domingo, agosto 28, 2016

El Becario

Nancy Meyers lo tiene muy claro.

Primero como escritora de guiones y posteriormente como responsable de la puesta en escena de esos guiones, tiene muy claro que a nadie le amarga un dulce.

Por eso, con mermelada, mazapán, leche condensada y bombones varios Meyers construye sus historias que siempre tienen las relaciones personales como punto de partida.

Y esta "El Becario" es el nuevo pastel de Meyers,

Nos cuenta la historia de un hombre mayor y de la influencia positiva que, como becario senior, con su experiencia y buen carácter, ejerce sobre un grupo de personas más jóvenes que él, especialmente sobre Jules, la supermujer que intenta conciliar vida personal con la laboral consistente en dirigir la empresa que ha contratado a ese becario.

Meyers trabaja con mimbres buenos.

La reivindicación de la experiencia en un mundo donde la juventud parece tener un valor absoluto. la redefinición del rol del hombre dentro de la comedia romántica... Y está muy bien que las mujeres definan su idea del hombre y la pongan por obra, pero Meyers lo recubre todo con azúcar glas y no va demasiado lejos entre otras cosas porque "El Becario" es un producto que necesita funcionar en las mayorías, circular entre ellas realizando valor.

Al final se impone el ternurismo y por supuesto la super-mujer no es tal y necesita de los hombres para encontrar un sentido cosa que no siempre sucede en el sentido contrario.

No obstante, insisto, me agradó ver al hombre ocupando un papel diferente al de creador de mundos y sentido que es el habitual en el imaginario simbólico de nuestra opulenta tribu occidental.

Algún día escribiremos historias en las que las mujeres no necesiten del hombre para existir en nuestro imaginario narrativo (porque en la vida real ya no nos necesitan).

Paciencia.

En cualquier caso, y una vez perdida la esperanza de estar ante una historia diferente, me concentré en ese fantástico enigma que es la extraña relación entre Robert De Niro y la comedia.

El Ben Whitakker que De Niro interpreta comparte una característica transversal con todos los personajes de comedia que el gran actor ha interpretado. Todos se caracterizan por una suerte de, como describirlo, resignado nihilismo y como si en el fondo reír y hacer reír no fueran con ellos demasiado.

Así, Ben Whitakker es interpretado por De Niro como si estuviese asistiendo por obligación a una fiesta en la que no le apetece nada estar.

Como si para el De Niro de "Malas Calles" o "Taxi Driver", la comedia fuese algo desagradable que de cuando en cuando hay que hacer.

Es curiosa y muy extraña la relación que De Niro tiene con la comedia queriendo siempre para sí el papel de payaso serio como si prefiriese lo salado y lo amargo frente a lo dulce.

No obstante, y aunque en alguna ocasión parezca que va a sacar un arma, se las arregla para sacar adelante a su personaje y dar la réplica a una estupenda Anne Hathaway a la que este tipo de papeles, muy emocionales, le van como anillo al dedo.

Justo lo opuesto a De Niro.

Si te gusta el dulce, no debes perderte "El Becario".



jueves, agosto 25, 2016

Corrupción

Una de las principales conclusiones que se extraen de los papeles de Barcenas es el propio mecanismo de la corrupción,

A cambio de dinero, y por indicación del partido político beneficiado con ese capital, la administración controlada por ese partido concedía a los empresarios que habían dado ese dinero determinados concursos públicos.

O bien el pliego se amañaba directamente, o bien se tomaba la decisión en contra de la recomendación técnica si esta se producía.

En este sentido, la corrupción está relacionada de manera directa con la prevaricación.

Sin embargo, parece que queda fuera del concepto de corrupción que Partido Popular y Ciudadanos están definiendo, creando la necesaria letra pequeña que permite que se puede hacer lo contrario de lo que dice la letra grande.

Y esto también es corrupción.

Porque lo que se está haciendo es utilizar lo accesorio y excepcional para definir la normalidad de un concepto,

Utilizar el enriquecimiento bruto, metiendo la mano en la caja y dejando marcas de chorizo en los billetes, para definir la corrupción es evitar la posibilidad de que el frío mecanismo de financiación ilegal de los partidos quede fuera, pero precisamente éste es el corazón de la corrupción en nuestro país como puede deducirse de Andalucía, Madrid y  Valencia.

