VAN MORRISON
Summertime in England...
"Can you feel the light in your soul?"
domingo, febrero 12, 2012
HOMELAND
Durante doce intensos episodios, "Homeland" desarrolla una intriga que tiene el problema islámico, la amenaza terrorista y las intervenciones norteamericanas en Irak como fondo.
Dos personajes principales entrecruzan sus destinos.
Por un lado, Carrie Mathieson (Claire Danes), una funcionaria de inteligencia de la CIA que recibe de uno de sus "recursos" a punto de ser condenado a muerte una importante información: un soldado norteamericano que ha sido hecho prisionero en la guerra de Irak se ha pasado al enemigo islamista.
Y por otro el sargento de los Marines Nicholas Brody (Damien Lewis) quién tras ser dado por muerto y habiendo pasado ocho años de cautiverio entre los islamistas es liberado casi en el mismo momento en que Mathieson recibe la filtración.
Como no puede ser de otra forma las sospechas de la agente Mathieson recaerán sobre un soldado que es considerado por todo el mundo como un héroe. Pero esa será la primera dificultad de una investigación que se complicará en un intrincado laberinto donde la verdad que Mathieson busca quizá no exista en la manera en que ella desea encontrarla.
La compleja vida personal de la agente Mathieson se convertirá además en un enemigo más, el más peligroso de todos, conforme la complejidad de ese laberinto va poniendo a prueba la estabilidad emocional de la agente y la paciencia de Saul Berenson (un magnífico Mandy Patinkin), ex-jefe y mentor en la CIA de la agente Mathieson.
"Homeland" combina el lábil juego de la identidad y de la inteligencia investigadora que tanto borda John le Carré con el drama psicológico de unos personajes complejos y bien perfilados, que constantemente ofrecen nuevas facetas sorprendentes y creíbles incrementando el interés de la historia que los hace ser.
Interesante.
Durante doce intensos episodios, "Homeland" desarrolla una intriga que tiene el problema islámico, la amenaza terrorista y las intervenciones norteamericanas en Irak como fondo.
Dos personajes principales entrecruzan sus destinos.
Por un lado, Carrie Mathieson (Claire Danes), una funcionaria de inteligencia de la CIA que recibe de uno de sus "recursos" a punto de ser condenado a muerte una importante información: un soldado norteamericano que ha sido hecho prisionero en la guerra de Irak se ha pasado al enemigo islamista.
Y por otro el sargento de los Marines Nicholas Brody (Damien Lewis) quién tras ser dado por muerto y habiendo pasado ocho años de cautiverio entre los islamistas es liberado casi en el mismo momento en que Mathieson recibe la filtración.
Como no puede ser de otra forma las sospechas de la agente Mathieson recaerán sobre un soldado que es considerado por todo el mundo como un héroe. Pero esa será la primera dificultad de una investigación que se complicará en un intrincado laberinto donde la verdad que Mathieson busca quizá no exista en la manera en que ella desea encontrarla.
La compleja vida personal de la agente Mathieson se convertirá además en un enemigo más, el más peligroso de todos, conforme la complejidad de ese laberinto va poniendo a prueba la estabilidad emocional de la agente y la paciencia de Saul Berenson (un magnífico Mandy Patinkin), ex-jefe y mentor en la CIA de la agente Mathieson.
"Homeland" combina el lábil juego de la identidad y de la inteligencia investigadora que tanto borda John le Carré con el drama psicológico de unos personajes complejos y bien perfilados, que constantemente ofrecen nuevas facetas sorprendentes y creíbles incrementando el interés de la historia que los hace ser.
Interesante.
sábado, febrero 11, 2012
viernes, febrero 10, 2012
"Aquí es donde nació el «paradigma holográfico»: el cerebro es un holograma que percibe y participa en un universo holográfico. En la esfera explícita o manifiesta del espacio y del tiempo, las cosas y los acontecimientos son
verdaderamente separados y discretos. Pero bajo la superficie, digamos, en la esfera implícita o de frecuencia, todas las cosas y acontecimientos son a-espaciales, atemporales, intrínsecamente unos e indivisos. Y, según Bohm y Pribram,
la verdadera experiencia religiosa, la experiencia de la unicidad mística y la «identidad suprema», podría ser muy
bien una experiencia genuina y legítima de este fundamento implícito y universal."
(El universo holográfico, Ken Wilber)
(El universo holográfico, Ken Wilber)
La deuda económica no es el principal problema de este país.
El asunto del juez Garzón vuelve a sacar a la luz el intrincado marasmo de deudas históricas y morales que consumen el espíritu de este pedazo de tierra rodeado de agua por todas partes menos una y rebosante de gentes pequeñas y tristes empeñadas en pasar facturas a discreción, sin saber que hay deudas que jamás pueden ser satisfechas o pagadas ni siquiera con la justicia.
Es un acto de madurez individual aprender a vivir con los propios errores y, de igual modo que las personas, las sociedades tiene que aprender a vivir con su historia, con sus contradicciones y fracasos como nuestra guerra civil y en este sentido sobrecoge leer los comentarios que en los principales diarios electrónicos sigue generando el juez Garzón.
Porque no se puede volver atrás en el tiempo, como mucho se puede aspirar a reescribir la historia, como demasiado a repetirla.
Y parece que se vive mejor anclado en un mundo de deudas pendientes, refugiado en un territorio familiar de filias y fobias, en un relato de buenos y malos que nos exime de cualquier responsabilidad convirtiéndonos en funcionarios del agravio que puntualmente exhiben su queja... mientras alrededor la vida sigue inadvertida y transparente.
Ojalá todos los problemas de este país se resolviesen con dinero, pero nada bueno puede esperarse mientras el país esté lleno de intransigentes imanes al servicio del Dios único de la propia interpretación de las cosas y de la historia, siempre dispuestos a ofenderse.
Nada mejor que convertirse en acreedores de deudas que jamás se terminan de pagar en un país cuya principal enfermedad parece ser la nostalgia, bien de un pasado mejor, bien de lo que pudo ser y no fue; un país cuyo presente rebosa de pasado y para el que el futuro jamás ha sido una prioridad.
Nada como ser rentista de la culpa.
Nada como tener a otro a quién señalar.
El asunto del juez Garzón vuelve a sacar a la luz el intrincado marasmo de deudas históricas y morales que consumen el espíritu de este pedazo de tierra rodeado de agua por todas partes menos una y rebosante de gentes pequeñas y tristes empeñadas en pasar facturas a discreción, sin saber que hay deudas que jamás pueden ser satisfechas o pagadas ni siquiera con la justicia.
Es un acto de madurez individual aprender a vivir con los propios errores y, de igual modo que las personas, las sociedades tiene que aprender a vivir con su historia, con sus contradicciones y fracasos como nuestra guerra civil y en este sentido sobrecoge leer los comentarios que en los principales diarios electrónicos sigue generando el juez Garzón.
Porque no se puede volver atrás en el tiempo, como mucho se puede aspirar a reescribir la historia, como demasiado a repetirla.
Y parece que se vive mejor anclado en un mundo de deudas pendientes, refugiado en un territorio familiar de filias y fobias, en un relato de buenos y malos que nos exime de cualquier responsabilidad convirtiéndonos en funcionarios del agravio que puntualmente exhiben su queja... mientras alrededor la vida sigue inadvertida y transparente.
Ojalá todos los problemas de este país se resolviesen con dinero, pero nada bueno puede esperarse mientras el país esté lleno de intransigentes imanes al servicio del Dios único de la propia interpretación de las cosas y de la historia, siempre dispuestos a ofenderse.
Nada mejor que convertirse en acreedores de deudas que jamás se terminan de pagar en un país cuya principal enfermedad parece ser la nostalgia, bien de un pasado mejor, bien de lo que pudo ser y no fue; un país cuyo presente rebosa de pasado y para el que el futuro jamás ha sido una prioridad.
Nada como ser rentista de la culpa.
Nada como tener a otro a quién señalar.
jueves, febrero 09, 2012
Siete razones para inhabilitar al juez Garzón
¿Parecen chorradas, no?
Siempre me ha parecido que la manera en que se cuestiona la sentencia sobre el caso Garzón es un claro indicativo de lo perdido en el laberinto de la ideología y del interés que se encuentra este país.
Hay que leer un poco y no creo que El País sea sospechoso... o si...
¿Y si nos nos podemos fiar de nada en virtud de qué estamos seguros de que lo que pensamos es lo correcto?
No se. Yo propongo leer este artículo y luego cerrar los ojos y pensar si alguna de las cosas que se dicen pueden ser pasadas por la manga ancha de las filias y las fobias. Quizá imaginar a otro juez que no sea Garzón haciendo las mismas cosas y luego intentar decir otra vez una cosa y su contraria: Garzón inocente aunque hizo lo que hizo.
