jueves, noviembre 01, 2007

HALLOWEEN, POR LA MAÑANA

The band + The Staples singers, The weight....

domingo, octubre 28, 2007

INOLVIDABLE

Mulholland drive.... El club del silencio.



¡No hay banda!
BIENVENIDO MR. CHANCE

Basada en una novela homónima escrita en 1971 por el escritor polaco-americano Jerzy Kosinsky, "Bienvenido Mr. Chance" es una fascinante parábola sobre la seducción.

Magníficamente interpretado por el brillante Peter Sellers (quién siempre quiso interpretar este personaje y que curiósamente terminó siendo el último de su carrera), Chance es un retrasado que ha trabajado toda su vida apartado del mundo, trabajando como jardinero y sin salir de la casa que ha estado cuidando.

La inevitable muerte por vejez de su señor le obliga a abandonar la casa y salir a la ciudad de Washington donde, y tras una serie de peripecias, acaba convirtiéndose en amigo personal de uno de los hombres más influyentes del país.

Allí, y de la mano de la fascinación que despierta en ese hombre tan influyente, su opiniones simples acabarán alcanzando la influencia suficiente como para determinar el discurso del propio presidente de los Estados Unidos.

La simpleza de Chance le convierte en una especie de espejo donde cada personaje encuentra su propio reflejo.

En este sentido, Chance es la seducción en estado puro. Enfrentados a su simple discurso (respetuoso, reactivo y centrado en la jardinería) todos los personajes terminan por transferir a sus palabras un significado que está en ellos mismos y que sólo puede manifestarse con Chance como vehículo.

El encanto de Chance está ahí.

Sus palabras son una especie de grado cero del discurso, una forma que está a la espera de un signficado aportado por los interlocutores de forma que todos se realizan con él y a través de él. Así, Chance se convierte en un intermediario, un catalizador de espíritus sin salir de su autista mundo interior.

Nadie le ve tal y como es, como un retrasado que sólo habla de jardinería, porque todos se están viendo a ellos mismos.

Chance es como aquel marciano protagonista de uno de los relatos escritos por Ray Bradbury en su maravillosa "Crónicas marcianas" cuyo nombre no recuerdo. Un personaje que era capaz de transformarse en aquello que los humanos que le salían al paso más añoraban de su mundo.
DOMINGO, POR LA MAÑANA

The unforgettable fire, U2...

"Los rasgos clave de la edad moderna tuvieron dos comienzos intelectuales distintos. El primero se debió a Erasmo y los demás humanistas del Renacimiento, que vivieron en una época de relativa prosperidad y crearon una cultura marcada por la sensatez y la tolerancia religiosa. El segundo comienzo se debió a Descartes y los demás racionalistas del siglo XVII, que reaccionaron a la crisis económica de su época -en la que la tolerancia se consideraba un fracaso y la religión se defendía con la espada- renunciando a la modestia escéptica de los humanistas y buscando pruebas racionales que apuntalaran nuestras creencias con una certeza neutral respecto a todas las posturas religiosas... Se propusieron desarrollar unos modos racionales de pensamiento, alejados de la superstición medieval y el control teológico."
(Cosmópolis, Stephen Toulmin)

domingo, octubre 21, 2007

INOLVIDABLE




Una de mis secuencias favoritas de "Lost Highway"... El talento de Lynch para inquietar elevado a la enésima potencia.

El encuentro directo con la bestia que uno lleva dentro.

Desdoblamiento.
DOMINGO, POR LA MAÑANA

Van Morrison, Vanlose Stairway...



"Send me your bible child"
WONDERLAND

Casi todas las películas de Michael Winterbottom tienen una personalidad muy acusada. Son obras cerradas cuyo fondo y forma está en función del punto de vista con que Winterbottom decide mirarlas, lo que hace que resulten muy diferentes entre sí, tan diferentes que uno no pensaría que el mismo director se encuentra detrás de ellas.

Esa es la primera impresión que, de forma genérica, me produce el cine de Winterbottom. La siguiente es que su obra me resulta muy desigual, algunas me han gustado mucho y otras, nada. "Wonderland" entra dentro del primer grupo. Quizá sea mi película favorita de Winterbottom... Y lo es hasta que, como ahora mismo, recuerdo que también ha hecho "24 hour party people".

