domingo, junio 24, 2012
DADDY NOSTALGIE
Caroline (Jane Birkin), una guionista cinematográfica en la cuarentena, viaja al Sur de Francia para estar con su padre (Dirk Bogarde) que ha sido operado del corazón y a quién los médicos no dan más de seis meses de vida
Enfrentado a la realidad de su propia muerte, el padre caerá en un interminable bucle melancólico en el que se unirán la nostalgia de los tiempos pasados con la tristeza ante la constatación de la pérdida de la juventud, de la salud y, finalmente, de la propia vida.
Caroline por su parte tendrá que aceptar la segura pérdida de un padre que siempre se mantuvo distante y que ahora está a punto de distanciarse definitivamente.
Pese a todo ambos conseguirán abrir un canal de comunicación y sinceridad que convertirán sus últimos días juntos en uno de esos momentos inolvidables que siempre se recuerdan.
Siempre me ha parecido que "Daddy Nostalgie" tiene el encanto de esas melodías que surgen por si solas, como por encanto, cuando las manos de pianista juguetean sobre el teclado de un piano impulsadas por viejas emociones y recuerdos.
"Daddy nostalgie" muestra con éxito ese aspecto entre leve y complejo que es también la apariencia que siempre toman los grandes viejos momentos cuando vienen a visitarnos desde el recuerdo. Tavernier, un gran aficionado al jazz, consigue reproducir con imágenes el encanto de esa balada de jazz sobrevenida y emocionante.
Como el estándar musical "These fooling things" que está presente a lo largo de toda la película, protagonizandola a su manera, convirtiéndose en punto de acceso por el que acceder desde la superficie de las imágenes a la profundidad emocional que las suscitan. Una profundidad compleja, que tiene que ver con la vida y la muerte, la proximidad y la distancia, la comunicación y la comunicación, la presencia y la ausencia, el silencio y las palabras...
Y en este sentido, "Daddy Nostalgie" es una impagable obra maestra.
Caroline (Jane Birkin), una guionista cinematográfica en la cuarentena, viaja al Sur de Francia para estar con su padre (Dirk Bogarde) que ha sido operado del corazón y a quién los médicos no dan más de seis meses de vida
Enfrentado a la realidad de su propia muerte, el padre caerá en un interminable bucle melancólico en el que se unirán la nostalgia de los tiempos pasados con la tristeza ante la constatación de la pérdida de la juventud, de la salud y, finalmente, de la propia vida.
Caroline por su parte tendrá que aceptar la segura pérdida de un padre que siempre se mantuvo distante y que ahora está a punto de distanciarse definitivamente.
Pese a todo ambos conseguirán abrir un canal de comunicación y sinceridad que convertirán sus últimos días juntos en uno de esos momentos inolvidables que siempre se recuerdan.
Siempre me ha parecido que "Daddy Nostalgie" tiene el encanto de esas melodías que surgen por si solas, como por encanto, cuando las manos de pianista juguetean sobre el teclado de un piano impulsadas por viejas emociones y recuerdos.
"Daddy nostalgie" muestra con éxito ese aspecto entre leve y complejo que es también la apariencia que siempre toman los grandes viejos momentos cuando vienen a visitarnos desde el recuerdo. Tavernier, un gran aficionado al jazz, consigue reproducir con imágenes el encanto de esa balada de jazz sobrevenida y emocionante.
Como el estándar musical "These fooling things" que está presente a lo largo de toda la película, protagonizandola a su manera, convirtiéndose en punto de acceso por el que acceder desde la superficie de las imágenes a la profundidad emocional que las suscitan. Una profundidad compleja, que tiene que ver con la vida y la muerte, la proximidad y la distancia, la comunicación y la comunicación, la presencia y la ausencia, el silencio y las palabras...
Y en este sentido, "Daddy Nostalgie" es una impagable obra maestra.
sábado, junio 23, 2012
HISTORIA GENERAL DE LOS ROBOS Y ASESINATOS DE LOS MÁS FAMOSOS PIRATAS
Publicado en 1724 por el escritos Daniel Defoe bajo el seudónimo Capitán Charles Johnson, esta "Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas" es un libro de libros.
Y lo es en un doble sentido.
Por un lado, es la fuente inicial que produjo el imaginario que posteriores escritores utilizaron para construir sus historias de ficción sobre piratería y por otro, y teniendo en cuenta su carácter "serio" de crónica, los hechos en mayor o menor medida verídicos que se narran encierran la posibilidad de cientos de historias de piratas (ya escritas o por escribir) hasta el punto de que uno tiene la sensación de que en cada párrafo brilla la posibilidad de un relato o una novela.
Y es este punto, a mi entender, una característica ambivalente del libro de Deföe ya que la sucesión de historias y el ajustado relato de los hechos que en ella se cuentan termina por resultar agotador para el lector.
Lo descriptivo, casi burocrático, prima sobre lo literario hasta el punto de que el libro se disfruta más en su comienzo que en su final.
Dividido en dos partes, la primera de las cuales ya aborda la historia de diecisiete distintos piratas, las historias terminan por resultar demasiado parecidas y familiares contribuyendo al distanciamiento por parte del lector el estilo frío y preciso, adecuado al informe que el libro pretende ser... si lo que uno busca es imaginación y literatura.
No obstante, esta crónica de piratas es un libro de lectura absoluta recomendable para conocer la realidad de este mundo que tan propenso ha sido para generar historias en su seno.
Algunas historias, como la del pirata francés Misson, consiguen traspasar la formal frontera del informe para ser una auténtica aventura por sí misma que se disfruta palabra a palabra desde la Francia prerevolucionaria hasta la isla de Madagascar.
En definitiva, esta historia de Deföe proporciona al lector material para soñar desde un acercamiento que se pretende fidedigno y que convierte al autor en un notario más que en un escritor. Y si lo que se busca es acercarse al fenómeno desde el punto de vista histórico -que es la razón de ser del libro- es el libro perfecto e imprescindible para comprender la realidad del pirata y la piratería.
Un fenómeno sorprendentemente circunscrito a un corto periodo de tiempo, el primer cuarto del siglo XVIII y en cuyo origen está las posibilidades que el mar, frontera todavía por conquistar por el poder de los estados, ofrecía a los desheredados para escapar a su mísera condición. Llama especialmente la atención de la existencia de piratas crueles y asesinos, pero también de piratas buenos, como Misson, hombres fuera de la ley pero que mantenían una relación bastante civilizada con la violencia... en ocasiones mucho más civilizadas que sus legitimados por al ley perseguidores.
Además, la piratería presenta otra cualidad interesante y relativamente desconocida y es su carácter de experimento democrático entre aquellos que se consideraban iguales en la desgracia. Entre otras cosas, en todo barco pirata el poder del capitán era contrabalanceado por una especie de tribuno de la plebe, generalmente un hombre mayor y con experiencia, cuyas opiniones solían tener el mismo peso y cuya opinión podía llevar incluso al cambio de capitán.
Así, y en ciertos aspectos la piratería tiene un punto de primigenia experiencia utópica de convivencia en que hombres que generalmente no tenían nada que perder compartían destino por haberse situado fuera de la ley compartiendo también botín y decisiones de una manera sorprendentemente igualitaria para nuestros días llegando incluso a guardar partes de botín para familiares de compañeros muertos, partes que fueron entregadas bastante años después del acaecimiento de la muerte.
