lunes, enero 25, 2010

Nuestra burbuja
"So many little people. Pet them on the head. pet pet pet pet pet...."
LA CINTA BLANCA

La violencia y la crueldad forman parte importante del cine de Michael Haneke y lo son como síntomas, como efectos. El lado oscuro de una sociedad a la luz de cuyos preceptos morales estructurantes los individuos que componen aquella no terminan de sentirse cómodos del todo.

No soy un experto en Michael Haneke. Ni mucho menos he visto todas sus películas, pero en el hinterland de su cine subyace la continua narración de una imposibilidad que sólo a costa de esporádicas manifestaciones de crueldad y violencia a duras penas es posible.

En su "El malestar en la cultura", su obra más sociológica, Sigmund Freud hablaba de la imposible tensión que se daba en los seres humanos entre dos impulsos contradictorios que el vienés bautizó respectivamente como lo erótico y lo tanático. Lo erótico es lo vital, lo constructivo, el impulso de vida, mientras que lo tanático es lo mortal, lo destructivo, el impulso de muerte.

La organización de una sociedad implica construcción, la unión de los seres humanos primero en parejas, luego en familias y más tarde en grupos más extensos; pero también implica la sumisión de la individualidad a un grupo y unas reglas. Y la primera de todas es la norma del incesto que, convertida en un intocable tabú, regula el orden del grupo fijando el criterio básico de la formación de las parejas impidiendo que los hijos se apareen con la madre, impidiendo que padres e hijos mantengan un determinado orden que garantice su supervivencia como grupo.

Para Freud la sumisión a toda norma implica la sumisión de la individualidad a la colectividad, una individualidad en todos sus aspectos, incluidos los extremadamente egoístas y deseantes de un modo inagotable que convierten al ser humano en un animal con sus instintos fuera de control.

Ese animal individual debe ponerse el collar de la norma para que el orden social sea posible, pero nunca deja de existir, de desearlo todo para sí y de cuando en cuando aparece, bien a nivel psicológico o individual, bien a nivel social... haciéndose responsable de actos que en mayor o menor medida atentan contra ese orden que responde con la censura pública y/o la persecución legal.

Como si se tratara de capas tectónicas que están en constante rozamiento, la existencia de lo erótico y lo tanático produce en cada uno de los miembros de un grupo una constante fricción basada en el esfuerzo por reprimir las manifestaciones de todo aquello que pone en peligro la cohesión de aquel. Y ese interminable movimiento pendular que sucede entre la realidad y el deseo produce una energía emocional que cuando se acumula en grandes cantidades, y su emisión no se vehicula por los mecanismos adecuados y correctos de la sublimación, produce estallidos que comprometen la estabilidad del individuo.

Este -creo- es el territorio de Michael Haneke, el lugar donde el individuo deja de ser individuo para convertirse en miembro de un grupo.

En "La cinta blanca", Haneke escoge el ejemplo extremo de una comunidad protestante en un lugar indeterminado de la Prusia de principios del siglo XX para, con un particular y poco común modo de narrar cristalino y minimal que recuerda al mejor Robert Bresson, poner en imágenes la superficie de una convivencia grupal que, moderadamente y de cuando en cuando, ve comprometida su tranquilidad por sucesos puntuales que, como inconscientes síntomas psicoanalíticos, manifiestan con su inexplicable presencia cruel y violenta la existencia de una tortuosa y abisal profundidad bajo esa quieta y calmada superficie.

Como piedras que el lago lanza a la orilla, los sucesos ocurren de forma inexplicable e inesperada y Haneke nos muestra el efecto que el eco de sus ondas tiene sobre la quieta superficie hasta que desaparecen y vuelve la quietud inicial.

Y no es casual que Haneke elija a los niños para proyectar sobre ellos la sombra de la sospecha de ser los agentes catalizadores de las esporádicas manifestaciones de esa tensión. Después de todo es sobre su individualidad ilimitada donde vierten los adultos los preceptos morales que les socializarán y harán miembros de la comunidad. El hecho de estar entre dos mundos les convierten en seres potencialmente terribles, capaces de vehiculizar la frustración y el disgusto que les produce ese proceso de domesticación y hormamiento de los modos más crueles y destructivos.

Es curioso pero Haneke parece mostrarles solos ante ese mundo de adultos del que no tardarán en formar parte y al que intentan sumarse sin comprender muy bien los porqués, sin comprender muy bien las causas y azares que motivan sus éxitos y fracasos, sus felicitaciones y castigos.. Como abandonados a la profunda corriente de sus instintos, convertidos en un movedizo terreno de inestables solideces.

