miércoles, noviembre 25, 2009

INOLVIDABLE

RocknRolla...



"A real rocknrolla wants the fuckin' lot..."

lunes, noviembre 23, 2009

AGORA

Esta última película de Alejandro Amenábar entra dentro de la categoría de las películas que me producen rechazo no por lo que son sino por lo que hubiera podido ser.

"Agora" sucede en la multicultural Alejandría del siglo V después de Cristo y nos muestra el modo en que el boyante cristianismo se abre paso, por lo civil y lo penal, dentro de la ciudad para convertirse en la religión única y dominante. En este sentido, Hypathia se convierte en una mártir de la libertad de pensamiento frente al control idiológico que como parte de esa estrategia de dominación impone el cristianismo.

A este respecto el planteamiento de "Agora", además de no mostrar nada nuevo (salvo la reconstrucción de la ciudad mediante efectos digitales) ni estimulante desde un punto de vista intelectual carece de la suficiente entidad como para estar a la altura del propósito inicial, que se le presume, de condena del fanatismo y de alabanza del pensamiento libre.

La película tiene punto de vista, intención, pero carece de en su desarrollo de la suficientemente sabiduría como para mostrarse a sus espectadores de una manera diferente y especial que la convierta en una experiencia distinta, que el espectador se lleve a casa porque le ha dado materia para pensar.

Todos los personajes hacen lo que se espera de ellos para que, al final, el destino de Hypathia esté servido. No hay profundidad en las motivaciones sino mucha superficialidad de acciones y reacciones.

Huérfana de un soporte literario que la de mayor enjundia, "Agora" se convierte en un aceptable melodrama sobre el imposible amor que un esclavo siente por su señora y es en este perfil donde la película funciona en mayor medida, quedando el fanatismo como agente reactivo y catalizador de los mecanismos del género... aunque como melodrama resulte también una experiencia convencional y un tanto previsible.

"Agora" resulta una película fría, timorata, que no se atreve a mirar cara a cara a la sangre que mana de las heridas de los personajes y que exige demasiado al espectador puesto que, descansando en el convencionalismo intelectual y emocional que muestra, espera que aquel ponga el resto y complete el dibujo uniendo los puntos que Amenabar dibuja sobre la pantalla.

Además, y no conociendo mucho la historia de Hypathia, tengo la impresión que el entendimiento que el autor hace de la misma es incompleto. Después de todo, la tragedia de Hypathia no es sólo la tragedia del libre pensamiento frente al fanatismo sino también, y sobre todo, la tragedia de toda una cultura que agoniza en la playa del tiempo arrasada por una nueva época con sus propias ideas y planteamientos.

Amenábar se centra en el cómo y olvida el qué.

El cristianismo se abre paso a sangre y fuego, pero lo hace sobre una cultura agotada y en decadencia cuyos dioses están dejando de ser creídos y empiezan a ser olvidados. La cultura helenística centrada en Alejandría es el último estertor de la cultura clásica de raíces griegas y romanas y el tiempo de ese modo de vida ha pasado.

En este sentido, Hypathia se convierte en un personaje elegíaco y trágico que es metáfora de ese cambio de guardia en la historia de la humanidad.

"Agora" no tiene esa visión global de lo que, en realidad, Alejandría es... El teatro donde se escenifica ese espectáculo producido por el inevitable desgaste que sobre las cosas produce el inevitable paso del tiempo.

Mientras veía la película, a mi memoria regresaba ese viejo poema de Luis Cernuda sobre las estatuas de los dioses olvidados que descansan rotas, perdidas y semienterradas en una playa y es aquí donde "Agora" podría haber encontrado esa entidad intelectual de la que carece y que impide que sea algo más que un previsible entretenimiento tanto en lo narrativo como en lo intelectual.

Hypathia podría haber significado toda esa profunda hondura poética que encierra lo que irreparablemente tiene que perderse porque su tiempo ha pasado.

El destino de Hypathia no puede ser otro que el mismo destino que sigue la cultura, de la que anímica e intelectualmente ella se convierte en símbolo, frente a los oscuros nuevos tiempos que representa el cristianismo: la desaparición.