A cambio de dinero, empresarios obtienen contratos cuya obtención implica intervenir sobre los mecanismos de contratación del estado.

Es el enriquecimiento sutil y tranquilo, el habitual.

Los gañanes que meten la mano en la caja son minoría, el chivo expiatorio necesario para que el sistema siga existiendo, un chivo expiatorio que de manera corrupta esta nueva definición interesada y táctica de la corrupción consagra.

Y en este sentido nuestros legisladores se mantienen en su linea de legislar más contra los que roban peras y melones saltando la tapia que contra aquellos que para robar lo que hay detrás de la tapia deciden comprar el solar entero.

Hecha la ley, hecha la trampa.

Las buenas palabras que recogen las leyes necesitan de reglamentos que desarrollen de manera operativa la posibilidad de hacer lo que se legisla, necesitan que la letra pequeña desarrolle y esté a la altura de lo que dice la letra grande.

Pero también hay corrupción cuando la letra pequeña contradice lo que expresa la letra grande.

Y lo hacen al aire libre, delante de tu cara.

Y si les pides que te lo expliquen, te lo explican,

Y además te reconocen que el hecho de basar la regla en la excepción es lo mejor porque, de lo contrario, la gran mayoría de los políticas tendrian que dimitir.

De manera directa, te reconocen que la corrupción es algo generalizado en todas las administraciones de nuestro país.

Por eso, y a la hora de definir qué es corrupción, hay que restringir el concepto orientandolo a la consagración de los chivos expiatorios como tales.

Muy edificante todo.

Palabras y más palabras buscando construir una confortable realidad a medida.

La nueva política de Ciudadanos es hacer la vieja por otros medios.

Porque no olvides que la corrupción política no sólo tiene que ver con el enrequecimiento sino con el uso del poder público para obtener cualquier ventaja ilegítima para uno mismo o para terceros.

Toma nota.

Para nuestros políticos, el Watergate no sería corrupción.

De locos.

Suicide Squad

Si no hubiese escuchado todo ese mar de fondo en redes sociales contra la película, seguramente que me hubiese parecido peor película de lo que me ha parecido.

En este caso, el traicionero juego de las expectativas ha jugado en favor de "Suicide Squad" y lo ha hecho en en el sentido de que no me parece ni mejor ni peor que la gran mayoría de productos que Hollywood está sacando con el mundo del comic como argumento.

Como en casi todas abunda la cantidad, la acumulación de personajes, disparos, explosiones sobre la calidad, buscando sin duda sepultar al espectador bajo una cascada de luces y sonidos en la mejor línea de las atracciones circenses.

Como si se tratase de una marisquería de polígono, la historia se sirve rebosando la bandeja de la pantalla

Pero detrás de todo ese ruido narrativo, de toda esa furia visual apenas hay nada.

Argumentos nimios en los que el bien lucha contra el mal casi por obligación administrativa, porque el bien es el bien y el mal es el mal; argumentos básicos que sirven de base al principal atractivo de este tipo de historias: la generación táctica de personajes con gancho y la interacción entre ellos.

Y si no fuera por Margot Robbie dando vida con talento al personaje de Harley Quinn el panorama sería mucho peor, porque tampoco ese que el resto de los personajes, su personalidad y sus motivaciones sean fascinantes, cuando no resultan estupidamente previsibles.

El resultado en cualquier caso no es demasiado bueno.

Podríamos hablar de desequilibrado en general y aburrido por momentos

"Suicide Squad" resulta demasiado morosa en el planteamiento, llegando incluso a resultar aburrida con el tratamiento tan grandilocuente que da a la previsible de su trama, para luego presentar el desenlace de manera acelerada, casi descuidada, en cualquier caso, y como todas las prisas poco sexy.

Algo así como el niño que se pasa media tarde colocando los soldaditos sobre un campo de batalla cuidadosamente diseñado, para luego resolver la batalla en cinco minutos derribandolos a manotazos.

Y exactamente es eso lo que sucede en la pantalla.