Si son verdad y están probadas son 7 razones de peso para condenar a un juez y apartarlo de su magistratura, pero no veo que el debate vaya por ahí sino por caminos más complejos y profundos como el de "los tuyos y los míos" o el de "tú menos y yo más" pero ya en el nivel contaminado y definitivamente muerto de la opinión pública.
La confusión es total entre la sobreabundancia de sujetos necesitados de opinión.
Parece que no hay duda que ha hecho lo que ha hecho. Otra cosa es por qué le toca a él primero y le toca tan pronto, por qué se le proporciona munición y blancos al supuesto enemigo. Ese es otro debate, pero por el momento hemos trasladado al ámbito judicial discursos tan potentes como "si no condenas a uno de los tuyos para compensar la condena de uno de los míos, los míos son inocentes" u otro argumento tan potente y complejo como "Garzón, inocente" frente al inapelable rigor de unos hechos que parecen probados.
El punto crucial del tema es si el sujeto hizo lo que hizo.
Vaya tropa de país!
Una pena!
¿Parecen chorradas, no?
Siempre me ha parecido que la manera en que se cuestiona la sentencia sobre el caso Garzón es un claro indicativo de lo perdido en el laberinto de la ideología y del interés que se encuentra este país.
Hay que leer un poco y no creo que El País sea sospechoso... o si...
¿Y si nos nos podemos fiar de nada en virtud de qué estamos seguros de que lo que pensamos es lo correcto?
No se. Yo propongo leer este artículo y luego cerrar los ojos y pensar si alguna de las cosas que se dicen pueden ser pasadas por la manga ancha de las filias y las fobias. Quizá imaginar a otro juez que no sea Garzón haciendo las mismas cosas y luego intentar decir otra vez una cosa y su contraria: Garzón inocente aunque hizo lo que hizo.
Si son verdad y están probadas son 7 razones de peso para condenar a un juez y apartarlo de su magistratura, pero no veo que el debate vaya por ahí sino por caminos más complejos y profundos como el de "los tuyos y los míos" o el de "tú menos y yo más" pero ya en el nivel contaminado y definitivamente muerto de la opinión pública.
La confusión es total entre la sobreabundancia de sujetos necesitados de opinión.
Parece que no hay duda que ha hecho lo que ha hecho. Otra cosa es por qué le toca a él primero y le toca tan pronto, por qué se le proporciona munición y blancos al supuesto enemigo. Ese es otro debate, pero por el momento hemos trasladado al ámbito judicial discursos tan potentes como "si no condenas a uno de los tuyos para compensar la condena de uno de los míos, los míos son inocentes" u otro argumento tan potente y complejo como "Garzón, inocente" frente al inapelable rigor de unos hechos que parecen probados.
El punto crucial del tema es si el sujeto hizo lo que hizo.
Vaya tropa de país!
Una pena!
miércoles, febrero 08, 2012
Algún día debería dejar de observar.
Si se lo propusiera quizás pudiera romper el invisible cristal que le separa de las cosas
y que le mantiene encerrado en un interminable laberinto de suposiciones,
paralizado en un eterno presente virtual
donde los recuerdos cobran la suficiente entidad
como para resultar corpóreas presencias
a su inasequible voluntad para engañarse.
Probablemente bastase con que se levantase de la silla
y realmente se decidiera a empezar a andar
con una decisión que jamás ha sentido,
una decisión que con su sola existencia
crease una fractura que separase para siempre
lo que quedaba delante de lo que quedaba detrás.
Seguramente sería suficiente con desconfiar de la tranquilidad que siente,
con no sonreír al conocido que todas las mañanas le saluda desde el otro lado del espejo...
O quizás necesitase algo más rápido y expeditivo,
algo como una piedra o un ladrillo
que poder lanzar contra esa mentira
en la que se había convertido con tanto esfuerzo.
Pero lo cierto es que esa máscara también era él.
Su materia era solamente éso,
el tibio resultado de la incesante acumulación
de seguras equivocaciones, compromisos insoslayables,
obligaciones ineludibles, inesperados aciertos,
misteriosos azares e incomprensibles coincidencias
mientras las agujas del reloj seguían corriendo.
Y seguramente parte de esa mentira era real
mientras parte de esa verdad esencial se le revelaba tan incierta
como las últimas luces del día
que apenas se bastaban para iluminar su desasosiego,
hasta tal punto que si se moviese no estaba seguro
de qué partes le seguirían y cuáles se quedarían detrás
al otro lado del espejo roto.
Estaba claro.
Algún día debería dejar de observar,
pero lo que más necesitaba ahora
era un cigarrillo.
Sonaba el teléfono.
Allá afuera la vida continuaba.
Si se lo propusiera quizás pudiera romper el invisible cristal que le separa de las cosas
y que le mantiene encerrado en un interminable laberinto de suposiciones,
paralizado en un eterno presente virtual
donde los recuerdos cobran la suficiente entidad
como para resultar corpóreas presencias
a su inasequible voluntad para engañarse.
Probablemente bastase con que se levantase de la silla
y realmente se decidiera a empezar a andar
con una decisión que jamás ha sentido,
una decisión que con su sola existencia
crease una fractura que separase para siempre
lo que quedaba delante de lo que quedaba detrás.
Seguramente sería suficiente con desconfiar de la tranquilidad que siente,
con no sonreír al conocido que todas las mañanas le saluda desde el otro lado del espejo...
O quizás necesitase algo más rápido y expeditivo,
algo como una piedra o un ladrillo
que poder lanzar contra esa mentira
en la que se había convertido con tanto esfuerzo.
Pero lo cierto es que esa máscara también era él.
Su materia era solamente éso,
el tibio resultado de la incesante acumulación
de seguras equivocaciones, compromisos insoslayables,
obligaciones ineludibles, inesperados aciertos,
misteriosos azares e incomprensibles coincidencias
mientras las agujas del reloj seguían corriendo.
Y seguramente parte de esa mentira era real
mientras parte de esa verdad esencial se le revelaba tan incierta
como las últimas luces del día
que apenas se bastaban para iluminar su desasosiego,
hasta tal punto que si se moviese no estaba seguro
de qué partes le seguirían y cuáles se quedarían detrás
al otro lado del espejo roto.
Estaba claro.
Algún día debería dejar de observar,
pero lo que más necesitaba ahora
era un cigarrillo.
Sonaba el teléfono.
Allá afuera la vida continuaba.
martes, febrero 07, 2012
Pólizas de seguros que permite a los clientes de Deutsche Bank apostar indirectamente a la esperanza de vida de personas de la tercera edad...
Deutsche Bank permite a sus clientes apostar por la muerte de los ancianos
¿Qué será lo siguiente?
Deutsche Bank permite a sus clientes apostar por la muerte de los ancianos
¿Qué será lo siguiente?
lunes, febrero 06, 2012
EL PUENTE SOBRE EL RIO KWAI
Dentro de la compleja e interminabale relación que, cuando no es una creación argumental original, el cine tiene con los referentes narrativos que le dan pie para decantarse en imágenes, "El puente sobre el río Kwai" reproduce uno de los esquemas clásicos: el de la imagen que devora al texto.
Estoy convencido de que no habría leído este relato de Pierre Boulle de no haber sido llevado al cine por David Lean y Sam Spiegel a finales de la década de los cincuentas del siglo pasado. Es más. Estoy convencido de que el libro estaría aun más profundamente olvidado de lo que hoy en día está.
La peor cualidad de la novela de Pierre Boulle es que, y de manera sorprendente, no ofrece mucho más que lo que el espectador de la película encuentra en las imágenes de la película.
La introspección en la psicología de los personajes que el lector encuentra en la novela es tan superficial y esquemática que sin duda puso las cosas fáciles a los guionistas para trasladar al guión la práctica totalidad de sentimientos y motivaciones.
Y por si misma resulta insatisfactoria, emociones que no emocionan expresadas de forma monótona y convencional.
Leyendo el libro quién les escribe esperaba encontrar alguna clave más para entender el misterio del Coronel Nicholson, ese militar que por cumplir su función de mantener la disciplina de sus tropas es capaz de ponerse del lado de sus captores y construir un puente que puede suponer la derrota militar de su país. Siempre me pareció interesante este personaje, siempre me pareció que la película le expresaba de manera tímida, temerosa quizá con la necesidad de expresar un personaje tan heterodoxo en un producto que iba destinado a la inmensa mayoría y siempre he echado de menos una profundización en esa vertiente en la película... Pero es que, y tras leer el libro, uno se queda igual.
Es el mismo Coronel Nicholson, ese monstruo creado por siglos de disciplina ideológica colonial que precisamente por cumplir aquella función para la que existe está a punto de acabar con el mismo sistema de valores en el que ha sido adoctrinado construyendo ese puente que puede permitir a Japón llegar hasta la India.
Lo más difícil de contar siempre es el absurdo y lo es entre otras cosas porque lo que diferencia a la ficción de la realidad es que aquella siempre tiene que tener sentido.
