ROBBIE ROBERTSON
Night parade...
domingo, diciembre 04, 2011
EL EJERCITO DE LAS SOMBRAS
Basada en la novela homónima de Joseph Kessel, "El ejército de las sombras" es una de las grandes películas de Jean Pierre Melville, que es para mi gusto uno de los mejores directores cinematográficos franceses de la segunda mitad del siglo XX.
Sucediendo en 1942, en el momento cumbre del esfuerzo nazi por dominar Europa, "El ejército de las sombras" nos cuenta los primeros esfuerzos de la resistencia francesa por oponerse a lo que en aquel momento era la omnipotente y poderosa ocupación alemana.
La historia se centra en Phillipe Gerbier (magnífico Lino Ventura), uno de los líderes de la resistencia, y el grupo de individuos que se encuentran a sus ordenes.
"El ejército de las sombras" muestra por encima de todo, por encima de las concretas acciones que el grupo lleva a cabo, el tremendo esfuerzo que supone para cada uno de ellos optar por ese difícil camino.
La cotidianidad de una vida de sacrificio, en muchos casos sin el menor sostén de esperanza, obedeciendo a esa voz interior que todos escuchamos y, como casi todos los personajes de Melville, aceptando estoicamente las consecuencias inevitables de cada toma de decisión, de cada acción, que les aleja un poco más de cualquier posibilidad de salvación.
El cine de Melville conjuga siempre, con pocas palabras y mucha acción, el inevitable drama que casi siempre supone hacer acto de presencia y ser desde la honestidad primigenia de escuchar esa voz, una voz que desde lo más profundo nos relata el camino que debemos seguir sin importar las consecuencias, generalmente dolosas que el cuerpo de uno puede recibir.
En cierto sentido, sus personajes son la máxima expresión de ese ideal caballeresco y guerrero que los antiguos griegos llamaban "areté" y que no es otra cosa que saber estar a la altura de aquello que el caprichoso destino presenta cumpliendo con el deber de estar también a la altura de lo que se espera de uno... Y lo que se espera de un ciudadano es resistencia y patriotismo hasta el final.
Dentro de ese escenario, la comedia humana con el despliegue de todos los matices que permite el carácter del ser humano... el heroísmo, la traición, el sacrificio, el deber, la cobardía... en un territorio extremo donde la muerte puede esperar a la vuelta de la siguiente esquina.
Los griegos eran comprensivos para quienes cedían, para aquellos que decidían no permanecer con Leónidas en el desfiladero de las Termópilas, porque entendían las complejidades de la naturaleza humana, pero no olvidaban lo importante y reservaban un lugar especial a aquellos que trascendían todas aquellas pequeñas miserias de la condición humana y se transfiguraban en semidioses aceptando el papel que en su interminable obra teatral el destino les ofrece.
Porque lo propio del ser humano es precisamente no ceder ante las presiones que sobre la conciencia moral ejerce el animal que también somos. Ese animal que sólo quiere no pasar frío, tener el estómago lleno, ser neoliberal y en definitiva vivir un día mas.
Lo estrictamente humano es presentar batalla asumiendo que quizá no haya un día más persiguiendo la perfección, la realización en la tierra de ese ideal que llevamos en la cabeza.
Y en este sentido, domar al animal y apuntarse con él a la resistencia es un absoluto y completo acto de humanidad, de "Areté" en línea directa con Aquiles, Leónidas o Hector.
La materia de la que están hechas los héroes.
Brillante.
Basada en la novela homónima de Joseph Kessel, "El ejército de las sombras" es una de las grandes películas de Jean Pierre Melville, que es para mi gusto uno de los mejores directores cinematográficos franceses de la segunda mitad del siglo XX.
Sucediendo en 1942, en el momento cumbre del esfuerzo nazi por dominar Europa, "El ejército de las sombras" nos cuenta los primeros esfuerzos de la resistencia francesa por oponerse a lo que en aquel momento era la omnipotente y poderosa ocupación alemana.
La historia se centra en Phillipe Gerbier (magnífico Lino Ventura), uno de los líderes de la resistencia, y el grupo de individuos que se encuentran a sus ordenes.
