PANDORA AND THE FLYING DUTCHMAN
domingo, octubre 19, 2008
PANDORA AND THE FLYING DUTCHMAN
sábado, octubre 18, 2008
Pandora and the Flying Dutchman....
"Geoffrey Fielding: [about Pandora and the Dutchman] I know now that they were in love. But I have a feeling that they never spoke of it."Porque hay cosas de las que no hay que hablar, que existen y punto. Basta con reconocer su existencia... Hablar está sobrevalorado... especialmente entre aquellos que no tienen nada que decir y que sólo aspiran a llenar el aire de palabras, cuantas más mejor.
Las cosas de las que no se puede hablar siempre son las más importantes.
viernes, octubre 17, 2008
Envolverse en la propia cabeza,
sacudirse el aire de los pulmones
y echar a rodar los ojos
sobre la inacabada mesa,
en la interminable cena,
buscando en el inesperado trinar
de alguna hora en punto
el envenenado filo de su especial agudeza.
... y el perseguido instante será presa.
O por lo menos así debería ser.
jueves, octubre 16, 2008
LOST
Absolutamente.
Y para variar con respecto al misterio que nos atrapa todos los días, perdido en esa paradiasiaca isla donde todos los infiernos parecen tener la misma posibilidad de suceder y, quizá, estén sucediendo a la vez.
martes, octubre 14, 2008
(Paul Krugman)
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domingo, octubre 12, 2008
sábado, octubre 11, 2008
and i'm always right.
My mistakes always belongs to others.
It's not my fault if someday crisis crashes
collateral damages will be fixed,
and everything will be ready for a brand new start
I like to be a liberal
Everybody is wrong
and i'm always right.
as long as the dog of the market rules
hiding always on a brilliant disguise.
no matter from, no matter how.
Everybody is wrong
viernes, octubre 10, 2008
"La clase política no goza de crédito entre la ciudadanía. ¿Saben lo peor? La prensa sigue vendiendo como "información" las declaraciones de políticos y dirigentes, a sabiendas, muchas veces, de que son inexactas, o cínicas, o falsas, y ofrece como "opinión" las objeciones correspondientes. Quizá eso no contribuye a la credibilidad de la propia prensa, ni a su prosperidad futura."
(Enric González)
Todo el artículo.
PD:
Ahora mismo, para mi gusto, Enric González es el mejor columnista de prensa.
1
"El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las "hipotecas basura" (subprime) era sabido de todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado -en estas columnas- desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo."
2
"Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado -las mayores, en volumen, de la historia económica- demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aún más."
3
"Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen "plan B" para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia."
Todo el articulo.
jueves, octubre 09, 2008
Anoche tuve una nueva ocasión de comprobarlo.
Me gustan especialmente las situaciones complicadas, en las que no hay suficiente tiempo, recursos, esperanzas, en las que falta espacio para la estabilidad y la pausa y en cierto sentido te encuentras entre la espada y la pared, casi siempre bajo la atenta y fria mirada de los dioses (que no siempre perdonan y, aunque lo hagan, nunc aolvidan).
Me gustan y la de anoche fue uno de esos momentos en que, de alguna forma, la vida te pone a prueba.
Y sientes que estás vivo, que de algún modo el desbocado caballo del estado de las cosas debe estar bajo tu control.
Me gustan.... Y lo mejor de todo es vivir esos instantes acompañado de tipos (y tipas) tan duros como tú. Magníficos profesionales que controlan perfectamente la técnica del vuelo sin red. Auténticos Space Cowboys que pueden aprender, moverse y actuar bajo la presión. Encontrando la luz o haciéndola.
Me gusta como si fuera una maldita película de Clint Eastwood o de Michael Mann.
Es una de mis drogas favoritas, la adrenalina de saberte de alguna forma probado por las circunstancias y tener que esforzarte para estar a la altura de la mística y la retórica de una situación puntual que debe ser superada.
Y todo mientras el inflexible gallo de la madrugada cantaba su monótona letanía cristalizada.
Mis respetos para L, F e I.
Gracias por el colocón que me proporcionastéis por el simple hecho de PODER.