El alma que "Agora" no tiene está ahí y, de haberla tenido, podría haberla convertido, siempre para mi gusto, en una película inolvidable y mejor.

Vulgar.
HELENA: No he pisado jamás Troya. Era sólo un espectro.
SIRVIENTE: ¿Cómo? ¿Dice que solo estuvimos muriendo por una quimera ?”
("Helena", Eurípides)
"A la hora en que los sueños se vuelven verdad
al despuntar el día
vi los labios abrirse
pétalo a pétalo.

En el cielo brillaba una delgada hoz.
Temí que los segara."
(Yorgos Seferis)
BLACK STROBE

Me and Madonna...

















El barco aún quedaba lejos.
El singular evento de su figura recién se había desprendido de la monotonía rectilínea del horizonte.
Su vibrante textura aún era la de un espejismo... y bien podía ser éso, el volátil fruto de su imaginación ansiosa, pero algo le decía que se trataba de una realidad que empezaría a cuajar lentamente ante su mirar.
La blancura de su vela era una cuestión de tiempo.
Luego, la oscura presencia de su casco no tardaría en cobrar precaria solidez entre las dos inmensidades, la del cielo y la del mar, y lo haría de forma inevitable, con las mismas formas desconsideradas con que se producía el mismísimo tiempo ante su estar resignado. Y de algún modo aquel barco que lentamente se acercaba era la encarnación de ese inevitable pasar, pero también representaba la inevitabilidad de su propio destino.
Aquella vela siempre se las arreglaría para encontrarle.
Aquel casco no dejaría jamás de perseguirle.
Por eso había decidido pararse.
Hilar la brisa.
Afilar su espada.
Hacer una ofrenda a los callados dioses.
Y esperar con su silencio la insaciable ira de los aqueos.

jueves, noviembre 19, 2009

"Ojos de perro azul es la historia de un hombre y una mujer que se encuentran en sueños. Se aman con un amor extraño, justamente, de lógica únicamente onírica. Pero fallan en encontrarse en el mundo real, o incluso en averiguar si todo el acontecimiento es real, porque él, al despertar, siempre olvida los sueños. Estos encuentros desesperados parecen ser lo único que los va salvando día a día de una vida que, por lo demás, parece hacerse dura y demasiado insignificante; pero su incapacidad de realizar este deseo los persigue también entonces, pues pese a compartir el sueño, su realización está siempre lejos, en el terreno de lo imposible. Pero si fuera sólo un cuento de un amor imposible, sería difícilmente el gran cuento que es. Ojos de perro azul no es sólo la idea de lo inalcanzable, sino la idea de vivir una vida aparte, con una lógica creada en torno a algo que, quizás, ni siquiera es real. No es una historia de amor, sino de deseo. Y no es una historia siquiera, probablemente sería mucho mejor definir este cuento únicamente como un sueño. Y he ahí el doble giro de ironía y maravilla que escapa de esta obra: la idea de que aquello que puede salvarnos la vida, hacer la gran diferencia, puede terminar escapando a nuestras posibilidades por una simple cuestión de olvido. Que algunas cosas, por importantes que puedan ser, y aunque podrían incluso haber terminado salvándonos; las perdemos todos los días como si fueran monedas qué regalar, casi sin darnos cuenta."

Más

Perfecto...

SAMMY DAVIS Jr.

Mr. Bojangles...



"Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz. Y ahora todavía al apoyarte en la ancha espalda del sueño, aun cuando te hunden en el pecho aletargado del pronto, buscas rincones donde el negro se ha gastado y no resiste, buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón y abrirlo a la luz."
(Yorgos Séferis)
SAMMY DAVIS JR.

Wichita Lineman...

JOHNNY CASH

Wichita lineman....


ALAKRANA

¿Qué será lo siguiente?

No me atrevo a aventurar ningún planteamiento, porque en este descenso a las profundidades abisales que nuestros gobernantes están realizando para mantener su puesto de trabajo todo es ya posible.

