MAVIS STAPLES
How many times..
Y viene este Verano a Madrid!
Habrá que ir...
jueves, junio 23, 2011
Es fácil criticar al movimiento del 15-M.
Y no digo que sea fácil desde un punto de vista peyorativo, sino que lo digo porque realmente es fácil criticarlo... y lo es porque hay muchas contradicciones que hasta yo mismo detecto cómodamente sentado en el sofá de mi salón.
Desde luego que hay peticiones, unas peticiones que en su estructura básica reproducen una parte del programa de reconstrucción de la izquierda que la chilena Marta Harnecker propone en su libro ya clásico del mismo nombre. Especialmente, la apelación a la creación de nuevos mecanismos de canalización y depuración de la expresión de la voluntad popular.
Hay planteamientos y peticiones pero, y desde su inicio, el movimiento está sometido al ojo escrutador de nuestra sociedad y de sus medios de comunicación, decenas de ojos y cerebros movidos por diferentes intereses que constantemente están hablando, opinando, produciendo discursos a favor y en contra. Ante ellos ni siquiera la mujer del César parecería honesta y, por ellos, el movimiento del 15M es constantemente, día tras día, puesto sobre la mesa de disección y continuamente analizado... y, claro, las contradicciones aparecen porque están ahí.
El conflicto entre la legalidad y la acción espontánea, los comportamientos violentos... Si se mira bien, las contradicciones aparecen.
Se le acusa de poco democrático, de no entender los rigores del inexorable mecanismo que rige la realidad de nuestra situación económica y más cosas, pero éste no es el tema.
Una vez más ésta sociedad cerrada que es enemiga de sí misma se pierde en los detalles, en el recuento y consideración de las partes, en la sistemática evaluación estructural de los efectos y olvida las causas, el todo, la visión global y sintética de un movimiento social que es mucho más pulsional que racional.
Los descontentos individuales ante una situación cada vez más deteriorada han terminado aflorando por nuestras calles y en este sentido, y recordando a Jung, lo que aflora es la sombra del lado luminoso de nuestra sociedad. No será la primera vez ni, espero, será la última. La historia está llena de revueltas y motines en los que, convocada por el propio estado de las cosas, la endiablada sombra social aparece y si algo es esa sombra es la manifestación de todo lo inconsciente, todo lo que subyace bajo los titulares de los periódicos.
Y esa sombra al no ser racional sólo puede ser contradictoria.
Bajo la apariencia racional, narrativa, de las peticiones, del programa del 15M emerge la complejidad contradictoria de lo social... pero también esa manifestación incontrolada encierra mucha verdad en su existir contradictorio, esa verdad que no queremos ver y que hemos apartado al olvido y a las sombras precisamente por ser cierta.
Por supuesto que el 15M tiene un programa, pero lo más importante es su carácter emocional y por eso es muy fácil criticarlo desde un punto de vista racional, porque hay contradicciones, cómo no va a haberlas y por eso se está convirtiendo en deporte nacional de opinadores y periodistas el enumerar las cosas en las que el 15 M no está a la altura, lo que nos gusta o nos deja de gustar, lo que deberían hacer o deberían dejar de hacer. Pero siempre olvidando lo más importante, la complicada y extrema situación en la que se encuentra nuestra sociedad como consecuencia de su mala posición económica.
Hay muchas maneras de hacer las cosas, pero, y en general (y salvo aficionados a cualquier clase de orden sin entrar en mayores detalles), deberíamos estar orgullosos de un país que no se resigna con cualquier explicación, con cualquier situación, con cualquier palabra y que sale a la calle a hacer lo que como mínimo le es posible hacer: quejarse y patalear.
Y hasta ahora la mayoría de las críticas no se centran en el fondo, en las causas, sino en una especie de obsesión procedimental, por las formas, aplicada de forma indiscriminada con independencia de lo excepcional de la situación en que nos encontramos.
Reduciendo al extremo las cosas: si te van a desahuciar espera a las próximas elecciones, si te quedas sin ingresos organiza una plataforma y monta un referendum. Todas esas vías son mecanismos practicables en una situación de normalidad, pero, y si se me apura, me parece una manifestación mas de ese liberalismo cruel el pretender que las personas sufran en silencio, de una manera acorde a las normas. Contribuyendo a generar una situación de normalidad que en absoluto es la que viven aquellos que sufren una de estas tragedias personales ocasionadas por la crisis.
De repente han surgido en salones y plazas cientos de demócratas, guardianes de la formas y de la normalidad, que no se dónde estaban cuando, por ejemplo, los responsables de las bancarrotas de ciertas cajas de ahorro abandonan sus puestos sin dar cuenta de su gestión.
Se acusa al movimiento del 15M de un posicionamiento político, pero también hay otro posicionamiento en lo que no quieren, y creo que realmente no quieren, entender la genealogía de este movimiento recurriendo a cualquier argumento válido o no para desligitimarlo. Y tengo que reconocer que argumentos válidos hay, pero lo que no estoy dispuesto a aceptar es que un padre que roba para comer sea solamente un ladrón.
Por supuesto debe de existir un orden social, pero también una cierta justicia. Porque las apelaciones al orden sin el reconocimiento de la necesidad de justicia o de le existencia de una injusticia, de una presión que ha hecho reventar a la gente por las calles, no están a la altura del ser humano como criatura inteligente, aunque si lo están de ese ser humano como animal esclavo de sus intereses.
Y clama al cielo, a mi cielo por supuesto, que ya no se hable de la genealogía de esta situación, que no se vaya más allá de la crítica estratégica hacia el irresponsable y mentiroso Zapatero.
No se pregunta por qué de pronto no hay dinero, a dónde ha ido, por qué la corrección de los déficits públicos tiene que hacerse de una manera tan veloz, por la eficacia del año de medidas liberales que ya llevamos sobre Grecia, de la deuda externa ilegítima, de la necesidad de pagar a costa de destrozar una sociedad aspecto relacionado con la velocidad con que la deuda es reclamada... De nada de ésto, y de más cosas, se habla, quizá porque entonces habría demasiados silencios o porque las posiciones interesadas y desinteradas resultarían más evidentes.
En cualquier caso, estoy orgulloso de un país que ha sido capaz de generar un movimiento social como el 15 M, no tanto de aquellos que se empeñan en ver ciertos árboles en lugar de todo el bosque.
Honestamente creo que toda persona honesta e inteligente debería sentirse indignada. Otra cosa es el valor, las líneas que se estén dispuestas a cruzar para manifestar esa indignación.
El miedo es libre, bien lo saben aquellos que con astucia saben manejarlo.
Y no digo que sea fácil desde un punto de vista peyorativo, sino que lo digo porque realmente es fácil criticarlo... y lo es porque hay muchas contradicciones que hasta yo mismo detecto cómodamente sentado en el sofá de mi salón.
Desde luego que hay peticiones, unas peticiones que en su estructura básica reproducen una parte del programa de reconstrucción de la izquierda que la chilena Marta Harnecker propone en su libro ya clásico del mismo nombre. Especialmente, la apelación a la creación de nuevos mecanismos de canalización y depuración de la expresión de la voluntad popular.
Hay planteamientos y peticiones pero, y desde su inicio, el movimiento está sometido al ojo escrutador de nuestra sociedad y de sus medios de comunicación, decenas de ojos y cerebros movidos por diferentes intereses que constantemente están hablando, opinando, produciendo discursos a favor y en contra. Ante ellos ni siquiera la mujer del César parecería honesta y, por ellos, el movimiento del 15M es constantemente, día tras día, puesto sobre la mesa de disección y continuamente analizado... y, claro, las contradicciones aparecen porque están ahí.
El conflicto entre la legalidad y la acción espontánea, los comportamientos violentos... Si se mira bien, las contradicciones aparecen.
Se le acusa de poco democrático, de no entender los rigores del inexorable mecanismo que rige la realidad de nuestra situación económica y más cosas, pero éste no es el tema.
Una vez más ésta sociedad cerrada que es enemiga de sí misma se pierde en los detalles, en el recuento y consideración de las partes, en la sistemática evaluación estructural de los efectos y olvida las causas, el todo, la visión global y sintética de un movimiento social que es mucho más pulsional que racional.
Los descontentos individuales ante una situación cada vez más deteriorada han terminado aflorando por nuestras calles y en este sentido, y recordando a Jung, lo que aflora es la sombra del lado luminoso de nuestra sociedad. No será la primera vez ni, espero, será la última. La historia está llena de revueltas y motines en los que, convocada por el propio estado de las cosas, la endiablada sombra social aparece y si algo es esa sombra es la manifestación de todo lo inconsciente, todo lo que subyace bajo los titulares de los periódicos.
Y esa sombra al no ser racional sólo puede ser contradictoria.
Bajo la apariencia racional, narrativa, de las peticiones, del programa del 15M emerge la complejidad contradictoria de lo social... pero también esa manifestación incontrolada encierra mucha verdad en su existir contradictorio, esa verdad que no queremos ver y que hemos apartado al olvido y a las sombras precisamente por ser cierta.
Por supuesto que el 15M tiene un programa, pero lo más importante es su carácter emocional y por eso es muy fácil criticarlo desde un punto de vista racional, porque hay contradicciones, cómo no va a haberlas y por eso se está convirtiendo en deporte nacional de opinadores y periodistas el enumerar las cosas en las que el 15 M no está a la altura, lo que nos gusta o nos deja de gustar, lo que deberían hacer o deberían dejar de hacer. Pero siempre olvidando lo más importante, la complicada y extrema situación en la que se encuentra nuestra sociedad como consecuencia de su mala posición económica.
Hay muchas maneras de hacer las cosas, pero, y en general (y salvo aficionados a cualquier clase de orden sin entrar en mayores detalles), deberíamos estar orgullosos de un país que no se resigna con cualquier explicación, con cualquier situación, con cualquier palabra y que sale a la calle a hacer lo que como mínimo le es posible hacer: quejarse y patalear.
Y hasta ahora la mayoría de las críticas no se centran en el fondo, en las causas, sino en una especie de obsesión procedimental, por las formas, aplicada de forma indiscriminada con independencia de lo excepcional de la situación en que nos encontramos.
Reduciendo al extremo las cosas: si te van a desahuciar espera a las próximas elecciones, si te quedas sin ingresos organiza una plataforma y monta un referendum. Todas esas vías son mecanismos practicables en una situación de normalidad, pero, y si se me apura, me parece una manifestación mas de ese liberalismo cruel el pretender que las personas sufran en silencio, de una manera acorde a las normas. Contribuyendo a generar una situación de normalidad que en absoluto es la que viven aquellos que sufren una de estas tragedias personales ocasionadas por la crisis.
De repente han surgido en salones y plazas cientos de demócratas, guardianes de la formas y de la normalidad, que no se dónde estaban cuando, por ejemplo, los responsables de las bancarrotas de ciertas cajas de ahorro abandonan sus puestos sin dar cuenta de su gestión.
Se acusa al movimiento del 15M de un posicionamiento político, pero también hay otro posicionamiento en lo que no quieren, y creo que realmente no quieren, entender la genealogía de este movimiento recurriendo a cualquier argumento válido o no para desligitimarlo. Y tengo que reconocer que argumentos válidos hay, pero lo que no estoy dispuesto a aceptar es que un padre que roba para comer sea solamente un ladrón.
Por supuesto debe de existir un orden social, pero también una cierta justicia. Porque las apelaciones al orden sin el reconocimiento de la necesidad de justicia o de le existencia de una injusticia, de una presión que ha hecho reventar a la gente por las calles, no están a la altura del ser humano como criatura inteligente, aunque si lo están de ese ser humano como animal esclavo de sus intereses.
Y clama al cielo, a mi cielo por supuesto, que ya no se hable de la genealogía de esta situación, que no se vaya más allá de la crítica estratégica hacia el irresponsable y mentiroso Zapatero.
No se pregunta por qué de pronto no hay dinero, a dónde ha ido, por qué la corrección de los déficits públicos tiene que hacerse de una manera tan veloz, por la eficacia del año de medidas liberales que ya llevamos sobre Grecia, de la deuda externa ilegítima, de la necesidad de pagar a costa de destrozar una sociedad aspecto relacionado con la velocidad con que la deuda es reclamada... De nada de ésto, y de más cosas, se habla, quizá porque entonces habría demasiados silencios o porque las posiciones interesadas y desinteradas resultarían más evidentes.
En cualquier caso, estoy orgulloso de un país que ha sido capaz de generar un movimiento social como el 15 M, no tanto de aquellos que se empeñan en ver ciertos árboles en lugar de todo el bosque.
