sábado, enero 17, 2009

"Pero a diferencia de la mayoría de la prensa española, tengo claro que Hamas, tal como la considera la Unión Europea, es una organización terrorista cuyo objetivo es la destrucción del estado de Israel, a quien considera un país colono. Si la lucha de Hamas fuera contra los colonos de Gaza ya no tendría con quien luchar más, porque hace 3 años que ganaron y se fueron de Gaza; pero la lucha de Hamas es contra la existencia de Israel y ésta es la principal causa de la tragedia que está sucediendo en Gaza ahora, porque Israel simplemente….quiere y debe existir."

viernes, enero 16, 2009

ADANOWSKY

Etoile eternelle...




ESPÍAS

Como casi todas las películas de la época muda de Lang, "Espías"es un espléndido ejercicio de virtuosismo narrativo.

Apostaría algo a que Ian Fleming vió "Espías" y la tuvo en su mente cuando escribía la primera en su casa de Jamaica la primera novela protagonizada por James Bond. No tanto por su protagonista, un soso Willy Fitsch sino por su antagonista, la malvada inteligencia a cuyo alrededor se teje la trama de la película. 

El malvado Haghi (Rudolf Klein-Rogge), siempre malencarado y sentado en un silla de ruedas, es un avance de todos los maléficos villanos que, en colores, vendrán después... y también, seguramente, el mejor de todos. Porque ninguno de ellos tiene el privilegio de recorrer esta historia de secretos que no deben ser desvelados manteniendo el misterio sobre si mismo hasta el final. Un magnífico final en el que todas las miradas, las de sus perseguidores en la historia y la del propio espectador, coinciden en el asombro ante el misterio de su identidad.

Me fascina que una película de 1928 haya conseguido sorprenderme después de tanto tiempo y después de tantas historias, pero "Espiás" conserva en sus más de dos horas de duración una potente magia, desde su trepidante y brillante comienzo (¿Qué poder tiene tánto poder?) ...


... hasta su sorprendente y espléndido final (Telón!).

No dejéis de verla.
"Como una helada cae la destrucción sobre el mundo que está hundiéndose y que se halla repleto de lamentaciones porque hayan pasado ya los buenos tiempos. Tales lamentaciones no tienen fin, como tampoco lo tiene el tiempo; en ellas encuentra su expresión el lenguaje de la vejez. Pero,aunque cambie mucho la configuración y se alternen sus representantes, es imposible que disminuya la suma, el potencial de vitalidad. Unas fuerzas nuevas vienen a llenar los espacios abandonados. Para mencionar una vez más el caso de la pólvora negra, se han conservado bastantes documentos que deploran la demolición de los castillos, es decir, de las sedes de una vida orgullosa e independeinte. Pero pronto aparecen los hijos de la nobleza en los ejércitos de los reyes; unos hombres diferentes combaten por unas cosas diferentes en unos ejércitos diferentes. Lo que perdura es la vida elemental y sus motivos; lo que siempre cambia es, empero, el lenguaje en que se traduce la vida, la asignación de los papeles en los cuales se repite el gran juego. los héroes, los amantes, los creyentes no se extinguen; en cada una de las edades vuelven a ser descubiertos y, en este sentido, el mito emerge en todos los tiempos"
(El trabajador, Ernst Jünger, Fragmento, pp 93.94)

jueves, enero 15, 2009

NOUVELLE VAGUE

The killing moon...