No se de dónde procede la especie que concibe a esta película de Michael Haneke como una perfecta y emocionante disección de los orígenes del fascismo... Supongo que procederá de aquellos encargados de vender la película, pero encerrar "La cinta blanca" en la jaula de una mera crítica política, incluso social, es matarla, porque la última película de Haneke va mucho más allá, hacia las imposibles raíces antropológicas que hacen lo social posible.

Mención especial también para la forma en que Haneke nos cuenta la historia. Una fotografía cristalina y pura que recrea perfectamente esa superficie quieta y hermosa del grupo que recuerdan al místico cine de Dreyer. En su contrastado blanco y negro nos recuerda que, junto a la luz, existen las sombras para hacer a aquella posible; sombras donde los personajes se zambullen para dar lugar a su propia e interna oscuridad.

El cine de Haneke no es fácil, los presupuestos conceptuales que lo impulsan tampoco.

A sí mismo, el director austriaco se considera realista, fiel descriptor del lado oscuro que acompaña a todo nuestro esfuerzo como especie animal que sólo puede vivir en grupo.

Extraordinaria.
JORGE DREXLER

Dance me to the end of love...




ANDÉN






"I'm an outsider, and i think being an outsider is a lonely, losing job"
(If they move kill'em, The life and times of Sam Peckinpah, David Weddle)

domingo, enero 24, 2010

JORGE DREXLER

High & dry...



INOLVIDABLE

The west wing...


"We've got separation of powers, checks and balances and Margaret..."

sábado, enero 23, 2010

EXPIACIÓN

La relación entre la realidad y la ficción son extrañas y complejas. En muchos casos, la segunda se convierte en un ámbito virtual y compensador donde es posible hacer justicia al libre desenvolvimiento de la primera con respecto a los planteamientos de una conciencia que no sólo intenta reconocerla tal y como se presenta, sino también juzgarla desde una concreta perspectiva.

El ámbito donde se mueve "Expiación" es éste hasta el punto de que el propio título de la narración no sólo aspira a describirla de una forma sintética, como hacen todos los títulos, sino que también la califica como el espectador descubre al final de la historia, en sus últimos y memorables cinco minutos, que para mi siguen siendo lo mejor de una historia compleja que mezcla percepción con realidad y realidad con ficción sin que apenas exista solución de continuidad.

Sólo al final de "Expiación" entendemos el sentido de todo lo que hemos estado viendo... la crónica del remordimiento por un mal infringido hace ya mucho tiempo y la necesidad de escribir una historia que traiga algo de paz a quién la relata reescribiendo la insatisfactoria e inmutable realidad tal y como debió ser, de una forma satisfactoria aunque, en realidad, todo esté perdido y nada se pueda hacer ya.

Teniendo en cuenta todo ésto, "Expiación" lo tiene todo para ser una película extraordinaria, pero los resultados, si bien son estimables, no terminan de presentarse con la sublime distinción dramática que prometen.

Se que es mucho pedir.

viernes, enero 22, 2010

"Yeah I do. I have SO much to give. Choke on it!"
(Sleep talkin' man)
"El intelectual aceptable es el que no se exhibe. Todo el mundo comprende, ¡con resignación!, que deben existir. Pero, al menos, que lo lleven con pudor y recogimiento."
(Arcadi Espada)


Así el derecho a opinar... sobre cualquier cosa y sin pudor... queda intacto.

REBEKAH DEL RIO

Tus ojos tristes...




martes, enero 19, 2010

REFLEJO

ERIC BURDON & THE ANIMALS

San Francisco nights...




La ciudad está llena de oficinistas
que, llevados por la desesperación de su anémico desear,
despedazan la frágil naturaleza esquiva
del propio objeto de su deseo,
en un abrir de ojos, casi sin quererlo,
como un niño revienta un globo de tanto abrazarlo,
y atónitos quedan con la nada helada del aire entre las manos
mientras los pedazos caen como hojas muertas
sobre el duro suelo.
"I want to be a cowboy. I don't want to be a panda. Pandas are boring, stupid and boring. Bad panda!"
(Sleep talkin'man)
WARLOCK

Hay imágenes que son poderosas.

Imágenes que por si solas son puertas que se abren a un oscuro océano de significados que taimados se escabullen del collar de la palabra. Y una de ellas es la del hombre desenvolviéndose minúsculo entre dos inmensas superficies que parecen aplastarlo: el azul del cielo y la ocre tierra.

