Mmmmmmm... ¡Qué decir!
Lo primero de todo es que, conceptualmente, en el mundo abstracto de las ideas, la película no funciona. Un ser superior llega a la tierra dispuesto a librarla de nuestra molesta presencia termítica, la lía parda con destrucciones varías y preservación de especies en burbuja flotantes y el simple llanto suplicante de Jennifer Connelly es suficiente para que cambie de idea... Demasiada dinamita para tan poco pollo... Otra vez.
Y una vez que la cosa apocalíptica se detiene, la película termina justo cuando empieza realmente a interesarme... Porque me pregunto cómo diablos la humanidad va a cumplir la promesa de cambiar con la que el alienígena que Reeves interpreta se marcha por el mismo lugar por el que llegó.
Si alguna vez has tenido necesidad de ponerte a pensar dentro de un cine, no es una buena idea empezar a hacerlo viendo "Ultimatum a la tierra" que, por lo demás, es un correcto entretenimiento con nuestra biológica irresponsabilidad como especie de por medio.
Quién sabe.... Quizá, y además de entretener, consiga que alguién recicle su basura esta noche. Aunque no lo tengo muy claro. Mañana despertaremos a un nuevo año con las calles llenas de cabezas de gambas y langostinos... como siempre.
La próxima vez el truco de Jennifer Connelly no nos funcionará.