THE BASEBALLS
Umbrella...
Un poco "mundo pixel" pero se supera con voluntad... como casi todo.
viernes, mayo 21, 2010
jueves, mayo 20, 2010
PATNA
Es importante el timing.
La consonante o asonante rima de los momentos
sobre el silencio blanco del tiempo.
No basta estar.
Ni tampoco es suficiente con querer.
Si todo fuese así de fácil
no vestirían de lágrimas los ojos
ni tampoco la distancia devoraría tantos adioses.
Es importante el timing.
La consonante o asonante rima de los momentos
sobre el silencio blanco del tiempo.
No basta estar.
Ni tampoco es suficiente con querer.
Si todo fuese así de fácil
no vestirían de lágrimas los ojos
ni tampoco la distancia devoraría tantos adioses.
Y el arrasador abrazo helado del agua llegaría seguro,
trayendo consigo el esquivo principio del fin
en el lugar más alejado de un eterno último segundo.
en el lugar más alejado de un eterno último segundo.
"Trabó, naturalmente, relaciones con gentes de su profesión que halló en el puerto. De dos clases eran éstas. Algunas, pocas en verdad, y rara vez vistas en aquellas tierras, llevaban una vida misteriosa, adivinándose en ellas indestructible y concentrada energía, con carácter de pirata y ojos de soñador. Parecían vivir en alocado laberinto de proyectos, esperanzas, peligros y grandes empresas, como avanzadas de la civilización en los oscuros senderos del mar; y su muerte era el único acontecimiento de su fantástica existencia que se presentaba, pensando razonablemente, como de segura realización"
(Lord Jim, Joseph Conrad)
(Lord Jim, Joseph Conrad)
martes, mayo 18, 2010
07:13 AM
Despertar
para encontrar la mirada en el mismo lugar donde quedó.
Rescatar el arrugado asombro del cesto de la ropa sucia
y volver a vestirlo.
Anudarse la manchada corbata
con mano firme de experto.
Desayunar
y sentir que la saciedad es un incesante imposible.
Una vez más creerlo todo,
suavemente,
con calma,
como si jamás hubiera sucedido el afilado rigor pétreo de ayer
y nunca hubiésemos llegado con el último aliento
al dudoso cobijo del sueño.
Fingir,
tal vez soñar.
Despertar
para encontrar la mirada en el mismo lugar donde quedó.
Rescatar el arrugado asombro del cesto de la ropa sucia
y volver a vestirlo.
Anudarse la manchada corbata
con mano firme de experto.
Desayunar
y sentir que la saciedad es un incesante imposible.
Una vez más creerlo todo,
suavemente,
con calma,
como si jamás hubiera sucedido el afilado rigor pétreo de ayer
y nunca hubiésemos llegado con el último aliento
al dudoso cobijo del sueño.
Fingir,
tal vez soñar.
domingo, mayo 16, 2010
Magnífico artículo de Joaquín Estefanía en las páginas dominicales de El País.
Otra importante variable...
"Se ha entrado en una nueva fase de la crisis económica: la de la deuda soberana. Tras el estallido de las hipotecas de alto riesgo, los aumentos de los precios de los alimentos y las materias primas, los riesgos por la falta de liquidez y de solvencia de las entidades financieras, y la recesión en la economía real, llegan ahora las dificultades de los Estados, que no dan más de sí. Lo que comporta una gran paradoja: tras haberse endeudado éstos para salvar a los grandes bancos de la quiebra (generando una liquidez masiva, comprando activos de mala calidad, garantizando las emisiones de la deuda privada y entrando en el capital de las entidades, nacionalizándolas durante un rato), y después de haber gastado masivamente en programas de estímulo para que no cayeran sectores productivos enteros en los concursos de acreedores y en las quiebras masivas y para que la Gran Recesión no se convirtiese en una Gran Depresión como la de los años treinta del siglo pasado, los Estados son acusados ahora -por los mismos que fueron auxiliados con el dinero de los contribuyentes- de derrochadores. "
(Crecimiento o barbarie, Joaquín Estefanía)
Un agente de esta crisis no admite su responsabilidad en las repercusiones que sus acciones dentro de los parquets tienen fuera de los mismos. Tira la piedra, los que pueden recogen las ganancias y todos esconden la mano cuando llegan las curvas de las ondas expansivas... Sin olvidarse de darnos lecciones de cómo deben ser las cosas y el mundo.
