lunes, febrero 07, 2011

INOLVIDABLE

Deadwood...



"Pain or damage don't end the world. Or despair, or fuckin beatin's. The world ends when you're dead. Until then you got more punishment in store.Stand it like a man, and give some back."
- Al Swearengen


LOS NEGROS

Para los formales, la figura de Jean Genet es un molesto enigma casi siempre resuelto con el rechazo. Si bien, ahora que Genet está muerto, y no cuenta con la capacidad de sorprender que da el hecho de estar vivo, y que es susceptible al control que da el hecho de estar muerto, lo es mucho menos que antes.

Siempre del lado de los humillados y ofendidos, Genet lleva hasta el extremo el discurso antitético que cuestiona desde una perspectiva revolucionaria y alternativa la sociedad de su tiempo situándose abiertamente del lado del mal, del crimen y los comportamientos abiertamente en contra de lo considerado legal y moralmente correcto por la sociedad. Y está claro que para Genet la existencia del mal no sólo tiene una raíz antropológica, si se quiere natural, sino también social. Porque para Genet, el mal es un recurso como otro cualquiera con el que cuentan los humillados y los ofendidos para expresar su diferencia, la distancia que les separa de un orden injusto erigido a costa de su carne y de su sangre.

Y siempre me ha parecido un discurso interesante, brillante ese juego de espejos entre el bien y el mal como manera muy directa de expresar el carácter ideológico y ocultamente justificado de los valores sociales y políticos.

Porque para Genet un criminal es un revolucionario que aún no ha vencido o que directamente ha fracasado.

Y este modo de pensar es veneno para los formales y su obsesión por el orden y el concierto, aunque ese orden y ese concierto estén erigidos sobre el vacío o un dolor que obstinadamente se empeñan en ignorar. Cambiándolo todo por la solitaria tranquilidad reseca de sus hogares vacíos.

Y todo ésto viene al cabo del brillante montaje que Miguel Narros, a través de los Teatros del Canal, ha presentado de "Los negros", una de sus últimas obras teatrales.

En ella, como en un compendio, está todo ese latir heterodoxo de Genet. Porque "Los negros" es a mi entender un enorme auto sacramental que representa sin tapujos el sacramento de la injusticia a través de la venganza de aquellos que la sienten en sus carnes desde que se levantan hasta que se acuestan. Y en este sentido, los negros se convierten en portavoz de todos esos humillados y ofendidos, en sumosacerdotes que ejecutan una cruel ceremonia de venganza cargados de razón y, sobre todo, de sentimiento.

Y a todos estos incuestionables valores que aporta el texto de Genet, se añade la genuina aportación del montaje de Miguel Narros, que presenta con brillantez apabullante una representación orgánica, directa, física, que es casi una comedia musical en la que los cuerpos y las palabras que éstos pronuncian se desplazan sobre el escenario con precisión matemática, con precisa belleza, añadiendo a las cualidades propias de la obra un aroma formal que encaja de manera perfecta con el fondo discursivo.

¡Dios es blanco!

Brillante.


IRMA THOMAS

Cold rain...



"Pedí al «especialista» que saltara por la borda y se negó:
—Hay demasiada marejada.
Entonces George O'Brien, que era el protagonista, dice:
—Yo los doblo a todos.
Y se dedicó a cambiarse de ropa y saltar por la borda.
J. Farrell McDonald llevaba años sin beber, pero había ido a Tijuana y había vuelto más borracho que una cuba y nadie quería hablar con él, de manera que llega J. Farrell tambaleándose por la cubierta superior, mira abajo y dice:
—¿Qué estáis haciendo?
—Yo, rodando —le dije.
—¿Está en marcha la cámara? —pregunta.
—Sí.
—¡No quiero que me doble nadie! —grita, y hace un salto precioso, de doce metros, pega en el agua y se echa a nadar (por entonces debía tener sesenta años). Volvió sereno..."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

domingo, febrero 06, 2011

"---¿Otro whisky con soda?---preguntó el camarero.
---No digas nunca otro. Es de mala educación. Limítate a decir un whisky con soda. Un buen camarero no le restriega nunca a un cliente por las narices su falta de fuerza de voluntad."
(El desencantado, Budd Schulberg)

