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La inflación como forma de poder

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La política lucha contra la inflación donde no nace: en la economía real. Al hacerlo, no corrige el problema, pero gana control. El precio se convierte en su nueva herramienta de poder: un mecanismo que redistribuye riqueza hacia arriba y disciplina a la población por abajo. En una entrada anterior.  Inflar el vacío vimos cómo la inflación contemporánea nace de la financiarización: un sistema donde el valor se emancipa de la producción y se ancla en la especulación financiera. Esa fractura entre economía real y economía financiera es el punto de partida para entender la inflación actual.. Sin embargo, el discurso político sigue tratando la inflación como si fuera un fenómeno de la economía real: exceso de gasto, salarios altos, consumo desbordado. Esa confusión no es un error; es una estrategia. La política combate una inflación que no puede controlar —porque su origen está en los mercados financieros— actuando sobre aquello que sí puede disciplinar: el trabajo, el consumo y...

La máquina de fabricar culpables: el ejemplo de Jeffrey Sachs

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Una frase ambigua bastó para desatar la maquinaria del descrédito. Jeffrey Sachs dijo “cuando Macron me dio la Legión de Honor”, y en menos de un día la red lo convirtió en mentiroso. Nadie discutió sus ideas ni su trayectoria: solo la literalidad de una expresión convertida en prueba moral. El episodio no revela tanto sobre Sachs como sobre nosotros: sobre cómo se fabrica hoy la mentira, no a partir de falsedades, sino de matices retorcidos hasta romperse. Jeffrey Sachs dijo: “cuando Macron me dio la Legión de Honor” . Bastó esa frase —una de esas frases lanzadas sin cuidado en medio de una entrevista— para que se desatara un pequeño escándalo en redes. De inmediato, columnistas y tuiteros comenzaron a repetir el mantra: “Sachs miente. Macron nunca se la entregó. Nunca se conocieron.” Y así, un asunto de protocolo se convirtió en una acusación moral. Lo curioso no es la polémica, sino su mecánica. En menos de veinticuatro horas, una frase ambigua y descuidada se había transfo...

Cuando la lealtad se convierte en servidumbre: la rendición moral de Europa (y VIII)

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Durante décadas, la alianza atlántica se presentó como un pacto de libertad y prosperidad compartida. Hoy, esa narrativa se desmorona: Washington ya no lidera, administra su decadencia a costa de sus socios. Europa, convertida en cliente cautivo, paga el precio de una hegemonía que sobrevive saqueando el orden que creó. A lo largo de esta serie hemos documentado la transformación de la alianza atlántica en un sistema de subordinación económica, militar y política. Vimos el patrón histórico: Washington trata a sus aliados como instrumentos desechables (cap. 2). Analizamos el sabotaje del Nord Stream como destrucción deliberada de la autonomía energética europea (cap. 3). Estudiamos la guerra de Ucrania como conflicto por delegación donde Europa paga y Washington decide (cap. 4). Examinamos la OTAN como arquitectura de control que permite gastar más sin decidir nada (cap. 5). Explicamos la mutación de la hegemonía estadounidense en sistema de rentismo imperial (cap. 6). Y cuantific...

Inflar el vacío

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La inflación ya no mide la vitalidad de las economías, sino su agotamiento. En China, los precios se mantienen estables porque el Estado sigue controlando la producción y el crédito; en Europa, suben porque el sistema financiero se ha emancipado de la realidad. La inflación moderna no nace del exceso de dinero, sino del vacío que deja una economía cuando deja de producir valor y empieza a vivir de inflar sus propias ficciones. La inflación ya no mide la vitalidad de las economías, sino su agotamiento. En las sociedades financiarizadas, los precios ya no son el termómetro del crecimiento, sino la huella del declive. En China los precios se mantienen estables porque el Estado conserva el control del crédito y de la producción; en Europa suben porque el sistema financiero se ha emancipado de la realidad. La inflación moderna no nace del exceso de dinero, sino de la escasez de valor productivo: del vacío que deja una economía cuando deja de crear riqueza y empieza a vivir de inflar sus p...

Ucrania y la economía de la atención: librando la guerra para los inversores

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Cada ofensiva que Ucrania lanza tiene dos frentes: uno militar y otro simbólico. El primero decide poco; el segundo decide la financiación. En una guerra que ya se libra para los inversores, la victoria se mide en titulares, no en kilómetros. La economía de la atención ha reemplazado la estrategia. Hace unos días, dos helicópteros ucranianos y una veintena de fuerzas especiales fueron enviados a una misión absurda: retirar una bandera rusa del cartel de entrada a Pokrovsk. No era una acción militar: era una escenificación. Un gesto dirigido no al enemigo, sino a los aliados, para demostrar que Ucrania todavía conserva iniciativa, que aún golpea, que aún puede exhibir control. Esa imagen —una bandera arrancada a costa de vidas expertas— resume una deriva más profunda: la de una guerra que ya no se libra hacia adentro, sino hacia fuera. La lógica de las operaciones-mensaje La anécdota de Pokrovsk no sería tan relevante si no formara parte de una tendencia más amplia: la sucesión ...

Los que odian al Estado… mientras paga sus facturas

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El antiestatismo se ha convertido en una forma de rentismo político y económico. Su plan funciona. Tras la retórica de la libertad, se esconde una estrategia: vivir del Estado negando su existencia . Hay un tipo de discurso político que prospera en todas partes: el que denuncia al Estado mientras vive de él . No hablo de anarquistas coherentes ni de liberales clásicos preocupados por los límites del poder. Hablo de una corriente que ha hecho del antiestatismo su identidad, pero cuyo modelo económico real consiste en privatizar beneficios y socializar costes . Es la ideología del empresario que cobra subvenciones mientras denuncia “la cultura de la paguita”. Del político que promete “adelgazar el Estado” desde un escaño pagado con impuestos. Del lobby energético que exige “libre competencia” después de décadas de tarifas reguladas y rescates públicos. Y del académico que predica el fin de lo público desde una cátedra pública. El Estado como botín, no como enemigo Este antiestatismo co...

Aliado o cliente - El precio de la fidelidad (VII)

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Europa paga hoy el precio de su fidelidad. En apenas tres años, el Viejo Continente ha transferido a Estados Unidos más de un billón de euros en energía, armamento, inversiones y poder político. Lo que se presentó como una alianza de defensa mutua se ha convertido en una arquitectura de extracción: Washington cobra por proteger, impone su agenda y convierte la obediencia europea en fuente de rentas. La lealtad se ha transformado en sumisión, y la fidelidad, en una forma elegante de servidumbre. En la entrega anterior vimos cómo la hegemonía estadounidense ha mutado en un sistema de rentismo imperial: ya no protege, sino que cobra por mantener dependencias. Europa es hoy una fuente de rentas energéticas, militares y políticas. Lo que vive no es un accidente histórico, sino la versión actualizada de una vieja constante: para Washington, los aliados son instrumentos, no socios. Estados Unidos nunca ha tenido amigos permanentes, solo utilidades temporales. Y cuando un aliado deja de se...