"El puente sobre el rio Kwai" es una buena prueba de ello.
Dentro de la compleja e interminabale relación que, cuando no es una creación argumental original, el cine tiene con los referentes narrativos que le dan pie para decantarse en imágenes, "El puente sobre el río Kwai" reproduce uno de los esquemas clásicos: el de la imagen que devora al texto.
Estoy convencido de que no habría leído este relato de Pierre Boulle de no haber sido llevado al cine por David Lean y Sam Spiegel a finales de la década de los cincuentas del siglo pasado. Es más. Estoy convencido de que el libro estaría aun más profundamente olvidado de lo que hoy en día está.
La peor cualidad de la novela de Pierre Boulle es que, y de manera sorprendente, no ofrece mucho más que lo que el espectador de la película encuentra en las imágenes de la película.
La introspección en la psicología de los personajes que el lector encuentra en la novela es tan superficial y esquemática que sin duda puso las cosas fáciles a los guionistas para trasladar al guión la práctica totalidad de sentimientos y motivaciones.
Y por si misma resulta insatisfactoria, emociones que no emocionan expresadas de forma monótona y convencional.
Leyendo el libro quién les escribe esperaba encontrar alguna clave más para entender el misterio del Coronel Nicholson, ese militar que por cumplir su función de mantener la disciplina de sus tropas es capaz de ponerse del lado de sus captores y construir un puente que puede suponer la derrota militar de su país. Siempre me pareció interesante este personaje, siempre me pareció que la película le expresaba de manera tímida, temerosa quizá con la necesidad de expresar un personaje tan heterodoxo en un producto que iba destinado a la inmensa mayoría y siempre he echado de menos una profundización en esa vertiente en la película... Pero es que, y tras leer el libro, uno se queda igual.
Es el mismo Coronel Nicholson, ese monstruo creado por siglos de disciplina ideológica colonial que precisamente por cumplir aquella función para la que existe está a punto de acabar con el mismo sistema de valores en el que ha sido adoctrinado construyendo ese puente que puede permitir a Japón llegar hasta la India.
Lo más difícil de contar siempre es el absurdo y lo es entre otras cosas porque lo que diferencia a la ficción de la realidad es que aquella siempre tiene que tener sentido.
"El puente sobre el rio Kwai" es una buena prueba de ello.
domingo, febrero 05, 2012
"Pero la convicción (venida de no se sabe muy bien dónde) de que, si el Estado se retirase, el espíritu emprendedor camparía por sus fueros, abundarían las nuevas oportunidades económicas y el bienestar general de la raza humana se vería enormemente mejorado, no cuadra con la observación histórica... Aunque el mercado ha sido un motor social sin parangón para el fomento de la inventiva y el espíritu emprendedor, nunca ha logrado generar por sí solo una revolución económica... ya no nos podemos permitir semejantes ejercicios de pensamiento mágico.
Las revoluciones económicas no surgen del éter sin más. El despliegue de nuevas infraestructuras energéticas y comunicativas ha sido siempre un esfuerzo conjunto entre estado e industria privada. Esa idea, que tan querida resulta a los ultraliberales, según la cual las revoluciones económicas son el resultado inexorable de la colaboración entre inventores y emprendedores sólo capta una parte de la historia real. Tanto la Primera Revolución Industrial como la Segunda Revolución Industrial requirieron del compromiso a gran escala del Estado (en forma de fondos públicos) con la construcción de las correspondientes infraestructuras. Los gobiernos también fijaron los códigos, las regulaciones y las normas para administrar el nuevo flujo de actividad económica, y crearon generosos incentivos fiscales y subvenciones para asegurar el crecimiento y la estabilización del nuevo orden económico.
(La tercera revolución industrial, Jeremy Rifkin)
Las revoluciones económicas no surgen del éter sin más. El despliegue de nuevas infraestructuras energéticas y comunicativas ha sido siempre un esfuerzo conjunto entre estado e industria privada. Esa idea, que tan querida resulta a los ultraliberales, según la cual las revoluciones económicas son el resultado inexorable de la colaboración entre inventores y emprendedores sólo capta una parte de la historia real. Tanto la Primera Revolución Industrial como la Segunda Revolución Industrial requirieron del compromiso a gran escala del Estado (en forma de fondos públicos) con la construcción de las correspondientes infraestructuras. Los gobiernos también fijaron los códigos, las regulaciones y las normas para administrar el nuevo flujo de actividad económica, y crearon generosos incentivos fiscales y subvenciones para asegurar el crecimiento y la estabilización del nuevo orden económico.
(La tercera revolución industrial, Jeremy Rifkin)
sábado, febrero 04, 2012
"Los intelectuales izquierdistas occidentales han llegado a un callejón moral sin salida. La rendición intelectual de hoy tiene sus raíces en el reflejo anticomunista de principios de los años 80 y en el apoyo auto-ilusorio de las guerras imperiales humanitarias de los 90. Su transvaloración de la guerra total como una "guerra justa" es una perversión de los imperativos morales al servicio del imperio. Las guerras imperiales, como escribió Jean Paul Sartre, son el cáncer de la democracia. El renacimiento de la práctica intelectual de la izquierda occidental requerirá más que una inteligencia crítica, requerirá un coraje moral capaz de resistir la fácil elección
entre dobles demonios y equivalencias morales."
(Escritos, James Petras)
" Para Letelier era obvio que las reglas del libre mercado de la dictadura estaban logrando exactamente lo que pretendían: no creaban una economía perfecta y armoniosa sino que convertían a los que ya eran ricos en super-ricos y a la clase trabajadora organizada en pobres de usar y tirar. Estas pautas de estratificación se han repetido en todos los lugares en que la ideología de la Escuela de Chicago ha triunfado."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
viernes, febrero 03, 2012
"Mientras tanto, la campaña de Romney está dando señales de que va a tratar de tergiversar esto y convertirlo en que "paga muchos impuestos". ¿Se creen que somos tan estúpidos? Mejor que no respondan a eso."
(Los candidatos republicanos tienen que ser cínicos o tontos, El Blog de Paul Krugman)
La respuesta a esa pregunta siempre es afirmativa...
(Los candidatos republicanos tienen que ser cínicos o tontos, El Blog de Paul Krugman)
La respuesta a esa pregunta siempre es afirmativa...
miércoles, febrero 01, 2012
"Sí bueno, tengo algunas en las que hablo, no sé, hablo de situaciones sociales extremas, de pescadores de Somalia que están desalojados porque los petroleros, las compañías navales, han convertido su costa en un estercolero en el que se abandonan los barcos viejos o los que encallan allí, en las playas. Entonces les han dejado imposible pescar y se han metido a piratas. Estos son los que están exigiendo rescate por los que van allí a pescar, entre ellos algunos españoles. Son relaciones, tensiones que se van creando y no tienen salida. Son relaciones a las que el propio sistema no le puede dar salida, porque son tensiones creadas para eso: provocar desigualdades, miseria, para provocar guerra. No se puede tener una mirada superficial."
(Una conversación improvisada #7, El blog de Kiko Veneno)
(Una conversación improvisada #7, El blog de Kiko Veneno)
¡Llega el VI naciones!
"Llegan las gaitas en las gradas, los gritos - "heave!!" - de los galeses, los dos himnos de los irlandeses y un tercer himno, "Fields of Athenry", y también, qué se le va a hacer, los "ouais" despectivos de los franceses hacia el rival cuando avanzan sus delanteros. Llegan los árbitros que explican cosas, los capitanes que atienden con respeto y responsabilidad, los jugadores que miran con cara de crío cuando un señor al que hay que llamar señor les regaña en directo para todo el mundo. Se van, por unas semanas, las protestas teatrales, las trampas continuas, la simulación de agresiones y las bravatas nunca consumadas tras pegar la frente dos rivales con actitud de carnero poco mordedor. Llegan los puñetazos al mentón cuando no queda otra, los agarrones por el cuello de la camiseta, las vendas en las orejas y los cráneos afeitados, los pasillos al perdedor y al ganador. Llegan los jugadores que simulan no estar lesionados para que no les sustituyan, precisamente lo contrario que en el fútbol, y las aficiones sin ultras que comparten cerveza y conversación antes, durante y después del partido, precisamente como debería ser el fútbol antes y no es. Llega el VI Naciones"
(Ya casi estamos, El rojo y el blanco)
¡Perfecto!
France welcome her english friends!
