lunes, febrero 19, 2007

CARTAS DESDE IWO-JIMA

Tengo que decir que no me ha decepcionado en absoluto y esa cualidad de "Cartas desde Iwo-Jima" es -para mi- un valor en si mismo.
Es difícil no defraudar las expectativas y casi siempre sucede.

Esta vez, Eastwood da la palabra a los vencidos y mantiene -si no supera- el nivel de genialidad exhibido en "Banderas de nuestros padres".

Si la victoria supuso un terrible esfuerzo para los vencedores, la derrota exigió un esfuerzo quizá mayor a los vencidos. Luchar hasta la extenuación, dar lo mejor de sí mismos buscando vencer, comprender la propia limitación que conduce inexorablemente a la derrota, aceptar la realidad de la propia muerte y finalmente recibir su gélido beso en los labios sedientos. Ese es el camino que todos deben seguir y del que, sólo algunos defensores de la isla, se verán apartados por la siempre caprichosa y ciega intervención de la suerte.

Es cierto que la historia la escriben los vencedores y quizá deba ser así.
Puede que estemos ante uno de los privilegios que la victoria trae consigo: la posibilidad no sólo de cambiar el futuro sino también la opción de alterar el pasado a capricho.

Nada queda para los perdedores una vez se ha ejercido ese privilegio.
Para ellos todas las muertes son pocas y a la muerte física, se superpone la muerte más profunda de todas, la del olvido... aunque también fueran hombres luchando a pura sangre por su tierra y sus seres más queridos.
Sometidos al mismo azar, a la misma contradicción, a los mismos miedos, a los mismos sueños.
Igual que los otros, los que serán recordados... pero olvidados.

Y Eastwood nos lo cuenta con su habitual y maravillosa forma de contar, con su profunda capacidad para el intimismo y para la melancolía...
Algo que -para mi- es ya un valor en sí mismo.

viernes, febrero 16, 2007


ARCO 2007

De siempre, ARCO ha tenido para mi un extraño punto de mercado persa, de feria de la provocación y de la sorpresa en la que los charlatanes campan a sus anchas y en la que, tambíén, de cuando en cuando, brilla la luz clara de algún estimulante encuentro.

Y eso mismo ha sucedido en la edición de este año...

En Arco los visitantes pasean los pasillos en busca del espejo que refleje con precisión el destello del propio deseo y uno tiene la sensación de que la mayoría termina por encontrarlo. Es cuestión de tiempo.

En mi caso, un oscuro montaje sobre una sangrienta pelea de gallos y una hipnótica pieza de videoarte compuesta de retazos de viejas películas en blanco y negro estaban esperándome... y también alguna extraña maravilla pergueñada por algún artista coreano: una delicada flor metálica de parsimoniosos movimientos, una orgía de peluches gigantes... Inquietante la sensibilidad de los coreanos para el arte.... Inquietante y muy diferente, tan diferente como su visión de la política con peleas a muerte entre parlamentarios incluidas.

Corea... Otra peninsula tan bizarra como la nuestra, aunque sin duda con un diferente sentido de la bizarrez.

No me olvido, por último, de los niños y de su relación tan directa y básica con el arte, con los colores y las formas.

Divirtiéndose a su manera y disfrutando como el que más.

Señalando y diciendo: "purpura".

Señalando y riendo.

Corriendo de un lado a otro.

Haciendo arte de la vida misma.

Perfecto.

Perfecto.

jueves, febrero 15, 2007

La velocidad se extiende ante su mirada encendida
como una enorme extensión de tierra por descubrir.
Su pie se clava en el acelerador como un puñal.
Cabalga contra los cañones.
La imposible derrota del horizonte es su secreto plan.

martes, febrero 13, 2007

LITTLE CHILDREN

En el mismo territorio físico y espiritual donde Douglas Sirk situaba sus tremendos melodramas con lágrimas en Technicolor, el más que interesante Todd Field sitúa su segundo y último trabajo.

