viernes, mayo 02, 2008
jueves, mayo 01, 2008
Ha pasado poco tiempo desde la primera vez, pero no he podido esperar más tiempo para revisitar esta obra maestra basada en un no menos maestro relato de Cormac McCarthy.
La primera constatación es que el talento breathtaking de Javier Bardem eclipsa muchos aspectos y detalles de esta película, incluso elementos que resultan esenciales para la comprensión profunda del sentido del relato. Uno se pasa el tiempo deseando que su psicópata aparezca y. cuando aparece, temiendo lo que va a suceder. Ante él, el melancólico y cansado sheriff que, con no menos maestría, interpreta el genial Tommy Lee Jones pasa relativamente desapercibido con sus silencios y su amargo sentido del humor.
La persecución que mantienen los personajes que interpretan Josh Brolin y Bardem son la presentación metonímica de ese mundo ante el que el sheriff se siente sobrepasado, incapacitado para la comprensión y por lo tanto para la respuesta. En la película ambas líneas argumentales están unidas y parecen tener el mismo peso narrativo, pero, e incuestionablemente, la esencia poética de la trama descansa en el sheriff.
La amarga constatación del paso del tiempo, acompañado de otro no menos amargo descubrimiento: nada ha cambiado o, incluso, las cosas han ido a peor. Nada puede hacerse. Ni siquiera Dios sirve como explicación... Lo mejor es echarse a un lado con el propio asombro y continuar envejeciendo mientras sea posible.
En"No es país para viejos", abunda un existencialismo del Lejano Oeste. La constatación de que la brutal lucha por la supervivencia sigue sucediendo en un paisaje duro, que no deja lugar a la menor de las concesiones y envejecer es una de ellas.
El aspecto animal del ser humano que es parte consustancial, muchas veces negada, de ese pequeño ser que tiene conciencia y reflexiona constantemente está ahí, dispuesto a echar abajo el cuidadoso y delicado trabajo de la otra parte, la moral, social y ética. Sabiendo que no hay mucho tiempo que perder y que hay, cogiendo sin el menor escrúpulo las rápidas líneas rectas que nos acercan a la imprescindible satisfacción de nuestras carencias. Pensando sólo en él.
El encuentro entre una y otra parte, la visión del esfuerzo contradictorio que constantemente llevan a cabo ambas en ese valle de Elías que es nuestra conciencia, genera ese vacío que como un cáncer crece y crece dentro de la cabeza del sheriff.
El asombro y la parálisis ante en absurdo que nos hace.
Quizá hacerse viejo sea llegar a la clara convicción de que nada tiene sentido y que todo esfuerzo en realidad siempre es en vano, porque el componente pulsional, animal y no razonado siempre termina venciendo por su propio peso... Después de todo, antes de juzgar si algo es bueno o malo, primero hay que estar vivo y respirar.
Como para dejarlo todo y jubilarse de una maldita vez ¿no?
No es país para viejos... Desde luego que no.
Aspero mundo.
Perasovic, el entrenador del Estudiantes, es otro buen ejemplo. Representando lo que representa dentro del equipo, más animicamente que por juego (pero este aspecto también cuenta y más en un equipo que vive la situa´ción tan desesperada que viven los madrileños)... Escribía... Representando lo que representa dentro del equipo, decide fichar a un base norteamericano del montón que reduce los minutos de Martinez a cero. Pero, y de pronto, en el momento más complicado de la liga, en la hora de la verdad, cuando perder significa desaparecer en las profundidades de la Liga LEB, Gonzalo Martinez vuelve a aparecer sobre la cancha para insuflarle vida al equipo y ayudarle a ganar su partido contra el Vive Menorca.
Su presencia fue definitiva.
El equipo encontró su sentido, sus señas de identidad que se remontan a la década de los 50, en este jugador que no es ningún talento, pero que simboliza incluso por genotipo (pequeña estatura, cara de niño) toda la historia del Estudiantes.
Fue algo maravilloso y simbólico.
