martes, junio 10, 2008
"En las plazas de toros todo se inclina ante la voluntad del pueblo soberano; en su sangriento redondel el pueblo reina. El gobierno manda con mano de hierro, pero su autoridad termina en el umbral de la plaza, y allí empieza de verdad la libertad de la que tanto presumen los españoles. La libertad que existe dentro de la plaza es inversamente proporcional a la que existe fuera."
("A las cinco de la tarde. Una historia social del toreo". Adrian Shubert, cita de un texto de un viajero británico escrito a mediados del siglo XIX)
Y es que a veces, por pasarnos o por no llegar, nos empeñamos en vivir... más de lo necesario.
Del mismo modo que uno es dueño de su vida, debería serlo de su muerte, pero, normalmente, no solemos poseer ni la una ni la otra. Es complicado... y quizá se trate de otra historia, pero no solemos pertenecernos tanto, aunque se nos llene la boca de palabras como libertad y libre albedrío.
En cualquier caso, "Mar adentro" se me antoja la mejor película de Alejandro Amenabar, su minusvalorado director.
Sin duda alguna, el principal valor de la película como artefacto narrativo es haber convertido la historia de Ramón Sampedro, que tanto se presta para ser convertida en una lacrimógena película para televisión de esas que ponen en las sobremesas, en algo mucho más potente y trascendente.
Como solemos vivir de espaldas a la vida, también vivimos de espaldas a la muerte y el sólo planteamiento de la necesidad de morir como un derecho nos sorprende, nos pilla con el paso cambiado entre nuestro trabajo y el Carrefour.
Y también, como para todos los heterodoxos y Sampedro es uno de ellos, nuestro mundo de la media aritmética no tiene respuestas... porque tanto para vivir como para morir cada uno debe encontrar preguntas y respuestas que son, personales e intransferibles, de su absoluta propiedad, a diez mil kilómetros de distancia de la más atrevida página de Paulo Coelho.
Bien dirigida, bien escrita y bien interpretada... No sólo por Javier Bardem, que está espectacular, sino por todo el elenco de ilustres desconocidos, actores secundarios del cine español como el eminente Celso Bugallo... "Mar adentro" es una película emocionante y redonda que tiende suavemente su mano firme a todo aquel que quiera estrecharla.
sábado, junio 07, 2008
BAJO LAS ESTRELLAS
Tiene mucho de western esta hermosa película española.
El desarraigo del protagonista principal (espléndidamente interpretado por Alberto Sanjuan), su llegada a un lugar que en realidad es un regreso al pasado, la trompeta que es su medio de vida y que siempre le acompaña sustituyendo a la pistola, el imponente cielo nocturno y las estrellas enmarcando el deambular de los personajes,.... Con acierto, "Bajo las estrellas" bebe de los estilemas de un género que encierra claves profundas y universales y que, sin duda, ha hecho grande al cine como forma artística de expresión.
Como en aquellos grandes espacios del oeste, en los pequeños donde sucede esta sencilla historia, hay lugar suficiente como para perderse y permanecer perdido, pero también para que los perdidos se encuentren en el entremado de sus propios e intransferibles laberintos y decidan no estar sólos en esa oscuridad, bajo las estrellas, por el tiempo que dure.
El instante de lucidez, el cambio cualitativo, el sacrificio y la redención, ... pero también en"Bajo las estrellas" se habla de los que deciden seguir viviendo, pese a todo, y los que deciden morir, porque carecen de esa lucidez suficiente, porque sus lagrimas no les dejan ver esas estrellas.
No es sencillo el oficio de vivir.
Quizá su secreto sea seguir adelante siempre, como si nada hubiera sucedido... Quién sabe!
Emocionante y hermosa película.
viernes, junio 06, 2008
domingo, junio 01, 2008
sábado, mayo 31, 2008
viernes, mayo 30, 2008
Mucho se ha hablado del cine soviético como vehículo de expresión de un mundo y unas ideas, pero el cine norteamericano de la década de los treintas y de los cuarentas del pasado siglo jugó un papel similar para la gran potencia en ciernes de confirmar ese poder.
