viernes, noviembre 13, 2009

"Dios envió a Hitler porque está loco. El judío conoce a Dios y sabe cómo opera. El judío conoce a Dios y sabe que, desde el mismo día en que lo creó, Él se pasa el día encolerizándose con el hombre, desde que amanece hasta que se pone el sol. Eso es lo que hay que entender, cuando se dice que los judíos son el pueblo elegido. Los gentiles sonríen: Dios es bueno, Dios es misericordioso, Dios nos ama. Los judíos no sonríen: ellos no conocen a Dios como los gentiles, por ensoñaciones diurnas, sino porque llevan toda la vida con un Dios que no para un momento, ni un momento, de pensar y razonar y usar Su cabeza contra Sus amados hijos. Ser judío es invocar a un padre desquiciado y colérico y así estamos los judíos, desde hace tres mil años, igual de desquiciados."
(Operación Shylock, Phillip Roth)


















EL VACÍO Y LA NADA

El físico español Álvaro de Rújula, integrante del famoso Laboratorio de Física de Partículas, más conocido como CERN, dió en la Fundación Areces una interesante y entretenida conferencia a este respecto.

El objetivo de la intervención fue presentar el panorama de las investigaciones físicas actual haciendo patentes los límites de la misma y allí es dónde aparece el concepto de vacío que para Rújula en absoluto es la nada.

Por lo visto, ciertas partículas obtienen su masa de la fricción con eso que llamamos vacío. Así, el vacío no es la nada sino algo contra lo que las partículas chocan produciendo una energía que, no me preguntéis cómo, se convierte en masa.

Interesante.

Vaya por delante que solamente soy simpatizante de la física y que mi relación con la misma es similar a la que mantengo con la poesía. La leo, sin entenderlo todo, a la espera de hallazgos que me lleguen y en la conferencia de Rújula hubo material suficiente para sentir un par de esos deslumbramientos.

Es curioso pero, tanto hacia arriba como hacia abajo, en el espacio de las galaxias y en el espacio de las partículas, siempre hay un algo indeterminado cuya sombra se intuye para responder las preguntas que nos suscita la última respuesta encontrada y es éste el principal atractivo que la exposición de Rújula tuvo para mi.

Y es aún más curioso que, a mi entender, los últimos avances de la física tengan mucho que ver con las primeras respuestas que el ser humano se dio cuando empezó la interminable y sisífica tarea de comprender el mundo que le rodea.

En la antigua Grecia, los albores del conocimiento tanto desde el punto de vista filosófico como el directamente científico, se inician con los llamados filósofos presocráticos ciudadanos de polis situadas en las costas egeas de Asia Menor como Mileto o en la Magna Grecia (lo que hoy es la peninsula italiana) como Elea... pero curiosamente no en la Grecia continental.

Tales, Anaximandro o Anaximenes en Mileto, Zenón en Elea, Pitágora en la isla de Samos o Heráclito en Éfeso (también en las costas egeas de Asia Menor) buscaban la explicación de todas las cosas en un "algo" que llamaban Arjé... el primer principio de todas las cosas.

Para algunos era el fuego, para otros el agua, para otros el aire y, lo que es más interesante, para Anaximandro, el arjé es una abstracción que él llama Apeirón, lo indeterminado, lo ilimitado. Siempre he pensado que ese concepto de Anaximandro es la abstracción y condensación en una sola palabra de la problemática de la ciencia. Es decir, siempre hay una indeterminación fundamentando y explicando aquello que acabamos de conocer o, lo que es lo mismo, la habitación cuyo interruptor de la luz acabamos de encontrar siempre nos conduce a otra habitación que permanece a oscuras para nosotros.

Ese vacío que pensamos que está vacío en realidad no lo está. Simplemente, aún no hemos descubierto lo que hay, ese Apeiron momentáneo que explica la masa de ciertas partículas elementales.

La verdad está en los presocráticos, una verdad interesante en el sentido de que el principio último que explica las cosas siempre estará oculto convirtiendo a la ciencia en un interminable proceso asintótico de aproximación imposible a ese final... porque quizá, y para tener ese conocimiento total y absoluto de las cosas, sea necesario estar fuera de ellas... cosa imposible de todo punto porque estamos presos en el espacio y en el tiempo que son a prioris que fundamentan nuestra propia experiencia de las cosas como bien escribía Kant en su "Crítica de la razón pura".

Sabemos mucho... bastante en lo que se refiere a poder utilizar el mundo y sus cosas para nuestros fines, bastante poco en lo que respecta a lo que existe más arriba en el espacio y más abajo en la materia.

Las preguntas nunca terminan y el vacío es el lugar donde nacen, la madre de todas las placentas, y por eso el vacío nunca jamás será la nada... siempre habrá un algo ahí esperando a que seamos capaces de verlo.




jueves, noviembre 12, 2009

NINA SIMONE

Here comes the sun...




miércoles, noviembre 11, 2009














EL IMAGINARIO DEL DOCTOR PARNASSUS

Locos y vagabundos suelen ser los héroes de Terry Gilliam. A veces, incluso, en un mismo personaje se acumulan esas dos cualidades de una forma sobrevenida... El caso es que para Gilliam los sucios y movedizos extremos de la sociedad en que vivimos se convierten en lugares de verdad, intactos y puros santuarios de verdades ideales y rutilantes, casi objetivas, que en general tienen que ver con lo humano del ser humano, lugares cuya existencia transcurre paralela y oculta a un mundo convencional de adultos responsables entregados al cotidiano riego del árbol de su propia vida.

Los personajes de Gilliam siempre acaban enloquecidos y de algún modo destruidos por una realidad que creían poseer y dominar. Y la raíz de su locura y perdición siempre está en un impulso demasiado humano que entra en contradicción con la gris mecánica de un sistema y una vida que se mueve bajo otros intereses. Ejemplo paradigmatico de ésto es el Sam Lowry (Jonathan Pryce) que protagoniza la maravillosa "Brazil" o el Jack Lucas (Jeff Bridges) de "El rey pescador", personajes que pasan de estar arriba a estar abajo, y en contacto con ese mundo de esencias custodiado por personajes como Archibald Tuttle (Robert de Niro) o Parry (Robin Williams), repectivamente.

En el cine de Gilliam hay siempre una crítica de la economía sentimental del mundo en que vivimos, un mundo materialista y vacío que poco a poco expulsa hacia sus extremos a todos aquellos que no pueden soportar sus duras exigencias cotidianas. Quebrados por su punto de ruptura los personajes enloquecen o se derraigan y para Gilliam hay humanidad y grandeza en esos humillados y ofendidos.

Desprestigiados en apariencia, sin embargo son ellos los guardianes de una humanidad que poco a poco se está desvaneciendo y lo hacen a su manera refugiándose en un mundo alternativo y fantasioso donde nada ni nadie puede tocarles.

