miércoles, octubre 28, 2009

Un poco de aire fresco
y espacio para que corra su mirada
enredandose entre los árboles,
deslizándose sobre la blanca superficie de las nubes,
botando y rebotando contra el cielo azul
como una enorme pelota de playa
que rebosa las paredes
y sobrepasa los techos
LEON RUSSELL

Great day...




















Alcorcón 4 - Real Madrid 0

Por este tipo de resultados también el futbol es grande... De cuando en cuando, la épica es posible. Los que tienen menos pueden dejar, sobre el campo, sin nada a los que tienen más.... Cómo decía la canción de Serrat, chupando un palo sentados encima de una calabaza.
El derecho a la victoria que, por decreto, parece pertenecer al poderoso se discute sobre el campo y, de cuando en cuando, va para aquel que sobre el papel está condenado a la derrota.
Y de pronto todo es posible.
Y el deporte nos abre a la vida, a la esperanza.
No todo está de antemano escrito.
La voluntad de los hombres todavía cuenta por encima de la dinámica predestinante de los a prioris.
Y la victoria no se compra, se consigue.
Pertenece a quién más la ha buscado.
No al que por condición parece con derecho a ella.
El talento natural se abre paso y nada ajeno a la pura realidad que se define en el propio campo de juego cuenta.
Como ese imparable Roy Hobbs consiguiendo ese home run final en "The natural".

Grande, Alcorcón!
Grande, fútbol!

martes, octubre 27, 2009

Se acerca lo nuevo de Clint Eastwood... Invictus.
Basado en el libro de John Carlin sobre el partido de rugby que salvó a un pais. Ya hay cartel...

lunes, octubre 26, 2009

JOHNNY CASH

Trouble in mind...




domingo, octubre 25, 2009

INOLVIDABLE















DON'T COME KNOCKING

La obsesión por el nomadismo y el viaje como metáfora de la vida misma es una constante en la cinematografía del alemán Wim Wenders. Desde "En el curso del tiempo" o "Alicia en las ciudades" hasta ésta más que aceptable (brillante teniendo en cuenta obras anteriores de Wenders) "Don't come knocking" la obra del cineasta alemán se erige como un monumento a la metafísica del viaje, al constante impulso al movimiento tanto interno como el externo que lleva a sus adolescentes protagonistas a una tierra de nunca jamás en donde todo es constante y continuamente posible porque el acabamiento, como una especie de muerte, está siempre en el llegar.
Y el viaje para Wenders es una metáfora de la vida misma.
No es de extrañar que le fascinara el libro de relatos y poemas "Crónicas de motel" de Sam Shepard. Después de todo, la desarraigada voz que escribe y que fecha las historias en distintos lugares y distintos tiempos es la voz del eterno y constante viajero.
De ese encuentro que fue casi un flechazo surgió la necesidad de colaborar entre ambos y de esa necesidad surgió la maravillosa "Paris-Texas"... La historia de Travis, alguien que regresa a poner orden a una vida abandonada, pero cuyo regreso no es más que una etapa más de un interminable viaje en el que ya sólo hay lugar para él, un viaje que le conducirá hasta incluso el olvido de sí mismo.
Casi treinta años después, Shepard y Wenders vuelven a colaborar en un proyecto que, si bien carece de la inigualable intensidad poética de "Paris-Texas", encierra suficientes atractivos como para que no resulte desdeñado.
Shepard escribe e interpreta las andanzas de Howard Spence, un desarraigado actor en decadencia que, como Travis, decide regresar a un momento de su pasado buscando una cierta paz.
Sin saber por qué Howard escapa de un rodaje montado en su caballo y esa escapada es el comienzo de un viaje que le llevará a recobrar aspectos de su vida que en su inagotable locura adolescente jamás debió olvidar... una mujer y un hijo olvidados en un perdido pueblo de Montana.
Wenders con su habitual exquisito sentido para la planificación (que a veces resulta demasiado protagonista por su virtuosismo) nos muestra la odisea de este Ulises moderno en busca de un hogar completando y cerrando su metáfora del viaje en el sentido de que no existe el viaje sino hay un lugar al que regresar.
De algún modo, Spence percibe, al final de sus dias, la acuciante necesidad de saberse llegando a alguna parte y construye su Itaca particular en base a una serie de olvidadas fotografías en blanco y negro que su madre le pone ante los ojos en un gran e inmenso acto de amor.
Y hará lo que esté en su mano por intentar recuperarla... aunque las relaciones humanas nunca hayan sido lo suyo.

