"Opuesta a la noción artificiál de trueque, la forma arcaica del intercambio ha sido identificada por Mauss con el nombre de potlach tomado de los indios del noroeste americano, que practican el tipo más conocido.
Instituciones análogas al potlatch indio o rastros de ellas han sido halladas con mucha frecuencia.
El potlatch de los tlingit, los haïda, los tsimshian, los kwakiutl de la costa noroeste ha sido estudiado con precisión
desde fines del siglo XIX (pero no fue comparado, entonces, con las formas arcaicas de intercambio de otros países).
Los pueblos americanos menos avanzados practican el potlatch con ocasión de cambios en la situación de las personas —iniciaciones, matrimonios,funerales e incluso, bajo una forma menos desarrollada, nunca puede ser disociado de una fiesta, bien porque el potlatch ocasione la fiesta, bien porque tenga lugar con ocasión de ella.
El potlatch excluye todo regateo y, en general, está constituido por un don considerable de riquezas que se ofrecen ostensiblemente con el objeto de humillar, de desafiar y de obligar a un rival. El carácter de intercambio del don resulta del hecho de que el donatario, para evitar la humillación y aceptar el desafío, debe cumplir con la obligación contraída por él al aceptarlo respondiendo más tarde con un don más importante; es decir, que debe devolver con usura.
Pero el don no es la única forma del potlatch. Es igualmente posible desafiar rivales por medio de destrucciones espectaculares de riqueza. A través de esta última forma es como el potlatch incorpora el sacrificio religioso, siendo las destrucciones teóricamente ofrecidas a los ancestros míticos de los donatarios.
En una época relativamente reciente, podía acontecer que un jefe tlingit se presentara ante su rival para degollar en su presencia algunos de sus esclavos. Esta destrucción debía ser respondida, en un plazo determinado, con el degollamiento de un número de esclavos mayor. Los tchoukchi del extremo noroeste siberiano, que conocían instituciones análogas al potlatch, degollaban colleras de perros de un valor considerable para hostigar y humillar a otros grupo. En el noroeste americano, las destrucciones consisten incluso en incendios de aldeas y en el destrozo de pequeñas flotas de canoas. Lingotes de cobre blasonados, una especie de moneda a la que se atribuía un valor convenido tal que representaban una inmensa fortuna, eran destrozadas o arrojadas al mar. El delirio propio de la fiesta se asocia lo mismo a las hecatombes de patrimonio que a los dones
acumulados con la intención de maravillar y sobresalir...
... Las consecuencias en el orden de la adquisición no son más que el resultado no querido —al menos en la medida en que
los impulsos que rigen la operación sigan siendo primitivos— de un proceso dirigido en un sentido contrario.""El ideal, indica Mauss, sería dar un potlatch y que no fuera devuelto"... La riqueza aparece así como una adquisición en tanto que el rico adquiere un poder, pero la riqueza se dirige enteramente hacia la pérdida en el sentido en que tal poder sea entendido como poder de perder. Solamente por la pérdida están unidos a la riqueza la gloria y el honor."
(La noción de gasto, Georges Bataille)
El desafío de la pérdida... Cuanto más puedes poner a disposición de la pérdida más poderoso eres.
lunes, febrero 20, 2012
FALLEN ANGEL
Otto Preminger es uno de los directores centroeuropeos que emigraron a Hollywood como consecuencia del periodo de desestabilización y guerra que sufrió Europa en las decadas de los treintas y cuarentas del siglo pasado.
Entre las principales contribuciones de este grupo de elegantes y sofisticados emigrantes se encuentra la profundización en la capacidad de sugerencia y contraste que el cine en blanco y negro tenía para contar historias. Y su principal producto fue ese género llamado "cine negro", un género del cual no son padres únicos pero, desde luego, imprescindibles colaboradores en el proceso de su gestación.
Fritz Lang, Billy Wilder, Robert Siodmak, Karl Freund... y junto a ellos Otto Preminger, director de "Fallen Angel" y de otros titulos como "Laura", "Cara de Angel" o "Ambiciosa".