Y además Gilliam disfruta mostrandoles en el más ruinoso y mugriento de sus esplendores, obligando al público a verles como formalmente son vistos, para lentamente hacernos recorrer la distancia que nos separa de ellos y mostrarnos la belleza diferencial que encierran.

Y además no suelen salir victoriosos. Los finales felices no abundan en el cine de Gilliam, por lo menos en lo que respecta al destino de sus protagonistas que casi siempre terminan tan perdidos como en un principio estaban aunque llenos de verdad, una verdad aplastada por una lógica que sólo sabe de cantidades y que es incapaz de reconocer su calidad.

Hay mucha poesía en el cine de Gilliam.

"El imaginario del doctor Parnaso" supone una sublimación absoluta de esa extremada poética de los extremos que Gilliam procesa en cada una de sus películas. Nada menos que ese vagabundo ridículo con su atracción pasada de moda llamado doctor Parnassus (un estupendo Christopher Plummer) libra una eterna lucha contra el mismísimo y tentador demonio (un maravilloso Tom Waits en un papel que le va como anillo al dedo) .

Como si se tratara de un Jesucristo una y otra vez tentado en el desierto, el vagabundo Parnassus libra un eterna lucha de insinuaciones, apuestas y tentaciones contra el mal que parece moverse a sus anchas por la restante realidad y que sólo parece encontrar una némesis a su auténtica medida en Parnassus, un andrajoso y viejo vagabundo siempre intentando ganar almas para el bien... aunque, y como astutamente plantea Gilliam, suele ser una batalla perdida de antemano.

Sobre esta base Gilliam construye su nueva locura, una de las mejores, en la que, y como siempre, la arrolladora imagineria acaba desembocando en momentos de desbordante lírica desesperada y romántica en los que el dinero, la muerte y el tiempo jamás son un obstáculo, y por supuesto en absoluto lo más importante.

Mención especial tengo que hacer para un formidable Tom Waits que con talento compone un diablo cínico y burlón que, de todo modo, recuerda a ese diablo fascinado por la entereza del amor que Margarita siente por su maestro en la obra de Bulgákov. Un diablo que por encima de todo es un embaucador y un vividor y que, de algún modo, parece superado por la maldad del mundo cuya realidad hace que él no tenga que ir a las personas sino que sean las propias personas las que se tiran en sus brazos. Un diablo aburrido que encuentra en Parnassus al mejor compañero de juegos para toda la eternidad con la tranquilidad de saber que es el propio mundo quién hace su trabajo.

Extraordinaria.

lunes, noviembre 09, 2009

IGGY POP

Living on the edge of the night




OFF THE BLACK

Es algo que nos asusta cuando lo pensamos, pero las cosas pueden irnos mal o, como mínimo, no tan bien como habíamos imaginado.

Con el paso del tiempo sobre nuestros cuerpos y nuestros espíritus, la vida (que no es otra cosa que ese pasar) pone en valor nuestras aspiraciones e intenciones iniciales. En algunas ocasiones la comparación entre esa juventud donde todo era posible y nada resultaba estar lo suficientemente lejos de nuestro poderoso brazo y la realidad del reflejo que nos devuelve el mejor de nuestros espejos un día cualquiera resulta insoportablemente odiosa.

"Off the black" nos habla de las consecuencias de haber visto ese reflejo y lo hace de una manera emocionante y tranquila, sin grandilocuencias melodramáticas, aspecto que es uno de sus principales atractivos ya que la historia muy fácilmente podría haber caído por las desencajadas pendientes del melodrama al uso.

Ray Cook (un Nick Nolte sobrado) es un amargado y desencantado árbitro de beisbol cuya solitaria vida se cruza con la de David Tibbel (Trevor Morgan), un adolescente jugador de beisbol que se cree perjudicado gravemente por una decisión de Cook. Las circunstancias harán que Cook le pida a Tibbel que se haga pasar por su hijo en una reunión anual de antiguos alumnos.

Poco a poco Tibbel conocerá y comprenderá el fracaso de Cook y verá en él un posible retrato futuro de su triste y depresivo padre (un desgarrador Timothy Hutton) cuyo corazón está roto tras divorciarse de su madre.

"Off the black" es suave, melancólica y agridulce como un buen bossanova, uno de esos que no queda más remedio que escuchar cuando llega la mañana, el carnaval ha terminado y la vida nos apremia con su mil y una exigencias y facturas.

La historia nos habla de todos aquellos que tiran la toalla y se abrazan a su fracaso porque es la única sonrisa que encuentran al levantarse por las mañanas. Y se sitúa al borde de esa línea de sombra que, de cuando en cuando, algunas vidas cruzan para no regresar nunca más. Nos abre un agujero para que, con la mirada de Tibbel, podamos asomarnos al abismo de la abandonada y terminada vida de Ray Cook y podamos sacar una conclusión sobre las causas de su catástrofe que, como no puede ser de otra forma, tienen que ver con él, con su modo de vivir la vida.

No siempre es el triunfo quién nos aguarda.

No siempre es hermoso el rostro de nuestro destino cuando se nos revela.

Emocionante.

domingo, noviembre 08, 2009

IGGY POP

The undefeated




KAFKA EN LA ORILLA

De todo modo, hay una contradicción en el alma de esta novela de Murakami.

Por un lado, su planteamiento es claro y sencillo... "Kafka en la orilla nos cuenta de forma paralela, la historia de dos personajes que por circunstancias narrativas se encuentran arrojados en un viaje cuyo destino es el descubrimiento del propio sentido. El joven Kafka Tamura y el viejo Nakata se moverán por caminos paralelos, siempre cerca el uno del otro, sin llegar jamás a encontrarse, pero -de forma curiosa- su destino y su sentido estará de alguna forma relacionado.

Por otro lado, el modo en que Marukami nos relata ese viaje se basa fundamentalmente en la fantástica sorpresa de lo inverosimil. El mundo narrativo en el que Tamura y Nakata se mueven está lleno de imposibles encuentros casuales (como el de Tamura con una hermana que jamás ha conocido en un autobús), sorprendentes situaciones en las que lo onírico y lo real confluyen (el apartamento que el coronel de Kentucky fried chicken reserva al viejo Nakata), gatos que hablan, sucesos inexplicables, apariciones y fantasmas... El resultado es una estructura sólida cuya carne de narración y personajes pone a prueba la capacidad del espectador para convivir con lo imposible.

Uno tiene la impresión de que cualquier cosa es posible y, de algún modo, recurriendo a esta estrategia enloquecida de generación de situaciones y personajes, Murakami consigue un cierto suspense que mantiene a la historia viva en las manos del lector... siempre y cuando este acepte su modo de contar las historias y se deje llevar por el aparente capricho que parece sostenerlo.