Amén.
"El índice de mortalidad de los escritores sigue siendo alto en América. ¿Sabes por qué?--- Hizo señas al camarero para que le sirviera otra copa. ---La idea americana del éxito. No hay peor fracaso que el éxito. Prueba a escribir un best seller, una obra taquillera, un Gran Éxito. Hazlo y te harás rico y famoso. Los escritores quedan atrapados en el sistema americano. Bombo. Cócteles. Lista de superventas. La adoración del éxito."
(El desencantado, Budd Schulberg)
ALGO ARDE EN LA DISTANCIA


sábado, febrero 05, 2011

"Cuando en la taberna donde los tres están descansando entra la mujer de Stalker, el escritor y el científico son testigos de un fenómeno misterioso, incomprensible para ellos: ante ellos tienen una mujer a la que la forma de ida que lleva y el nacimiento de una hija impedida le han supuesto infinito dolor, pero que sigue amando a su marido con la misma entrega y cariño que en su primera juventud. Ese amor, esa entrega, es el último milagro que se puede oponer a la falta de fe, al cinismo y al vacío del mundo moderno. Y también el escritor y el sabio son victimas de ese mundo moderno."
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)

Todo es peligroso.

El sol en invierno,
el frío en verano.

Todo es preocupante

El sol en verano,
el frío en invierno.

Santo miedo nuestro a todas las cosas,
sálvanos.
JERRY FISH & THE MUDBUG CLUB

True Friends...

EL JOVEN LINCOLN

El mejor John Ford siempre es tremendamente conmovedor y en esta película que, para mi gusto, está entre lo mejor de su filmografía uno encuentra por todas partes al mejor John Ford.

Como bien anuncia el titulo de la película, "El joven Lincoln" nos presenta la personalidad de Abraham Lincoln a través de un acontecimiento puntual de su juventud como abogado en Illinois. Y una de las grandes virtudes que tiene "El joven Lincoln" es presentarnos una personalidad a través del modo en que se comporta en un determinado momento de su vida. Porque no es necesario contar una vida para hacernos una idea del personaje. Un pequeño momento o detalle debiera bastar para expresar de forma metonímica la totalidad.

No es que el tiempo no sea importante, que lo es. Lo único que sucede es que seguramente su papel está sobrevalorado frente el imperceptible, pero tremendo peso, que los instantes por si mismos ejercen sobre una vida, sobre una biografía. Así, y del mismo modo que un instante puede explicar una vida, una vida puede ser explicada por un instante... pero esa es otra historia.

En cualquier caso, y por el modo en que el joven Abraham Lincoln, defiene a dos campesinos de una acusación de homicidio, uno comprende claramente que ese abogado es alguien especial, llamado a desempeñar las altas responsabilidades que más tarde desempeñó. Es especialmente memorable, la secuencia final de la película. Imágenes de Lincoln subiendo en solitario una colina, a contraluz y bajo una tormenta, como preciosa metáfora del duro destino que la vida tiene reservado al ignorante joven.

Y además, como comento, tenemos a un John Ford en estado puro, con su capacidad de entender personajes y situaciones desde lo emocional, desde la pureza del esfuerzo propio y el sacrificio por los demás, componiendo imágenes que significan intensamente por si solas y que nos hablan de una imposible arcadia comunitaria habitada por buenos salvajes incapaces de relacionarse de una manera interesada los unos con los otros.

Su cine empieza a quedarse viejo. No es para cínicos.

"David Peat: Lo que necesitamos no es tanto ideas científicas nuevas, aunque éstas continuarán siendo de gran interés. La cuestión es: ¿cómo puede la ciencia, cuando está basada en una actitud fragmentaria hacia la vida, llegar a entender la esencia de los auténticos problemas, que dependen de un contexto indefinidamente extenso? La respuesta no se encuentra en la acumulación de más y más conocimiento. Lo que se necesita es sabiduría. Es la ausencia del saber lo que causa la mayoría de nuestros problemas más graves, más que una ausencia del conocimiento."
(Ciencia, orden y creatividad, David Bohm y David Peat)
"Nuestra consciencia no se crea por sí misma sino que emana de profundidades desconocidas. Despierta paulatinamente en el niño y despierta cada mañana, de la profundidad del sueño, de un estado inconsciente. Es como un niño que es dado a luz diariamente por la causa remota maternal del inconsciente."
(Simbolismo del espíritu, Carl Gustav Jung)
JERRY FISH & THE MUDBUG CLUB

True friends...


jueves, febrero 03, 2011

JAZMINES EN EL PELO

Poco a poco aparecen los discursos que ponen en evidencia nuestra crueldad al contemplar los acontecimientos, la misma y vieja y crueldad de occidente que siempre ha utilizado el resto del mundo en su propio beneficio... y aún no ha dejado de hacerlo, sólo que ahora no sólo lo hace desde lo material sino también desde lo simbólico.