Muy interesante... más por lo que se cuenta, por lo que sugiere un libro que termina siendo demasiado largo.
Publicado en 1724 por el escritos Daniel Defoe bajo el seudónimo Capitán Charles Johnson, esta "Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas" es un libro de libros.
Y lo es en un doble sentido.
Por un lado, es la fuente inicial que produjo el imaginario que posteriores escritores utilizaron para construir sus historias de ficción sobre piratería y por otro, y teniendo en cuenta su carácter "serio" de crónica, los hechos en mayor o menor medida verídicos que se narran encierran la posibilidad de cientos de historias de piratas (ya escritas o por escribir) hasta el punto de que uno tiene la sensación de que en cada párrafo brilla la posibilidad de un relato o una novela.
Y es este punto, a mi entender, una característica ambivalente del libro de Deföe ya que la sucesión de historias y el ajustado relato de los hechos que en ella se cuentan termina por resultar agotador para el lector.
Lo descriptivo, casi burocrático, prima sobre lo literario hasta el punto de que el libro se disfruta más en su comienzo que en su final.
Dividido en dos partes, la primera de las cuales ya aborda la historia de diecisiete distintos piratas, las historias terminan por resultar demasiado parecidas y familiares contribuyendo al distanciamiento por parte del lector el estilo frío y preciso, adecuado al informe que el libro pretende ser... si lo que uno busca es imaginación y literatura.
No obstante, esta crónica de piratas es un libro de lectura absoluta recomendable para conocer la realidad de este mundo que tan propenso ha sido para generar historias en su seno.
Algunas historias, como la del pirata francés Misson, consiguen traspasar la formal frontera del informe para ser una auténtica aventura por sí misma que se disfruta palabra a palabra desde la Francia prerevolucionaria hasta la isla de Madagascar.
En definitiva, esta historia de Deföe proporciona al lector material para soñar desde un acercamiento que se pretende fidedigno y que convierte al autor en un notario más que en un escritor. Y si lo que se busca es acercarse al fenómeno desde el punto de vista histórico -que es la razón de ser del libro- es el libro perfecto e imprescindible para comprender la realidad del pirata y la piratería.
Un fenómeno sorprendentemente circunscrito a un corto periodo de tiempo, el primer cuarto del siglo XVIII y en cuyo origen está las posibilidades que el mar, frontera todavía por conquistar por el poder de los estados, ofrecía a los desheredados para escapar a su mísera condición. Llama especialmente la atención de la existencia de piratas crueles y asesinos, pero también de piratas buenos, como Misson, hombres fuera de la ley pero que mantenían una relación bastante civilizada con la violencia... en ocasiones mucho más civilizadas que sus legitimados por al ley perseguidores.
Además, la piratería presenta otra cualidad interesante y relativamente desconocida y es su carácter de experimento democrático entre aquellos que se consideraban iguales en la desgracia. Entre otras cosas, en todo barco pirata el poder del capitán era contrabalanceado por una especie de tribuno de la plebe, generalmente un hombre mayor y con experiencia, cuyas opiniones solían tener el mismo peso y cuya opinión podía llevar incluso al cambio de capitán.
Así, y en ciertos aspectos la piratería tiene un punto de primigenia experiencia utópica de convivencia en que hombres que generalmente no tenían nada que perder compartían destino por haberse situado fuera de la ley compartiendo también botín y decisiones de una manera sorprendentemente igualitaria para nuestros días llegando incluso a guardar partes de botín para familiares de compañeros muertos, partes que fueron entregadas bastante años después del acaecimiento de la muerte.
Muy interesante... más por lo que se cuenta, por lo que sugiere un libro que termina siendo demasiado largo.
PRIMAVERA TARDÍA
Si en pocas palabras tuviera que explicar el cine del japonés Yasujiro Ozu me sobrarían unas cuantas porque simplemente diría que es mágico.
Punto.
También es profundo y conmovedor, suave y tranquilo, pero sobre todo es mágico principalmente porque consigue hacer de la cotidianidad más cotidiana un memorable espectáculo trascendente.
Y siempre es así, porque Ozu no tiene una película mala.
En sus historias sus personajes se dicen los buenos días, se preguntan qué tal están, van y vienen, pelan manzanas y esperan, deciden casarse o no, se encuentran o se echan de menos, pero, y por encima de todo lo que sucede es el tiempo y con él el sagrado misterio de la vida misma. Porque precisamente el gran milagro que Ozu consigue es poner en imágenes ese tránsito esencial, esa corriente básica de la que estamos hechos y de la que también formamos parte.
Y como no podía ser de otra forma el inevitable paso del tiempo y las consecuencias que esta inevitabilidad tiene sobre la vida de los personajes que protagonizan sus películas es el tema esencial.
Y este tema tiene su lugar en el núcleo familiar materializándose generalmente en las relaciones entre padres e hijos y las consecuentes imperiosas necesidades que este pasar del tiempo plantea a cada uno de ellos.
La necesidad de una aceptación de la posición que uno ocupa dentro del ciclo natural de la vida también es parte esencial del cine de Ozu. En este sentido, el ser japonés y su sentido estamental de la existencial se traslada a un aspecto mucho más básico y sustancial.
Los personajes de Ozu sienten como una obligación el actuar de una manera u otra según el momento del ciclo de la vida se encuentren. En este sentido, "Primavera tardía" es un magnífico ejemplo de este sentido natural de la existencia matizado por este sentido de la vida concebida como una serie de obligaciones que deben ser satisfechas que es tan propio de la manera de relacionarse con la existencia de la cultura japonesa. Del mismo modo que los personajes tienen una serie de obligaciones para con los otros, todos tienen una obligación superior para con la vida y su interminable ciclo que rige y matiza cualquier otro tipo de obligación. .
Después de todo la historia que Ozu nos cuenta es la de Noriko (la maravillosa Setsuko Hara), una chica joven que vive con su padre viudo (el grandioso Chishu Ryu) a pesar de que ya se encuentra en edad de contraer matrimonio. Para Noriko es el momento de casarse. Todo su alrededor se lo recuerda pero la idea de separarse de su progenitor la llena de tristeza. No obstante será éste quién en una memorable escena recordará a su hija las obligaciones que ella tiene para con la vida y que él mismo tiene para con ella... que implican dejarla marchar aunque se quede solo.
Mágico y profundamente poético es el cine de Ozu capaz de obrar el maravilloso milagro de la verdadera poesía: mostrar en mayor o menor medida aquello que innombrable rige como máquina inmóvil y transparente el destino de todas las cosas sin esperar nadie... como se dice en "No es pais para viejos", una obra sólo en apariencia diametralmente distinta a una obra de Ozu, pretender ser esperado es vanidad.
Nadie que esté en la vida como hay que estar debería resistirse a su irresistible encanto.
Ozu es sinónimo de obra maestra.
Si en pocas palabras tuviera que explicar el cine del japonés Yasujiro Ozu me sobrarían unas cuantas porque simplemente diría que es mágico.
Punto.
También es profundo y conmovedor, suave y tranquilo, pero sobre todo es mágico principalmente porque consigue hacer de la cotidianidad más cotidiana un memorable espectáculo trascendente.