En cualquier caso, "Wonderland" es una película extraordinaria. La crónica de la vida diaria de una serie de londinenses de clase baja y principalmente centrada en la peripecia vital de tres hermanas de una misma familia. Sobre ellas, sobre su realidad y sus sueños, gira esta estimulante película dedicada a mostrar la mayor o menor distancia que separa el "ser" del "querer ser" en el corazón de sus personajes y también los efectos que produce en ellos las repentinas y diarias constataciones de esa distancia.

Es por ésto por lo que, siempre que veo "Wonderland", termino pensando en "The Crowd", la maravillosa película de King Vidor... Otra obra maestra del cine como arte.

En ambas se muestra el esfuerzo por la existencia de individuos normales y corrientes, siempre a punto de ser devorados por el mecanismo sistémico de la cotidianidad urbana y que siempre extraen la fuerza para seguir adelante de un inagotable fondo de sueños y esperanzas. De cuando en cuando, el drama surge por la constatación de distancias, la zona oscura que separa lo que se desea de lo que se obtiene, un abismo al que muy pocos se atreven a enfrentar porque en él se encierra la crítica personal y la crítica social.

Como si en el fondo estuvieramos hechos para seguir adelante.

Al final, el panorama es tan agradable o desagradable como uno quiera conceptualizarlo. La interpretación es una responsabilidad individual, pero tanto Vidor como Winterbottom optan por la esperanza encarnada, curiosamente, y en ambos casos, por las nuevas generaciones que traen consigo, prendido de su primer llanto, encarnándo la esperanza de forma fáctica, por el simple hecho de existir.

Un programa doble, "The crowd" y "Wonderland" sería maravilloso.

Intuyo que mi primera reflexión sería que casi cien años después las cosas no han cambiado tanto.

Como si el ser humano, en contra de lo que nos dice el sueño de la racionalidad ilustrada, siempre fuera el mismo y su naturaleza no fuera lineal y progresiva sino progresiva dentro de un interminable ciclo que siempre nos conduce a la tristeza o a la ilusión.












DISCRETO ENCANTO DEL DEPORTE

La pasada noche el equipo sudafricano de rugby se hizo con el mundial derrotando a la escuadra inglesa comandada por un desaparecido Wilkinson.

Se hizo justicia. Aunque con un ajustado tanteo (15-6), la victoria se decantó del lado del mejor equipo del mundial en una final en la que no hubo ensayos (por lo visto, la segunda de la historia).

Sudáfrica que acreditaba poseer el mejor ataque, demostró también tener la mejor defensa anulando por todo el campo el inagotable y generoso esfuerzo de los británicos en un partido que fue un combate perpetuo y al límite, combate del que salieron mas perjudicados los ingleses pues perdieron a jugadores como el veterano Mike Catt que estaba realizando un inteligente partido en defensa.

El partido tuvo su momento épico y definitivo en la carga brutal del ataque sudafricano sobre la defensa británica ¡a un palmo de la línea de ensayo! que los británicos defendieron de una forma épica, pero sin poder evitar un lanzamiento a palos del infalible Montgomery que supuso tres puntos más para los australes.

La contestación de los británicos fue una cabalgada espectacular de Tait esquivando los intentos de placaje de varios jugadores sudafricanos, que culminó en un ensayo de Cueto casi al límite de la línea de banda... y que los árbitros no dieron por estimar que un pie de Cueto estaba fuera del campo cuando posó el balón en el área de ensayo.

Ahí estuvo el partido.

Con el ensayo en el mercador y el talento de Wilkinson lanzando a palos, los británicos se hubieran puesto a un punto de los sudáfricanos y quizá las cosas hubieran cambiado. Pues en otros partidos como el librado contra los franceses, los ingleses se han mostrado como un equipo fajador y limitado, consciente de sus virtudes y sus defectos, sabedor de los modos de aprovechar las primeras y minimizar los últimos, siempre con la imprescindible ayuda de su jugador Jonny Wilkinson (quizá el mejor del mundo).

Pero esa es otra historia.

No hubo ensayo, Wilkinson no apareció y los sudafricanos terminieron venciendo un partido que, como casi todas las finales de todos los deportes, fue un encuentro emocionante y aceptablemente jugado.

Partido del que, como indeleble huella, queda esta milagrosa y emocionante foto final, imposible hace 15 años para el deporte favorito de los blancos del país austral, casi una religión por aquello pagos.

