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lunes, abril 04, 2011

CLINT EASTWOOD

¿Es Clint Eastwood un autor?

No me cabe la menor duda.

Su cine plantea siempre un conflicto entre el bien y el mal y tanto uno como otro siempre son consecuencia de las decisiones que los individuos toman. Siempre existe una pulsión para hacer lo correcto o lo incorrecto que convierte a los individuos en buenos o malos. El oficial Ybarra en "Changeling" pudo obedecer las ordenes de su corrupto capitán y olvidarse de la confesión del chico, pero decide que lo correcto es comprobar si hay veinte cadáveres de niños en esa polvorienta granja.

En este sentido, las historias del Eastwood suceden en un entorno complejo, deteriorado, en el que es difícil mantenerse intacto: la época inmediatamente posterior a la guerra de secesión en "The outlaw Josie Welles" o la situación de marginalidad que afecta al barrio donde vive el protagonista de "Gran Torino". Este entorno, como la vida misma, pone a prueba a los personajes que protagonizan la historia. Les exige situarse a un lado o a otro de la línea que separa lo correcto de lo incorrecto dentro de sus propias conciencias. Y el conflicto exterior siempre es una consecuencia de la resolución de un conflicto interior a través de la toma de una decisión que a veces es tan simple como no hacer caso de las amenazas y quedarse, como sucede en "El jinete pálido".

Y este conflicto casi siempre es presenciado por un personaje como el que interpreta Morgan Freeman en "Million Dollar Baby", aunque Eastwood suele preferir que ese papel lo desempeñen niños, niños que ya pueden ser adultos como los hijos de la protagonista de "Los puentes de Madison" o pueden ser el chaval que sigue a Kevin Costner por las carreteras del Sur de los Estados Unidos en "Un mundo perfecto". La mirada de estos personajes proporciona un necesario elemento sublimador de las decisiones morales de los protagonistas, los hace trascender con la admiración y el respeto que proyectan al espectador.

Porque Eastwood reivindica la necesidad de individuos sólidos, con criterio y ética propia, capaz de decidir desde la moral y con su ejemplo enfrentarse a un mundo cruel, lleno de intereses materiales en el que los individuos se pierden.

En este sentido, "Intercambio" es reveladora. Una de las mejores cosas que tiene la película es la sucesión de personajes que aparecen en el camino que la protagonista toma en busca de la verdad de su hijo. Estos personajes aparecen y desaparecen. Son el dentista, la profesora, la prostituta encerrada en el psiquiátrico, el reverendo, el abogado... Todos ellos toman decisiones altruistas, en favor de la verdad y de la protagonista y en contra de un sistema policial ante el que otros, como el médico psiquiatra, se pliegan. Y resultan conmovedores la entereza y el valor con el que asumen su pequeño gran papel dentro de la historia. La pulsión hacia la verdad les puede y son consecuentes con ella sin tener en cuenta otra cosa, sin calcular o temer los posibles perjuicios.

La injusticia está ahí y su presencia es simplemente insoportable. Debe ser combatida.

Y en este sentido, el cine del viejo Eastwood nos habla directamente al corazón. Sus personajes nos emocionan por la inevitable franqueza moral con el que se enfrentan al conflicto dramático que despliega la historia.

Los personajes de Eastwood no pierden nunca la cara a una realidad injusta que intenta aplastarles. Tienen la grandeza moral de sobreponerse a esa realidad, de luchar contra ella para intentar cambiarla, una grandeza que sale de un puro interior que les impide ser de otra forma.

Son responsables. Tienen claro que la batalla por un mundo mejor siempre empieza en el interior de cada uno y se manifiesta en las decisiones que diariamente cada uno toma.

sábado, abril 02, 2011

"¿Qué ha entendido del ser humano?
En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.
¿Y?
Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital."
(Morían antes los egoístas que los altruistas, Stéphane Hessel)

Yo, yo, yo, yo...

Y mi dolor y mi pena
 y mi alegría y mi rabia
 y mi ambición y mis necesidades
 y mis gustos y mis disgustos...

¿De dónde voy?
¿Dónde estoy?
¿Hacia dónde me dirijo?