Es muy decepcionante comprobar el poco grado de ilustración que tiene el nivel de debate en nuestra opinión pública... Por condenar el error de Israel nos echamos en brazos de un monstruo devorador de carne llamado Hamas y salimos a la calle defendiendo a asesinos, también, de mujeres y niños. 
No hay término medio. 
La pereza intelectual encuentra acomodo en el confortable asiento de una emoción expresada, en un discurso de buenos y malos que jamás resuelve nada porque tiende a convertir a todos en parte de su ciega lotería, porque siempre hay razones para defender a los tuyos y a atacar a los que no lo son.
Es una pena que el concepto de opinión pública también esté corrompido, y en manos de seres tan narcisistas y poco preparados para todo lo que no sea sus propias emociones como los cantantes y los actores, porque una cosa es parar la barbarie de la guerra y otra muy diferente es sacar conclusiones de bondad y maldad de las partes tomando el cadaver de un niño ensangrentado como prueba. Entre otras cosas porque todos los bandos son capaces de aportar su ración de cadaveres sobre la mesa. Y sin embargo parece que el que no expone la vergüenza de sus muertos automáticamente se convierte en el malo... y parece que no sufre, que jamás le pasa nada en lo más alto de la torre de su poder y que el ejercicio de su violencia cuando no es caprichoso obedece a motivos absolutamente espúreos de dominación y control de la libertad de otros.
Siempre me ha parecido horrible el uso que han hecho los palestinos de sus muertos en el interminable conflicto que desde decenios mantienen con Israel. Aun reconociendo la parte de verdad que tiene su causa (que la tiene), y si nos ponemos a hablar de buenos y malos, los palestinos siempre me han parecido unos monstruos tan dispuestos a todo como Israel. Mas débiles, más pobres, con peores amigos (algo muy importante en las relaciones internacionales de siempre, sobre todo si naces sin estrella y estrellado), peor armados, pero tan dispuestos a todo como los israelitas... los malos oficiales de siempre. No hay más que ver la autoritaria forma de producirse que tiene en público el líder de Hamas... pero para el que quiera asumir la responsabilidad de verlo. 
Israel nunca ha mostrado las imágenes de sus ciudadanos destrozados por los asesinos suicidas, jamás ha retransmitido el dolor de sus entierros ni nos ha restregado la sangre de los suyos por el asombro de nuestras caras.
Se parecen demasiado a nosotros.
También son una democracia y anteponen el respeto al dolor de los suyos a su uso político como refuerzo positivo de la imagen pública de su propia causa.

Alguna vez la inmensa minoría a la que pertenezco tendría que salir a la calle para manifestarse en favor del sentido común. 
Nadie lo notaría... solo nosotros... los cada vez menos, los tan pocos.
Vivimos en una ficción y seguramente el yo que nos protagoniza a todos y cada uno de nosotros sea la principal de todas.















No soporto a los viejos.
Por éso me gusta escuchar a Clint Eastwood decir que, a  sus 78 años, todavía está realizándose detrás de la cámara y que el tema de su última película, Gran Torino, es que nunca es demasiado tarde para aprender algo, para cambiar y seguir descubriendo, avanzando por este interminable camino (hasta que se termina) que es la vida.
No soporto a los que creen que ya lo saben todo porque ya se han realizado. En el fondo, nunca se termina de saber lo suficiente y conforme envejezco estoy empezando a apreciar la belleza que sus propias inseguridades confieren a las personas.
Seguro que Gran Torino es una película extraordinaria.

EL ARCA RUSA
La película es un inmenso plano secuencia de noventa y tantos minutos de duración en el que la cámara se desplaza por las diferentes salas y estancias del palacio del Hermitage.
Acompañada de un diplomático francés, el Marqués de Coustine, va encontrando a su paso los fantasmas de los seres que poblaron el palacio y que son parte de la historia rusia. No es en absoluto un viaje lineal, sino una aleatoria inmersión en el espíritu de otros momentos ya perdidos en el tiempo.
En este sentido, "El arca rusa" es pura poesía cinematográfica. Los fantasmas convocados, seguramente, por el propio paso de este ojo ciclópeo se suceden cada uno con su propio misterio reclamando un instante de atención, un instante de memoria para mostrarse en todo su desaparecido esplendor.
Y uno asiste pasmado al viaje, sin saber qué sucederá en la siguiente sala mientras el ojo que todo lo ve vuela ingrávido sobre personas, paredes y obras de arte intentando comprender el sentido de este pequeño instante de consciencia en el que se encuentra.
Extraordinaria... especialmente para todos aquellos que, como escribe Ernst Jünger, se dan por satisfechos con la pura contemplación y que sólo quieren a las imágenes por ellas mismas.

domingo, enero 11, 2009

HUE & CRY

Vera drives...