Confieso que me ha costado aceptar esa especie de todo vale, especialmente por el hecho de que ninguno de los personajes -creo recordar- en ningún momento se sientan sorprendidos por las estramboticas experiencias que el autor les hace vivir. En algunos momentos se me hizo muy cuesta arriba el camino que Murakami me proponía seguir, una especie de "todo vale" casi siempre injustificado para el que se me exigía una adhesión inquebrantable que no siempre estuve dispuesto a dar porque considero que el capricho es el camino más corto para prostituir lo fantástico.

Otro aspecto que me ha distanciado de la novela han sido los insoportables alardes de erudición que algunos personajes hacen hablando de música, historia o literatura, que parecen directamente copiados de la Enciclopedia Británica y que no se sabe muy bien a qué obedecen en la sistematicidad de su aparición... a no ser que sean pequeñas migas de pan que el autor deja para alimentar las ansias de saber (algo) del incómodo lector.

Aun así, y pese a sus -a mi entender- indudables defectos, lo cierto es que he llegado a terminar el libro y ello no puede tener otra explicación que la existencia de virtudes que, y pese a todo, también resultan indudables.

Para empezar, y como ya he apuntado antes, Murakami es un maestro en el difícil arte de generar misterio e interés en la absoluta suspensión de la realidad que hay en este relato. De algún modo, y con cada nueva sorpresa, consigue que el lector quiera saber qué diablos sucederá.

En este sentido, Murakami es una especie de rey de la verosimilitud a lo Alfred Hitchcock que convierte la novela en una especie de "thriller" en en que sus protagonistas viajan por entre lo sorprendente en busca de lo desconocido.

Hay un punto de la emoción de la buena novela de misterio... pero aplicadas sus sinergias a una trama más literaria y metafísica.

Y para terminar un incontrovertible hecho: el corazón de la historia que Murakami nos cuenta es la bella y enigmática Señora Saeki, la trágica y hermosa historia de amor que arrastra desde su pasado, como la alargada cola de un cometa, por la interminable noche de su presente lleno de recuerdos y sin amor.

Después de todo "Kafka en la orilla" es una canción que ella ha compuesto y también un cuadro en el que ella aparece.

Y uno tiene la impresión que toda la novela entreteje su increíble trama (en sentido literal) en torno a ese corazón pequeño y tierno.

División de opiniones.


"Pike Bishop, like Butch Cassidy, would be a man who refuses to change with the times, a dinosaur who's outlived his day in the sun. Deke Thornton, his nemesis, would be the man who ha changed, the wild stallion now broken, saddled and harnessed by the system; the man who had sacrificed his vitality for the chance to go on living, who would survive physically but spiritually was dead"
(If they move kill them. The life and times of Sam Peckinpah, David Weddle)

sábado, noviembre 07, 2009

MONGOL

La película nos cuenta todo el proceso que, desde su muy difícil infancia, lleva a Temujin a convertirse en el Genghis Khan que pasará a la historia como conquistador de la mitad del mundo conocido, un extenso imperio que, de Este a Oeste, se extendió desde el mar de China hasta el Centro de Europa y, a mi entender, lo hace de un modo fascinante y espectacular que nada tiene que envidiar a los grandes proyectos del cine norteamericano.

Con dinero ruso, kazajo, mongol y alemán, el director Sergei Bodrov compone una historia que no pretende ser biográfica sino que, por encima de todo, busca mostrar el enorme esfuerzo vital que para Temujin supusieron los primeros años de su vida, un esfuerzo tremendo que terminó justificando el carácter excepcional de un caudillo que, por ser precisamente victima de la desunión y el caos de la trashumante sociedad mongola, terminó siendo el adalid y punto de unión de la misma, llevando a los jinetes mongoles muy, muy lejos de sus hogares.

La movilidad de los jinetes mongoles sobre sus pequeños caballos, su disciplina férrea acompañada de la flexibilidad de su disposición en el campo de batalla unidas a su destreza con el arco y la espada siempre en movimiento les convirtieron en una poderosa e irresistible ola que fue arrasando un ejército detrás de otro de forma casi literal en dirección Este, Oeste, Norte y Sur.

Visualmente la película resulta brillante y atractiva siendo éste uno de sus principales puntos de interés junto con la expresión inescrutable y magnética de su protagonista el japonés Tadanobu Asano, que consigue componer una presencia casi escultórica que en algunos momentos recuerda a la impresionante presencia del mejor y maduro del legendario actor japones Toshiro Mifune.

La historia no consigue librarse de un carácter episódico y fragmentario. Asume el riesgo de no enganchar con el espectador en la suerte de navegación por hitos que asume para llevarnos desde Temujin a Genghis. Más a más, si este carácter fragmentario es más que evidente al principio de la película, en la infancia de Temujin, pero, y no obstante, y por lo que a mi respecta, termina por atraparme con la indudable calidad de lo que se muestra tanto en fondo como en forma.

La pétrea expresión de Temujin/Asano en sus años de cautiverio en la ciudad de Tungus se bastan para producir ese efecto absorbente con la fuerza misteriosa que encierra.

Por lo visto, este "Mongol" pretende ser la primera parte de una trilogía que nos cuente la más que interesante historia de este caudillo que mantuvo sojuzgado a buena parte del mundo conocido montado en su caballo, pero la película se basta por si sola para interesar y atraer al espectador.... aunque la segunda película "The great khan" ya se prepara para el año 2010.

Más que interesante.


viernes, noviembre 06, 2009

TRAILER

Lets gets lost....


ALABAMA3

Hello, i'm Johnny Cash...


jueves, noviembre 05, 2009

EL MAESTRO Y MARGARITA

No es fácil hablar de esta obra compleja que se mueve en varios niveles, lo único seguro es que se trata de una obra mayor que se disfruta de principio a fin... Primeramente como una obra satírica, llena de sentido del humor y crítica ácida a la sociedad soviética, que, poco a poco, se convierte en un hermoso y emocionante canto a un amor eterno y verdadero para el que no parece haber lugar en el mundo que el diablo y sus secuaces han puesto patas arriba.

La historia se mueve en tres niveles muy, muy diferentes. Por un lado, el nivel de la visita del diablo y sus secuaces a Moscú y los estropicios que éstos causan en las cosas y las gentes; por otro, la imposible relación de eterno amor que Margarita siente por su Maestro, un escritor a quién los burocráticos medios artísticos de la Rusia Soviética no permiten publicar un relato revisionista sobre las circunstancias que rodean a la crucifixión y muerte de Jesucristo; y finalmente, el propio relato de la crucifixiòn que tiene a Poncio Pilatos como principal protagonista.

