jueves, abril 29, 2004

Según publica la web Noticine, Hepburn y Tracy han sido elegidos la pareja con más química de la historia del cine.
Tras ellos, figura la pareja formada por Richard Burton y Elizabeth Taylor... ¡Ja! CON MÁS QUÍMICA.. LA PAREJA CON MÁS QUÍMICA..... Pues será fuera del cuerpo, porque cuerpo adentro nadie puede ganar al tandem 'destroyer' que formaban los dos actores británicos.
En realidad, esa pareja era un trío: ella, él y la química.
Ir a la noticia
"Las opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene uno"
(Clint Eastwood - Harry Callahan. "En la lista negra")

PD: Y por cierto, uno de los primeros trabajos de ese cómico tan contenido y tan poco histriónico llamado Jim Carrey

miércoles, abril 28, 2004

Una de las cosas que más me gusta de correr es que, cuando terminas, no has llegado a ninguna parte.
Quizá -y sólo quizá- tu cuerpo se encuentra un poco más saneado, pero -y por lo demás-, el espacio y el tiempo en que te desenvuelves siguen siendo los mismos (aunque alrededor de cuarenta minutos más tarde).

Ninguna parte.... un lugar minusvalorado en estos tiempos de prisas, decadencia y sin sentido, pero sin duda un lugar tan interesante como cualquier otro para llegar.

martes, abril 27, 2004

Seguramente, Diego Armando Maradona es uno de los mejores talentos que ha dado la historia del fútbol.
Dudarlo es hacer oposiciones para la equivocación. En el Olimpo de los grandes peloteros tiene que estar Maradona. Quizá no sea el mismo Zeus, pero su condición divina, la misma que tienen Pelé, Di Stefano, Cruyff o Zidane es incuestionable...
Hasta aquí todo es obvio, pura prensa deportiva... Sólo faltan las estampas...

Este idolo contradictorio y siempre en crisis ha sido y es el mito perfecto para un país tan contradictorio y siempre en crisis como es Argentina. Pero Maradona es algo más. Regatear como regateaba a los defensas está bien (con el toque eléctrico de su tobillo y la potente arrancada de galgo), pero hacer lo mismo con la muerte... Eso está al alcance de unos pocos (quizá de Garrincha. No lo se. No estoy tan puesto).

Inconsciente y con su corazón como balón.
Citando a la parca (que siempre juega con sotana) y marchándose por la izquierda tras amagar una salida por la derecha.
Saliendo del coma, regate a regate.
Trabajándose un gol aún más espectacular que el que le marcara a Inglaterra (nada menos que a la Pérfida Albión que les arrebatara las Malvinas) en el Mundial de Méjico (haciendo una especie de justicia poética para todos sus compatriotas)
Gustándose, siendo su propio público.
Jugando ésta vez para él sólo.

viernes, abril 23, 2004

"Dame la mano, que es la obra buena del pasado, que eres tú"
("Las mujeres y los días", Gabriel Ferrater)
No lo podía creer.
De nuevo estaban allí.
Somnolientos, tensos y nerviosos. Esperando en la puerta de la boca de metro a que llegara la camioneta que todas las mañanas les traía el periódico "20 minutos".
No lo podía creer, pero los estaba viendo y viviendo.
Más de cuarenta personas esperando una llegada que -por lo visto- se retrasaba. Dispuestos a esperar lo que hiciera falta para conseguir algo gratis.
No lo puedo creer y tampoco puedo entenderlo
Estoy convencido de que, si la camioneta aún no ha llegado, todavía estarán allí (los muy miserables).
Estoy seguro también de que son las mismas personas que todas las navidades se pelean por el roscón de Reyes que se reparte en la Plaza Mayor.
Pobres y baratos hasta en su cutrerío.

miércoles, abril 21, 2004

“Soy un niño raro, estoy en desacuerdo con el 99,9% de la gente y tampoco me quedan muchas causas por las que luchar porque están todas perdidas”.
(Fernando Sánchez Dragó dixit)

