martes, febrero 03, 2009

Sus ojos se abren al nuevo dia
y por unos instantes la realidad incontestable del sueño 
permanece indeleble con su confuso y chocante sentido.
Luego, muy pronto, se desvanece
por entre el pequeño espacio que separa a dos parpadeos.
Le resulta imposible recordar el cuándo,
pero también el qué.
Sólo persiste la vaga sensación de haber estado allí.
DRUMS N' DIZZY

ESPEJO DE LLUVIA



lunes, febrero 02, 2009












IL SORPASSO

Siempre ha sido una de mis películas favoritas.

Dirigida por Dino Risi, que escribió también el guión "a pachas" con Ettore Scola, "Il sorpasso" es un tremendo chiste de humor negro, lleno de socarrona sabiduría, sobre el sentido de la vida.

Los protagonistas, Bruno (Vittorio Gassman) y Roberto (Jean Louis Trintignant)  representan dos arquetipos opuestos de personalidad. Bruno es loco y vital, impulsivo y nada calculador, que vive la vida al límite al volante de su deportivo, mientars que Roberto es todo lo contrario, un timido y acomplejado estudiante que piensa las cosas demasiado.

Arrastrado por Bruno en un loco viaje de ferragosto, Roberto se verá metido en un montón de líos por las carreteras italianas de la mano de un eterno adolescente que parece estar escapando de algo, quizá de si mismo y de su propio fracaso social... no sabemos si personal porque Bruno parece ser muy feliz viviendo ese alocado sueño de sí mismo que los que forman su entorno toleran con paciencia descreída.

La contraposición entre ambos personajes, que representan estilos contrapuestos de afrontar la vida, sucederá en el marco de una italia castiza y vital, fotografiada en blanco y negro, que resulta interesante como imagen costumbrista de toda una época ya pasada.

"Il sorpasso" es por encima de todo un viaje, una reflexión bastante descarnada sobre las maneras de vivir y lo que la vida, que siempre suele tener ideas propias al respecto, acaba haciendo con ellas.

"Il sorpasso" un inmenso chiste de humor negro en el que uno debe decidir si realmente la cosa es como para reirse o no.

Maravillosa.

"Es el inmóvil verano de los ojos cerrados. Tu vida continúa en los días idos como un mar de mediodía. Disfrutas del cielo con tu cuerpo de entonces"
(El oficio de vivir. Cesare Pavese)

Este hermoso texto forma parte de los pensamientos tachados por el propio Pavese. Figura en la edición de su diario como tal, inoportuno o inapropiado sentimiento desechado por el creador y, sin embargo, es uno de los textos que más me emocionan de todo ese inmenso y emocionante monumento a una vida dificilmente vivida que el genial italiano fue construyendo a espaldas del mundo, encerrado en la terrible carcel de su mirada, sin poder salir, sin siquiera saber cómo hacerlo, siendo un monstruo para sí mismo y para todos en su emocionante misterio vivido en la soledad de la primera persona.
Es curioso que un pensamiento tachado me llene tanto... pero la vida es así, incomprensible y curiosa, inasequible en toda su inmensa complejidad a nuestro pequeño intelecto con vocación de grandeza.. y siempre será así. Nuestra inteligencia se sentará ante su inmensa oscuridad de mar en la noche intentando iluminarlo con una pequeña linterna.
Es la emoción de ese inmóvil verano de los ojos cerrados lo único que realmente importa.
El señor me ha llenado de cualidades que casi nadie valora y una de ellas es la intuición para haberlo comprendido desde siempre.
La certezas desprendidas de aquel cuerpo de entonces, convocado a su propia última cena, son las únicas que cuentan.
Con más batallas perdidas que ganadas, tendemos a ser melancolía en movimiento que utiliza el futuro como coartada.
Aspero mundo.
Bibliodyssey... El libro como una de las bellas artes.
Batavia journal... Cuando el mundo aún era un territorio virgen para la imaginación.
El dato del silencio se le antoja relevante.
Después de todo, le parece extraña tanta paz.
Una especie de ojo huracán repentinamente
instaurado entre dos tormentas,
la de su pasado y su futuro
reventando como cohetes 
entre las indiferentes estrellas.