Además, y en todo momento, como si formara parte de la atmósfera del relato, existe la presencia de una feroz y lúcida crítica a la sociedad soviética especialmente la última parte dedicada al modo en que la sociedad procesa la reciente visita del diablo.

Parece mucho, pero el talento de Bulgákov lo resuelve con incuestionable acierto. Su talento como narrador convierte todo lo narrado en entretenido, emocionante y siempre verosímil.

El libro se divide en dos partes.

En la primera se nos cuenta la llegada del diablo y sus secuaces a Moscú. No sabemos muy bien el motivo, y tampoco nos termina de importar demasiado, porque lo que se nos cuenta resulta divertido y fascinante.

Voland, que es así como se llama el diablo en este libro, se hace un lugar en Moscú a fuerza de provocar toda clase de desmanes en las personas que se cruzan a su paso.

En la segunda conoceremos a Margarita, a su maestro y sabremos el motivo por el que Voland visita a Moscú. Todos los años se celebra un baile anual al que acuden todas las almas condenadas y que debe presidir una mujer que se llame Margarita.

Esta será la conexión entre las dos líneas argumentales que comparten presente y realidad dentro del tempo de la historia. Voland necesita a Margarita y Margarita se deja utilizar por el demonio sin que sus artes puedan corromperla haciéndola desistir de la pureza de ánimo que la lleva a amar a su maestro.

En "El diablo y Margarita" hay humor, inteligencia y sensibilidad, una maravillosa combinación de posibilidades que hacen de la lectura de esta obra maestra una lectura inolvidable.

Es en esta segunda parte donde, poco a poco, el relato de humor terminará dando paso a la fantasía romántica del amor que siente Margarita por su enloquecido Maestro, un amor que llegará a conmover hasta el mismo diablo... o, por lo menos, a conducirle a la conclusión de que semejante excepcionalidad dentro de un mundo impuro merece ser recompensada.

A lo largo del libro, los desmanes que Voland produce entre las gentes son posibles merced a la impureza que hay en todos ellos: ego, dinero, ambiciones... de todos esos defectos se sirven Voland y su corte para hacer un humorístico mal a quienes se cruzan en su camino y deben ser eliminados para que el baile sea posible.

Margarita será diferente.

Utilizará las artes demoníacas para divertirse y ser feliz, las disfrutará como parte de la vida que le ha tocado vivir, con una directa autenticidad que la hará inmune a toda posible destrucción y semejante excepcionalidad hará impacto sobre un sorprendido Voland.

Por todo, la lectura de "El maestro y margarita" resulta una experiencia maravillosa. El libro se convierte en uno de esos libros difíciles de olvidar por toda la riqueza que aporta.

Fascinante y deliciosa.

Imprescindible.

miércoles, noviembre 04, 2009

La noche se pone para todos
y además es implacable
en su ansia por oscurecer
los colores y las formas,
más el recuerdo de la luz
permanece en ti indeleble.
Nada ni nadie podrá arrebatartelo
de tus manos sedientas
de más días y de más soles.

Tranquilamente aguardas
acompañado de tu invisible corte
de deseos y ausencias,
escuchando la interminable letanía
de sus quejas y demandas,
sentado en tu escaso trono,
apenas sin poder apoyar
tus pies en el frío suelo,
mientras amaina el sueño
y la memoria arrecia.

La noche se pone para todos,
sus designios son inescrutables
y además no espera.
MANIC STREET PREACHERS

Motorcycle emptiness...




Tiene pinta de que El Pais va a prescindir de la inteligencia lúcida de Enric Gonzalez... Para muestra esta entrevista.
Se entiende perfectamente.
La lucidez no interesa.
Esta sociedad va por otros derroteros.
Hay una moneda de oro clavada en todos los mástiles para aquellos que vean la ballena blanca.

martes, noviembre 03, 2009

JOHN LEE HOOKER

Boom, boom, boom..




STATUS QUO

Rockin' all over the world...




Se me agarran a la garganta
estos días grises llenos de luz.
Se me espesa en la boca
su sabor sin sustancia,
la falta de novedad que prometen
mientras con la impaciencia erizada
los paseo sin calma,
atento al fugaz brillo
de la más pequeña de las esperanzas.

lunes, noviembre 02, 2009

TRAICIÓN SIN LIMITE

Confieso que tengo una relación extraña con esta película de Walter Hill... Quiero que me guste, pero nunca termina de gustarme tanto como deseo.

"Traición sin límite" es una historia a la que le falta un par de hervores. Las diferentes lineas argumentales no terminan de cuajar por si mismas ni tampoco ensamblarse en un tono armónico y coherente. Estoy convencido de que, forzado por circunstancias económicas y buscando la viabilidad del proyecto, alguien cortó secuencias con las mismas desconsideradas tijeras de siempre.

Y el resultado es el mismo de siempre cuando se corta y recorta sin consideración... Los personajes no terminan de respirar y las tramas carecen del suficiente espacio narrativo como para desarrollarse mientras el que les escribe siempre intuye la gran historia de violencia, amor y odio que pudo ser. Esos dos amigos separados por la frontera física del Río Grande y por la espiritual que separa lo correcto de lo incorrecto, aunque unidos por el amor a una misma mujer, merecían una historia mejor, más espacio y más tiempo para emocionarnos en su lucha contra un destino que está escrito para los dos.

La realidad es diferente.

La narración resulta deslabazada y episódica. Hay demasiados personajes con cosas qué decir, demasiadas situaciones que se suceden.

Todo resulta igual de importante y exige su lugar en una historia que fácilmente debe durar treinta o cuarenta minutos más.

Desigual y entretenida por momentos.
INVICTUS



"I'm the master of my fate; i'm the captain of my soul"


domingo, noviembre 01, 2009

MUSE

Feeling good...


sábado, octubre 31, 2009

REFLEJOS

Nada nuevo bajo el sol y la obstinación por el eterno retorno de lo mismo.... Peligrosa combinación.

Dentro del género de terror se ha ido desprendiendo un subgénero consistente en la posesión diabólica no de las personas sino de los objetos. Móviles, coches, casas... A través de ellos, el mal se expresa y hace... pues eso... el mal. Cosas chungas que amenazan a un héroe y su entorno, un héroe que además no se suele encontrar muy bien... lo que hará que sea más difícil de creer su ya de por sí imposible relato.

En este caso, y por lo que a "Reflejos" respecta, el problema está en los espejos. A través de ellos, el mal se manifiesta exigiendo a su protagonista, Ben Carson (Kiefer Sutherland), un extraño e incomprensible encargo.

Dentro de lo que cabe no es un mal producto. "Reflejos" resulta entretenida.

El francés Alexandre Aja compone con talento los viejos mimbres de una nueva forma para que todo siga igual y la previsibilidad del relato no resulta tan evidente a una primera vista, lo cual se agradece.