Honestamente creo que toda persona honesta e inteligente debería sentirse indignada. Otra cosa es el valor, las líneas que se estén dispuestas a cruzar para manifestar esa indignación.
El miedo es libre, bien lo saben aquellos que con astucia saben manejarlo.
martes, junio 21, 2011
LA DEUDA PUBLICA Y EL PACTO DEL EURO
Miren Etxezarreta...
Miren Etxezarreta...
Miren Etxezarreta - La Deuda Pública y el Pacto del Euro from ATTAC.TV on Vimeo.
DÉJAME ENTRAR
No se ve muy bien que ve Eli cuando mira a Oskar.
Parece que es amor... o algo parecido.
Seguramente la nostalgia de la sombra de un sentimiento cuya vibración quizá Elia ya no recuerda perdida en su eternidad vampírica, como quien intenta recordar la melodía de una canción de la que apenas nada recuerda.
No lo se.
Lo único cierto es que Oskar y Eli forman parte, con todos los honores, del Olimpo de parejas que han protagonizado historias de "amor fou" a oscuras y sobre la blanca pantalla. Porque lo que se nos cuenta en "Déjame entrar" es verdaderamente una enloquecida historia de amor... por encima del tiempo y de la condición humana.
O mejor, dos historias, con Eli como punto en común...
Imagino que con el tiempo Oskar acabará siendo el viejo servidor de Eli, proporcionándole alimento y que finalmente, cuando ya no es posible engañar más al tiempo, acepte entregarle su sangre como último sacrificio a la criatura a la que ciegamente ha dedicado su vida y por la que probablemente se haya perdido a conciencia.
Pero hablo de dos historias....
Y es cierto que la primera vez que vi la película no reparé en lo conmovedora que resulta esa escena en la habitación del hospital en la que ella se acerca a la ventana y su desfigurado servidor la deja entrar por última vez. E imagino que Oskar acabará igual, cincuenta años más adelante, envejeciendo a su lado y esa imaginación me hace aun mas emocionante ese final, la "road movie" que se intuye y que ahora me gusta imaginar... a la sombra de esa fascinación que para ambos existe, aunque les resulte impenetrable e incomprensible.
¿No es eso el amor?
"Déjame entrar" es una de mis películas favoritas de siempre.
Puro blanco y negro.
No se ve muy bien que ve Eli cuando mira a Oskar.
Parece que es amor... o algo parecido.
Seguramente la nostalgia de la sombra de un sentimiento cuya vibración quizá Elia ya no recuerda perdida en su eternidad vampírica, como quien intenta recordar la melodía de una canción de la que apenas nada recuerda.
No lo se.
Lo único cierto es que Oskar y Eli forman parte, con todos los honores, del Olimpo de parejas que han protagonizado historias de "amor fou" a oscuras y sobre la blanca pantalla. Porque lo que se nos cuenta en "Déjame entrar" es verdaderamente una enloquecida historia de amor... por encima del tiempo y de la condición humana.
O mejor, dos historias, con Eli como punto en común...
Imagino que con el tiempo Oskar acabará siendo el viejo servidor de Eli, proporcionándole alimento y que finalmente, cuando ya no es posible engañar más al tiempo, acepte entregarle su sangre como último sacrificio a la criatura a la que ciegamente ha dedicado su vida y por la que probablemente se haya perdido a conciencia.
Pero hablo de dos historias....
Y es cierto que la primera vez que vi la película no reparé en lo conmovedora que resulta esa escena en la habitación del hospital en la que ella se acerca a la ventana y su desfigurado servidor la deja entrar por última vez. E imagino que Oskar acabará igual, cincuenta años más adelante, envejeciendo a su lado y esa imaginación me hace aun mas emocionante ese final, la "road movie" que se intuye y que ahora me gusta imaginar... a la sombra de esa fascinación que para ambos existe, aunque les resulte impenetrable e incomprensible.
¿No es eso el amor?
"Déjame entrar" es una de mis películas favoritas de siempre.
Puro blanco y negro.
domingo, junio 19, 2011
"Por consiguiente, en líneas generales, los consumidores, en su condición de tales, son inconscientes y están desorganizados, una situación semejante a la de los obreros de comienzos del siglo XIX. En este concepto, son el objeto de exaltación, adulación y alabanza de los buenos apóstoles que los denominan «la opinión pública», realidad mística, providencial y soberana. Así como la democracia exalta al pueblo, siempre que éste permanezca en su lugar (es decir, no intervenga en la escena política y social), a los consumidores se les reconoce su soberanía («Powerful consumer», según Katona), siempre que no pretendan actuar como tales en el escenario social. El pueblo son los trabajadores, mientras permanezcan desorganizados. El público, la opinión pública, son los consumidores siempre que se contenten con consumir."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
"El sistema tiene necesidad de los individuos, en su condición de trabajadores (trabajo asalariado), en su condición de ahorristas (impuestos, préstamos, etc.), pero cada vez más en su carácter de consumidores... El aspecto en el cual el individuo es hoy necesario y prácticamente irremplazable es su condición de consumidor."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras)
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras)
HANNA
No es una película que vaya a pasar a la historia de la cinematografía, pero, y tratándose de un producto más de los que semanalmente produce el cine como industria, "Hanna" tiene su punto.
Con un ritmo trepidante y una cinematografía a veces demasiado histriónica e impostada, basada en los movimientos de cámara y el montaje, "Hanna" es una especie de cuento de Caperucita que, a diferencia de su predecesora, sale a la caza del lobo.
Protegida y entrenada desde la infancia por su padre (Eric Bana) en los bosques de Finlandia, Hanna decide un día que se encuentra preparada para cazar a ese lobo, magnificamente interpretada por una mórbida y sinuosa Cate Blanchett. Y la película describe esa caza, pero también el descubrimiento del mundo por parte de una niña de quince años que toda su vida ha vivido apartada de él.
Durante casi todo el tiempo, "Hanna" se mueve muy bien, haciendo equilibrios en ese alambre que separa una muy antagónica contradicción: la niña que se impresiona y la niña que caza. Y en ciertos momentos la película resulta brillante, mostrando esa contradicción de manera armónica, si bien quizá la historia se demore más de lo necesario en presentar un desenlace que por las propias características de la narración se sabe inevitable.
Sobre una base de thriller convencional montada sobre el caballo de una "road movie", "Hanna" ofrece una propuesta extraña, relativamente sorprendente, que se agradece, un cuento bárbaro de inmersión en el mundo y de recuperación del propio sentido a través de la lucha y el descubrimiento.
Interesante.
No es una película que vaya a pasar a la historia de la cinematografía, pero, y tratándose de un producto más de los que semanalmente produce el cine como industria, "Hanna" tiene su punto.
Con un ritmo trepidante y una cinematografía a veces demasiado histriónica e impostada, basada en los movimientos de cámara y el montaje, "Hanna" es una especie de cuento de Caperucita que, a diferencia de su predecesora, sale a la caza del lobo.
Protegida y entrenada desde la infancia por su padre (Eric Bana) en los bosques de Finlandia, Hanna decide un día que se encuentra preparada para cazar a ese lobo, magnificamente interpretada por una mórbida y sinuosa Cate Blanchett. Y la película describe esa caza, pero también el descubrimiento del mundo por parte de una niña de quince años que toda su vida ha vivido apartada de él.
Durante casi todo el tiempo, "Hanna" se mueve muy bien, haciendo equilibrios en ese alambre que separa una muy antagónica contradicción: la niña que se impresiona y la niña que caza. Y en ciertos momentos la película resulta brillante, mostrando esa contradicción de manera armónica, si bien quizá la historia se demore más de lo necesario en presentar un desenlace que por las propias características de la narración se sabe inevitable.
Sobre una base de thriller convencional montada sobre el caballo de una "road movie", "Hanna" ofrece una propuesta extraña, relativamente sorprendente, que se agradece, un cuento bárbaro de inmersión en el mundo y de recuperación del propio sentido a través de la lucha y el descubrimiento.
Interesante.
No olvidemos que como consecuencia de esta crisis global, de iniciativa privada y consecuencias públicas, se está produciendo un ataque al estado del bienestar.
Se dice que no hay dinero y se asume automáticamente, de forma obediente, sin preguntar el por qué. Sólo se asume la realidad convertida en efecto de unas causas que nadie quiere recordar.
Y estos recortes suponen un ataque contra el estado del bienestar que amenaza conquistas fruto del esfuerzo de generaciones anteriores que ahora forman parte de nuestra tranquilidad, del paisaje de nuestra paz y que quizá por eso no valoramos.
Y recuerdo una cita de "Middlemarch", que de alguna manera prologa el libre "El respeto" de Richard Sennett:
"... que el bien aumente en el mundo depende en
a mí nos haya ido tan mal en la vida como podría
habernos ido se debe, en buena parte, a rodas las
personas que vivieron con lealtad una vida anónima
y descansan en tumbas que nadie visita."
y pienso exactamente eso, que todas esas generaciones que nos precedieron y consiguieron esa tranquilidad que disfrutamos merecen un respeto, que no nos quiten lo que es nuestro sin mostrar -por lo menos- el descontento, sin patalear, sin luchar.
COSMÓPOLIS
Es un libro interesante.
Escrito por el filósofo británico Stephen Toulmin, "Cosmópolis" profundiza en el discurso filosófico de la modernidad para detectar algunas importantes contradicciones que han tenido consecuencias en el desenvolvimiento histórico de las sociedades occidentales.
En pocas palabras, la Modernidad es un proceso histórico, social y filosófico que comienza en el siglo XVII y que busca convertir la razón en la norma trascendental y vertebradora de toda la sociedad.
Como no podía ser de otra forma, Toulmin se centra en Descartes, en "Su pienso, luego existo" como fuente originaria de todo este movimiento, pero, y de manera brillantemente dismitificadora, realiza un análisis histórico y social de las consecuencias que este modo de pensar a tenido para el desenvolvimiento de las sociedades europeas.
Para Toulmin, la principal consecuencia nefasta del pensamiento moderno es la traslación de la posibilidad de una verdad objetiva a esferas de pensamiento y vida como la ética y la moral. La más nefasta influencia de la Modernidad es la creencia, casi religiosa, en la posibilidad de la existencia de una verdad moral con indepenencia de las partes.
Usando el pensamiento es posible llegar a una conclusión objetiva y cierta que invalide como falsos todos los modos de vivir y pensar. Y la principal consecuencia de todo ello son las guerras de religión que asolan toda Europa durante la práctica totalidad del siglo XVII.
Los productos de la razón pasan a ser indiscutibles por contraposición al modo de pensar humanista, renacentista, en el que nadie ambicionaba estar en la verdad, por considerarse incapaces de encontrar verdades absolutas en asuntos de índole tan complicada como los éticos y morales.
Toulmin contrapone el espiritu librepensador de Montaigne al estricto método cartesiano que se aplica todo como si el mundo fuera susceptible de ser trasladado a unas estructuras matemáticas y geométricas.
Y lo sacrificado en ese proceso, mucho más que la verdad, allá donde se encuentre (si es que se encuentra), es la capacidad para el diálogo entre opiniones contrapuestas que caracterizaba esa actitud dialogante propia del humanismo renacentista.
Tener la razón, estar en lo cierto se convierte también en un arma que es esgrime contra el otro, un arma que resuelve los debates de manera rápida impidiendo la discusión, negando la posibilidad del punto de vista y absolutizando los asuntos éticos y morales.
Del mismo modo que solo hay un Dios verdadero, también hay una única verdad verdadera,
Merece la pena leerlo.
Es un libro interesante.
Escrito por el filósofo británico Stephen Toulmin, "Cosmópolis" profundiza en el discurso filosófico de la modernidad para detectar algunas importantes contradicciones que han tenido consecuencias en el desenvolvimiento histórico de las sociedades occidentales.
En pocas palabras, la Modernidad es un proceso histórico, social y filosófico que comienza en el siglo XVII y que busca convertir la razón en la norma trascendental y vertebradora de toda la sociedad.
Como no podía ser de otra forma, Toulmin se centra en Descartes, en "Su pienso, luego existo" como fuente originaria de todo este movimiento, pero, y de manera brillantemente dismitificadora, realiza un análisis histórico y social de las consecuencias que este modo de pensar a tenido para el desenvolvimiento de las sociedades europeas.
Para Toulmin, la principal consecuencia nefasta del pensamiento moderno es la traslación de la posibilidad de una verdad objetiva a esferas de pensamiento y vida como la ética y la moral. La más nefasta influencia de la Modernidad es la creencia, casi religiosa, en la posibilidad de la existencia de una verdad moral con indepenencia de las partes.