El hombre convertido en una absoluta levedad abandonada a sí misma, a sus limitaciones y contradicciones, a su voluntad y a su entereza, en un espacio desconocido e inhóspito, que es más enemigo que amigo, las grandes llanuras y desiertos del Oeste, horizonte de sucesos donde todo era posible incluyendo por supuesto la adversidad.

"Warlock" nos habla de ese complejo y contradictorio mundo de la frontera, un mundo en el que la principal virtud es el principal defecto... La civilización aún no ha llegado y todo es posible... y precisamente, porque todo es posible, el hombre se encuentra más abandonado a sí mismo, a su propia bestia y al poder de las otras bestias en que se convierten los otros siguiendo su propio instinto, su propia voluntad.

El Oeste es la frontera y la frontera es un lugar de transición, una zona gris que se abre incierta entre el salvaje estado de naturaleza y el ordenado mundo de lo organizado.

En todo el western como género subyace la tensión... La que experimenta el hombre abandonado a su suerte (o a la del más fuerte), una suerte que debe forjarse un destino propio contra un entorno hostil. La de las fricciones entre estos individuos, chocando cada uno contra la voluntad y el deseo del otro, acostumbrados a la tensión de su soledad entre dos inmensidades, concentrados en la persecución de la propia estrella. La colisión entre ese desordenado desconcierto y la civilización que organizada y organizando crece alrededor poniendo límites, trazando fronteras, dando nombre a las cosas, poniendo carteles.

Y "Warlock" es la perfecta crónica de este mundo en constante fricción y enfrentamiento, una crónica narrada con una cierta desesperanza shakesperiana que muestra con una nihilista mirada que se pretende objetiva la carne y la sangre que trae consigo la imposición de un orden en el desconcierto caótico de voluntades que persiguen su propio interés y beneficio.

La frontera empieza a dejar de serlo y, de pronto, aquellos que perfectamente sobrevivían en esa zona gris se convierten en débiles y vulnerables existencias que deben dejar paso a otros hombres, a otros tiempos.

"Warlock" no es sólo un lugar. También es la ajustada crónica de esas muertes anunciadas que lánguidamente caen como hojas muertas mientras los tiempos cambian, sabiendo que ellos no pueden cambiar, reventando de rabia y de desesperación ante el absurdo drama que representan.

El corazón de las tinieblas también anida en Warlock.

Imprescindible.

lunes, enero 18, 2010

KUN

No tengo la menor duda. Esta mejora en los resultados... no tanto en el juego del Atlético de Madrid... tiene que ver con la presencia del Kun Agüero en el campo.

En la mayoría de los goles que el equipo ha marcado en los últimos partidos, el Kun ha estado presente bien pasándolos, bien haciéndolos. Su sola presencia en el campo ha hecho mejores a Reyes y a Forlán cuyo juego ha mejorado grandemente y son la evidente muestra del papel que Agüero tanto anímica como futbolisticamente juega en el equipo.

Sus compañeros saben que es un crack, que es su mejor arma y que lo necesitan. Verle en el campo, vestido con los mismos colores a supuesto como un toque de rebato que les ha devuelto sensaciones y emociones.

Era lo que necesitaban. El punto del apoyo sobre el cual apoyarse para mover el propio mundo y ponerse a jugar... porque el deporte no sólo es físico y estrategia, también es un estado de ánimo.

Y además el Kun juega.

Es imposible quitarle un balón recibiendo de espaldas a portería o conduciéndolo en velocidad, un balón que sabe jugar con visión desencadenando pases que siempre ponen en ventaja el juego de su equipo y a sus compañeros o, si prefiere jugársela él, arrastrando al defensa a una locura en la que el balón siempre está lo suficientemente lejos como para que jamás llegue a alcanzarlo.

Y si sucede lo imposible y la defensa se sale con la suya, la pesadilla no ha hecho más que empezar porque el Kun perseguirá al poseedor del balón con la ciega tenacidad de un kamikaze corriendo hacia atrás con las mismas ganas con que estaba corriendo hacia delante. Usando su intuición para anticiparse en la mental trazada de la jugada convirtiéndose en la primera línea de presión, multiplicándose, desprendiendo ese inequívoco aroma de gusto por el juego que envuelve a todos los cracks.

Nada hay más importante que el balón, que el desmarque, que el pase, que el gol y el Kun transpira en todo momento esa importancia. Y uno tiene la impresión de que perseguiría ese balón eterno de la misma forma en el Calderón o en el jardín de su casa

ARCADE FIRE

Wake up...




domingo, enero 17, 2010

SOMBRA DE LUZ