martes, octubre 10, 2006

PSICOLOGÍA ÉPICA

Lentamente,
con cuidado y precisión,
coloca las balas en el tambor de su revolver.

Al otro lado el desorden y el caos rugen,
arañan la puerta de su conciencia con sus mil y una garras.

Ni un paso atrás.
He decidido detenerse,.
enfrentarse a la jauría de rostros abominables
que le persiguen por los alargados pasillos de su existir.
Este sitio es tan bueno como cualquier otro
para trazar la raya que ninguno podrá atravesar.

Los conoce perfectamente.
Para cada uno de ellos tiene reservada una bala,
aunque su derrota es segura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario