domingo, febrero 20, 2011

"En aquel guión no había nada para McLaglen, pero los del estudio me preguntaron:
—¿Puedes utilizarlo, ponerlo de sargento o lo que sea?
—¡Estupendo! —dije.
A él le encantaba Shirley [Temple], y Shirley lo quería mucho a él, y rápidamente se convirtió en un gran papel. Pero según lo poco que estaba en el guión, tenían que matarlo. Es mala técnica eso de matar a un personaje muy simpático en medio de la película, pero era lo que exigía el argumento, y no había medio de seguir adelante.
Un día estaba muy nublado —había llovido—, pero con nubes bonitas, de esas que tienen un poco de luz. Normalmente habríamos cerrado, pero yo llevaba un estupendo cámara, Artie Miller, y dije:
—Tenemos que hacer algo con este tiempo, con estas nubes. Tenemos aquí a todo el mundo; ¡vamos a enterrar a Víctor!
Y Artie dijo:
—Es una idea estupenda. Vamos a abrir un poco el diafragma; nos dará un buen efecto.
Y así hicimos el funeral."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

jueves, febrero 17, 2011


S.O.B

Sin duda alguna el éxito es uno de los grandes temas del arte concebido como negocio y probablemente en ningún arte como en el cine el éxito es tan importante... por lo menos para aquellos que viven de él.

S.O.B habla precisamente de todo lo que rodea a la falta de éxito y los esfuerzos por conseguirlo a cualquier precio. Y si uno lo mira bien es terrible lo que el recientemente desaparecido Blake Edwards nos cuenta en esta película que es su comedia más ácida y nihilista, también de las más brillantes para mi gusto. Traiciones, depresiones, obsesiones, adicciones... pero, afortunadamente, todo se cuenta desde un sentido del humor inteligente y voraz que consigue provocar la risa en medio de la mayor de las tragedias.

Inesperadamente, el exitoso director Felix Farmer sufre un estrepitoso fracaso. La señal de alarma se enciende por todo Hollywood y en torno al desastre de Farmer comienzan a agruparse un grupo de personajes a cual más variado y pintoresco, todos ellos expertos supervivientes en el salvaje día a dia de la jungla hollywoodiense.

No tiene desperdicio "S.O.B", una crónica mordaz sobre los efectos distorsionantes que tiene el fracaso sobre aquellos que viven diariamente bajo el temor de que suceda.

Mención especial para ese maravilloso médico drogadicto, Dr. Finengarten, que con su brillantez habitual compone el magnífico Robert Preston.


martes, febrero 15, 2011

"...porque la democracia es algo más que elecciones periódicas, aun cuando se celebren de forma justa. La democracia en EE UU, por ejemplo, ha ido acompañada de una desigualdad cada vez mayor, hasta el punto de que el 1% superior recibe una cuarta parte, aproximadamente, de la renta nacional... y la riqueza está distribuida de forma aún más inequitativa."
(El catalizador tunecino, Joseph E. Stiglitz)

"En el interior de los países, la desigualdad de ingresos, riqueza y oportunidades posiblemente sea mayor que en cualquier otro momento del siglo pasado. En toda Europa, Asia y América, las corporaciones nadan en efectivo, mientras su implacable búsqueda de eficiencia sigue generando enormes ganancias. Sin embargo, la porción de la tarta que les corresponde a los trabajadores se está reduciendo, gracias al alto desempleo, a las jornadas reducidas de trabajo y a los salarios estancados."
(El comodín de la desigualdad, Kenneth Roggoff)
TRUE GRIT

En ocasiones veo muertos y también, en cada nueva película de los Hermanos Cohen, empiezo a percibir una cierta velocidad de crucero, una cierta pereza en el ánimo que confía en el virtuosismo técnico y en los mecanismos del guiñol para conseguir llevar la mirada del espectador hasta el final de la película.

"True grit" participa un poco de esa sensación mecánica, como de franquicia y uno tiene la impresión de que la necesidad de "True Grit" tiene que ver con una necesidad casi administrativa de hacer una película. Y una cosa es vivir para el cine y otra muy distinta vivir del cine. Y cuando se vive del cine se hacen películas como "True Grit"... correctas, pero desaprovechadas. Porque el interés por el corazón que encierra la historia no se improvisa. Hay que sentirlo latir entre las líneas del texto y establecer esa conexión que genera la auténtica diferencia entre lo trascendente y lo intrascedente no es puntual ni siquiera depende del propio lector. Simplemente, sucede o no sucede y ese misterioso ritmo no late sincrónico con los ritmos administrativos de quién cada año se ve en la necesidad de hacer una historia

Los hermanos Cohen hace ya tiempo que son una marca, una factoría, que con puntualidad producen. Hace tiempo que no se detienen a escuchar el viento en busca de una historia. No pueden pararse. Mientras ruedan lo que tienen entre manos, ya están pensando en la próxima película... Y seguro que les preocupa el tema de la piratería.