Y siempre es así, porque Ozu no tiene una película mala.
En sus historias sus personajes se dicen los buenos días, se preguntan qué tal están, van y vienen, pelan manzanas y esperan, deciden casarse o no, se encuentran o se echan de menos, pero, y por encima de todo lo que sucede es el tiempo y con él el sagrado misterio de la vida misma. Porque precisamente el gran milagro que Ozu consigue es poner en imágenes ese tránsito esencial, esa corriente básica de la que estamos hechos y de la que también formamos parte.
Y como no podía ser de otra forma el inevitable paso del tiempo y las consecuencias que esta inevitabilidad tiene sobre la vida de los personajes que protagonizan sus películas es el tema esencial.
Y este tema tiene su lugar en el núcleo familiar materializándose generalmente en las relaciones entre padres e hijos y las consecuentes imperiosas necesidades que este pasar del tiempo plantea a cada uno de ellos.
La necesidad de una aceptación de la posición que uno ocupa dentro del ciclo natural de la vida también es parte esencial del cine de Ozu. En este sentido, el ser japonés y su sentido estamental de la existencial se traslada a un aspecto mucho más básico y sustancial.
Los personajes de Ozu sienten como una obligación el actuar de una manera u otra según el momento del ciclo de la vida se encuentren. En este sentido, "Primavera tardía" es un magnífico ejemplo de este sentido natural de la existencia matizado por este sentido de la vida concebida como una serie de obligaciones que deben ser satisfechas que es tan propio de la manera de relacionarse con la existencia de la cultura japonesa. Del mismo modo que los personajes tienen una serie de obligaciones para con los otros, todos tienen una obligación superior para con la vida y su interminable ciclo que rige y matiza cualquier otro tipo de obligación. .
Después de todo la historia que Ozu nos cuenta es la de Noriko (la maravillosa Setsuko Hara), una chica joven que vive con su padre viudo (el grandioso Chishu Ryu) a pesar de que ya se encuentra en edad de contraer matrimonio. Para Noriko es el momento de casarse. Todo su alrededor se lo recuerda pero la idea de separarse de su progenitor la llena de tristeza. No obstante será éste quién en una memorable escena recordará a su hija las obligaciones que ella tiene para con la vida y que él mismo tiene para con ella... que implican dejarla marchar aunque se quede solo.
Mágico y profundamente poético es el cine de Ozu capaz de obrar el maravilloso milagro de la verdadera poesía: mostrar en mayor o menor medida aquello que innombrable rige como máquina inmóvil y transparente el destino de todas las cosas sin esperar nadie... como se dice en "No es pais para viejos", una obra sólo en apariencia diametralmente distinta a una obra de Ozu, pretender ser esperado es vanidad.
Nadie que esté en la vida como hay que estar debería resistirse a su irresistible encanto.
Ozu es sinónimo de obra maestra.
viernes, junio 22, 2012
Una gran variante del cainismo español son esas implacables opiniones a favor de uno y en contra de todos... Opiniones del tipo: no se por qué les ayudan, si a mi me pasó esto o lo otro y nadie hizo nada por mi.
Con lo bonito que sería opinar que uno se alegra de que otros no tengan que pasar por lo que uno ha tenido que pasar y que le parece bien que se haga todo lo posible para que otros no sufran lo que he sufrido yo.
Pero no... Se lamenta el sufrimiento propio y se desea el sufrimiento para los demás.
Viviríamos en un país mejor si se pensara de otra forma... pero, claro, no seríamos españoles.
Con lo bonito que sería opinar que uno se alegra de que otros no tengan que pasar por lo que uno ha tenido que pasar y que le parece bien que se haga todo lo posible para que otros no sufran lo que he sufrido yo.
Pero no... Se lamenta el sufrimiento propio y se desea el sufrimiento para los demás.
Viviríamos en un país mejor si se pensara de otra forma... pero, claro, no seríamos españoles.
jueves, junio 21, 2012
miércoles, junio 20, 2012
LA VIE ET RIEN D'AUTRE
Dirigida en 1989 por Bertrand Tavernier, "La vida y nada más" sucede en el inmediato tiempo posterior al término de la I Guerra Mundial.
Sobre el paisaje después de la batalla en cuyo devastado terreno el fantasma de aquella todavía está presente, la película sigue los pasos del Comandante Delaplane (magnífico Phillipe Noiret), un ingeniero del ejército francés encargado de la interminable y difícil tarea de identificar a los soldados caídos durante el conflicto.
En torno a este esfuerzo de Delaplane una serie de personajes se mueven en busca de sus seres queridos, volcados en un pasado que intentan cerrar localizando lo que queda del ser querido desaparecido.
Pero lo más importante de esta hermosa película, seguramente una de las mejores de la larga y rica filmografía de Tavernier, es la puesta por obra del milagro de la vida misma como el propio nombre de la película indica.
En ese paisaje destrozado y lleno de cicatrices aparecen también los primeros frutos del esfuerzo por continuar adelante de quienes han quedado: los campos se roturan, las casas vuelven a construirse... La vida se abre paso sobre lo que fue un paisaje de muerte.
Y ésto se extiende a los propios seres humanos que volcados en la necesidad de poner una etiqueta al dolor y cerrar el pasado se ven sorprendidos por nuevas emociones y sentimientos que afloran casi de manera inesperada, por el simple contacto en el tiempo.
Por encima del eterno recuerdo de la guerra y el dolor que su tarea le obliga a sentir, Delaplane no podrá evitar que la vida también siga en él y se enamorará de Madame de Courtil, una viuda hermosa que también está en busca de su marido y que empezó siendo un engorroso problema para él.
El triste pasado y el esperanzador futuro desplegarán sus alas, respectivamente, negras y blancas ante el humano asombro de unos personajes que esforzadamente intentan construir un sentido sobre lo que queda de sus vidas.
Y todos descubrirán que la vida ya les está esperando, fértil, más allá de la dolorosa cárcel del propio recuerdo.
El plan infinito y tiene previsto algo para cada uno de ellos.
Brillante.
Dirigida en 1989 por Bertrand Tavernier, "La vida y nada más" sucede en el inmediato tiempo posterior al término de la I Guerra Mundial.
Sobre el paisaje después de la batalla en cuyo devastado terreno el fantasma de aquella todavía está presente, la película sigue los pasos del Comandante Delaplane (magnífico Phillipe Noiret), un ingeniero del ejército francés encargado de la interminable y difícil tarea de identificar a los soldados caídos durante el conflicto.
En torno a este esfuerzo de Delaplane una serie de personajes se mueven en busca de sus seres queridos, volcados en un pasado que intentan cerrar localizando lo que queda del ser querido desaparecido.
Pero lo más importante de esta hermosa película, seguramente una de las mejores de la larga y rica filmografía de Tavernier, es la puesta por obra del milagro de la vida misma como el propio nombre de la película indica.
En ese paisaje destrozado y lleno de cicatrices aparecen también los primeros frutos del esfuerzo por continuar adelante de quienes han quedado: los campos se roturan, las casas vuelven a construirse... La vida se abre paso sobre lo que fue un paisaje de muerte.
Y ésto se extiende a los propios seres humanos que volcados en la necesidad de poner una etiqueta al dolor y cerrar el pasado se ven sorprendidos por nuevas emociones y sentimientos que afloran casi de manera inesperada, por el simple contacto en el tiempo.