La filmografía de Preminger es variada y siempre abordando temas controvertidos hasta en su época de madurez como creador, en la que se especializó en grandes producciones que siempre incluían aspectos que rozaban los límites tolerables de la media aritmética de la moralidad, y especialmente a finales de la década de los cincuentas y principios de la década de los sesentas con títulos como "Buenos días, tristeza", "Anatomía de un asesinato", "El Hombre del brazo de oro" o "El Cardenal".
Puede decirse que Preminger siempre llevó consigo hasta el final de su carrera, con por ejemplo títulos como"Rosebud" o "El factor humano", ese aspecto controvertido del cine negro basado en la inmensidad de tonos grises que separaban la certeza del blanco y el negro, aspecto que presidía las relaciones humanas entre los personajes complicándolas hasta el drama y casi siempre la tragedia final.
"Fallen Angel" es un buen ejemplo de esa primera época.
Un buscavidas es arrojado por el oleaje de la vida a las arenas de un pequeño pueblo californiano. Allí conocerá y se enamorará de una ambiciosa camarera para quién el amor no deja de ser más que uno de los reclamos que la naturaleza pone a su disposición para atraer el hombre adecuado. El protagonista buscando conseguir ese amor utilizará sus dotes cameladoras de buscavidas para seducir a una rica solterona perteneciente a las fuerzas vivas de la propia ciudad.
Pero, y como siempre sucede en el cine negro, el destino y la suerte tendrán algo sobre respecto ese plan emparentando en este sentido a este género cinematográfico con la tragedia griega. En ambos casos sus héroes siempre son manejados por una fuerza mucho más poderosa que la propia voluntad y sus esfuerzos casi siempre terminan en desastre... y si el héroe es afortunado en purificación que casi siempre tiene que ver con la entrega de la propia vida en pago de los errores cometidos por ese exceso de voluntad.
El deseo siempre es infinito y aquellas cosas que se desean siempre son escasas, especialmente cuando mismos deseos de diferentes personas coinciden sobre la misma persona u objeto.
La voluntad es la herramienta con la que el deseante intenta hacer posible eso que no sabe es imposible.
Y el plan es la manera en que se despliega de manera práctica esa voluntad.
Casi siempre los planes resultan infalibles sobre el papel, justo el lugar seguro de la narración, donde el destino no interviene y todo es posible.
"Fallen Angel" no es una obra maestra pero es de esas películas que siempre apetece ver.
Otto Preminger es uno de los directores centroeuropeos que emigraron a Hollywood como consecuencia del periodo de desestabilización y guerra que sufrió Europa en las decadas de los treintas y cuarentas del siglo pasado.
Entre las principales contribuciones de este grupo de elegantes y sofisticados emigrantes se encuentra la profundización en la capacidad de sugerencia y contraste que el cine en blanco y negro tenía para contar historias. Y su principal producto fue ese género llamado "cine negro", un género del cual no son padres únicos pero, desde luego, imprescindibles colaboradores en el proceso de su gestación.
Fritz Lang, Billy Wilder, Robert Siodmak, Karl Freund... y junto a ellos Otto Preminger, director de "Fallen Angel" y de otros titulos como "Laura", "Cara de Angel" o "Ambiciosa".
La filmografía de Preminger es variada y siempre abordando temas controvertidos hasta en su época de madurez como creador, en la que se especializó en grandes producciones que siempre incluían aspectos que rozaban los límites tolerables de la media aritmética de la moralidad, y especialmente a finales de la década de los cincuentas y principios de la década de los sesentas con títulos como "Buenos días, tristeza", "Anatomía de un asesinato", "El Hombre del brazo de oro" o "El Cardenal".
Puede decirse que Preminger siempre llevó consigo hasta el final de su carrera, con por ejemplo títulos como"Rosebud" o "El factor humano", ese aspecto controvertido del cine negro basado en la inmensidad de tonos grises que separaban la certeza del blanco y el negro, aspecto que presidía las relaciones humanas entre los personajes complicándolas hasta el drama y casi siempre la tragedia final.
"Fallen Angel" es un buen ejemplo de esa primera época.
Un buscavidas es arrojado por el oleaje de la vida a las arenas de un pequeño pueblo californiano. Allí conocerá y se enamorará de una ambiciosa camarera para quién el amor no deja de ser más que uno de los reclamos que la naturaleza pone a su disposición para atraer el hombre adecuado. El protagonista buscando conseguir ese amor utilizará sus dotes cameladoras de buscavidas para seducir a una rica solterona perteneciente a las fuerzas vivas de la propia ciudad.
