viernes, agosto 31, 2007
miércoles, agosto 29, 2007
ROBERT MITCHUM
Era un tipo muy interesante.
Sólo los tipos interesantes son capaces de decir cosas como ésta:
"What do you want, mi life story? I told everything i know to the Los Angeles Police Department"
Mitchum tiene muchas frases y salidas de tono de la misma especie, como si el espíritu del cine negro se hiciera carne ante nuestros ojos. Y no se quedaba sólo en las palabras, como el hombre de la esquina rosada de Borges, también en los hechos a veces llegaba demasiado lejos.
Empiezo a leer una de sus biografías: "Baby, I don't care" escrita por Lee Server; y se que no voy a decepcionarme. Va ser una lectura interesante y por "interesante" entiendo cualquier cosa menos la vertiente cinematográfica de su vida.
Se que voy a descubrir un punto de vista, una mirada diferente que quizá sea la de un perro azul, aunque, y por encima de todo, Mitchum fue un beatnik que no le fue del todo mal en la vida y llegó a viejo.
Magnífico artículo de Martin Varsavsky sobre el aldo oscuro de los españoles... (que también lo tenemos o es que somo la raza elegida por los dioses o algo así).
Dos muestras:
"El español medio tiene miedo al fracaso y al ridículo y frecuentemente no se arriesga en posibles emprendimientos. Es así como en España muchos inmigrantes ya sean ingleses, alemanes o latinoamericanos, terminan ocupando nichos de mercado en la creación de empresas que los españoles no ocupan."
"La gente tiene dos problemas, uno que se queja y otro que espera que algún otro le resuelva sus problemas."
También recoiendo leer el debate posterior a la entrada de este post... Merece la pena.
sábado, agosto 25, 2007
La resonante voz de Nat King Cole sonando desde la radio del coche de Bob Hoskins forma parte de mi parque de recuerdos cinematográficos.
"Mona Lisa" es una película suave y melancólica, que se deja ver casi sin querer.
Al oido nos susurra una historia triste sobre amores desesperados hacia personas equivocadas que sucede en los bajos fondos de un Londres gris e inhóspito.
En todo momento la película se mantiene dentro del área de influencia del cine negro, tomando de él todo lo que necesita para hurdir la trama situando a los personajes en un contexto sórdido que hace aún más imposible el amor que los dos protagonistas (Hopkins y Tyson) sienten.
Como en todas las películas de su director, Neil Jordan, sus personajes protagonistas encuentran en su interior la energía suficiente como para continuar adelante en un mundo cruel.
La belleza siempre está en su interior y encuentra pocas ocasiones para manifestarse, cuando no les perjudica en el caso de que se den las condiciones para que se manifieste.
Son seres diferentes.... en bastantes casos de condicion homosexual... especiales y el mundo no suele estar a la altura de su talento vital nacido de la necesidad de existir contra toda opción y situación.
De alguna forma son seres puros, que no encajan en una realidad compleja, centrada en unos intereses más básicos directamente relacionados con la diaria supervivencia.
Perdedores natos que al final encuentran un lugar tranquilo donde tumbarse a descansar en la playa de su propia derrota y que terminan por resultarnos triunfadores una vez que han cosneguido liberarse de todo aquello que les amenazaba.
Las películas de Neil Jordan siempre nos hablan de la importancia de ser diferente y de aprovechar esa diferencia para encontrar un lugar en el mundo.
Todos sus protagonistas luchan por conseguirlo.
Nadie les entiende.
Hablan otro lenguaje.
El personaje que Nick Nolte interpreta en "El buen ladrón" monta toda una estrategia de falsos robos destinada a despertar los intereses y los bajos instintos en todo su entorno con el único fin de poder colarse en un casino y poder saltar la banca con la tranquilidad que un asunto así requiere. Después de todo lo normal es que un ladrón quiera robar... A nadie le pasa por la cabeza otra posibilidad.
El ser diferentes les salva cuando son capaces de convertir esa diferencia en un arma poderosa en la batalla decisiva por la propia causa de existir.
Son románticas caperucitas en un mundo de lobos interesados (No en vano esta fue la temática de su primera película "En compañía de lobos"), cegados por su propia animalidad, que, en cuanto consiguen aprovechar esa pureza en su beneficio, nadie puede detener.
viernes, agosto 24, 2007
Ejemplo: si un perro y una persona quieren buscar a alguien en un aeropuerto, le damos a la persona una foto del extraviado y al perro una media. Pero si lo hacemos al revés, la foto para el perro y la media para la persona, ¡seguramente nunca encontraremos al perdido! (risas).