"Little Children" clava sus raíces en el imaginario del melodrama cinematográfico para mostrarnos con la precisión de un documentalista el espectáculo agridulce del ser humano en todo el esplendor de su contradicción.

Entre la realidad y el deseo, irremediablemente plantado entre esos dos lados casi siempre irreconciliables y sometido a la tectónica presión de esos dos impulso casi siempre contradictorios, está el ser humano. Y, en ciertas ocasiones, cuando la presión ejercida de un lado y de otro es insostenible, surge imparable la sismicidad de la emoción.

Todos los personajes de "Little Children" son victimas en algún momento de esa sismicidad que hace tambalear la estabilidad de sus vidas y Todd Field está allí para filmarlo.

La belleza del instante atrapado por una mirada certera y sensible, una mirada que ya demostró sus cualidades cazadoras-recolectoras en la anterior "In the room", otra película absolutamente recomendable.

En "Little Children" todos nos reconocemos.

Nos guste o no, somos así: caprichosos, austeros, infieles, fieles, capaces, incapaces,... y así hasta el infinito de los adjetivos calificativos.

lunes, febrero 12, 2007

1
TESIS
Martin Varsavsky dice...

"Al final, la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de la infancia estudiando y de la vida adulta trabajando. ¿Por qué considerar el estudio y luego el trabajo una tortura y caer en el mal humor francés? Claramente, la vida es mucho más que el trabajo, pero yo que vengo de trabajar en el 2006 más que nunca en mi vida (unas 80 horas por semana), creo que el trabajo puede ser también una enorme fuente de satisfacción. Y si no lo es, creo que todos tenemos que pensar como lograr que por lo menos sea lo más placentero posible, ya que sin trabajo no tenemos sociedad."


2
ANTITESIS
A Martin Varsavsky le dicen...

"Esa filosofía calvinista de la vida y el trabajo que preconizas en tu post es demasiado fácil defenderla desde la posición de una persona a la que le ha ido (muy) bien en la vida en el aspecto laboral y económico; que cuando se levanta por las mañanas está encantad de dedicarse a lo que se dedica, que no tiene que soportar a jefes petulantes y explotadores, que no se preocupa por si el sueldo le llegará hasta final de mes...., etc, etc... Lo siento Martín, tú eres una excepción porque formas parte de ese misero porcentaje del mundo que tiene su vida resulta durante varias generaciones. La gente "normal" cobra poco dinero por muchas horas de trabajo, tiene una sola casa que paga con dificultades durante treinta años, no puede ir a cenar a los restaurante caros a no ser que ahorre para ello, se desplaza por las mañanas en metro y se va de vacaciones a cualquier apartamentito de la costa durante una semana (y eso con suerte). El concepto de trabajo del que hablas lo puedes aplicar como mucho a 5 o un 10% de los trabajadores (aquellos que realmente se dedican a cosas interesantes, creativas y que además están bien pagadas), porque un trabajador normal es imposible que se realice en su entorno laboral, imposible, y pensar lo contrario es comulgar con ruedas de molino. Podrás convencer a tus trabajadores de FON, a los curritos de Google o a los directivos de algunas empresas, y hasta algunos profesores o investigadores que no cobran mucho pero que hacen su trabajo de forma absolutamente vocacional (sólo el trabajo vocacional es realmente una fuente para la autorrealización), pero ve a a hablar con los obreros de una zanja, los operarios de una cadena de montaje, la dependienta de un supermercado o el tipo que te atiende en el mostrador de un banco y cuéntales que con su trabajo se realizan personalmente...., a ver qué te responden.... Y no olvides Martín, que esas son las perosnas con mayúsculas, las que constituyen la mayoría de la sociedad, no aquellos de los que hablas y que ejemplificas contigo mismo."

