domingo, febrero 22, 2009

SLUMDOG MILLIONAIRE

Lo mejor que tiene "Slumdog millionaire" es que se trata de un canto a la vida. 

La vida no entendida en su realidad física, independiente de los seres humanos, puro mecanismo ciego de continuidad y perpetuación sino concebida como algo que nace de la sentida expresión personal de un concreto individuo, como un sentido acto de afirmación de un modo de estar y existir contra todo riesgo y situación... Y en este aspecto radica la magia de esta película, una fabula sobre la ciega voluntad de esperanza y la inflexible firmeza en la propia convicción.

Su protagonista en un romántico en toda la extensión de la palabra, una extensión que no se reduce a lo meramente sentimental (perspectiva absolutamente empobrecedora del concepto) sino a un actitud mucho más total que tiene que ver con el hecho de subordinar toda su presencia en el mundo a un sentimiento, a una idea de cómo debieran ser las cosas. Y lo pone todo en juego a la luz de esa idea, pero de forma ciega,  sin importarle otras consecuencias... porque ni siquiera puede verlas. 

Por eso, la escena que más emociona de la película es ésa en que el inspector de policía libera al muchacho por considerarle... veraz. Ya no se habla de verdades y de mentiras, de tácticas, sino de autenticidad o falsedad como impresión global, de estrategias, modos de vivir. Y para el policía, el chaval es auténtico y, tras escucharle, esa autenticidad, efecto inevitable de un relato directo y transparente, se le antoja como razón suficiente para liberarle.

Las fábulas siempre tienen un carácter moralizante y suelen estar protagonizadas por animales, en este caso un perro de los suburbios, ofreciéndonos retratos de conductas morales censurales y/o reprobables. Y el retrato de este perro callejero es un ejemplar perfil sobre la verdad concebida como consecuencia cristalizada de una actitud mantenida de forma inflexible e incansable. 

La música de este canto a la vida que es "Slumdog millionaire" emana de la recalcitrante ilusión de su protagonista. 

La letra es su historia narrada a través de las diferentes preguntas que le van siendo formuladas por el conductor del concurso ¿Quién quiere ser millonario? en el transcurso del mismo. Y en este sentido la película ofrece mucha imaginación en el modo de desplegar la historia de este muchacho que se convierte en la esperanza de tantos, un héroe cuya condición radica en haber llevado más lejos que ninguno la ciega voluntad de su esperanza.

Porque la esperanza es el principal componente de la vida, sin ella sólo hay una vasta extensión de polvo de días que se recorre arrastrando los pies y con la cabeza gacha.


Maravillosa.


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