"El ejército de las sombras" muestra por encima de todo, por encima de las concretas acciones que el grupo lleva a cabo, el tremendo esfuerzo que supone para cada uno de ellos optar por ese difícil camino.
La cotidianidad de una vida de sacrificio, en muchos casos sin el menor sostén de esperanza, obedeciendo a esa voz interior que todos escuchamos y, como casi todos los personajes de Melville, aceptando estoicamente las consecuencias inevitables de cada toma de decisión, de cada acción, que les aleja un poco más de cualquier posibilidad de salvación.
El cine de Melville conjuga siempre, con pocas palabras y mucha acción, el inevitable drama que casi siempre supone hacer acto de presencia y ser desde la honestidad primigenia de escuchar esa voz, una voz que desde lo más profundo nos relata el camino que debemos seguir sin importar las consecuencias, generalmente dolosas que el cuerpo de uno puede recibir.
En cierto sentido, sus personajes son la máxima expresión de ese ideal caballeresco y guerrero que los antiguos griegos llamaban "areté" y que no es otra cosa que saber estar a la altura de aquello que el caprichoso destino presenta cumpliendo con el deber de estar también a la altura de lo que se espera de uno... Y lo que se espera de un ciudadano es resistencia y patriotismo hasta el final.
Dentro de ese escenario, la comedia humana con el despliegue de todos los matices que permite el carácter del ser humano... el heroísmo, la traición, el sacrificio, el deber, la cobardía... en un territorio extremo donde la muerte puede esperar a la vuelta de la siguiente esquina.
Los griegos eran comprensivos para quienes cedían, para aquellos que decidían no permanecer con Leónidas en el desfiladero de las Termópilas, porque entendían las complejidades de la naturaleza humana, pero no olvidaban lo importante y reservaban un lugar especial a aquellos que trascendían todas aquellas pequeñas miserias de la condición humana y se transfiguraban en semidioses aceptando el papel que en su interminable obra teatral el destino les ofrece.
Porque lo propio del ser humano es precisamente no ceder ante las presiones que sobre la conciencia moral ejerce el animal que también somos. Ese animal que sólo quiere no pasar frío, tener el estómago lleno, ser neoliberal y en definitiva vivir un día mas.
Lo estrictamente humano es presentar batalla asumiendo que quizá no haya un día más persiguiendo la perfección, la realización en la tierra de ese ideal que llevamos en la cabeza.
Y en este sentido, domar al animal y apuntarse con él a la resistencia es un absoluto y completo acto de humanidad, de "Areté" en línea directa con Aquiles, Leónidas o Hector.
La materia de la que están hechas los héroes.
Brillante.
sábado, diciembre 03, 2011
BIG FISH
A su manera, el sentido también es una historia.
Es la historia de las historias, la que nos hace ser lo que somos y que, al mismo tiempo, hace que todo el resto de historias sean posibles.
Es lo que enlaza a las cosas y las sitúa como parte de un paisaje enlazándolas en una determinada configuración dotada de un significado o de una intención.
El ser humano por encima de todo es un agente productor de sentido y en ello subyace, impulsándolo, lo más esencial: lo que cada uno cree que es, que busca o que quiere. A partir de ese punto, la realidad se convierte en un espacio para buscar, para encontrar, para producir.
Como escribía Heidegger en ese inmenso y maravilloso "ladrillo" llamado "Ser y tiempo", el dasein, el ente que existe en un concreto espacio y tiempo está para "cuidarse de", para realizar un determinado trabajo, una determinada misión y el plano en el que está escrito ese tesoro, mientras se nos derrama el tiempo entre las manos, es ese sentido.
La potencialidad que creemos ser y que no podemos hacer otra cosa que desarrollar.
"Big Fish" es una hermosa fábula sobre la necesidad que el ser humano tiene de esas historias, de ese sentido capaz de transfigurar las cosas y convertirlas en hermosas.
Exactamente eso es lo que hace Edward, el protagonista de esta película que sin duda es una de las mejores películas de Tim Burton.
Ante la incomprensión de su hijo que sólo ve un charlatán pesado, Edward ha hecho de las historias su propia vida o de su propia vida una historia.