"Se ha entrado en una nueva fase de la crisis económica: la de la deuda soberana. Tras el estallido de las hipotecas de alto riesgo, los aumentos de los precios de los alimentos y las materias primas, los riesgos por la falta de liquidez y de solvencia de las entidades financieras, y la recesión en la economía real, llegan ahora las dificultades de los Estados, que no dan más de sí. Lo que comporta una gran paradoja: tras haberse endeudado éstos para salvar a los grandes bancos de la quiebra (generando una liquidez masiva, comprando activos de mala calidad, garantizando las emisiones de la deuda privada y entrando en el capital de las entidades, nacionalizándolas durante un rato), y después de haber gastado masivamente en programas de estímulo para que no cayeran sectores productivos enteros en los concursos de acreedores y en las quiebras masivas y para que la Gran Recesión no se convirtiese en una Gran Depresión como la de los años treinta del siglo pasado, los Estados son acusados ahora -por los mismos que fueron auxiliados con el dinero de los contribuyentes- de derrochadores. "
(Crecimiento o barbarie, Joaquín Estefanía)
Un agente de esta crisis no admite su responsabilidad en las repercusiones que sus acciones dentro de los parquets tienen fuera de los mismos. Tira la piedra, los que pueden recogen las ganancias y todos esconden la mano cuando llegan las curvas de las ondas expansivas... Sin olvidarse de darnos lecciones de cómo deben ser las cosas y el mundo.
Los mercados quieren beneficiarse de las ventajas de un mundo global e interconectado. De las consecuencias negativas de sus actos otros tienen la culpa y otros deben resolverlo. Ni siquiera es que sean codiciosos. Viven en otro mundo. La única realidad relevante para ellos es la de los análisis comparativos de series numéricas y las oportunidades que se deducen de ellos, oportunidades que sólo deben resolverse en beneficios económicos.
Todo lo demás no existe o existe en función de ese juego.
La sagrada virtualidad de los mercados no se cuestiona.
La caída del muro de Berlín aplastó a unos monstruos... pero estamos descubriendo que liberó a otros.
Se nos olvida la materia de la que estamos hechos, aunque constantemente las consecuencias de sus actos estén ahí para recordarnoslo.
sábado, mayo 15, 2010
"Y es que acabó el partido y, que cosas, medio estadio se echó a llorar y el otro medio puso cara de circunstancias de flemático perdedor hermético. Los que se echaron a llorar, naturalmente, fueron los que ganaron, confirmando una vez más que esto del Atleti es distinto a todo. Porque el pitido final coincidió con un llanto general, un llanto precioso y alegre y profundo, con abrazos largos y ojos llorosos, con miradas al cielo, solos todos entre la grada repleta, recordando a los que se habrían alegrado tantísimo en ese momento pero ya no están y a los que, por haberse quedado en Madrid, no estaban allí para llorar con el resto. Los numerosos aficionados del Hamburgo que poblaban las gradas miraban atónitos a una masa que había pasado el día cantando y bailando y, ahora que había conseguido aquello que venía a celebrar, se echaba a llorar desconsolada. Lloró la afición de alegría, que no es algo de lo que pueda presumir mucha gente, y el llanto se llevó los recuerdos de Lyon, de Bruselas, de Sevilla, Zaragoza y Valencia."
(Crónica del día que nos merecíamos, El rojo y el blanco)
Maravilloso...
(Crónica del día que nos merecíamos, El rojo y el blanco)
Maravilloso...
LINEALIDAD VS. NO LINEALIDAD
I
"Las ecuaciones diferenciales lineales, y los sistemas que describen, se han estudiado desde que Newton inventó el cálculo y hoy en día se comprenden tan bien que existen procedimientos bien definidos y relativamente simples para solucionarlos. El comportamiento de estos sistemas lineales es previsible; normalmente se pueden analizar en partes más simples, y comprender un tipo de solución que ayuda al matemático a considerar otros tipos. Los sistemas lineales son graduales y moderados; su comportamiento refinado y regular se encuentra en ríos que fluyen lentamente, circuitos eléctricos que funcionan bajo condiciones normales, productos químicos que reaccionan lentamente, pequeñas vibraciones, motores que funcionan a baja potencia, sonidos silenciosos y estructuras sencillas.
Pero una vez que se aumenta el poder o violencia de un sistema, sale de la región familiar y entra en el mundo más complejo de los efectos no lineales: los ríos se vuelven turbulentos, los amplificadores se sobrecargan y distorsionan, los productos químicos explotan, las máquinas sufren oscilaciones incontrolables, las placas se doblan, los metales se fracturan y las estructuras se derrumban. No obstante, en algunos casos, estos efectos no lineales pueden no ser destructivos sino implicar formas originales de comportamiento y el surgimiento de nuevas formas de estructura.
