Seguramente no sos vos, que soy yo, pero lo cierto es que un alien me ha salido del cuerpo cuando he visto esa foto tuya en los Goyas no demasiado bien vestido para la ocasión, pero, y en cualquier caso, cumpliendo el objetivo de mimetizarte.
No obstante, creo que hay otras maneras de vestir bien sin tener que recurrir a ese terno negro y blanco que en absoluto le pega a tu imagen pública.
¿Es que no hay asesores de imagen en Podemos?
¿Es que no hay diseñadores alternativos?
¿Todos son de la casta?
En cualquier caso, te insisto en que seguramente soy yo porque, del mismo modo que pienso que una persona de izquierdas no puede ser millonaria, tampoco creo que alguien como tú, con lo que eres y representas (no voy a decir todavía que has sido), aparezca así en un evento de tanta repercusión pública.
Supongo que te ha podido tu pasión por el cine, pero pensaba que te interesaban otras cosas y no tanto el rollo de la alfombra roja y su desfile de vanidades.
En cualquier caso, te confieso que desde hoy me cuesta mucho menos imaginarte dentro de 30 años, sobre la proa de una yate, gordako como tú solo, fumando un buen puro mientras en bikini la rubia de turno te masajea la espalda buscando que olvides el gatillazo del polvo de hace un rato.
Lo cierto es que cada vez tengo más claro que tu objetivo no es cambiar las cosas sino el sorpasso, ocupar el lugar reservado a la izquierda en el trono del bipartidismo, un lugar que desde hace casi medio siglo viene ocupando el PSOE.
Todavía te queda un poco para conseguirlo.
No basta con igualarte en número de votos porque el PSOE sigue ganando en los lugares donde los escaños son más baratos, pero te reconozco que estas más cerca.
Supongo que tienes derecho a realizar tus sueños, sentarte al lado de Penelope Cruz o de Blanca Suarez, pero te confiese que como votante hubiera preferido imaginarte leyendo a Gramsci.
Llámame tonto si quieres.
No obstante, creo que hay otras maneras de vestir bien sin tener que recurrir a ese terno negro y blanco que en absoluto le pega a tu imagen pública.
¿Es que no hay asesores de imagen en Podemos?
¿Es que no hay diseñadores alternativos?
¿Todos son de la casta?
En cualquier caso, te insisto en que seguramente soy yo porque, del mismo modo que pienso que una persona de izquierdas no puede ser millonaria, tampoco creo que alguien como tú, con lo que eres y representas (no voy a decir todavía que has sido), aparezca así en un evento de tanta repercusión pública.
Supongo que te ha podido tu pasión por el cine, pero pensaba que te interesaban otras cosas y no tanto el rollo de la alfombra roja y su desfile de vanidades.
En cualquier caso, te confieso que desde hoy me cuesta mucho menos imaginarte dentro de 30 años, sobre la proa de una yate, gordako como tú solo, fumando un buen puro mientras en bikini la rubia de turno te masajea la espalda buscando que olvides el gatillazo del polvo de hace un rato.
Lo cierto es que cada vez tengo más claro que tu objetivo no es cambiar las cosas sino el sorpasso, ocupar el lugar reservado a la izquierda en el trono del bipartidismo, un lugar que desde hace casi medio siglo viene ocupando el PSOE.
Todavía te queda un poco para conseguirlo.
No basta con igualarte en número de votos porque el PSOE sigue ganando en los lugares donde los escaños son más baratos, pero te reconozco que estas más cerca.
Supongo que tienes derecho a realizar tus sueños, sentarte al lado de Penelope Cruz o de Blanca Suarez, pero te confiese que como votante hubiera preferido imaginarte leyendo a Gramsci.
Llámame tonto si quieres.