Sudafricanos blancos y negros abrazados y sonrientes formando una piña, un equipo.

Sobran las palabras, ante este discreto encanto que tiene del deporte.

Tres últimas cosas:

- La constatación de que el rugby quizá sea el mejor deporte de equipo que se juega en este planeta por muchas y variadas razones que merecen un propio y futuro post.
- España estuvo presente de forma indirecta al final: el sudafricano Habana es descendiente de catalanes y el inglés Cueto, desciende de asturianos (y se notaba mogollón... con doscientos como ese hechamos a pedradas a los moros en Covadonga)
- Si Italia ha conseguido un equipo de rugby competitivo, nosotros también podemos conseguirlo. Embebidos por el futbol, nos estamos perdiendo la magia total de este deporte.

sábado, octubre 20, 2007

1
"Sorprendido, Adorno constata que ideas cargadas de impulsos de cambio, como liberación, emancipación y progreso, han conseguido precisamente lo contrario, a saber: la cosificación del hombre, su esclavización por parte de una doctrina dogmática, o por parte de una sofisticada tecnología. Y una de las construcciones de esa sofisticada tecnología son los modernos medios de comunicación, que crean y difunden una determinada forma de cultura, sometida a los mismos parámetros que cualquier industria... el resultado es la expropiación de la conciencia de los hombres por los medios centralizados de la comunicación pública. "

2
"En la industria de la cultura ocupa un lugar importante lo que Adorno llama el arte inferior, que ha sido modificado cualitativamente por ella para conseguir la integración social no traumática y sin esfuerzo por parte del sujeto."

3
"Ese arte inferior pretende disminuir la distancia entre la obra de arte y el sujeto que la observa, distancia que a éste podría parecerle humillante, sensación que urge anular o, cuando menos aliviar"

4
"Hasta llegar esta época de total manipulación de la mercancía artística, el sujeto que miraba, oía o leía algo artístico debía olvidarse de sí mismo, serenarse y perderse en ello. La identificación a la que tenía como ideal no consistía en igualar la obra de arte con él, sino igualarse él a la obra de arte. Era la sublimación estética: Hegel llamaba a esta actitud libertad hacia el objeto"

5
"Ese movimiento y esa actitud hacía honor al sujeto, que aceptaba la distancia que la obra de arte le imponía, y que se exigía a sí mismo un estiramiento espiritual, una gimnasia, un esfuerzo que le permitiera alcanzar algo de esa obra de arte."
(Adorno y la crítica de la cultura de masas, Javier del Rey Morató)

El resultado es la dominación del individuo desde lo simbólico.
El cierre del circulo.

El espejo le devuelve la imagen de lo que él realmente es.
El circuito se cierra.
No hay posibilidad de ruptura.

Se produce el efecto de realidad de un orden que parece ser natural.
Whay you see is what you get.
La pura facticidad de un debate que hace imposible la abstracción de cualquier cuestionamiento.

La simplicación y la facilitación tiene un valor ambivalente: nos hace la vida más cómoda, pero también nos hace prisioneros.

La docilidad absoluta de una humanidad que se ha convertido en clientela de sí misma.

La sociedad de consumo de masas.

6
"Las distinciones artificiales entre los productos, sirven para clasificar, organizar y manipular a los ciudadanos, convertidos en meros consumidores de productos cuyas sutiles diferencias han sido diseñadas para ellos: cada uno debe comportarse de acuerdo con el nivel que el sistema le ha asignado previamente y para el que el sistema tiene previsto toda una serie de productos y servicios. El sistema prescribe comportamientos: el individuo debe comportarse según lo que se espera de él y consumir lo que el sistema produce para él. El Esquematismo de la producción le exime de pensar, porque todo está pensado, porque él mismo, como consumidor, es un pensamiento elaborado por el sistema."
(Adorno y la crítica de la cultura de masas, Javier del Rey Morató)

Y el sistema no es una abstracción.
Está compuesto por todos esos mismo individuos, victimas de sí mismos porque el productor necesita del consumidor para poder vivir (ganar dinero y poder convertirse en consumidor) y el consumidor necesita de productores para poder consumir (encontrar ficciones/productos que trabajándole el inagotable deseo le permitan realizarse como tal, en la facticidad de un acto de intercambio).

