VOLVER
Si hay algo que debe quedar claro es que en "Volver" está lo mejor de Almodovar. Y normalmente lo mejor del director manchego aparece cuando éste da un paso atrás y deja que los personajes y las historias respiren libres de la necesidad que el propio director siente de forzar y forzar la intrínseca verdad para manifestar su genial presencia de demiurgo en ellas.
En "Volver" la historia se expresa con naturalidad, viajando del pasado al presente, moviéndose entre diferentes líneas argumentales y resulta interesante, cuando no directamente emocionante, en todo momento.
Para mi gusto el cine de Almodóvar siempre he sido un cine de fondo castizo aunque vestido a la última moda. En él, hay una línea directa que entronca a las mujeres de su infancia de pueblo manchego con los travestis y homosexuales madrileños de la década de los ochentas. Ambos son los/las humillados y ofendidos que buscan subsistir con identidad autónoma en un mundo que casi siempre les resulta ajeno.
En el cine de Almodóvar, y cuando el director manchego lo permite, late un conmovedor esfuerzo por existir, por ser, usando todos los medios y contra todo modo. Una necesidad de difícil consecución que transcurre en situaciones complicadas que se desarrollan dentro de entornos costumbristas y castizos, cuya inherente tensión es verbalizada con una inteligencia natural mediante un cierto sentido del humor que al final siempre sabe amargo.
La vida difícil de Raimunda (Penelope Cruz) no es muy diferente de las difíciles vidas de muchos personajes principales de las historias de Almodovar. Acosadas por el pasado y el presente, al constante borde de un ataque de nervios, intentan de la mejor manera posible salir adelante sorteando los obstáculos y dificultades que la vida les depara, que son muchos porque han nacido sin estrella en un suburbio real y espiritual de cuyas garras les resulta imposible salir.
Y de esa contradicción los personajes de Almodovar extraen toda la energía emocional que, cuando el director lo permite, llega hasta el espectador para traspasarle convertidos en hiperbólicos retratos de él mismo.
Existir duele y aun duele mucho mas el esfuerzo que supone mantener una intención, una voluntad, una alegría y Almodovar trabaja muy bien, cuando quiere, esos materiales minimales y primarios construyendo escenas culminantes que arrastran como un tsunami al espectador.
Además, intrínsecamente, "Volver" tiene atractivos valores propios que suman. La aparición de la muerte y la deriva fantasmal de la historia se convierten en dinamita al ser mezclados con lo mejor del costumbrismo de Pedro Almodovar. Es una lástima que la resolución sea, por decirlo así, naturalista y el relato no se mantenga dentro de lo fantástico hasta el final... pero... y después de haber sufrido "La mala educación" se lo perdono.
Por todo, y concluyendo, "Volver" es una película altamente recomendable que seguramente esté entre lo mejor de la obra de madurez del director manchego.