Vera drives and Vera lives again.... la, la, la, la!
"¿cómo podemos aguantar?
¿cómo podemos hablar de las rosas
o de Verlaine?
esta es una jauría hambrienta
a la que le gusta trabajar y contabilizar,
que se sabe las leyes especiales,
que le gusta sentarse en los parques
a pensar en cosas sin valor...."
(Dow Jones a la baja. Fragmento. 
Madrigales de pensión, Charles Bukowski)
PETER CINCOTTI

Another falling star...





















PETER CINCOTTI

St. Louis Blues....




viernes, enero 09, 2009

X
Había salido cruz.
No huiría.

Por un momento, le reconfortó haber recuperado su vida: su ático, su negocio, su mulata… Todo estaba allí, volvía a pertenecerle. Por un instante se lo había negado a si mismo entregándoselo a la ciega voluntad de la suerte, pero ésta le acababa de permitir recuperarlo en un fugaz golpe de moneda.

Y compartía esa decisión.

Era maravilloso estar vivo en Concepción, coincidiendo con la suerte una vez más, tumbado junto a los espumosos y perfumados pies del mar eterno e inmutable que como un ojo azul de mirada profunda le miraba desde los jardines más recónditos de la historia.

No se marcharía. Eso estaba claro. Pero aún le quedaban cosas por decidir.

La moneda voló hacia el cielo como un extraño pájaro gris.
Ahora Da Silva debía decidir si se presentaba ante sus buscadores, cruz, o si serían ellos quienes tendrían que encontrarle, cara.

El efímero vuelo de la moneda no tardó en terminar en su punto de partida, en la profundidad de su puño bien cerrado.
Decidió que todavía no debía saber nada.
Sentado en una tumbona de su terraza, la mirada se le había perdido en algún lugar entre la última fila de olas y el horizonte. Se preguntó que habría allí que tanto la atraía y también, acto seguido, se preguntó si se trataba de una más o de la nueva y última mañana más importante de su vida.
Nadie solía saberlo, como muy pronto, hasta la noche siguiente. Y con un bostezo despachó el amargo regusto de la incertidumbre. No estaba dispuesto a que su simple posibilidad le amargase la certeza de aquel momento pleno que estaba viviendo con la moneda atrapada en su mano.

Sonrió.

One more time… sólo para hacerlo, como siempre, más difícil.

Volvió a lanzar.

Quizás, éste que acababa de ver nacer fuese uno de esos días diferentes en que todo cambiaba para mal o para bien, pero, enseguida dejó de preocuparse, porque él seguía siendo el mismo.

La moneda regresó tan fiel como el más fiel de los perros.

Ninguna gaviota se la había llevado prendida del pico.

Cara.
Cruz.

Enseguida dejó de preocuparse. 

Cuando apareció brillando como una estrella de navidad sobre su palma, lo hizo desde su cara, el sesudo perfil clásico de algún antiguo presidente que ya nadie recordaba. Quizá, el liberador de todo el territorio. Seguramente algún importante reformador del pasado siglo. En cualquier caso, historia pasada escrita con tiempo por los vencedores de siglos de guerras centenarias.

La suerte estaba por completo echada y también le complacía.

Volvió a sonreír una de sus peligrosas sonrisas afiladas.

Serían ellos los que tendrían que buscarle.
Y tenía gracia, porque, después de todo, eso era lo que habían venido a hacer. Cebrián se lo había comunicado con la gravedad con que el viejo marica comunicaba las cosas importantes.
Y, después de todo, el propio Cebrián ya era una auténtica y verdadera línea recta trazada en el espacio de Concepción hacia él. Un auténtico disparo que buscaba su corazón y que no tardaría en alcanzarle.

La curiosidad de saber el por qué le buscaban también vibraba aleteante en algún lugar no muy apartado de su conciencia. Más allá del horizonte, de las velas, del vaso de vino tinto, de las gaviotas …

Iría al chiringuito y allí les esperaría.
Bebiendo y siguiendo sobre el despejado cielo las blancas estelas de los aviones comerciales, que cuando estaba emporrado siempre le parecían el absurdo entramado de la invisible red que sostenía al mundo evitando que éste se desplomara sobre la oscuridad como una hoja muerta sobre un charco.
JIMMY HENDRIX

House of rising sun....






