Máquinas productoras/consumidoras privadas de todo aquello que las hace humanas... y el arte, la capacidad de trascendencia, es uno de esos vehículos que nos devuelve la humanidad.


7
"Para Kant la Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad para servirse de su inteligencia sin la guía del otro... El filósofo de Königsberg acusaba a los hombres de pereza y cobardía, causa de que la mayoría de ellos permaneciera a gusto en su estado de pupilos tutelados y condenados a una incapacidad que se ha convertido casi en segunda naturaleza"

Y después de tanto tiempo, nos acabamos dotando de un nuevo Dios -el mercado- que nos dice de nuevo lo que tenemos que hacer... como hacía el otro Dios contra el que se levantaron los Ilustrados.

viernes, octubre 19, 2007

HIMNO NACIONAL

Me temo que no es un tema de ponerle una letra a nuestro himno para que nuestros deportistas lo canten... Es un tema de actitud.

Los integrantes de la selección nacional argentina de rugby lo tienen claro.



La letra de nuestro himno... Otra soplapollez más.

lunes, octubre 15, 2007















ARGENTINA VS. SUDÁFRICA

Hubiera sido demasiado bonito... Argentina, en la final... Demasiado bonito.

El sueño terminó abruptamente, con la escuadra Argentina estrellada contra el sólido muro sudafricano.

La selección africana -aunque no lo parezca- resultó ser lo que parecía: un equipo superior en físico, con claridad estratégica y versátil en cuanto las respuestas tácticas, lleno de calidad y velocidad en las alas, lleno de inteligencia y fuerza bruta por el centro... Un inabordable rival, en definitiva, que pronto puso tierra de por medio en el marcador y que, además, apenas cometió errores. Aspecto sobre el que argentina pareció edificar buena parte del endeble edificio de su estrategia, demasiado previsible y racana, centrada en la patada a seguir y la agazapada espera de una imposible oportunidad que jamás terminó de llegar.

Además, quiénes cometieron los errores fueron los argentinos: malas recepciones, robos de balón sobre ataques jugados a mano que los sudafricanos parecían esperar tranquilamente para, acto seguido, salir corriendo como inalcanzables gacelas en busca del ensayo.

El deporte tiene estas cosas, la clara constatación del propio límite al ponerlo en juego con las capacidades del contrario.

En fin, el sueño queda en sueño. A lo sumo, en esperaza de futuro si es que se es capaz de aprender de la experiencia. Nada más que decir además de felicitar a los "pumas" por la proeza de haber alcanzado esta semifinal y quizá añadir la constatación de una certeza porteña.

En cualquier deporte y estando la selección argentina sobre la cancha, el resultado siempre es el mismo, un partido trabado y bronco en el que el contrario tiene que poner algo más que juego para ganar... cosa que los sudafricanos -aunténticas moles jurásicas de músculo- tuvieron en mayor cantidad y de sobra.

domingo, octubre 14, 2007

"la característica distintiva del capitalismo moderno es la expropiación de diversos aspectos de la vida para convertirlos en relaciones comerciales"
(La era del acceso, Jeremy Rifkin)
DOMINGO, POR LA MAÑANA

Van Morrison, High summer...



"If you see him nothings shaken
'Cos high summer's got him low down"
DOMINGO, POR LA MAÑANA

Chet Baker, My funny valentine...



"But dont you change one hair for me
Not if you care for me"


sábado, octubre 13, 2007

EASTERN PROMISES
En lo que respecta a su capacidad para contar historias, el cine actual se encuentra en una situación de tanta impotencia que el espectador deseoso de ver una buena película quizá le pida demasiado a una buena película como "Promesas del Este".

La película de Cronnenberg es modesta en sus planteamientos. Moviéndose dentro de las claves del cine negro cuenta una historia de buenos y malos que supone el ascenso del misterioso Nikolai (estupendamente interpretado por el camaleónico y sutil Viggo Mortensen) a las altas jefaturas de la mafia rusa londinense.

Nada más, pero también nada menos.

Moviéndose con soltura dentro del "understatement", la historia sugiere tanto como muestra alineandose así dentro de las coordenadas de las grandes historias del cine clásico. En este sentido, uno puede completar la historia como más prefiera, después y con los amigos.