Me gusta "Don't come knocking".



Wenders y Shepard... dos space cowboys que regresan
EL MUELLE DE LAS BRUMAS

Uno de los más grandes momentos de la historia del cine francés está constituido por la colaboración entre el poeta y guionista Jacques Prévert y el director Marcel Carné.

Mucho antes de que en 1945, Prevert publicase "Paroles", el libro que le convirtió en algo más que un brillante guionista capaz de construir desgarradas historias llenas de tristeza y condenada ilusión, ya había dejado huella de su talento en maravillosas historias como "Le jour se lève", "Les visiteurs du soir" o esta "Le quai des brumes", historias que el cineasta Marcel Carné supo poner en imágenes con el talento suficiente como para que ese mundo traspasara al espectador.

La poesía de Prevert es, por un lado, una poesía de la vida cotidiana, de los rigores de la misma en un mundo popular y proletario en el que todo es difícil y cuesta y, por otro, una poesía de la muchas veces imposible y siempre desesperada felicidad en ese mundo. En Prevert late la tristeza ilusionada del que, no sabe cómo y ante los rigores de la vida, aún no desespera ante la nueva mañana y el nuevo sol.

"Es como yo
decía
un poco triste y un poco alegre
Y después la iluminó una gran sonrisa
y la lluvia comenzó a caer "
(Las nubes, fragmento)

Una especie de optimismo desesperado, frente a las no tan ilusionantes circunstancias del cada día, que es pura fuerza de vida y que siempre intenta continuar sobre el barro y bajo la lluvia sin perder el sentido del humor que en Prevert es una especie de sentido de vida.

En "El muelle de las brumas" todos los personajes se encuentran atrapados en una propia telaraña de emociones y circunstancias personales que les sume en una especie de triste y espesa niebla. Incluso el desertor Jean (Jean Gabin) lo llega a verbalizar al decir que tiene la niebla dentro de la cabeza convirtiéndose en interpretante emocional de todos los personajes cuyos destinos les conducen a ese muelle de las brumas en el que algunos de ellos y, por un instante, no podrán evitar ver el sol.

Maravillosa... y triste.

jueves, octubre 22, 2009

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS


"Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses
¡Qué extraña y breve fue la juventud!"
(Los veranos, extracto. El otoño de las rosas, Francisco Brines)

PAUL SIMON

Me and Julio down by the schoolyard....




"And I´m on my way
I dont know where Im going
I´m on my way"

Lalalalaallala...
No puede evitar pensarlo.
Inspira una honda y larga dosis de nicotina de su cigarrillo.
No puede evitar creer que no es una mala persona, que simplemente es su manera de protegerse del dolor que a veces supone estar vivo... más o menos conveniente, pero su solución, la suya propia, como debe ser.
El humo brota lenta e inexorablemente de su boca.
Lo respeta.
Tampoco puede evitar éso.
Quizá debiera tener otra actitud, pero es su solución, la suya propia, más o menos conveniente, como debe ser.

The wire
En alguna parte de las Sagradas Escrituras de cuyo nombre me gustaría acordarme se dice que el mayor triunfo del mal es conseguir que los hombres no crean en su existencia... Tengo la impresión de que la mayor victoria de los totalitarismos y de la falta de libertad es convencer al hombre de que nunca ha sido más libre como ahora, en este momento.

La libertad no es un valor por si mismo.
Uno siempre es libre para algo, para realizar un proyecto... el proyecto que late potencial en su interior. De nada sirve la libertad si uno no se queda quieto, acariciándola como si fuera un gato de angora.
La libertad es un valor por lo que permite conseguir, generando un espacio relativamente limitado para el desarrollo.
Este es uno de los grandes triunfos de la modernidad... permitir la generación de ese espacio en el que el ser humano pudiera conseguir la felicidad de desarrollar ese potencial, de sentirse al final del día justificado.