3
SINTESIS
¿Y cuál es la solución? ¿El Euromillón?

Precisamente, el que peor lo tiene es el que más esfuerzo debe emplear en arreglarselas para ser feliz.
Cuando todo te va bien, y eres un Martin Varsavsky de la vida, ella misma se encarga de hacerte sentir estupendo.
El problema somos todos los demás, ese gris ejército de las sombras que diariamente se autoinmola en el hambriento volcán.

Quizá la responsabilidad de intentar sentirnos felices descansa sobre todos y cada uno de nosotros. Quizá -y sólo quizá- dimitimos de esa responsabilidad cargando las tintas sobre las circunstancias socio-económicas-laborales. Ese es el inconveniente de ser por encima de todo aspiracional... Nunca se tiene suficiente.
Si la felicidad de todos y cada uno de nosotros depende de tener y sólo de tener, mal lo llevamos... porque en la cima de la pirámide sólo hay sitio para uno.
Es pura física.

Quizá no tenga mérito ser feliz cuando uno lo tiene todo, pero, desde luego, tampoco tiene gracia esperar a tenerlo todo para ser feliz...
Se nos acabará el tiempo antes de conseguirlo.
Seguro.
DIAGNÓSTICO

Los Lunes graves y en pendiente vertical hacia arriba no son una enfermedad en sí mismos, sino sintomas de afecciones más complicadas del espíritu.
Quizá haya algo que cambiar.

Normalmente no se sabe el qué, pero en las variantes más graves, en las que a ciencia cierta se sabe la causa del síntoma, el problema es el cómo.

viernes, febrero 09, 2007

Eastwo-jima
"Yo no me merezco esa clase política ni esa televisión. Yo no soy un miserable. No puedo responder por usted."
(Carlos Boyero)
RONALDO

Ahora que la semana termina, él debe ser el espejo en que todos los trabajadores del mundo debemos mirarnos.



Nuestra máxima aspiración cuando se cumple el último segundo del último minuto de la última hora del viernes debe ser que todos aquellos con los que profesionalmente estamos implicados, nos sigan considerando un crack.
Los jefes sobre todo.

No importa que ya no lo seamos y que nuestros mejores tiempos hayan pasado.

Lo importante ya no es la realidad, sino lo que se piensa de ella.

Ronaldo lo sabe muy bien. Tiene el secreto.

miércoles, febrero 07, 2007

Me aterra.

Veo un debate absurdo en Telemadrid.
Un debate en el que nadie se escucha, en el que todos se atacan, en el que nadie dice nada interesante.... salvo un redactora jefe de El Mundo que con su cabal sensatez (¿pleonasmo?) no se qué diablos pinta en la redacción de ese periódico... Continúo... Otro debate estéril que nos volverá a dejar un poco más lejos en la loca ninguna parte en la que desde hace bastante tiempo nos encontramos.

Las dos españas... pero no la que nos imaginamos, la de la derecha y la de la izquierda. Esas no son. Pienso en la españa de los titulares de plaza y la españa de los cesantes.
Las españas en minúscula que son camisa blanca de tantas miserables esperanzas.

Escucho, veo y tengo la impresión de que la política sólo importa en este país como vehículo para dejar de ser cesante, como instrumento para continuar siendo titular de la plaza.
No encuentro otra explicación para tanta estúpida falta de sentido común.

La España politizada del siglo XXI no se diferencia mucho de la España politizada del siglo XIX, la de la alternancia entre liberales y conservadores, Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta, la de los titulares y los cesantes, la de los odios irreconciliables porque donde se tiene la olla otro intenta meter su polla para poder de ella comer.

Este país no ha cambiado tanto como cree.
Sólo somos más ricos.
Veraneamos, tenemos coches y nos apilamos cada vez más en ciudades, pero entre tanto bienestar nos siguen asomando los sucios faldones de un blusón tan sucio como el más terrible de los aguafuertes de Goya.