Por encima del eterno recuerdo de la guerra y el dolor que su tarea le obliga a sentir, Delaplane no podrá evitar que la vida también siga en él y se enamorará de Madame de Courtil, una viuda hermosa que también está en busca de su marido y que empezó siendo un engorroso problema para él.
El triste pasado y el esperanzador futuro desplegarán sus alas, respectivamente, negras y blancas ante el humano asombro de unos personajes que esforzadamente intentan construir un sentido sobre lo que queda de sus vidas.
Y todos descubrirán que la vida ya les está esperando, fértil, más allá de la dolorosa cárcel del propio recuerdo.
El plan infinito y tiene previsto algo para cada uno de ellos.
Brillante.
EL RIESGO DE LA PRIMA
En microeconomía existe un concepto que es la utilidad marginal decreciente que procede del concepto de utilidad marginal, elaborado en el siglo XIX por los economistas neoclásicos para buscar una manera más real y adecuada de explicar la formación de los precios (y el valor) de las cosas.
Este concepto se elaboró buscando perfeccionar la explicación de los economistas clásicos basada en el valor-trabajo.
La concepción objetiva y clásica del valor, basada en la mera suma de los costos de producción de los bienes, se abandona por una concepción más subjetiva y social que tiene en cuenta el comportamiento de los consumidores en el mercado y su grado de satisfacción con lo consumido:
"Existiría, mas allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una saturación progresiva, pero jamás total.
Tal “ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones meramente sicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal decreciente; en este caso la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya el hecho de que la utilidad de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta. Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15-10, es decir 5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18-15, o sea 3. Ahora, como 3 es menor que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos en este ejemplo."
Resumiendo, se consume o se adquieren bienes en relación con la necesidad de adquirir otros y mientras compensa.
Y no soy un experto en Microeconomìa y no puedo tratar en su justa medida este concepto, aunque a los economistas neoclásicos se les acusaba de excesivamente teórico, pero este concepto me vale para entender la gran mascarada de la prima de riesgo.
Para empezar, la deuda pública española todavía compensa, por eso se compra, pero las incertidumbres, reales o imaginarias, de nuestra economía incrementa el grado de incertidumbre sobre el retorno de inversión del capital invertido... por eso, el interés sube.
Y tiene que ser así. Eso no es cuestionable, pero hay algo que queda en la sombra detrás de los grandes focos que apuntan a esos inversores que acuden a los mercados y todavía compran deuda pública española. Ese aspecto no es otra cosa del inmenso negocio que supone asumir el riesgo cada vez mayor de invertir en la deuda pública española.
Porque hay fondos de alto riesgo que apuestan contra ese riesgo buscando maximizar su propio beneficio y esta es la única realidad que rige el tema de la prima de riesgo.
En el fondo nadie piensa seriamente que España pueda quebrar, si se pensase de esa manera sería una gestión suicida de esos fondos. Solamente existe un riesgo de que así sea, algo que puede suceder o no, y contra la realización de ese riesgo se apuesta.
Por eso, y se haga lo que se haga desde la política y la economía real, la prima de riesgo sigue su dinámica alzista, porque su lógica es otra y en la dinámica consecuente de esa lógica los estados y sus bancos centrales se ven arrastrados. Es la lógica de la primera sangre. Sucedió con Portugal, Grecia e Irlanda y ahora sucede con España.
Y en esa lógica de máximo beneficio afrontando el mayor riesgo posible hay una frontera que define esa utilidad marginal, que será el momento en que realmente no compense porque la quiebra sea más realidad que posibilidad, pero mientras tanto compensa. ¡Y cómo!
Los grandes fondos de capital de riesgo compran deuda pública y se deshacen de ella en mercados secundarios como si fuese un activo tóxico.
Sólo los bancos centrales se quedan con esa deuda, pero para los demás actores el juego consiste en traspasarla con el mayor beneficio posible incrementando de manera privada ese porcentaje que define la prima de riesgo a otros que están dispuestos a asumir un riesgo mayor.
Por eso, y como cuando los lobos huelen la primera sangre, la derrama no se puede detener. Entra en juego otra lógica, la de la depredación cuya única regla viene definida por ese coste marginal que define quién se queda dentro y obtiene beneficio y quien se queda fuera y pierde.
Y cuanto más tiempo pase más difícil será poner en marcha la única solución verdaderamente eficaz: la promesa de compra de deuda por parte del banco central al interés que sea y a cargo de puntos o décimas de inflación.
Ese es el único lenguaje que los mercados entienden, una solución táctica basada en la demostración de fuerza, que sólo un estado a través de su banco central está capacitado para hacer, desvanece la posibilidad de cualquier oportunidad de un negocio cuya lógica es precisamente quién tiene la mala suerte de situarse más allá de ese límite de la utilidad marginal, donde está la verdadera pérdida.
Aunque cuánto más cerca se esté de ese límite pero desde el otro lado mayor será la ganancia, por eso, y se haga lo que se haga, la tendencia natural de los mercados será incrementar esa prima de riesgo. Cualquier razón o excusa servirá para justificar ese incremento y un día será una cosa y al siguiente su contraria.
El lenguaje de la bolsa y los mercados es otro, virtual y con un cierto peligro cuando se mantiene dentro de los límites de los parquets. Otra cosa es cuando el mundo real subitamente adopta esa lógica virtual de maximizar ilimitadamente el beneficio para manejar una realidad que es mucho más limitada y mucho más real.
El peligro entonces es absoluto y real.
En microeconomía existe un concepto que es la utilidad marginal decreciente que procede del concepto de utilidad marginal, elaborado en el siglo XIX por los economistas neoclásicos para buscar una manera más real y adecuada de explicar la formación de los precios (y el valor) de las cosas.
Este concepto se elaboró buscando perfeccionar la explicación de los economistas clásicos basada en el valor-trabajo.
La concepción objetiva y clásica del valor, basada en la mera suma de los costos de producción de los bienes, se abandona por una concepción más subjetiva y social que tiene en cuenta el comportamiento de los consumidores en el mercado y su grado de satisfacción con lo consumido:
"Existiría, mas allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una saturación progresiva, pero jamás total.
Tal “ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones meramente sicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal decreciente; en este caso la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya el hecho de que la utilidad de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta. Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15-10, es decir 5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18-15, o sea 3. Ahora, como 3 es menor que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos en este ejemplo."
Resumiendo, se consume o se adquieren bienes en relación con la necesidad de adquirir otros y mientras compensa.
Y no soy un experto en Microeconomìa y no puedo tratar en su justa medida este concepto, aunque a los economistas neoclásicos se les acusaba de excesivamente teórico, pero este concepto me vale para entender la gran mascarada de la prima de riesgo.
Para empezar, la deuda pública española todavía compensa, por eso se compra, pero las incertidumbres, reales o imaginarias, de nuestra economía incrementa el grado de incertidumbre sobre el retorno de inversión del capital invertido... por eso, el interés sube.
Y tiene que ser así. Eso no es cuestionable, pero hay algo que queda en la sombra detrás de los grandes focos que apuntan a esos inversores que acuden a los mercados y todavía compran deuda pública española. Ese aspecto no es otra cosa del inmenso negocio que supone asumir el riesgo cada vez mayor de invertir en la deuda pública española.