Esencialmente, me inquietan unos gobernantes que, constantemente, y por sus actos, nos muestran que el fin justifica los medios... incluso lo comentan orgullosos comparándose con el misterioso príncipe al que Maquiavelo le dedicó su obra... porque, insisto, su principal misión es mantener el puesto de trabajo.

No se si hay muchos estados que hayan cedido al chantaje de unos criminales sin de alguna forma u otra cobrarse su deuda, pero, lo que si tengo claro es que el estado español es el primero que lo hace de forma pública y notoria, sin pudor, argumentando que las situaciones difíciles requieren soluciones complicadas, pero olvidando que, precisamente, lo complicado de esa solución no es la naturaleza de la misma sino mantener el secreto de su existencia.

Todos los estados tienen alcantarillas y sólo hay un modo de resolver las cosas en ellas: el secreto imprescindible y necesario para una actividad basada en ese viejo adagio que afirma la necesidad de romper huevos como paso previo para la producción de una tortilla.

Y aún mucho más perverso que el reconocimiento de la necesidad de ese mundo oscuro es dar luz y taquigrafo asumiendo con la mayor de las naturalidades la perversión del estado de derecho. Todos hemos leído a John Le Carré y, si mal no recuerdo, Smiley jamás fue titular en la primera página de los periódicos.

Si por pragmatismo se decide la subversión del estado de derecho haciendo que éste se incline ante la voluntad de unos piratas, lo complicado no es la toma de esa decisión ni tampoco la realización de la misma. Lo difícil es tener en cuenta sus repercusiones y consecuencias, manteniendo lo que no debe ver la luz en la oscuridad a la que ese acto por naturaleza pertenece.

Y todo por mantener el puesto de trabajo.

El estado pagando rescate a unos piratas, el estado colaborando con banda armada, conversaciones privadas publicadas en los periódicos... Confieso que no se qué será lo siguiente... y si de verdad se puede caer más bajo y puede haber algo peor.

Es complicado decir estas cosas en un país donde se es de izquierdas o de derechas como se es del Barcelona o del Real Madrid, pero empieza a ser necesaria una regeneración. Hay demasiada vileza y, lo que es peor, una vileza manifestada con la impunidad que implica reconocerla como parte de un cierto estado de las cosas definidor del ser de nuestro tiempo.

Intolerable.

martes, noviembre 17, 2009

GIORGIO MORODER & PAT BENATAR

Here's my heart...



"Adam Smith mantuvo que el hombre, dejándose llevar por sus instintos contribuye al bien común. Sus discípulos empezaron a darse cuenta de que para alcanzar ese fin es indispensable someter los instintos a la razón"
(Evolución del pensamiento económico, Miguel Angel Martínez Echevarría)

Y vivimos en un mundo cuya máxima obsesión es desatar los instintos buscando monetizarlos. Y del mismo modo que la política se ha irracionalizado en un continuo intercambio táctico de imágenes, gestos y consignas, el mercado ha sucumbido a la irracionalidad de los agujeros virtuales, a las tácticas oportunistas de ganancias inmensas y rápidas.
La racionalidad, la responsabilidad individual con respecto a lo colectivo, es un tema personal... y no únicamente un abstracto tema social que se nos imponga desde arriba mediante un sistema legislativo. No hay ley que funcione si parte de ella no está ya dentro de las personas que deben respetarla y seguirla.
El egoísta sentido de no responsabilidad que es signo de nuestros tiempos forma parte de esa irracionalidad que nos convierte en sujetos deseantes y centros absolutos de un universo que es el nuestro, encerrados en la inmensidad de nuestros propios deseos y ambiciones, sin sentirnos obligados a dar explicaciones a nadie.
Así no hay sistema político y económico que resista los embates de los desatados perros del infinito deseo.
Lo social no es posible sin un cierto sentido altruista basado en la racionalidad, en la cesión voluntaria y el consecuente control que evita que el pan de hoy se convierta en el hambre de mañana.
Y ese altruismo es el garante y sustentador de un orden establecido. Su desaparición significa un claro síntoma de descomposición y decadencia. Nadie está dispuesto a ceder ni a esperar a un mañana cuya existencia garantiza el propio cumplimiento de ese orden y cuyo sentido se desvanece con las constantes impaciencias e incumplimientos.
No hay tiempo que perder.
De pronto, el mañana se ha vuelto incierto y lo único que cuenta es lo que se puede hacer hoy.