En lugar de ser cinematográfico y presentar a los personajes a través de la propia acción, el guión opta por complicar la trama con subtramas que únicamente se justifican por la necesidad de presentar la tonelada de personajes que componen la escuadra.

Y esto no es una buena idea porque descuenta valor a la historia ya que lo que se añade de un lado debe quitarse de otro y ese otro es la supuesta razón que une a los personajes que se han presentando tan cuidadosamente al espectador.

Para semejante viaje no hacían falta tantas alforjas.

Y al final uno se queda como pidiendo más y no porque lo haya disfrutado sino porque la propia coherencia interna del relato, la complejidad de su planteamiento y exposición, demandaban un desenlace menos sumario, que concediese más valor al malvado antagonista, aspecto fundamental de cualquier película de este tipo y que, de manera sorprendente y suicida (je, je, je), "Suicide Squad" no tiene en cuenta.

En este sentido, la película intenta ser innovadora por el camino estúpido, es decir, haciendo algo que nadie hace no por otra razón diferente a no ser una buena idea.

Porque lo mismo les hubiera dado montar todo este lío para rescatar a un gatito que no sabe bajar de un árbol que montar todo este comando suicida para eliminar a un antagonista quizá más adecuado para los cazafantasmas

Resumiendo, "Suicide Squad" no puede superar las insuficiencias de un guión torpe y erróneamente estructurado, pese a algún momento bueno que ya sería delito que no tuviera con todo lo que ha costado.

Y como escribo la mayoría de ellos tienen que ver con Harley Quinn, el único personaje realmente interesante de esta "Suicide Squad" porque además no es que tampoco brille mucho el desarrollo de ese guión en cuanto a diálogos y perfilado de los personajes.

No señor.

Prometía mucho, "Suicide Squad".

La campaña comercial ha sido mucho mejor que el producto que se promocionaba.

Decepcionante.




miércoles, agosto 24, 2016

Mascotas

Chris Meledandri es un tipo a seguir.

En los años que estuvo en la Fox fue el responsable de esa mina de dinero que es la franquicia "Ice Age" y trasladado a la Universal, a través de la compañía Illumination Entertainment es el responsable de otra mina de oro, la que representan esas criaturas nacidas para servir al mal llamadas Minions.

Meledandri tiene el poder y sabe cómo utilizarlo.

Su último producto es esta deliciosa película llamada "Mascotas" y que construye todo su argumento sobre una pregunta: qué diablos hacen nuestras mascotas cuando nos vamos a trabajar.

Sin duda, y dentro del cine comercial, el cine de animación es uno de los géneros cinematográficos que más ha apostado por el guión y el preciso perfilado de los personajes.

Meledandri es un perfecto alumno, continuador de la tradición que iniciase Pixar hace más de 20 años y en el caso de "Mascotas" invoca desde la excelencia las claves del género: una serie de personajes muy bien definidos se ven enfrentados a una situación que deben resolver y que se convierte en la base de la historia que se nos cuenta.

En este caso, el regreso a casa de los perros Max y Duke.

El resultado es una comedia positiva y optimista, que, aunque se olvida rápidamente, se disfruta mientras se ve.

Entretenida.

sábado, agosto 20, 2016

Sonatine

La sonata es una forma compositiva basada en el contraste entre dos temas musicales diferentes y la sonatina no es otra cosa que la aplicación de  esta forma compositiva a piezas pequeñas, tan pequeñas de tamaño como lo es la isla de Okinawa a la que Murazawa, el gangster protagonista de esta película, es enviado desde Tokyo, la capital del país.

Dirigida en 1993 por Takeshi Kitano, "Sonatine" nos cuenta la historia de Murazawa y su esfuerzo por mediar en un sangriento conflicto entre bandas en una isla al sur del archipiélago principal que compone Japón.

Y lo que ofrece precisamente esta historia, protagonizada, escrita, dirigida y montada por Kitano es precisamente el contraste entre el tiempo que Murazawa dedica a la labor para la que ha sido enviado a Okinawa y los tiempos muertos, de espera, que se abren dentro de esa labor.