Usando el pensamiento es posible llegar a una conclusión objetiva y cierta que invalide como falsos todos los modos de vivir y pensar. Y la principal consecuencia de todo ello son las guerras de religión que asolan toda Europa durante la práctica totalidad del siglo XVII.
Los productos de la razón pasan a ser indiscutibles por contraposición al modo de pensar humanista, renacentista, en el que nadie ambicionaba estar en la verdad, por considerarse incapaces de encontrar verdades absolutas en asuntos de índole tan complicada como los éticos y morales.
Toulmin contrapone el espiritu librepensador de Montaigne al estricto método cartesiano que se aplica todo como si el mundo fuera susceptible de ser trasladado a unas estructuras matemáticas y geométricas.
Y lo sacrificado en ese proceso, mucho más que la verdad, allá donde se encuentre (si es que se encuentra), es la capacidad para el diálogo entre opiniones contrapuestas que caracterizaba esa actitud dialogante propia del humanismo renacentista.
Tener la razón, estar en lo cierto se convierte también en un arma que es esgrime contra el otro, un arma que resuelve los debates de manera rápida impidiendo la discusión, negando la posibilidad del punto de vista y absolutizando los asuntos éticos y morales.
Del mismo modo que solo hay un Dios verdadero, también hay una única verdad verdadera,
Merece la pena leerlo.
miércoles, junio 15, 2011
Algún periodista hay con sentido común...
"Pero lo que resulta intolerable son los profundos desequilibrios que ha provocado esta crisis, que ha dejado en la miseria a millones de personas mientras que la elite económica y política –responsable de la situación– no ha pagado ningún precio. Un ejemplo: ahí siguen los gestores de las cajas que han llevado a la ruina a las entidades que dirigían, saneadas con dinero público.
Me parece totalmente injusto demonizar colectivamente a los indignados y hacer énfasis en los desmanes de una minoría y mirar para otro lado a la hora de exigir responsabilidades a las personas que han provocado esta catástrofe económica.
Hay que plantear el problema al revés, hay que dar la vuelta a nuestra forma de mirar las cosas: lo esencial son las causas del malestar social y no sus efectos. Empecemos por ahí."
(15-M: causas y efectos. Pedro G. Cuartango)
A partir de este punto el sentido común se pierde para un lado y para otro...
Y yo lo pierdo, porque SE que todo ésto forma parte de la puesta en práctica de una injusticia global.
Y porque pienso que lo mínimo que deberían hacer los parlamentarios catalanes es agachar la cerviz y recibir una ordenada ración de civilizadas collejas, porque entre otras cosas van a aprobar un rebaja del 6% en el presupuesto de sanidad que, entre otras cosas, puede aumentar el tiempo en listas de espera de la seguridad social...
Y porque no he visto que con el mismo afán pidan cuentas del dinero público entregado para solucionar esta crisis de origen privado y de consecuencias públicas.
Y porque creo que se comportan así porque la gente, esa voluntad popular a la que tanto apelan, se conforma con escapar, con no ser cada uno de ellos el perjudicado mientras sueñan con sus próximas vacaciones de las que la mayoría regresará con depresión postvacacional.
Y porque estoy convencido de que esa es la verdad de la voluntad popular.
No hay dinero, pero la gran pregunta es por qué no lo hay, a dónde ha ido a parar.
¿Quiere saberlo la voluntad popular?
"Pero lo que resulta intolerable son los profundos desequilibrios que ha provocado esta crisis, que ha dejado en la miseria a millones de personas mientras que la elite económica y política –responsable de la situación– no ha pagado ningún precio. Un ejemplo: ahí siguen los gestores de las cajas que han llevado a la ruina a las entidades que dirigían, saneadas con dinero público.
Me parece totalmente injusto demonizar colectivamente a los indignados y hacer énfasis en los desmanes de una minoría y mirar para otro lado a la hora de exigir responsabilidades a las personas que han provocado esta catástrofe económica.
Hay que plantear el problema al revés, hay que dar la vuelta a nuestra forma de mirar las cosas: lo esencial son las causas del malestar social y no sus efectos. Empecemos por ahí."
(15-M: causas y efectos. Pedro G. Cuartango)
A partir de este punto el sentido común se pierde para un lado y para otro...
Y yo lo pierdo, porque SE que todo ésto forma parte de la puesta en práctica de una injusticia global.
Y porque pienso que lo mínimo que deberían hacer los parlamentarios catalanes es agachar la cerviz y recibir una ordenada ración de civilizadas collejas, porque entre otras cosas van a aprobar un rebaja del 6% en el presupuesto de sanidad que, entre otras cosas, puede aumentar el tiempo en listas de espera de la seguridad social...
Y porque no he visto que con el mismo afán pidan cuentas del dinero público entregado para solucionar esta crisis de origen privado y de consecuencias públicas.
Y porque creo que se comportan así porque la gente, esa voluntad popular a la que tanto apelan, se conforma con escapar, con no ser cada uno de ellos el perjudicado mientras sueñan con sus próximas vacaciones de las que la mayoría regresará con depresión postvacacional.
Y porque estoy convencido de que esa es la verdad de la voluntad popular.
No hay dinero, pero la gran pregunta es por qué no lo hay, a dónde ha ido a parar.
¿Quiere saberlo la voluntad popular?
Es un golpe bajo el que se da la sociedad civil a sí misma cuando califica como batasuno al movimiento de descontento social que, de forma inevitable y necesaria, está surgiendo por todo el país.
Se nos olvidan las razones que han llevado a este ajuste a la baja del estado del bienestar, las causas por las que los estados no tienen dinero y nos sobra tiempo para acusar a los indignados mientras nos falta para preguntarnos si esta crisis tienen que pagarla las personas como tú o como yo.
Está claro que el estado del bienestar existe... pero para los bancos, que han recibido una porrada de miles de millones de euros para tapar un agujero originado por la "inciativa privada", bancos que por cierto ahora no quieren tener nada que ver con el desastre griego, a menos que Alemania les obligue (cosa que es de justicia y que apoyo).
Y está claro que se tolera la protesta de salón, la indignación de mesa y mantel, pero en absoluto queremos ver manifestaciones evidentes del caos en que nuestras sociedades están cayendo. Y aparecen voces que prefieren la injusticia y lo disfuncional mientras genere la tranquilidad de un cierto orden establecido en el que ejecutar en paz el absurdo diario de cada uno. En definitiva, se quiere poder odiar los lunes con tranquilidad.
Se pide que la gente vaya al paro en silencio, que deje de pagar sus facturas sin rechistar, que siga los mecanismos habituales de calma cuando sea desahuciado, porque parece que hay otros que necesitan silencio, que están dudando trascendentalmente si elegir entre una camiseta de GAP o una de Zara...
Y el sistema les recompensará con el olvido y la marginación.
Los chicos verdaderamente buenos nunca tienen problemas, mientras... ya lo ves: los que se quejan son unos batasunos. Por algo será que les pasa lo que les pasa.
Metonímicamente les calificamos por los peores de ellos, para que triunfe el orden establecido.
Luego no nos quejemos.... un momento ¿Quejarnos? ¡Cómo!
Se nos olvidan las razones que han llevado a este ajuste a la baja del estado del bienestar, las causas por las que los estados no tienen dinero y nos sobra tiempo para acusar a los indignados mientras nos falta para preguntarnos si esta crisis tienen que pagarla las personas como tú o como yo.
Está claro que el estado del bienestar existe... pero para los bancos, que han recibido una porrada de miles de millones de euros para tapar un agujero originado por la "inciativa privada", bancos que por cierto ahora no quieren tener nada que ver con el desastre griego, a menos que Alemania les obligue (cosa que es de justicia y que apoyo).
Y está claro que se tolera la protesta de salón, la indignación de mesa y mantel, pero en absoluto queremos ver manifestaciones evidentes del caos en que nuestras sociedades están cayendo. Y aparecen voces que prefieren la injusticia y lo disfuncional mientras genere la tranquilidad de un cierto orden establecido en el que ejecutar en paz el absurdo diario de cada uno. En definitiva, se quiere poder odiar los lunes con tranquilidad.
Se pide que la gente vaya al paro en silencio, que deje de pagar sus facturas sin rechistar, que siga los mecanismos habituales de calma cuando sea desahuciado, porque parece que hay otros que necesitan silencio, que están dudando trascendentalmente si elegir entre una camiseta de GAP o una de Zara...
Y el sistema les recompensará con el olvido y la marginación.
Los chicos verdaderamente buenos nunca tienen problemas, mientras... ya lo ves: los que se quejan son unos batasunos. Por algo será que les pasa lo que les pasa.
Metonímicamente les calificamos por los peores de ellos, para que triunfe el orden establecido.
Luego no nos quejemos.... un momento ¿Quejarnos? ¡Cómo!
martes, junio 14, 2011
¿A qué se parece la moción de censura que nuestro valiente lider Rajoy debería presentar al desastroso Zapatero en el Congreso de los Diputados?
Tic, tac, tic, tac...
Pues a las mociones de condena de terrorismo que los opositores a Bildu van a presentar en las alcaldías del Pais Vasco gobernadas por integrantes de esta coalición...
¿Y en qué se parecen?
En que no se trata de ganarlas.
Se trata de hacer una fotografía de la situación, de obligar a que todos se definan ante si mismos y el electorado levantándose y diciendo si o no.
No se cómo diablos un señor que tiene miedo a perder algo que casi seguro tiene ganado va a sacar al país de la situación en que se encuentra. España no necesita un opositor al puesto de presidente de gobierno cuyo mayor acto de valentía es quitarse la corbata en los mitines.
No presentar la moción de censura dice muy poco de Rajoy como lider y dice mucho de un partido que se sienta tranquilamente a esperar su momento mientras a su alrededor sucede un apocalipsis económico que ellos, puntualmente, y dia a dia, describen.
Insisto.
Si no hay nada más importante para el país que Zapatero convoque elecciones, necesitamos un lider que haga todo lo que esté en su mano por echarle, que no tenga miedo al cuerpo a cuerpo, al fracaso, por el bien del país. Y sobre todo que sepa ver más allá de perder o ganar una moción de censura, que sepa o quiera ver que es un mecanismo que el ordenamiento jurídico pone al alcance de la oposición para que los patriotas se queden con la conciencia tranquila. Ahora, y si de verdad fuese un patriota, Rajoy no debería tenerla. En absoluto está haciendo todo lo que podría hacer, sino lo que más le conviene.
No es en absoluto el lider que este país necesita.
Para echarse a llorar.
Tic, tac, tic, tac...
Pues a las mociones de condena de terrorismo que los opositores a Bildu van a presentar en las alcaldías del Pais Vasco gobernadas por integrantes de esta coalición...
¿Y en qué se parecen?
En que no se trata de ganarlas.
Se trata de hacer una fotografía de la situación, de obligar a que todos se definan ante si mismos y el electorado levantándose y diciendo si o no.
No se cómo diablos un señor que tiene miedo a perder algo que casi seguro tiene ganado va a sacar al país de la situación en que se encuentra. España no necesita un opositor al puesto de presidente de gobierno cuyo mayor acto de valentía es quitarse la corbata en los mitines.
No presentar la moción de censura dice muy poco de Rajoy como lider y dice mucho de un partido que se sienta tranquilamente a esperar su momento mientras a su alrededor sucede un apocalipsis económico que ellos, puntualmente, y dia a dia, describen.
Insisto.
Si no hay nada más importante para el país que Zapatero convoque elecciones, necesitamos un lider que haga todo lo que esté en su mano por echarle, que no tenga miedo al cuerpo a cuerpo, al fracaso, por el bien del país. Y sobre todo que sepa ver más allá de perder o ganar una moción de censura, que sepa o quiera ver que es un mecanismo que el ordenamiento jurídico pone al alcance de la oposición para que los patriotas se queden con la conciencia tranquila. Ahora, y si de verdad fuese un patriota, Rajoy no debería tenerla. En absoluto está haciendo todo lo que podría hacer, sino lo que más le conviene.
No es en absoluto el lider que este país necesita.
Para echarse a llorar.
EL HOMBRE MÁS PELIGROSO DE AMÉRICA
EE UU publica los Papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam
El tiempo pone a Daniel Ellsberg en su sitio... En su momento, y por su cuenta y riesgo, filtró a la prensa los documentos del Pentágono que ahora, cuarenta años después, resultan ciertos.
Hay un estupendo documental al respecto: El hombre más peligroso de américa, que incluyo entero abajo.
La moraleja de la historia de Ellsberg es que la verdad atenta contra los intereses de una nación.