Hay atmósfera y tempo con alguna secuencia realmente "breathtaking" como los paseos por la casa abandonada o la muerte de la hermana del protagonista.

En definitiva, la calidad de "Reflejos" está por encima de la media... aunque ésta no sea muy alta.

Se puede ver... aunque se me ocurren millones de cosas mejores que hacer.

















IRINA PALM

Aparentemente hay sordidez en "Irina Palm". Después de todo, nos cuenta la historia de una abuela que decide prostituir sus manos buscando conseguir el dinero suficiente para que su enfermo nieto pueda ser convenientemente tratado y curado.

Durante ocho semanas, Maggie (interpretada por una estupenda Marianne Faithfull) pasará las noches masturbando a hombres que introducen su sexo por un agujero... Una situación bastante sórdida aunque la película acredite como una de sus grandes virtudes precisas dosis de inteligente sentido del humor.

La situación desesperada y extrema requerirá de Maggie una respuesta extrema y desesperada que hará de ella Irina Palm, la mano más solicitada del Soho londinense. Y es entonces cuando la historia se pone en valor dando un giro inesperado hacia el optimismo y la luz, porque será a partir de ese momento, y en esa situación, cuando Maggie encontrará un sentido a una vida que hasta el momento se mostraba rutinaria y carente de él.

Como escribe Murakami en una de sus novelas, "el azar es verdaderamente pavoroso". Lo inesperado de las sorpresas que a veces nos vienen con el nuevo día descansa en una insospechada mecánica para la que lo peor es, en muchos casos, condición "sine qua non" para que, más tarde y más adelante, suceda lo mejor... o viceversa. Y, de todo modo, "Irina Palm" es una historia sobre las sorpresas que la vida depara a quienes, como Maggie, deciden un día que están dispuestos a vivirla como sea y hasta donde sea.

A veces lo mejor que le puede pasar a uno es caer y lo peor, ascender... aunque nos pasamos la vida deseando lo contrario... que el caer siempre sea para mal y el ascender siempre sea para bien. Pero eso está en nuestras cabezas. La vida es otra cosa... y siempre nos supera con su abundancia de situaciones y momentos que nos están esperando para que hagamos con ellos lo que nos parezca más oportuno y conveniente.

Tras vivir apartada, contando las horas y los días, Maggie ingresa nuevamente en esa dinámica de situaciones y oportunidades con un plan y acaba sorprendida y desbordada, liberada de cadenas autoimpuestas y despertando a otra vida mejor.

Casi siempre el secreto está en estar dispuesto a atreverse.

Estupenda.

miércoles, octubre 28, 2009














"Reality is highly overrated. Most people don’t care if you’re telling them the truth, as long as you’re amusing them. Most people are a combination of truth and fiction. We’re all inventing ourselves in some form or another.”
(Tom Waits)
VOLVIDO: Extraño participio del verbo Volver.
Suele usarse en el especial caso de tener que expresar la acción acabada de regresar a un lugar cuyo recuerdo se ha olvidado por completo.
Casi nunca se usa en su sentido correcto, sólo por error.
Un poco de aire fresco
y espacio para que corra su mirada
enredandose entre los árboles,
deslizándose sobre la blanca superficie de las nubes,
botando y rebotando contra el cielo azul
como una enorme pelota de playa
que rebosa las paredes
y sobrepasa los techos
LEON RUSSELL

Great day...




















Alcorcón 4 - Real Madrid 0

Por este tipo de resultados también el futbol es grande... De cuando en cuando, la épica es posible. Los que tienen menos pueden dejar, sobre el campo, sin nada a los que tienen más.... Cómo decía la canción de Serrat, chupando un palo sentados encima de una calabaza.
El derecho a la victoria que, por decreto, parece pertenecer al poderoso se discute sobre el campo y, de cuando en cuando, va para aquel que sobre el papel está condenado a la derrota.
Y de pronto todo es posible.
Y el deporte nos abre a la vida, a la esperanza.
No todo está de antemano escrito.
La voluntad de los hombres todavía cuenta por encima de la dinámica predestinante de los a prioris.
Y la victoria no se compra, se consigue.
Pertenece a quién más la ha buscado.
No al que por condición parece con derecho a ella.
El talento natural se abre paso y nada ajeno a la pura realidad que se define en el propio campo de juego cuenta.
Como ese imparable Roy Hobbs consiguiendo ese home run final en "The natural".

Grande, Alcorcón!
Grande, fútbol!

martes, octubre 27, 2009

Se acerca lo nuevo de Clint Eastwood... Invictus.
Basado en el libro de John Carlin sobre el partido de rugby que salvó a un pais. Ya hay cartel...

lunes, octubre 26, 2009

JOHNNY CASH

Trouble in mind...




domingo, octubre 25, 2009

INOLVIDABLE















DON'T COME KNOCKING

La obsesión por el nomadismo y el viaje como metáfora de la vida misma es una constante en la cinematografía del alemán Wim Wenders. Desde "En el curso del tiempo" o "Alicia en las ciudades" hasta ésta más que aceptable (brillante teniendo en cuenta obras anteriores de Wenders) "Don't come knocking" la obra del cineasta alemán se erige como un monumento a la metafísica del viaje, al constante impulso al movimiento tanto interno como el externo que lleva a sus adolescentes protagonistas a una tierra de nunca jamás en donde todo es constante y continuamente posible porque el acabamiento, como una especie de muerte, está siempre en el llegar.
Y el viaje para Wenders es una metáfora de la vida misma.
No es de extrañar que le fascinara el libro de relatos y poemas "Crónicas de motel" de Sam Shepard. Después de todo, la desarraigada voz que escribe y que fecha las historias en distintos lugares y distintos tiempos es la voz del eterno y constante viajero.
De ese encuentro que fue casi un flechazo surgió la necesidad de colaborar entre ambos y de esa necesidad surgió la maravillosa "Paris-Texas"... La historia de Travis, alguien que regresa a poner orden a una vida abandonada, pero cuyo regreso no es más que una etapa más de un interminable viaje en el que ya sólo hay lugar para él, un viaje que le conducirá hasta incluso el olvido de sí mismo.
Casi treinta años después, Shepard y Wenders vuelven a colaborar en un proyecto que, si bien carece de la inigualable intensidad poética de "Paris-Texas", encierra suficientes atractivos como para que no resulte desdeñado.
Shepard escribe e interpreta las andanzas de Howard Spence, un desarraigado actor en decadencia que, como Travis, decide regresar a un momento de su pasado buscando una cierta paz.
Sin saber por qué Howard escapa de un rodaje montado en su caballo y esa escapada es el comienzo de un viaje que le llevará a recobrar aspectos de su vida que en su inagotable locura adolescente jamás debió olvidar... una mujer y un hijo olvidados en un perdido pueblo de Montana.
Wenders con su habitual exquisito sentido para la planificación (que a veces resulta demasiado protagonista por su virtuosismo) nos muestra la odisea de este Ulises moderno en busca de un hogar completando y cerrando su metáfora del viaje en el sentido de que no existe el viaje sino hay un lugar al que regresar.
De algún modo, Spence percibe, al final de sus dias, la acuciante necesidad de saberse llegando a alguna parte y construye su Itaca particular en base a una serie de olvidadas fotografías en blanco y negro que su madre le pone ante los ojos en un gran e inmenso acto de amor.
Y hará lo que esté en su mano por intentar recuperarla... aunque las relaciones humanas nunca hayan sido lo suyo.

