miércoles, septiembre 26, 2012

Nana

Buenas noches a todos los valientes de esta tarde.
Todos príncipes y princesas de Maine, reinas y reyes de Nueva Inglaterra, huérfanos de sentido y verdad.
Desheredados y no considerados en la lista final del banquete que sin embargo no os resignáis, como Leónidas cuando allá en la angostura de las Termópilas la realidad mandaba callar.

Son miles las bellezas que os adornan
Fuisteis verdaderamente humanos queriendo serlo.
No callasteis ni aceptasteis la diaria ceremonia de dejar lo inconveniente suceder y pasar.
Retumbaron como tambores vuestras voces, vuestros cuerpos, vuestro ánimo y dijisteis basta.
Alzasteis los brazos como lanzas y señalasteis con el afilado dedo bendecido por un rayo de luna hacia el corazón simple y puro de las cosas y de los hechos.

No es justo y nunca lo será.
El rey está desnudo.
La evidente mentira no es verdad.
El texto escrito no es el que se ostentosamente se pronuncia.
Los canallas ya no se molestan en mentir como escribe Godard. Les basta con señalar a eso que llaman realidad.

Dormid tranquilos el sueño de los justos, un sueño que otros, los sensatos, los realistas, los formales, solo si acaso pueden comprar.
Por ahora el mundo no está a vuestra altura, pero algo esencialmente humano latió y late en vuestro ser y en estar.
La necesidad de luchar e imponerse a una realidad. No de aceptarla como una victima o un esclavo, sin mas.
Vuestro gesto es pura memoria.
Nadie recuerda a los que se conforman y se dejan llevar.
El sueño a ojos abiertos que nos hace lo que somos precisa de tierra más fértil para germinar.

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