Lo único que defiende a la sociedad de sus enemigos es la integridad moral de sus integrantes y a este respecto Ellsberg es un modelo. Siempre se puede elegir y cuando a uno no le queda otra elección es que no estuvo dispuesto a afrontar los riesgos y el posible coste.
EE UU publica los Papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam
El tiempo pone a Daniel Ellsberg en su sitio... En su momento, y por su cuenta y riesgo, filtró a la prensa los documentos del Pentágono que ahora, cuarenta años después, resultan ciertos.
Hay un estupendo documental al respecto: El hombre más peligroso de américa, que incluyo entero abajo.
La moraleja de la historia de Ellsberg es que la verdad atenta contra los intereses de una nación.
Lo único que defiende a la sociedad de sus enemigos es la integridad moral de sus integrantes y a este respecto Ellsberg es un modelo. Siempre se puede elegir y cuando a uno no le queda otra elección es que no estuvo dispuesto a afrontar los riesgos y el posible coste.
lunes, junio 13, 2011
"Una de las mejores pruebas de que el principio y la finalidad del consumo no son el goce es que hoy el goce es obligado y está institucionalizado, no como derecho o como placer, sino como deber del ciudadano... El consumidor, el ciudadano moderno, no tiene posibilidad de sustraerse a esta obligación de felicidad y de goce, que es el equivalente, en la nueva ética, de la obligación tradicional de trabajar y producir. El hombre moderno pasa cada vez menos parte de su vida en la producción del trabajo y cada vez más en la producción e innovación continua de sus propias necesidades y de su bienestar. Debe ocuparse de movilizar constantemente todas sus posibilidades, todas sus capacidades consumidoras. Si lo olvida, se le recordará amable e instantáneamente que no tiene derecho a no ser feliz. Por lo tanto, no es verdad que sea pasivo: por el contrario, despliega y debe desplegar una actividad continua. Si no correría el riesgo de contentarse con lo que tiene y volverse asocial."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
Con el alcalde electo de Olías del Rey ya hacen tres los alcaldes que en el corto espacio de tiempo de tres días no han tenido el menor reparo en hacer públicas las telarañas de sus cajas municipales. Y todos con un titular en la boca. En este caso, que sólo quedaban 20 euros en efectivo. Y por supuesto todos son alcaldes populares poniendo en tela de juicio la moralidad de la gestión de sus predecesores socialistas.
No obstante, me pregunto cómo estarán las cajas en los municipios populares que conservan el alcalde.
Estaría bien poder conocer el estado de las cuentas de los municipios que mantienen alcalde. La desviación con respecto a la media como siempre sería el dato más relevante tanto para bien como para mal.
Nunca lo sabremos.
El vencedor siempre escribe la historia y los populares no van a desperdiciar la ocasión de hacerlo. y no parece importarles demasiado la alarma que puede causar entre empleados y convecinos sus declaraciones.
Y hay una gran diferencia entre el exabrupto convertido en titular y el discurso tranquilo y controlado. Para empezar, desenmascara la psicología del que opta por la primera opción, la del lobo que grita que viene otro lobo.
Lo repito.
No me gustan las maneras del Partido Popular.
El abismo que separa lo apocalíptico de su discurso sobre la situación del país del astuto cálculo de sus tácticas con respecto al manejo de su propia situación me pone los pelos de punta.
Si se creyesen de verdad lo que dicen tendrían otra actitud.
Y del mismo modo que Zapatero sólo piensa en lo que es mejor para su partido no convocando las elecciones, Rajoy pone por delante las necesidades de su partido negandose a presentar una moción de censura y sentándose a esperar al mismo tiempo que se le llena la boca con palabras que hablan de un tiempo que no hay que perder.
Y el país siempre en segundo lugar.
Lo importante es conseguir el empleo o intentar no perderlo...
No obstante, me pregunto cómo estarán las cajas en los municipios populares que conservan el alcalde.
Estaría bien poder conocer el estado de las cuentas de los municipios que mantienen alcalde. La desviación con respecto a la media como siempre sería el dato más relevante tanto para bien como para mal.
Nunca lo sabremos.
El vencedor siempre escribe la historia y los populares no van a desperdiciar la ocasión de hacerlo. y no parece importarles demasiado la alarma que puede causar entre empleados y convecinos sus declaraciones.
Y hay una gran diferencia entre el exabrupto convertido en titular y el discurso tranquilo y controlado. Para empezar, desenmascara la psicología del que opta por la primera opción, la del lobo que grita que viene otro lobo.
Lo repito.
No me gustan las maneras del Partido Popular.
El abismo que separa lo apocalíptico de su discurso sobre la situación del país del astuto cálculo de sus tácticas con respecto al manejo de su propia situación me pone los pelos de punta.
Si se creyesen de verdad lo que dicen tendrían otra actitud.
Y del mismo modo que Zapatero sólo piensa en lo que es mejor para su partido no convocando las elecciones, Rajoy pone por delante las necesidades de su partido negandose a presentar una moción de censura y sentándose a esperar al mismo tiempo que se le llena la boca con palabras que hablan de un tiempo que no hay que perder.
Y el país siempre en segundo lugar.
Lo importante es conseguir el empleo o intentar no perderlo...
AL OTRO LADO
Hablando sobre esta película, su director, Fatih Akin, confiesa que lo que más le interesa son las relaciones humanas, el modo en que se desarrollan, los conflictos y las resoluciones. Quizá por eso sus historias son siempre entramados narrativos corales en los que los personajes van y vienen, se cruzan sin conocerse, se conocen al cruzarse o se separan.
"Al otro lado" no es una excepción.
En ella, hay dos dramas, dos muertes, dos dolores, dos búsquedas, dos encuentros entremezclándose de una manera brillante.
Por un lado, un jubilado de origen turco, su hijo profesor de universidad y una prostituta a la que el viejo paga para que le haga compañía. Por otro, una refugiada turca, su enamorada alemana y la madre de ésta.
Cada uno de los dos grupos protagonizará una historia de búsqueda y pérdida que Fatih culminará en un emocionante epilogo en el que los pedazos rotos de las historias anteriores encontrarán un modo de continuar, de seguir adelante pasando por encima del dolor que les aflige.
En "Al otro lado" Aikin escenifica el raro espectáculo del perdón y del amor, por encima de todas las circunstancias, como necesidades sin las que no es posible continuar viviendo, soportando el peso del drama de todo lo que ha sucedido.
Solidaridad entre los vivos por el solo hecho de permanecer en este mundo, disfrutando de la vida como homenaje y recuerdo a los que ya no pueden hacerlo.
Y además la historia termina como las mejores historias... junto al mar.
Emocionante y brillante.
Hablando sobre esta película, su director, Fatih Akin, confiesa que lo que más le interesa son las relaciones humanas, el modo en que se desarrollan, los conflictos y las resoluciones. Quizá por eso sus historias son siempre entramados narrativos corales en los que los personajes van y vienen, se cruzan sin conocerse, se conocen al cruzarse o se separan.
"Al otro lado" no es una excepción.
En ella, hay dos dramas, dos muertes, dos dolores, dos búsquedas, dos encuentros entremezclándose de una manera brillante.
Por un lado, un jubilado de origen turco, su hijo profesor de universidad y una prostituta a la que el viejo paga para que le haga compañía. Por otro, una refugiada turca, su enamorada alemana y la madre de ésta.
Cada uno de los dos grupos protagonizará una historia de búsqueda y pérdida que Fatih culminará en un emocionante epilogo en el que los pedazos rotos de las historias anteriores encontrarán un modo de continuar, de seguir adelante pasando por encima del dolor que les aflige.
En "Al otro lado" Aikin escenifica el raro espectáculo del perdón y del amor, por encima de todas las circunstancias, como necesidades sin las que no es posible continuar viviendo, soportando el peso del drama de todo lo que ha sucedido.
Solidaridad entre los vivos por el solo hecho de permanecer en este mundo, disfrutando de la vida como homenaje y recuerdo a los que ya no pueden hacerlo.
Y además la historia termina como las mejores historias... junto al mar.
Emocionante y brillante.
"Ese día corría la voz en el refugio de que Richard Baker, un destacado congresista republicano de Nueva Orleans, le había dicho a un grupo de presión: «Por fin hemos limpiado Nueva Orleans de los pisos de protección oficial. Nosotros no podíamos hacerlo, pero Dios sí». Joseph Canizaro, uno de los constructores más ricos de Nueva Orleans, también había expresado una opinión parecida: «Creo que podemos empezar de nuevo, pasando página. Y en esa página blanca tenemos grandes oportunidades». Durante toda la semana, por el parlamento estatal de Luisiana en Baton Rouge habían desfilado grupos de presión, y gente de toda ralea con influencias y ganas de aprovechar esas grandes oportunidades: menos impuestos, menos regulaciones, trabajadores con salarios más bajos y «una ciudad más pequeña y más segura», lo que en la práctica equivalía a eliminar los proyectos de pisos a precios asequibles y sustituirlos por promociones urbanísticas. Al escuchar frases y expresiones como «empezar de nuevo» y «pasar página», casi se le olvidaba a uno el hedor nocivo de los escombros, las mareas químicas y los restos humanos que se amontonaban a unos pocos kilómetros, en la autopista.
En el refugio, Jamar no podía pensar en otra cosa: «Para mí no tiene nada que ver con limpiar la ciudad. Lo que yo veo es un montón de gente del centro que ha muerto. Personas que no deberían estar muertas».
Hablaba en voz baja, pero un hombre mayor que estaba en la cola, delante de nosotros, le oyó y se dio la vuelta como si le hubieran dado un latigazo: «¿Qué les pasa a esos tipejos de Baton Rouge? Esto no es una oportunidad. Es una maldita tragedia. ¿Están ciegos o qué?»."
(La doctrina del shock. Naomi Klein)
En el refugio, Jamar no podía pensar en otra cosa: «Para mí no tiene nada que ver con limpiar la ciudad. Lo que yo veo es un montón de gente del centro que ha muerto. Personas que no deberían estar muertas».
Hablaba en voz baja, pero un hombre mayor que estaba en la cola, delante de nosotros, le oyó y se dio la vuelta como si le hubieran dado un latigazo: «¿Qué les pasa a esos tipejos de Baton Rouge? Esto no es una oportunidad. Es una maldita tragedia. ¿Están ciegos o qué?»."
(La doctrina del shock. Naomi Klein)
domingo, junio 12, 2011
"¿Comprender los fenómenos y no «salvarlos», es decir, someterlos a una norma que garantizaría su cientificidad? Puede parecer extraño que el desarrollo de la física inspire hoy conclusiones similares a las de un Diderot, por ejemplo, mientras que la física de ayer había llevado a Kant a conclusiones opuestas: el científico no debe «aprender» de la Naturaleza sino dirigirse a ella como un juez que sabe a priori cómo debe responder a qué principios está sujeta."
(Tiempo y eternidad, Ilya Prigogine)
(Tiempo y eternidad, Ilya Prigogine)
GAME OF THRONES
Termino de ver el séptimo episodio y sigo con la misma sensación: "Game of thrones" no termina de llegar.
Y es una pena porque creo que hay mimbres suficientes, pero tengo la impresión de que lo difícil de crear universos narrativos cerrados y virtuales, aun siéndolo, no es definir una geografía, unos personajes, una trama, incluso una manera de hablar. Lo más difícil es crear todo el imaginario de emociones, intereses y pasiones que sustentan todo ese entramado iluminándolo, transfigurándolo, haciéndolo trascender... Y es aquí donde falla "Game of thrones", porque no termino de entender el magnético atractivo que el trono de King's Landing ejerce sobre todos los personajes.
Más bien sucede lo contrario, la pura rutina narrativa que apela a los estereotipos y estilemas del género me lleva a pensar todo lo contrario.
Si hoy es Martes esto es Bélgica. Si pertenezco a una de las grandes familias, tengo que ser aspirante. Es obvio que hay que serlo. No son necesarias las explicaciones.
"Game of thrones" carece de esa esencial espuma narrativa que hace del espectador partícipe de los intereses y preocupaciones de los personajes, que parecen desempeñar un acordado papel dentro de la historia realizando las acciones que de ellos se esperan de una manera precisa, pero rutinaria y mecánica.
Espera que el espectador componga la figura trazando la línea que une los puntos, que construya el sentido en base a lo que se supone que la historia sugiere más que en base a lo que realmente ofrece.
Carece de esa carne y de esa sangre, que huele, que mancha, que salpica, ofreciendo en lugar de épica una poco más que entretenida burocracia de la aventura.