Pero, y como siempre sucede en el cine negro, el destino y la suerte tendrán algo sobre respecto ese plan emparentando en este sentido a este género cinematográfico con la tragedia griega. En ambos casos sus héroes siempre son manejados por una fuerza mucho más poderosa que la propia voluntad y sus esfuerzos casi siempre terminan en desastre... y si el héroe es afortunado en purificación que casi siempre tiene que ver con la entrega de la propia vida en pago de los errores cometidos por ese exceso de voluntad.
El deseo siempre es infinito y aquellas cosas que se desean siempre son escasas, especialmente cuando mismos deseos de diferentes personas coinciden sobre la misma persona u objeto.
La voluntad es la herramienta con la que el deseante intenta hacer posible eso que no sabe es imposible.
Y el plan es la manera en que se despliega de manera práctica esa voluntad.
Casi siempre los planes resultan infalibles sobre el papel, justo el lugar seguro de la narración, donde el destino no interviene y todo es posible.
"Fallen Angel" no es una obra maestra pero es de esas películas que siempre apetece ver.
Los gobernantes piden sacrificios.
Hay argumentos de todos los tipos para explicar por qué hay que hacerlos.
Pero, y una vez más, la cuestión esencial queda sepultada bajo cientos y cientos de palabras, cientos y cientos de papeles.
¿Qué ha sucedido para qué de pronto lo que un día era aceptable al día siguiente deje de serlo?
¿Por qué la deuda de los estados es una carga inviable ahora?
¿Por qué ha desaparecido la liquidez en el sistema monetario?
¿Cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso?
¿Y de qué negra nube ha caído?
Hay argumentos de todos los tipos para explicar por qué hay que hacerlos.
Pero, y una vez más, la cuestión esencial queda sepultada bajo cientos y cientos de palabras, cientos y cientos de papeles.
¿Qué ha sucedido para qué de pronto lo que un día era aceptable al día siguiente deje de serlo?
¿Por qué la deuda de los estados es una carga inviable ahora?
¿Por qué ha desaparecido la liquidez en el sistema monetario?
¿Cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso?
¿Y de qué negra nube ha caído?
domingo, febrero 19, 2012
EN BUSCA DE BOBBY FISHER
No entiendo mucho de ajedrez... En su momento empecé a jugarlo pero lo dejé porque acabó apoderándose de mi cabeza y a mi siempre me ha gustado concentrarme en vivir... Pero se quién fue Bobby Fisher.
En Fisher coinciden dos puntos de atracción simbólica de las sociedades modernas.
Por un lado, y a nivel profundo, el mito del genio. La sobrevaloración de la inteligencia como principal cualidad dentro de una sociedad industrial que utiliza esas capacidades como combustible que alimenta la maquinaria de ciencia e investigación que mantiene la continua progresión hacia delante. En este sentido, y como los cofrades de la especia en la saga Dune de Frank Herbert, los superdotados encierran en si la potencialidad de plegar el tiempo y acelerar ese movimiento uniforme de crecimiento del saber permitiendo a la humanidad adelantar en el tiempo su agenda de modernidad sin fin Y así, y aún habiendo otras cualidades especiales, se concede especial atención a aquellos que son diferentes por su inteligente talento. Se les convierte en una especie de hombres santos, héroes dignos de veneración por una colectividad que espera escuchar el futuro en sus palabras y actos.
Y por otro, en la época de Bobby Fisher, el mundo del ajedrez era un mundo que en su práctica totalidad estaba controlado por ajedrecistas del otro lado del telón de acero. Y en este sentido, con su comportamiento tan natural y directo, el joven Fisher se convirtió en una metáfora de un modo de entender las cosas, el modo americano del sargento York o de los astronautas del proyecto Apolo, personas sanas y joviales que desde cualquier parte de los Estados Unidos emergían para poner las cosas en su lugar demostrando la superioridad de un estilo de vida luminoso basado en la libertad y la individualidad.
Bobby Fisher fue todas esas cosas para quienes le rodeaban, pero para él mismo seguramente sólo fue un chico complicado, solitario, sin igual y para quién el regalo de su inmenso talento se convirtió en un inmenso castigo.