Nuestra particular versión de la modernidad.
Todo ha cambiado, pero todo -en el fondo- sigue igual.

martes, febrero 06, 2007

Se siente como un electrón, más o menos zurdo, intentando comprender una de las lunas de Plútón.
Camina y arrastra consigo, como una estela sin brillo, la pesadez de una radiante mañana que, como otras tantas, ha tenido que vender a otro.
Mentalmente repasa el calendario en busca del próximo día de vacaciones.
Los fantasmas de los días aún por llegar pasan sin dejar huella ante su conciencia mientras el metro se le escapa en un rugiente torbellino.
No le preocupa.
Habrá más.

Aún le queda mucho tiempo para esperar.

jueves, febrero 01, 2007

Y discurriendo paralelamente a las vidas de los adultos,
el inmenso y caudaloso río de la infancia,
un inmenso Missisipi
navegable desde las montañas que rozan el cielo
hasta lo más profundo del mar.

La eternidad y la inmortalidad,
sin quererlo,
sin saberlo,
en la palma de la mano.

Alas blancas, manchadas de tiza y barro,
condenadas un día cierto a volar.










INOLVIDABLE

El jurado ha dictado sentencia.

La injusticia se ha cometido. Atticus Finch ha hecho lo imposible por evitarla, pero las reglas y esclavitudes de un anquilosado y viejo estilo de vida han vuelto a perpetuarse a costa de su esfuerzo.

Derrotado y desolado,. Atticus abandona un juzgado donde no se ha hecho justicia. En el piso superior la comunidad negra del pueblo reconoce su esfuerzo. Le espera puesta en pie para demostrarle su respeto.

Entre ellos se encuentran los hijos del propio Finch, que permanecen sentados sin comprender tanto la maldad del acontecimiento que acaba de suceder como la grandeza del hombre al que ellos llaman simplemente Atticus.

El reverendo Sykes les llama la atención con la voz entrecortada por la emoción de haber estado casi a punto de conseguirlo por primera vez desde nunca jamás:

"Jean Louise. Jean Louise, stand up. Your father's passing."

Matar a un ruiseñor.

miércoles, enero 31, 2007

APUNTES SUECOS

Vagabundeo cansinamente por El Corte Inglés en la hora de mi comida... literalmente, hora de mi comida.
El palo que aún no me ha dado Hacienda todavía me duele.

De pronto, topo con el Servicio Integral de Bodas... un mostrador blanco y vacío delante de un mural blanco y bastante vacío donde sólo pone SERVICIO INTEGRAL DE BODAS.
Me pregunto hasta dónde llegará esa integralidad proclamada.
Quizá llegue hasta el absurdo y te busquen el novio o la novia adecuada al tipo de boda que vas a pagar... No lo se.

Alguien me clava una barra de pan en la espalda.
No puedo detenerme por más tiempo.
Mi sorpresa obstruye un capilar del sistema: Nada más ni nada menos que un pasillo de El Corte Inglés. Quizá sea algo más. Puede que se trate de una vena.

martes, enero 30, 2007














Welcome to fucking Deadwood!
"Sea como fuere y sean cuales fueren mis inepcias, quiero decir que no he intentado ocultarlas, al igual que un retrato de mi persona en el quhubiese plasmado el pintor, no un rostro perfecto, sino el mío, canoso y calvo. Pues aquí están mis sentimientos y opiniones; entrégolos en tanto yo creo que constituyen lo que yo creo, no porque deban ser creídos. Sólo intento poner al descubierto mi manera de ser, que podría ser otra mañana si un nuevo aprendizaje me hiciera cambiar. Carezco totalmente de autoridad para ser creído, y tampoco deseo serlo, pues me siento demasiado mal instruído como para inatruir otros."
(Michel de Montaigne, Ensayos)













DEADWOOD

Termino la primera temporada y empiezo con la segunda.

La ciudad de Deadwood, South Dakota, es un agujero de crimen y corrupción, pero también es un poblado minero ilegalmente instalado en territorio indio. En él, y en las semanas que sigueron a la derrota de Custer en Little Big Horn, se dan cita una serie de diferentes personajes todos atraídos por la llamada del oro.