Termino de ver el séptimo episodio y sigo con la misma sensación: "Game of thrones" no termina de llegar.
Y es una pena porque creo que hay mimbres suficientes, pero tengo la impresión de que lo difícil de crear universos narrativos cerrados y virtuales, aun siéndolo, no es definir una geografía, unos personajes, una trama, incluso una manera de hablar. Lo más difícil es crear todo el imaginario de emociones, intereses y pasiones que sustentan todo ese entramado iluminándolo, transfigurándolo, haciéndolo trascender... Y es aquí donde falla "Game of thrones", porque no termino de entender el magnético atractivo que el trono de King's Landing ejerce sobre todos los personajes.
Más bien sucede lo contrario, la pura rutina narrativa que apela a los estereotipos y estilemas del género me lleva a pensar todo lo contrario.
Si hoy es Martes esto es Bélgica. Si pertenezco a una de las grandes familias, tengo que ser aspirante. Es obvio que hay que serlo. No son necesarias las explicaciones.
"Game of thrones" carece de esa esencial espuma narrativa que hace del espectador partícipe de los intereses y preocupaciones de los personajes, que parecen desempeñar un acordado papel dentro de la historia realizando las acciones que de ellos se esperan de una manera precisa, pero rutinaria y mecánica.
Espera que el espectador componga la figura trazando la línea que une los puntos, que construya el sentido en base a lo que se supone que la historia sugiere más que en base a lo que realmente ofrece.
Carece de esa carne y de esa sangre, que huele, que mancha, que salpica, ofreciendo en lugar de épica una poco más que entretenida burocracia de la aventura.
"El aparato productivo, y los bienes y servicios que produce, «venden» o imponen el sistema social como un todo. Los medios de transporte y comunicación de masas, los bienes de vivienda, alimentación y vestuario, el irresistible rendimiento de la industria de las diversiones y de la información, llevan consigo hábitos y actitudes prescritas, ciertas reacciones emocionales e intelectuales que vinculan de forma más o menos agradable los consumidores a los productores y, a través de éstos, a la totalidad. Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad. Y a medida que estos productos útiles son asequibles a más individuos en más clases sociales, el adoctrinamiento que llevan a cabo deja de ser publicidad; se convierten en modo de vida. Es un buen modo de vida —mucho mejor que antes—, y en cuanto tal se opone al cambio cualitativo. Así surge el modelo de pensamiento y conducta unidimensional en el que ideas, aspiraciones y objetivos, que trascienden por su contenido el universo establecido del discurso y la acción, son rechazados o reducidos a los términos de este universo."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
sábado, junio 11, 2011
"De nuevo nos encontramos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir las comodidades, de convertir lo superfluo en necesidad y la destrucción en construcción, el grado en que esta civilización transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del hombre hace cuestionable hasta la noción misma de alienación. La gente se reconoce en sus mercancías; encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa, su equipo de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el control social se ha incrustado en las nuevas necesidades que ha producido."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
viernes, junio 10, 2011
"Bajo el gobierno de una totalidad represiva, la libertad se puede convertir en un poderoso instrumento de dominación... La libre elección de amos no suprime ni a los amos ni a los esclavos. Escoger libremente entre una amplia variedad de bienes y servicios no significa libertad si estos bienes y servicios sostienen controles sociales sobre una vida de esfuerzo y de temor, esto es, si sostienen la alienación. Y la reproducción espontánea, por los individuos, de necesidades súperimpuestas no establece la autonomía; sólo prueba la eficacia de los controles."
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
(El hombre unidimensional. Herbert Marcuse)
"La economía clásica imaginaba los primeros intercambios en forma de trueque. ¿Cómo iba a creer que, en el origen, un modo de adquisición como el intercambio no respondió a la necesidad de adquirir, sino a la necesidad contraria de perder o de derrochar... El potlatch es, como el comercio, un medio de circulación de riqueza, pero excluye el regateo. Frecuentemente, consiste en la donación solemne de riquezas considerables, ofrecidas por un |efe a su rival a fin de humillar, de desafiar, de obligar. El donatario debe borrar la humillación y recoger el desafío: debe cumplir con la obligación contraída al aceptar la donación; no podrá responder, más tarde, más que por un nuevo potlatch, más generoso que el primero: debe devolver con usura."
(La parte maldita. Georges Bataille)
(La parte maldita. Georges Bataille)
"Estos autores no ven que las necesidades no son nada, tomadas una a una, que sólo hay un sistema de necesidades o, más precisamente, que las necesidades no son otra cosa que la forma más avanzada de la sistematización racional de las fuerzas productivas en el nivel individual, donde el «consumo» toma la posta lógica y necesaria de la producción."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
EL TAO DE LA FÍSICA
Publicado en 1975 por el austriaco Fritjof Capra, "El Tao de la física" es un clásico de los libros de divulgación de la física teórica. Pero, y aún siendo relevante, este aspecto no es el más importante de la propuesta que ofrece este libro a su lector...
"El Tao de la física" es el primer libro que inaugura todo un modo de ver esta disciplina, fundamentalmente la nueva física, la basada en el estudio de lo que es mucho más que microscópico.
El aspecto esencial del libro es el brillante y pasmoso paralelismo que Capra muestra entre los planteamientos de la física cuántica y el modo de pensar y entender la vida propio de las filosofías orientales.
Y resulta toda una experiencia comprobar como superpuestos ambos planteamientos coinciden de manera excepcional.
Y parece que desde Los Vedas el hombre ha realizado un largo viaje en su esfuerzo por comprender el mundo, un viaje que Capra descubre le ha llevado al mismo punto de partida, a la percepción del mundo como una estructura en red de eventos interrelacionados, que en absoluto pueden ser entendidos por separado y en el que además es imposible la distinción cartesiana entre el observador y lo observado.
Una visión global y sintética de las cosas que choca con la visión analítica propia del racionalismo occidental que se agota en un incesante e interminable esfuerzo de descomponer la materia en partes, interminables árboles que impiden el acto de intuición que hace posible ver el bosque, comprenderlo, y que comprueba al mismo tiempo que la distinción entre el observador y lo que observa solo es posible a partir de un cierto tamaño de las cosas.
Implicación, intuición... conceptos nada mensurables que convierten el conocimiento en un acto de acto nivel basado en acciones tan naturales y sencillas como el escuchar (no oir) y el ver (no mirar); conceptos que remiten a la colisión contra uno de esos espejos que solo Alicia puede atravesar y que remiten a una parte de la realidad que en absoluto es accesible desde lo racional .
En este libro lo espiritual recupera afortunadamente su lugar como forma fundamental de conocimiento, un lugar que el conocimiento científico convertido en religión en su momento le arrebató.
La energía se convierte en materia, un vacío que no es tal, el entramado energético que subyace tras ese vacío y del cual la matería convertida en infinitisimales quarks brota súbitamente, los comportamientos simétricos de partículas aun separadas en el espacio...
Un territorio fascinante, la última frontera que nos obliga a aceptar como hipótesis la posibilidad de no terminar sabiéndolo todo.
Fascinante.
Publicado en 1975 por el austriaco Fritjof Capra, "El Tao de la física" es un clásico de los libros de divulgación de la física teórica. Pero, y aún siendo relevante, este aspecto no es el más importante de la propuesta que ofrece este libro a su lector...
"El Tao de la física" es el primer libro que inaugura todo un modo de ver esta disciplina, fundamentalmente la nueva física, la basada en el estudio de lo que es mucho más que microscópico.
El aspecto esencial del libro es el brillante y pasmoso paralelismo que Capra muestra entre los planteamientos de la física cuántica y el modo de pensar y entender la vida propio de las filosofías orientales.
Y resulta toda una experiencia comprobar como superpuestos ambos planteamientos coinciden de manera excepcional.
Y parece que desde Los Vedas el hombre ha realizado un largo viaje en su esfuerzo por comprender el mundo, un viaje que Capra descubre le ha llevado al mismo punto de partida, a la percepción del mundo como una estructura en red de eventos interrelacionados, que en absoluto pueden ser entendidos por separado y en el que además es imposible la distinción cartesiana entre el observador y lo observado.
Una visión global y sintética de las cosas que choca con la visión analítica propia del racionalismo occidental que se agota en un incesante e interminable esfuerzo de descomponer la materia en partes, interminables árboles que impiden el acto de intuición que hace posible ver el bosque, comprenderlo, y que comprueba al mismo tiempo que la distinción entre el observador y lo que observa solo es posible a partir de un cierto tamaño de las cosas.
Implicación, intuición... conceptos nada mensurables que convierten el conocimiento en un acto de acto nivel basado en acciones tan naturales y sencillas como el escuchar (no oir) y el ver (no mirar); conceptos que remiten a la colisión contra uno de esos espejos que solo Alicia puede atravesar y que remiten a una parte de la realidad que en absoluto es accesible desde lo racional .
En este libro lo espiritual recupera afortunadamente su lugar como forma fundamental de conocimiento, un lugar que el conocimiento científico convertido en religión en su momento le arrebató.
La energía se convierte en materia, un vacío que no es tal, el entramado energético que subyace tras ese vacío y del cual la matería convertida en infinitisimales quarks brota súbitamente, los comportamientos simétricos de partículas aun separadas en el espacio...
Un territorio fascinante, la última frontera que nos obliga a aceptar como hipótesis la posibilidad de no terminar sabiéndolo todo.
Fascinante.
jueves, junio 09, 2011
Se detiene.
Con esfuerzo se arranca la cabeza de los hombros.
Sin la menor duda la revienta contra el suelo.
Y enseguida se agacha,
arrodillado hurga con paciencia
por entre los sangrientos pedazos
buscando reconocer algunos de esos olvidos
que sentía tan incomprensiblemente ciertos,
como escondidos entre los interminables pliegues de su estar,
siempre marchados un segundo antes de su llegada,
por definición inalcanzables,
habitando las esquivas e intocables sombras
que dejan cada uno de sus parpadeos
sobre la desnuda pared de su sueño.
Con esfuerzo se arranca la cabeza de los hombros.
Sin la menor duda la revienta contra el suelo.
Y enseguida se agacha,
arrodillado hurga con paciencia
por entre los sangrientos pedazos
buscando reconocer algunos de esos olvidos
que sentía tan incomprensiblemente ciertos,
como escondidos entre los interminables pliegues de su estar,
siempre marchados un segundo antes de su llegada,
por definición inalcanzables,
habitando las esquivas e intocables sombras
que dejan cada uno de sus parpadeos
sobre la desnuda pared de su sueño.
martes, junio 07, 2011
"Yo diría que el gobierno está gastando donde no debe gastar y recortando donde no debe recortar. Hay mucha gente que quiere trabajar pero no puede, sobre todo ancianos, como ocurre en la película, que súbitamente se han quedado sin nada y ya no pueden recomenzar. Hay un muy amplio sector de la sociedad en esa situación. El gobierno de Tokio les ha llamado vagos, pero el hecho es que hay mucha gente que no puede trabajar aunque quiera, las empresas no contratan a nadie, y la responsabilidad del sector público es muy grande."
(Masahiro Kobayashi: Entrevista en El Cultural de El Mundo)
(Masahiro Kobayashi: Entrevista en El Cultural de El Mundo)
lunes, junio 06, 2011
UP IN THE AIR
Supongo que lo contrario es "Down to earth"... Ser práctico, ser sensato... actitudes que protagonizan el modo de estar de los personajes que aparecen en esta película de Jason Reitman.
Todo es reflexivo, calculado... o, al menos pretende serlo. Desde el modo de hacer el equipaje a la manera de afrontar los rigores de una vida complicada, que se pasa de avión en avión.
Despista un poco la complicada profesión de su protagonista, Ryan Bingham (George Clooney), que vuela de un lado a otro de los Estados Unidos despidiendo gente, porque lo importante de "Up in the air" es la colisión que esas vidas pretendidamente ordenadas y razonadas tienen con lo inesperado, con el absurdo de una existencia cuyas cualidades, tanto positivas como negativas, van mas allá del esfuerzo de racionalización que sus protagonistas hacen.
"Up in the air" es una película coral, un elaborado retablo de naturaleza humana colisionando una y otra vez con sus contradicciones.
Y el despido que es la razón del estar de Ryan Bingham "up in the air" no es otra cosa que la culminación de todos esos absurdos que hacen las vidas más complicadas, pero también menos previsibles, absurdos en los que el propio Bingham (convertido en prototipica quintaesencia de esa actitud controladora, adulta y racional), termina cayendo hasta el punto de llevarle a un actitud antipódica a la que ha venido manteniendo con respecto al compromiso a lo largo de la película.