De algún modo Fisher me recuerda a aquel marciano del cuento que forma parte de "Crónicas Marcianas". Ese marciano superviviente que para vivir entre los humanos equivoca la estrategia. Utiliza su poder telepático para transformarse en lo que cada humano con el que se cruza más desea ver y acaba siendo asesinado por una multitud de personas que le quieren para apoderarse de ese deseo que increíblemente pueden ver ante sus ojos.
Y Bobby Fisher se desvaneció.
No se cuáles fueron las verdaderas razones, pero las que he apuntado me parecen bastante buenas. Probablemente buscaba soledad para él y su pasión por el ajedrez, alejarse de un mundo mediático que constantemente le forzaba a ser otra cosa, como el protagonista de la película, diferente al adolescente que fue.
Y en su huida Fisher dejó un vacío en el mundo del ajedrez y sobre ese vacío se construye la historia de la película. Porque Josh Waitzkin, un niño de tan sólo siete años, puede ser su sucesor.
Todos los que rodean a Josh, su padre y sus maestros, se tomarán muy en serio el don para el juego que el niño tiene. Y al igual que sucedió con Fisher le expondrán a un mundo voraz de éxitos y fracasos, pero es aquí donde la película se convierte en una historia mágica y especial trascendiendo el simple drama familiar para la televisión. Porque el talento de Josh se revelará aún mayor ofreciendo a quienes les rodean un punto de vista diferente dando una lección en el tablero de la vida a todos esos adultos que, al igual que Bobby Fisher, proyectan sobre él sus ambiciones y carencias.
El corazón de Josh será mucho mayor que su inteligencia.
Y es ahora cuando escribo que se trata de una historia real, no inventada.
Maravillosa.
No entiendo mucho de ajedrez... En su momento empecé a jugarlo pero lo dejé porque acabó apoderándose de mi cabeza y a mi siempre me ha gustado concentrarme en vivir... Pero se quién fue Bobby Fisher.
En Fisher coinciden dos puntos de atracción simbólica de las sociedades modernas.
Por un lado, y a nivel profundo, el mito del genio. La sobrevaloración de la inteligencia como principal cualidad dentro de una sociedad industrial que utiliza esas capacidades como combustible que alimenta la maquinaria de ciencia e investigación que mantiene la continua progresión hacia delante. En este sentido, y como los cofrades de la especia en la saga Dune de Frank Herbert, los superdotados encierran en si la potencialidad de plegar el tiempo y acelerar ese movimiento uniforme de crecimiento del saber permitiendo a la humanidad adelantar en el tiempo su agenda de modernidad sin fin Y así, y aún habiendo otras cualidades especiales, se concede especial atención a aquellos que son diferentes por su inteligente talento. Se les convierte en una especie de hombres santos, héroes dignos de veneración por una colectividad que espera escuchar el futuro en sus palabras y actos.
Y por otro, en la época de Bobby Fisher, el mundo del ajedrez era un mundo que en su práctica totalidad estaba controlado por ajedrecistas del otro lado del telón de acero. Y en este sentido, con su comportamiento tan natural y directo, el joven Fisher se convirtió en una metáfora de un modo de entender las cosas, el modo americano del sargento York o de los astronautas del proyecto Apolo, personas sanas y joviales que desde cualquier parte de los Estados Unidos emergían para poner las cosas en su lugar demostrando la superioridad de un estilo de vida luminoso basado en la libertad y la individualidad.
Bobby Fisher fue todas esas cosas para quienes le rodeaban, pero para él mismo seguramente sólo fue un chico complicado, solitario, sin igual y para quién el regalo de su inmenso talento se convirtió en un inmenso castigo.
De algún modo Fisher me recuerda a aquel marciano del cuento que forma parte de "Crónicas Marcianas". Ese marciano superviviente que para vivir entre los humanos equivoca la estrategia. Utiliza su poder telepático para transformarse en lo que cada humano con el que se cruza más desea ver y acaba siendo asesinado por una multitud de personas que le quieren para apoderarse de ese deseo que increíblemente pueden ver ante sus ojos.
Y Bobby Fisher se desvaneció.
No se cuáles fueron las verdaderas razones, pero las que he apuntado me parecen bastante buenas. Probablemente buscaba soledad para él y su pasión por el ajedrez, alejarse de un mundo mediático que constantemente le forzaba a ser otra cosa, como el protagonista de la película, diferente al adolescente que fue.