Yo prefiero pensar que Nikolai es un frio y calculador hijo de puta, que todo lo que hace es por cumplir estrictamente con su objetivo, que no le importa tanto la niña como uno pudiera llegar a pensar y que, por todo ésto, es ella quién -también engañada, convertida en una pieza más de su juego- le besa a él y no al revés.


Anna: Why are you doing this, why are you helping us?
Nikolai Luzhin: I can't become king if someone else already sits on the throne.


Al final, Cronnenberg nos muestra a Nikolai sentado sólo y en su trono, impasible como un icono de padrino ruso.

No obstante, y dicho ésto, también tengo que dejar claro que al película promete más de lo que ofrece. Mi generosidad con las películas (las quiero a casi todas) me hace atribuir esto a la continua sugerencia como mecanismo narrativo, pero lo cierto es que la historia opta por soluciones bastantes tópicas dentro del género negro para resolver una trama que podría haber ofrecido mucho más.

En este sentido, y aun siendo una película estimable, el planteamiento no está a la altura del desenlace, demasiado previsible y tópico. Un desenlace al que igualmente se hubiera podido llegar recurriendo a mecanismos más complejos como hacer mayor énfasis en el lado oscuro de Nikolai, en sus motivaciones e intereses, en lugar de presentarlo como un héroe de catálogo más.
TAXI DRIVER

Hay bastante de autobiográfico en la historia que Paul Shrader escribió y que Martin Scorsese puso en imágenes.

Por lo visto, Scharader se encontraba en uno de esos momentos vacíos de confusión que de cuando en cuando suceden en nuestras vidas. No tenía claro si quería ser escritor o crítico de cine y las mujeres tampoco lo tenían claro con él. Sucesivamente, su mujer y su amante terminaron abandonándole.

Sin dinero y ni siquiera un lugar donde vivir, Schrader empezó a caminar hacia delante. El ritmo de cada paso era una pulsación sobre el teclado de su maquina de escribir y el esquivo futuro terminó convirtiéndose en real presente.

El resultado de todo ello fue el guión de Taxi Driver, una lúcida reflexión sobre la soledad y sus demonios.

Su protagonista Travis Bickle es un invisible ciudadano anónimo que conduce un taxi en las noche de Nueva York. Ex-veterano de la Guerra de Vietnam, su vida parece encontrarse en un "impasse", un sinsentido del que nada bueno termina por salir. Sólo una soledad auto-impuesta y sucedida casi como inevitable consecuencia de esa confusión.

En ese exilio social, Bickles se convierte en silencioso espectador de esa Babilonia que fue la Nueva York de los setentas. Y es en ese paisaje donde todos sus demonios cobran forma, se vuelven reales, convocando los fantasmas de lo peor de si mismo.

Bickles se ve parte integrante de toda esa inmundicia que algún diluvio universal debiera llevarse y ese sentimiento le conduce a un torbellino de sentimientos sádicos (armarse contra ellos) y masoquistas (desaparecer) que incrementan aún más esa confusión.

Bickles se resiste. Hay algo bueno en él como Schrader cree que lo hay en sí mismo. Ambos, a la postre, consiguen regresar de los infiernos, redimirse tras una brutal catarsis en la que las posibilidades de no sobrevivir son muy ciertas.

Disolverse buscando que exista algo sólido capaz de seguir existiendo.

Someterse a un proceso de decantación que supone la purificación de su alma, la expulsión de todos esos demonios que han terminado por apoderarse de su ser.

En el caso de Bickles, y tras el intento de asesinado del senador Palentine (suerte de figura paterna que debe pagar como principal responsable de ese mundo de escoria), la liberación de la prostituta infantil de la figura también paterna de su chulo en una orgía de sangre y violencia que hizo famosa a la película en su tiempo. Incluso, en medio de esa catarsis, Travis recoge varias pistolas disparandolas descargadas contra su cabeza.

En el caso de Schrader, varias semanas de escribir y dormir en el sofá de la vacía casa de su ex, sin calefacción y casi sin apenas comida.

El resultado para ambos: una cierta y siempre temporal salvación.



"Taxi Driver" es un ajustado relato de un caso extremo de soledad y la confusión.

El brutal esfuerzo ascético de encontrar un lugar en el mundo y un sentido a uno mismo y a las cosas cuando el corazón vive en las tinieblas.