Un ejemplo más de la trascendente magia del deporte, productora de instantes inolvidables y de héroes como Gonzalo Martinez, porque, y en muchas ocasiones, el deporte es como la guerra. La victoria puede depender de la presencia de un héroe sobre el campo, una presencia montada sobre el caballo blanco de la épica.
miércoles, abril 30, 2008
martes, abril 29, 2008
de pasos rápidos y prisas,
de inflexibles relojes que exigen,
de trenes y autobuses perdidos,
de empujones, tropezones y aceras.
La ciudad está llena de oficinistas que ofrecen su cuerpo a la ciencia
con la intranquilidad de estar haciendo lo correcto,
y también con la tristeza de que, después de todo,
esa corrección no sea otra cosa bien diferente,
que siempre sea lo que siempre llega
en su eterna hora en punto,
cuando la mesa está vacía
y no queda ya cena.
En el nuevo día las mismas cosas de siempre
le esperan en el mismo lugar acostumbrado.
Y, aunque de cuando en cuando se sorprende a sí mismo,
andando como un sonámbulo,
ensimismado en el sueño de algún cambio,
muy pronto despierta a su propio desierto
con los labios sedientos y agrietados.
lunes, abril 28, 2008
confuso tiroteo de vidas que se ignoran,
que quizás se imaginen ligeramente
y sólo en algunos casos muy especiales se sueñen
tras breves encuentros sin apenas espacio para la delicada retórica de las almas:
una mirada dejada caer como pañuelo
y en ocasiones muy especiales una media y timida sonrisa.
Poco más.
Todo lo restante será el ruido y la furia de siempre.
Mientras el cielo se oscurece,
las flores se marchitan
y los pajaros agonizan en los rincones y las esquinas.
domingo, abril 27, 2008
Tras dos años de rodaje, Fritz Lang estrenó en 1924 el díptico "Los Nibelungos" basado en El cantar de los Nibelungos poema medieval escrito en el siglo XIII.
La película se divide en dos partes: La muerte de Sigfrido y La venganza de Krimilda, y alcanza las cinco horas de metraje. Por su mismas características de duración, Los Nibelungos es una película que requiere tiempo y dedicación por parte del espectador. Si éste se deja llevar, la experiencia en absoluto le decepcionará.
Merece la pena ver este espectáculo total gobernado por una fatal y dramática lógica zen. Un primer error suscita siempre la circunstancia que convoca a otro y así hasta el impresionante final.
Poco a poco, todos los personajes van sumergiéndose en las aguas pantanosas del desastre pugnando por internarse más y más mientras se dejan llevar por las emociones más primarias. Desde la muerte de Sigfrido hasta la terrible venganza de Krimilda, su enamorada, no hay lugar para la esperanza. Todo y todos parecen abocados a un desastre que sus propios miedos y fobias van forjando.
Los nibelungos es un clásico del cine magistralmente dirigido por Fritz Lang, un drama basado en el amor, la venganza y las pasiones de diferente altura. Un regalo selecto para espectadores con tiempo suficiente para disfrutarlo.sábado, abril 26, 2008
Mira la loca roja cómo rechaza
la sábana de montaña que la abriga.
Otro día exagerado. Otro
día se te muere creyendo que su color
no volverá nunca más, no volverá
como la sangre que se pudre. Seca la luz,
tira algodones de nubes, lávate y gírate,
bebe el más límpido gin de luna y mar"
(El Poniente excesivo. Las mujeres y los días, Gabriel Ferrater)
El más límpido gin de luna y mar... Quiero un buen trago ahora mismo.
viernes, abril 25, 2008
en un confuso territorio de espacios y tiempos
aprovechados a un inhumano milímetro
que siquiera deja lugar a la menor duda.
Seguramente, en alguna parte o en todas, está el mar
con toda su extensa presencia de instantes sin consecuencias
latiendo como una ignota promesa de vida eterna.
Quizá sólo haya que parar un instante
para sentir la anciana melodía suave de su brisa.
Bastaría un sólo momento de cordura.
Un inapropiado destello de locura en el lado soleado de la calle.