Y en su huida Fisher dejó un vacío en el mundo del ajedrez y sobre ese vacío se construye la historia de la película. Porque Josh Waitzkin, un niño de tan sólo siete años, puede ser su sucesor.
Todos los que rodean a Josh, su padre y sus maestros, se tomarán muy en serio el don para el juego que el niño tiene. Y al igual que sucedió con Fisher le expondrán a un mundo voraz de éxitos y fracasos, pero es aquí donde la película se convierte en una historia mágica y especial trascendiendo el simple drama familiar para la televisión. Porque el talento de Josh se revelará aún mayor ofreciendo a quienes les rodean un punto de vista diferente dando una lección en el tablero de la vida a todos esos adultos que, al igual que Bobby Fisher, proyectan sobre él sus ambiciones y carencias.
El corazón de Josh será mucho mayor que su inteligencia.
Y es ahora cuando escribo que se trata de una historia real, no inventada.
Maravillosa.
LA DOCTRINA DEL SHOCK
No tengo la menor duda de que "La doctrina del shock" es un libro para la historia.
El texto de Naomi Klein, algún día, será un libro para entender buena parte de la historia económica, política y social de la última mitad del siglo XX... y siempre que las propias sociedades sean capaces de controlar a aquellos neoliberales que el propio libro critica impidiendo que terminen destruyéndolas.
El telón de acero cayó para un lado liberando la locura del pensamiento neoliberal y debe caer del otro para literalmente aplastarlo... porque queda un monstruo suelto, un monstruo voraz y destructivo que se las ha arreglado durante un tiempo para convencernos a todos que no es tal.
El libro no hace otra cosa que seguir en el tiempo las huellas de los desmanes y destrozos que ha provocado ese monstruo por diferentes lugares del planeta... Desde Sudamérica hasta el Golfo Pérsico, que fue su última parada hasta que pudo atreverse con Europa que ahora está padeciendo sus indiscriminadas dentelladas.
Y tiene un punto de obra policial "La doctrina del shock".
La autora se desplaza por distintos momentos de la historia, por distintos lugares del globo que son escenarios del crimen de un asesino cuyas pautas va identificando mediante el análisis del mismo escenario. Un monstruo que nació en Chicago, que fue construido por el economista monetarista Milton Friedman con los pedazos del pensar de diferentes economistas clásicos y neoclásicos, y que encontró su arma favorita en las técnicas de contraterrorismo y tortura que estudiosos científicos universitarios desarrollaron para las terminales de acción de los Estados Unidos.
El concepto psicológico de generar un shock para debilitar las defensas de los interrogados en algún momento se cruzó con la convicción de que el mejor momento para hacer cambios que la gente no aceptaría en momentos normales es precisamente un momento de shock.
Si se quiere intervenir sobre las personas y las sociedades, la mejor manera es cuando estas pierden el firme suelo que proporcionan los esquemas habituales sobre los que se sustentan personalidades y estilos de vida. Y en este aprovechamiento del shock los economistas monetaristas se han convertido en consumados maestros asesorando a diferentes gobiernos que por todo el mundo se han impuesto violentamente a sus sociedades para asesorarles en la implementación de un ideario que de ningún modo hubiera sido aceptado por aquellas en condiciones normales, puesto que generaba sociedades desiguales en la que los poderosos se enriquecían.
Sin importarles cualquier consecuencia que vaya más allá de lo económico los economistas monetaristas han implementado sus recetas teóricas sobre realidades descomponiéndolas en estructuras desiguales que eran controladas de forma dictatorial por una élite gobernante que en la mayoría de los casos se enriquecieron con la corrupción.
Y para sociedades más estables, que era difícil que cayeran en situaciones de descomposición política, el siguiente paso fue colonizar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para invertir el propósito para el que fueron creados convirtiéndoles en agentes de ese cambio con el mecanismo de comprometer prestamos sobre la base de generar en los gobiernos deudores el compromiso de unas reformas que acarreaban consecuencias sociales del mismo cariz.
Unas reformas que generan desigualdades sociales, débiles lanzados a su suerte dentro de una realidad cuyas reglas del juego define un modo de pensar que no les toma en consideración.