"Llegan las gaitas en las gradas, los gritos - "heave!!" - de los galeses, los dos himnos de los irlandeses y un tercer himno, "Fields of Athenry", y también, qué se le va a hacer, los "ouais" despectivos de los franceses hacia el rival cuando avanzan sus delanteros. Llegan los árbitros que explican cosas, los capitanes que atienden con respeto y responsabilidad, los jugadores que miran con cara de crío cuando un señor al que hay que llamar señor les regaña en directo para todo el mundo. Se van, por unas semanas, las protestas teatrales, las trampas continuas, la simulación de agresiones y las bravatas nunca consumadas tras pegar la frente dos rivales con actitud de carnero poco mordedor. Llegan los puñetazos al mentón cuando no queda otra, los agarrones por el cuello de la camiseta, las vendas en las orejas y los cráneos afeitados, los pasillos al perdedor y al ganador. Llegan los jugadores que simulan no estar lesionados para que no les sustituyan, precisamente lo contrario que en el fútbol, y las aficiones sin ultras que comparten cerveza y conversación antes, durante y después del partido, precisamente como debería ser el fútbol antes y no es. Llega el VI Naciones"
(Ya casi estamos, El rojo y el blanco)
¡Perfecto!
France welcome her english friends!
martes, enero 31, 2012
THE DESCENDANTS
Decepcionante el regreso de Alexander Payne tras siete años lejos de la industria.
"The descendants" no pasa de ser una película para televisión con pretensiones de arte cinematográfico que cuenta con la presencia de la estrella George Clooney para llevarla mucho más lejos de lo que la historia podría llegar por sí misma.
Los ricos también lloran y lo hacen en lo que pensamos que es el paraíso. El planteamiento inicial ya resulta de bajos vuelos e incluso insultante para cualquier inteligencia que se precie.
Todos los bailarines son gays, todos los rusos son mafiosos y en las islas Hawai nadie trabaja ni se pone enfermo ni se muere. Todos permanecen eternos en playas de arena blanca saboreando una piña colada detrás de otra.
Perfecto... Pero no. Nos equivocamos.
En Hawai también hay días nublados y dolor.
Y sobre ese planteamiento nimio e insulso acompañamos a un insuficiente George Clooney -como actor- en un aburrido paseo por el desamor y la muerte en el que se abordan demasiados temas pero siempre con la misma superficialidad del analfabeto turista emocional que no tiene tiempo para pararse en ninguno.
Un paseo que tiene más de viaje en una de esas atracciones de feria que de verdadero periplo transformador que justifique la necesidad de escribir sobre él.
En "The descendants" siempre hay un tópico a la vuelta de cada recodo del camino en un viaje que pone a prueba la paciencia del espectador con una insoportable vocación de eternidad... en el peor sentido de la palabra.
Aunque si subrayas los libros de Paulo Coelho y devoras su sabiduría enlatada seguro que te gustará.
Mención aparte el dudoso espectáculo de George Clooney enfrentandose a sus limitaciones como actor y estrellándose estrepitosamente contra ellas en las pocas escenas que demandan de su talento un poco de verdad... Pero seguro que le dan el Oscar. No os preocupéis.
Superficial, espesa y con menos verdad que Rocky V.
Decepcionante el regreso de Alexander Payne tras siete años lejos de la industria.
"The descendants" no pasa de ser una película para televisión con pretensiones de arte cinematográfico que cuenta con la presencia de la estrella George Clooney para llevarla mucho más lejos de lo que la historia podría llegar por sí misma.
Los ricos también lloran y lo hacen en lo que pensamos que es el paraíso. El planteamiento inicial ya resulta de bajos vuelos e incluso insultante para cualquier inteligencia que se precie.
Todos los bailarines son gays, todos los rusos son mafiosos y en las islas Hawai nadie trabaja ni se pone enfermo ni se muere. Todos permanecen eternos en playas de arena blanca saboreando una piña colada detrás de otra.
Perfecto... Pero no. Nos equivocamos.
En Hawai también hay días nublados y dolor.
Y sobre ese planteamiento nimio e insulso acompañamos a un insuficiente George Clooney -como actor- en un aburrido paseo por el desamor y la muerte en el que se abordan demasiados temas pero siempre con la misma superficialidad del analfabeto turista emocional que no tiene tiempo para pararse en ninguno.
Un paseo que tiene más de viaje en una de esas atracciones de feria que de verdadero periplo transformador que justifique la necesidad de escribir sobre él.
En "The descendants" siempre hay un tópico a la vuelta de cada recodo del camino en un viaje que pone a prueba la paciencia del espectador con una insoportable vocación de eternidad... en el peor sentido de la palabra.
Aunque si subrayas los libros de Paulo Coelho y devoras su sabiduría enlatada seguro que te gustará.
Mención aparte el dudoso espectáculo de George Clooney enfrentandose a sus limitaciones como actor y estrellándose estrepitosamente contra ellas en las pocas escenas que demandan de su talento un poco de verdad... Pero seguro que le dan el Oscar. No os preocupéis.
Superficial, espesa y con menos verdad que Rocky V.
domingo, enero 29, 2012
HASTA QUE LLEGÓ SU HORA
Los mitos son expresados y se expresan a través de ceremonias y rituales.
Como escribe Emile Durkheim en "Las formas elementales de vida religiosa", sirven "para mantener la vitalidad de esas creencias, para impedir que se borren de la memoria y permanezcan en la conciencia colectiva".
En definitiva, en los ritos y lasceremonias no se hace otra cosa que contar una historia que nos transmite unsentido esencial. Ese es su fondo y su forma, la de la narración. No obstante,y en su forma, la narración siempre implica una escenografía que, a su vez,supone un constante énfasis en la importancia esencial de todo aquello que senarra.
Los mitos son expresados y se expresan a través de ceremonias y rituales.
Como escribe Emile Durkheim en "Las formas elementales de vida religiosa", sirven "para mantener la vitalidad de esas creencias, para impedir que se borren de la memoria y permanezcan en la conciencia colectiva".
En definitiva, en los ritos y lasceremonias no se hace otra cosa que contar una historia que nos transmite unsentido esencial. Ese es su fondo y su forma, la de la narración. No obstante,y en su forma, la narración siempre implica una escenografía que, a su vez,supone un constante énfasis en la importancia esencial de todo aquello que senarra.
En los ritos y las ceremonias, cadaparte de ese todo tiene su tiempo y en ese tiempo no hay ninguna prisa paraexpresar de forma total y completa lo que implica esa parte.
Hay siempre lentitud y parsimoniaque son consecuencia de la necesidad de hacer énfasis en la importancia de cadaparte del relato.
"Hasta que llego su hora"tiene esa lentitud y parsimonia en todos y cada una de las secuencias que laintegran. Es en realidad y en sí misma una ceremonia consagrada a expresar elmito del western.
El más mínimo gesto, la más leve delas acciones tienen su momento, suceden como esculpidas en el tiempo de lanarración, porque están revestidas de una importancia esencial para la miradade Sergio Leone y esa importancia es la de formar parte de ese mito, deconstituirlo contribuyendo en mayor o menor medida a su existencia como relato.
De todo modo, y salvando lasdistancias, Leone se acerca a los áridos cañones de Monument Valley con elmismo sentimiento reverencial con el que Homero se acercó a las playas delestrecho de Dardanelos en busca de Troya. Sabiendo que lo que se narra esmucho más que una anécdota.
Se narra un sentido que en el casode Leone seguramente tiene que ver con su amor por el cine desde la infancia yla configuración de su deseo, y de su persona por extensión, en las oscurassalas de los cines.
Y en este sentido "Hasta quellegó su hora" hay la misma estilización, la misma dedicación para eldetalle que en la ceremonia del te o la misma veneración que con Romeodescribiría cada detalle del rostro de Julieta.
Y no en vano el propio titulo de lapelícula nos sitúa en el hecho de asistir a una narración... Erase una vez... en el Oeste.
Obra maestra.
THE EXPENDABLES
Nada nuevo bajo el sol.
El mundo es ancho, ajeno y está poblado de cientos de villanos a los que Satallone y sus chicos matarán de las más diversas maneras, utilizando siempre la superficie de cualquier idea altruista como quebradiza coartada.
"The expendables" es exploit, quizá exploit de calidad si es que es posible hacer realidad semejante contradicción terminológica. La apuesta para garantizar la tranquilidad en el inevitable retiro de una estrella del pasado como Sylvester Stallone, una reserva para la cinesfera de los actores que protagonizaron las superproducciones de acción durante las dos décadas finales del siglo pasado, un parque temático meta-narrativo que encierra las claves de todo un género que ya ha pasado y que intenta beneficiarse de la melancolía que siempre trae consigo el echar la vista atrás, una melancolía que hace que las cosas parezcan mejores de lo que son.
Porque por si sola, la magdalena de Proust jamás sabrá tan rica.
Esa es la apuesta.
Pero a mi no me pone este tipo de memoria. Prefiero que camino del desierto el viento me despeine.
Nada nuevo bajo el sol.
El mundo es ancho, ajeno y está poblado de cientos de villanos a los que Satallone y sus chicos matarán de las más diversas maneras, utilizando siempre la superficie de cualquier idea altruista como quebradiza coartada.