INOLVIDABLE

The great race...


Throw more brandy!


2012

Y, por lo visto, estábamos advertidos.

Este último desastre global, género en el que el alemán Roland Emmerich parece haberse especializado, se inspira en el hecho real de que el calendario de los mayas no va más allá del año 2012 de nuestra era... (aunque probablemente dejaran para mañana la engorrosa tarea de tallar más piedras con los datos del 2012 hacia delante mientras tranquilamente se extinguían).

Rápidamente... La tormenta solar más potente de la historia convierte al sol en un potente emisor de neutrinos, en un enorme horno microondas, para que nos entendamos, que calienta el interior de la tierra hasta el punto de que las placas superiores pierden el sólido anclaje con las derretidas inferiores y comienzan a desplazarse provocando brutales y tremendos cataclismos que a punto están de llevarse por delante a nuestra especie y, lo que es mucho más grande, su ego.

Si uno se pone a pensar seriamente en todo lo que sucede durante las casi tres horas de metraje que componen esta mastodóntica 2012, no encuentra apenas un lugar donde agarrarse (y eso que lo que abunda son precisamente escombros).

Las cosas suceden porque sí, las casualidades inverosímiles y los planteamientos pasmosos ocurren sin apenas dar un respiro al espectador. Suceden porque tienen que suceder, para que acompañemos/espiemos a los protagonistas hasta el final de su viaje que, como no podía ser de otra forma y al tratarse de los héroes, coincide con el final de la historia... Pero el mundo que nos abre ésta 2012 es otro. Porque, y a pesar de ese inverosímil todo, la película de Emmerich es un perfecto producto de entretenimiento que funciona de principio a fin, llevando al espectador de asombro en asombro en una especie de rutilante opera desastrosa en donde lo más increíble sucede con verosimilitud, aspecto más que suficiente para que las historias mantengan la atención del espectador y consigan el deseado efecto de funcionar.

El supervolcán de Yellowstone reventando, el estado de California hundiéndose en el oceano, un enorme tsunami de 1500 metros de altura, la basílica de San Pedro del Vaticano por los suelos... y nuestros héroes escapando por los pelos mientras el suelo no cesa de abrirse bajo sus pies hasta llegar a descubrir el secreto mejor guardado, la puerta de escape tecnológica que la humanidad se ha fabricado para sobrevivir.

En cualquier caso, y como escribo, 2012 es un auténtico espectáculo.

Por el momento, la madre de todas las superproducciones de acción que Hollywood ha venido produciendo con mayor o menor acierto desde que el cine como producto se ha digitalizado para vehiculizar de forma espectacular la acción... aunque yo sigo prefiriendo "La Aventura del Poseidón", la verdadera madre de un género cinematográfico nacido sociologicamente en una época de crisis, la de las inflacionarias economías keynesianas en la década de los setentas del siglo pasado y causada por el alza de los precios del petróleo como arma política para equilibrar el conflicto árabe-israelita.

Ahora vivimos otra crisis y quizá sea otro buen momento para este género que, y aunque parezca mentira, es principalmente un cine intimista, de personajes, que utiliza la catástrofe como elemento catárquico que se aplica como reactivo sobre una serie de personajes que son también diferentes personalidades capaces de dar diferentes respuestas a la misma situación desesperada.

El cine de catastrofes es un cine de rostros y de decisiones, una cine sobre el qué hacer y el cómo reaccionar ante el desastre inminente, ante la amenaza que supone la catástrofe para los destinos de los personajes. En "La aventura del Poseidón" no importa tanto el evento singular del barco vuelto del revés bajo las aguas como lo que éste evento provoca en el grupo de protagonistas, el eterno conflicto entre el hastío y la esperanza, entre la voluntad por continuar hacia delante y la desesperación que les lleva a dudar, a desconfiar del camino elegido... La vida misma.