Me gusta "Don't come knocking".



Wenders y Shepard... dos space cowboys que regresan
EL MUELLE DE LAS BRUMAS

Uno de los más grandes momentos de la historia del cine francés está constituido por la colaboración entre el poeta y guionista Jacques Prévert y el director Marcel Carné.

Mucho antes de que en 1945, Prevert publicase "Paroles", el libro que le convirtió en algo más que un brillante guionista capaz de construir desgarradas historias llenas de tristeza y condenada ilusión, ya había dejado huella de su talento en maravillosas historias como "Le jour se lève", "Les visiteurs du soir" o esta "Le quai des brumes", historias que el cineasta Marcel Carné supo poner en imágenes con el talento suficiente como para que ese mundo traspasara al espectador.

La poesía de Prevert es, por un lado, una poesía de la vida cotidiana, de los rigores de la misma en un mundo popular y proletario en el que todo es difícil y cuesta y, por otro, una poesía de la muchas veces imposible y siempre desesperada felicidad en ese mundo. En Prevert late la tristeza ilusionada del que, no sabe cómo y ante los rigores de la vida, aún no desespera ante la nueva mañana y el nuevo sol.

"Es como yo
decía
un poco triste y un poco alegre
Y después la iluminó una gran sonrisa
y la lluvia comenzó a caer "
(Las nubes, fragmento)

Una especie de optimismo desesperado, frente a las no tan ilusionantes circunstancias del cada día, que es pura fuerza de vida y que siempre intenta continuar sobre el barro y bajo la lluvia sin perder el sentido del humor que en Prevert es una especie de sentido de vida.

En "El muelle de las brumas" todos los personajes se encuentran atrapados en una propia telaraña de emociones y circunstancias personales que les sume en una especie de triste y espesa niebla. Incluso el desertor Jean (Jean Gabin) lo llega a verbalizar al decir que tiene la niebla dentro de la cabeza convirtiéndose en interpretante emocional de todos los personajes cuyos destinos les conducen a ese muelle de las brumas en el que algunos de ellos y, por un instante, no podrán evitar ver el sol.

Maravillosa... y triste.

jueves, octubre 22, 2009

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS


"Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses
¡Qué extraña y breve fue la juventud!"
(Los veranos, extracto. El otoño de las rosas, Francisco Brines)

PAUL SIMON

Me and Julio down by the schoolyard....




"And I´m on my way
I dont know where Im going
I´m on my way"

Lalalalaallala...
No puede evitar pensarlo.
Inspira una honda y larga dosis de nicotina de su cigarrillo.
No puede evitar creer que no es una mala persona, que simplemente es su manera de protegerse del dolor que a veces supone estar vivo... más o menos conveniente, pero su solución, la suya propia, como debe ser.
El humo brota lenta e inexorablemente de su boca.
Lo respeta.
Tampoco puede evitar éso.
Quizá debiera tener otra actitud, pero es su solución, la suya propia, más o menos conveniente, como debe ser.

The wire
En alguna parte de las Sagradas Escrituras de cuyo nombre me gustaría acordarme se dice que el mayor triunfo del mal es conseguir que los hombres no crean en su existencia... Tengo la impresión de que la mayor victoria de los totalitarismos y de la falta de libertad es convencer al hombre de que nunca ha sido más libre como ahora, en este momento.

La libertad no es un valor por si mismo.
Uno siempre es libre para algo, para realizar un proyecto... el proyecto que late potencial en su interior. De nada sirve la libertad si uno no se queda quieto, acariciándola como si fuera un gato de angora.
La libertad es un valor por lo que permite conseguir, generando un espacio relativamente limitado para el desarrollo.
Este es uno de los grandes triunfos de la modernidad... permitir la generación de ese espacio en el que el ser humano pudiera conseguir la felicidad de desarrollar ese potencial, de sentirse al final del día justificado.

Teniendo en cuento todo ésto, me pregunto si realmente en el mundo en que vivimos hace honor a la grandeza que encierra el verdadero significado de la libertad. No he dejado de preguntármelo ni un sólo segundo mientras contemplo los rostros de todos los que bailan conmigo el frenético ritmo de la ciudad, de todos los que todas las mañanas sienten un sordo cansancio triste mientras se incorporan a su lugar dentro de la máquina... Y no estoy seguro... Por supuesto que somos libres... pero para adquirir muchas más obligaciones que nos esclavizan con sus puntuales demandas en el principio de cada mes o para elegir donde cumplir nuestra obligación de consumir el salario que hemos generado produciendo los bienes y servicios que tenemos que consumir para que la rueda gire. Y me pregunto si somos lo suficientemente libres como parar y apartarnos al borde del camino el tiempo que necesitemos, el suficiente, sin necesidad de haberlo comprado por anterioridad... como para incluso pensar que podemos parar.

Ahora, y como escribía Sam Shepard, todo tiene una etiqueta, un precio. El espacio y el tiempo también lo tienen ya. Incluso tenemos una etiqueta todos y cada uno de nosotros en la que figura el limite de cielo que podemos alcanzar...

Me pregunto dónde está la verdad era libertad en un mundo de carriles a los que nos vamos incorporando sin pensar.

Me pregunto si hay algún lugar fuera de la máquina.

Y la respuesta es no.

No hay alternativa a la máquina que le pone un precio a todo y en la que todos nos hemos convertido en victimas y verdugos a cambio de muchas más cosas de las que podamos desear.

Si uno no puede parar, no hay tanta libertad.

Todos estamos en peligro.. justo ahora cuando pensamos que nunca hemos estado mejor con nuestra sociedad de consumo. El mal es así de perverso... no sería el mal si fuese de otra forma.

martes, octubre 20, 2009

THE BLIND BOYS OF ALABAMA

If i could help somebody...



viernes, octubre 16, 2009























































jueves, octubre 15, 2009
















TAXI DRIVER

Es curioso.