Parte importante de este esfuerzo, entre aleccionador y motivador, son todas las películas que Hollywood produjo durante la II Guerra Mundial como contribución al sostén del esfuerzo bélico. "Air Force" es una de ellas y sin duda se encuentra entre las mejores.
La historia que se nos cuenta es la de la tripulación del bombardero B-26, Mari Anne, el mismo nombre que la Libertad tiene para los franceses. Su vuelo hacia el interior del Pacífico es un viaje que llevará a sus tripulantes desde la tranquila paz de sus vidas hacia el interior de una guerra que caerá por sorpresa sobre cada uno de ellos, esperando una respuesta.
Uno tiene la impresión de que el vuelo que comienza en la noche del 7 de diciembre de 1941 y que les conduce a un amanecer de Pearl Harbour en llamas sólo terminará cuatro años después sobrevolando, atómico, el cielo del Japón.
Como en todas las películas de su tipo, "Air Force" pone el acento en los personajes y en sus respuestas emocionales a una tragedia que, en este caso, inesperadamente cae sobre sus desprevenidas espaldas. Cada uno de los miembros de la tripulación del bombardero encontrará en su interior la forma de dar su propia respuesta, pero también en el colectivo, como agente catalizador de ese encuentro con uno mismo.
El mensaje es el de la inflexible unidad de un potente grupo compuesto por individuos fuertes, porque cada uno de ellos tiene muy claro por qué están luchando y lo que se espera de ellos.
Simplemente, continúando hacia delante, cada uno de los tripulantes del Mary Anne se convierten en héroes ante los ojos del espectador.
No hay que hacer nada especial para convertirse en un héroe, sólo aguantar en pie tras la ametralladora intentando derribar al siguiente avión japonés. Heroicidad al alcance de todos. Necesaria e imprescindible para ganar una guerra.
Mención especial para el veterano Harry Carey y para un joven John Garfield que compone uno de sus personajes oscuros con su habitual maestría.
Magnífica película.
jueves, mayo 29, 2008
lunes, mayo 26, 2008
JEUX D'ENFANTS
Amo esta película... Que todo el mundo lo sepa.
domingo, mayo 25, 2008
1
Supongo que nadie pensaría en serio que España ganaría Eurovision... pero ni con el Chiki chiki ni con el mismísimo Mozart. La Europa de Eurovision es más que nunca la Europa de las tribus. Los balcánicos se votan entre sí, los nórdicos se votan entre sí, los ibéricos nos votamos entre nosotros, .... Da igual la canción, como si es una mierda, son de los nuestros y tienen todos nuestros votos
Considerando ésto, los países de la vieja Europa (Alemania, Italia -que no se presentó-, Francia, Reino Unido) sobreviven como pueden en una Eurovision de hermandades de sangre y alianzas... Un rollo político y casi medieval,que tiene su punto por parecerse a un juego de estrategia para PC y en el que Chikiliquatre tampoco ha quedado tan mal.
No obstante, he de decir que la canción no soportó la prueba del escenario. Resultó demasiado repetitiva y uno de sus -presuntos- atractivos principales, los pasos de baile absurdos, pasaron complemente desapercibidos en la distancia del escenario.
En si misma, y viéndola sobre un escenario, a la hora de la verdad, el Chiki chiki se reveló como lo que es, una broma inteligente destinada a sacar mucho dinero aprovechando las tiranosauricas debilidades de nuestra televisión y del propio festival. Una propuesta tan digna como el blanco y negro de las maricas de Azerbayan, el pomposo himno en favor de la paz de los georgianos o la hueca balada marina de los portugueses.
2
Me mojaré... Las canciones que me parecieron más festivaleras son:
- La alemana... Interpretada por las Supremas de Duisburgo, el Sur de Madrid desgasta más que el Sur de Duisburgo, que no pudieron hacerlo peor... por cierto:
- La sueca.... Interpretada por la auténtica hija del extraterrestre de Roswell... que encima parece haberse operado mogollón para asemejarse a nosotros, los humanos, resultando, para su desgracia, aún más parecida a ellos.