¿Dónde están los padres terribles que no los veo?
Esos contra los que te pasas la vida peleando, que te tullen y terminan haciéndote lo que quiera que terminas siendo y que luego acabas perdonando para cerrar el circulo....
Sólo hay superación, cuando hay frustración.
La felicidad paraliza, el conflicto mueve.
Y el miedo siempre es libre.
Las cosas son así de chungas... Bueno, no tanto. Hay iglesias (varias) para los que lloran (o lloramos).
miércoles, octubre 08, 2008
"El hijo del hombre se marcha a la guerra para ganar una corona de oro; Su bandera, roja como la sangre, ondea a lo lejos... ¿Quién le seguirá los pasos?"
No se por qué pero al terminar de ver "Generation Kill" recuerdo esta canción que Peachey Carnehan, uno de los dos inolvidables protagonistas de "El hombre que pudo reinar", cantaba casi al final del texto y de sus días, convertido en un mendigo más de las calles de Calcuta.
Sin duda alguna, lo mejor que me ofrece "Generation Kill" es el retrato de ese músculo que, repondiendo a la pregunta de Carnehan, siguen la bandera roja que ondea a los lejos y van a la guerra.
Meros y simples peones que van desplegándose en el tablero de la estrategia como parte de decisiones tácticas que se les escapan, obedeciendo una orden detrás de otra y viendose reducidos a la mera condición inhumana de instrumentos sometidos a mil y una reglas que, de forma contradictoria, convierten el campo de batalla en un lugar civilizado.
Teniendo que esperar, teniendo que desplazarse, mientras la guerra parece siempre estar sucediendo en alguna otra parte, delante de su marcha, con un enemigo que es más una ficción construida en los mapas del alto mando que una realidad oponiéndose a su paso.
Hay mucho nihilismo y desesperación en unos profesionales que descubren poco a poco que la guerra para la que han sido entrenados nada tiene que ver con la que están luchando, en la que constantemente mueren inocentes y en la que ellos mismos se ven sometidos a decisiones absurdas, cuando no peligrosas, de unos superiores que fundamentalmente están cualificados para hacerse obedecer.
Y es que, por encima de la guerra, se impone sobre ellos, con todos sus defectos, la dinámica de dominación que supone su propio ejército como organización piramidal, requiriendo de ellos orden, disciplina y respeto por unas normas que a veces entran en conflicto con la realidad que les impone las exigencias del combate.
Y es que, de pronto, el mayor enemigo puede ser el propio oficial superior.
Del mismo modo que en The Wire, sus protagonistas son parte integrante de una dinámica global que siempre termina imponiendo sobre ellos la marca de su ciega ley, una marca que tiene como principal consecuencia una silenciosa sensación de amargura por un trabajo que no ha sido hecho como ellos hubieran querido hacerlo. Tanto en los policias de "The Wire" como en los soldados de "Generation Kill" se revelan como individuos alienados por un sistema del que forman parte y que los utiliza de una forma desconsiderada. De alguna forma, ambos se sienten decepcionados, instrumentalizados por una lógica subyacente que es mucho más real que las leyes que flotan en la superficie y por las inocentemente han intentado rejirse, una lógica en la que el más poderoso impone sus intereses sobre el más débil y en la que hacer lo correcto puede revelarse como una idea no tan buena.
Hay un interés en Burns y Simon por mostrar el funcionamiento al desnudo de nuestra sociedad através del comportamiento de algunas de sus instituciones. Lo hicieron de manera global en "The Wire" convirtiendo la ciudad de Baltimore en el escenario de una suerte de gran teatro del mundo y vuelven a hacerlo en "Generation Kill" centrándose exclusivamente en una institución como el ejército norteamericano.
La guerra es más bien una excusa, una ocasión para que la institución del ejército salga a la luz y pueda ser vista según los planteamientos de Burns y Simon, como un lugar en el que se desarrolla casi un conflicto de clase en el que unos son explotados por otros en todos los sentidos, con unas normas instrumentales y finales como coartada... unas normas que sirven en tanto en cuanto no entran en colisión con las verdaderas reglas del juego.