Porque hay fondos de alto riesgo que apuestan contra ese riesgo buscando maximizar su propio beneficio y esta es la única realidad que rige el tema de la prima de riesgo.
En el fondo nadie piensa seriamente que España pueda quebrar, si se pensase de esa manera sería una gestión suicida de esos fondos. Solamente existe un riesgo de que así sea, algo que puede suceder o no, y contra la realización de ese riesgo se apuesta.
Por eso, y se haga lo que se haga desde la política y la economía real, la prima de riesgo sigue su dinámica alzista, porque su lógica es otra y en la dinámica consecuente de esa lógica los estados y sus bancos centrales se ven arrastrados. Es la lógica de la primera sangre. Sucedió con Portugal, Grecia e Irlanda y ahora sucede con España.
Y en esa lógica de máximo beneficio afrontando el mayor riesgo posible hay una frontera que define esa utilidad marginal, que será el momento en que realmente no compense porque la quiebra sea más realidad que posibilidad, pero mientras tanto compensa. ¡Y cómo!
Los grandes fondos de capital de riesgo compran deuda pública y se deshacen de ella en mercados secundarios como si fuese un activo tóxico.
Sólo los bancos centrales se quedan con esa deuda, pero para los demás actores el juego consiste en traspasarla con el mayor beneficio posible incrementando de manera privada ese porcentaje que define la prima de riesgo a otros que están dispuestos a asumir un riesgo mayor.
Por eso, y como cuando los lobos huelen la primera sangre, la derrama no se puede detener. Entra en juego otra lógica, la de la depredación cuya única regla viene definida por ese coste marginal que define quién se queda dentro y obtiene beneficio y quien se queda fuera y pierde.
Y cuanto más tiempo pase más difícil será poner en marcha la única solución verdaderamente eficaz: la promesa de compra de deuda por parte del banco central al interés que sea y a cargo de puntos o décimas de inflación.
Ese es el único lenguaje que los mercados entienden, una solución táctica basada en la demostración de fuerza, que sólo un estado a través de su banco central está capacitado para hacer, desvanece la posibilidad de cualquier oportunidad de un negocio cuya lógica es precisamente quién tiene la mala suerte de situarse más allá de ese límite de la utilidad marginal, donde está la verdadera pérdida.
Aunque cuánto más cerca se esté de ese límite pero desde el otro lado mayor será la ganancia, por eso, y se haga lo que se haga, la tendencia natural de los mercados será incrementar esa prima de riesgo. Cualquier razón o excusa servirá para justificar ese incremento y un día será una cosa y al siguiente su contraria.
El lenguaje de la bolsa y los mercados es otro, virtual y con un cierto peligro cuando se mantiene dentro de los límites de los parquets. Otra cosa es cuando el mundo real subitamente adopta esa lógica virtual de maximizar ilimitadamente el beneficio para manejar una realidad que es mucho más limitada y mucho más real.
El peligro entonces es absoluto y real.
martes, junio 19, 2012
Hermoso...
"Y así, emporrada se me ocurre que la noche es un amante cambiante. En verano te seduce y en invierno te posee sin preguntar."
(Musarañas-Lunes 18.05.12)
"Y así, emporrada se me ocurre que la noche es un amante cambiante. En verano te seduce y en invierno te posee sin preguntar."
(Musarañas-Lunes 18.05.12)
LO APOLÍNEO, LO DIONISÍACO Y EL FÚTBOL ESPAÑOL
Es flaca la memoria.
Ganamos la final de la Eurocopa 2008 con un medio centro defensivo, Marcos Senna, que además la tocaba, cuatro centrocampistas jugones (Silva, Iniesta, Xavi y Cesc) y un delantero (Fernando Torres)... Con la habitual inclusión de otro delantero jugón como Villa por Cesc arrasamos y jugamos como casi nunca un equipo de fútbol ha jugado.
Marchó Luis Aragonés y llegó Vicente del Bosque al banquillo de la selección.
Con Del Bosque se rumoreaba que la selección iba a cambiar jugando más por los extremos, pero en realidad, el principal y casi único cambio fue quitar a un centrocampista jugón y añadir un medioc entro defensivo.
Así, de no ser titular en el equipo de la Eurocopa, Xabi Alonso pasó a jugar en línea con Busquets. Y la selección perdió un peón en la zona de los tres cuartos donde se apelotonaban los jugadores del equipo contrario para nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.
Además, ni Busquets ni Xabi tienen la capacidad de toque de Senna, que en la Eurocopa no sólo tapó el juego del equipo contrario sino que, multiplicándose, se añadió como un peón mas en nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.
La consecuencia fue que nuestro juego se resintió. Pasamos de arrasar a ganar los partidos muy ajustadamente, ganando todos los partidos por la mínima excepto el partido de la fase previa con Honduras. Nuestro juego tuvo menos opciones en ataque pero aún asi ganamos el Mundial y el planteamiento menos atrevido de Del Bosque se vió reforzado... Ya se sabe que de los éxitos no se aprende.
Ahora, en esta nueva Eurocopa, jugamos y ganamos los partidos como lo hicimos en el mundial: ajustadamente y con calidad en el toque... pero sin deslumbrar porque empleamos a un jugador más en aguantar la línea defensiva por detrás de los jugones.
Y eso Del Bosque lo sabe... sabe que para jugar con más velocidad de balón y superar más fácilmente a las apelotonadas defensas contrarias, que ya nos conocen y nos esperan, necesitamos una opción mas de toque, pero es tan conservador que no se atreve a renunciar al doble pivote... en donde tenemos a dos jugadores acostumbrados a jugar sólos en esa zona y que tienden a estorbarse cuando no a anularse.
Por eso decide jugar sin delantero. Para añadir una opción más de toque con la esperanza de prolongar el toque y el desmarque hasta el interior del área contraria y marcar dando un pase a la red (cosa que caracteriza a todos nuestros goles en le Eurocopa). Y me parece bien como ya he escrito... solo que parece que no lo hemos entrenado demasiado. Pero que quede claro que nos planteamos jugar sin delantero porque el entrenador de la selección no se atreve a jugar con un único pivote defensivo.
La verdad es que hemos ganado el mundial sin explotar al máximo nuestras posibilidades de juego y puede pasarnos lo mismo en esta Eurocopa, pero de los éxitos jamás se aprende y la necesidad de un peón más para el toque sigue siendo patente (si es que queremos jugar como en la primera Eurocopa). Insisto, Del Bosque lo sabe, pero no se atreve a hacer lo que hay que hacer.
Es lo que tiene haberse criado en el Real Madrid... la relación antinatural tanto con la victoria como con la derrota. Por eso Luis que es un genio y que es del Atletico de Madrid se atrevió a liarse la manta a la cabeza y jugar con los pequeños.
(Lo apolíneo y lo dionisiaco, La sangre del león verde)
Y es que lo dionisiaco siempre ha molado mas... los que vimos la Eurocopa lo sabemos perfectamente. Lo malo es que te vuelve loco, pero tras cada noche enloquecida siempre hay una mañana de carnaval que madrugadores hombres como Del Bosque disfrutan a su manera, descansados y sin ojeras.
La suerte que tenemos es que hemos ganado de las dos formas.