"The expendables" es exploit, quizá exploit de calidad si es que es posible hacer realidad semejante contradicción terminológica. La apuesta para garantizar la tranquilidad en el inevitable retiro de una estrella del pasado como Sylvester Stallone, una reserva para la cinesfera de los actores que protagonizaron las superproducciones de acción durante las dos décadas finales del siglo pasado, un parque temático meta-narrativo que encierra las claves de todo un género que ya ha pasado y que intenta beneficiarse de la melancolía que siempre trae consigo el echar la vista atrás, una melancolía que hace que las cosas parezcan mejores de lo que son.
Porque por si sola, la magdalena de Proust jamás sabrá tan rica.
Esa es la apuesta.
Pero a mi no me pone este tipo de memoria. Prefiero que camino del desierto el viento me despeine.
sábado, enero 28, 2012
miércoles, enero 25, 2012
Inquietante por lo posible... Ahí está el insignificante (en todas las acepciones de la palabra) baile de trending topics en Twitter
"En plena globalización, los agoreros tienden a pensar que el Gran Hermano es o está a punto de ser una corporación. Algunos señalan a Google, otros a Apple o a Monsanto. Sin embargo, hay una variante de la distopía inexplorada por la ciencia ficción. ¿Y si el Gran Hermano no es una multinacional ni un gran gobierno imperial? ¿Y si resulta ser la suma global de un montón de idiotas? Imagina que, por aquello de la globalización, la inmediatez y la no verificación de la información, por el abrumador índice de ruido que nos rodea, los idiotas empiezan a ponerse de acuerdo como quien no quiere la cosa. Imagina que, de puro escepticismo mal enfocado, de puro desconocimiento y falta de formación básica, los idiotas acaban provocando un inesperado giro en nuestra civilización… sin querer."
(La distopía de los idiotas, Mi mesa cojea)
Inteligente y ácido como siempre.... como me gusta a mí.
"En plena globalización, los agoreros tienden a pensar que el Gran Hermano es o está a punto de ser una corporación. Algunos señalan a Google, otros a Apple o a Monsanto. Sin embargo, hay una variante de la distopía inexplorada por la ciencia ficción. ¿Y si el Gran Hermano no es una multinacional ni un gran gobierno imperial? ¿Y si resulta ser la suma global de un montón de idiotas? Imagina que, por aquello de la globalización, la inmediatez y la no verificación de la información, por el abrumador índice de ruido que nos rodea, los idiotas empiezan a ponerse de acuerdo como quien no quiere la cosa. Imagina que, de puro escepticismo mal enfocado, de puro desconocimiento y falta de formación básica, los idiotas acaban provocando un inesperado giro en nuestra civilización… sin querer."
(La distopía de los idiotas, Mi mesa cojea)
Inteligente y ácido como siempre.... como me gusta a mí.
martes, enero 24, 2012
KILLER ELITE
Como bien dice el personaje del jeque que origina toda la dinámica de violencia que nos cuenta "Killer elite", una guerra no termina cuando una de las dos partes lo decide.
Al derrotado, si sobrevive y es inmensamente rico como él, siempre le queda la venganza y este es el elemento detonante de la historia, verídica, que nos cuenta la película.
Derrotado con ayuda de las fuerzas especiales británicas, un jeque de Omán fatalmente enfermo de cáncer se propone como última tarea tomar venganza de aquellos que le arrebataron tres de sus cuatro hijos en una de esas guerras por el control de los recursos petrolíferos que crecieron como malas hierbas en todo el mundo durante la segunda mitad del siglo pasado.
Y construye la venganza de una forma retorcida. Secuestrando a Hunter (Robert de Niro) que es el padre de Danny (Jason Statham) y forzando a este último a asesinar a los tres miembros de las SAS, fuerzas especiales británicas, que son responsables directos de la muerte de cada uno de sus hijos.
Realizando este trabajo, Davis chocará con toda una organización secreta que los SAS han construido para su protección y de la cual Spike (Clive Owen) es la mano ejecutora.
A lo largo de la película Spike protegerá a los suyos e intentará que Davis no consiga su propósito.
Sin atender demasiado a la letra pequeña de los "porqués", "Killer elite" es un "thriller" de acción que se mueve dentro de la corrección si uno no se hace demasiadas preguntas al respecto de la razón por la que suceden o se hacen las cosas.
No pasará a la historia del cine pero seguramente resolverá más de alguna tarde vacía de domingo con sus secuencias de acción bastante bien resueltas, especialmente las peleas cuerpo a cuerpo que Spike y Davis mantienen a lo largo de la película.
Menos musculado que sus ochenteros predecesores, Statham, tanto por sus posibilidades físicas como por sus capacidades interpretativas, sigue siendo uno de los intérpretes de acción con más posibilidades del género.
Aceptable.
Como bien dice el personaje del jeque que origina toda la dinámica de violencia que nos cuenta "Killer elite", una guerra no termina cuando una de las dos partes lo decide.
Al derrotado, si sobrevive y es inmensamente rico como él, siempre le queda la venganza y este es el elemento detonante de la historia, verídica, que nos cuenta la película.
Derrotado con ayuda de las fuerzas especiales británicas, un jeque de Omán fatalmente enfermo de cáncer se propone como última tarea tomar venganza de aquellos que le arrebataron tres de sus cuatro hijos en una de esas guerras por el control de los recursos petrolíferos que crecieron como malas hierbas en todo el mundo durante la segunda mitad del siglo pasado.
Y construye la venganza de una forma retorcida. Secuestrando a Hunter (Robert de Niro) que es el padre de Danny (Jason Statham) y forzando a este último a asesinar a los tres miembros de las SAS, fuerzas especiales británicas, que son responsables directos de la muerte de cada uno de sus hijos.
Realizando este trabajo, Davis chocará con toda una organización secreta que los SAS han construido para su protección y de la cual Spike (Clive Owen) es la mano ejecutora.
A lo largo de la película Spike protegerá a los suyos e intentará que Davis no consiga su propósito.
Sin atender demasiado a la letra pequeña de los "porqués", "Killer elite" es un "thriller" de acción que se mueve dentro de la corrección si uno no se hace demasiadas preguntas al respecto de la razón por la que suceden o se hacen las cosas.
No pasará a la historia del cine pero seguramente resolverá más de alguna tarde vacía de domingo con sus secuencias de acción bastante bien resueltas, especialmente las peleas cuerpo a cuerpo que Spike y Davis mantienen a lo largo de la película.
Menos musculado que sus ochenteros predecesores, Statham, tanto por sus posibilidades físicas como por sus capacidades interpretativas, sigue siendo uno de los intérpretes de acción con más posibilidades del género.
Aceptable.
lunes, enero 23, 2012
CONTAGION
"Contagion" es el primer hito de la cuenta atrás que el propio cineasta Steven Soderbergh se ha dado a sí mismo buscando poner fin a su permanencia en el mundo del cine.
Dos películas más y Soderbergh lo dejará... Ya veremos.
En cualquier caso, "Contagion" es una muestra más de su talento "cool", cerebral y clínico, de contar historias.
Entre la catástrofe y el "thriller", la película nos cuenta el desarrollo de una pandemia a nivel global. No se trata de un planteamiento del todo original. Estructuras narrativas similares ya han aparecido en películas como "Outbreak" (1995), pero la película funciona.
El talento de Soderbergh consigue que, pese a la previsibilidad que acompaña buena parte de su desarrollo, la historia resulte interesante mientras dura.
Los primeros casos, las primeras investigaciones, el incremento del drama, el desastre social, el encuentro del antídoto... Uno se imagina perfectamente "Contagion" y aun así, con su reparto coral, tal y como a Soderbergh le gusta, funciona.
Hay tensión.
Hay buenos y hay malos.
Hay héroes y hay villanos, desgraciadamente asociados a Internet.
Y por supuesto todo acaba bien. El séptimo de caballería llega a tiempo. Por eso nos gustan las películas.
"Contagion" es el primer hito de la cuenta atrás que el propio cineasta Steven Soderbergh se ha dado a sí mismo buscando poner fin a su permanencia en el mundo del cine.
Dos películas más y Soderbergh lo dejará... Ya veremos.
En cualquier caso, "Contagion" es una muestra más de su talento "cool", cerebral y clínico, de contar historias.
Entre la catástrofe y el "thriller", la película nos cuenta el desarrollo de una pandemia a nivel global. No se trata de un planteamiento del todo original. Estructuras narrativas similares ya han aparecido en películas como "Outbreak" (1995), pero la película funciona.
El talento de Soderbergh consigue que, pese a la previsibilidad que acompaña buena parte de su desarrollo, la historia resulte interesante mientras dura.
Los primeros casos, las primeras investigaciones, el incremento del drama, el desastre social, el encuentro del antídoto... Uno se imagina perfectamente "Contagion" y aun así, con su reparto coral, tal y como a Soderbergh le gusta, funciona.
Hay tensión.
Hay buenos y hay malos.
Hay héroes y hay villanos, desgraciadamente asociados a Internet.