Tranquilamente,
tumbado sobre la arena,
espera.

domingo, febrero 01, 2009

VALKIRIA

Nunca he entendido muy bien por qué, desde siempre, han tenido tan poca visibilidad los intentos de la resistencia alemana por eliminar a Hitler. Seguramente porque la historia siempre la escriben los vencedores y como tal tiene un cierto porcentaje de interesada mentira... pero esa es otra historia.

"Valkiria" narra el complot que más cerca estuvo de acabar con la vida del tirano. De hecho salió con vida por el carácter abierto de la sala donde la bomba explotó, que disipó la honda expansiva lanzándola hacia el exterior, y porque la cartera que contenía la bomba fue apoyada contra un componente de la maciza mesa de roble... pero justo al otro lado de donde estaba Hitler.

Pequeños detalles... cambió de sala de reunión y colocación del artefacto... que no pudieron ser previstos y que, a la larga, resultaron determinantes. La planificación tiene una poética que surge de la contrastación del plan con lo azaroso de la vida y el millón de circunstancias incontrolables que componen la trama del destino. Este complot para asesinar a Hitler es otro buen ejemplo de cómo la suerte existe y de lo que siempre cuenta.

La mayor parte de los intentos de asesinar a Hitler procedieron de los propios militares alemanes. Una buena parte de los mandos de la wehrmacht jamás aceptaron de buena gana a Hitler y sólo le acompañaron en su suicida aventura por un sentimiento mezcla de disciplina prusiana y de revanchismo contra los ejércitos que les derrotaran en la primera gran guerra. Pero Hitler jamás confío completamente en los oficiales de su ejército que le minusvaloraban por motivos profesionales, personales y de clase. Este apoyo fué descendiendo conforme el cariz de la guerra evolucionaba negativamente y el ejército alemán se disolvía atacado por todos los frentes.

No obstante, sólo unos pocos militares se atrevieron a pasar de las palabras a los hechos y uno de ellos fue Klaus von Stauffenberg que, por encima de todo, fue un hombre valiente que extrajo su valentía de la necesidad de salvar a su país de quién se había convertido en su peor enemigo. Y este es el punto de arranque de la película. Esa convicción que le convierte en una especie de gatillo humano dispuesto a dispararse.

No cabe la menor duda de que Bryan Singer, el director de Valkiria, sabe cómo rodar una película. Entiende las historias y tiene el talento de saber ponerla en imágenes, puntuandola con primeros planos de rostros, miembros y gestos que se convierten en puntos de anclaje para la intensidad emocional.

En muchas de estas películas impersonales, productos que no traspasan y que cuando terminan pasan inmediatamente al olvido, echo de menos primeros planos, detalles que se convierten en puntos de fuga en los que la espectacularidad se convierte en intensidad emocional. El cine no sólo es panorámica sino también primeros planos. Brian Singer lo sabe y por eso, entre otras cosas, su cine destaca de entre sus contemporáneos.

Una de las grandezas del cine es su capacidad de pasar del primer plano al gran plano, de la pequeñez de las circunstancias individuales a la grandeza del momento histórico, enmarcando las pequeñas emociones que nos mueven en el gran contexto de una trama... pero me estoy apartando del tema. Ésta es también otra historia.

Volvamos a Valkiria.... Gracias al talento de Singer la historia se sigue bien, resulta interesante, pero tiene dos problemas que la lastran.

Por un lado, el excesivo peso de von Stauffenberg en una historia que podría haber sido bastante más coral. Pero, y sin duda, el hecho de que Cruise la protagonice convierte a von Stauffenberg en un sol que oscurece en demasía a una serie de personajes como el ladino Fromm (Tom Wilkinson).

Por otro, el hecho incontrovertible de que es difícil mantener el suspense de una historia cuyo final el público ya conoce.

Y en la combinación de los dos está la debilidad de Valkiria. Al no estar von Stauffenberg implicado en las circunstancias que llevaron al fracaso del complot estos no terminan de tener el suficiente peso en la historia... un secuencia del tranquilo almuerzo de Olbricht mientras el tiempo precioso se pierde no habría estado mal o un par de escenas desarrollando el personaje de Fromm tampoco habrían sobrado... por ejemplo mirándose al espejo después de haber mandado los fusilamientos.