Esta línea argumental se complementa en este punto con la segunda, la de la complicada relación paterno-filial que ambos personajes arrastran y que culminará de una manera terriblemente hermosa porque participar del sentido que los otros quieren darle las cosas también es un acto de amor.
Especial.
A su manera, el sentido también es una historia.
Es la historia de las historias, la que nos hace ser lo que somos y que, al mismo tiempo, hace que todo el resto de historias sean posibles.
Es lo que enlaza a las cosas y las sitúa como parte de un paisaje enlazándolas en una determinada configuración dotada de un significado o de una intención.
El ser humano por encima de todo es un agente productor de sentido y en ello subyace, impulsándolo, lo más esencial: lo que cada uno cree que es, que busca o que quiere. A partir de ese punto, la realidad se convierte en un espacio para buscar, para encontrar, para producir.
Como escribía Heidegger en ese inmenso y maravilloso "ladrillo" llamado "Ser y tiempo", el dasein, el ente que existe en un concreto espacio y tiempo está para "cuidarse de", para realizar un determinado trabajo, una determinada misión y el plano en el que está escrito ese tesoro, mientras se nos derrama el tiempo entre las manos, es ese sentido.
La potencialidad que creemos ser y que no podemos hacer otra cosa que desarrollar.
"Big Fish" es una hermosa fábula sobre la necesidad que el ser humano tiene de esas historias, de ese sentido capaz de transfigurar las cosas y convertirlas en hermosas.
Exactamente eso es lo que hace Edward, el protagonista de esta película que sin duda es una de las mejores películas de Tim Burton.
Ante la incomprensión de su hijo que sólo ve un charlatán pesado, Edward ha hecho de las historias su propia vida o de su propia vida una historia.
Esta línea argumental se complementa en este punto con la segunda, la de la complicada relación paterno-filial que ambos personajes arrastran y que culminará de una manera terriblemente hermosa porque participar del sentido que los otros quieren darle las cosas también es un acto de amor.
Especial.
jueves, diciembre 01, 2011
La sensación es inequívoca.
El viento entra por la ventanilla abierta, le golpea el rostro con violencia.
Y la disfruta.
Es su estar el que avanza, chocando contra la
transparente red de resistencias
construida en su derredor por el hábito
con blanca materia de espacio y tiempo.
construida en su derredor por el hábito
con blanca materia de espacio y tiempo.
Muy pronto, quizá en la siguiente curva, por completo la habrá roto.
La realidad suele ser todo aquello que nos contradice...
Nadie habla del fracaso del gobierno conservador británico para sacar adelante su economía con medidas neoliberales de austeridad, de su particular choque contra la realidad...
Desde el comienzo de toda esta locura llamada crisis que también y por encima de todo es una conspiración contra la gente, Paul Krugman se ha empeñado casi siempre con éxito en detectar todas esas contradicciones hace un comentario en su blog al respecto:
"And yet what’s happening in Britain now is that depressed estimates of long-run potential are being used to justify more austerity, which will depress the economy even further in the short run, leading to further depression of long-run potential, leading to …
It really is just like a medieval doctor bleeding his patient, observing that the patient is getting sicker, not better, and deciding that this calls for even more bleeding."
(Leer más)
Nadie habla del fracaso del gobierno conservador británico para sacar adelante su economía con medidas neoliberales de austeridad, de su particular choque contra la realidad...
Desde el comienzo de toda esta locura llamada crisis que también y por encima de todo es una conspiración contra la gente, Paul Krugman se ha empeñado casi siempre con éxito en detectar todas esas contradicciones hace un comentario en su blog al respecto:
"And yet what’s happening in Britain now is that depressed estimates of long-run potential are being used to justify more austerity, which will depress the economy even further in the short run, leading to further depression of long-run potential, leading to …
It really is just like a medieval doctor bleeding his patient, observing that the patient is getting sicker, not better, and deciding that this calls for even more bleeding."
(Leer más)
miércoles, noviembre 30, 2011
martes, noviembre 29, 2011
Los datos siempre son los datos...