Porque la vida siempre sorprende, siempre tiene un punto incontrolable, "up in the air".
Queramos o no siempre termina por ponernos a prueba, tentando la firmeza del equilibrio "down to earth" en el que pretendemos asentarnos.
Y siempre se nos olvida que lo importante es el hecho de estar viajando.
Y que existen otros espacios, otras voces, otros ámbitos, en definitiva, la posibilidad de cambiar.
Interesante.
Supongo que lo contrario es "Down to earth"... Ser práctico, ser sensato... actitudes que protagonizan el modo de estar de los personajes que aparecen en esta película de Jason Reitman.
Todo es reflexivo, calculado... o, al menos pretende serlo. Desde el modo de hacer el equipaje a la manera de afrontar los rigores de una vida complicada, que se pasa de avión en avión.
Despista un poco la complicada profesión de su protagonista, Ryan Bingham (George Clooney), que vuela de un lado a otro de los Estados Unidos despidiendo gente, porque lo importante de "Up in the air" es la colisión que esas vidas pretendidamente ordenadas y razonadas tienen con lo inesperado, con el absurdo de una existencia cuyas cualidades, tanto positivas como negativas, van mas allá del esfuerzo de racionalización que sus protagonistas hacen.
"Up in the air" es una película coral, un elaborado retablo de naturaleza humana colisionando una y otra vez con sus contradicciones.
Y el despido que es la razón del estar de Ryan Bingham "up in the air" no es otra cosa que la culminación de todos esos absurdos que hacen las vidas más complicadas, pero también menos previsibles, absurdos en los que el propio Bingham (convertido en prototipica quintaesencia de esa actitud controladora, adulta y racional), termina cayendo hasta el punto de llevarle a un actitud antipódica a la que ha venido manteniendo con respecto al compromiso a lo largo de la película.
Porque la vida siempre sorprende, siempre tiene un punto incontrolable, "up in the air".
Queramos o no siempre termina por ponernos a prueba, tentando la firmeza del equilibrio "down to earth" en el que pretendemos asentarnos.
Y siempre se nos olvida que lo importante es el hecho de estar viajando.
Y que existen otros espacios, otras voces, otros ámbitos, en definitiva, la posibilidad de cambiar.
Interesante.
domingo, junio 05, 2011
LA LOCURA DEL MERCADO
Escrito en 1995 por Chris Hartman, un marxista de pura cepa, "La locura del mercado" es un libro cuya tesis en absoluto cualquier persona inteligente debería dejar pasar desapercibida... Es más... Ni siquiera hay que ser inteligente, sólo hay que tener la suficiente sensibilidad como para poner la mirada en otros lugares, en otros aspectos de la realidad en que nos encontramos, porque ser de izquierdas siempre fue una cuestión de sensibilidad que Marx intentó hacer científica.
La constante presión hacia la baja de los salarios, la desaparición del concepto del "trabajo de por vida" (aunque las obligaciones económicas con el sistema permanecen inflexibles, centradas en la deuda como elemento de dominación... aún mucho más eficaz cuando todo lo demás, lo que permite pagarla, es mucho menos permanente), los increíbles niveles de pobreza en el mejor momento de capacidad productiva y tecnológica de la humanidad... y muchas más preguntas que están ahí, para ser retomadas, e intentar ser respondidas, aparecen en este libro de Hartman que por otro lado, resulta vigente pareciendo estar escrito para dar cumplida cuenta de las dos crisis que el sistema capitalista ha vivido desde entonces: la de 1997 y la actual.
Porque al final se trata de una cuestión de sensibilidad:
"En los Estados Unidos, "expertos" muy bien pagados quieren que se acaben las ayudas y los subsidios para aligerar la carga que los ricos soportan manteniendo vivos a los pobres"
Y hay dos sensibilidades... la del hombre/mujer fuerte de la derecha siempre se ha querido salvar solo, dejando atrás a los débiles, y la del hombre/mujer fuerte de la izquierda, que no concibe una salvación que no sea colectiva, que esencialmente es altruista, porque hay una cosa que es cierta:
"La pobreza y la enfermedad, el hambre y el sufrimiento, la desesperanza y la desesperación no son, evidentemente, nada nuevo en la sociedad humana. Han existido durante la mayor parte de la historia conocida. Pero la miseria del mundo actual es diferente, ya que coexiste con una riqueza capaz de desterrar la pobreza para siempre."
Y también es cierto que en la verdadera izquierda hay una superioridad moral sobre la derecha, la que nace de anteponer la preocupación por el destino general de "los otros" a la absorbente preocupación por el destino de uno mismo.
Y no es mucho menos cierto que...
"Nos enfrentamos a un gran acertijo para el que ninguno de los grandes partidos políticos tiene respuesta. Se produce más riqueza que en cualquier otro momento de la historia. Hay invenciones que pueden incrementar la producción de todo tipo de cosas, incluyendo los alimentos básicos que les son negados a generaciones enteras. Los seres humanos pueden conquistar el espacio exterior y explorar los océanos. Pueden utilizar máquinas increíbles o mandar información de una parte del mundo a otra en una fracción de segundo. Sin embargo, conseguir llevar una vida decente cada vez es más difícil. La gente, en lugar de esperar vivir en condiciones más prósperas y cómodas, muchas veces vive con el miedo a que la situación empeore. La pobreza, en lugar de desaparecer, crece."
Y en absoluto es cierto que el pensamiento de Marx esté muerto... aunque quizá sea verdad que a los mercados no les importaría matarnos para tener tres piscinas en lugar de dos.
Escrito en 1995 por Chris Hartman, un marxista de pura cepa, "La locura del mercado" es un libro cuya tesis en absoluto cualquier persona inteligente debería dejar pasar desapercibida... Es más... Ni siquiera hay que ser inteligente, sólo hay que tener la suficiente sensibilidad como para poner la mirada en otros lugares, en otros aspectos de la realidad en que nos encontramos, porque ser de izquierdas siempre fue una cuestión de sensibilidad que Marx intentó hacer científica.
La constante presión hacia la baja de los salarios, la desaparición del concepto del "trabajo de por vida" (aunque las obligaciones económicas con el sistema permanecen inflexibles, centradas en la deuda como elemento de dominación... aún mucho más eficaz cuando todo lo demás, lo que permite pagarla, es mucho menos permanente), los increíbles niveles de pobreza en el mejor momento de capacidad productiva y tecnológica de la humanidad... y muchas más preguntas que están ahí, para ser retomadas, e intentar ser respondidas, aparecen en este libro de Hartman que por otro lado, resulta vigente pareciendo estar escrito para dar cumplida cuenta de las dos crisis que el sistema capitalista ha vivido desde entonces: la de 1997 y la actual.
Porque al final se trata de una cuestión de sensibilidad:
"En los Estados Unidos, "expertos" muy bien pagados quieren que se acaben las ayudas y los subsidios para aligerar la carga que los ricos soportan manteniendo vivos a los pobres"
Y hay dos sensibilidades... la del hombre/mujer fuerte de la derecha siempre se ha querido salvar solo, dejando atrás a los débiles, y la del hombre/mujer fuerte de la izquierda, que no concibe una salvación que no sea colectiva, que esencialmente es altruista, porque hay una cosa que es cierta:
"La pobreza y la enfermedad, el hambre y el sufrimiento, la desesperanza y la desesperación no son, evidentemente, nada nuevo en la sociedad humana. Han existido durante la mayor parte de la historia conocida. Pero la miseria del mundo actual es diferente, ya que coexiste con una riqueza capaz de desterrar la pobreza para siempre."
Y también es cierto que en la verdadera izquierda hay una superioridad moral sobre la derecha, la que nace de anteponer la preocupación por el destino general de "los otros" a la absorbente preocupación por el destino de uno mismo.
Y no es mucho menos cierto que...
"Nos enfrentamos a un gran acertijo para el que ninguno de los grandes partidos políticos tiene respuesta. Se produce más riqueza que en cualquier otro momento de la historia. Hay invenciones que pueden incrementar la producción de todo tipo de cosas, incluyendo los alimentos básicos que les son negados a generaciones enteras. Los seres humanos pueden conquistar el espacio exterior y explorar los océanos. Pueden utilizar máquinas increíbles o mandar información de una parte del mundo a otra en una fracción de segundo. Sin embargo, conseguir llevar una vida decente cada vez es más difícil. La gente, en lugar de esperar vivir en condiciones más prósperas y cómodas, muchas veces vive con el miedo a que la situación empeore. La pobreza, en lugar de desaparecer, crece."
Y en absoluto es cierto que el pensamiento de Marx esté muerto... aunque quizá sea verdad que a los mercados no les importaría matarnos para tener tres piscinas en lugar de dos.
1
"Para Sahlins, quienes conocían la verdadera abundancia, a pesar de su absoluta «pobreza», eran los cazadores recolectores (las tribus nómadas primitivas de Australia, del Kalahari, etc.). Los primitivos no poseen nada propio, no están obsesionados por sus objetos, que van descartando para desplazarse más cómodamente. No hay entre ellos ningún aparato de producción ni de «trabajo»: cazan y recolectan «con tranquilidad», podríamos decir, y comparten todo entre sí. La prodigalidad es total: consumen todo de entrada, sin cálculo económico y sin almacenar. El cazador recolector no tiene nada del homo economicus de invención burguesa. Desconoce los fundamentos de la economía política. Ni siquiera se acerca a los límites de las energías humanas, de los recursos naturales y de las posibilidades efectivas. Duerme mucho. Confía —y esto es lo que marca su sistema económico— en la riqueza de los recursos naturales, mientras que nuestro sistema está marcado (y, con el perfeccionamiento técnico, cada vez lo está más) por la desesperación ante la insuficiencia de los medios humanos, por una angustia radical y catastrófica que es el efecto profundo de la economía de mercado y de la competencia generalizada. La «imprevisión» y la «prodigalidad» colectivas, características de las sociedades primitivas, son el signo de la abundancia real."
2
"Pero la pobreza no consiste, dice Sahlins, ni en una pequeña cantidad de bienes ni simplemente en una relación entre fines y medios: la pobreza es sobre todo una relación entre los hombres. Lo que funda la «confianza» de los primitivos y lo que hace que vivan la abundancia aun pasando hambre es, finalmente, la transparencia y la reciprocidad de las relaciones sociales... En la economía del don y del intercambio simbólico, una cantidad escasa y siempre finita de bienes basta para crear la riqueza general, pues esos pocos bienes pasan constantemente de unos a otros. La riqueza no se basa en los bienes, sino en el intercambio concreto entre las personas, por lo tanto, es ilimitada, ya que el ciclo del intercambio no tiene fin, aunque se dé entre un número limitado de individuos, pues cada momento del ciclo de intercambio agrega valor al objeto intercambiado."
3
"Por todo lo dicho, no es paradójico sostener que en nuestras sociedades «afluentes», la abundancia se ha perdido y que no podrá recobrarse aumentando al infinito la productividad ni liberando nuevas fuerzas productivas. Puesto que la definición estructural de la abundancia
y de la riqueza está en la organización social, únicamente podría reinstaurarla una revolución de la organización social y de las relaciones sociales. ¿Retornaremos algún día, más allá de la economía de mercado, a la prodigalidad? En lugar de la prodigalidad, tenemos el «consumo», el consumo forzado a perpetuidad, hermano gemelo de la escasez. La lógica social dio a conocer a los primitivos la «primera» (y única) sociedad de abundancia. Nuestra lógica social nos condena a una carestía lujosa y espectacular."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
Brillante planteamiento... La riqueza o la pobreza no están en función de las cosas, de su número, sino de las personas, de su actitud... Y la sociedad de la prodigalidad como objetivo frente a la sociedad de consumo como realidad.
"Para Sahlins, quienes conocían la verdadera abundancia, a pesar de su absoluta «pobreza», eran los cazadores recolectores (las tribus nómadas primitivas de Australia, del Kalahari, etc.). Los primitivos no poseen nada propio, no están obsesionados por sus objetos, que van descartando para desplazarse más cómodamente. No hay entre ellos ningún aparato de producción ni de «trabajo»: cazan y recolectan «con tranquilidad», podríamos decir, y comparten todo entre sí. La prodigalidad es total: consumen todo de entrada, sin cálculo económico y sin almacenar. El cazador recolector no tiene nada del homo economicus de invención burguesa. Desconoce los fundamentos de la economía política. Ni siquiera se acerca a los límites de las energías humanas, de los recursos naturales y de las posibilidades efectivas. Duerme mucho. Confía —y esto es lo que marca su sistema económico— en la riqueza de los recursos naturales, mientras que nuestro sistema está marcado (y, con el perfeccionamiento técnico, cada vez lo está más) por la desesperación ante la insuficiencia de los medios humanos, por una angustia radical y catastrófica que es el efecto profundo de la economía de mercado y de la competencia generalizada. La «imprevisión» y la «prodigalidad» colectivas, características de las sociedades primitivas, son el signo de la abundancia real."
