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domingo, mayo 02, 2010

"Y Espinoza dice, en el tratado teológico-político, que es este el lazo profundo entre el déspota y el sacerdote, tienen necesidad de la tristeza de sus sujetos. Aquí, ustedes comprenden que él no toma la tristeza en un sentido vago, toma la tristeza en el riguroso sentido que él ha sabido darle: la tristeza es el afecto en tanto que envuelve la disminución de la potencia de actuar."
(Curso sobre Spinoza, Gilles Deleuze)

domingo, febrero 10, 2008

1
"La Escuela de Francfort no niega la utilidad y la necesidad de la razón instrumental. Forma parte de la condición humana. Razonar y actuar eficazmente, inventar herramientas e instrumentos, determinar la vía más segura y más rápida con vistas al resultado, trabajar y organizar: todo eso es indispensable en un mundo que no es un paraiso. La supervivencia de la humanidad tiene ese precio. Pero la simple y pura supervivencia no basta para definir una vida verdaderamente humana. Garantizar las condiciones de la supervivencia no dice nada acerca del sentido de la vida ni de los fines de la existencia. Ahora bien, los representantes de la Escuela de Francfort comprueban que hoy en día la razón y la actividad instrumental se han extendido a tal extremo que ya no dejan espacio a otras formas de pensamiento y acción"

2
"Lo característico de la razón instrumental es que sólo versa sobre el cálculo de medios. Se trata de una delimitación sensata mientras no aspire a reducir a ella toda la razón, como si ésta sólo pudiera ocuparse legitimamente de los medios. El triunfo de la razón instrumental es peligroso porque excluye la razón de discursos y prácticas que no versan de los medios sino sobre los fines, los valores, las elecciones y las decisiones. Si se confina la razón a la cuestión de cómo realizar, ¿qué instancia definirá qué debemos realizar y por qué?"

3
"Se acepta como evidente que el desarrollo tecnológico tiene como finalidad el progreso humano y que fuera de él no hay salvación. La verdad es que en una civilización tecnológica ya no queda espacio para discutir racionalmente sobre fines y valores"
(La Escuela de Fráncfort: teoría crítica y filosofía de la comunicación)

Parece una tontería, pero el hombre ha desaparecido tras su capacidad para el progreso tecnológico. Una parte de él, la capacidad de fabricarse instrumentos y tecnologías que le permitan habitar con más confortabilidad un mundo lleno de peligros, incluso intentar dominarlo, ha eclipsado otras, las que podían dar razón del por qué, para qué o hacia dónde debe llevarnos ese progreso.

La razón instrumental no nos va a servir de nada cuando tengamos que afrontar temas como el agotamiento al que nuestro progreso tecnológico esta sometiendo al planeta o el agotamiento que las estructuras organizativas sociales subsumidas al esfuerzo productivo ciego están produciendo en el propio ser humano... Ya empezamos a tener que afrontar el problema.

La consigna es crecer y crecer, producior y producir, trabajar y trabajar, consmuir y consumir, pero cuál es el límite.

Por ahora, sigue funcionando la apelación a las indudables mejoras que el progreso tecnológico ha introducido en nuestras vidas. Es cierto que nuestras vidas están llenas de aparatos, organizaciones e instrumentos que hacen mucho más fáciles y cómodas nuestras vidas. La razón instrumental nos ha funcionado para hacernos un lugar más cómodo en el mundo, pero el debate no debe terminar ahí.

El ser humano es mucho más que la fantástica suma de objetos de los que ha sabido dotarse.

Hay preguntas que responder.

Preguntas tan difíciles como ¿cuál es el propósito o el sentido de todo ésto? o ¿hasta dónde podemos llegar en el esfuerzo de crecimiento? ¿podemos ser todos igual de ricos o debemos ser todos igual de pobres? ¿el mundo puede sostenernos? ¿es un buen sitio para el hombre el mundo que estamos construyendo?

Tenemos muchas cosas, muchos objetos, pero carecemos de grandes ideas que estructuren intelectual y mentalmente ese proceso, que le den un sentido y un lugar.

La ciencia y la tecnología no tienen respuestas para éso.

jueves, mayo 24, 2007

Un cuarto de botella de absenta más tarde...