Desde la casa de Iker Jimenez, su padre seguro debió sentirse muy orgulloso.
Para mi gusto fueron las más chundachunda festivaleras de todas.
3
En cuanto a las frikadas... Azerbayan... No hay palabras, sólo uñas arañando la piel de mis muslos y sangre, mucha sangre.
ESO quedó entre las diez primeras... Sin comentarios.
Y también Georgia.. Que deben estar en guerra o algo así... Lo cual no me extraña... y además deben estar perdíendola.
4
Mención especial, para Francia... Que, perdida toda esperanza de hacer "algo" en el festival, nos dió lo mejor de si misma presentando una maravillosa flor de otro mundo.
Siguiendo los principios del Hagakure, no hay nada mejor que perder la esperanza para dar lo mejor de uno mismo.
Para mi gusto, la mejor canción de todas... pero puedo equivocarme. He sido votante de Izquierda Unida toda mi vida.
No obstante, hay una reflexión que me parece importante hacer. Tellier fue el Chikilicuatre francés. A mi entender, las diferencias son obvias y claras a favor del primero demostrando que por mucho poder adquisitivo que tengamos seguimos siendo un país de trazo grueso al que el ejército de Pancho Villa sigue sirviendo de perfecta metáfora descriptiva.
Un ejemplo: Nos equivocamos de bando, pero seguimos celebrando el 2 de mayo.
5
En cuanto al ganador, Rusia, nos ofreció otra buena muestra del sentido estético mafioso y moscovita... Mucho blanco nuclear que combina muy bien tanto con la sangre arterial como con la venosa (más oscura), un patinador marica desplazándose sobre el aceite que derramaba el cantante solista y un violinista hungaro tocando un stradivarius auténtico... Sólo faltaba el próximo fichaje del Chelsea dándole unas patadas a un balón de lentejuelas... Precioso.
6
Mención especial también para la exhibición de virtuosismo electoral que demostró Jose Luis Uribarri, pareciendo en algunos momentos un Conde Duque de Olivares o un Richelieu o un Wolsey, expertos en Europa, en sus intrigas y alianzas.
¡Que alguien me explique cómo diablos supo que los belgas le darían todos sus malditos puntos a los azerbayanos!
Y por si esto no fuera poco se definió como un "hombre de cabinas", como Jose Luis López Vazquez... Un comentario que seguramente el 60% de la audiencia no entendió.
7
Y ya para terminar... mi canción favorita de todas nuestras Eurovisiones...
Nunca llevaremos una canción mejor... volando de la mano de esos stetenteros cuellos camiseros al viento.
Esta tampoco está mal...
Si llego a viejo, cosa que dudo dado el -como ustedes comprenderán-ritmo de vida infernal, querría bailar eternamente esta canción en un hotel de La Manga del Mar Menor arriesgando la pelvis por mi nuevo amor de verano de 87 años.... Esta vez bastante más joven que yo.
LA AVENTURA DEL POSEIDÓN
El cine de catastrofes, seguramente inaugurado por esta película, es un inevitable hijo de su época.
La década de los setentas del siglo pasado fué una década de incertidumbre y crisis económica para un primer mundo que basaba su crecimiento en un producto, el petróleo, que estaba en su mayor parte controlado por declarados enemigos del estado de Israel, uno de los principales aliados de los Estados Unidos.
En su momento, el petróleo se convirtió en un arma política de presión económica contra Estados Unidos y su mundo que descubrió conceptos como paro, inflación o déficit a la gente de la calle que hasta entonces había vivido en el mejor de los mundos de la opulenta sociedad de la década de los sesentas.
En este sentido, el público norteamericano encontró en este género una suerte de verbalización visual para su angustia colectiva. No en vano, en dos películas padres de éste género como la que nos ocupa y "El coloso en llamas", la catastrofe se declara durante una fiesta (año nuevo e inauguración de un rascacielos que esconde muchos defectos y problemas) y sus protagonistas pasan de la más despreocupada alegría a tener que luchar por sus vidas en un entorno cruel que no está dispuesto a perdonarles el menor error.