Y por supuesto todo acaba bien. El séptimo de caballería llega a tiempo. Por eso nos gustan las películas.
viernes, enero 20, 2012
ETTA JAMES
"Y es que EttaJames siguió trabajando hasta que su cuerpo dijo basta, debilitado por la leucemia y el alzheimer... La jubilación nunca fue una opción para artistas como Etta James, que no componían y que no recibieron suficiente compensación de muchas de las discográficas que contaron con sus servicios"
(Etta James, la fiera nunca domada)
Y por supuesto no hubo una S.O.P.A. para gente como Etta James...
All the way...
"Y es que EttaJames siguió trabajando hasta que su cuerpo dijo basta, debilitado por la leucemia y el alzheimer... La jubilación nunca fue una opción para artistas como Etta James, que no componían y que no recibieron suficiente compensación de muchas de las discográficas que contaron con sus servicios"
(Etta James, la fiera nunca domada)
Y por supuesto no hubo una S.O.P.A. para gente como Etta James...
All the way...
jueves, enero 19, 2012
martes, enero 17, 2012
lunes, enero 16, 2012
LOS IDUS DE MARZO
Igual le dan un Oscar este año ¡Quién sabe! Desde luego el Globo de Oro ya lo tiene y George Clooney va quemando etapas, acercándose a esa estatua áurea de un tipo vestido con braga náutica y espadón deseada de igual forma por homo y heterosexuales...
Igual se lo dan y todo, pero para mi gusto la parte mas interesante de Clooney está en su talento para seleccionar proyectos, apostar por historias e incluso dirigirlas con corrección y acierto.
Se puede contar con los dedos de una mano, los proyectos de Clooney que no tienen algún punto de interés y quiero creer que el actor norteamericano necesita seguir cultivando su imagen de estrella cinematográfica para seguir conservando la fuerza suficiente como para continuar juntando talentos y capital para cada nuevo proyecto que le llega a la mesa de su despacho.
"Los idus de Marzo" es su última entrega.
Clooney produce, escribe y dirige una película inquietante y en algunos momentos brillante sobre la pérdida de la inocencia con el mundo brutal de la política de Washington como perfecto escenario para el más cruel de los desfloramientos.
Stephan Meyers (Ryan Gosling) es un brillante director de comunicación de la campaña de un candidato demócrata, el senador Morris (George Clooney). Meyers es un idealista que necesita creer en aquello que vende y Morris es su candidato perfecto: dispuesto a no transigir con nada ni con nadie para llegar a la nominación demócrata y con un discurso idealista enfrentado de plano a la hipocresía de la media aritmética cuyo seguimiento hace las cosas más fáciles a quienes la siguen.
Conforme la película avanza Meyers descubrirá lo equivocado que estaba al verse inmerso en un siniestro, cruel y muy calculado juego de ajedrez que le mostrará la realidad que se esconde tras las grandes palabras que todos los que le rodean pronuncian como si detrás hubiese algo que las sustentase.
Los intereses emergerán desnudos como las brujas de Macbeth tras la belleza de las bonitas palabras esgrimidas por todos como armas tácticas dentro de una estrategia basada en esos mismos intereses y Meyers descubrirá que en ese juego necesitará algo más que la verdad para sobrevivir, para seguir siendo un "player" dentro del juego en el que ha elegido jugar.
"Los idus de Marzo" es la medida y perfecta crónica de la pérdida de la inocencia, del nacimiento de un monstruo que podemos intuir debatiéndose en el interior de la expresión plácida del magnifico Ryan Gosling mientras espera a una entrevista en la que sabemos que sólo podrá hacer una cosa: mentir.
Brillante.
Igual le dan un Oscar este año ¡Quién sabe! Desde luego el Globo de Oro ya lo tiene y George Clooney va quemando etapas, acercándose a esa estatua áurea de un tipo vestido con braga náutica y espadón deseada de igual forma por homo y heterosexuales...
Igual se lo dan y todo, pero para mi gusto la parte mas interesante de Clooney está en su talento para seleccionar proyectos, apostar por historias e incluso dirigirlas con corrección y acierto.
Se puede contar con los dedos de una mano, los proyectos de Clooney que no tienen algún punto de interés y quiero creer que el actor norteamericano necesita seguir cultivando su imagen de estrella cinematográfica para seguir conservando la fuerza suficiente como para continuar juntando talentos y capital para cada nuevo proyecto que le llega a la mesa de su despacho.
"Los idus de Marzo" es su última entrega.
Clooney produce, escribe y dirige una película inquietante y en algunos momentos brillante sobre la pérdida de la inocencia con el mundo brutal de la política de Washington como perfecto escenario para el más cruel de los desfloramientos.
Stephan Meyers (Ryan Gosling) es un brillante director de comunicación de la campaña de un candidato demócrata, el senador Morris (George Clooney). Meyers es un idealista que necesita creer en aquello que vende y Morris es su candidato perfecto: dispuesto a no transigir con nada ni con nadie para llegar a la nominación demócrata y con un discurso idealista enfrentado de plano a la hipocresía de la media aritmética cuyo seguimiento hace las cosas más fáciles a quienes la siguen.
Conforme la película avanza Meyers descubrirá lo equivocado que estaba al verse inmerso en un siniestro, cruel y muy calculado juego de ajedrez que le mostrará la realidad que se esconde tras las grandes palabras que todos los que le rodean pronuncian como si detrás hubiese algo que las sustentase.
Los intereses emergerán desnudos como las brujas de Macbeth tras la belleza de las bonitas palabras esgrimidas por todos como armas tácticas dentro de una estrategia basada en esos mismos intereses y Meyers descubrirá que en ese juego necesitará algo más que la verdad para sobrevivir, para seguir siendo un "player" dentro del juego en el que ha elegido jugar.
"Los idus de Marzo" es la medida y perfecta crónica de la pérdida de la inocencia, del nacimiento de un monstruo que podemos intuir debatiéndose en el interior de la expresión plácida del magnifico Ryan Gosling mientras espera a una entrevista en la que sabemos que sólo podrá hacer una cosa: mentir.
Brillante.
domingo, enero 15, 2012
LOS DETECTIVES SALVAJES
Se necesita mucho tiempo y cuidado para leer "Los detectives salvajes".
En ella fondo y forma coinciden de una manera asombrosa.
La novela se divide en tres partes.
La primera y la tercera son un viaje en el espacio, el distrito federal mejicano en la primera y el desierto de Sonora la segunda. Un viaje en el espacio que, aunque es coral y repasa el proteico ambiente entre literario y bohemio de la capital mejicana, el peso narrativo termina cayendo sobre Ulises Lima y Arturo Belano y la necesidad de encontrar a la desaparecida Cesarea Tinajero.
La segunda es un viaje en el tiempo, por todo el planeta, en busca de los desaparecidos Lima y Belano.
El eterno viaje de los protagonistas por el distrito federal, por del desierto de Sonora y finalmente por el mundo es el contenido de esta novela tremenda, una novela triste que convierte ese viaje en una consecuencia del desarraigo de esos poetas, de verdad o de mentira, que sólo viven para si mismos y para su obra... o para el fantasma de su obra. Porque los frutos literarios apenas existen relatados en el texto, como si hubieran perdido con ellos en la inmensidad del mundo o quizá, mucho mejor, como si jamás hubieran existido y hubiesen sido la excusa perfecta para perderse.
No está claro ni falta que hace.
En "Los detectives salvajes" no hay respuestas. Sólo preguntas que van emergiendo de su oscuro y misterioso corazón nómada y desarraigado, preguntas que se plantean y van quedando atrás en un viaje que poco a poco va eliminando las posibilidades de regresar.
Por lo visto la obra está inspirada en hechos y personajes de la vida del escritor, pero no creo que eso sea lo más importante.
La realidad de la novela no descansa en hechos, nombres y anécdotas sino en la puntual y detallada crónica de la elección de una opción. Bolaño, como los protagonistas, opta por el camino de la literatura con todas las consecuencias, un camino que le apartará de los caminos más transitados y de las más confortables residencias.
Y parece que Bolaño no haga otra cosa que contarse a si mismo a través de esta inmensa novela río sobre el fracaso llevado como quién no lleva nada, un fracaso vestido a medida por quienes viven a espaldas de un mundo obsesionado con encontrarse en lo material prefiriendo el éxito de la precisa palabra hallada, de la obra terminada y el camino que continúa hacia delante.
"Los detectives salvajes" es en realidad un relato épico sobre la voluntad de ser, un relato romántico sobre unos personajes que ponen por delante el principio del placer de ser sobre el principio de realidad y lo hacen con la tranquilidad y la calma de quienes se saben haciendo lo correcto mientras la realidad lentamente los aniquila.
Y ahí está la épica, en no dar un paso atrás mientras se puede, en el no transigir en aquello que se considera esencial intocable.
