vida y a los placeres, que su tono lírico individualista y desenfadado es experto en cantar las glorias del vino y de la naturaleza y pienso en cuánta poseía encierran todos y cada uno de esos instantes plenos vividos entre el vino y la provechosa compañía de los seres que más queremos.

Todos tenemos algún recuerdo de esos o, por lo menos, así quiero creerlo.

Ante el vino de mi copa

El viento viene del Este
en un palanquín de seda.
Riza el vino de mi copa
el viento de primavera.
Bajo la lluvia de pétalos
de las ramas desprendidos,
como las rosas abiertas
está tu rostro en el vino.

¿Has pensado cuantos años
las glicinas, los almendros,
florecerán tras tus rejas
iluminando tus sueños?

Es hora, niña, que dances
el sol camina al ocaso;
la tarde se va, en la noche,
la juventud, en los años.

La vida, niña algún día
blanqueará nuestros cabellos.
Amor y vino en las copas
antes que se marche el tiempo.


La intemporal epifanía de cabalgar contra los cañones del tiempo
El momento plenamente vivido como ese instante auténtico que nos da sentido y al que pertenecemos.
Y la poesía como una pequeña historia de todos aquellos deseos que existieron plenos y cuyos sentires acompasados ya se desvanecieron en el negro silencio del que venimos -y al que, cuando ya no nos queden más latidos en el pecho, acabaremos regresando descalzos, no tan ciertos-.

miércoles, agosto 13, 2003

No me gustan las películas de amor.
Salvo raras excepciones -que ahora cuidadosamente olvido- no disfruto con las historias que son directamente románticas, es decir, que cumplen con todos los requisitos del llamado 'género romántico'.
A cada uno le gusta lo que le gusta ¡Qué le vamos a hacer!
No obstante, no soy un pedazo de carne con ojos... Tengo mi corazoncito, entre otras cosas porque jamás olvido recogerlo del suelo o de la mesilla de noche cuando todo se acaba -que no es por desilusionaros, pero casi siempre termina si no hay dinero, hipotecas o hijos de por medio-... Pero ese es otro tema y yo soy el loco de otro diferente.
Decía que no era un pedazo de carne con ojos.
Disfruto mucho con las historias que aparentemente pertenecen a otros géneros cinematográficos, pero que, en realidad, la línea básica argumental transcurre por el enfangado pantano de las emociones más o menos sentimenales. 'Misión a Marte' de Brian de Palma es una de ellas ('Abyss' de James Cameron otra, por cierto)
Aparentemente hay una historia de ciencia ficción con extraterrestes incluidos, pero, en realidad, todo éso sucede en la superficie. Por debajo corre incandescente el estigio fluir de una emocionante y conmovedora historia de amor.
Todo lo que ves, existe y sucede ante tus ojos, está en función de la decisión que el personaje que interpreta Gary Sinise -con su habitual imposible expresión de haber fallado el penalty que le podría haber dado la final a tu equipo- decide tomar cuando faltan menos de quince minutos para que la película termine y esa decisión no es otra que continuar con el sueño de su novia muerta y explorar la vida en el universo...
Pasmoso ¡Qué mayor prueba de amor puede existir que hacer tuyos los sueños de tu ser más querido!
Guionistas de historias románticas, aprended de una vez por todas.
Cuando no está la persona que tiene la mala suerte de recibir en depósito nuestro corazón (generalmente, para siempre mientras ésto dure), uno puede elegir vivir en un pasado lleno de recuerdos. Esta es vuestra opción más habitual, pero olvidais que también puede decidir vivir de otra forma, hacia delante, viviendo como si fueran propios los secretos y confesados sueños del otro.
Probadlo, de verdad. Renovaros o morid.
Me fascina mucho esa idea y por eso me encantó una película que en su momento a poca gente gustó. (Más bien fue un fracaso económico que ha llevado al pobre De Palma y sus fantasmales y precisos movimientos de cámara a la vieja Europa. Aqui, entre nosotros, ha rodado su última película 'Femme Fatale'). Y, lo que es mejor, me sigue gustando.
Hay algo insano y destructivo en vivir de los recuerdos. Es como si nunca se volviera a abrir la ventana. Por eso la idea de optar por abrirla para mirar y ver, no con los propios ojos, sino con los de ella -o de él- me parece maravillosamente antagónica por vital y positiva.
Todavía estoy esperando una película de amor con ese talante. Quizá, porque -si tengo que elegir- me quedo con los que tienen el coraje de seguir viviendo y que, de no haber encontrado aún a nadie mejor (que no es por estropearlo todo no pareciendo romántico, pero siempre se suele encontrar a alguien), ponen su presente y su futuro a los pies de aquel ser tan especial que con ellos debiera estar viviendolos.

martes, agosto 12, 2003

'No creo en el amor, creo en decir te quiero'
Joe Gideon- Roy Scheider
All that Jazz

viernes, agosto 08, 2003

Afuera, la ciudad arde
y su misma frialdad indiferente
es el aire que todos respiran
en tanto corren, tropiezan,
se levantan y caen,
lo intentan una vez más
o definitivamente abandonan para siempre.