Sin duda, por esto, "Sonatine" es la maravillosa película que es pues termina mostrándonos una especie de arcadia que los gangsters se montan en una casa junto a la playa, un lugar en el que se dedican a jugar y pasar el rato mientras llegan los momentos en que deben matar o ser muertos por sus enemigos.

La alegre luminosidad de un día de playa tiene así un efecto turbador que Kitano, consciente de que ese contraste es el aspecto esencial de la película, potencia generando un inesperado, para el espectador, conjunto de relaciones que se establecen entre los gangsters que los devuelve de su condición de animalidad primaria a una suerte de humanidad sorprendente y turbadora.

Algo así como si en los bajos de una sangrienta película de gangsters funcionase el pulso maravilloso del cineasta francés Jean Renoir que sabía dar dimensión y profundidad a acontecimientos tan banales como una excursión campestre ("Una partida de campo", 1936).

Como un compositor musical, Kitano simplemente se limita a desarrollar de manera paralela esos dos temas, mostrando el contraste entre ambos y colocando al nihilista Murazawa bajo la luminosa solaridad de lo intrascendente: la alegría del juego, la camaradería y el compañerismo que se establece entre quienes juegan...

Y el resultado como casi todo lo que Kitano hace resulta fascinante por su rareza pero también hermoso porque ese contraste es resuelto por el nihilista Murazawa mediante una tranquila pero determinada desesperación que será la base del sorprendente final que corona la película con sublime acierto.

Para algunos poetas románticos, la belleza y su contemplación podrían tener efectos fulminantes y destructivos sobre aquellos que una vez han estado ante ella deben regresar de nuevo a la oscuridad.

Su poderosa luz arrasa, quema y consume.

Y cuando uno se acerca lo suficiente a ella, como Icaro, sólo queda la recompensa de precipitarse al abismo.

Sin duda, Murazawa es uno de aquellos, pero a diferencia de Icaro no será de los que caiga sólo.

Obra maestra.



jueves, agosto 18, 2016

Academia Rushmore

Como en todos los personajes de Wes Anderson, hay algo entre triste y enternecedor en Max Fischer, el principal protagonista de Academia Rushmore.

En su caso, Fischer ha escogido permanecer en la academia convirtiendose en un eterno estudiante, haciendo un lugar para estar de lo que para la mayoría sólo es un lugar para pasar.

Por esto, y sólo por esto, estudiar es lo menos importante porque precisamente es lo que te hace pasar y no quedarte. Lo más importante cuando se quiere permanecer es ocuparse y Max se ocupa en mil tareas, eventos, jornadas que hacen de él una estrafalaria presencia, una suerte de increíble protagonista único de lo que vendría ser una especie de estilo de vida alternativo en el que lo anecdótico por asociado a lo académico se convierte en esencial para asombro de todos.

Pero el encanto de Max no termina aquí porque Max también es un eterno adolescente que intenta procesar los eventos de la vida con una impostada madurez, pura apariencia y forma que encierra el niño que aún no ha dejado de ser.

Y es aquí donde, para mi gusto, este Max se convierte en un personaje esencial para entender la peculiar y fascinante mirada de Wes Anderson.

Porque todos sus personajes tienen algo de Max.

No tengo la menor duda de que el mecanismo de encanto y fascinación que es el cine de Anderson funciona a dos niveles: uno de ellos es transversal a todas las películas y de cuyo seno emana el otro que se corresponde con todas y cada una de sus películas, convertidas (si nos ponemos moderadamente semióticos) en el significante que expresa ese mismo significado.

Y precisamente la clave para entender ese significado está en Max.

Las historias de Anderson tienen un fundamental componente teatral. Son una especie de teatrillo en el que niños intentan interpretar a adultos enfrentados a asuntos y problemas propios de su edad, imaginando lo que será o podria ser desde su falta de experiencia, con una pura simpleza naif en donde precisamente reside el encanto con el que transcurren y se resuelven los problemas y situaciones.

Todos juegan a ser adultos, pero esa infantilidad que llevan dentro es lo único que tienen para enfrentarse a la densidad dramática a la que Anderson les somete.

Por así decirlo, un teatrillo infantil en que Bergman o Strindberg son interpretados por niños.