"En todas estas interpretaciones se ignora la escasa calidad democrática del sistema electoral español. Veamos los datos. El PP consiguió sólo el 30% del voto del censo electoral, es decir, de todos los españoles adultos que podían votar. Ello quiere decir que el 70% no le votó. No es cierto, por lo tanto, que el pueblo español que incluye, además de los votantes del PP, a los abstencionistas y a los votantes de otras opciones políticas, haya dado su apoyo al PP y a sus políticas de austeridad. La gran mayoría del pueblo español no votó al PP, ni apoya sus políticas. Es más, los datos tampoco confirman que haya habido un movimiento del pueblo español hacia la derecha. El voto del PP fue del 30,27% de todas las personas que podían votar, que fue sólo un 0,96% (repito, sólo un 0,96%) más del que consiguió en 2008 en las anteriores elecciones legislativas (un 29,31%). Es difícil sostener que ha habido un tsunami a favor del PP, la expresión utilizada en la mayoría de los medios. Continúa siendo un partido que, bajo un sistema proporcional que diera el mismo peso a todos los votos, sería minoritario. Su aumento acentuado de número de parlamentarios se debe primordialmente al colapso del PSOE, que pasó de representar el 32,19% del censo electoral al 19,49%, precisamente por haber hecho los recortes que ahora el PP quiere expandir. No es coherente argumentar que hay un mandato popular para realizar las políticas de austeridad del PP cuando el PSOE fue expulsado del Gobierno precisamente por llevar a cabo tales políticas."
(¿Dónde está el tsunami?, Vicenç Navarro)
La frase de McLuhan han evolucionado de "el medio es el mensaje" hasta "el medio nos da el mensaje"...
"En todas estas interpretaciones se ignora la escasa calidad democrática del sistema electoral español. Veamos los datos. El PP consiguió sólo el 30% del voto del censo electoral, es decir, de todos los españoles adultos que podían votar. Ello quiere decir que el 70% no le votó. No es cierto, por lo tanto, que el pueblo español que incluye, además de los votantes del PP, a los abstencionistas y a los votantes de otras opciones políticas, haya dado su apoyo al PP y a sus políticas de austeridad. La gran mayoría del pueblo español no votó al PP, ni apoya sus políticas. Es más, los datos tampoco confirman que haya habido un movimiento del pueblo español hacia la derecha. El voto del PP fue del 30,27% de todas las personas que podían votar, que fue sólo un 0,96% (repito, sólo un 0,96%) más del que consiguió en 2008 en las anteriores elecciones legislativas (un 29,31%). Es difícil sostener que ha habido un tsunami a favor del PP, la expresión utilizada en la mayoría de los medios. Continúa siendo un partido que, bajo un sistema proporcional que diera el mismo peso a todos los votos, sería minoritario. Su aumento acentuado de número de parlamentarios se debe primordialmente al colapso del PSOE, que pasó de representar el 32,19% del censo electoral al 19,49%, precisamente por haber hecho los recortes que ahora el PP quiere expandir. No es coherente argumentar que hay un mandato popular para realizar las políticas de austeridad del PP cuando el PSOE fue expulsado del Gobierno precisamente por llevar a cabo tales políticas."
(¿Dónde está el tsunami?, Vicenç Navarro)
La frase de McLuhan han evolucionado de "el medio es el mensaje" hasta "el medio nos da el mensaje"...
lunes, noviembre 28, 2011
Me gusta ver "True Grit".
Como ya he escrito alguna vez se trata de un relato inspirado en la épica de la escasez y del esfuerzo. Algo bastante desconocido en nuestros tiempos.
Escasez de todo, y especialmente de tiempo como dice en "off" la protagonista de la película casi al término de la misma.
El tiempo se nos escapa de entre las manos, como agua o como arena, de manera inevitable.
Y a veces pienso que si hay algo parecido a la verdad siempre se encuentra del lado de la escasez. Las cosas realmente importantes apenas nos suceden unas cuantas veces a lo largo de nuestras vidas... y por eso son importantes, porque no abundan y precisamente porque no abundan las echamos en falta, las valoramos y finalmente las queremos.
Curiosamente, en la abundancia, sucede lo contrario.
