"Negándose a investigar Bankia, el Gobierno y las fuerzas políticas que le apoyen –la actitud del PSOE, de momento, es pacata– rompen el pacto social y dejan a la democracia en los huesos."
(La ruptura del pacto social, Josep Ramoneda)
Justo cuando más necesaria es la escenificación de una sociedad madura depurando conductas y dilucidando responsabilidades de cara al exterior, que nos observa incapaces de cerrar las cifras de nuestro déficit, y también desde un desconcertado interior que no sabe qué pensar es cuando menos necesaria parece para aquellos que nos gobiernan.
Una muestra más de falta de visión y raquitismo intelectual.
Todos los argumentos aducidos pueden perfectamente ser puestos en pasiva: la presunta falta de seriedad que el país puede dar también puede entenderse por lo contrario, por madurez y seriedad, retratándose sin querer quiénes así piensan.
Se apela a la responsabilidad... concepto de moda a cuya sombra parecen cobijarse los canallas más a la última en esta complicada hora. ¿Y es que no hay mayor responsabilidad en el que gestiona que averiguar y dar cuenta de lo que pasa? ¿Cómo es posible arbitrar soluciones que realmente sean eficaces sin saber exactamente qué es lo que pasa?
Intolerable.
Se argumenta acerca del circo y al electoralismo... un absurdo que sólo demuestra incapacidad puesto que se traslada la sensación de inevitabilidad que sólo los propios políticos, desde la responsabilidad, pueden parar. Sólo ellos pueden evitar el circo y electoralismo mientras el pueblo les escucha, pareciendo no poder evitarlo como el escorpión en el cuento del escorpión y la rena.
Parece que no pueden dejar ni por un segundo de ser quienes son: egoístas, incapaces, cobardes y electoralista... incluso en uno de los peores momentos de la nación cuyo destino está en sus manos.
Ni siquiera se dan cuenta de que en esas escusas se retratan.
(La ruptura del pacto social, Josep Ramoneda)
Justo cuando más necesaria es la escenificación de una sociedad madura depurando conductas y dilucidando responsabilidades de cara al exterior, que nos observa incapaces de cerrar las cifras de nuestro déficit, y también desde un desconcertado interior que no sabe qué pensar es cuando menos necesaria parece para aquellos que nos gobiernan.
Una muestra más de falta de visión y raquitismo intelectual.
Todos los argumentos aducidos pueden perfectamente ser puestos en pasiva: la presunta falta de seriedad que el país puede dar también puede entenderse por lo contrario, por madurez y seriedad, retratándose sin querer quiénes así piensan.
Se apela a la responsabilidad... concepto de moda a cuya sombra parecen cobijarse los canallas más a la última en esta complicada hora. ¿Y es que no hay mayor responsabilidad en el que gestiona que averiguar y dar cuenta de lo que pasa? ¿Cómo es posible arbitrar soluciones que realmente sean eficaces sin saber exactamente qué es lo que pasa?
Intolerable.
Se argumenta acerca del circo y al electoralismo... un absurdo que sólo demuestra incapacidad puesto que se traslada la sensación de inevitabilidad que sólo los propios políticos, desde la responsabilidad, pueden parar. Sólo ellos pueden evitar el circo y electoralismo mientras el pueblo les escucha, pareciendo no poder evitarlo como el escorpión en el cuento del escorpión y la rena.
Parece que no pueden dejar ni por un segundo de ser quienes son: egoístas, incapaces, cobardes y electoralista... incluso en uno de los peores momentos de la nación cuyo destino está en sus manos.
Ni siquiera se dan cuenta de que en esas escusas se retratan.