Viven del cine y ese vinculo material les hace desaprovechar las potencialidades del contenido que encierra "True Grit". Se limitan a ilustrar una historia que, con habilidad empieza y termina con un cierto sabor, pero que por en medio no ofrece ningún misterio de intensidad a la mirada.

En ocasiones veo muertos.

Decepcionante.
GRIS


JUEGOS SAGRADOS

No es fácil de explicar Juegos Sagrados.

Existen dos personajes principales en torno a los que se vertebra los más de 1.100 páginas que componen el libro. Por un lado está el oficial de policía sikh Sartaj Singh, que a lo largo de la obra investiga un sencillo caso de adulterio y un complejo caso de terrorismo religioso; por otro el gangster Ganesh Gaitonde, que está directamente relacionado con este segundo caso de terrorismo. Y por increíble que parezca, los caminos de ambos se cruzan casi al principio de la historia.

Sobre este entramado de índole policiaca, Chandra construye sus Juegos Sagrados con el objetivo de mostrar la realidad de la India a través del periplo personal de estos dos personajes... y de otros muchos, relacionados o no con aquellos.

El libro presenta largos capítulos en el que perdemos de vista a Sartaj y a Gaitonde para vernos directamente enviados al pasado para conocer la historia de la madre de Sartaj o para tomar conciencia de los difíciles orígenes del gangster. Porque resolver tramas no es lo importante, lo principal es que la realidad compleja de la India actual se hace visible a los ojos del lector materializándose a través de los personajes que van saliendo al paso de su leer. Algunos de ellos son especialmente brillantes como es el caso del misterioso Guru del gangster Gaitonde, personaje fascinante que encarna las dos facetas de la India, la espiritual y la material.

En definitiva, "Juegos sagrados" es una tremenda novela épica que consigue el objetivo que la novela como género tiene desde sus comienzos: hacer protagonista a toda una realidad. Y desde luego sorprende la India que uno se encuentra a lo largo de las páginas del libro: una India abigarrada y compleja, donde conviven hombro con hombro tradición y modernidad y en la que la vida casi siempre es una desesperada aventura de supervivencia de la que incluso los más aptos no pueden salir eternamente con bien.

Espectacular.

martes, febrero 08, 2011

"En Nostalghia quería dar continuación a mi tema del hombre débil, que en cuanto a sus características externas no es un luchador, pero que para mi es un vencedor en la vida. Ya Stalker dice en un monólogo que defiende la debilidad como el único valor verdadero y como la esperanza para la vida. Siempre me han gustado las personas incapaces de adaptarse a la realidad pragmática. Con excepción -quizá- de Iván, en mis películas nunca hay héroes, siempre hay personas cuya fuerza resulta de la convicción interior y también del hecho de que son capaces de asumir la responsabilidad hacia otras personas (esto, naturalmente, también se puede decir de Iván). Personas así recuerdan en muchos casos a niños con un pathos propio de adultos, porque sus actitudes, de cara al sentido común,son tremendamente carentes de realismo, desprendidas de sí mismos."
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)
CONVERSACIONES CON MI JARDINERO

Desde Renoir hasta Rohmer, pasando por Louis Malle, el cine francés tiene una relación de inmenso amor con la naturaleza.

"Un domingo en el campo", "Milou en Mayo" o "Cuento de Otoño"... Casi siempre, en ellas, el campo se trata de un lugar mágico, un escenario lleno de paz, luz y sol, en el que hombres y mujeres se sienten tranquilos, como regresados al seno materno, dispuestos para abrirse a otros como ellos en puro diálogo sobre grandes y pequeños temas.

"Conversaciones con mi jardinero" se inscribe claramente en este tronco creativo.

Un pintor veterano decide retirarse a la casa de su niñez. Allí se ve en la necesidad de contratar a un jardinero para que mantenga el jardín y le construya un huerto. El elegido será un viejo amigo de la infancia.

A lo largo de la película, jardinero y pintor, irán descubriéndose el uno al otro llegando a entablar una entrañable relación de amistad que será un hermoso puente erigido sobre la aparente distancia que separa a sus dos mundos.

Por encima de todo, "Conversaciones con mi jardinero" es una hermosa historia sobre la amistad, el diálogo y la comunicación. Entre ellos existe la posibilidad de la distancia desde varias perspectivas: campo y ciudad, obrero y burgués, culto y no culto... pero, y al final, ambos tienen la inmensa cualidad de saberse escuchar, de aceptarse. Enseguida las distancias se disuelven y ambos personajes encuentran el uno en el otro un lugar en el que descansar.