Lo que queda después de la catarsis (si es que queda algo) sólo puede ser uno mismo.

miércoles, octubre 10, 2007

Aprender de los errores no es una realidad, es una actitud.
La vida no enseña si uno no está dispuesto a aprender de ella.

martes, octubre 09, 2007

Merece la pena leer este artículo de Arturo Pérez Reverte en respuesta a una pequeña crítica de un lector euskaldún...

Cortos de razones, largos de espada...

domingo, octubre 07, 2007

THE WIRE

Termino el último capítulo de la segunda temporada de esta serie de la HBO y estoy entusiasmado con todo el espectáculo que acabo de ver.

Como en el final de la primera temporada, la decepción y la melancolía tiñen con un translúcido velo el humor de los personajes. La investigación ha terminado, pero una parte importante de los objetivos se han vuelto a escapar de entre sus policiales manos.

Una de las cosas buenas que tiene The Wire es que, y pese a la ficción administrativa y judicial que imputa crimenes a determinados individuos, nunca hay casos cerrados. Siempre hay flecos por atar, pequeñas vias de escape por la que determinados criminales evitan la larga mano de la justicia.

Los casos se cierran y casi siempre hay un culpable, pero las cosas nunca son tan sencillas.

La ciudad de Baltimore se convierte en una especie de teatro donde la vida, convertida en una lucha entre el bien y el mal, convertidos ambos -a su vez- en dos maneras de hacer las cosas, en dos caminos para conseguir un mismo objetivo que es proporcionar gasolina para que la enorme maquinaria de la ciudad continúe en funcionamiento... Un inmenso teatro donde uno puede ver que la frontera entre el bien y el mal consiste en un punto de vista, en una decisión tomada en un momentod eterminado.

La propia ciudad es el caso.

La segunda temporada termina como empezó, con un contenedor lleno de prostitutas desembarcando en el puerto de Baltimore. Las personas cambian, muchas de ellas están detenidas, pero la necesidad permanece. Como si el mal, el otro lado de la moneda, también fuera necesario y la fantasía racional de su total erradicación fuera un imposible que los policías conocen perfectamente, un imposible que convierte su trabajo en un absurdo necesario.

La ley y el orden, su mantenimiento, es el trabajo que tienen asignado, pero la ciudad de Baltimore tiene otra idea al respecto.

Tras la primera temporada sigue habiendo droga en los "ghettos", tras la segunda el contrabando y la trata de blancas siguen existiendo.

Todos sus esfuerzos siempre resultan parciales. Descubrir quién mató por asfixia a catorce prostituas en un contenedor o meter en la cárcel al asesino de un testigo federal, pero no pueden ir más allá.

Por encima hay todo un entramado de necesidades e intereses, algunos de ellos inconfesables, que es la ciudad misma. Un orden que tiene otras leyes: la del más listo, la del más fuerte, la de la necesidad... La jungla de asfalto.

Siempre hay alguien que escapa.
Siempre hay alguna ramificación que pende abierta, peligroda y tentadora, en sus investigaciones.

Al final, los policías son los estúpidos, los tontos útiles. Su sísifico esfuerzo por dotar de un impuesto orden a una ciudad que ya tiene el suyo propio jamás resulta completamente premiado. La euforia de querer saber siempre les lleva demasiado lejos.

Al final, sólo se trata de un trabajo más, un trabajo que no hay que tomar demasiado en serio. La ciudad necesita un cuerpo de policíal, pero también necesita otras cosas que el mundo del hampa le proporciona puntualmente. Ambas realidades se cruzan, conviven generando una cotianidad de compromisos en la que todo el mundo, en ambos lados, ha de tener muy claro quién es, qué papel juega y los límites establecidos para su rol.

Sólo quiénes los rebasan resultan penalizados: detenidos, asesinados o degradados a patrullar las calles de uniforme, pero, y para los demás, otra lógica rige, la del intercambio y la supervivencia, la de la tolerancia y la no agresión porque el juego imparte su propia justiciaa quienes participan en él. El fuerte devora al débil y el listo al tonto.

It's all in the game.

La ciudad se gobierna sola y los policías aún no han entendido que ellos, con mayor o menor esfuerzo, sólo se encargan de recoger los restos, los descartes, las piezas sobrantes de acreditado mal funcionamiento.

Hay mucho cine negro, mucho "blues" en "The wire".