Seguramente hay un algún aspecto criticable en el libro, pero lo que a mi entender no tiene la menor duda es la visión global: la critica a un totalitarismo llamado monetarismo cuya última victima está siendo le opulenta y antaño intocable Europa.
Sí, un totalitarismo moral.
El siglo XX aún no ha terminado.
No tengo la menor duda de que "La doctrina del shock" es un libro para la historia.
El texto de Naomi Klein, algún día, será un libro para entender buena parte de la historia económica, política y social de la última mitad del siglo XX... y siempre que las propias sociedades sean capaces de controlar a aquellos neoliberales que el propio libro critica impidiendo que terminen destruyéndolas.
El telón de acero cayó para un lado liberando la locura del pensamiento neoliberal y debe caer del otro para literalmente aplastarlo... porque queda un monstruo suelto, un monstruo voraz y destructivo que se las ha arreglado durante un tiempo para convencernos a todos que no es tal.
El libro no hace otra cosa que seguir en el tiempo las huellas de los desmanes y destrozos que ha provocado ese monstruo por diferentes lugares del planeta... Desde Sudamérica hasta el Golfo Pérsico, que fue su última parada hasta que pudo atreverse con Europa que ahora está padeciendo sus indiscriminadas dentelladas.
Y tiene un punto de obra policial "La doctrina del shock".
La autora se desplaza por distintos momentos de la historia, por distintos lugares del globo que son escenarios del crimen de un asesino cuyas pautas va identificando mediante el análisis del mismo escenario. Un monstruo que nació en Chicago, que fue construido por el economista monetarista Milton Friedman con los pedazos del pensar de diferentes economistas clásicos y neoclásicos, y que encontró su arma favorita en las técnicas de contraterrorismo y tortura que estudiosos científicos universitarios desarrollaron para las terminales de acción de los Estados Unidos.
El concepto psicológico de generar un shock para debilitar las defensas de los interrogados en algún momento se cruzó con la convicción de que el mejor momento para hacer cambios que la gente no aceptaría en momentos normales es precisamente un momento de shock.
Si se quiere intervenir sobre las personas y las sociedades, la mejor manera es cuando estas pierden el firme suelo que proporcionan los esquemas habituales sobre los que se sustentan personalidades y estilos de vida. Y en este aprovechamiento del shock los economistas monetaristas se han convertido en consumados maestros asesorando a diferentes gobiernos que por todo el mundo se han impuesto violentamente a sus sociedades para asesorarles en la implementación de un ideario que de ningún modo hubiera sido aceptado por aquellas en condiciones normales, puesto que generaba sociedades desiguales en la que los poderosos se enriquecían.
Sin importarles cualquier consecuencia que vaya más allá de lo económico los economistas monetaristas han implementado sus recetas teóricas sobre realidades descomponiéndolas en estructuras desiguales que eran controladas de forma dictatorial por una élite gobernante que en la mayoría de los casos se enriquecieron con la corrupción.
Y para sociedades más estables, que era difícil que cayeran en situaciones de descomposición política, el siguiente paso fue colonizar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para invertir el propósito para el que fueron creados convirtiéndoles en agentes de ese cambio con el mecanismo de comprometer prestamos sobre la base de generar en los gobiernos deudores el compromiso de unas reformas que acarreaban consecuencias sociales del mismo cariz.
Unas reformas que generan desigualdades sociales, débiles lanzados a su suerte dentro de una realidad cuyas reglas del juego define un modo de pensar que no les toma en consideración.
Seguramente hay un algún aspecto criticable en el libro, pero lo que a mi entender no tiene la menor duda es la visión global: la critica a un totalitarismo llamado monetarismo cuya última victima está siendo le opulenta y antaño intocable Europa.
Sí, un totalitarismo moral.
El siglo XX aún no ha terminado.
sábado, febrero 18, 2012
EL AMO DE LA CASA
Dirigida en 1925 por Carl Theodor Dreyer en su Dinamarca natal, "El amo de la casa" fue la película que otorgó al maestro danés fama internacional.
Básicamente se trata de un cuento moral transmitido a través de un drama familiar que sucede a una familia y a unos personajes que aparentemente no tienen nada de especial.