Tiene un aire mágico y muy recomendable "Conversaciones con mi jardinero".

De obligatoria visión.




En un país como este, que mentalmente todavía está subdesarrollado, que no entiende nada, es lógico que exista un equipo de fútbol como el Real Madrid cargado con el enorme lastre, con la imposible obligación de ganar siempre... Porque alguien tiene que hacerlo en este país de mansos convirtiéndose en el aspiracional chivo expiatorio de todas nuestras incapacidades como nación.

En este sentido, me asusta escuchar que el Real Madrid no puede ser segundo. Y al mismo tiempo me alegro de no ser aficionado del Real Madrid.

Curiosamente, en esta temporada, y para enderezar el rumbo de sus secciones de fútbol y baloncesto, el equipo ha fichado a los mejores entrenadores del panorama internacional y curiosamente ambos han coincidido en el mismo discurso: ¿por qué no ser segundo si el equipo lo da todo?

Tener la obligación de ganar siempre no sólo implica no entender nada de deporte, sino también algo mucho más importante: negarse la humana posibilidad del error y negar a los otros la también humana posibilidad del acierto, de trabajar y hacerlo mejor.

Es intentar divinizarse por lo civil o por lo penal.

Es no entender que lo único que depende de uno es la voluntad, el esfuerzo y la capacidad de trabajo. Y que los resultados dependen de muchas mas cosas, algunas de ellas incontrolables y, desde este punto de vista, es injusto pedir que nadie se equivoque nunca, que se gane siempre.
Se puede quedar segundo y hacerlo con la cabeza alta, incluso bajar a segunda división.

Semejante planteamiento es aceptable desde el nivel de exigencia. Lo que sorprende es que, ahora que no se gana, y que el equipo de fútbol convive históricamente con el que será probablemente el mejor equipo de fútbol de club de la historia, muchos esgriman esa obligación de ganar como si se tratase de la cláusula de un contrato que irracionalmente desean ejecutar a cualquier precio buscando culpables, husmeando cabezas que cortar.

Y quizás todo sea mucho más fácil y esa facilidad consista en aceptar lo obvio, que hay otro que lo está haciendo mucho mejor... pero no. Hay que ganar.

Y es una actitud pobre, muy pobre.

Y ese engaño colectivo que, según su entrenador de baloncesto, vive la afición madridista consistente en tener que ganar siempre es una aproximación metonímica al engaño colectivo en que vive este país sobre sí mismo de manera general y que, con su proverbial irracionalidad, entronca directamente con toda una tradición de locura colectiva que nos caracteriza como nación desde el 2 de Mayo hasta la Guerra Civil.

Somos una unidad de destino en lo irracional dentro de lo universal.
LUTHER

Esta serie policiaca producida por la BBC y protagonizada por Idris Elba, el inolvidable Stringer Bell de esa gran serie llamada "The wire", engaña un poco.

Al principio parece que uno va a encontrarse con una serie más protagonizada por uno de esos policías conflictivos que sólo saben resolver los casos a su manera, pero enseguida "Luther" descubre su más que interesante, para mi gusto siempre, propuesta.

La serie nos presenta un crimen: el asesinato a tiros de un matrimonio y su perro en su casa; y también nos presenta a Alice (Ruth Morgan), la desolada hija de la pareja asesinada. Durante el interrogatorio el instinto de Luther le llavará a descubrir en Alice a una peligrosa psicópata y es entonces cuando "Luther" muestra su verdadero rostro.

A lo largo de sus siete capítulos, nos presenta el juego de gato y ratón que ambos, policía y asesino, juegan intercambiándose constantemente los roles de victima y verdugo en función de las situaciones y circunstancias; un juego en el que sus dos mentes brillantes se desafían constantemente buscando atraparse mutuamente, un juego que no tiene reglas ni limites y que les llevará a ambos al límite.

Tiene su punto "Luther".


lunes, febrero 07, 2011

Un país que tiene que elegir entre Zapatero o Rajoy es un país que debería ceder su soberanía a las Naciones Unidas...
INOLVIDABLE

Deadwood...



"Pain or damage don't end the world. Or despair, or fuckin beatin's. The world ends when you're dead. Until then you got more punishment in store.Stand it like a man, and give some back."
- Al Swearengen


LOS NEGROS

Para los formales, la figura de Jean Genet es un molesto enigma casi siempre resuelto con el rechazo. Si bien, ahora que Genet está muerto, y no cuenta con la capacidad de sorprender que da el hecho de estar vivo, y que es susceptible al control que da el hecho de estar muerto, lo es mucho menos que antes.