Tengo que ser fuerte y asumirlo... ¡Estoy de acuerdo con él!
"Cuando los gusanos hagan una cena fría con mi cuerpo, encontrarán un regusto de ti"
(Extracto del poema "Poseído".
"Las mujeres y los días", Gabriel Ferrater)

domingo, abril 18, 2004

R. se levanta a toda prisa de la cama.
Su madre le ha sugerido que ella podría preparar el desayuno, un café bien caliente y a ella, su hija, le ha faltado tiempo para intentar hacer una realidad pronta de su caprichoso deseo... Amor de hija, pequeño sonar pies descalzos sobre la fría tarima.
Tumbado en la cama la escucho buscar el café, intentar abrirlo, programar el microndas... En definitiva y de una forma distinta, la aventura de preparar el desayuno resonando ante mis oídos.. El mundo de esas pequeñas cosas que componen nuestra vida cotidiana vivida con la intensidad que merece, haciendo justicia al tiempo que pasa y nos pasa.
La escucho y pienso en que sólo los niños son capaces de convertir en una aventura todas esas prequeñas cosas que a los mayores nos parecen un engorro, interminables etapas que tenemos que realizar y que forman parte de un proceso que muchas veces (las más) no nos lleva a ninguna parte.
La escucho y pienso en ese niño que todos llevamos dentro, el que convierte en una aventura cualquier evento tan nimio como el acontecimiento de preparar un café, en ese niño que en la mayor parte de los casos ya está muerto, enterrado bajo un par de metros de proyectos irrealizables o por realizar.
La escucho preguntarse cómo se abre el paquete de las galletas.
La escucho vivir la vida como ya hemos olvidado vivirla: disfrutando del camino, perdiendo de vista el recuerdo de Itaca.

miércoles, abril 07, 2004

"El mundo está hecho de pavor y maravilla"
(Don Juan)
Todas las muertes son injustificadas... (y muy especialmente la nuestra -que en el fondo es la única que nos importa-).

martes, abril 06, 2004

No he podido evitarlo. Quizá, tomé las pastillas en la secuencia de colores equivocada.
No lo se.
El caso es que Aspero Mundo tiene ya una segunda edición en forma de mini-portal
¡Que me perdonen los cielos! (si es que ahí arriba queda alguien para perdonarnos todos los pecados que llevamos cometiendo desde que el mono dejó de ser mono para convertirse en algo peor, AUNQUE A VECES CAPAZ DE LO MEJOR).

En fin, para todos ha nacido "Mundo aspero mundo"


Mi antivirus Panda no me deja en paz.
Diariamente me informa de que mi ordenador está protegido, de que tengo que analizar mi disco duro.
No se cansa. Está programado para intentar transmitirme la sensación de seguridad que necesito.
Los dos sabemos que los virus y gusanos tienen la iniciativa, que no va a poder protegerme de la última venérea de la red si ésta se cruza en mi virtual camino del hipertexto. Y ya no se trata de realidades, de la realidad de esta seguro y protegido, sino de sensaciones, la sensación de estar seguro y protegido.
Todo tiene que pasar en mi cabeza, porque el mundo real es otra historia, un inabarcable mar de eventos caóticos e incontrolables.
Se trata de sensaciones, del ser atraves del sentirse como si lo fueramos.
Y la realidad, suponiendo que exista... sea lo que sea, esté donde esté, seguramente y cada vez más lejos... Y la realidad se oculta tras una tupida maraña de sensaciones que paradójicamente nos hacen sentirnos vivos, porque lo nuestro es el simulacro en su versión más radical.
Puro teatro.... y teatro de Calderón.

viernes, abril 02, 2004

No voy a ver la pasión de Cristo según Mel Gibson.

Entre otras cosas, porque ya se cómo acaba.
Al tercer día, aproximadamente, nuestro héroe -de personalidad múltiple- resucita (y es ahí cuando empieza ese horror español llamado Semana Santa, pero esta es otra historia: etnografía aterradora en concreto). Lo siguiente es el reino de los cielos ¡Qué suerte tienen algunos!