A veces,
cuando el escalofrío de la oscuridad alarga la noche,
uno quiere regresar.
Volver a pisar descalzo el umbral de la casa del sol naciente
abandonando los zapatos de la vieja esperanza de no volver nunca más.
Dejarse devorar el alma por su profundo y oscuro sexo,
poner toda la piel para que se enrede entre sus sonrientes fauces,
hacer todo lo posible por dejarse arrastrar.
Perderse y perderse,
buscando no regresar al punto de partida nunca jamás.
A veces, sólo a veces, nos arrasa su luz negra
sin importarnos el resultado final.

"Pero las cosas que son realmente nuevas no necesitan subrayar que se encuentran en estado de insurrección; en el mero hecho de existir, de estar ahí, es donde reside su máxima peligrosidad"
(El trabajador, Ernst Jünger. pp 24)

miércoles, enero 07, 2009

GAZA

Estoy de acuerdo con Martin Varsavsky, desde hace algún tiempo Israel está respondiendo de forma desproporcionada a la real y verdadera amenaza que para su seguridad suponen los diferentes grupos terrorristas islamistas que acampan a lo largo de alguna de sus fronteras.

Las imágenes de niños muertos son un arma muy poderosa y, si bien es cierto que los milicianos usan a victimas inocentes como escudo y en la mayoría de los casos son tan culpables de su muerte que los propios israelitas, no es menos verdad que este tipo de respuestas masivas terminan dañando la imagen del pueblo israelita como nación. 

Vivimos en un mundo de imágenes que se suceden vertiginosamente las unas a las otras en rápidos instantes de impresión. No hay lugar para la memoria ni para los discursos elaborados y complejos. En este sentido, el efecto de verdad es casi tan importante como la propia verdad misma (suponiendo que exista) y esa verdad extrae toda su energía movilizadora de sí misma, de su propia potencia denotativa y connotativa.

En este sentido, y a estas alturas de la película, es muy difícil competir con las desgarradoras imágenes de los más débiles (ancianos, mujeres y niños) surgiendo ensangrentados de entre el polvo de lo que antes fue un hogar en el mundo de los medios donde hoy en día se dilucida la batalla de la opinión pública.

El discurso de los escudos humanos es desagradecido y difícil de defender. Es demasiado elaborado, implica el cálculo y en un debate siempre tendrá todas las de perder frente a una sentida arenga conmovida por el dolor de los inocentes... y, sin embargo, los dos son igual de reales.

Israel, que antaño se caracterizara por la inteligencia a la hora de producirse tanto en los despachos como en las cloacas, demuestra una sorprendente falta de cintura. Ahora, más bien, parece un ogro brutal dispuesto a aplastar indiscriminadamente todo aquello que le importuna.

Hoy en día la tecnología permite un importante refinamiento en la selección de los objetivos. Las capacidades para explotar el mundo en busca de datos son mayores y es perfectamente posible seleccionar concretos objetivos y eliminarlos. Hacer una guerra inteligente y, por extraño que parezca, civilizada cuando es necesario hacerla, y sólo cuando es necesario. Quizá se cometan errores, pero no es lo mismo la presencia del error en la táctica que en el espacio más relevante de la estrategia.

Y además, la realidad de Gaza está ahí, a sus puertas como un enemigo que el propio Israel se ha generado. Un inmenso lugar de pobreza y marginación, de cuya existencia es también responsable el ineficaz y corrupto gobierno palestino, que sirve de perfecto caldo de cultivo para toda suerte de desesperados movimientos islamistas mesiánicos.

El problema de Gaza requiere inteligencia, asunción limitada de costes y no el argumento brutal de la fuerza empleado siempre bajo la alargada sombra del primo de zumosol norteamericano... Y además, este aspecto quizá también esté cambiando y esa alargada sombra empiece a no serlo tanto.

En cualquier caso, el problema de Gaza no se resolverá de esta forma y el coste en imagen exterior de Israel debe ser considerado porque, y de entre todas las cosas terribles que pueden suceder, una de las peores a mi entender es que, a los ojos de los otros, uno acabe convirtiéndose en el monstruo que lo ha estado persiguiendo durante años.



martes, enero 06, 2009

GLADYS KNIGHT AND THE PITS

Midnight train to Georgia....
