Teniendo en cuento todo ésto, me pregunto si realmente en el mundo en que vivimos hace honor a la grandeza que encierra el verdadero significado de la libertad. No he dejado de preguntármelo ni un sólo segundo mientras contemplo los rostros de todos los que bailan conmigo el frenético ritmo de la ciudad, de todos los que todas las mañanas sienten un sordo cansancio triste mientras se incorporan a su lugar dentro de la máquina... Y no estoy seguro... Por supuesto que somos libres... pero para adquirir muchas más obligaciones que nos esclavizan con sus puntuales demandas en el principio de cada mes o para elegir donde cumplir nuestra obligación de consumir el salario que hemos generado produciendo los bienes y servicios que tenemos que consumir para que la rueda gire. Y me pregunto si somos lo suficientemente libres como parar y apartarnos al borde del camino el tiempo que necesitemos, el suficiente, sin necesidad de haberlo comprado por anterioridad... como para incluso pensar que podemos parar.

Ahora, y como escribía Sam Shepard, todo tiene una etiqueta, un precio. El espacio y el tiempo también lo tienen ya. Incluso tenemos una etiqueta todos y cada uno de nosotros en la que figura el limite de cielo que podemos alcanzar...

Me pregunto dónde está la verdad era libertad en un mundo de carriles a los que nos vamos incorporando sin pensar.

Me pregunto si hay algún lugar fuera de la máquina.

Y la respuesta es no.

No hay alternativa a la máquina que le pone un precio a todo y en la que todos nos hemos convertido en victimas y verdugos a cambio de muchas más cosas de las que podamos desear.

Si uno no puede parar, no hay tanta libertad.

Todos estamos en peligro.. justo ahora cuando pensamos que nunca hemos estado mejor con nuestra sociedad de consumo. El mal es así de perverso... no sería el mal si fuese de otra forma.

martes, octubre 20, 2009

THE BLIND BOYS OF ALABAMA

If i could help somebody...



viernes, octubre 16, 2009























































jueves, octubre 15, 2009
















TAXI DRIVER

Es curioso.

"Taxi Driver" es ya un clásico. Han pasado más de 30 años desde su estreno y aún me cuesta imaginarla como tal... Supongo que la película y yo nos hacemos viejos

En "Taxi Driver" hay una cierta visión premoderna y bastante conservadora de la realidad que, entre otras cosas, concibe a la ciudad, el lugar donde sucede el misterio de la modernidad, como un lugar peligroso que, con su incomprensible e inabarcable novedad, pone a prueba a la gente y la pierde.

La ciudad es una bestia que todo lo devora y así está haciéndolo con Travis Bickle (Robert de Niro) y con Steensma (Jodie Foster), la prostituta infantil. Lejos del núcleo familiar, donde está el sentido que sirve de referencia para centrar a la individualidad, la psicología de Brickle se distorsiona, pierde pie en la orilla de un océano oscuro y profundo que le arrastra hacia su interminable e inagotable interior.

La historia nos muestra el final de ese proceso. Seguramente, antes de que la historia tenga lugar, Brickle ha salido a las calles de Nueva York intentando seguir el paso de sus habitantes. A su manera ha buscado su lugar en la máquina y el resultado es la sensación de angustia que Brickle trata de combatir manteniéndose ocupado al volante nocturno de su taxi.

La mirada que Brickle dirige a las aceras es la amarga mirada del rechazado a una ceremonia que se celebra sin él, de la que -por mor de su fracaso a la hora de insertarse- se ha convertido en observador externo.

En todo este planteamiento respiran con toda seguridad los planteamientos que Paul Schrader, autor de la historia, aprendió en su infancia dentro de una familia calvinista bastante ortodoxa. Se trata de la condena del mundo y, de algún modo, la mirada de Bickle también es la mirada de Schrader concibiéndose como un ser extraño al contraste entre las ideas aprendidas desde pequeño y la realidad en que el adulto Schrader se ve inmerso.

En Bickle anidan todos los pensamientos oscuros y extremos del autor asomándose al borde de su propio fracaso en un mundo contra el que sus padres seguramente le habían prevenido, lleno de pecado materialismo y ambición. No hay que olvidar que Schrader escribió el guión en un momento malo y bajo de su vida, tras un fracaso sentimental, arruinado, en plena depresión, enfrentado a misteriosos y desgarradores fantasmas cuyos rostros sólo Schrader pudo ver. Al borde de una locura que Bickle encarna en su afán por despreciar un mundo que, siente, le desprecia... un mundo cuya pura belleza deseada encarna metafóricamente el personaje de Betsy (Cybill Sheperd).

