Hello, I'm Johnny Cash...
sábado, agosto 22, 2009
viernes, agosto 21, 2009
BATTLESTAR GALÁCTICA
A finales de la década de los setentas del siglo pasado, y como consecuencia del arrollador influjo que tuvo el estreno de "Star wars" en le emergente industria del ocio mundial, el productor Glen A. Larson creó para la televisión "Battlestar Galáctica". En el transcurso de varias temporadas y algunas películas pata televisión que en España se estrenaron en cine, los supervivientes de una civilización humana inspirada de forma lejana en lo helénico escapaban de sus exterminadores, los cylones, en busca de un mítico planeta Tierra.
Guardo buenos recuerdos de aquella serie que reunía el encanto de la serie B cinematográfica que tenían todas aquellas series producidas en la década de los 70's... Argumentos eficaces, diálogos precisos, acción a raudales, personajes arquetípicos (el bueno, el malo, la chica, el amigo del bueno...); historias rápidas y fáciles en las que casi se transparentaba el planteamiento exposición-nudo-desenlace, narradas sin complicaciones por eficaces imitadores de Don Siegel.
Ahora, los tiempos han cambiado.
Y la diferencia que hay entre la vieja Galáctica y ésta que, desde el 2004 y durante cinco temporadas ininterrumpidas, viene emitiéndose por el canal sci-fi es la misma que existe entre la primera versión arcade de un juego de ordenador y su última y compleja versión basada en la realidad ampliada y los juegos de rol.
Manteniéndose la misma estructura básica de la historia, el planteamiento es mucho más complejo. Puede decirse que, aunque existen escenas de acción, "Battlestar Galáctica" apuesta por un planteamiento más complejo y lo curioso es que esta complicación descansa en los cylones, personajes que prácticamente eran blancos de tiro en la primera versión sólo apareciendo de forma oportuna para ser burlados o abatidos por los pilotos de Galáctica.
Ahora algunos de los cylones, los más avanzados, han abandonado sus formas robóticas para adoptar una forma humana.
En este sentido, la historia bucea en la complejidad que Phillip K. Dick introducía en su "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", la complejidad de un mundo donde máquinas y hombres tienen forma humana e incluso uno no puede estar realmente seguro de su propia condición, aspecto presente en el libro y no del todo bien reflejado en "Blade Runner", la película basada en la historia de Dick.
Los cylones están infiltrados entre los humanos y, lo que es más interesante, sienten una extraña atracción sado-masoquista hacia sus creadores que les lleva a mantener extrañas relaciones en las que se mezcla la pura observación científica con la fascinación por una especie que, aun siendo sus creadores, se les presentan complejos y llenos de emociones que a sus ojos robóticos les vuelven débiles... y, sin embargo, interesantes aunque sólo sea porque están realmente vivos.
En este sentido, la persecución que los cylones hacen de los supervivientes humanos tiene un componente sádico y perverso pues el enfrentamiento nunca es directo y los cylones parecen gatos que disfrutan poniendo al ratón humano en una situación comprometida detrás de otra... En todo momento, parecen tener un refinado plan a cuya resolución, como era de esperar, no se asiste en el final de la primera temporada.
Este aspecto, junto con un estupendo acabado en la producción propio de las mejores series de televisión del momento, convierten a "Galáctica" en un interesante entretenimiento... aunque, y todo sea dicho, no resulte suficiente como para entrar en mi Olimpo de las Grandes Series.
jueves, agosto 20, 2009
"I woke up as the sun was reddening; and that was the one distinct time in my life, the strangest moment of all, that i didn't know who i was... I was far away from home haunted and tired with travel, in a cheap hotel room i'd never seen, hearing the hiss of steam outside, and the creak of the old wood of the hotel, and footsteps upstairs and all the sad sounds, and i looked at the cracked ceiling and really didn't know who i was for about fifteen strange seconds. I wasn't scared. I was just somebody else, some stranger, and my whole life was a haunted life, the life of a ghost."
(On the road. The original scroll. Jack Kerouac)
miércoles, agosto 19, 2009
ENEMIGOS PÚBLICOS
Para mi gusto, le falta algo a "Enemigos públicos" para ser la obra maestra que casi todo el mundo dice que es.
Tengo la impresión de que "Enemigos públicos" quiere contar demasiadas cosas. Hay demasiados ejes narrativos desarrollándose en el espacio que define la duración de la película... La personalidad controvertida del propio Dillinger, la figura del ladrón de bancos como adalid de las clases humildes en la época de la Gran Depresión, la relación romántica de Dillinger, la evolución del crimen organizado y su consolidación como negocio, la profesionalización de los perseguidores, la siniestra presencia de Hoover, la oposición de personalidades entre Purvis y Dillinger... Afortunadamente la película termina bien y Michael Mann tiene un enorme talento para narrar pero, y "por en medio" la película no termina de entrar en casi ninguno de los temas que plantea. Algunos personajes simplemente desaparecen, algunas situaciones simplemente cambian y la historia avanza dejándolos atras porque apenas hay tiempo para explicarlas.