Es en esa distancia donde radica el encanto especial de las historias de Anderson, el encanto especial y complejo de Max Fischer ante cuya magia se rinden tanto el espectador como el resto de personajes que le rodean al otro lado de la pantalla en su romántico intento de ser adulto en contra de su propia realidad.

Wes Andeson es uno de los pocos autores que el cine americano puede ofrecer al mundo y "Academia Rushmore" es otro magnífico ejemplo de su talento.

Enfrentarse a la realidad siendo un niño, con maneras y corazón de niño.

Esa es la materia de la que están hechos los sueños de Anderson.

Imprescindible.



martes, agosto 16, 2016

Los duelistas

Basada en un relato corto del genial escritor Joseph Conrad, "Los duelistas" fue la primera película que produjo Enigma Productions, productora de David Puttnam uno de los grandes productores independientes del cine europeo.

Posteriormente llegaron "Carros de Fuego", "Local Hero", "The Killing Fields" o "La Misión", éxitos de público y critica que condujeron a Puttnam al timón de la Columbia, una de las grandes majors del cine de Hollywood en una apuesta contratendencia que terminó siendo un desastre de apenas un año y medio de duración.

A un Hollywood donde campaba a sus anchas la propuesta de Lucas y Spielberg, la infantilización de las historias, la simplificación de las temáticas, el regreso de algún modo al cine de serie B convertido en una de las Bellas Artes, la Columbia apostó por un regreso a un cine de temática adulta que de alguna manera buscaba conectar con la fracasada línea del director como autor emprendida en la pasada década de los setentas, cuyo fracaso (fundamentalmente en la taquilla) precisamente había dejado espacio para que Lucas y Spielberg mostraran su talento.

"Los duelistas" fue la primera película que Puttnam abordó con su productora Enigma Production y, aunque no fue un éxito de taquilla, sí obtuvo el suficiente reconocimiento de la critica especializada incluyendo un premio en Cannes al mejor director novel para Ridley Scott, talento reconocido en el mundo de la publicidad y que debutaba en el cine.

Desde 1977, año de producción de "Los duelistas" Puttnam tardó cuatro años en reunir financiación suficiente para en 1981 producir la exitosa "Carros de Fuego", pero esta es otra historia.  Lo cierto es que "Los duelistas" reúne todas las características de las producciones de Puttnam: temática seria y adulta, producción cuidada al máximo, excelentes técnicos al mando de la fotografía, el diseño de producción o la música...

En este sentido, "Los duelistas" ofrece un magnífico retrato de época.

Predominan la estética y la puesta en escena en esta película y esto siempre ha sido una seña de identidad del cine de Scott especialmente interesado en la producción convincente de ambientes más que en la profundización dramática en la historia y los personajes.

Esta manera de entender el cine fue una virtud en clásicos firmados por el director británico como "Alien" o "Blade Runner" pero sin duda es un defecto que lastra a esta "Los Duelistas" que por momentos resultando demasiado fria, por momentos resultando demasiado disgresora y difusa, no ofrece por desgracia toda la potencia que encierra esta historia, basada en hechos reales, del eterno estado de duelo que vivieron  dos oficiales del ejército de Napoleón.

No obstante, y pese a sus defectos, "Los duelistas" no deja de ser una película más que interesante y que incluso puede llegar a ser inolvidable si la mirada del espectador pone toda la carne en el asador que la historia tímida y correcta en absoluto propone.

Merece la pena verla.


sábado, agosto 13, 2016

The legend of Tarzan

¿Era necesaria otra versión cinematográfica del personaje creado por Edgar Rice Burroughs al principio del siglo pasado?

Seguramente, no.

Pero puestos a ser honestos también hay que decir que esta "The legend of Tarzan" se las arregla para contar esa misma historia de siempre que todos ya sabemos de otra relativamente diferente manera. Y esto siempre es de agradecer.

La película resulta entretenida y tal y esas cosas, pero si esperas que escriba sobre la película vas listo.

Tampoco da para tanto.

Mi relación con Tarzan es ambivalente.