Siempre del lado de los humillados y ofendidos, Genet lleva hasta el extremo el discurso antitético que cuestiona desde una perspectiva revolucionaria y alternativa la sociedad de su tiempo situándose abiertamente del lado del mal, del crimen y los comportamientos abiertamente en contra de lo considerado legal y moralmente correcto por la sociedad. Y está claro que para Genet la existencia del mal no sólo tiene una raíz antropológica, si se quiere natural, sino también social. Porque para Genet, el mal es un recurso como otro cualquiera con el que cuentan los humillados y los ofendidos para expresar su diferencia, la distancia que les separa de un orden injusto erigido a costa de su carne y de su sangre.

Y siempre me ha parecido un discurso interesante, brillante ese juego de espejos entre el bien y el mal como manera muy directa de expresar el carácter ideológico y ocultamente justificado de los valores sociales y políticos.

Porque para Genet un criminal es un revolucionario que aún no ha vencido o que directamente ha fracasado.

Y este modo de pensar es veneno para los formales y su obsesión por el orden y el concierto, aunque ese orden y ese concierto estén erigidos sobre el vacío o un dolor que obstinadamente se empeñan en ignorar. Cambiándolo todo por la solitaria tranquilidad reseca de sus hogares vacíos.

Y todo ésto viene al cabo del brillante montaje que Miguel Narros, a través de los Teatros del Canal, ha presentado de "Los negros", una de sus últimas obras teatrales.

En ella, como en un compendio, está todo ese latir heterodoxo de Genet. Porque "Los negros" es a mi entender un enorme auto sacramental que representa sin tapujos el sacramento de la injusticia a través de la venganza de aquellos que la sienten en sus carnes desde que se levantan hasta que se acuestan. Y en este sentido, los negros se convierten en portavoz de todos esos humillados y ofendidos, en sumosacerdotes que ejecutan una cruel ceremonia de venganza cargados de razón y, sobre todo, de sentimiento.

Y a todos estos incuestionables valores que aporta el texto de Genet, se añade la genuina aportación del montaje de Miguel Narros, que presenta con brillantez apabullante una representación orgánica, directa, física, que es casi una comedia musical en la que los cuerpos y las palabras que éstos pronuncian se desplazan sobre el escenario con precisión matemática, con precisa belleza, añadiendo a las cualidades propias de la obra un aroma formal que encaja de manera perfecta con el fondo discursivo.

¡Dios es blanco!

Brillante.


IRMA THOMAS

Cold rain...



"Pedí al «especialista» que saltara por la borda y se negó:
—Hay demasiada marejada.
Entonces George O'Brien, que era el protagonista, dice:
—Yo los doblo a todos.
Y se dedicó a cambiarse de ropa y saltar por la borda.
J. Farrell McDonald llevaba años sin beber, pero había ido a Tijuana y había vuelto más borracho que una cuba y nadie quería hablar con él, de manera que llega J. Farrell tambaleándose por la cubierta superior, mira abajo y dice:
—¿Qué estáis haciendo?
—Yo, rodando —le dije.
—¿Está en marcha la cámara? —pregunta.
—Sí.
—¡No quiero que me doble nadie! —grita, y hace un salto precioso, de doce metros, pega en el agua y se echa a nadar (por entonces debía tener sesenta años). Volvió sereno..."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

domingo, febrero 06, 2011

"---¿Otro whisky con soda?---preguntó el camarero.
---No digas nunca otro. Es de mala educación. Limítate a decir un whisky con soda. Un buen camarero no le restriega nunca a un cliente por las narices su falta de fuerza de voluntad."
(El desencantado, Budd Schulberg)

Amén.
"El índice de mortalidad de los escritores sigue siendo alto en América. ¿Sabes por qué?--- Hizo señas al camarero para que le sirviera otra copa. ---La idea americana del éxito. No hay peor fracaso que el éxito. Prueba a escribir un best seller, una obra taquillera, un Gran Éxito. Hazlo y te harás rico y famoso. Los escritores quedan atrapados en el sistema americano. Bombo. Cócteles. Lista de superventas. La adoración del éxito."
(El desencantado, Budd Schulberg)
ALGO ARDE EN LA DISTANCIA


sábado, febrero 05, 2011

"Cuando en la taberna donde los tres están descansando entra la mujer de Stalker, el escritor y el científico son testigos de un fenómeno misterioso, incomprensible para ellos: ante ellos tienen una mujer a la que la forma de ida que lleva y el nacimiento de una hija impedida le han supuesto infinito dolor, pero que sigue amando a su marido con la misma entrega y cariño que en su primera juventud. Ese amor, esa entrega, es el último milagro que se puede oponer a la falta de fe, al cinismo y al vacío del mundo moderno. Y también el escritor y el sabio son victimas de ese mundo moderno."
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)

Todo es peligroso.

El sol en invierno,
el frío en verano.

Todo es preocupante

El sol en verano,
el frío en invierno.

Santo miedo nuestro a todas las cosas,
sálvanos.