martes, agosto 30, 2005

"Time is a royal man-eating tiger. He is not satisfied with men: he also devours cities, kingdoms and even gods!"
(The last temptation of Christ, Nicos Kazantzakis)

De las poco más de 500 páginas que componen el libro, sólo me quedo con esta frase (que me conduce por la memoria hasta un poema de Luis Cernuda dedicado a los dioses muertos).
El resto es un aburrido y trasnochado relato que juega a ser una especie de evangelio del hombre del siglo XX. Pretendidamente adaptado a sus presuntas dudas al respecto de unos evangelios hagiográficos y canónicos. "La última tentación de Cristo" juega a ser una escandalosa revelación del hombre escondido tras el Dios que en absoluto termina de interesarme.

No me interesa el Dios, mucho menos me interesa el hombre que hay escondido tras el Dios.
No soy público objetivo.

Ningún Dios ha conseguido derrotar al tiempo... Zeus, Ra, Odin...
En su momento también fueron eternos y verdaderos.

Los nuestros, los eternos y verdaderos del presente, también desaparecerán.

El hombre mismo y su necesidad de un ser superior sobre el que proyectar sus debilidades y temores son mucho más eternos que cualquiera de ellos.

Por eso me quedo con esa frase... "he also devours cities, kingdoms and even gods!".
Aún sigo sorprendido de haberla encontrado escrita precisamente en un libro como éste, consagrado a presentar de forma heterodoxa la ortodoxa palabra de un Dios verdadero.

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