INCENDIES
Sin duda alguna "Incendies" es una obra maestra del cine.
Victima de si mismo, de su agotamiento como medio de expresión y de la evolución de la propia sociedad que parece querer entretenerse y expresarse por otros medios y canales, lentamente, como el amante desesperado que se pierde y traiciona, el cine ha ido convirtiéndose en sucedáneo, rebajándose en sus inmensas posibilidades como vehículo de emoción y expresión (el 3D es el último ejemplo)... pero no todo está perdido, y si alguien está interesado en experimentar la realidad del cine en todo su esplendor expresivo, debe ver "Incendies" sin duda alguna.
La película empieza con la lectura de un hermoso testamento. Nawal Marwan (recuerdo su nombre desde anoche, no he necesitado mirarlo) ha muerto y ante sus ojos, a través de la voz del notario, les expresa una última voluntad que aquellos no comprenden.
Nawal quiere ser enterrada desnuda, boca abajo y de espaldas al mundo, sin lápida que señale su presencia. Les descubre la existencia de un padre y de otro hermano allá, en el Líbano y encarga a sus dos hijos canadienses encontrar a ese padre y a ese hijo para entregarles una carta a cada uno de ellos. Sólo entonces, cuando esas cartas sean entregadas, sus hijos lo comprenderán todo y podrá ser colocada una lápida sobre su tumba.
¡Tremendo!
Y el viaje no hace más que comenzar, un viaje en el espacio (las peripecias de los hijos buscando el rastro de esa propia sangre perdida) y en el tiempo (el recuerdo de la dura vida que terminó llevando a Nawal hasta el imposible olvido en Canadá).
Y el entorno es la guerra civil del Líbano, sus consecuencias en un presente lleno de resonancias que los hijos vivirán tomando conciencia del terrible pasado que marcaba la expresión arrugada y ausente de su madre, un pasado que les alcanzará y del que se descubrirán parte cobrando por primera vez en su vida conciencia de sí mismos, de lo que son.
"Incendies" es una película terrible, pero también hermosa, como es la vida misma si estalla el tiempo en ella. Una película sobre el horror y sus desastres pero también del amor, de la capacidad de continuar y seguir adelante por imposible que parezca.
"Incendies" es una de esas películas que no se le caen a uno cuando se levanta la butaca y que deja olvidada por los pasillos del cine. Todo lo contario. Uno se la lleva a casa, le acompaña abriéndo puertas cerradas en lugares secretos del corazón o iluminando angulos oscuros del pensamiento en la cabeza, incluso se desliza por entre las sabanas y se enrosca en torno al pecho como un gato de profunda e insondable mirada.
En definitiva, cine de verdad, de ese que uno no olvida nunca: La hermosa y terrible historia de la mujer que canta.
Amo esta película.