Vicktor Frandsen es un padre terrible que proyecta sus frustraciones de manera desconsiderada y brutal sobre su mujer y sus hijos quienes sin embargo y pese a sus constantes desaires se desviven por hacer su vida fácil y feliz. Este espectáculo de crueldad es presenciado por la Nana, un anciana que fue la encargada de educar a Vicktor en su infancia y que, cuando la situación llega al límite de lo aceptable, decide que su tarea educativa no ha terminado.
El amo de la casa será desafiado por la anciana que desencadenará un proceso de castigo y posterior purificación en el protagonista que es el asunto principal de la película.
Originariamente una obra teatral la historia apenas abandona las cuatro paredes de la casa de la que el protagonista es desconsiderado amo y la única acción que existe es el continuo enfrentamiento entre las distintas personalidades.
Miradas, rostros, voluntades, intereses, acciones...
La transfiguración de la vida misma.
Obra maestra.
Dirigida en 1925 por Carl Theodor Dreyer en su Dinamarca natal, "El amo de la casa" fue la película que otorgó al maestro danés fama internacional.
Básicamente se trata de un cuento moral transmitido a través de un drama familiar que sucede a una familia y a unos personajes que aparentemente no tienen nada de especial.
Vicktor Frandsen es un padre terrible que proyecta sus frustraciones de manera desconsiderada y brutal sobre su mujer y sus hijos quienes sin embargo y pese a sus constantes desaires se desviven por hacer su vida fácil y feliz. Este espectáculo de crueldad es presenciado por la Nana, un anciana que fue la encargada de educar a Vicktor en su infancia y que, cuando la situación llega al límite de lo aceptable, decide que su tarea educativa no ha terminado.
El amo de la casa será desafiado por la anciana que desencadenará un proceso de castigo y posterior purificación en el protagonista que es el asunto principal de la película.
Originariamente una obra teatral la historia apenas abandona las cuatro paredes de la casa de la que el protagonista es desconsiderado amo y la única acción que existe es el continuo enfrentamiento entre las distintas personalidades.
Miradas, rostros, voluntades, intereses, acciones...
La transfiguración de la vida misma.
Obra maestra.
LA GRAN ILUSIÓN. Dinero y poder en Hollywood.
Escrito por Edward Jay Epstein, un periodista especializado en los vinculos entre el poder y los medios de comunicación, "La Gran ilusión. Dinero y poder en Hollywood" es un relato bastante completo sobre el cine como negocio e industria.
El propósito del autor es escribir sobre el mundo del cine en su configuración resultante tras la caída del sistema de estudios y la relación de aquel con la naciente sociedad de consumo y desde luego que lo consigue.
El libro aborda el tema desde diferentes perspectivas: la de los actores implicados y las relaciones existentes entre ellos, la del ciclo de vida del producto desde su conceptualización hasta las terminales finales de su explotación comercial, la tecnológica, las en mayor o menor medida inconfesables relaciones entre el cine independiente y el comercial, la evolución en la propiedad dentro del negocio cinematográfico... El repaso es más que interesante y por momentos no sólo resulta descriptivo sino también erudito, cosa que el que les escribe siempre agradece.
"La gran ilusión" responde muchas preguntas y ayuda a comprender qué es éso que llamamos cine y que se parece cada vez menos a aquello que fue y, mucho peor, a aquello que los que lo amamos quisiéramos que fuera, pero, y como en todo, el mercado ha impuesto su desnuda lógica retributiva.
Cada vez hay menos lugar en el cine para el arte, para la experiencia emocionante y empática.
Y cuando hay que decidir son de las miradas y de las personas de lo primero que se prescinde para hacer versiones comerciales de las películas. Antes el material que quedaba fuera del montaje final era verdaderamente irrelevante, ahora lo que queda fuera es precisamente todo aquello que da vida a las historias.
Las miradas, los rostros y las palabras.
Escrito por Edward Jay Epstein, un periodista especializado en los vinculos entre el poder y los medios de comunicación, "La Gran ilusión. Dinero y poder en Hollywood" es un relato bastante completo sobre el cine como negocio e industria.
El propósito del autor es escribir sobre el mundo del cine en su configuración resultante tras la caída del sistema de estudios y la relación de aquel con la naciente sociedad de consumo y desde luego que lo consigue.