I
"Muy a menudo, el enfoque hermenéutico de la realidad tiene el efecto, e incluso la finalidad, de relativizar el nexo científico explicativo de la naturaleza. Se considera que ese nexo, que tiende al control, la dominación de la naturaleza, corresponde a una manera de relacionarse con la realidad y de representarla. La lectura cientifico-técnica no sería ni la única ni la más profunda y, de todas maneras, constituiría también una interpretación que no hay ningún motivo para privilegiar.
(Nieztsche, hermenéutica y nihilismo)

Se trata de saber... para luego poder.
El objetivo no es conocer, sino dominar para poder posteriormente utilizar lo controlado en el propio beneficio.
El conocimiento no el fin sino el medio.
No nos interesa la cosa en sí sino lo que podemos utilizar de ella.

II
"Nieztsche habla de perspectivismo: lo que se identifica como realidad, como verdad, depende en gran parte (cuando no por completo) de la perspectiva escogida. No hay realidad en sí, ni verdad absoluta, ni sentido único y fundamental que agote las significaciones del ser.
Como la elección de la perspectiva depende de valores (intereses, fines) privilegiados por el sujeto que interpreta, toda perspectiva -toda lectura de lo que es- es axiológica, está orientada por valores. Ninguna perspectiva es puramente lógica, es decir, neutra, objetiva, independiente de la valoración subjetiva."
(Nieztsche, hermenéutica y nihilismo)

Toda pretensión de objetividad es un acto de dominación, un acto de político de imposición de un punto de vista.
Siempre hay una necesidad y/o un interés por medio.

lunes, febrero 26, 2007

LUNES Y TRABAJO

"Marx, por su parte, considera que el hombre es un ser corporal, definido por necesidades. Y también un ser inacabado, es decir, llamado a devenir y evolucionar, a transformarse al transformar materialmente las condiciones de su existencia.

Estas deficientes condiciones de existencia son en primer lugar las que impone la naturaleza: principalmente la escasez de bienes. La humanidad no vive en un edén de abundancia. La transformación de esas condiciones naturales sólo pueden darse mediante el trabajo. El hombre es un ser de trabajo: de transformación y de producción. La noción de trabajo, es decir, la reestructuración instrumentada (técnica) de las condiciones naturales de existencia insuficientes para satisfacer las necesidades humanas es básica y adquiere verdadera diginidad filosófica.

Reconocimiento semejante era impensable en la tradición filosófica dominante desde Platón y Aristóteles, para la cual el trabajo es el destino de los subhumanos, en particular de los esclavos.
Por tanto, mediante el trabajo, que es transformación del mundo y condición de posibilidad de la historia, la humanidad va poco a poco llenando las carencias de su condición inicial, es decir, deviene progresiva y plenamente lo que es en sí misma."
(Historia de la filosofía, del renacimiento a la postmodernidad. Karl Marx y el materialismo histórico dialéctico. Gilbert Hottois.)

Y luego dicen que Marx está superado... Somos trabajo, pero también -y sobre todo los Lunes- el tremendo deseo de no tener que trabajar.

Más contradicción.

miércoles, septiembre 20, 2006

SPINOZA (II)

I
"Estar alienado es ser extraño a si mismo. El deseo se aliena cuando se orienta por normas o valores exteriores al individuo o cuando se deja guiar por una mala comprensión que un individuo tiene de sí mismo. En los dos casos, el individuo ya no desea en conformidad a su propia y verdadera ley: no es autónomo y no puede expandirse en la verdadera alegría"

II
(Con respecto a la orientación conforme a normas y valores exteriores el individuo)
"El individuo que sigue una ética y una ley que le vienen de afuera -impuestas, ya por la violencia dogmática, ya por la persuasión engañosa- está alienado"

III
(Con respecto a la mala comprensión que un individuo tiene de si mismo)
"A menudo nuestra afectividad, o mejor, nuestro deseo, es confuso, contradictorio, ambivalente; se bloquea o se entusiasma detrás de quimeras, se autodestruye y engendra depresión allí donde se esperaba alegría. Lo que nos conduce a esos callejones sin salida es el conocimiento adecuado de nosotros mismos, de nuestra naturaleza íntima y de nuestro deseo profundo"

IV
"Cuando vivimos nuestro deseo directamente, según nuestra naturaleza auténtica, no lo padecemos (como padecemos las pasiones), sino que actuamos con el sentimiento de la libertad, la alegría, la expresión de nosotros mismos"

(Historia de la filosofía: del Renacimiento a la Postmodernidad. Gilbert Hottois)