Leo en un periódico electrónico que uno de estos siniestros psicólogos sonrientes cree que el secreto de la felicidad está en conformarte con lo que la vida te da. Y no tomarte demasiado a pecho el no conseguir lo que deseas porque al final el secreto está en convencerte de que lo que finalmente consigues es lo que realmente quieres.
Nada debe ser lo suficientemente importante como para sumirnos en la desesperación y la tristeza.
Y me da en la nariz que Bolaño, Belano y Lima harían grandes risas sobre el contenido de esa entrevista, como personajes de Peckinpah, ajenos a una realidad que les pulveriza.
Merece la pena leer "Los detectives salvajes".
Se necesita mucho tiempo y cuidado para leer "Los detectives salvajes".
En ella fondo y forma coinciden de una manera asombrosa.
La novela se divide en tres partes.
La primera y la tercera son un viaje en el espacio, el distrito federal mejicano en la primera y el desierto de Sonora la segunda. Un viaje en el espacio que, aunque es coral y repasa el proteico ambiente entre literario y bohemio de la capital mejicana, el peso narrativo termina cayendo sobre Ulises Lima y Arturo Belano y la necesidad de encontrar a la desaparecida Cesarea Tinajero.
La segunda es un viaje en el tiempo, por todo el planeta, en busca de los desaparecidos Lima y Belano.
El eterno viaje de los protagonistas por el distrito federal, por del desierto de Sonora y finalmente por el mundo es el contenido de esta novela tremenda, una novela triste que convierte ese viaje en una consecuencia del desarraigo de esos poetas, de verdad o de mentira, que sólo viven para si mismos y para su obra... o para el fantasma de su obra. Porque los frutos literarios apenas existen relatados en el texto, como si hubieran perdido con ellos en la inmensidad del mundo o quizá, mucho mejor, como si jamás hubieran existido y hubiesen sido la excusa perfecta para perderse.
No está claro ni falta que hace.
En "Los detectives salvajes" no hay respuestas. Sólo preguntas que van emergiendo de su oscuro y misterioso corazón nómada y desarraigado, preguntas que se plantean y van quedando atrás en un viaje que poco a poco va eliminando las posibilidades de regresar.
Por lo visto la obra está inspirada en hechos y personajes de la vida del escritor, pero no creo que eso sea lo más importante.
La realidad de la novela no descansa en hechos, nombres y anécdotas sino en la puntual y detallada crónica de la elección de una opción. Bolaño, como los protagonistas, opta por el camino de la literatura con todas las consecuencias, un camino que le apartará de los caminos más transitados y de las más confortables residencias.
Y parece que Bolaño no haga otra cosa que contarse a si mismo a través de esta inmensa novela río sobre el fracaso llevado como quién no lleva nada, un fracaso vestido a medida por quienes viven a espaldas de un mundo obsesionado con encontrarse en lo material prefiriendo el éxito de la precisa palabra hallada, de la obra terminada y el camino que continúa hacia delante.
"Los detectives salvajes" es en realidad un relato épico sobre la voluntad de ser, un relato romántico sobre unos personajes que ponen por delante el principio del placer de ser sobre el principio de realidad y lo hacen con la tranquilidad y la calma de quienes se saben haciendo lo correcto mientras la realidad lentamente los aniquila.
Y ahí está la épica, en no dar un paso atrás mientras se puede, en el no transigir en aquello que se considera esencial intocable.
Leo en un periódico electrónico que uno de estos siniestros psicólogos sonrientes cree que el secreto de la felicidad está en conformarte con lo que la vida te da. Y no tomarte demasiado a pecho el no conseguir lo que deseas porque al final el secreto está en convencerte de que lo que finalmente consigues es lo que realmente quieres.
Nada debe ser lo suficientemente importante como para sumirnos en la desesperación y la tristeza.
Y me da en la nariz que Bolaño, Belano y Lima harían grandes risas sobre el contenido de esa entrevista, como personajes de Peckinpah, ajenos a una realidad que les pulveriza.
Merece la pena leer "Los detectives salvajes".
sábado, enero 14, 2012
PINA
A la luz de sus últimas películas de ficción parecía que Wim Wenders no tenía mucho más que decir. Todas ellas estaban impregnadas de un cierto aroma a inercia, a continuidad inevitable de un movimiento que había sido iniciado a finales de la década de los sesentas del siglo pasado.
Y seguramente el propio Wenders fue el primero en comprender que su cine se había convertido en aquello que el propio director alemán critica: imágenes pesadas cuyo única chispa vital es la alargada sombra de otras imágenes de las que éstas son meros recuerdos, repeticiones o sucedáneos.
"Don't come knocking" data de 2005 y fue su última obra de ficción. A partir de entonces, Wenders ha concentrado todo su esfuerzo creativo en la realización de cortos y documentales, aspecto que el director alemán jamás abandonó, pero ahora estos modos de expresión cinematográfica parecen requerir el cien por cien de su atención.
"Pina" es su último trabajo.
En su origen está la amistad entre Wenders y la bailarina y coreógrafa alemana Pina Bausch, pero también la inquietud que Bausch tenía acerca de la permanencia de un trabajo que parece efímero por definición. La interpretación del bailarín sucede en el momento, como una lectura y nada queda de ella, salvo el texto de la escritura coreográfica en que se basó.
De algún modo Bausch quería que su obra fuera grabada y recordada como lo fueron otros talentos como los músicos de jazz o los actores de teatro.
Bausch quería que esos instantes mágicos permanecieran y por eso lió a Wenders en un proyecto que data de hace más de veinte años y del que curiosamente Bausch se bajó en 2009, muriendo de forma repentina, dos días antes de que el rodaje comenzase.
Y fueron los propios bailarines, los colaboradores e instrumentos para la expresión de su talento creativo, quienes se empeñaron en que el documental se llevase a cabo.
Y ésto es sin duda lo mejor del documental... Pina es expresada, contada, a través de los cuerpos y las voces de todos esos bailarines, quienes uno detrás de otro van contando sus recuerdos y bailando una coreografía seleccionada por ellos mismos.
La mujer se convierte en una historia, en una narración que los bailarines cuentan y se cuentan.
"Pina" nos dice que un ser humano puede aspirar es a convertirse él mismo en un relato que otros seres humanos relatan para dar y darse sentido.
Recientemente había revisado "El estado de las cosas", una de las mejores películas de Wenders, de su edad de oro de la ficción cinematográfica, y este punto, el de las necesidad de historias. es el aspecto esencial sobre el que se construye un relato de individuos a la búsqueda de retomar una historia que se ha interrumpido de manera abrupta.
Todos necesitan una historia, un relato que de sentido a su existencia y con "Pina" Wenders parece retomar ese viejo discurso para ajustarlo aun más en el sentido de que las personas también puede ser una historia, una fuente de sentido.
Por eso el retrato de Pina Bausch se construye no desde el relato subjetivo y coherente incialmente de un narrador, sino de una forma fragmentaria, desde el distinto punto de vista de cada bailarín buscando un resultado final, un sentido que permanece pero que en un principio cada vez más lejano también fue una manera de estar en el mundo.
Extraordinaria.
A la luz de sus últimas películas de ficción parecía que Wim Wenders no tenía mucho más que decir. Todas ellas estaban impregnadas de un cierto aroma a inercia, a continuidad inevitable de un movimiento que había sido iniciado a finales de la década de los sesentas del siglo pasado.
Y seguramente el propio Wenders fue el primero en comprender que su cine se había convertido en aquello que el propio director alemán critica: imágenes pesadas cuyo única chispa vital es la alargada sombra de otras imágenes de las que éstas son meros recuerdos, repeticiones o sucedáneos.
"Don't come knocking" data de 2005 y fue su última obra de ficción. A partir de entonces, Wenders ha concentrado todo su esfuerzo creativo en la realización de cortos y documentales, aspecto que el director alemán jamás abandonó, pero ahora estos modos de expresión cinematográfica parecen requerir el cien por cien de su atención.
"Pina" es su último trabajo.
En su origen está la amistad entre Wenders y la bailarina y coreógrafa alemana Pina Bausch, pero también la inquietud que Bausch tenía acerca de la permanencia de un trabajo que parece efímero por definición. La interpretación del bailarín sucede en el momento, como una lectura y nada queda de ella, salvo el texto de la escritura coreográfica en que se basó.
De algún modo Bausch quería que su obra fuera grabada y recordada como lo fueron otros talentos como los músicos de jazz o los actores de teatro.
Bausch quería que esos instantes mágicos permanecieran y por eso lió a Wenders en un proyecto que data de hace más de veinte años y del que curiosamente Bausch se bajó en 2009, muriendo de forma repentina, dos días antes de que el rodaje comenzase.
Y fueron los propios bailarines, los colaboradores e instrumentos para la expresión de su talento creativo, quienes se empeñaron en que el documental se llevase a cabo.