No perdamos la perspectiva. Podríamos jugar mejor, pero por el momento ésta nos vale. Y por más que lo intento no puedo imaginarme a un Del Bosque orgiástico, pero la vida (larga) pertenece a aquellos que como Del Bosque viven de preocuparse, de tener miedo.
Es flaca la memoria.
Ganamos la final de la Eurocopa 2008 con un medio centro defensivo, Marcos Senna, que además la tocaba, cuatro centrocampistas jugones (Silva, Iniesta, Xavi y Cesc) y un delantero (Fernando Torres)... Con la habitual inclusión de otro delantero jugón como Villa por Cesc arrasamos y jugamos como casi nunca un equipo de fútbol ha jugado.
Marchó Luis Aragonés y llegó Vicente del Bosque al banquillo de la selección.
Con Del Bosque se rumoreaba que la selección iba a cambiar jugando más por los extremos, pero en realidad, el principal y casi único cambio fue quitar a un centrocampista jugón y añadir un medioc entro defensivo.
Así, de no ser titular en el equipo de la Eurocopa, Xabi Alonso pasó a jugar en línea con Busquets. Y la selección perdió un peón en la zona de los tres cuartos donde se apelotonaban los jugadores del equipo contrario para nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.
Además, ni Busquets ni Xabi tienen la capacidad de toque de Senna, que en la Eurocopa no sólo tapó el juego del equipo contrario sino que, multiplicándose, se añadió como un peón mas en nuestro juego de toque, desmarque y ruptura.
La consecuencia fue que nuestro juego se resintió. Pasamos de arrasar a ganar los partidos muy ajustadamente, ganando todos los partidos por la mínima excepto el partido de la fase previa con Honduras. Nuestro juego tuvo menos opciones en ataque pero aún asi ganamos el Mundial y el planteamiento menos atrevido de Del Bosque se vió reforzado... Ya se sabe que de los éxitos no se aprende.
Ahora, en esta nueva Eurocopa, jugamos y ganamos los partidos como lo hicimos en el mundial: ajustadamente y con calidad en el toque... pero sin deslumbrar porque empleamos a un jugador más en aguantar la línea defensiva por detrás de los jugones.
Y eso Del Bosque lo sabe... sabe que para jugar con más velocidad de balón y superar más fácilmente a las apelotonadas defensas contrarias, que ya nos conocen y nos esperan, necesitamos una opción mas de toque, pero es tan conservador que no se atreve a renunciar al doble pivote... en donde tenemos a dos jugadores acostumbrados a jugar sólos en esa zona y que tienden a estorbarse cuando no a anularse.
Por eso decide jugar sin delantero. Para añadir una opción más de toque con la esperanza de prolongar el toque y el desmarque hasta el interior del área contraria y marcar dando un pase a la red (cosa que caracteriza a todos nuestros goles en le Eurocopa). Y me parece bien como ya he escrito... solo que parece que no lo hemos entrenado demasiado. Pero que quede claro que nos planteamos jugar sin delantero porque el entrenador de la selección no se atreve a jugar con un único pivote defensivo.
La verdad es que hemos ganado el mundial sin explotar al máximo nuestras posibilidades de juego y puede pasarnos lo mismo en esta Eurocopa, pero de los éxitos jamás se aprende y la necesidad de un peón más para el toque sigue siendo patente (si es que queremos jugar como en la primera Eurocopa). Insisto, Del Bosque lo sabe, pero no se atreve a hacer lo que hay que hacer.
Es lo que tiene haberse criado en el Real Madrid... la relación antinatural tanto con la victoria como con la derrota. Por eso Luis que es un genio y que es del Atletico de Madrid se atrevió a liarse la manta a la cabeza y jugar con los pequeños.
La disputa entre lo apolíneo y lo dionisiaco sucediendo eterna, esta vez en el banquillo de nuestra selección.
"Apolo como dios del sueño, de la luz y del arte representa perfectamente lo apolíneo. Esta fuerza que ha guiado a buena parte del arte griego antiguo intenta plasmar la belleza serena del mundo, construir una isla en donde el individuo se encuentre resguardado del flujo caótico del universo y de la existencia. Lo apolíneo es un principio sosegador y aquietador, y en las obras bajo el influjo de lo apolíneo nos sumergimos en la tranquila serenidad de la apariencia bella. En otras palabras, el solar Apolo representa el principio de racionalización gracias al cual nos sustraemos del flujo salvaje de nuestras vidas, es el descanso luminoso de nuestras almas. Nietzsche lo asocia al sueño -que no a la pesadilla- en donde la realidad vaporosa y vagamente se nos presenta como cumplimiento de nuestros deseos.
Frente a este impulso onírico y aquietador de la apolíneo el filósofo alemán sitúa lo dionisíaco representado por la embriaguez. Lo dionisíaco se manifiesta como una explosión de vitalidad salvaje en la que desaparecen incluso los límites de la individualidad. Dionisos, dios del vino y del éxtasis, celebra la danza orgiástica de las bacantes, de los danzantes de San Vito o San Juan o de los cultos afrocubanos. El sujeto, arrebatado por el baile y la música, pierde la noción del yo y se funde en la vorágine vital que es la esencia del mundo (este concepto está estrechamente relacionado con la idea schopenahaueriana de “voluntad”). Lo apolíneo y dionisíaco son modos diferentes de entender la experiencia vital en pugna pero complementarios. La tragedia de Esquilo y Sófocles, no la de Eurípides, aunaron correctamente estos dos impulsos sin anular la fuerza de ninguno."(Lo apolíneo y lo dionisiaco, La sangre del león verde)
Como buen apolíneo, Del Bosque quiere sustraerse del flujo salvaje de la vida, un flujo que implica la posibilidad de la derrota y lo hace buscando la racionalización de ese carisma demostrado en la Eurocopa, en el descanso de la calidad del equipo sobre un inmutable y férreo doble pivote defensivo, mientras que Aragonés apostaba por la vitalidad salvaje de nuestro juego de toque y desmarque, aunque pudiera suponer la derrota, la danza orgiástica en torno al balón de nuestros centrocampistas creativos siempre fue primero.
Y es que lo dionisiaco siempre ha molado mas... los que vimos la Eurocopa lo sabemos perfectamente. Lo malo es que te vuelve loco, pero tras cada noche enloquecida siempre hay una mañana de carnaval que madrugadores hombres como Del Bosque disfrutan a su manera, descansados y sin ojeras.
La suerte que tenemos es que hemos ganado de las dos formas.
No perdamos la perspectiva. Podríamos jugar mejor, pero por el momento ésta nos vale. Y por más que lo intento no puedo imaginarme a un Del Bosque orgiástico, pero la vida (larga) pertenece a aquellos que como Del Bosque viven de preocuparse, de tener miedo.
Es el gran problema que tiene lo dionisiaco: es inolvidable pero también es efímero porque nos expone demasiado a los inflexibles rigores de la vida. Y contra sus inconvenientes el ser humano se protege con el canon, con lo apolineo de la norma. Y la magia inmóvil de una revolución siempre es sucedida por control menos sexy de la norma. Pero lo que de verdad siempre se recuerda es la epica magia de esos momentos vividos en el alambre... Lo que para entendernos viene a ser la aventura.