No está bien explicada la razón por la que el agente Purvis consigue el contacto de la madame rumana que finalmente traicionará a Dillinger. Uno tiene que imaginar que es porque los tiempos han cambiado y porque Dillinger se ha convertido en una recalcitrante molestia para un crimen organizado que ya es un negocio. Y si bien existe la escena en que Dillinger es rechazado por la mafia falta una secuencia que explique la razón puntual por la que los antiguos amigos deciden traicionarle y le dan a Purvis el contacto de la madame. Pero, y sin embargo, el Hoover que tan bien interpreta Billy Cudrup goza de una sobrerepresentación dentro de la historia. Hoover se limita a nombrar a Purvis y a presionarle para que le detenga. Todo lo demás sobra.
Estos desequilibrios de estructura y de objetivo en el guión creo que lastran la película y la impiden despegar hacia la lírica y la épica de este bandido adolescente.
Algunas cosas distraen.
La historia pasa de un eje a otro como un saltimbanqui con sindrome de Tourette y no deja tiempo al espectador para que las emociones maduren y la historia trascienda y termine respirando por los pulmones del espectador que la ha hecho suya.
Son detalles que marcan la diferencia entre una buena película y un clásico.
Se busca reemplazar la intensidad de la calidad por el abrumador peso de la cantidad de impresiones, situaciones, momentos, dialogos, disparos que se acumulan a lo largo de la duración de la película sin un claro propósito vertebrador.
Imagino que un proyecto tan caro no podía descansar sobre la insoportable levedad de una historia mucho más sencilla, al modo de Gun Crazy, Dark Passage, Badlands o They live by night, historias de héroes románticos que se abren paso a tiros en busca de un imposible mar, y por eso, y al final, la historia de Dillinger no es una de esas que nos sigue hasta casa.
Esa es la diferencia.
La historia de Dillinger aparentemente lo tiene todo como para que uno se la lleve a casa y lo curioso es que ya apenas la recuerdo...
Tiemblo pensando lo que Peckinpah habría hecho con una historia con tantas posibilidades...
Resumiendo.... "Enemigos públicos"... Entretenida pero, y para mi gusto, no está entre las mejores películas de Michael Mann... Es más... Lo único que hay en ella de Michael Mann como presunto autor es todo lo que rodea al agente especial Winstead (Stephen Lang) que, por cierto, tiene mucho que ver con el final de la película.
martes, agosto 18, 2009
"According to Kerouac, the circle of despair represents a belief that the experience of life is a regular series of deflections from one's goals. As one is deflected from a goal, Kerouac explains, he or she establishes a new goal from which he or she will inevitably also be deflected. To Kerouac this series of deflections does not assume the pattern of a ship's tacking into the wind, always moving forward; instead, Kerouac illustrates these deflections as a series of right-hand turns that continue until one makes a complete circle that circumscribes as unknowable thing that is central to... existence. Attempts to avoid the circle of despair will end in failure, Kerouac contends, for the straight line will take you only to death"
(The straight line will take you only to death, Joshua Kupetz)
O, lo que es lo mismo, el fracaso como modo primordial de conocerse a uno mismo y descubrir qué es aquello que más se desea ser circunscribiéndolo en un constante viaje vital en el que los objetos de deseo van cambiando...
miércoles, agosto 12, 2009
martes, agosto 11, 2009
lunes, agosto 10, 2009
EL SENTIDO DE LA VIDA
Aún contando con grandes hallazgos y momentos especialmente divertidos, "Monty Python's The meaning of life" no se encuentra, para mi gusto, entre las mejores películas de este colectivo de humoristas británicos.
El humor de los Monty Python siempre se caracterizó por la emergencia del absurdo en situaciones rigurosamente habituales... Ahora mismo recuerdo aquel sketch "My brain hurts" o aquellos juegos olimpicos en los que se corrían los cien metros lisos para personas sin sentido de la orientación...
Las instituciones sociales con sus dinámicas de roles proporcionan un enorme repertorio de situaciones habituales y, por extensión, los Monty Python escenificaron su teatro del absurdo en el interior de las más rancias instituciones dentro de la rancia sociedad británica: ejército, familia, religión...
Por eso resulta un "gracioso" contrasentido que el tema elegido para su última película como grupo fuera la explicación del sentido de la vida, una explicación que nos va a ser ofrecida por una serie de individuos cuyo mayor cualidad es precisamente la contraria: la puesta por obra del sinsentido dentro de la cotidianidad de lo social.
Y más allá de que el propio titulo sea el primero de los chistes que uno encuentra en el transcurrir de la película, hay un aspecto mucho más serio, más circular y completo. Recordemos la definición que Shakespeare hace la vida convirtiéndola en el furioso relato contado por un loco. Seguramente, con el evidente sinsentido y la evidente ausencia de un discurso que refiera ese sentido, los Monty Python se alinean con el viejo Shakespeare...