La enésima repetición de lo mismo nos estraga y no podemos valorar aquello que se nos ofrece una y otra vez.
Se trata de un espejismo.
Debajo de esta abundancia sigue existiendo la verdadera vida y la verdadera vida se caracteriza por la escasez. No es tan fácil encontrar un amigo de verdad o un lugar en el que realmente nos encontremos bien, cosas y personas de las que bajo ningún concepto prescindiríamos. Solo prescindimos y nos cansamos de los sucedáneos de las cosas que se nos dan en lugar de aquello que en realidad deberíamos tener.
Y lo difícil en esta vida es llegar a una de esas conclusiones definitivas en las que uno verdaderamente tiene claro lo que realmente quiere.
Y esos momentos también son escasos... pero con su sola presencia pueden llegar a justificar una vida.
El mercado lo sabe bien y replica ese mecanismo cada día amparándose en la necesidad que tenemos de sabernos justificados cada noche que regresamos a casa.
Igual que los vendedores de mágicos elixires, nos vende cada día el milagro de la justificación sin esfuerzo, sin escasez. Pero hay cosas que afortunadamente no pueden comprarse ni venderse, cosas que quizá necesitan toda una vida para suceder... pero no se puede hacer negocio con éso.
El sentido no se puede comprar ni vender.
El relato que se nos cuenta en "True Grit" ha necesitado de toda una vida para cuajarse, para cobrar sentido, para emocionarnos porque sabemos que la protagonista, como todos y cada uno de nosotros, tenemos sólo una bala y debemos escoger cuándo y cómo dispararla. Y a la luz de lo que la protagonista dice al final de la historia, que en definitiva es su historia, nos queda claro que valió la pena dispararla junto a Rooster Cogburn, en aquel ya perdido momento del tiempo.
Y es entonces cuando se produce la descarga poética.
Escuchamos el disparo y después el silencio.
Pero lo que permanece es el silencio recordándonos la verdadera fragilidad de nuestra condición.
Como ya he escrito alguna vez se trata de un relato inspirado en la épica de la escasez y del esfuerzo. Algo bastante desconocido en nuestros tiempos.
Escasez de todo, y especialmente de tiempo como dice en "off" la protagonista de la película casi al término de la misma.
El tiempo se nos escapa de entre las manos, como agua o como arena, de manera inevitable.
Y a veces pienso que si hay algo parecido a la verdad siempre se encuentra del lado de la escasez. Las cosas realmente importantes apenas nos suceden unas cuantas veces a lo largo de nuestras vidas... y por eso son importantes, porque no abundan y precisamente porque no abundan las echamos en falta, las valoramos y finalmente las queremos.
Curiosamente, en la abundancia, sucede lo contrario.
La enésima repetición de lo mismo nos estraga y no podemos valorar aquello que se nos ofrece una y otra vez.
Se trata de un espejismo.
Debajo de esta abundancia sigue existiendo la verdadera vida y la verdadera vida se caracteriza por la escasez. No es tan fácil encontrar un amigo de verdad o un lugar en el que realmente nos encontremos bien, cosas y personas de las que bajo ningún concepto prescindiríamos. Solo prescindimos y nos cansamos de los sucedáneos de las cosas que se nos dan en lugar de aquello que en realidad deberíamos tener.
Y lo difícil en esta vida es llegar a una de esas conclusiones definitivas en las que uno verdaderamente tiene claro lo que realmente quiere.
Y esos momentos también son escasos... pero con su sola presencia pueden llegar a justificar una vida.
El mercado lo sabe bien y replica ese mecanismo cada día amparándose en la necesidad que tenemos de sabernos justificados cada noche que regresamos a casa.
Igual que los vendedores de mágicos elixires, nos vende cada día el milagro de la justificación sin esfuerzo, sin escasez. Pero hay cosas que afortunadamente no pueden comprarse ni venderse, cosas que quizá necesitan toda una vida para suceder... pero no se puede hacer negocio con éso.
El sentido no se puede comprar ni vender.