Gracias Luis!
lunes, junio 18, 2012
Maravillosa y preclara crónica de Krugman:
"Martin Wolf es mordaz (y con razón). “Hasta ahora nunca había comprendido cómo pudo suceder lo de los años treinta”, escribía el columnista de The Financial Times en una tribuna de opinión publicada el 5 de junio (edición de pago). “Ahora sí. Lo único que se necesita son unas economías frágiles, un régimen monetario rígido, un debate intenso sobre lo que hay que hacer, la creencia generalizada de que sufrir es bueno, unos políticos miopes, una incapacidad para cooperar y el no anticiparse a los acontecimientos”."
(Bienvenidos a los años treinta, Paul Krugman)
Y más...
"Pero corren tiempos de locura enfundada en trajes caros"
No lo parece... Aparentan lo contrario: seriedad y formalidad... pero están completamente locos.
"Martin Wolf es mordaz (y con razón). “Hasta ahora nunca había comprendido cómo pudo suceder lo de los años treinta”, escribía el columnista de The Financial Times en una tribuna de opinión publicada el 5 de junio (edición de pago). “Ahora sí. Lo único que se necesita son unas economías frágiles, un régimen monetario rígido, un debate intenso sobre lo que hay que hacer, la creencia generalizada de que sufrir es bueno, unos políticos miopes, una incapacidad para cooperar y el no anticiparse a los acontecimientos”."
(Bienvenidos a los años treinta, Paul Krugman)
Y más...
"Pero corren tiempos de locura enfundada en trajes caros"
No lo parece... Aparentan lo contrario: seriedad y formalidad... pero están completamente locos.
domingo, junio 17, 2012
LES DEMOISELLES DE ROCHEFORT
El musical no es un género que me guste demasiado, quiero decir, no hay muchos musicales que me entusiasmen.
"Les demoiselles de Rochefort" es uno de ellos.
Homenaje claro y evidente desde Europa a los grandes musicales norteamericanos de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, "Les demoiselles de Rochefort" pone cuidadosamente en acción los estilemas fundamentales del género, pero sin limitarse a la mera repetición cinéfila de aquello que se admira.
"Las demoiselles de Rochefort" tiene un algo propio y talentoso que vas más allá de la más aproximada y perfecta simulación.
Como en todos los musicales, la historia nos presenta a unos personajes que se mueven en encuentros y desencuentros con el amor como máquina inmóvil principal inspiradora de tanta acción, pero esta película dirigida en 1967 por Jacques Demy nos presenta esta "ronde" de personajes quizá con mayor talento que cualquier otra.
Por las calles de la soleada Rochefort los personajes van y vienen, viven sus vidas a la espera de un amor esquivo que bien parece marcharse, que bien parece no llegar jamás y todo parece depender de la oportunidad de un encuentro casual, de una coincidencia mágica que el espectador intuye pero siempre parece demorarse hasta el espectacular final coral que hace de "Les demoiselles de Rochefort" una película inolvidable.
En una película que en su práctica totalidad es cantada y bailada, Jacques Demy desarrolla una fascinante poética del amor romántico; una poética nada original, que tiene que ver con el destino y el azar, pero que quizá no haya sido puesta por obra en el cine de una manera más evidente y preciosa como en esta deliciosa historia de deseos, esperanzas, encuentros y desencuentros por las calles de Rochefort.
El lado más luminoso de la utopía sentimental del amor romántico.
Por derecho propio, "Les demoiselles de Rochefort" merece un lugar de privilegio dentro de los grandes musicales de la historia del cine.
Extraordinaria.
El musical no es un género que me guste demasiado, quiero decir, no hay muchos musicales que me entusiasmen.
"Les demoiselles de Rochefort" es uno de ellos.
Homenaje claro y evidente desde Europa a los grandes musicales norteamericanos de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, "Les demoiselles de Rochefort" pone cuidadosamente en acción los estilemas fundamentales del género, pero sin limitarse a la mera repetición cinéfila de aquello que se admira.
"Las demoiselles de Rochefort" tiene un algo propio y talentoso que vas más allá de la más aproximada y perfecta simulación.
Como en todos los musicales, la historia nos presenta a unos personajes que se mueven en encuentros y desencuentros con el amor como máquina inmóvil principal inspiradora de tanta acción, pero esta película dirigida en 1967 por Jacques Demy nos presenta esta "ronde" de personajes quizá con mayor talento que cualquier otra.
Por las calles de la soleada Rochefort los personajes van y vienen, viven sus vidas a la espera de un amor esquivo que bien parece marcharse, que bien parece no llegar jamás y todo parece depender de la oportunidad de un encuentro casual, de una coincidencia mágica que el espectador intuye pero siempre parece demorarse hasta el espectacular final coral que hace de "Les demoiselles de Rochefort" una película inolvidable.
En una película que en su práctica totalidad es cantada y bailada, Jacques Demy desarrolla una fascinante poética del amor romántico; una poética nada original, que tiene que ver con el destino y el azar, pero que quizá no haya sido puesta por obra en el cine de una manera más evidente y preciosa como en esta deliciosa historia de deseos, esperanzas, encuentros y desencuentros por las calles de Rochefort.
El lado más luminoso de la utopía sentimental del amor romántico.
Por derecho propio, "Les demoiselles de Rochefort" merece un lugar de privilegio dentro de los grandes musicales de la historia del cine.
Extraordinaria.
A estas alturas nadie esperaba encontrar tanto silencio.
Los comensales rápidamente improvisan nuevas verdades,
sentidos transitorios que den cuenta de lo inexplicable.
La cena se pretendía perpetua,
sobre el mantel los cubiertos y las viandas
brillaban perfectamente dispuestos.
Eran oficiales el apetito y la saciedad
pero increíblemente, y contra toda previsión
y cálculo de los expertos
había reventado silencioso un misterio.
Los comensales se palpaban el pecho
en busca del hambre,
para encontrarse un incómodo vacío innombrable
latiendo acuciante donde antes habitaban
las viejas ausencias familiares.
Y soplaba una extraña brisa
que se desplazaba con maneras de fantasma,
por entre tanta incómoda sorpresa,
por entre tanta escasa palabra vana
desesperadamente lanzada al viento.
A estas alturas nadie contaba con empezar de nuevo.
Los comensales rápidamente improvisan nuevas verdades,
sentidos transitorios que den cuenta de lo inexplicable.
La cena se pretendía perpetua,
sobre el mantel los cubiertos y las viandas
brillaban perfectamente dispuestos.
Eran oficiales el apetito y la saciedad
pero increíblemente, y contra toda previsión
y cálculo de los expertos
había reventado silencioso un misterio.
Los comensales se palpaban el pecho
en busca del hambre,
para encontrarse un incómodo vacío innombrable
latiendo acuciante donde antes habitaban
las viejas ausencias familiares.
Y soplaba una extraña brisa
que se desplazaba con maneras de fantasma,
por entre tanta incómoda sorpresa,
por entre tanta escasa palabra vana
desesperadamente lanzada al viento.
A estas alturas nadie contaba con empezar de nuevo.
