Por momentos "Embarazados", con su ritmo lento, como psicoanalizado, que me recuerda a esas comedias francesas que tanto detesto.
Para mi gusto, las comedias deben llevar otra velocidad, la del slapstick y como ejemplo siempre pongo "La fiera de mi niña" de Howard Hawks.
El territorio de la comedia debe ser siempre una pista rápida donde las réplicas inteligentes y divertidas boten con precisión y velocidad ante la mirada del espectador.
La lentitud carga a la comedia de cualidades dramáticas que hacen que lo humorístico se diluya en una especie de sopa caliente que sistemáticamente hay que soplar para ingerir.
Por no hablar de todo ese rollo ideologico tan formal y burgués que siempre subyace en todos los planteamientos industriales de la comedia, construidos todos en torno a la obligatoria e imperiosa necesidad de construir un orden, a través del amor como relato, que siempre desemboca en la familia. Como si las separaciones y los desacuerdos siempre estuvieran del lado del drama, y los encuentros y acuerdos estuvieran reservados a la comedia.
En este sentido, echo de menos comedias románticas que trabajen la didactica del desamor de maneras más innovadoras, en consonancia con los planteamientos más igualitarios que existen cada vez más en las relaciones entre hombres y mujeres.
Porque al final volvemos a las mismas cosas de siempre y no voy a explicarlo en detalle para no hacer spoil.
Aunque, y resumiendo, diré que el sigue saliéndose con la suya mientras ella tiene que pasar por mil vicisitudes para hacer lo que desea y además tener al hombre que no la sigue en aquello que más desea.
Pero, bueno, esa es otra historia aunque tengo que decir que me parece mentira que esta película la haya dirigido una mujer.
Dicho esto, y no obstante, "Embarazados" tiene sus puntos buenos.
Abundancia de buenos diálogos, personajes secundarios llenos de vida y que proporcionan con acierto el necesario contrapunto bufonesco a la mayor tensión dramática que mantienen los personajes principales y dos magníficos actores protagonizándola: Alexandra Jimenez y Paco Leon,
El resultado es entretenido sin más
En cualquier caso, y desde luego, mil y una veces preferido a esos ocho millones de apellidos que arrasan en taquilla.
Para mi gusto, las comedias deben llevar otra velocidad, la del slapstick y como ejemplo siempre pongo "La fiera de mi niña" de Howard Hawks.
El territorio de la comedia debe ser siempre una pista rápida donde las réplicas inteligentes y divertidas boten con precisión y velocidad ante la mirada del espectador.
La lentitud carga a la comedia de cualidades dramáticas que hacen que lo humorístico se diluya en una especie de sopa caliente que sistemáticamente hay que soplar para ingerir.
Por no hablar de todo ese rollo ideologico tan formal y burgués que siempre subyace en todos los planteamientos industriales de la comedia, construidos todos en torno a la obligatoria e imperiosa necesidad de construir un orden, a través del amor como relato, que siempre desemboca en la familia. Como si las separaciones y los desacuerdos siempre estuvieran del lado del drama, y los encuentros y acuerdos estuvieran reservados a la comedia.
En este sentido, echo de menos comedias románticas que trabajen la didactica del desamor de maneras más innovadoras, en consonancia con los planteamientos más igualitarios que existen cada vez más en las relaciones entre hombres y mujeres.
Porque al final volvemos a las mismas cosas de siempre y no voy a explicarlo en detalle para no hacer spoil.
Aunque, y resumiendo, diré que el sigue saliéndose con la suya mientras ella tiene que pasar por mil vicisitudes para hacer lo que desea y además tener al hombre que no la sigue en aquello que más desea.
Pero, bueno, esa es otra historia aunque tengo que decir que me parece mentira que esta película la haya dirigido una mujer.
Dicho esto, y no obstante, "Embarazados" tiene sus puntos buenos.
Abundancia de buenos diálogos, personajes secundarios llenos de vida y que proporcionan con acierto el necesario contrapunto bufonesco a la mayor tensión dramática que mantienen los personajes principales y dos magníficos actores protagonizándola: Alexandra Jimenez y Paco Leon,
El resultado es entretenido sin más
En cualquier caso, y desde luego, mil y una veces preferido a esos ocho millones de apellidos que arrasan en taquilla.