Tanto en Betsy como en Steensma, Brickle proyecta su propia realidad desesperada. En realidad, y cada vez que Brickle les cuenta qué ve en ellas, se está describiendo a si mismo y, lo que es más importante, su recalcitrante necesidad de redención. Porque hay algo bueno en Brickle que le impedirá llegar a la total destrucción. Su locura se construirá sobre la salvación del otro y no sobre la destrucción de sí mismo.

Y en ese disparo final que el sangrante y herido Brickle se administra una vez la orgía de sangre y muerte en la que rescata a Steensma ha terminado se encuentra el cierre de su propio circulo... La muerte del monstruo que tiene en su interior, el que estaba devorándole día a día, noche a noche.

La Redención materializada en la agradecida carta de unos padres colgando de la desconchada y desprovista pared de su habitación.

miércoles, octubre 14, 2009

VOLVER

Si hay algo que debe quedar claro es que en "Volver" está lo mejor de Almodovar. Y normalmente lo mejor del director manchego aparece cuando éste da un paso atrás y deja que los personajes y las historias respiren libres de la necesidad que el propio director siente de forzar y forzar la intrínseca verdad para manifestar su genial presencia de demiurgo en ellas.

En "Volver" la historia se expresa con naturalidad, viajando del pasado al presente, moviéndose entre diferentes líneas argumentales y resulta interesante, cuando no directamente emocionante, en todo momento.

Para mi gusto el cine de Almodóvar siempre he sido un cine de fondo castizo aunque vestido a la última moda. En él, hay una línea directa que entronca a las mujeres de su infancia de pueblo manchego con los travestis y homosexuales madrileños de la década de los ochentas. Ambos son los/las humillados y ofendidos que buscan subsistir con identidad autónoma en un mundo que casi siempre les resulta ajeno.

En el cine de Almodóvar, y cuando el director manchego lo permite, late un conmovedor esfuerzo por existir, por ser, usando todos los medios y contra todo modo. Una necesidad de difícil consecución que transcurre en situaciones complicadas que se desarrollan dentro de entornos costumbristas y castizos, cuya inherente tensión es verbalizada con una inteligencia natural mediante un cierto sentido del humor que al final siempre sabe amargo.

La vida difícil de Raimunda (Penelope Cruz) no es muy diferente de las difíciles vidas de muchos personajes principales de las historias de Almodovar. Acosadas por el pasado y el presente, al constante borde de un ataque de nervios, intentan de la mejor manera posible salir adelante sorteando los obstáculos y dificultades que la vida les depara, que son muchos porque han nacido sin estrella en un suburbio real y espiritual de cuyas garras les resulta imposible salir.

Y de esa contradicción los personajes de Almodovar extraen toda la energía emocional que, cuando el director lo permite, llega hasta el espectador para traspasarle convertidos en hiperbólicos retratos de él mismo.

Existir duele y aun duele mucho mas el esfuerzo que supone mantener una intención, una voluntad, una alegría y Almodovar trabaja muy bien, cuando quiere, esos materiales minimales y primarios construyendo escenas culminantes que arrastran como un tsunami al espectador.

Además, intrínsecamente, "Volver" tiene atractivos valores propios que suman. La aparición de la muerte y la deriva fantasmal de la historia se convierten en dinamita al ser mezclados con lo mejor del costumbrismo de Pedro Almodovar. Es una lástima que la resolución sea, por decirlo así, naturalista y el relato no se mantenga dentro de lo fantástico hasta el final... pero... y después de haber sufrido "La mala educación" se lo perdono.

Por todo, y concluyendo, "Volver" es una película altamente recomendable que seguramente esté entre lo mejor de la obra de madurez del director manchego.
INOLVIDABLE

The Royal Tenenbaums...


Los silencios siempre esconden secretos.
Misterios que se inventan y reinventan
a la variable luz de cada gesto,
de cada rasgo,
atravesando la translúcida distancia
que separa el engaño del desengaño.