Así, se establece un diálogo entre nuestro mundo interno y el mundo externo, por medio de los sentidos, que nos permite elaborar representaciones virtuales de los fragmentos del mundo real que necesitamos para sobrevivir. Pero no tenemos la visión íntegra de todo lo que hay allá afuera. Lo que pasa es que a través de unos quinientos o setecientos años de evolución, los humanos nos hemos puesto de acuerdo en una especie de «alucinación colectiva estándar» y vemos más o menos lo mismo. Eso es lo que nos permite ser una sociedad con referentes universales."
(Rodolfo Llinás)
Más.
martes, agosto 21, 2007
GANGSTERS
Al principio no hay límites para el propio deseo.
El niño no hace otra cosa que extender la mano, que tocar, que pedir. No tiene la sensación de que las cosas le pueden ser negadas, pero en cierto momento llega la primera prohibición. El padre se interpone entre su omnipotente voluntad y la madre.
Sucede la primera norma y tras ella vienen todas las demás limitándo y encauzando la insaciable y egoísta capacidad deseante del individuo. Empieza entonces el doloroso proceso de conocer y asumir las propias limitaciones, un proceso llamado de "socialización" y que en su final convierte al individuo en apto para vivir en sociedad.
El hombre es un ser social.
Sobrevive y funciona mejor trabajando en grupo, pero para que esta agrupación sea posible es necesario generar un entorno en el que la convivencia sea posible.
Se hace necesario fijar unas reglas, unas normas que todos deben seguir: el incesto, los diez mandamientos, los fueros medievales, la gracia de Dios y así hasta nuestros tiempos.
La individualidad se subordina al grupo. No todas las cosas están al alcance de cada uno de los sujetos que componen los grupos.
Los sujetos lo son porque están "sujetados" a todo un entramado de dictados y prescripciones que generar un espacio neutro de convivencia en el que todos los participantes son respetados y -en teoría- gozan de los mismos derechos y obligaciones
La mujer del otro, las cosas del otro... pertenecen a ese otro. No se le pueden arrebatar. Lo demás, el éxito y el fracaso, corren por cuenta de cada uno.
El animal humano es encerrado en una jaula de normas, recomendaciones, dictados, sanciones que permiten construir la sociedad y que están basadas en la razón, el cálculo y el interés. Así aparece un colectivo, una ley que limita las andanzas de ese insaciable yo deseante.
Como especie nos ha ido bien relegar a las tinieblas todos esos aspectos inconfesables... Al planeta no tanto (pero esa es otra y ecológica historia).
En este entorno de colaboración, los demás suponen cada día el esfuerzo de cumplir con nuestras obligaciones para con ellos. Con tantos deseos y tantas voluntades en juego, concurriendo diariamente, es complicado que podamos salirnos con la nuestra todo el tiempo. Hay que ceder. Hay que aceptar. Hay que asumir... Y a veces -sólo a veces- deseamos que las cosas sean más fáciles, que nada se interponga entre nosotros y su deseo... y aunque se interponga poder pasar por encima de todo aquello que se opone a nuestro esfuerzo sin sentir el menor remordimiento.
Los gangsters son la puesta por obra de esa figura, de ese imposible y disolvente deseo.
Sin remordimiento, logran sus propósitos.
Las normas que nosotros no nos atrevemos a quebrar parecen no intimidarles.
Amparados en la oscuridad del cine los vemos actuar aparentemente libres de las limitaciones que a nosotros nos constriñen. Todo es rápido y fácil. Parecen estar mucho más cerca del objeto de su deseo porque están dispuestos a alargar la mano para conseguirlo obviando las limitaciones y las circunstancias que rodean a su esfuerzo.
Ese es su inconfesable atractivo para nuestra mirada de espectador, una mirada que en mayor o menor medida encierra el destello de ese animal encerrado y desterrado.
Su destino es el de ser siempre castigados.
domingo, agosto 19, 2007
No se qué me gusta más.
La historia que se cuenta o el modo tan interesante en que Scorsese la relata. Siempre dudo. Lo único que tengo claro es que la pareja que forman Robert de Niro y Joe Pesci es una de las más importantes de la historia del cine. Entre ellos estalla siempre la verosimilitud y lo hace de una forma natural pese a los aspavientos y gesticulaciones de uno y otro.