Una barra metálica que se carga con pesas responde linealmente en un primer momento. Cada vez que se añade una pequeña pesa, la barra se dobla en la proporción correspondiente; pequeñas cargas producen pequeños efectos y un gráfico que relacione cuánto se doble la barra con la carga aplicada, resulta lineal y previsible. Pero supongamos que esta carga alcanza un punto crítico; de repente la curva ya no se relaciona solamente con la carga, y la barra se deforma o se fractura. En esta fase no lineal, o «la última gota que hace colmar el vaso», una pequeña causa produce un efecto drástico y el gráfico de lo que se dobla tiene, en comparación con la carga, una discontinuidad inesperada y repentina.
Pisar el acelerador de un coche da como resultado un aumento suave de velocidad. Al principio, este aumento está en la región lineal y todo es regular y previsible. Sin embargo, cuando el coche alcanza una determinada producción de fuerza crítica, los efectos no lineales se vuelven importantes. Una pequeña pisada adicional del acelerador puede provocar que el coche vibre violentamente o que el motor se caliente y se cale. Del mismo modo, un pequeño giro del control de volumen de un equipo estereofónico produce una reacción lineal de los altavoces, pero si se sube demasiado el volumen las no linealidades en los circuitos electrónicos producen una marcada distorsión.
La naturaleza es rica en ejemplos de comportamiento no lineal. De hecho, resulta que la no linealidad es la regla y no la excepción; el mundo se debe describir matemáticamente con ecuaciones que exhiban puntos críticos y órdenes nuevos de comportamiento y no siempre se puede analizar o descomponer en formas más simples. Entonces, ¿por qué los conceptos de la linealidad y previsibilidad han tenido una posición tan destacada en la ciencia? La respuesta es simple: hasta el advenimiento de ordenadores de alta velocidad y el desarrollo de técnicas matemáticas nuevas, las ecuaciones diferenciales no lineales eran como un libro cerrado. Sin embargo, sus complementos lineales se podían solucionar de un modo claro. Correspondían a simples leyes físicas y al análisis de sistemas complejos en elementos más simples que actuaban recíprocamente.
Por esta razón, hasta hace una década aproximadamente, la mayoría de los científicos tendían a concentrarse en el campo lineal de los sistemas y, hasta cierto punto, ignorar otros comportamientos. Al estudiar el paso del agua a través de un conducto estrecho o la relación de un avión con el aire, la región no lineal se calificaba de «turbulencia» y sólo se trataban detalladamente unos pocos casos especiales. Pero hoy, gracias a los ordenadores más avanzados, es posible simular varias formas de turbulencia y utilizar nuevas formas de matemática para clasificar los distintos órdenes de solución. La riqueza del mundo no lineal es un descubrimiento relativamente reciente que sólo ahora se abre a los exploradores matemáticos. No obstante, la linealidad estimula una actitud mental tendiente a simplificar el análisis de los sistemas más complejos. Esto también es debido a que un sistema lineal siempre se puede analizar como una colección de ecuaciones diferenciales lineales emparejadas que corresponden a elementos que actúan recíprocamente".
II
"Esta consideración proporciona una razón a la tradición de ver la naturaleza en términos de análisis y a la interacción causal de entidades elementales. A condición de que la atención siempre se limite a sistemas que funcionan dentro de un campo lineal limitado, esta aproximación es válida. Pero en los casos más generales de caos, turbulencia, cambios de estado, transición y evolución, la naturaleza expone mecanismos mucho más sutiles en que se manifiestan propiedades nuevas y emergentes y las descripciones deben tener en cuenta el sistema total y no sólo sus partes.
Esta naturaleza no lineal es más parecida en su funcionamiento a un organismo que a una máquina. Por lo tanto, su comprensión requiere nuevas actitudes que estén más relacionadas con la sincronicidad que con la causalidad lineal, en las que patrones y órdenes surgen del fundamento general del cambio. Dentro de tal planteamiento, la mente ya no puede parecer materia extraña en un universo mecánico, sino que el funcionamiento de la mente tendrá resonancias con las transformaciones de la materia y, en efecto, se descubrirá que los dos surgen de una base más profunda."
(Sincronicidad, David Peat)
"Las ecuaciones diferenciales lineales, y los sistemas que describen, se han estudiado desde que Newton inventó el cálculo y hoy en día se comprenden tan bien que existen procedimientos bien definidos y relativamente simples para solucionarlos. El comportamiento de estos sistemas lineales es previsible; normalmente se pueden analizar en partes más simples, y comprender un tipo de solución que ayuda al matemático a considerar otros tipos. Los sistemas lineales son graduales y moderados; su comportamiento refinado y regular se encuentra en ríos que fluyen lentamente, circuitos eléctricos que funcionan bajo condiciones normales, productos químicos que reaccionan lentamente, pequeñas vibraciones, motores que funcionan a baja potencia, sonidos silenciosos y estructuras sencillas.