"Taxi Driver" es ya un clásico. Han pasado más de 30 años desde su estreno y aún me cuesta imaginarla como tal... Supongo que la película y yo nos hacemos viejos

En "Taxi Driver" hay una cierta visión premoderna y bastante conservadora de la realidad que, entre otras cosas, concibe a la ciudad, el lugar donde sucede el misterio de la modernidad, como un lugar peligroso que, con su incomprensible e inabarcable novedad, pone a prueba a la gente y la pierde.

La ciudad es una bestia que todo lo devora y así está haciéndolo con Travis Bickle (Robert de Niro) y con Steensma (Jodie Foster), la prostituta infantil. Lejos del núcleo familiar, donde está el sentido que sirve de referencia para centrar a la individualidad, la psicología de Brickle se distorsiona, pierde pie en la orilla de un océano oscuro y profundo que le arrastra hacia su interminable e inagotable interior.

La historia nos muestra el final de ese proceso. Seguramente, antes de que la historia tenga lugar, Brickle ha salido a las calles de Nueva York intentando seguir el paso de sus habitantes. A su manera ha buscado su lugar en la máquina y el resultado es la sensación de angustia que Brickle trata de combatir manteniéndose ocupado al volante nocturno de su taxi.

La mirada que Brickle dirige a las aceras es la amarga mirada del rechazado a una ceremonia que se celebra sin él, de la que -por mor de su fracaso a la hora de insertarse- se ha convertido en observador externo.

En todo este planteamiento respiran con toda seguridad los planteamientos que Paul Schrader, autor de la historia, aprendió en su infancia dentro de una familia calvinista bastante ortodoxa. Se trata de la condena del mundo y, de algún modo, la mirada de Bickle también es la mirada de Schrader concibiéndose como un ser extraño al contraste entre las ideas aprendidas desde pequeño y la realidad en que el adulto Schrader se ve inmerso.

En Bickle anidan todos los pensamientos oscuros y extremos del autor asomándose al borde de su propio fracaso en un mundo contra el que sus padres seguramente le habían prevenido, lleno de pecado materialismo y ambición. No hay que olvidar que Schrader escribió el guión en un momento malo y bajo de su vida, tras un fracaso sentimental, arruinado, en plena depresión, enfrentado a misteriosos y desgarradores fantasmas cuyos rostros sólo Schrader pudo ver. Al borde de una locura que Bickle encarna en su afán por despreciar un mundo que, siente, le desprecia... un mundo cuya pura belleza deseada encarna metafóricamente el personaje de Betsy (Cybill Sheperd).

Tanto en Betsy como en Steensma, Brickle proyecta su propia realidad desesperada. En realidad, y cada vez que Brickle les cuenta qué ve en ellas, se está describiendo a si mismo y, lo que es más importante, su recalcitrante necesidad de redención. Porque hay algo bueno en Brickle que le impedirá llegar a la total destrucción. Su locura se construirá sobre la salvación del otro y no sobre la destrucción de sí mismo.

Y en ese disparo final que el sangrante y herido Brickle se administra una vez la orgía de sangre y muerte en la que rescata a Steensma ha terminado se encuentra el cierre de su propio circulo... La muerte del monstruo que tiene en su interior, el que estaba devorándole día a día, noche a noche.

La Redención materializada en la agradecida carta de unos padres colgando de la desconchada y desprovista pared de su habitación.

miércoles, octubre 14, 2009

VOLVER

Si hay algo que debe quedar claro es que en "Volver" está lo mejor de Almodovar. Y normalmente lo mejor del director manchego aparece cuando éste da un paso atrás y deja que los personajes y las historias respiren libres de la necesidad que el propio director siente de forzar y forzar la intrínseca verdad para manifestar su genial presencia de demiurgo en ellas.

En "Volver" la historia se expresa con naturalidad, viajando del pasado al presente, moviéndose entre diferentes líneas argumentales y resulta interesante, cuando no directamente emocionante, en todo momento.

Para mi gusto el cine de Almodóvar siempre he sido un cine de fondo castizo aunque vestido a la última moda. En él, hay una línea directa que entronca a las mujeres de su infancia de pueblo manchego con los travestis y homosexuales madrileños de la década de los ochentas. Ambos son los/las humillados y ofendidos que buscan subsistir con identidad autónoma en un mundo que casi siempre les resulta ajeno.

En el cine de Almodóvar, y cuando el director manchego lo permite, late un conmovedor esfuerzo por existir, por ser, usando todos los medios y contra todo modo. Una necesidad de difícil consecución que transcurre en situaciones complicadas que se desarrollan dentro de entornos costumbristas y castizos, cuya inherente tensión es verbalizada con una inteligencia natural mediante un cierto sentido del humor que al final siempre sabe amargo.

La vida difícil de Raimunda (Penelope Cruz) no es muy diferente de las difíciles vidas de muchos personajes principales de las historias de Almodovar. Acosadas por el pasado y el presente, al constante borde de un ataque de nervios, intentan de la mejor manera posible salir adelante sorteando los obstáculos y dificultades que la vida les depara, que son muchos porque han nacido sin estrella en un suburbio real y espiritual de cuyas garras les resulta imposible salir.

Y de esa contradicción los personajes de Almodovar extraen toda la energía emocional que, cuando el director lo permite, llega hasta el espectador para traspasarle convertidos en hiperbólicos retratos de él mismo.

Existir duele y aun duele mucho mas el esfuerzo que supone mantener una intención, una voluntad, una alegría y Almodovar trabaja muy bien, cuando quiere, esos materiales minimales y primarios construyendo escenas culminantes que arrastran como un tsunami al espectador.

Además, intrínsecamente, "Volver" tiene atractivos valores propios que suman. La aparición de la muerte y la deriva fantasmal de la historia se convierten en dinamita al ser mezclados con lo mejor del costumbrismo de Pedro Almodovar. Es una lástima que la resolución sea, por decirlo así, naturalista y el relato no se mantenga dentro de lo fantástico hasta el final... pero... y después de haber sufrido "La mala educación" se lo perdono.

Por todo, y concluyendo, "Volver" es una película altamente recomendable que seguramente esté entre lo mejor de la obra de madurez del director manchego.
INOLVIDABLE

The Royal Tenenbaums...


Los silencios siempre esconden secretos.
Misterios que se inventan y reinventan
a la variable luz de cada gesto,
de cada rasgo,
atravesando la translúcida distancia
que separa el engaño del desengaño.
NORAH JONES

Day is done...





















martes, octubre 13, 2009

Mi fracaso me envidia los amigos...













THE ROYAL TENENBAUMS

Amo esta película.

Y no siempre es fácil decir los motivos que le llevan a uno a amar las personas y las cosas. Seguramente, porque verbalizar ese amor supone decirse completamente uno mismo y no es fácil conocerse lo suficientemente bien como para explicarse explicando las causas de una determinada afinidad.