El libro aborda el tema desde diferentes perspectivas: la de los actores implicados y las relaciones existentes entre ellos, la del ciclo de vida del producto desde su conceptualización hasta las terminales finales de su explotación comercial, la tecnológica, las en mayor o menor medida inconfesables relaciones entre el cine independiente y el comercial, la evolución en la propiedad dentro del negocio cinematográfico... El repaso es más que interesante y por momentos no sólo resulta descriptivo sino también erudito, cosa que el que les escribe siempre agradece.
"La gran ilusión" responde muchas preguntas y ayuda a comprender qué es éso que llamamos cine y que se parece cada vez menos a aquello que fue y, mucho peor, a aquello que los que lo amamos quisiéramos que fuera, pero, y como en todo, el mercado ha impuesto su desnuda lógica retributiva.
Cada vez hay menos lugar en el cine para el arte, para la experiencia emocionante y empática.
Y cuando hay que decidir son de las miradas y de las personas de lo primero que se prescinde para hacer versiones comerciales de las películas. Antes el material que quedaba fuera del montaje final era verdaderamente irrelevante, ahora lo que queda fuera es precisamente todo aquello que da vida a las historias.
Las miradas, los rostros y las palabras.
viernes, febrero 17, 2012
"En esta obra, a la luz de las observaciones hechas por Mauss y otros antropólogos sobre las instituciones económicas primitivas,se viene a decir que "el intercambio se considera como una pérdida suntuaria de los objetos cedidos" y "se presenta, por tanto, básicamente, como un proceso de gasto sobre el cual se ha desarrollado un proceso de adquisición", afirmándose "el carácter secundario de la producción y la adquisición con relación al gasto". La idea de un "mundo apacible y acorde con sus principios", supuestamente regulados por la necesidad primordial de adquirir, de producir y de conservar no es más que una "confortable ilusión", en tanto que el mundo en el que vivimos está abocado al descalabro, y la supervivencia de las sociedades no es posible más que a costa de considerables y crecientes gastos improductivos."
(La parte maldita y la noción del gasto, Georges Bataille. Introducción)
(La parte maldita y la noción del gasto, Georges Bataille. Introducción)
jueves, febrero 16, 2012
miércoles, febrero 15, 2012
"El espacio es cierto orden, cuya forma más sencilla es las tres dimensiones o coordenadas de Descartes. Pero si se sigue esta idea hasta la mecánica cuántica, se verá un orden multidimensional mucho más sutil que eventualmente se disuelve en un vasto océano de energía."
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
martes, febrero 14, 2012
Los vestigios materiales de las vivencias olvidadas arden mucho mejor.
Desde que comenzó a quemar todos sus recuerdos no ha hecho otra cosa que comprobarlo.
Supone que la sequedad del olvido lo vuelve todo aun más inflamable.
Y habiendo sido olvidado tantas veces,
no se arriesga a acercarse a las llamas por si acaso.
Seguramente todo su ser se consumiría en un parpadeo
y el viento despeinandole las cenizas haría el resto.
Desde que comenzó a quemar todos sus recuerdos no ha hecho otra cosa que comprobarlo.
Supone que la sequedad del olvido lo vuelve todo aun más inflamable.
Y habiendo sido olvidado tantas veces,
no se arriesga a acercarse a las llamas por si acaso.
Seguramente todo su ser se consumiría en un parpadeo
y el viento despeinandole las cenizas haría el resto.
lunes, febrero 13, 2012
"Se entiende al decir que: la teoría actual afirma que el vacío contiene toda esta energía que luego se ignora porque no
puede medirse con ningún instrumento. Se piensa que sólo puede considerarse real lo que se puede medir con un instrumento, porque el único punto acerca de la realidad de la física es resultado de los instrumentos, salvo que también se dice que hay partículas que no pueden verse en absoluto con instrumentos. Lo que puede decirse es que el estado actual de la física teórica implica que el espacio vacío tiene toda esta energía y que la materia es un ligero incremento de energía, y, por consiguiente, la materia es como un pequeño rizo en este océano tremendo de energía, con cierta estabilidad relativa, y que es manifiesto. Por lo que yo sugiero que este orden implicado implica una realidad que va mucho más allá de lo que llamamos materia. La materia misma no es más que un rizo sobre este fondo."
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
domingo, febrero 12, 2012
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