Empezamos a preocuparnos por lo que puede haber detrás, estructurando los motines populares que están sucediendo en algunos países del oriente próximo y medio. Vivimos en un mundo tan profundamente penetrado por los intereses que, primero, no podemos creer que las cosas surjan espontáneamente. Nuestro propio miedo a la verdadera libertad, no a la que nos permite elegir entre Carrefour o Alcampo, nos incapacita para entender y, por contra, nos capacita para sospechar, intuir alargadas sombras que están detrás arrebatando a los individuos capacidades que precisamente generaron el mundo tal y como lo conocemos: quién estaba detrás de la Revolución Francesa o de la Revolución Norteamericana o del Renacimiento.

Se nos olvida que para que algo prenda tiene que tener donde prender. Las ideas no triunfan por si solas. Lo hacen en situaciones que devienen favorables por errores y decadencias de una realidad que es criticada y cuestionada por aquellas. ¿Por qué la revolución socialista solo fue posible en Rusia? ¿Por qué fracasó en Alemania?

Pura proyección.

Se nos olvida también que todo esto empezó porque un frutero tunecino se prendió fuego al chocar contra la violencia arbitraria e injusta que un estado totalitario ejerció contra él cerrándole la única fuente de sustento. A veces, una pequeña chispa es suficiente para que el fuego prenda. Es suficiente si la realidad está empapada de acelerantes como el el paro, la escasez, la inflación; acelerantes de cuya existencia somos directamente responsables nosotros y nuestra crisis financiera basada en la avaricia y el beneficio que ignora las consecuencias.

Se nos olvidan los efectos que esta crisis ha tenido sobre los países menos avanzados, sobre ese resto del mundo que no sube vídeos a youtube o no está pendiente del último gadget de Apple.

Leed esto:

"La Crisis política de Túnez en 2010 y 2011, también conocida como Revolución tunecina o Intifada de Sidi Bouzid, puesto que comenzó en la ciudad de Sidi Bouzid, se inició como una serie de protestas democráticas, con gran presencia de jóvenes, que sentaron un precedente en el mundo árabe y consiguieron derrocar al gobierno autocrático de Ben Ali. Los medios de comunicación han tomado como fecha de inicio el 17 de diciembre de 2010, cuando el joven diplomado informático Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo para protestar por la acción de la policía que, al confiscarle su puesto callejero de venta de frutas, le había condenado al paro, y continuaron por la reacción de la población con fuertes protestas ante el suceso, así como por el incremento excesivo de los precios en los alimentos básicos, la corrupción, las malas condiciones de vida de los habitantes tunecinos y la falta de oportunidades para superar la crisis económica que sufría el país desde 2008."
(Leer más)

La gente no va quemándose por ahí cuando le cierran el puesto de frutas. Hay una gran desesperación en ese gesto.

¿Por qué no simplificamos las cosas?

¿Por qué no nos imaginamos cada vez que vemos las imágenes de Tunez y Egipto a gente tan desesperada como el frutero tunecino?

Igual nos las creeríamos más y no jugaríamos, desde nuestra aburrida opulencia derrochadora, a ver quién es el más listo pergeñando teorías conspirativas. Y eso que algunas de ellas terminarán siendo verdad, pero simplemente porque se ha creado la oportunidad, un espacio vacío destinado a ser aprovechado por revolucionarios y aventureros.

Pero no lo hacemos. Preferimos el asombro y la sospecha.

No podemos entender que la gente esté harta y salga a las calles o se prenda fuego, seguramente porque es una conducta que ya no concebimos en nosotros cada vez más convertido en ladrillos correctos y formales que se suman al muro de la Torre de Babel que interminablemente se construye en busca del cielo de la imposible satisfacción de todos los deseos.

Tiene que haber una mano invisible, una inteligencia que lo organice todo y olvidamos lo que es una sociedad realmente viva, una sociedad que sale a la calle, que se niega aceptar que las cosas sean de una determinada manera.

Los islamistas no están haciendo otra cosa que frotarse las manos. Somos nosotros, los formales occidentales, quienes les hemos puesto la oportunidad en bandeja de plata.

Porque los motines causados por la escasez han existido siempre, a lo largo de toda la historia de la humanidad. No es necesario que ningún grupo secreto o terrorista los estructure. Y no entiendo como algo tan sencillo y simple no se comprende y se opta por intentar la cuadratura del circulo intentando que esa espontaneidad popular se comporte de acuerdo a lo que nos conviene.

La caja de Pandora está ya abierta y quienes la abrieron tienen ya lo que querían: sus comisiones, indemnizaciones millonarias y piscinas climatizadas. Lo que no podemos pretender es que ademas la gente en Tunez, Egipto o Yemen se muera de hambre sin intentar nada.

No seamos crueles. No les neguemos la capacidad para sentir esa identidad desesperada sin necesidad de ser manipulados y tampoco les neguemos el valor de rebelarse contra esa realidad que les desespera; un valor que, por cierto, nosotros no tenemos.