Por un lado forma parte de mi memoria emocional, de las películas que los sábados por la tarde se emitían después de comer en la primera cadena de la por entonces única televisión, la española, RTVE, pero por otra este personaje resume como ninguno, hasta casi la caricatura, la ideología de supremacía del hombre blanco que formaba parte del aire que se respiraba en el principio del siglo donde fue concebido.

Ningún zulú abandonado en los muelles de Nueva York podría llegar a ser el rey de la ciudad.

Resultaría inconcebible.

Sin embargo, resulta mucho más razonable que un blanco se haga con el control de un lugar como la selva africana.

Y no es que se las apañe para sobrevivir convirtiéndose en un nativo más, que sería el máximo razonable. Eso es demasiado poco para un hombre blanco que no puede aspirar a menos que ser el rey de un entorno absolutamente opuesto a su civilizado lugar de procedencia: la aristocracia inglesa.

En este sentido, y haciendo honor a sus orígenes pulp, la serie de Tarzan creada por Burroughs habla al vientre del hombre blanco que las compra apelando a temas tan mediavales como la calidad superior de los que están arriba.

Así, el hijo de un noble inglés puede perfectamente imponer la calidad de su sangre en un entorno hostil y muy diferente al suyo.

La calidad del hombre blanco que le permite gobernar la selva del mismo modo que, en aquella época, gobernaba al mundo amparado en su poderío industrial y tecnológico consecuencia del proceso de modernidad desencadenado por la ilustración.

Y lo pulp está precisamente en que Tarzan no necesita la ayuda de esa tecnología.

Reducido a la animalidad, igualado con las bestias, su aristocrática calidad siempre se impone.

En 1912, año que vio nacer a Tarzan, el hombre blanco era mucho hombre blanco. Sobre sus hombros recaía la responsabilidad de la civilización y de civilizar. Ese "White man's burden" que citaba Rudyard Kipling.

El morbo que aporta Burroughs a sus lectores es el de la superioridad del hombre blanco sin el apoyo de su civilización.

Ser el mejor jugando la lógica bestial de los animales y de las razas inferiores.

Ganar el partido jugando fuera de casa.


miércoles, agosto 10, 2016

Primos

En la filmografía de Daniel Sánchez Arevalo, "Primos" precede a "La Gran Familia Española", su última película y, en mi opinión, resulta evidente que ambas destilan la misma seductora luminosidad que hace que resulten ligeras, positivas y, en definitiva, fáciles de ver.

Seguramente los guiones no son perfectos, hay situaciones y personajes más brillantes, más perfilados que otras y otros, pero sin duda Daniel Sánchez Arevalo tiene la capacidad de generar encanto desde una mirada alegre y optimista que pone toda su atención en el ser humano concebido, en su complejo marasmo de virtudes y defectos, como una de las bellas artes.

Todos sus personajes luchan contra lo peor de sí mismos siempre en favor de lo mejor que siempre encierran y terminan mostrando.

Las taras se procesan siempre con un sentido del humor muy vitalista y positivo, nada cínico y emboscado y este procesado casi siempre desde lo verbal convierte a sus personajes en una suerte de buenos salvajes entregados en cuerpo y alma a la búsqueda de una felicidad que casi siempre se encuentra resumida, de manera metafórica, en el amor romántico.

En este sentido, sus historias son viajes en el que sus personajes se embarcan en busca de la ballena blanca de ese final feliz al que Sánchez Arevalo se las arregla siempre para llegar en el momento justo, nunca antes ni tampoco nunca después.

Porque el ritmo, algo esencial en la comedia, es el elemento fundamental, el más cuidado en las máquinas de hace sentir bien al espectador que Sánchez Arevalo construye.

"Primos" precisamente parte del desamor hacia el encuentro de ese amor romántico y ofrece de manera muy divertida y luminosa el viaje de tres primos a Santander en busca de un polvo de revancha que uno de ellos necesita como el comer.

El mecanismo funciona a la perfección merced también al trabajo actoral que en las peliculas de Sanchez Arevalo suele ser de primera.

Así Quim Gutierrez, Raul Arevalo, Antonio de la Torre o  Inma Cuesta están brillantes aportando con inteligencia la profundidad emocional que la historia propone.

Merece la pena verla.