2
"Pero la pobreza no consiste, dice Sahlins, ni en una pequeña cantidad de bienes ni simplemente en una relación entre fines y medios: la pobreza es sobre todo una relación entre los hombres. Lo que funda la «confianza» de los primitivos y lo que hace que vivan la abundancia aun pasando hambre es, finalmente, la transparencia y la reciprocidad de las relaciones sociales... En la economía del don y del intercambio simbólico, una cantidad escasa y siempre finita de bienes basta para crear la riqueza general, pues esos pocos bienes pasan constantemente de unos a otros. La riqueza no se basa en los bienes, sino en el intercambio concreto entre las personas, por lo tanto, es ilimitada, ya que el ciclo del intercambio no tiene fin, aunque se dé entre un número limitado de individuos, pues cada momento del ciclo de intercambio agrega valor al objeto intercambiado."
3
"Por todo lo dicho, no es paradójico sostener que en nuestras sociedades «afluentes», la abundancia se ha perdido y que no podrá recobrarse aumentando al infinito la productividad ni liberando nuevas fuerzas productivas. Puesto que la definición estructural de la abundancia
y de la riqueza está en la organización social, únicamente podría reinstaurarla una revolución de la organización social y de las relaciones sociales. ¿Retornaremos algún día, más allá de la economía de mercado, a la prodigalidad? En lugar de la prodigalidad, tenemos el «consumo», el consumo forzado a perpetuidad, hermano gemelo de la escasez. La lógica social dio a conocer a los primitivos la «primera» (y única) sociedad de abundancia. Nuestra lógica social nos condena a una carestía lujosa y espectacular."
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
Brillante planteamiento... La riqueza o la pobreza no están en función de las cosas, de su número, sino de las personas, de su actitud... Y la sociedad de la prodigalidad como objetivo frente a la sociedad de consumo como realidad.
sábado, junio 04, 2011
THEY ALL LAUGHED
Tuvo su momento Peter Bogdanovich.
Ahora quizá es más conocido por interpretar al terapeuta de la terapeuta de Tony Soprano, pero Bogdanovich tuvo su momento, a finales de la década de los sesentas y principios de la década de los setentas del siglo pasado, formando parte de esa "nouvelle vague" americana de directores enamorados de las películas como Francis Ford Coppola.
Desde un punto de vista real "They all laughed" es la joya de la corona de los sonoros fracasos que el director acumuló a finales de los setentas y principios de los ochentas y que acabaron con su carrera como director importante, muchas de estas películas como "Saint Jack" son obras a recuperar, pero lo cierto es que el cine no solo es arte, también es un negocio, y Bogdanovich ya estaba marcado como perdedor por la industria, encontrando grandes dificultades para poner en marcha los proyectos y, posteriormente, distribuirlos. Recuerdo que "Saint Jack" llegó a Madrid directamente a los circuitos de reestreno en que los cines de barrio se habían reciclado y, siendo una más que estimable película, pasó completamente desapercibida... incluso para mi, en su momento.
"They all laughed" además supuso un gran desastre personal para Bogdanovich puesto que durante el rodaje la rubia Dorothy Stratten y Bogdanovich comenzaron una relación violentamente terminada por la muerte de Stratten a manos de su expareja, aspecto que también lastró el posible éxito comercial de la película....
En cualquier caso, "They all laughed" es una de esas películas que ganan con el tiempo y que resultan más hermosas conforme la mirada que las mira va envejeciendo, una melancólica y ligera visita a la emoción del amor y todas las emociones que orbitan a su alrededor, como la canción de Cole Porte que la da titulo y que el personaje que interpreta su protagonista, magníficamente interpretado por Ben Gazzara, parece escuchar constantemente en su cabeza.
Tres detectives vigilarán a dos mujeres presuntamente infieles, interpretadas por Audrey Hepburn y Dorothy Stratten por una Nueva York magníficamente fotografiada por Robby Müller, con esa capacidad suya para crear imágenes nítidas y profundas, que tan peculiar sello ha dado al cine del alemán Wim Wenders. En esa persecución, pura mirada que se esconde, dos de ellos acabarán enamorándose del objeto de su insistente mirar.
Lo he leído en Internet, y creo que es cierto, "They all laughed" conserva algo del espíritu entre intrascendente y deportivo con el que "La ronde" de Ophüls se enfrenta al deseo y al amor.
Durante la película, la amplia galería de personajes que la pueblan pasarán de una relación a otra, de la compañía a la soledad y viceversa, minimizando el peso de aquello que dejan atrás y centrándose en lo nuevo que la vida les ofrece, encogiéndose de hombros, encajando el fracaso con deportividad y continuando, entendiendo que todo parte del juego.
"It's all in the game", dice siempre que las circunstancias se lo permiten el inolvidable Omar Little en "The wire".
En definitiva, "They all laughed", como gran parte del cine del "marcado" Bogdanovich, es una película a recuperar.
Ni siquiera tiene trailer.
Tuvo su momento Peter Bogdanovich.
Ahora quizá es más conocido por interpretar al terapeuta de la terapeuta de Tony Soprano, pero Bogdanovich tuvo su momento, a finales de la década de los sesentas y principios de la década de los setentas del siglo pasado, formando parte de esa "nouvelle vague" americana de directores enamorados de las películas como Francis Ford Coppola.
Desde un punto de vista real "They all laughed" es la joya de la corona de los sonoros fracasos que el director acumuló a finales de los setentas y principios de los ochentas y que acabaron con su carrera como director importante, muchas de estas películas como "Saint Jack" son obras a recuperar, pero lo cierto es que el cine no solo es arte, también es un negocio, y Bogdanovich ya estaba marcado como perdedor por la industria, encontrando grandes dificultades para poner en marcha los proyectos y, posteriormente, distribuirlos. Recuerdo que "Saint Jack" llegó a Madrid directamente a los circuitos de reestreno en que los cines de barrio se habían reciclado y, siendo una más que estimable película, pasó completamente desapercibida... incluso para mi, en su momento.
"They all laughed" además supuso un gran desastre personal para Bogdanovich puesto que durante el rodaje la rubia Dorothy Stratten y Bogdanovich comenzaron una relación violentamente terminada por la muerte de Stratten a manos de su expareja, aspecto que también lastró el posible éxito comercial de la película....
En cualquier caso, "They all laughed" es una de esas películas que ganan con el tiempo y que resultan más hermosas conforme la mirada que las mira va envejeciendo, una melancólica y ligera visita a la emoción del amor y todas las emociones que orbitan a su alrededor, como la canción de Cole Porte que la da titulo y que el personaje que interpreta su protagonista, magníficamente interpretado por Ben Gazzara, parece escuchar constantemente en su cabeza.
Tres detectives vigilarán a dos mujeres presuntamente infieles, interpretadas por Audrey Hepburn y Dorothy Stratten por una Nueva York magníficamente fotografiada por Robby Müller, con esa capacidad suya para crear imágenes nítidas y profundas, que tan peculiar sello ha dado al cine del alemán Wim Wenders. En esa persecución, pura mirada que se esconde, dos de ellos acabarán enamorándose del objeto de su insistente mirar.
Lo he leído en Internet, y creo que es cierto, "They all laughed" conserva algo del espíritu entre intrascendente y deportivo con el que "La ronde" de Ophüls se enfrenta al deseo y al amor.
Durante la película, la amplia galería de personajes que la pueblan pasarán de una relación a otra, de la compañía a la soledad y viceversa, minimizando el peso de aquello que dejan atrás y centrándose en lo nuevo que la vida les ofrece, encogiéndose de hombros, encajando el fracaso con deportividad y continuando, entendiendo que todo parte del juego.
"It's all in the game", dice siempre que las circunstancias se lo permiten el inolvidable Omar Little en "The wire".
En definitiva, "They all laughed", como gran parte del cine del "marcado" Bogdanovich, es una película a recuperar.
Ni siquiera tiene trailer.
viernes, junio 03, 2011
jueves, junio 02, 2011
Si la situación es tan insostenible, no entiendo por qué la oposición no lleva hasta el extremo aquellas opciones que el ordenamiento jurídico pone en sus manos... O sea, moción de censura, aunque se pierda.
No presentar la moción sitúa el discurso apocalíptico en la mesa de poker de las estretagias políticas como una más entre ellas.
La culpa no es sólo de Zapatero.
La oposición espera tranquilamente a ver el cadáver de su enemigo pasar.
El país necesita un líder de verdad, no sólo de palabra, sino de acto y el mayor acto de valor es la moción de censura.
Perderla, como mínimo, obligará a todos los demás partidos a tomar posición a un lado o a otro, les hará esclavos de sus actos. Pondrá de manifiesto de nuevo la distancia de los políticos con respecto a la realidad del país, con respecto a sus necesidades.
No me creo a esta oposición que juega a caballo ganador y que espera llegar al poder subidos en la sillita de la reina mientras, como ellos dicen, el país se desangra.
Rajoy es más de lo mismo.
Más listo que Zapatero, seguro, pero más de lo mismo.
Intuyo cálculo tras un discurso apocalíptico, que al mismo tiempo apela a la responsabilidad y no me gusta.
Y continuando con ese discurso que apela a la responsabilidad me pregunto cuál es la principal responsabilidad de un lider de la oposición cuyo partido ha arrasado en unas elecciones locales y autonómicas en una situación tan crítica como ésta.
Y creo que implica algo más que sentarse a esperar.
Pero muchos doctores tiene la iglesia, especialmente muchos de esos que son capaces de diagnosticar la muerte en un cadáver.
SACRIFICIO
Es una opción complicada la apuesta por la lentitud y la reflexión que caracteriza al cine del ruso Andrei Tarkovski. Completamente es la forma que de forma simétrica se corresponde con un fondo, el radical cuestionamiento a cuyo rigor, y desde el papel y la cámara, el cineasta ruso somete al mundo que le rodeó.
Filmado o escrito, Tarkovski reivindica una mayor espiritualidad en las personas y en la relación que éstas mantienen entre si y con el mundo que les rodea, una espiritualidad laica de raíces cristianas cuyo único propósito es cambiar la dirección de la búsqueda de sentido del sí mismo hacia los demás.
Ese ser humano perdido, alejado de lo más esencial de sí mismo, en la época de mayor abundancia material que el ser humano a conocido, sólo puede encontrar su verdadero sentido en la generosa y total entrega a los demás. Ese yo que constantemente se busca a sí mismo, que espera encontrarse en alguna parte de su interior es un ser perdido.
Escéptico, cínico, con la capacidad para la utopía violentamente amputada por el traumático y fracasado transcurso del siglo XX, incitado por las necesidades sistémicas del siempre salvaje capitalismo ahora oculto bajo la amable máscara de la sociedad del bienestar y del consumo, el ser humano ha optado por un camino que no tiene final, optando por el egoísmo del ser.
Tarkovski entiende que gran parte de la creciente insatisfacción ontológica viene de la elección de un camino equivocado, que sólo sirve a las necesidades del sistema pero no a las del individuo, haciéndole renunciar al espíritu de la comunidad, a la subordinación del individuo a un colectivo que le respeta y proteje, convirtiendo a la sociedad en una sucesión de compartimientos estancos ocupados por individuos preocupados en una equívoca y siempre decepcionante actividad de ser en una soledad casi siempre acompañada.
En su última película, Tarkovski lleva sus ideas hasta el extremo en un cuento hermoso sobre un hombre bueno cuya bondad le lleva al mayor de los sacrificios. Alexander, el protagonista de "Sacrificio" es un héroe que lo dará todo a cambio de la posibilidad de volver atrás en el tiempo salvando así del desastre a aquellos que más quiere.
Un revolucionario que pone el bienestar de los otros por delante del suyo propio, porque la próxima revolución deberá suceder en el interior de las personas antes de salir a las calles.
No en vano dedica con esperanza su última obra a su hijo, siendo consciente de lo irremediable de su enfermedad pero también de la importancia para las futuras generaciones que quieran detenerse a escucharle de las imágenes y palabra que lega.
Hermosa y cierta.
Es una opción complicada la apuesta por la lentitud y la reflexión que caracteriza al cine del ruso Andrei Tarkovski. Completamente es la forma que de forma simétrica se corresponde con un fondo, el radical cuestionamiento a cuyo rigor, y desde el papel y la cámara, el cineasta ruso somete al mundo que le rodeó.