Y ésto es sin duda lo mejor del documental... Pina es expresada, contada, a través de los cuerpos y las voces de todos esos bailarines, quienes uno detrás de otro van contando sus recuerdos y bailando una coreografía seleccionada por ellos mismos.
La mujer se convierte en una historia, en una narración que los bailarines cuentan y se cuentan.
"Pina" nos dice que un ser humano puede aspirar es a convertirse él mismo en un relato que otros seres humanos relatan para dar y darse sentido.
Recientemente había revisado "El estado de las cosas", una de las mejores películas de Wenders, de su edad de oro de la ficción cinematográfica, y este punto, el de las necesidad de historias. es el aspecto esencial sobre el que se construye un relato de individuos a la búsqueda de retomar una historia que se ha interrumpido de manera abrupta.
Todos necesitan una historia, un relato que de sentido a su existencia y con "Pina" Wenders parece retomar ese viejo discurso para ajustarlo aun más en el sentido de que las personas también puede ser una historia, una fuente de sentido.
Por eso el retrato de Pina Bausch se construye no desde el relato subjetivo y coherente incialmente de un narrador, sino de una forma fragmentaria, desde el distinto punto de vista de cada bailarín buscando un resultado final, un sentido que permanece pero que en un principio cada vez más lejano también fue una manera de estar en el mundo.
Extraordinaria.
viernes, enero 13, 2012
jueves, enero 12, 2012
"Sin la cultura, resultaría imposible participar en actividades comerciales, económicas o relacionadas con la práctica gubernativa. Los otros dos sectores exigen una infusión continua de confianza social para funcionar correctamente. De hecho, tanto el sector financiero como el gubernamental se alimentan de la confianza social, y se debilitan o llegan al colapso si aquélla desaparece. Por esta razón no hay ningún ejemplo histórico en el que los mercados o los gobiernos hayan precedido a la cultura o existan en su ausencia: los mercados y los gobiernos son extensiones de la cultura, nunca a la inversa. Siempre han sido y siempre serán instituciones secundarias y no primarias en los asuntos de la humanidad, puesto que la cultura crea un manto empático de sociabilidad que permite a las personas relacionarse con confianza con los demás, ya sea en la esfera del mercado o en la gubernamental."
(Civilización empática, Jeremy Rifkin)
(Civilización empática, Jeremy Rifkin)
miércoles, enero 11, 2012
"Resulta instructivo señalar que cuando los antropólogos estudian la historia del intercambio, encuentran que el intercambio social casi siempre precede al comercial. Los habitantes de las islas Trobriand tomaban parte en un elaborado intercambio comercial de conchas, trasladándose a menudo a grandes distancias en canoa, transportando obsequios de una isla a otra, como forma de consolidación de los vínculos de confianza social. El intercambio comercial en las islas Trobriand venía precedido siempre de un intercambio social, confirmando una vez más la antigua constatación de que el capital cultural precede al comercial, de que el comercio es una extensión de las relaciones culturales y de que, consecuentemente, no es una institución primaria en los asuntos de la humanidad."
(Civilización empática, Jeremy Rifkin)
(Civilización empática, Jeremy Rifkin)
martes, enero 10, 2012
"Toda religión ofrece la promesa de vencer el tiempo, de escapar de él, de
dominarlo, de reeditarlo o de negarlo por completo. Usamos las religiones
como vehículos para llegar al estado de nirvana, al reino de
los cíelos o a la tierra prometida. Creemos que el renacimiento, la reencarnación o la resurrección nos permitirán superar la inevitable muerte biológica.
Nuestra búsqueda espiritual de la inmortalidad empezó a dejar paso a una búsqueda mucho más laica a finales de la Edad Moderna. Los grandes pensadores de la Ilustración plantearon la idea radical del progreso humano con una visión de la inmortalidad terrenal que era totalmente nueva para la civilización occidental.
El progreso era una idea nueva y revolucionaria de la que había pocos precedentes. En esta nueva visión, el tiempo ya no era un medio para preparar el segundo advenimiento de Cristo, sino un medio para plasmar la nueva idea temporal del progreso. Creer en el progreso es creer en un futuro que siempre mejora y, sobre todo, perdura. El progreso no tiene fin. Es incontenible, implacable. Nos lleva hacia un futuro donde no hay
límites ni fronteras, un futuro infinitamente expansivo e «intemporal». Esta imagen nueva del futuro está empapada de materialismo. El progreso material es nuestro pasaje a la inmortalidad, la forma de engañar a la
muerte, de superar una existencia fugaz. La ciencia y la tecnología se han convertido en el nuevo medio de lograr la salvación."
los cíelos o a la tierra prometida. Creemos que el renacimiento, la reencarnación o la resurrección nos permitirán superar la inevitable muerte biológica.
Nuestra búsqueda espiritual de la inmortalidad empezó a dejar paso a una búsqueda mucho más laica a finales de la Edad Moderna. Los grandes pensadores de la Ilustración plantearon la idea radical del progreso humano con una visión de la inmortalidad terrenal que era totalmente nueva para la civilización occidental.
El progreso era una idea nueva y revolucionaria de la que había pocos precedentes. En esta nueva visión, el tiempo ya no era un medio para preparar el segundo advenimiento de Cristo, sino un medio para plasmar la nueva idea temporal del progreso. Creer en el progreso es creer en un futuro que siempre mejora y, sobre todo, perdura. El progreso no tiene fin. Es incontenible, implacable. Nos lleva hacia un futuro donde no hay
límites ni fronteras, un futuro infinitamente expansivo e «intemporal». Esta imagen nueva del futuro está empapada de materialismo. El progreso material es nuestro pasaje a la inmortalidad, la forma de engañar a la
muerte, de superar una existencia fugaz. La ciencia y la tecnología se han convertido en el nuevo medio de lograr la salvación."
(Civilización empática, Jeremy Rifkin)
FAIL SAFE
Basada en una novela escrita por Eugene Burdick y Harvey Wheeler, "Fail safe" es un potente drama con la guerra fría como fondo.
"Fail safe" puede traducirse por "a prueba de errores"; un sistema que es "fail safe" es aquel que está construido incluyendo en su propia estructura la previsión y la resolución de errores.
Y así, "fail safe", es el sistema de defensa que los norteamericanos han construido contra los soviéticos.
Todo está sistematizado, protocolizado de manera que la presencia del error humano o inhumano sea tan mínima que parezca improbable, pero precisamente lo que nos cuenta la película es la realización de esa probabilidad ante el asombro de sus creadores.
Un pequeño error de un componente electrónico desencadenará un ataque aire-tierra con armas nucleares estratégicas por parte de los norteamericanos contra Moscú. Y el drama está en que ese sistema "fail safe" demostrará su eficacia y se volverá una trampa imposible de revertir.
"Fail safe" no es exactamente una película, sino, en la línea de los primeros años de la televisión, es una representación filmada en directo -más bien realizada- por el británico Stephen Frears y protagonizada por un espectacular elenco de buenos actores que con su talento contribuyen a hacer de esta obra un soberbio espectáculo dramático lleno de tensión.
Harvey Keitel, Richard Dreyfuss, Sam Elliott, James Cromnwell, Brian Dennehy... Todos están estupendos.
La guerra fría y sus planteamientos estratégicos de disuasión basados en la acumulación de armas nucleares han quedado afortunadamente atrás, pero su radical locura sigue ahí retratandonos radicalmente.
Merece la pena verla.
Basada en una novela escrita por Eugene Burdick y Harvey Wheeler, "Fail safe" es un potente drama con la guerra fría como fondo.
"Fail safe" puede traducirse por "a prueba de errores"; un sistema que es "fail safe" es aquel que está construido incluyendo en su propia estructura la previsión y la resolución de errores.
Y así, "fail safe", es el sistema de defensa que los norteamericanos han construido contra los soviéticos.
Todo está sistematizado, protocolizado de manera que la presencia del error humano o inhumano sea tan mínima que parezca improbable, pero precisamente lo que nos cuenta la película es la realización de esa probabilidad ante el asombro de sus creadores.
Un pequeño error de un componente electrónico desencadenará un ataque aire-tierra con armas nucleares estratégicas por parte de los norteamericanos contra Moscú. Y el drama está en que ese sistema "fail safe" demostrará su eficacia y se volverá una trampa imposible de revertir.
"Fail safe" no es exactamente una película, sino, en la línea de los primeros años de la televisión, es una representación filmada en directo -más bien realizada- por el británico Stephen Frears y protagonizada por un espectacular elenco de buenos actores que con su talento contribuyen a hacer de esta obra un soberbio espectáculo dramático lleno de tensión.
Harvey Keitel, Richard Dreyfuss, Sam Elliott, James Cromnwell, Brian Dennehy... Todos están estupendos.
La guerra fría y sus planteamientos estratégicos de disuasión basados en la acumulación de armas nucleares han quedado afortunadamente atrás, pero su radical locura sigue ahí retratandonos radicalmente.
Merece la pena verla.
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