Yo, yo, yo, yo

Mientras el vino aguarda,
sobre la mesa,
bajo la luz de la luna
y lo importante
siempre ha sido
los ojos que nos beben
cuando lo bebemos.
Se dibuja la mañana serena,
desenredándose la fragante melena
sobre las copas de los árboles,
las calles y las aceras,
los tejados y las azoteas
y el nuevo día huele a limpio
y parece sobrar el tiempo
que posado sobre cornisas y alféizares
despreocupadamente se despereza,
sin tener demasiada prisa por alzar el vuelo,
por transformar con el silencioso batir de sus alas
la remansada eternidad de este instante
en puro y cristalino recuerdo.

viernes, abril 01, 2011

Arde en la distancia su sueño
y lo hace con el fulgor del sol,
imprimiendo una luminosa huella
en la oscuridad de su mirada,
una marca ígnea
que permanece indeleble
recordándole lo que es,
su descuidada levedad en el existir,
el siempre peligroso olvido del tiempo
y las mil y un maneras que tiene éste
de hacerse inevitablemente patente.

jueves, marzo 31, 2011

NOTAS AL PIE

notas al pie

sábado, marzo 26, 2011

La ciudad está llena de oficinistas
que desean ser tocados por un décimo de lotería.
Comienzo un relato nuevo. Y comienza así:

"Es la misma oscuridad de siempre.
No está seguro... Ya ha perdido la costumbre de estarlo.
Duda.
No tiene claro que esa oscuridad que siente forme parte de su interior, sea un producto de su propia conciencia apagada en sl sueño o más bien se trate de algo exterior, de un espacio bruto, por precisar en el que se encuentra.
Es la misma duda de siempre.
El preámbulo.
La única que puede permitirse antes de que suavemente, como pies descalzos que se arrastran por una alfombra viniendo desde muy lejos, le llegue la voz.
Y sea la misma voz de siempre, una voz que le resulta vagamente familiar, una voz que no para de contar una cantidad inmensa de número cada vez. Sin resultar cansada ni presionada por alguna necesidad cuya naturaleza por supuesto se le escaparía de poder llegar siquiera a sentir la necesidad de pensarla.
Sin prisas, fuera del tiempo, como en un juego.
Y puede intuir su procedencia, puede ir hacia ella, puede levantarse de la cama y seguirla. Tiene la sensación de que no está demasiado lejos y de que por alguna razón que todavía se le escapa cuenta para él.
Le llama.
Le aguarda.
Y a él le bastaría con oler el sonido que le llega para seguirlo y encontrarla.
Y éso es lo que no puede evitar hacer porque de pronto comprende que no puede hacer otra cosa. Cuesta abajo su entendimiento se ha precipitado hacia el vacío de esa misma y única conclusión.
Y cae interminablemente.
Y por eso se levanta de la cama.
Y busca una salida tanteando con las manos en la dirección que la voz le marca pero la oscuridad que le envuelve se le muestra impenetrable, compacta.
Es entonces cuando quiere llorar.
Y las lágrimas le brotan por todas partes, como rocío, por la piel."

miércoles, marzo 23, 2011















¿NO A LA GUERRA?

Pues claro que nadie quiere una guerra, pero se nos olvidan un par de conceptos muy obvios:

1.- La guerra es un acto social y ésto quiere decir que requiere por lo menos de dos individuos o grupos para que se produzca. De lo que se deduce que aunque uno diga no a la guerra, el otro la puede declarar perfectamente y con toda tranquilidad.
Puedes salir a su encuentro e intentar convencerle de algo también obvio, de las bondades intrinsecas de una vida en paz, como hizo el papa Leon I El Magno cuando salió al paso de las huestes de Atila, el rey de los Hunos, y le convenció para que se retirase, pero estadísticamente estas cosas no suelen pasar (por eso recordamos este episodio mágico de la historia)... Como digo, puedes salir a su encuentro e intentar convencerle, pero una negociación, y no digamos la toma de una resolución conjunta, también son actos sociales y dependen para su efectiva ocurrencia la concurrencia de por lo menos dos personas o colectivos. Y puede darse el caso de que el otro no esté por la labor, de que esté a la guerra pese a todo. Las razones pueden ser múltiples y van desde una mala defensa de una postura intrinsecamente buena hasta que el otro crea en la guerra del mismo modo que el otro cree en la paz. En cualquier caso, no podemos ocupar simbólicamente el pensar ni emocionalmente el sentir del otro. Puede tener sus razones. Puede querer la guerra... ¿Y entonces qué? ¿No a la guerra también?

2.- El segundo y más importante punto es que uno, si las circunstancias le obligan, debería estar dispuesto a defender lo que cree y a los suyos hasta las últimas consecuencias, que pueden implicar cualquier clase de enfrentamiento desde una pelea de callejón hasta una conflagración mundial. También forma parte de la vida, de la naturaleza humana y el que no quiera darse por enterado tiene los libros de historia para trabar conocimiento con nuestra alargada sombra de especie.
Hay algunas ideas y algunas personas por las que deberíamos estar dispuestos a ponerlo todo sobre el tapete, llegando hasta las últimas consecuencias si fuera preciso.

Resumiendo y a mi entender, estar de forma sistemática en contra de la guerra sólo puede obedece a cuatro razones:

- O bien no se cree en nada o no se quiere lo suficientemente a nadie
- O bien no se es lo suficientemente valiente como para afrontar la posibilidad extrema de defensa de lo que se quiere.
- O bien no se tiene la suficiente estima por lo que se piensa o siente que se prefiere ceder antes de llegar al enfrentamiento
- O bien se es lo suficientemente soberbio como para pensar que todo el mundo puede ser convencido, como para no contemplar la posibilidad del desacuerdo.