Pero una vez que se aumenta el poder o violencia de un sistema, sale de la región familiar y entra en el mundo más complejo de los efectos no lineales: los ríos se vuelven turbulentos, los amplificadores se sobrecargan y distorsionan, los productos químicos explotan, las máquinas sufren oscilaciones incontrolables, las placas se doblan, los metales se fracturan y las estructuras se derrumban. No obstante, en algunos casos, estos efectos no lineales pueden no ser destructivos sino implicar formas originales de comportamiento y el surgimiento de nuevas formas de estructura.
Una barra metálica que se carga con pesas responde linealmente en un primer momento. Cada vez que se añade una pequeña pesa, la barra se dobla en la proporción correspondiente; pequeñas cargas producen pequeños efectos y un gráfico que relacione cuánto se doble la barra con la carga aplicada, resulta lineal y previsible. Pero supongamos que esta carga alcanza un punto crítico; de repente la curva ya no se relaciona solamente con la carga, y la barra se deforma o se fractura. En esta fase no lineal, o «la última gota que hace colmar el vaso», una pequeña causa produce un efecto drástico y el gráfico de lo que se dobla tiene, en comparación con la carga, una discontinuidad inesperada y repentina.
Pisar el acelerador de un coche da como resultado un aumento suave de velocidad. Al principio, este aumento está en la región lineal y todo es regular y previsible. Sin embargo, cuando el coche alcanza una determinada producción de fuerza crítica, los efectos no lineales se vuelven importantes. Una pequeña pisada adicional del acelerador puede provocar que el coche vibre violentamente o que el motor se caliente y se cale. Del mismo modo, un pequeño giro del control de volumen de un equipo estereofónico produce una reacción lineal de los altavoces, pero si se sube demasiado el volumen las no linealidades en los circuitos electrónicos producen una marcada distorsión.
La naturaleza es rica en ejemplos de comportamiento no lineal. De hecho, resulta que la no linealidad es la regla y no la excepción; el mundo se debe describir matemáticamente con ecuaciones que exhiban puntos críticos y órdenes nuevos de comportamiento y no siempre se puede analizar o descomponer en formas más simples. Entonces, ¿por qué los conceptos de la linealidad y previsibilidad han tenido una posición tan destacada en la ciencia? La respuesta es simple: hasta el advenimiento de ordenadores de alta velocidad y el desarrollo de técnicas matemáticas nuevas, las ecuaciones diferenciales no lineales eran como un libro cerrado. Sin embargo, sus complementos lineales se podían solucionar de un modo claro. Correspondían a simples leyes físicas y al análisis de sistemas complejos en elementos más simples que actuaban recíprocamente.
Por esta razón, hasta hace una década aproximadamente, la mayoría de los científicos tendían a concentrarse en el campo lineal de los sistemas y, hasta cierto punto, ignorar otros comportamientos. Al estudiar el paso del agua a través de un conducto estrecho o la relación de un avión con el aire, la región no lineal se calificaba de «turbulencia» y sólo se trataban detalladamente unos pocos casos especiales. Pero hoy, gracias a los ordenadores más avanzados, es posible simular varias formas de turbulencia y utilizar nuevas formas de matemática para clasificar los distintos órdenes de solución. La riqueza del mundo no lineal es un descubrimiento relativamente reciente que sólo ahora se abre a los exploradores matemáticos. No obstante, la linealidad estimula una actitud mental tendiente a simplificar el análisis de los sistemas más complejos. Esto también es debido a que un sistema lineal siempre se puede analizar como una colección de ecuaciones diferenciales lineales emparejadas que corresponden a elementos que actúan recíprocamente".
II
"Esta consideración proporciona una razón a la tradición de ver la naturaleza en términos de análisis y a la interacción causal de entidades elementales. A condición de que la atención siempre se limite a sistemas que funcionan dentro de un campo lineal limitado, esta aproximación es válida. Pero en los casos más generales de caos, turbulencia, cambios de estado, transición y evolución, la naturaleza expone mecanismos mucho más sutiles en que se manifiestan propiedades nuevas y emergentes y las descripciones deben tener en cuenta el sistema total y no sólo sus partes.
Esta naturaleza no lineal es más parecida en su funcionamiento a un organismo que a una máquina. Por lo tanto, su comprensión requiere nuevas actitudes que estén más relacionadas con la sincronicidad que con la causalidad lineal, en las que patrones y órdenes surgen del fundamento general del cambio. Dentro de tal planteamiento, la mente ya no puede parecer materia extraña en un universo mecánico, sino que el funcionamiento de la mente tendrá resonancias con las transformaciones de la materia y, en efecto, se descubrirá que los dos surgen de una base más profunda."
(Sincronicidad, David Peat)
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