Desde ese momento el género propone el desencadenamiento de una escalada de situaciones a cada cual más peligrosa que debe afrontar el grupo de personajes en su empeño casi biológico de escapar, escalada que se convierte en un body count que va mermando las filas de ese grupo en una especie de darwinismo narrativo y aleatorio en la que casi ninguno tiene la garantía de supervivencia conferida al héroe. Para muestra el destino del predicador maravillosamente interpretado por Gene Hackman obsesionado por sacar a su rebaño de las entrañas del Poseidón.
Merece la pena destacar el discurso teológico que este sacerdote pone en práctica como energía inspiradora en toda su escapada barco arriba: Dios no ayuda a quienes no se ayudan a sí mismos. Mensaje absolutamente calvinista y que sin duda debió encontrar algún tipo de eco en el inconsciente colectivo del público norteamericano, ya que en él se basa buena parte del edificio de su moral grupal:
"Reverend Frank Scott: So what resolution should we make for the new year? It's to let God know that you have the guts and the will to do it alone. Resolve to fight for yourselves, and for others, for those you love. And that part of God within you will be fighting with you all the way."
Por lo demás, por si misma y aunque haya pasado el tiempo por algunos de sus efectos especiales, "La aventura del Poseidón" es una gran película de acción contada en la clave de ritmo perfecta por su director , el británico Ronald Neame, responsable de las maravillosas "I could go on singing" y "Tunes of glory" a principio de la década de los sesentas del siglo pasado... Además de magníficamente interpretada por su elenco principal presidido por la eterna tensión entre dos grandes de la acción como Gene Hackman y Ernest Borgnine... Dos actores que siempre están bien.
Estas cualidades intrínsecas de "La aventura del Poseidón", que hacen de ella una gran película por sí misma, han hecho que sobreviva a su tiempo y a las razones extrínsecas que llevaron a su éxito para convertirse en un magnífico referente del cine de acción y quizá la mejor película dentro de su ya extinto género.
sábado, mayo 24, 2008
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho."
(Cumpleaños, Ángel González)
Fui un chaval afortunado.
En su momento, vi "La Guerra de las galaxias" y "En busca del arca perdida" con la adolescente edad justa para creer la quimera de la aventura y vivirla como si fuera cierta... Entre los quince y los veinte años. Quizá por ello guardo un recuerdo imborrable de ambas... y eso que aún sigo siendo un adolescente de 42 años... pero esa es otra historia.
Lo cierto es que quisiera escribir otra cosa, pero no puedo. La última entrega de las aventuras de Indiana Jones me ha resultado decepcionante.
No diré que sea una mala película, porque resulta entretenida casi siempre y las escenas de acción están muy bien rodadas y son emocionantes, pero todo en ella resulta previsible como un viejo esqueleto recubierto con piel de diferente color... Al final, la forma es la misma. Los rasgos son los mismos. Absolutamente reconocibles en su eterno grado de repetición de fórmula segura de éxito.
No hay nada atrevido ni diferente en esta casi segura despedida para siempre del Dr. Jones. Tampoco hay magia ni misterio y uno tiene la impresión que Lucas y Spielberg no han querido arriesgar con una historia que podría haber derivado por caminos mucho más interesantes que la mera repetición de una fórmula de éxito por cuarta vez.
El aventurero Jones merecía que alguien con espíritu de aventura -y no comercial- pensara su última historia... que amenaza con derivar hacia una factoría tipo agente 007 protagonizada por un Shia Le Beuf que va a tener que currarselo mucho para ganarse mi cariño..
Después de más de quince años, quién les escribe esperaba algo más que un más de lo mismo cambiando marco incomparable por marco incomparable y villano por villano.
A mi entender falla el guión, por demasiado rutinario y por descuidar el corazón de los personajes secundarios que, a diferencia de las otras películas de la saga, se limitan a acompañar a Jones sin sobrepasar la categoría de comparsas.
Pero no me hagan mucho caso.
Son cosas mías.
viernes, mayo 23, 2008
(Tom Waits)