Como el amor, la guerra es cosa de dos. Y no se es peor persona por reconocer la posibilidad siempre latente del conflicto ni se es un monstruo por aceptar ese conflicto cuando, y pese a todos los esfuerzos razonables por evitarlo, éste sucede. A veces, uno tiene que plantarse y defender hasta las últimas consecuencias aquello en lo que cree y aquellos a los que quiere.

Todo lo demás es debilidad y neurosis.

Estoy en contra de un genérico "No a la guerra", porque entre otras cosas quién no hubiera ido a la guerra contra la Alemania de Hitler.
Estoy a favor de estar en contra de esta o aquella guerra, guerras concretas, que son injustas, pero negarnos la posibilidad de la guerra como concepto total es un acto neurótico consistente en no aceptar nuestra sombra, nuestro lado oscuro como especie.
Habla solo Jeckyll.
Hyde calla, pero cuando se le llama, porque no se puede evitar que aparezca, siempre se muestra para hacer su trabajo sucio y posteriormente desaparecer entre las sombras para, cuando llega la luz, volver a ser negado mientras se disfruta impunemente de los efectos de su inconfesable trabajo.
La hipocresía social y colectiva convertida en enfermedad mental.

martes, marzo 22, 2011












¿Por qué Libia sí y Birmania no?

Porque es el país más fácil (la tecnología militar brilla en las superficies casi planas del desierto), el más accesible (está al otro lado del Meditarráneo), el más débil de todos (es una república tribal inhabilitada para comprar las armas que realmente cuentan) y cuyo lider es el que tiene la imagen más aquilatada de villano contra el que nuestros líderes pueden erigirse en más o menos hábiles estrategias de comunicación como superhéroes de la libertad.

viernes, marzo 18, 2011

La ciudad está llena de oficinistas
con sonrisas crucificadas en las caras

jueves, marzo 17, 2011

FUKUSHIMA














"Pero, ¿por qué arriesgan su vida? Probablemente su educación para sacrificarse por los demás sea una de las razones, como apunta un experto nuclear estadounidense que señala que en trabajos de este tipo "se desarrolla un sentido para la lealtad y el compañerismo cuando se entrena durante años junto con otros"."
(La batalla de los 'héroes de Fukushima')

Es curioso.

En 1959, un doctor en filosofía que había sido combatiente en la II Guerra Mundial, J. Glenn Gray publicó "Guerreros: Reflexiones del hombre en la batalla".
Este libro, prologado por Hannah Arendt, era la consecuencia de años de reflexión, lectura y relectura de los diarios que el propio Gray había escrito durante la guerra. Demasiado religioso en algunos momentos para mi gusto, pero siempre espiritual y verdadero, "Guerreros" interesa por lo que muestra de la naturaleza humana en situaciones extremas y por los efectos que la guerra tiene sobre aquella.
Y leer este texto sobre la tragedia de Fukushima me recuerda a este libro porque en un momento determinado Gray reflexiona sobre la valentía, sobre la razón que lleva a los soldados a permanecer en su puesto, aun cuando quedarse signifique su propia muerte y, sin generalizar, Gray afirma que en muchos casos es la solidaridad con el compañero lo que le lleva a permanecer. El saber que la posición que se ocupa de algún modo se ocupa en conjunto con otros y sentir que el éxito es un premio colectivo que depende de cada esfuerzo propio les lleva a permanecer.
Nadie quiere dejar de hacer su parte y espera de los otros que hagan lo mismo en un acto de confianza y entrega absoluto cuya intensidad sólo aquellos que han combatido conocen, pero que Gray compara con el amor.
La lealtad y el compañerismo de Fukushima entronca directamente con este sentimiento colectivo de grupo y es esa realidad de grupo la que hace que se hagan las cosas o dejen de hacerse. No hay patria ni bandera, solo compañeros hundidos hasta el barro en la misma mierda. Y en circunstancias tan extremas nadie permite al otro que haga la parte que en justicia les corresponde.
Nadie dimite de su responsabilidad última.
Todos se quedan porque la posibilidad de la muerte une tanto a los seres humanos como la posibilidad del amor. Y en Fukushima hay mucha muerte ahora mismo.