Hay un gran teatro del mundo en las circunstancias que llevaron al fracaso de la operación... incompetencia, traición, dudas, ... aspectos que podrían haber enriquecido el aspecto emocional de la película cuyo final el público ya conoce... pero eso supondría que el personaje de Stauffenberg perdiera peso en la trama que en lo emocional termina por resultar un tanto convencional... el clásico esquema de despedida para siempre.

La película está bien, pero podría haber estado mejor.




viernes, enero 30, 2009

JOSÉ GONZÁLEZ

Down the line...



DEPECHE MODE

Precious...



Things get damaged, Things get broken, ....

jueves, enero 29, 2009

OBSERVACION

Los melancólicos siempre miran hacia atrás en el sentido de la ruta.
IMPRESIÓN

Cae el Otoño de Vivaldi en plano hall del aeropuerto de Barcelona y no puedo evitar pensar que estamos todos en un frenopático sin saberlo.
En alguna parte, en alguna esquina, acechan los enfermeros.

lunes, enero 26, 2009

TOM WAITS

The last rose of summer....



Por más que lo intenta no consigue alcanzarse.
Se le escapa el propio reflejo en el estanque.
Se pierde entre las ondas que derraman sus dedos
sobre la quieta superficie reflectante.
Se desvanece como el recuerdo de un sueño
justo antes de despertar,
en el silencioso suceder de dos instantes.

domingo, enero 25, 2009

REVOLUTIONARY ROAD

Podría haber sido una buena película "Revolutionary road".

Podría haberlo sido si narrativamente hubiera puesto toda la carne en el asador en el único aspecto, para mi, diferencial que hay en la historia que nos cuenta... La manipulación que, desde el sentimiento de fracaso no asumido ni dominado, ella ejerce sobre él buscando escapar de una vida insatisfactoria.

No me interesa nada una película más sobre el deseo de escapar de una vida anodina y mediocre. Hay decenas de películas que tocan ese tema y, en este sentido, "Revolutionary Road" no añade nada nuevo... y además el sobrevalorado Sam Mendes lo narra de una forma rutinaria ¿No es gracioso? Una critica de la rutina contada de una forma rutinaria... En fin.

Me resulta mucho más interesante la investigación que sobre ese deseo de escapar, ese sentimiento de agobio ante una vida que no se reconoce como propia, realiza la historia... desgraciadamente de forma parcial ¿Qué es lo que nos hace desear escapar cuando decimos que deseamos escapar? Y además es todavía más interesante la forma en que ella repercute sobre él todas sus fantasías y frustraciones, intentando compartir la responsabilidad de unos sentimientos que no son solo suyos y que él solo asume, quizá por amor, de una forma parcial, abandonándolo ante la primera tentación que le llega.

Me hubiera gustado "Revolutionary Road" si hubiera sido uno de esos dramas asfixiantes en los que una pareja lucha entre sí para dominarse, para controlar el sentido de una vida y de una situación, buscando la manipulación y el dominio.

Después de todo, en el fracaso de ella como actriz está la raíz de una insatisfacción que encuentra una perversa salida en el deseo aparentemente altruista de que él pueda realizarse en Paris. En la generosidad de esa propuesta, ella se oculta. Porque en el fondo es la más interesada en escapar, en romper con una vida que en absoluto es la que ella hubiera imaginado para sí misma.

Pero "Revolutionary Road" no opta claramente por esta línea más complicada y más heterodoxa. Quedándose mucho antes, en un manido territorio de la simple expresión del descontento vital, en una previsible sucesión de situaciones y dialogos que desactiva el atractivo que pudiera tener ese propio deseo de escapar. Así, los personajes protagonistas resultan impulsivos seres caprichosos y frivolos que no hacen otra cosa que gritarse los mismos gritos de siempre mientras llega el esperado y dramático final.

Lo que podría haber sido un políticamente incorrecto relato de manipulación en una sóla dirección se convierte, buscando la corrección política del equilibrio de la balanza, en un relato de manipulación en dos direcciones que no termina de entenderse bien... porque en realidad ella es la única persona frustrada

"Revolutionary Road" es aburrida, previsible y vulgar.... porque así ha querido serlo.
TOM WAITS

You can never hold back spring...