"Angela Merkel ha vuelto a advertir hoy durante un congreso regional de su partido en Darmstadt de la "importancia" de que los griegos elijan mañana una mayoría que respete los acuerdos en materia de austeridad y que el resultado de las urnas permitan formar un gobierno que diga "queremos mantener nuestros compromisos"
(Merkel urge a Grecia a votar a la mayoría que respete los compromisos, El Mundo)
(Merkel urge a Grecia a votar a la mayoría que respete los compromisos, El Mundo)
¿Y qué diablos se espera que vote el asfixiado pueblo griego?
Se le pide a los ciudadanos griegos que hagan algo que no se pide a los avariciosos y rapaces que habitan los parquets de los mercdos financieros... que se contengan.
El absurdo es triste y total. El que más tiene es el que menos quiere ceder, pero intenta que todo encaje en equilibrios precarios y parciales que sesudos monos de repetición formulan y alaban con seriedad y responsabilidad... pero la gente se muere en Grecia.
La virtualidad del más perfecto de los discursos, el más ajustado edificio de pruebas y datos, incluso la propia razón convertida en eficaz herramienta de ingeniería no puede en contra de ese sentimiento.
¿Y qué diablos se espera que vote el asfixiado pueblo griego?
Esta Europa de los intereses creados no interesa lo más mínimo. Una Europa penosa en donde los más ricos no quieren asumir su parte de culpa con el aplauso de miserables y formales, porque, y vuelvo a insistir, no hay prestamo que valga si una de las partes no quiere. Una Europa triste en la que el propietario del dinero lo ha regalado (los tipos de interés llegaron a estar por debajo de la inflación y sencillamente se perdía dinero ahorrando) y ahora utiliza todo su poder para repercutir ciegamente el coste sobre la otra parte, sin asumir la propia responsabilidad y sin parar en detalles, llegando a poner en peligro la vida de la gente.
Se ha vivido alegremente. Es cierto. Se ha despilfarrado. Es cierto. Pero no es menos verdad que el grifo que alimentaba con dinero fresco esa fiesta se mantuvo abierto mientras se pudo y por quién podía hacerlo. Y ahora el acreedor de esa deuda no quiere asumir el coste de esa decisión, llegando hasta el punto absurdo de querer laminar las sociedades que están deuda y olvidando lo más esencial, que uno tiene que estar vivo para poder pagar esa deuda.
Hay que empezar a hablar de enemigos.
Mi voto va para Tsititza.
Se le pide a los ciudadanos griegos que hagan algo que no se pide a los avariciosos y rapaces que habitan los parquets de los mercdos financieros... que se contengan.
El absurdo es triste y total. El que más tiene es el que menos quiere ceder, pero intenta que todo encaje en equilibrios precarios y parciales que sesudos monos de repetición formulan y alaban con seriedad y responsabilidad... pero la gente se muere en Grecia.
La virtualidad del más perfecto de los discursos, el más ajustado edificio de pruebas y datos, incluso la propia razón convertida en eficaz herramienta de ingeniería no puede en contra de ese sentimiento.
¿Y qué diablos se espera que vote el asfixiado pueblo griego?
Esta Europa de los intereses creados no interesa lo más mínimo. Una Europa penosa en donde los más ricos no quieren asumir su parte de culpa con el aplauso de miserables y formales, porque, y vuelvo a insistir, no hay prestamo que valga si una de las partes no quiere. Una Europa triste en la que el propietario del dinero lo ha regalado (los tipos de interés llegaron a estar por debajo de la inflación y sencillamente se perdía dinero ahorrando) y ahora utiliza todo su poder para repercutir ciegamente el coste sobre la otra parte, sin asumir la propia responsabilidad y sin parar en detalles, llegando a poner en peligro la vida de la gente.
Se ha vivido alegremente. Es cierto. Se ha despilfarrado. Es cierto. Pero no es menos verdad que el grifo que alimentaba con dinero fresco esa fiesta se mantuvo abierto mientras se pudo y por quién podía hacerlo. Y ahora el acreedor de esa deuda no quiere asumir el coste de esa decisión, llegando hasta el punto absurdo de querer laminar las sociedades que están deuda y olvidando lo más esencial, que uno tiene que estar vivo para poder pagar esa deuda.
Hay que empezar a hablar de enemigos.
Mi voto va para Tsititza.
sábado, junio 16, 2012
GAMER
Me da mucha pereza escribir algo sobre "Gamer".
Copio el argumento de Filmaffinity:
"En un futuro, en un juego denominado Slayers, uno de los participantes puede controlar a millones de seres humanos a través del sistema multijugador. En el "Slayer" juego y espectáculo están envueltos en un híbrido aterrador. Humanos controlados por humanos a gran escala, juegos en red donde personas representan a personas para siempre. La Tecnología del control mental se ha extendido, y el corazón de ese controvertido e hiperviolento juego es su creador, el multimillonario Ken Castle (Michael C. Hall). Su última creación es un juego de disparo en primera persona, que permite proyectar las fantasías más salvajes de cada uno ante un público global, utilizando prisioneros reales como avatares que luchan contra la muerte. Pero Kable (Gerard Butler), un poderoso guerrero controlado por el joven Simon, intentará liberarse a sí mismo y al resto de jugadores del mundo... "
Parece que si, pero no...
Y dos cosas para terminar:
- No es que me guste demasiado el exploit, pero detesto mucho más el exploit con pretensiones.
- Películas como "Gamer" hacen de Roger Corman el maestro del cine exploit que fue.
Me da mucha pereza escribir algo sobre "Gamer".
Copio el argumento de Filmaffinity:
"En un futuro, en un juego denominado Slayers, uno de los participantes puede controlar a millones de seres humanos a través del sistema multijugador. En el "Slayer" juego y espectáculo están envueltos en un híbrido aterrador. Humanos controlados por humanos a gran escala, juegos en red donde personas representan a personas para siempre. La Tecnología del control mental se ha extendido, y el corazón de ese controvertido e hiperviolento juego es su creador, el multimillonario Ken Castle (Michael C. Hall). Su última creación es un juego de disparo en primera persona, que permite proyectar las fantasías más salvajes de cada uno ante un público global, utilizando prisioneros reales como avatares que luchan contra la muerte. Pero Kable (Gerard Butler), un poderoso guerrero controlado por el joven Simon, intentará liberarse a sí mismo y al resto de jugadores del mundo... "
Parece que si, pero no...
Y dos cosas para terminar:
- No es que me guste demasiado el exploit, pero detesto mucho más el exploit con pretensiones.
- Películas como "Gamer" hacen de Roger Corman el maestro del cine exploit que fue.
"Las elecciones del próximo domingo son trascendentales para Grecia y Europa, porque, por vez primera en todo este proceso, la voz sonora de la disidencia frente a esta “hoja de ruta” neoliberal y globalizadora tiene la posibilidad de transformarse en acción política por vía democrática. Y esto es muy importante, tan importante como la caída de un régimen, de ahí el desasosiego del establishment griego y europeo y su desesperada campaña de desprestigio y miedo. Los “numerarios” del bipartidismo clientelista griego saben perfectamente que serán derrotados para siempre si pierden estas elecciones, saben que se acaba el juego, y lo sabe también la detestable oligarquía beneficiaria de sus políticas de endeudamiento, privatizaciones y rescates. Y no nos engañemos: el nerviosismo que ahora recorre los despachos europeos y los consejos de administración de la gran banca tiene este mismo origen."
(El voto del Domingo, Desde Grecia)
(El voto del Domingo, Desde Grecia)
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