Ya he escrito alguna que otra vez lo que significan para mi los personajes de Wes Anderson... Como si los personajes que aparecen pintados en los cuadros de Edward Hopper pudieran moverse y hablar. Del mismo modo que en los cuadros del pintor norteamericano, el silencio es siempre protagonista. Los personajes de Anderson son parcos en palabras. Se expresan mediante frases cortas y monosílabos... Como si lo más importante quedara siempre por decir y no pudiera ser verbalizado pero pesara, desde el silencio, a quienes han de expresarse.

Los personajes de Anderson viven entre las ruinas de las propias emociones y se pasean insomnes por las enormes estancias vacías de su alma echándose de menos.

Resultan fascinantes en su silencio apenas quebrado por pequeños momentos de expresión que a veces resultan intrascendentes o fuera de lugar simplemente porque aquello que realmente debe ser dicho resulta imposible de pronunciar.

Y en todo este marco discurre la historia de Royal Tanenbaum (un estupendo Gene Hackman en una de las mejores interpretaciones de su carrera) buscando recuperar la estima y el cariño de su destrozada y anómica familia... y valiéndose de las mismas tácticas desconsideras y egoístas que le llevaron a alejarse de ellos.

Genio y figura, Royal intentará ordenar las piezas de un puzzle complejo compuesto por su mujer, sus tres hijos, el novio de ésta, el adoptado vecino, el marido de su hija y el fiel criado indio... un variado repertorio de traumas y carencias que Royal enfrentará con su radical y desconsiderado optimismo de siempre, el mismo que ha hecho de él el sinvergüenza y vividor que será hasta el último momento.

Emocionante y brillante.


lunes, octubre 12, 2009

Ahora resulta que abuchear y expresar el descontento, pedir la dimisión en un evento público es un acto de mala educación... Imagino que lo contrario, jalear el paso del político lanzándole flores y todo tipo de parabienes, no lo es.
Por supuesto que no.
Faltaría más.
WHATEVER WORKS

Desde "Match point" (2005), ésta es la película que más me ha gustado de esa máquina de expresarse mediante películas llamada Woody Allen.

"Whatever works" nos cuenta una historia coral sobre las relaciones personales, el amor y el desamor, en la que el personaje de Boris Yelnikoff (un divertido Larry David) cumple la función de maestro de ceremonias. A través de él accederemos al resto de personajes, poco a poco, conforme la película avanza y se convierte en una agridulce, bastante convencional y relativamente divertida historia de encuentros y desencuentros en la que el sentido de la vida está constantemente presente, y casi nunca como una presencia agradable.

Los chispeantes e inteligentes diálogos y algunas divertidas situaciones enmascaran un planteamiento conceptual pesimista y amargo sobre el resultado final de la mecánica general de las cosas, llegando a hacer que incluso el público ría en momentos en los que quizá lo más adecuado fuese llorar.

No en vano el titulo, "Whatever works", resume un poco una cierta política de mínimos en lo que se refiere a la felicidad, política que en opinión de Yelnikoff debe ser adoptada conforme el tiempo pasa y la vida avanza para hacer posible eso que llamamos "felicidad". Una suerte de nihilismo emocional que debería llevarnos a aceptar las cosas tal y como nos vienen y disfrutarlas sin pensar que pudieran ser mejores... porque en cualquier momento pueden terminar.

Pese a las risas que la historia pueda arrancar de los espectadores, la historia destila un perfume amargo y desencantado que el carácter agrio de un Yelnikoff de vuelta de lo mejor de la vida, encarna en fondo y forma, convirtiéndose en uno de los principales atractivos de la historia...

Para Allen, la superficie sobre la que descansa toda felicidad es leve y quebradiza. Algo así como ese cielo protector del que nos hablaba Paul Bowles en su novela del mismo titulo... un engañoso azul que nos protege de la visión del inmenso abismo negro que se esconde siempre amenazador, un espejismo que sin embargo no podemos dejar de mirar.

"Whatever works" resulta entretenida y, de todo modo, continúa en la línea nihilista que, de manera más dramática, el director neoyorkino perfilara con "Match Point" si bien cambiando el grave tono melodramático, sinfónico, de ésta por, y como ya he comentado, un registro más leve, de cámara, como de cuento moral con "dry humour" en la línea de Eric Rohmer o de peliculas como "Sonrisas de una noche de verano" de uno de sus grandes referentes: Ingmar Bergman.
NICK DRAKE

Day is done...






















LA MALA EDUCACIÓN

Me resulta difícil hablar de esta película de Almodóvar. Y esta dificultad no procede de un presunto síndrome cinematográfico de Stendhal producido por las abundantes y variadas calidades de la película, sino de todo lo contrario... No se qué es lo que me gusta menos de "La mala educación"... Innecesariamente compleja, la historia no necesitaba dar tantas vueltas para conducirnos a un tópico final de verdad, mentira y ambición, propio del cine negro, trasladado al mundo cinematográfico de la España de la década de los ochentas del pasado siglo.

Al final, Juan (un frío y descolocado Gael García Bernal) consigue ser el actor que desea ser y todo a costa de la vieja historia de amor que Enrique Goded (un nimio y transparente Fele Martinez) vivió con su hermano cuando aún ambos eran unos niños.

Por en medio, hay un largo e intrincado viaje por diferentes líneas argumentales, algunas evidentemente contradictorias, y niveles narrativos que lastran y distraen, que el espacio que ocupan en la película no se corresponde con su aportación al significado real de una historia que, en un principio, gira en torno a Goded para terminar convirtiendo a éste en sujeto paciente de Juan, dentro de su red pacientemente tejida.

Hay demasiados árboles que impiden al espectador ver el bosque de la verdadera trama, como si el director estuviera tan sólo en la cima de su éxito como para no haber tenido a nadie que le hubiera recomendado eliminar, como mínimo, unas veinte o treinta páginas del guión.

No quisiera caer en lo personal, pero me disgusta la pretensión de genialidad y excelencia que para mi supura esta historia tan innecesariamente compleja y alambicada... porque en ella hay personajes interesantes, entregados a la pasión y pulverizados por ella, desesperadamente perdidos en su laberinto pero, sin duda, sepultados bajo el inmenso ego de su creador que los hace ir y venir, transformarse ensombrecidos por una barroca estructura narrativa de la que son resignados esclavos... En "La mala educación" los personajes y la historia no son un fin en si mismos, sino un medio, actantes portadores de las esencias de un autor que por encima de todo busca ser el principal protagonista de sus propias obras, un Dios Mayor que sólo busca poner en evidencia ante sus fieles las mieles de sus presuntos atributos como creador.

Prescindible... por soberbia.