Es imposible retener la Primavera... siempre termina por marchar.
Pero si su marcha es tan cierta e incuestionable no lo es menos su regreso.
Olvidamos que volverá.
Es cuestión de aguantar y aguantar.
Y mientras sucede el crudo invierno hacer todo lo posible por recordar
todas esas cosas que trae consigo cuando decide regresar.

sábado, enero 24, 2009

EL CONFIDENTE

Silien, interpretado por Jean Paul Belmondo, es un prototípico protagonista de las historias de Melville. Rocoso e inexpugnable, hace lo que encada momentoc ree debe hacer sin importarle efectos y consecuencias, incluso sin querer buscar las simpatías del espectador quién, durante toda la película, no puede simpatizar con su comportamiento cruel y sin escrúpulos.

Las razones que motivan el comportamiento de Silien permanecen ocultas durante casi todo el metraje de la película. Y sólo afloran cuando el propio Silien considera oportuno exponerlas. Nunca antes.

Una serie de incidentes aparentemente inconexos, el asesinato de un perista y el robo de una casa, se combinan en la persona de Maurice (Sergé Reggiani), recién salido de la carcel, cuyo mejor amigo es Silien (Jean Pierre Belmondo) del que la amante del primero sospecha es un confidente de la policía... La verdad no será fácil de descubrir.

"El confidente" es otra obra maestra de Jean Pierre Melville. Y como todos los suyos, es un relato frío, descarnado y lleno de oscuridad. Un magnífico ejemplo de cine negro en el que las cosas siempre se complican y el azar juega un importante papel en la definición del destino de los protagonistas, especialmente al final de la película, cuando todo parece haber terminado y un olvidado fleco del pasado raciente aparece para generar una inesperada y fatalista vuelta de tuerca en el relato.

Magnífica.
LEONARD COHEN

True love leaves no traces...




BOB, LE FLAMBEUR

La mejor época de Bob ha pasado y probablemente él aun no lo sepa. Sus días son noches eternas de juego en las que Bob flirtea con la fortuna mientras el horizonte de su destino se cierra sobre él. Porque la vida para Bob es afrontar el riesgo una y otra vez.

Probablemente Bob ha vivido siempre así. Los años han ido pasando y el espectador comprende que su estilo de vida no le conduce a ninguna parte, pero Bob parece estar muy cómodo jugando, fumando, bebiendo pastis y paseando de madrugada las parisinas calles de Pigalle.

La posibilidad de atracar el casino de Dauville se cruza en el camino de Bob y como no puede ser de otra forma éste la acepta. Un nuevo juego, un nuevo tablero y una nueva jugada... No le importa tanto que pueda reunir el suficiente dinero como para afrontar la vejez con tranquilidad como el reto presente de una nueva partida... porque en Bob no hay lugar para el pasado y el futuro. Su vida es un eterno presente por las calles de Pigalle.

"Bob Le Flambeur" es una de mis películas favoritas, una estupenda muestra de cine negro europeo de la que es responsable el maestro Jean Pierre Melville, uno de los grandes directores olvidados del cine europeo y en su momento reivindicado por los directores de la nouvelle vague. Melville es el director rumano entrevistado en el aeropuerto en "Al final de la escapada" (una de mis secuencias favoritas de la película).

Dentro del cine francés, Melville fue un outsider que en una época, finales de los 40 y principios de los 50 del siglo pasado, donde el cine francés iba por otros derroteros se atrevió a mostrar un mundo oscuro de personajes herméticos, dispuestos a plantar siempre una última batalla a una realidad que claramente les ganaba la guerra.

En este sentido, el Bob que interpreta con precisión Roger Duchesne, como el personaje que interpreta Sergé Reggiani en "El confidente", son representaciones arquetípicas de los héroes del universo de Melville. Silenciosos, duros, firmes aunque sea en el propio error, dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias la expresión de su forma de ser y como viviendo sin ningún miedo, sin la menor duda, el sueño de sí mismos. 

El conflicto dramático siempre llega cuando ambos mundos colisionan, el grande de la realidad con el pequeño universo propio de cada uno de ellos.

No me extraña que la nouvelle vague le adorara. En el cine de Melville, la acción y el presente son los protagonistas.

"Bob Le Flambeur" es una de las mejores películas de Melville, simple y directa, sugiriendo constantemente la intensa poesía de una vida que arde como una llama sin mayor cuidado que la expresión del propio deseo y con le maravilloso escenario de un irrepetible Pigalle preciosamente fotografiado en blanco y negro.

Maravillosa.