En realidad asistimos al espectáculo del ser humano sometido a la presión de una situación extrema, un filmado experimento de laboratorio en que las grandezas y debilidades del hombre, su peso o su levedad, son puestas de manifiesto en la catástrofe como prueba que, para sobrevivir, el animal humano debe superar y 2012 también tiene ese lado humano. No lo tiene en forma abundante, pero si en la suficiente proporción como para que la película tenga carne en lugar de plástico y exista un lugar para una emoción no sólo basada en el riesgo ante lo material sino también en el conflicto emocional.

No falta de nada en 2012.

Impactante y entretenida.

domingo, noviembre 15, 2009

GIORGIO MORODER

Blood from a stone....



LOS ORÍGENES DEL SIGLO XXI

Si el mundo relativista del Renacimiento, lleno de razones y puntos de vista diferentes que tan bien nos enseña a respetar Michel de Montaigne, culmina en Descartes y su necesidad de encontrar un modo de pensar (método) que nos lleve a una verdad única e incontrovertible, que evite el relativismo y los conflictos que asolaban la Europa barroca; el mundo moderno que inaugura Descartes, basado en al confianza absoluta en los poderes de la razón, tiene su culminación en el siglo XX terminado hace nueve años.

La modernidad de la industrialización, del mercado, de los derechos del hombre y de la democracia culmina en una centuria en la que, paradojicamente, el sueño de la razón genera dos modos diferentes y casi antagónicos de concebir el mundo y las cosas, mundos que en su enfrentamiento generaron sus propios monstruos (fascismo y comunismo) totalitarios y brutales, expertos en aplicar los métodos industriales de producción a la nada innovadora tarea de exterminar a las personas.

Buena parte del siglo XX, por no decir toda, es la historia de ese enfrentamiento que Descartes quiso evitar, y que -por características de la propia naturaleza humana- resulta quizá inevitable.

"Los orígenes del siglo XXI" no es otra cosa que un repaso rápido y ajustado de la historia del pasado siglo, con especial énfasis en lo económico y social.

Y a este nivel divulgativo el libro funciona. Se lee rápido y bien, pese a su extensión en número de páginas, y el lector, al terminarlo, lo hace con una idea clara del estado de las cosas durante el pasado siglo... o por lo menos éso es lo que me ha sucedido a mi. Por lo que, me parece, es una lectura bastante recomendable para tener una visión clara y relativamente rápida de lo acontecido en los últimos cien años de la humanidad.

El libro resulta más una crónica divulgativa que el ensayo que pretende ser y que pone de manifiesto en su subtítulo: "Un ensayo de historia social y económica contemporánea".

El espacio dedicado al ensayo son las últimas páginas y en ellas Tortella plantea, como consecuencia de todo lo relatado, un panorama nada optimista para el siglo XXI centrado en el control del crecimiento y la siniestra paradoja que ese crecimiento plantea a la humanidad: Extender ese crecimiento tendrá consecuencias negativas en lo que respecta a la sostenibilidad medioambiental, pero no extenderlo supondrá mantener a miles de millones de personas en la pobreza, una pobreza que pone en entredicho la naturaleza humana de la humanidad.

Para Gabriel Tortella, economista e historiador, el siglo XXI nace enfrentado a una disyuntiva que parece irresoluble y cuya imposible solución nos aguarda en el inagotable despliegue de nuestro esfuerzo como especie en los años venideros.

Lo único cierto es que aún no hemos despejado las incógnitas de la ecuación del crecimiento armónico y sostenido.

Y estoy de acuerdo con Tortella en que ese puede ser el principal reto del ser humano en el presente siglo del que ya hemos descontado casi diez años... además de los obvios, los de siempre y viene con nuestro peculiar carácter.

Interesante.


THE LENINGRAD COWBOYS

Eloise




sábado, noviembre 14, 2009

ESPERA