Entre otras cosas, porque es la pasión tal y como la ve Mel Gibson. ¡JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¿Y cómo la ve Danny Glover? ¿No eran amigos y compañeros?



La realidad supera a la ficción ¿o simplemente la copia?

A propósito de...

ACABAREMOS CON ESE PERRO DE BERLUSCONI
Al Qaeda amenaza con destruir Roma en una cinta de vídeo encontrado en la ciudad italiana de Cremona
(leído en las páginas digitales de El Mundo:)

jajajajajajajajja... vamos, ríete... si algún día de estos tenemos que morirnos. ¡Qué más da que sean éstos o un seat ronda color rojo putero en la carretera de Andalucía! Nos va a joder igual.

Y es que estos tipos tan malos de Al Qaeda cada vez se e parecen más a los malos de las pelís de James Bond o, incluso, al malo de las pelis de Austin Power... aún peor.
Destruir Roma... ¿con qué? ¿con un martillo y un escoplo? ¿con un potente rayo láser (deletreando y pronunciando detenidamente cada letra, acompañando esa acción con un gesto de ambas manos -brazos levantados- que dibuja unas invisibles comillas) ¿cerrando los ojos y deseándolo muy fuertemente? ¿o recurriendo al viejo truco de siempre: metiendo a toda la ciudad en un vagón de la red madrileña de cercanías?

¡Por Dios!
¿Es que ya no hay genocidas como Dios manda?
¿Es que el agotamiento de la humanidad nos está afectando hasta en nuestra capacidad para hacer el mal?

No me sorprendería nada encontrar en la casa de Bin Laden, o de alguno de estos tipos, la colección completa de películas de James Bond o alguna caja de la compañía ACME.

¡Dónde estás Moriarty!
¡Dónde te escondes Robur!
¡Sal del fondo del mar Nemo!

¡Enseñadles a estos tipos, a estos advenedizos, cómo conquistar el mundo!

Y además se me ocurren un millón de cosas para matar antes que el pobre perrito de Berlusconi ¡Qué culpa tiene!

lunes, marzo 29, 2004

Desde el jueves pasado, me pregunta mi amigo J. cuál es la receta para seguir adelante cuando la vida te golpea (y a él le ha golpeado un poco) y recordándole en su apañado desconcierto me vienen a la mente los "21 gramos" de Alejandro Iñárritu, esa magna obra de ficción edificada en torno al improbo esfuerzo real por continuar, por seguir adelante...
¿Cuál es la receta?
No lo se. Quizás, concentrarse y dar un paso hacia delante. Luego dar otro. Luego dar otro y otro y otro con los dientes apretados, agarrados al tenue hilo de una casi invisible esperanza, confiando en que el viscoso abrazo no querido de la oscuridad se acabe y ante nuestra mirada aterida se encuentre la inmensa extensión azul de un mar, quizá -y con un poco de suerte- el de nuestro concierto.
No hay más secreto ni misterio que ponerse en marcha y continuar.
Escribía Cela que el que resiste siempre vence.
La vida es un camino y nuestro oficio como seres vivientes no es otro que andar, aunque sólo podamos dar un paso adelante por cada dos que damos hacia atrás (igual que uno nunca se baña dos veces en el mismo río, tampoco regresa al mismo lugar... La trampa de la memoria siempre acechandonos. Aspero mundo siempre para el que prefiere regresar).

jueves, marzo 25, 2004

Hace tiempo que no me enfrentaba al blanco virtual (y también nuclear) de mi weblog.
He estado muy ocupado trabajando e intentando descansar, adaptando estas las viejas ruinas de mi inteligencia a una nueva rutina laboral.... Pero ya estoy de vuelta e intentando recordar todas las entradas que en algún momento -y durante todo este tiempo de ausencia- pergueñé unicamente de pensamiento.