Nada tiene sentido y, sin embargo, sucede de forma irrecuperable... Y además la película tiene bastante de furioso relato porque incluye bastantes sketches que aparentemente sólo cuentan con la violencia (el partido de rugby celebrado entre profesores y alumnos o la donación "voluntaria" de higado o el enorme gordo que termina reventando) y repulsión (el enorme gordo que termina reventando en el contexto de un exquisito restaurante francés) como principal activo dramático.
No obstante, a pesar de Shakespeare, y pese a la estupenda buena intención que les presupongo, la película no está a la altura de las mejores de los Python. Los sketches resultan desiguales conviviendo momentos brillantes como el protagonizado por el edificio pirata o la cena con la muerte con otros no tan brillantes como el que sucede en la I guerra Mundial o el de los donantes de higado o el del restaurante finalizado en camara subjetiva siguiendo a un camarero hasta el hogar de su infancia.
De algún modo, y volviendo a recuperar la circularidad y completitud que a mi entender supone esta película, "The meaning of life" es una especie de número especial de su "Monty Python's Flying Circus", programa de televisión con el que se dieron a conocer y alcanzaron el éxito en Gran Bretaña; un número especial que pone fin a la carrera profesional de un grupo que ya no daba más de sí.
En este doble sentido, "The meaning of life" es la perfecta clausura a una trayectoria, la puesta por obra del verdadero sentido de la vida: todo lo que en algun momento empieza en otro, más adelante, ha de terminar... aunque resulte absurdo y/o nos parezca que debe continuar.
sábado, agosto 08, 2009
DESEANDO AMAR
Por muy poco, Li-Zhen (Maggie Cheung) alquila para ella y su maridola habitación que Chow (Tony Leung) deseaba alquilar para él y su mujer. Afortunadamente, Chow encuentra una habitación en el apartamento de al lado.
Ambas parejas serán vecinos y tienen en común que sus miembros no se ven entre sí. El marido de Li-Zhen es un hombre de negocios que constantemente está viajando y la mujer de Chow trabaja comor recepcionista en un hotel en el turno de noche.
El simple hecho de compartir un mismo horario hará que los caminos de Chow y Li-Zhen se entrecrucen dando lugar a una relación cuya razón de ser está basada en el mero peso específico de la soledad que cada uno siente dentro de su propia pareja y en la atracción que empiezan a sentir el uno por el otro.
De manera memorable y con su sentido exquisito para crear imágenes bellas, Wong Kar Kwei narra los sucesivos y pequeños encuentros entre ambos que van aumentando en duración e intensidad. Desde la simple coincidencia en un espacio hasta las primeras palabras intercambiadas pasando por los pequeños contactos físicos y las miradas... Para mi gusto ésta es la mejor parte de la película.
En un momento determinado de esa incipiente relación, durante una cena, ambos descubren en el otro objetos que les recuerdan a sus respectivas parejas, y, de una manera especial y maravillosa, por la familariedad de la corbata y el bolso que cada uno porta (muy parecidos a una corbata y bolso que han visto en su esposo y esposa), descubren la realidad de un engaño que ambos, por separado, empezaban a presentir. Un engaño que, al mismo tiempo y paradójicamente, volvía más profunda su soledad y les llevaba a buscarse el uno al otro con mayor necesidad.
Lo curioso es que, si en un principio lo facilitaba, este descubrimiento terminará complicando y enturbiando el incipiente amor que de forma natural estaba surgiendo entre ambos.
En algún momento, los dos protagonistas se dicen que ellos no son con como sus respectivos cónyuges y esa necesidad, nacida del dolor y el resentimiento, de diferenciarse de aquellos que les han traicionado les llevará a jamas consumar ese amor.
Nunca se atraverán a dar ese paso.
Incluso llegarán a encerrarse en la habitación 2046 de un hotel para escribir novelas de amor para un periódico, habitación que será el germen de "2046" la película en la que Kar Kwei narra el melancólico vivir de Chow recordando la magia de aquellos momentos vividos con Li-Zhen.
Lo dejarán pasar, morir, deseando amar a la persona equivocada y también a la persona correcta hasta que, al final, su propia relación languidezca y muera quedándoles a ambos el inmenso vacío de ese deseo que quedó por satisfacer, un deseo insatisfecho del que las ruinas del templo camboyano, a las que Chow susurra su melancólico y doloroso secreto en un intento desesperado por desembarazarse de él, es maravillosa y preciosa metáfora.
En realidad, y verdaderamente, tenían razón.
Chow y Li-Zhen no son como sus respectivos cónyuges... pero, seguramente y a juzgar por las expresiones de sus rostros y actitudes al final de la película, se equivocaron.
Debieran haberlo sido.
Maravillosa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)