LOOKING FOR ERIC
Y a ese diferencia se unían, para añadir más complejidad, la división religiosa y nacional. Los supporters del Liverpool o del Celtic no sólo se diferenciaban de los aficionados deñ Everton o del Rangers por pertenecer a diferentes fábricas o zonas de la ciudad; también se diferenciaban por ser católicos o protestaantes, ingleses o irlandeses o escoceses.
En definitiva el futbol encarnaba toda la complejidad social, etnica y religiosa de las Islas Británicas proporcionando una valvula de escape, una via de expresión de lo normalmente innombrable. Y en este sentido el futbol contribuyó a mantener una paz social que permitió a Inglaterra extender su poder político y económico por todo el mundo... y con ella, el futbol, que casi siempre llegaba de la mano de inmigrantes, profesionales o estudiantes británicos a cualquier lugar del mundo.
Y es aquí donde retomo la película de Loach, que nos presenta a Eric, un atribulado y frustrado cartero, con el rumbo perdido y la autoestima herida, en su pequeño mundo de clase baja, con su familia desestructurada y sus hijastros al borde de la delincuencia.
Lo único bueno que Eric tiene en su vida es el futbol.
El deporte rey es lo único que es capaz de sacar lo mejor de Eric y precisamente será a través de la imagen soñada del futbolista Eric Cantona como el protagonista irá encontrando el camino de la salvación hacia el sentido y la autoestima.
De todo modo, Loach cierra ese circulo abierto hace ya más de un siglo en la historia del proletariado británico y los trabajadores que protagonizan su película encuentran la autoestima, el sentimiento de cohesión, de paridad y de pertenencia a un grupo, en un hermoso final en el que todos se unen para ayudar al héroe, Eric, a resolver sus problemas.
"Buscando a Eric" recupera el futbol como parte esencial de un imaginario sentimental, el lugar para soñar de todos aquellos que apenas ganaban lo suficientemente para sueños y lo hace de una manera inteligente y preciosa, llena de sensibilidad.
Viviendo los tiempos que vivimos, tiempos en los que esos "working class heroes" apenas tienen donde agarrarse, el fútbol sigue estando ahí´, como fuente de belleza y sentido, puerta de regreso a todo un universo que quizá no esté del todo perdido.
En algún momento resulta demasiado obvia, en otros demasiado ñoña, pero en general merece la pena ver "Buscando a Eric"... La idea que la inspira es preciosa.
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Llevo ya unos cuantos años escribiendo este blog.
Y unas de las principales consecuencias de las acumulación de tiempo es que se incrementa la probabilidad de la repetición.
En este sentido, estoy seguro de que hablo de películas de las que ya hablé en su momento y este es el caso de "Looking for Eric".
No quiero leer lo que escribí hace cuatro o cinco años.
Lo que tengo claro ahora es que "Looking for Eric" es la historia de un obrero, aficionado al futbol y al Manchester United, que recupera la autoestima y encuentra equilibrio en su existencia merced al mismo fútbol, en concreto, por obra y gracia de las apariciones entre fantasmales e imaginaria de Eric Cantona, fantástico jugador e historia viva del Manchester United.
Y esta relación entre fútbol y política... de izquierdas es difícil de entender en España, donde históricamente ha predominado precisamente lo contrario: la asociación entre el fútbol y la política de derechas, pero, y dejando aparte la famosa frase de Marx que convertía el fútbol en el opio del pueblo, ésto no es así en el resto de países del mundo.
Porque si hay un deporte asociado a la clase obrera, este deporte es el fútbol.
El fútbol es una consecuencia cultural de un dominio político, el del Imperio Británico a finales del siglo XIX y principios del XX.
Es en Inglaterra donde en las décadas de 1880's y 1890's el futbol cuaja como deporte, siendo adoptado por los obtreros ingleses como vía de escape, lo de opio del pueblo no va desencaminado por supuesto, y, lo que no es menos importante como elemento en torno al cual construir una identidad.
En el futbol los obreros británicos encuentran ese vehículo en torno al cual generar todo un espacio simbólico de significados colectivos. En este sentido, el fútbol era la lucha de una fábrica contra otra dentro de la misma localidad o región: los partidarios del “Sheffield United” y los del“Sheffield Wednesday”o “Notts County” y del “Notts Forest”.El fútbol es una consecuencia cultural de un dominio político, el del Imperio Británico a finales del siglo XIX y principios del XX.
Es en Inglaterra donde en las décadas de 1880's y 1890's el futbol cuaja como deporte, siendo adoptado por los obtreros ingleses como vía de escape, lo de opio del pueblo no va desencaminado por supuesto, y, lo que no es menos importante como elemento en torno al cual construir una identidad.
Y a ese diferencia se unían, para añadir más complejidad, la división religiosa y nacional. Los supporters del Liverpool o del Celtic no sólo se diferenciaban de los aficionados deñ Everton o del Rangers por pertenecer a diferentes fábricas o zonas de la ciudad; también se diferenciaban por ser católicos o protestaantes, ingleses o irlandeses o escoceses.
En definitiva el futbol encarnaba toda la complejidad social, etnica y religiosa de las Islas Británicas proporcionando una valvula de escape, una via de expresión de lo normalmente innombrable. Y en este sentido el futbol contribuyó a mantener una paz social que permitió a Inglaterra extender su poder político y económico por todo el mundo... y con ella, el futbol, que casi siempre llegaba de la mano de inmigrantes, profesionales o estudiantes británicos a cualquier lugar del mundo.
Y es aquí donde retomo la película de Loach, que nos presenta a Eric, un atribulado y frustrado cartero, con el rumbo perdido y la autoestima herida, en su pequeño mundo de clase baja, con su familia desestructurada y sus hijastros al borde de la delincuencia.
Lo único bueno que Eric tiene en su vida es el futbol.
El deporte rey es lo único que es capaz de sacar lo mejor de Eric y precisamente será a través de la imagen soñada del futbolista Eric Cantona como el protagonista irá encontrando el camino de la salvación hacia el sentido y la autoestima.
De todo modo, Loach cierra ese circulo abierto hace ya más de un siglo en la historia del proletariado británico y los trabajadores que protagonizan su película encuentran la autoestima, el sentimiento de cohesión, de paridad y de pertenencia a un grupo, en un hermoso final en el que todos se unen para ayudar al héroe, Eric, a resolver sus problemas.
"Buscando a Eric" recupera el futbol como parte esencial de un imaginario sentimental, el lugar para soñar de todos aquellos que apenas ganaban lo suficientemente para sueños y lo hace de una manera inteligente y preciosa, llena de sensibilidad.
Viviendo los tiempos que vivimos, tiempos en los que esos "working class heroes" apenas tienen donde agarrarse, el fútbol sigue estando ahí´, como fuente de belleza y sentido, puerta de regreso a todo un universo que quizá no esté del todo perdido.
En algún momento resulta demasiado obvia, en otros demasiado ñoña, pero en general merece la pena ver "Buscando a Eric"... La idea que la inspira es preciosa.
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