XXY

Esta película es el debut cinematográfico de la novelista argentina Lucía Puenzo, hija del director Luis Puenzo, y tengo que decir que no ha podido realizar un estreno más afortunado.

En un lugar de la costa uruguaya que recuerda de alguna forma a esas islas perdidas de alguna pelicula de Bergman, en un entorno de mar encrespado, viento, nubes y lluvia, sucede esta historia de muchos silencios y pocas palabras, pero precisas, que tiene la virtud de durar justamente lo que tiene que durar contando en cada momento lo que es preciso contar.

XXY habla del estigma de la diferencia y de la desgracia que éste acarrea a quienes no les queda más remedio que recibirlo porque es una parte constituyente de ellos mismos. En este caso, su protagonista, Alex, ha recibido la condición del hermafroditismo en el ciego sorteo de la genética y el destino. A sus 15 años los momentos en que la indefinición era posible han pasado e Inés, enfrentada al rompecabezas que para ella es su propia naturaleza, se siente perdida, dolida, enfadada ante la impotente mirada de sus padres. Estos han buscado ese lugar apartado de la costa uruguaya para alejar a Alex de un mundo que en absoluto está dispuesto a aceptarla, pero no pueden apartar a Alex de sí misma, de la necesidad de definir una identidad que todo ser humano siente como un impulso que le llega desde lo más profundo.

En este sentido, XXY  es una película llena de delicadeza y sensibilidad hacia esos desheredados que, por mucho que lo intenten, han nacido al otro lado de la invisible frontera que separa la blanca y negra geometría de la moral. Y que, en el caso de Alex, ofrece como única respuesta la finea línea recta de un bisturí aplicado sobre un cuerpo sin comprender que toda esa diferencia, recortable y desprendible, se prolonga hacia un lugar donde ningún filo alcanza. 

La naturaleza encrespada y gris sirve de perfecta caja de resonancia para una trama llena de emociones encerradas como gatos en una caja y tiene algo del viejo maestro Jean Renoir. El viento que sopla, la lluvia que cae, las olas encrespadas se convierten en metáforas. Los sentimientos de los personajes están ahí, constituyendo el espacio como kantianos a prioris sobre los que el espectador construye su experiencia.

Está muy bien XXY.

lunes, enero 05, 2009

ROCKNROLLA

Nada nuevo en la nueva película de Guy Ritchie.

Trama coral en la que los bajos y los altos fondos de entrecruzan, situaciones extremas o delirantes, gangsters, violencia, sexo, algún que otro buen diálogo, machos alfa, mujeres guapas y americanos perdidos en Londres.

La trama de Rocknrolla es muy parecida a la trama de las dos películas más representativas de Guy Ritchie: Snatch y Lock & Stock. 

En su vuelta a la gran pantalla tras quitarse de encima a Madonna, Ritchie ha decidido no improvisar. Hacer lo que mejor sabe hacer: una historia coral con el crimen y la corrupción como fondo.

La única aspiración de RocknRolla, convertido en una especie de slapstick de acción (genero que quizá solo pertenezca a él y a Tarantino), es resultar tan entretenida como sus predecesoras y lo cierto es que lo consigue durante bastante tiempo con momentos especialmente divertidos como la secuencia de los inagotables guardaespaldas rusos y personajes fantásticos como Archy o el espectacular Johnny Quid.

Si Almodovar lleva haciendo la misma película durante años, por qué no Ritchie... aunque este último ya está filmando una versión de las aventuras de Sherlock Holmes con Robert Downey Jr. de protagonista y quizá reserve toda la novedad que nos tiene preparado su -creo- no excesivo talento para esta película.

Y, por cierto, me quedo con el concepto Rocknrolla:

"People ask the question... what's a RocknRolla? And I tell 'em - it's not about drugs, drums, and hospital drips, oh no. There's more there than that, my friend. We all like a bit of the good life - some the money, some the drugs, other the sex game, the glamour, or the fame. But a RocknRolla, oh, he's different. Why? Because a real RocknRolla wants the fucking lot. "

¿Por qué conformarse con una parte, pudiendo tener el pack entero?