Me gusta mucho verles en esta historia decadente, loca y brutal en la que los defectos de sus protagonistas como seres humanos se bastan y se sobran para llevarles al desastre más absoluto desde las más altas cimas del éxito (siempre que se acepte como prueba de éxito el control de una ciudad como Las Vegas).
Y todo relatado de una forma muy visual, muy cinematográfica. Haciendo un uso acertadísimo de las voice over y de la ambientación musical, del encuadre y del montaje (la escena que describe el sistema de vigilancia del Casino resulta siempre magistral a golpe de raccord).
Una obra maestra.
Las ficciones son los principales agentes transformadores de esa falacia que llamamos realidad y que siempre pertenece a alguien.
Abstrayendo la fisicidad de las cosas (esto es una silla y eso es una puerta), la realidad siempre se agota en sí misma.
No es más que otro punto de vista.
Nuestro reto no es reconocer la realidad (porque siempre tendemos a confundir realidad con deseo) sino hacer reales las ficciones.
Asumir ese antropológico defecto y convertirlo en una no menos antropológica virtud.
Tener un plan y ponerlo en práctica.
No tenemos mucho tiempo.
Nuestros deseos son más longevos, nos sobreviven cuando cristalizan en esa realidad que tanto valoramos.
Enseguida, terminamos muriendo.
Con independencia de su anclaje en la realidad del 11 de Septiembre, "Uniteds 93" ya era un estupendo "thriller" de acción con apariencia de documental.
Paul Greengrass ya mostró entonces el músculo para la acción que ahora exhibe dirigiendo esta última entrega -por el momento- de las andanzas de Bourne.
"El ultimátum de Bourne" es una buena película de acción. Sus 111 minutos pasan a la misma velocidad con la que Bourne va dejando K.O. a los agentes que le van saliendo al paso.
Me gustan los buenos actores y esta película cuenta con un estupendo reparto que ayudan a disimular algunas inconsistencias de la trama con la energía de su presencia y el poder de su palabra.
Nada más.
En cuanto termina, uno se olvida rápidamente de ella como pasa con la mayoría de las sonrisas correctas y amables que nos dirigen cuando hay dinero de por medio.
viernes, agosto 17, 2007
Es... El cerebro de Bush
miércoles, agosto 15, 2007
Aquí posan todos en una foto tomada al día siguiente.
martes, agosto 07, 2007
"Made it, ma. Top of the world", grita Cody Jarrett un segundo antes de inmolarse en un caos de fuego y destrucción.
Inolvidable.
"Al rojo vivo" es una de las mejores películas de "gangsters" de todos los tiempos e incluye - a mi entender- una de las mejores interpretaciones de toda la historia del cine. El Cody Jarrett que James Cagney construye es un prodigio de intensidad y fuerza, pero también de matices que van desde la más extrema crueldad hasta la más tremenda sensibilidad.
Si alguien quiere saber lo que es y significa una extrella cinematográfica que vea esta película y compruebe la capacidad profesional y emocional de Cagney para cargar con toda la película sobre sus espaldas. Atraído por su magnetismo, uno no puede dejar de mirarle, de preguntarse que hará el personaje en el siguiente minuto.
"Al rojo vivo" es una película de extrema violencia que cuenta la historia de un criminal psicópata con una particular fijación edípica en su madre. En ella confluyen la tradición del cine de gangsters de épocas anteriores -y de la que el propio Cagney es un más que acreditado representante- con el inicio del cine policiaco de los 50 y, dentro de él, del cine llamado "de robos" anticipándose a joyas como "La Jungla de asfalto" o "Atraco perfecto".
También hay componentes de cine negro, como la mujer fatal interpretada por Virginia Mayo, y documentales puesto que la película sucede en la calle e incluso hay un cierto tratamiento naturalista en el planteamiento de situaciones y personajes: la presentación de la mujer fatal roncando una siesta o el momento en que la bella Virginia Mayo escupe un chicle al suelo antes de besar a Cagney.
Y todo ello pasado por el talentoso tamiz de su director, el maestro Raoul Walsh. Junto con Ford y Hawks constituye la santisima trinidad del cine clásico americano.
En fin... Toda una obra maestra dirigida por el maestro Raoul Walsh con su habitual pulso brioso.