Quizá arrojarse en brazos de los islamistas con jazmines en pelo sea lo último que en su desesperación les quede.

"David Bohm: Al concentrarnos en este tipo de análisis y dividir constantemente los problemas en distintas áreas especializadas, vamos ignorando el contexto más amplio que da a las cosas su unicidad. De hecho, ese espíritu se está extendiendo ahora más allá de la ciencia, no sólo a la tecnología sino a nuestra visión general de la vida como un todo. Conocer se valora en la actualidad como la posesión de los medios para predecir, controlar y manipular las cosas. Desde Francis Bacon eso ha sido siempre muy importante, pero nunca tan predominante como hoy día.
David Peat: Sí, la ciencia se ha estado desarrollando a ritmo acelerado desde el siglo XIX, y trae con ella un sinfín de cambios tecnológicos. Pero es relativamente reciente el que tanta gente haya comenzado a plantearse si todo este progreso es en realidad beneficioso. Comenzamos a darnos cuenta de que el precio del progreso es cada vez una mayor especialización y fragmentación, hasta el punto de que toda la actividad está perdiendo su significado. Pienso que a la ciencia le ha llegado el momento de detenerse y observar cuidadosamente hacia dónde se dirige."
(Ciencia, orden y creatividad, David Bohm y David Peat)
"En la meditación profunda, la mente permanece totalmente alerta. Además de la percepción asensorial de la realidad, capta también todos los sonidos, imágenes y otras impresiones del entorno, pero no se aferra a las imágenes sensoriales para analizarlas o interpretarlas. No les permite que distraigan su atención. Este estado de consciencia no difiere del estado mental de un guerrero que extremadamente alerta espera un ataque, registrando todo cuanto sucede a su alrededor pero sin permitir que lo distraiga ni un solo instante. El maestro Zen Yasutani Roshi se sirve de esta imagen en su descripción del shikan-taza, la práctica de la meditación Zen:

'Shikan-taza es un elevado estado de consciencia concentrada, en el que no se siente tensión ni prisa, ni por supuesto, pereza. Es la mente de quien se enfrenta a la muerte. Imagina que te ves involucrado en un duelo al estilo de los que tenían lugar antiguamente en Japón. Encaras a tu oponente vigilante, dispuesto y preparado. Si relajases tu vigilancia tan sólo un instante serías instantáneamente segado. Una multitud se agolpa para ver la pelea. Como no eres ciego los ves con el rahillo del ojo, y puesto que no eres sordo. los oyes. Pero ni tan siquiera un momento se ve tu atención atrapada por estas impresiones sensoriales.'

A causa de la similitud existente entre el estado meditativo y el estado mental del guerrero, la imagen del guerrero juega un importante papel en la vida espiritual y cultural de oriente."
(El Tao de la física, Frijot Capra)

"¿Cómo trabajaba usted con los cámaras? Por ejemplo, con Schneidermann?
Bueno, a mí me gusta que las sombras sean negras y la luz del sol blanca. Y me gusta poner algunas sombras en la luz. Hablábamos del asunto y yo decía:
—Aquí mismo, George.
—Está bien, me iré un poco a la derecha —decía él.
—Adelante —le contestaba yo.
Trabajábamos juntos. Nunca he tenido una discusión con un fotógrafo."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

miércoles, febrero 02, 2011

"El cine, gracias a las nuevas tecnologías, afortunadamente ya no es el tren eléctrico más caro del mundo, como decía Orson Welles. Otra cosa es que los que quieren hacer cine quizás lo que en realidad quieren es un instante de esplendor en la alfombra roja. Algo pasajero, burbujeante, efímero, banal. Y si me preguntan, muy muy aburrido. Son cosas diferentes y, a menudo, contradictorias... Es nuestro deber saber (o intentarlo al menos) dónde estamos y avanzar, aunque sea a ciegas y con multitud de traspiés, hacia algo que no conocemos aún, pero que nos va a llevar muy lejos de la zona de confort donde estamos instalados. Arriesgar, experimentar, explorar lo desconocido, poner lo mejor de nosotros en lo que hacemos sin tener el ojo puesto en la taquilla, el prestigio o nuestra propia vanidad es el único camino posible que se me ocurre. "
(Si estás muerto, por qué bailas, Isabel Coixet)


martes, febrero 01, 2011

"Las películas de dos rollos se hacían en unos cinco días, seis como mucho. Nos íbamos todos a caballo a los exteriores, rodábamos hasta que oscurecía, y luego acampábamos con sacos de dormir. Nos quedábamos allí hasta que terminábamos la película y luego volvíamos a caballo otra vez."
(John Ford, Peter Bogdanovich)