Filmado o escrito, Tarkovski reivindica una mayor espiritualidad en las personas y en la relación que éstas mantienen entre si y con el mundo que les rodea, una espiritualidad laica de raíces cristianas cuyo único propósito es cambiar la dirección de la búsqueda de sentido del sí mismo hacia los demás.
Ese ser humano perdido, alejado de lo más esencial de sí mismo, en la época de mayor abundancia material que el ser humano a conocido, sólo puede encontrar su verdadero sentido en la generosa y total entrega a los demás. Ese yo que constantemente se busca a sí mismo, que espera encontrarse en alguna parte de su interior es un ser perdido.
Escéptico, cínico, con la capacidad para la utopía violentamente amputada por el traumático y fracasado transcurso del siglo XX, incitado por las necesidades sistémicas del siempre salvaje capitalismo ahora oculto bajo la amable máscara de la sociedad del bienestar y del consumo, el ser humano ha optado por un camino que no tiene final, optando por el egoísmo del ser.
Tarkovski entiende que gran parte de la creciente insatisfacción ontológica viene de la elección de un camino equivocado, que sólo sirve a las necesidades del sistema pero no a las del individuo, haciéndole renunciar al espíritu de la comunidad, a la subordinación del individuo a un colectivo que le respeta y proteje, convirtiendo a la sociedad en una sucesión de compartimientos estancos ocupados por individuos preocupados en una equívoca y siempre decepcionante actividad de ser en una soledad casi siempre acompañada.
En su última película, Tarkovski lleva sus ideas hasta el extremo en un cuento hermoso sobre un hombre bueno cuya bondad le lleva al mayor de los sacrificios. Alexander, el protagonista de "Sacrificio" es un héroe que lo dará todo a cambio de la posibilidad de volver atrás en el tiempo salvando así del desastre a aquellos que más quiere.
Un revolucionario que pone el bienestar de los otros por delante del suyo propio, porque la próxima revolución deberá suceder en el interior de las personas antes de salir a las calles.
No en vano dedica con esperanza su última obra a su hijo, siendo consciente de lo irremediable de su enfermedad pero también de la importancia para las futuras generaciones que quieran detenerse a escucharle de las imágenes y palabra que lega.
Hermosa y cierta.
miércoles, junio 01, 2011
domingo, mayo 29, 2011
XAVI
De nuevo se repite la historia.
El Barcelona asombra al mundo, vuelve a demostrar que es el mejor equipo de la historia del fútbol y vuelve a no existir sitio suficiente para Xavi Hernández en la parte más alta de los titulares.
Probablemente porque el fútbol de Xavi está del lado de las causas, generando constantemente las condiciones para que brillen los efectos, desencadenando el fogonazo de los fotógrafos.
Seguramente porque, y por el modo en que estamos hechos para percibir el mundo, se nos da mejor darnos cuenta de los efectos que de las causas, que siempre permanecen ocultas en la sombra del resplandor que genera aquello que sucede.
Pero no hay lugar para Xavi en las primeras frases, en las primeras palabras que hablan de la victoria... y sin embargo nada de lo que ha sucedido podría haber sido sin la participación de su inigualable sentido del futbol, del timing, del pase, de la pausa, del posicionamiento global de sus compañeros, del sentido del juego, de su evolución en cada jugada... Como cuando hay un buen trabajo de arquitectura web, éste no se nota cuando existe.Sólo cuando falta. Y eso es lo que sucederá con Xavi Hernández. Porque, para mi, el gran reto del mejor equipo de la historia será reemplazar a Xavi cuando el tiempo haga su natural trabajo. No se si el Barcelona seguirá ganando, pero seguro jugará de otra forma y en absoluto lo hará igual de bien.
Será entonces cuando nos acordemos de ese Balón de Oro que no le hemos dado.
En cualquier caso, y desde aquí, Xavi Hernández tiene todo mi respeto. Es el mejor jugador del mejor equipo de fútbol de la historia... con diferencia.
Verle jugar es escuchar los latidos del corazón del fútbol.
De nuevo se repite la historia.
El Barcelona asombra al mundo, vuelve a demostrar que es el mejor equipo de la historia del fútbol y vuelve a no existir sitio suficiente para Xavi Hernández en la parte más alta de los titulares.
Probablemente porque el fútbol de Xavi está del lado de las causas, generando constantemente las condiciones para que brillen los efectos, desencadenando el fogonazo de los fotógrafos.
Seguramente porque, y por el modo en que estamos hechos para percibir el mundo, se nos da mejor darnos cuenta de los efectos que de las causas, que siempre permanecen ocultas en la sombra del resplandor que genera aquello que sucede.
Pero no hay lugar para Xavi en las primeras frases, en las primeras palabras que hablan de la victoria... y sin embargo nada de lo que ha sucedido podría haber sido sin la participación de su inigualable sentido del futbol, del timing, del pase, de la pausa, del posicionamiento global de sus compañeros, del sentido del juego, de su evolución en cada jugada... Como cuando hay un buen trabajo de arquitectura web, éste no se nota cuando existe.Sólo cuando falta. Y eso es lo que sucederá con Xavi Hernández. Porque, para mi, el gran reto del mejor equipo de la historia será reemplazar a Xavi cuando el tiempo haga su natural trabajo. No se si el Barcelona seguirá ganando, pero seguro jugará de otra forma y en absoluto lo hará igual de bien.
Será entonces cuando nos acordemos de ese Balón de Oro que no le hemos dado.
En cualquier caso, y desde aquí, Xavi Hernández tiene todo mi respeto. Es el mejor jugador del mejor equipo de fútbol de la historia... con diferencia.
Verle jugar es escuchar los latidos del corazón del fútbol.
ASAMBLEA
No sólo fue un acto social, de la persona hacia fuera, sino psicológico, de la persona hacia dentro.
La asamblea puso a prueba la paciencia del yo producto de la sociedad de consumo. Había que esperar, había que escuchar a todos en sus correspondientes turnos de palabra y pasaba el tiempo sin que la asamblea resolviese. Y crecía la impaciencia.
Había prisa, necesidad de consumir puntos del orden del día como se consumen objetos en los estantes del supermercado. En absoluto se gestionaba lo emocional del momento, su novedad, la necesidad de conocernos todos porque en el fondo era como una primera cita. Era necesario primero resolver lo comunitario, lo solidario antes de resolver lo institucional, lo orgánico.
Se olvidaba que ya era importante estar allí, poder tomar la palabra entre iguales con la seguridad de ser escuchados, que casi tan importante como resolver tomando decisiones era empezar a constituirse en comunidad y ese sentimiento de comunidad implica empezar a ver al otro de otra manera, de una manera más abierta porque el sistema siempre nos ha querido divididos, preocupados y ocupados en las necesidades y miedos de cada uno.
Lo verdaderamente revolucionario está ahí.
Ojalá se consigan cosas más puntuales, ojalá se consiga cambiar la ley electoral, pero lo más importante, para mi gusto, es recuperar el sentimiento de comunidad, la solidaridad de clase, el único poder con el que contamos los que con nuestra casi nada tenemos que pagar esa parte del todo que los poderosos han perdido en su afán de tener más y más: dos piscinas en vez de una, tres casas en vez de dos.
Por eso tenemos que reunirnos tantas veces como haga falta, sin prisa, buscando ese cambio espiritual, de mirada y actitud... y de paso decidir cosas más concretas cuando todos estemos de acuerdo, porque antes de saber qué hacer, lo que quieres, tienes que saber quién eres.
Como bien dice Alejo Carpentier... "Los mundos nuevos debe ser vividos antes de ser explicados".
No sólo fue un acto social, de la persona hacia fuera, sino psicológico, de la persona hacia dentro.
La asamblea puso a prueba la paciencia del yo producto de la sociedad de consumo. Había que esperar, había que escuchar a todos en sus correspondientes turnos de palabra y pasaba el tiempo sin que la asamblea resolviese. Y crecía la impaciencia.
Había prisa, necesidad de consumir puntos del orden del día como se consumen objetos en los estantes del supermercado. En absoluto se gestionaba lo emocional del momento, su novedad, la necesidad de conocernos todos porque en el fondo era como una primera cita. Era necesario primero resolver lo comunitario, lo solidario antes de resolver lo institucional, lo orgánico.
Se olvidaba que ya era importante estar allí, poder tomar la palabra entre iguales con la seguridad de ser escuchados, que casi tan importante como resolver tomando decisiones era empezar a constituirse en comunidad y ese sentimiento de comunidad implica empezar a ver al otro de otra manera, de una manera más abierta porque el sistema siempre nos ha querido divididos, preocupados y ocupados en las necesidades y miedos de cada uno.
Lo verdaderamente revolucionario está ahí.
Ojalá se consigan cosas más puntuales, ojalá se consiga cambiar la ley electoral, pero lo más importante, para mi gusto, es recuperar el sentimiento de comunidad, la solidaridad de clase, el único poder con el que contamos los que con nuestra casi nada tenemos que pagar esa parte del todo que los poderosos han perdido en su afán de tener más y más: dos piscinas en vez de una, tres casas en vez de dos.
Por eso tenemos que reunirnos tantas veces como haga falta, sin prisa, buscando ese cambio espiritual, de mirada y actitud... y de paso decidir cosas más concretas cuando todos estemos de acuerdo, porque antes de saber qué hacer, lo que quieres, tienes que saber quién eres.
Como bien dice Alejo Carpentier... "Los mundos nuevos debe ser vividos antes de ser explicados".
sábado, mayo 28, 2011
LA RONDE
Dirigida en 1950 por el alemán Max Ophüls, "La Ronde" es una de las grandes películas del cine francés de mediados del siglo XX.
Con un planteamiento cuando menos curioso y en el que la moral tiene bastante poco que decir, "La ronde" nos cuenta diez historias centradas en el amor, el deseo y las relaciones entre hombres y mujeres en la Viena de principios de siglo XX.
Un maestro de ceremonias, magnificamente interpretado por el olvidado Anton Walbrook, que ocupa un lugra intermedio entre la realidad espía del espectador y la ficción espiada de los personajes conduce a ambos a lo largo de un viaje en el que uno de los protagonistas de cada pequeño episodio permanece en el posterior generando una fascinante hilazón en el que el sentimiento del personaje que permanece es puesto a prueba por una nueva tentación.
Militares, criadas, mujeres casadas, cortesanas, condes, maridos aburridos... Todo el paisaje de la "belle epoque" centro europea sucede ante los ojos del espectador en un espectáculo inteligente y exquisito, rebosante de pasión pero también de una instrascendencia que convierte las calles de Viena en el escenario de un juego en el que nadie parece interesado en ganar o perder, sino en vivir las cosas tal y como suceden, en el momento en que lo hacen... porque lo importante es tener la oportunidad de participar.
Brillante.
viernes, mayo 27, 2011
Apenas siente las primeras gotas de lluvia.
Aún es necesario que siga lloviendo un poco más para que, como llameantes azucarillos, el agua disuelva las ideas que le prenden en la cabeza.
Unos minutos más para que nada interfiera entre su ser y la realidad que se derrama sobre su estar.
Allá, en el cielo gris, una afilada bandada de pájaros avanza trabajosamente contra el viento.
Ya no piensa en nada.
Descansa.
Sólo mira.
El agua parece haber disuelto todas las metáforas que se interponían entre ese hecho y su mera contemplación.
Parece que todavía están en el mismo sitio.
Intenta imaginar ese titánico esfuerzo por imponerse a las circunstancias.
A su espalda, el coche espera impaciente.
La puerta continúa abierta.
El motor sigue en marcha.
Permanecen pendientes.
Han dejado de existir.
La lluvia y los pájaros están primero.
Aún es necesario que siga lloviendo un poco más para que, como llameantes azucarillos, el agua disuelva las ideas que le prenden en la cabeza.
Unos minutos más para que nada interfiera entre su ser y la realidad que se derrama sobre su estar.
Allá, en el cielo gris, una afilada bandada de pájaros avanza trabajosamente contra el viento.
Ya no piensa en nada.
Descansa.
Sólo mira.
El agua parece haber disuelto todas las metáforas que se interponían entre ese hecho y su mera contemplación.
Parece que todavía están en el mismo sitio.
Intenta imaginar ese titánico esfuerzo por imponerse a las circunstancias.
A su espalda, el coche espera impaciente.
La puerta continúa abierta.
El motor sigue en marcha.
Permanecen pendientes.
Han dejado de existir.
La lluvia y los pájaros están primero.
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