miércoles, septiembre 09, 2009
martes, septiembre 08, 2009
La ciudad está llena de oficinistas que pelean desesperadamente
por el último asiento vacío en el último tren de la mañana...
los que quedan en pie revisan su fracasada estrategia,
planean nuevas formas y maneras
como si la vida les fuera en ello
(y en verdad se les va),
mientras los que pudieron sentarse
malgastan el efímero éxito
descansando la mirada perdida
en la misma ninguna parte de todas las mañanas
(y en verdad se les va).
domingo, septiembre 06, 2009
A la deriva
Demoledor artículo de El Pais sobre nuestro gobierno y su politica económica... Imagino que no será todo verdad... una ya no puede fiarse al 100% de nada de lo que se publica... pero el panorama es tremendo en el fondo y en la forma.
sábado, septiembre 05, 2009
TRES LANCEROS BENGALÍES
Hay algo, un espíritu, en el cine clásico que ya no existe en el cine moderno.
Seguramente se trata de la autenticidad natural de los pioneros... Por el mismo motivo por el que no es lo mismo ir a un festival de música que se celebra en una localidad llamada Woodstock, que ir a Woodstock, las viejas películas tienen el encanto de que nada se interpone entre el público y la historia. Se trata de contar y las primeras generaciones de cineastas se limitaban a relatar. A partir de la década de los 50, algunos de los niños cuya mirada quedó atrapada por el brillo cambiante y ardiente de las imágenes proyectadas se dedicaron a lo que más amaban, a hacer cine y entre el público y la historia interpusieron ese amor... Ya no sólo se contaban historias sino que también se hacía cine, se revisitaban historias, se resucitaban imágenes... Y apareció la retórica. El cine empezó a hablar de sí mismo, a convertirse en un punto de referencia desde el que abordar una narración. Las imágenes perdieron esa pureza primordial, porque empezarón a referir a otras imágenes. Ese amor por el cine también se relataba en esas historias, se desplegaba por entre los resquicios de los planos y las secuencias. Ya no se contaban historias usando imágenes. Se hacía cine.
Por eso es imposible volver a hacer películas como "Tres lanceros bengalíes", directas, potentes, emocionantes, llenas de vida, en la que parece que no se cuenta nada pero en la que, por contra, se habla de todo, de grandes sentimientos como el amor, la amistad, la fuerza de voluntad, la valentía y el honor, que son los que hacen posible la aventura.
Ver "Tres lanceros bengalíes" es reencontrar la irrepetible pureza del cine.
Encontrarse cara a cara con la mayor de sus verdades... la capacidad de construir algo muy parecido a la vida... pero diferente por su carácter inspirador y trascendente.
La primera mirada del Otoño atravesando la verde frondosidad de los árboles como un hidra de mil cabezas que se confunde fácilmente con la transparencia del viento.
Invisibles heraldos vistiendo un negro y cristalino escalofrío.
Veloces trenes que aúllan devorados por la niebla mientras heladas manos afiladas nos palpan los costados.
Y la repentina necesidad de un poco más abrigo con que alimentar un repentino de espasmo de hambre sentido en la interminable saciedad de un eterno instante.
Invisibles heraldos vistiendo un negro y cristalino escalofrío.
Veloces trenes que aúllan devorados por la niebla mientras heladas manos afiladas nos palpan los costados.
Y la repentina necesidad de un poco más abrigo con que alimentar un repentino de espasmo de hambre sentido en la interminable saciedad de un eterno instante.
viernes, septiembre 04, 2009
jueves, septiembre 03, 2009
SHINOBI
Decía un personaje en la maravillosa película de Sam Peckinpah "Pat Garrett y Billy the Kidd" una gran verdad que se encuentra latiendo en el fondo de muchas tragedias... Los tiempos cambian pero yo no, decía el forajido declarando en el fondo de esas palabras su predisposición a librar una batalla trágica, de antemano condenado al fracaso, porque el tiempo es un temible enemigo.
Bastante de ese espíritu entre trágico y elegíaco respira a través de "Shinobi", una película de artes marciales que contiene ciertos tintes melodramáticas que la dotan de un cierto interés.
Enclavada en un momento histórico de la historia del Japón en el que se produjo una cierta unificación de la isla bajo el dominio del clan Tokugawa, instituciones cuya existencia se basada en el constante enfrentamiento entre bandos rivales dejaron de tener lugar. Una de ellas son los shinobi o ninjas, un grupo de guerreros de cualidades excepcionales y especiales distribuidos en dos clanes antagónicos que se odian a muerte.
El gran señor Tokugawa tejerá toda una estrategia que buscará destruir la amenaza que para su nuevo orden suponen los shinobi valiéndose de la compulsiva necesidad de mutuo enfrentamiento que los dos clanes shinobi sienten.
Además, el amor que sienten el uno por el otro los dos herederos de cada uno de los clanes terminará de complicar el panorama.
El resultado es una película interesante que consigue un cierto equilibrio entre acción y emoción con momentos atractivos e interesantes dentro de cada una de las dos facetas.
"Shinobi" es una película que se sigue con interés y en la que brillan aislados, como luces en la noche, determinados momentos de amor "fou" con la locura que solo lo japoneses saben darle a estas cosas.
Interesante.
miércoles, septiembre 02, 2009
RESACÓN EN LAS VEGAS
Hacía tiempo que no reía tanto viendo una película. Mucho, mucho tiempo.
No es original el planteamiento de la película... Unos amigos, una despedida de soltero, la noche, Las Vegas y el inevitable dia siguiente.... pero los responsables de la historia manejan esos conocidos mimbres narrativos con talento y habilidad máximos.
El resultado es hilarante y genial.
Hay un suspense distinto, que en nada tiene que ver con lo policiaco. Es el suspense de intentar recordar qué diablos sucedió la noche anterior y por qué hay un tigre cabreado en el cuarto de baño.
"Resacón en Las Vegas" maneja ese suspense "blanco" con absoluta brillantez introduciendo a sus tres personajes protagonistas en una hilarante picadora de carne y lentejuelas en la que apenas hay un segundo para respirar e intentar mantener la cordura. Buscando recuperar a su olvidado amigo Doug en alguna parte de Las Vegas los tres protagonistas van saltando de una situación más hilarante a otra que lo es mucho más en un "crescendo" dramático que constantemente amenaza con destruir esa cordura.
Comedia brillante, inteligentemente desarrollada y concebida, llena de situaciones divertidas resueltas con brillantez, rebosante de personajes que parecen salidos de la consulta de un psiquiatra o que están a punto de entrar y algunos de ellos diferentes y excepcionalmente geniales como el barbudo Alan.... En definitiva, "Resacón en Las Vegas" es una comedia extraordinaria.
martes, septiembre 01, 2009
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