El relato que se nos cuenta en "True Grit" ha necesitado de toda una vida para cuajarse, para cobrar sentido, para emocionarnos porque sabemos que la protagonista, como todos y cada uno de nosotros, tenemos sólo una bala y debemos escoger cuándo y cómo dispararla. Y a la luz de lo que la protagonista dice al final de la historia, que en definitiva es su historia, nos queda claro que valió la pena dispararla junto a Rooster Cogburn, en aquel ya perdido momento del tiempo.
Y es entonces cuando se produce la descarga poética.
Escuchamos el disparo y después el silencio.
Pero lo que permanece es el silencio recordándonos la verdadera fragilidad de nuestra condición.
"Compraban, con fondos de la sociedad, joyas, bolsos de Loewe, relojes, bolígrafos Montblanc, prendas de vestir en Armani, dispositivos electrónicos (ipods, libros electrónicos, ordenadores portátiles), accesorios de automóvil, mil euros de lotería cada año. Cargaban el alquiler de vehículos de lujo y circuitos de spa. Hacían viajes de placer con sus familias, a París, Nueva York, Johannesburgo y más destinos alojándose con gastos pagados en hoteles de cuatro y cinco estrellas. Se hospedaban en establecimientos de similar categoría, en la misma Comunidad Valenciana, acompañados de teóricas traductoras rumanas. Siempre por cuenta de Emarsa.
Fueron capaces de gastarse 92.443 euros en un año en asadores, marisquerías y restaurantes con estrellas michelín. Y aún así, en los 23.000 folios del sumario pueden encontrarse facturas de 7,5 euros de tabaco o de compras en el supermercado."
(Leer más)
No, no son socialistas.
El representante que colocaba alcaldes del PP, levantadores de alfombras y celosos guardianes de los caudales públicos, en las televisiones de derechas, ya puede hacer negocio colocando a socialistas en las televisiones de la izquierda también levantadores de alfombras y celosos guardianes de los caudales públicos.
Si coincidieran en el mismo espacio estallarían como la materia hipotéticamente haría de coincidir con la antimateria.
(Leer más)
No, no son socialistas.
El representante que colocaba alcaldes del PP, levantadores de alfombras y celosos guardianes de los caudales públicos, en las televisiones de derechas, ya puede hacer negocio colocando a socialistas en las televisiones de la izquierda también levantadores de alfombras y celosos guardianes de los caudales públicos.
Si coincidieran en el mismo espacio estallarían como la materia hipotéticamente haría de coincidir con la antimateria.
viernes, noviembre 25, 2011
BAD AS ME
Siete años después...
Se necesita tiempo para escuchar un disco de Tom Waits. Uno tiene que dejar pasar el tiempo y, lo que es más importante, que la música le atraviese como el viento atraviesa una arboleda.
No debe haber prisa jamás.
Los discos de Waits siempre son bipolares. Oscilan entre el vagabundo melancólico enamorado de la luna y de las chicas de Brooklyn cuyos corazones se resquebrajan todos los días y el diablo acelerado, chirriante, el duende salvaje que bien podría ser el Puck que le susurraba todos los planes a Neal Cassidy cómodamente sentado en su hombro.
En este sentido no hay sorpresas.
O te gusta o no te gusta ese encadenamiento sincopado de referentes del rythm'n'blues convenientemente cortado con raciones de la mejor literatura beatnik y aderezado con unas cuantas gotas de cabaret, circo y expresionismo alemán.
Siempre he pensado que los discos de Tom Waits son la banda sonora perfecta para prender fuego a todo aquello que uno odia entre entregados aullidos a la hermosa, redonda y refulgente luna. Y en este sentido "Bad as me" funciona. Da gusto ver como arde todo mientras Waits despliega su particular necronomicón escrito en un rollo de papel de water para hablarnos de Chicago, de adioses, de carreteras, de árboles, de hojas, de resplandores, de horizontes, de manchas de grasa, de cigarrillos, de calles atestadas, de calles vacías, de besos, de bares, de alcohol... No necesariamente en este orden.
Y la magia sigue funcionando.
Y de cuando en cuando, entre tanta patada a vacías latas por olvidados callejones, la magia de un encuentro. El encuentro con el otro Waits, el vagabundo sensible que es capaz de escribir un tema tan hermoso como New Years Eve de máginas resonancias mixtecas.