Lo que más me atrae de Deadwood es uno de sus personajes, Al Swarengen.

Continuamente estresado, victima del poder que detenta, Swarengen pelea cada día por mantener en sus manos el control de una ciudad que va creciendo y creciendo, poco a poco pasando de la ilegalidad a convertirse en parte de la Unión.

Maravillosamente interpretado por el siempre estupendo Ian McShane, Swarengen adquiere resonancias casi shakesperianas a la luz de su maravillosa y resonante voz:

"In life you have to do a lot of things you don't fucking want to do. Many times, that's what the fuck life is... one vile fucking task after another."
(En la vida, uno tiene que hacer un montón de cosas que no le apetece una mierda hacer. En muchos casos, esa es la puta vida... un puto marrón detrás de otro)

"Pain or damage don't end the world. Or despair or fucking beatings. The world ends when you're dead. Until then, you got more punishment in store. Stand it like a man... and give some back."
(El dolor o el daño no acaban con el mundo. Ni siquiera la desesperación o las jodidas palizas pueden con él. El mundo acaba cuando te mueres. Hasta entonces, todavía hay un montón de sufrimiento esperándote. Aguantalo como un hombre y devuelve lo que puedas)

Su mundo ha hecho así a Swarengen: capaz de rebanar el cuello a un enemigo con el mismo cuchillo con que come un trozo de queso pero, y al mismo tiempo, susceptible de pergueñar mil y un estrategias para mantener a la fortuna de su lado.

Toda una bestia... inteligente.
Pura humana contradicción.

lunes, enero 29, 2007

INOLVIDABLE
"La balada de Cable Hogue" es otra extraordinaria película de Sam Peckinpah. Tan hermosa, tan cruel y tan absurda como la vida misma.... Eres un ser humano, haces lo que puedes. Cada uno vive la vida como mejor sabe y puede.

Esa era la filosofía de Cable Hogue y el desierto, su hogar.
La precisa suma de los días que le restan por vivir le resulta desconocida.
La única certeza con la que cuenta es que, a esa ignota cantidad, tendrá que restarle de nuevo una unidad,
pero será más adelante cuando el encendido atardecer cese
y la noche le envuelva en su abismo.

La constante presencia de la pérdida,
incesante fuga,
hemorragia lenta que nada tiene de eterna,
le acompaña mientras su mirada vuela a ventana abierta
en busca del sueño,
de la nueva incertidumbre que traerá consigo el día de mañana.

Sobre el tablero, la mano invisible
mueve una pieza.

sábado, enero 27, 2007

APOCALYPTO

En alguna parte he leído que con esta aventura trepidante, Mel Gibson -su director- pretende reflexionar sobre un montón de cosas.

Nada más alejado de la realidad.

"Apocalypto" ofrece la pura experiencia de la acción en un espacio y un tiempo diferentes por poco abordados por el cine. Emociones y tensiones, la continua lucha por defender la propia vida en un entorno brutalmente hostil.

No hay tiempo para la reflexión en Apocalypto.

Las serpientes, los jaguares, las arenas movedizas acechan... porque, y por encima de todo, la verdadera naturaleza es un lugar muy peligroso.

Si a todo éso le añades unos brutales y sanguinarios guerreros mayas en busca de venganza, no tienes más remedio que correr (porque como te cojan se van a pasar tres pueblos contigo). Y eso es Apocalypto: una larga carrera que interesa, que quita la respiración y que, por encima de todo (con todos esos mayas sacandole los corazones a la gente) te mantiene constantemente al paso veloz de la desesperada estela sin aliento de su protagonista. Incluso en algunos momentos llega a estresarte... como si uno también estuviera siendo perseguido.

No estamos ante una obra maestra, pero sí ante una buena película que consigue interesar en todo momento recuperando el sentido palpitante de la pura aventura en la gran pantalla.

If i were you, partner... no desestimaría las capacidades de Mel Gibson como director.