Tal y como dijo Homero, seré breve:

1
Sobre "La pelota vasca"

Tanta polémica, tanta indignación y crítica, para luego encontrarme con una película IMPRESCINDIBLE tanto por sus valores intrínsecos como película documental como por sus aportaciones extrínsecas: la presentación de todos los posibles discursos que existen en torno al "inexistente problema vasco" (los doscientos y pico mil que no se sienten españoles que se jodan).
No pasa nada por escuchar a los demás. Los discursos que se escuchan se acreditan o se desacreditan a si mismos en función de la propia opinión que tiene el espectador.. En definitiva, que me siento manipulado por todos aquellos que demonizaron una película (algunos de ellos sin ni siquiera verla) e hicieron de todo ésto un infierno un poco más grande. No pasa nada.

2
Sobre "Kill Bill"

LA HE VISTO!
Y aún pareciéndose una película que, como quién dice, tiene su aquel, he de decir que me produce un cierto rechazo. Tanta violencia y tanta muerte... No puedo con ella. Todos esos chinos decapitados seguro que tienen mamaíta que les está esperando en el porche de su casa.
En definitiva, que le peli tiene un cierto aire a circo romano virtual que no me gusta nada. Peckinpah respetaba mucho más a sus muertos.

Muy pronto más.


lunes, marzo 15, 2004

He ido a votar, pero no he votado a nadie.
He llegado hasta el colegio, me he buscado en las listas censales, pero no me he encontrado en ninguna papeleta (ni siquiera en la de Ciudadanos Agobiados y Cabreados).
Ella sonreía mientras le explicaba por qué nos ibamos a marchar sin dejar ninguna papeleta en ninguna urna, por qué no me gusta ninguno de ellos, por qué odio este juego de quitar y poner etiquetas en que se ha convertido la política en nuestras occidentales sociedades decadentes.
Demasiado ruido.
La fiesta de la democracia no me necesita, continúa sin mí.
Y ella me sigue sonriendo mientras los primeros rayos de un confortable sol de primavera se prenden en sus ojos, enciendendo aún más el brillo de su mirada.

sábado, marzo 13, 2004

Para matar siempre hay tiempo.
Sin embargo, y en lo que al amor respecta,
siempre buscamos deseperadamente un lugar acordado,
un imposible momento de consenso
-que generalmente deviene a tachón, a cita anulada-
por nuestras vacías agendas.

sábado, febrero 28, 2004

Veo por primera vez "They were expendable" (1945) de John Ford y Robert Montgomery, una de las últimas muestras del cine de propaganda norteamericano durante la II Guerra Mundial, en Turner Classic Movies. Tenía ganas de verla y no me ha decepcionado.
La historia que cuenta es la historia de una derrota, la de las tropas norteamericanas en las Filipinas a manos del ejército japonés, y, al mismo tiempo, la historia de una esperanza, le de algún día regresar victoriosos.
Alrededor de dos horas y veinte dura este relato que uno sigue con absoluto interés hasta su maravilloso final en dondese nota la mano genial del maestro John Ford.
El avión donde viajan el teniente Brickley (Robert Montgomery) y el teniente Ryan (John Wayne) es el último vehículo para escapar de las tropas japonesas. Sólo hay lugar para 30 pasajeros y muchos quedan fuera. Los que se quedan contemplan con esperanza el vuelo del avión desde su derrota y apresamiento seguro. Esperanza que el maestro Ford refleja en un primer plano del rostro de Boats (Ward Bond) escuchando el sonido de los motores y buscando infructuosamente en el oscuro cielo nocturno la silueta del aparato. No la ve, pero no le importa. Sonríe. Está seguro de que sus compañeros han logrado escapar y también de que harán todo lo posible para volver y rescatarle.
Este es uno de los poderes de John Ford: la fotogenia. La capacidad genial de hacer de algunas imágenes poemas intensos y profundos, como la imagen de un Ward Bond esperanzado y sonriente en medio de una derrota, aunque abocado a un destino incierto. Tomada ya para siempre en ligero y sutil contrapicado que hace de su personaje el auténtico héroe de la película.