"From this day to the ending of the world,
But we in it shall be remember'd;
We few, we happy few, we band of brothers;
For he to-day that sheds his blood with me
Shall be my brother"
(Henry V, William Shakespeare)

martes, marzo 15, 2011

"María Teresa Domínguez, presidenta del Foro Nuclear, el lobby de las seis nucleares españolas, afirmó que el problema en el primer reactor estaba casi solucionado. "Cuando paró la central, en el núcleo quedaba un 7% del calor residual del núcleo. Ya solo queda el 0,05%", afirmó en una concurrida rueda de prensa. El uso de agua de mar, que dejará inservibles los reactores, demuestra lo desesperado de la situación.
Domínguez defendió que Fukushima estaba resistiendo a la combinación terremoto-tsunami y defendió que esa era la prueba de la fiabilidad atómica. Ese es el argumento que usa insistentemente el lobby nuclear. Los detractores de esta energía, en cambo, ven en el accidente la prueba de que la seguridad total no existe y de que el excesivo riesgo no compensa su uso."
(Leer mas)


La central resiste y por resistir entiendo que no ha volado en mil pedazos matando a todo ser vivo en cien kilómetros a la redonda. Pero creo que se trata de una resistencia desesperada que convierte en cochambroso al concepto de fiabilidad atómica si se colocan ambas ideas en la misma frase.
Tan importante como saber lo que hay que decir es saber distinguir los momentos en que hay que hablar y los momentos en que es mejor no hacerlo, especialmente cuando la realidad habla por si sola.
Por mucho que se empeñen los grandes gurus de las relaciones públicas y la comunicación, el mundo virtual de las imágenes y los mensajes tiene un límite.
Y a veces no queda más remedio que callar, que esperar.

lunes, marzo 14, 2011


Me sorprende la capacidad que tiene este país para movilizarse en aspectos que son accesorios o, lo que es peor, su capacidad para considerar importante lo accesorio y salir a la calle a defenderlo.

Con todo lo que está lloviendo por aquí, es terrible que lo que parezca que importa, lo que hace que la gente salga a la calle es la reducción del límite de velocidad en diez kilómetros a la hora.

Mientras en Islandia han metido en la cárcel a los banqueros y se están dotando de una nueva constitución o en Grecia la gente sale a la calle y de cuando en cuando aparece la imagen de un policía ardiendo, en España, una de las economías más complicadas de los paises desarrollados, los españoles solo parecen interesados en no querer que nos rebajen el límite de velocidad en diez kilómetros a la hora sino que queremos ir más deprisa, a 140 kilómetros a la hora.

La madurez política del personal es acojonante.



jueves, marzo 10, 2011

La eternidad medida con precisión
en el instante inmóvil
que se prolonga intenso
entre dos veloces parpadeos.

miércoles, marzo 09, 2011

Todo está relacionado.
Y ese presente al que tanto nos agarramos lanzándonos de buena gana al abismo de su aparente simplicidad... Es lo que sucede, es lo que toco, es lo que hay... Es en realidad un complejo entramado compuesto por lo que fue, los vacíos y huellas dejados, lo que es, las presencias incuestionables y evidentes y lo que será, las sombras que se proyectan desde el horizonte.
A veces relaja concentrarse única y exclusivamente en lo que es.
Simplemente mirar el arder lento de las cosas como quién observa el titilar de una llama.
Tomarse un respiro. Descansar en esa ilusión. Pero jamás las cosas se ven como son. El fue y el será las matizan desde su inadvertida transparencia. Y es que no sólo somos lo que recordamos y lo que queremos ser, sino también lo que vemos se nos aparece como tal en función de lo que ya hemos visto y en un futuro queremos ver.
Lo menos real desde la conciencia es siempre el presente.
Nuestra biografía lo interpreta, nuestro deseo lo transfigura.
Tener solo presente es lo mismo que no tener nada.
La ciudad está llena de oficinistas
que convierten el espejo en un armario
donde escogen con cuidadosa precisión
el más conveniente de los reflejos.

martes, marzo 08, 2011

La ciudad está llena de oficinistas
que permanecen despiertos
en el más profundo de sus sueños.
El fuerte mordisco de la luz
le alcanza en las tibias profundidades
del misterio de su sueño.
Sus fauces le agarran,
le arrastran hacia arriba,
le arrebatan
y de pronto se encuentra despierto,
como arrojado por el oleaje,
en la desierta playa de su cama.


viernes, marzo 04, 2011

Y sucede lenta la lluvia
como un viejo recuerdo
que se toma su tiempo
para definirse perfecto,
como la flor del almendro,
en la memoria...

jueves, marzo 03, 2011

La cueva del monstruo siempre fue la oscuridad del cine... y un poco el alcohol.
Las personas siempre fueron un misterio...
What's they are building? I don't fuckin' know.
I don't know what they´re talking about.

Y siempre hubo una distancia,
casi siempre dolorosa,
a veces maravillosa,
pero nunca buena
para los rigores de la vida diaria,
cosa que a los monstruos se les da bastante mal
a tenor de los resultados de 44 años de vida estéril,
a la espera de una ficción.




Se aceptan voluntarios para una eutanasia...