Y nadie que haya amado de verdad puede resistirse a una buena canción mixteca.
No se si "Bad as me" es mejor o peor. Ni siquiera me lo planteo. Solo quiero escucharlo una vez más, traicionándome y deteniéndome más de lo necesario en New Years Eve.
Lo bueno o lo malo es que cuando uno se hace mayor no sabe exactamente por qué se emociona cuando escucha una de estas canciones. Seguramente, y en el fondo, uno simplemente se alegra de seguir vivo después de todo lo que ha sucedido. O quizá por lo poco o mucho que uno piensa que queda... pero esa es otra historia.
Siete años después...
Se necesita tiempo para escuchar un disco de Tom Waits. Uno tiene que dejar pasar el tiempo y, lo que es más importante, que la música le atraviese como el viento atraviesa una arboleda.
No debe haber prisa jamás.
Los discos de Waits siempre son bipolares. Oscilan entre el vagabundo melancólico enamorado de la luna y de las chicas de Brooklyn cuyos corazones se resquebrajan todos los días y el diablo acelerado, chirriante, el duende salvaje que bien podría ser el Puck que le susurraba todos los planes a Neal Cassidy cómodamente sentado en su hombro.
En este sentido no hay sorpresas.
O te gusta o no te gusta ese encadenamiento sincopado de referentes del rythm'n'blues convenientemente cortado con raciones de la mejor literatura beatnik y aderezado con unas cuantas gotas de cabaret, circo y expresionismo alemán.
Siempre he pensado que los discos de Tom Waits son la banda sonora perfecta para prender fuego a todo aquello que uno odia entre entregados aullidos a la hermosa, redonda y refulgente luna. Y en este sentido "Bad as me" funciona. Da gusto ver como arde todo mientras Waits despliega su particular necronomicón escrito en un rollo de papel de water para hablarnos de Chicago, de adioses, de carreteras, de árboles, de hojas, de resplandores, de horizontes, de manchas de grasa, de cigarrillos, de calles atestadas, de calles vacías, de besos, de bares, de alcohol... No necesariamente en este orden.
Y la magia sigue funcionando.
Y de cuando en cuando, entre tanta patada a vacías latas por olvidados callejones, la magia de un encuentro. El encuentro con el otro Waits, el vagabundo sensible que es capaz de escribir un tema tan hermoso como New Years Eve de máginas resonancias mixtecas.
Y nadie que haya amado de verdad puede resistirse a una buena canción mixteca.
No se si "Bad as me" es mejor o peor. Ni siquiera me lo planteo. Solo quiero escucharlo una vez más, traicionándome y deteniéndome más de lo necesario en New Years Eve.
Lo bueno o lo malo es que cuando uno se hace mayor no sabe exactamente por qué se emociona cuando escucha una de estas canciones. Seguramente, y en el fondo, uno simplemente se alegra de seguir vivo después de todo lo que ha sucedido. O quizá por lo poco o mucho que uno piensa que queda... pero esa es otra historia.
jueves, noviembre 24, 2011
Todo lo que sucede, sucede por algo.
Siempre se dice y se dice porque es así...
Lo que pasa es que ese algo siempre está por llegar y mientras tanto todo es duda, sinsentido, cabo suelto, esperanza, confianza, apuesta. Pero cuando llega. Todo queda justificado.
Como he escrito en alguna que otra ocasión la vida es una cuestión de momentos y esos momentos, esos "algos" que nos van sucediendo son la fuente de sentido de todas las decisiones, acertadas o equivocadas, que hemos venido haciendo hasta llegar a ese instante en que todo queda aclarado.
Estamos siempre en movimiento y el sentido es algo que siempre nos espera más adelante.
El sentido verdadero, el que transforma, el que no se puede comprar en las tiendas es siempre el efecto de una acción continuada en el tiempo, de subir y de bajar, de estar aquí y allá y también, y como consecuencia de todo lo anterior, es repentino descubrimiento.
Jamás se trata de una causa.
Es "eso" indescriptible lo que un día cualquiera nos hace parar el coche, detenernos.
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